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Una vieja leyenda sobre el ajedrez afirma que el inventor del juego pidió al rey
una compensación por su invención por una gran cantidad de granos de trigo.
De hecho, debido al pedido poco convencional, la cantidad no parecía tan
llamativa a priori.
El rey esperaba que Sissa, el inventor del ajedrez pidiera una gran riqueza, pero
sorprendió a todos con el siguiente pedido: un grano de trigo para la primera
casilla del tablero; dos granos de trigo para la segunda casilla; cuatro granos de
trigo para la tercera casilla; ocho granos de trigo para la cuarta casilla y así
sucesivamente, siempre duplicando el número de granos de la casilla anterior.
Su solicitud provocó risas. El rey, algo molesto, le dijo: “¿Un invento tan brillante y
una petición tan sencilla? ¡Elige una gran riqueza, joven, uno de mis castillos, un
palacio o incluso una de mis mujeres! Sin embargo, Sissa no cedió a la propuesta
del rey y, como la palabra del rey es la palabra del rey, este último, todavía
molesto, pidió a sus sirvientes que le entregaran a Sissa un saco de granos de
trigo. Sin embargo, Sissa rechazó la oferta diciendo que quería recibir
exactamente lo que había pedido, ni un grano más, ni un grano menos. Luego,
el rey pidió a los matemáticos de la corte que calculen el número de granos y
que cumplieran con el pedido.
Casio Académico 1
4. ¿Cuántos granos de trigo hay en la trigésimo segunda casilla?
Exprese el resultado de manera exacta con todas sus cifras en el
sistema de numeración decimal.
Casio Académico 2