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EL DIOS LUG EN LA

MITOLOGÍA CELTA
Marta García Quiroga

RELIGIONES DEL MUNDO ANTIGUO


Índice
1. INTRODUCCIÓN..............................................................................................2

2.1. Algunas características sobre la mitología celta..........................................3

3. LUG....................................................................................................................6

3.1. Los distintos nombres de Lug y sus atributos.............................................6

3.2. El dios Lug a través de las leyendas irlandesas...........................................8

3.3. Fiesta de Lug...............................................................................................9

3.4. Identificación posterior de Lug.................................................................11

3.5. Culto de Lug en Península Ibérica.............................................................12

4. CONCLUSIONES............................................................................................13

5. BIBLIOGRAFÍA..............................................................................................14

Bibliografía.........................................................................................................14

Webgrafía...........................................................................................................14

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1. INTRODUCCIÓN.

La civilización celta es una civilización bastante desconocida, ya que no contamos


con fuentes directas escritas, y los estudios sobre la misma, tiene que basarse en la
arqueología, y la tradición oral que fue transcrita ya en tiempos cristianos. Por lo que es
lógico, que aparezca diferentes versiones y se entremezclen algunos personajes.

En este sentido, el estudio sobre Lug, es complicado, pues a esta ambigüedad de las
fuentes, se une la gran extensión de su culto por toda el área de Europa occidental. Y las
diferentes formas de verlo, que tendría en cada zona.

Para el estudio de su figura, intentare resumir la abundante información sobre su


figura, y su posible evolución. Centrándome en los datos más repetidos por los autores.

No podría comenzar este trabajo sin introducir unos pequeños apuntes sobre los
celtas, su civilización y cultura. Pues lo veo necesario, para entender la ambigüedad del
tema expuesto. Para continuar, centrándome en este dios pancéltico, en sus funciones,
relatos más conocidos, las fiestas en su honor, su asimilación posterior, y su presencia
en la Península Ibérica.

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2. LOS CELTAS Y SU MITOLOGÍA.

Se denominó celtas, a los pueblos asentados en Europa central y meridional, e


incluso, en la parte Mediterránea y la balcánica, en el primer milenio antes de Cristo.
Aunque el terminó celta, no surgió hasta el siglo V a.C. con el historiador Heródoto.

El periodo de mayor florecimiento de esta cultura, entre 400 y 250 a.C.,


extendiéndose su población de forma desigual desde las islas británicas, la Galia –desde
el Garona hasta los límites definidos por el Rin-, la meseta española, el norte de Italia, la
meseta suiza, y las actuales, Austria, Eslovaquia y Eslovenia.

Como vemos, conformaban un territorio muy extenso, y aunque compartían ciertos


rasgos, por lo general, fue un pueblo muy heterogéneo, compuesto por tribus
independientes; es decir, por grupos aislados, comunicados por grupos afines. Pero en
ningún caso tenían tendencia a formar una gran nación (García, 1998, pág. 7).

Los galos concebían el universo gobernado por tres funciones fundamentales: la


primera de autoridad a la vez mágica y jurídica; la segunda de poder físico y guerrero; y
la tercera de productividad económica y crecimiento demográfico. Y en esta línea se
encuentra su organización como una sociedad tribal y aristocrática, entre cuyos
miembros destacaban los druidas –sus sacerdotes- y los guerreros. Mientras que la plebe
se dedicaba a la producción de bienes.

Uno de sus rasgos unificadores como cultura, es el idioma, la lengua gala perdura
hoy, en Irlanda, Escocia, Gales y la Bretaña francesa. Y otro rasgo unificador
importante es el conjunto de creencias y tradiciones.

2.1. Algunas características sobre la mitología celta.

Centrándome en lo que atañe a este trabajo, el estudio de la religión celta, es


complicada, esto se debe principalmente a la falta de fuentes directas. La mayor parte de
datos son deducciones extraídas de los estudios arqueológicos, las leyendas orales –
escritas con posterioridad- y los textos de los escritores clásicos; como Julio Cesar,
quien convivió con los celtas durante 9 años. E incluso, entablo amistad con un druida
galo, Divicaico. Pero el problema de estas fuentes, es la posible deformación de la
realidad, por mera intencionalidad o por interpretaciones de los escritores.

Las fuentes irlandesas y galesas con las que contamos son posteriores a la
cristianización, escritos a partir del siglo VI o VII d.C. Y esto se debe
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fundamentalmente a que sus sacerdotes, los druidas no utilizaban la palabra escrita para
guardar su sabiduría. Tenían prohibida la divulgación de mitos mediante la escritura.

Es por ello, que el estudio de la mitología celta, es complejo, ya que se basa en esta
interpretación, de fuentes secundarias y fuentes arqueológicas que simplemente
permiten, establecer una serie de conjeturas sobre los cultos primitivos.

Pero podemos extraer algunas características, como la figura de los druidas, que fue
muy importante dentro de la sociedad celta, pues estos eran como los intermediarios
entre los dioses, lo divino o mágico, y los hombres. El fenómeno del druidismo fue
original de Irlanda y desde aquí se extendió sobre todo al norte de la Galia, zonas entre
las que hubo constantes relaciones desde la prehistoria (García, 1998). Los druidas
formaban una orden, dominada por un jefe vitalicio. No eran una casta cerrada ya que
los jóvenes podían ingresar en ella, asistiendo a una escuela.

Parece ser que, junto a esta religión contralada por los druidas, existió también unas
creencias religiosas populares, ricas en presencias fantásticas, y en prácticas
supersticiosas y mágicas, que hundiría sus raíces en las poblaciones precélticas europeas
(Brandon, 1975). Es decir, que pervivió un culto anterior, del mismo modo que el culto
celta pervivirá con la adquisición de dioses romanos y con la llegada del catolicismo.

Con la construcción del Imperio Romano, esta cultura se irá reduciendo, quedado
libres del yugo romano solo Irlanda y Escocia. Si bien es verdad, que la conquista
romana supuso una romanización en todos los sentidos, y la reducción de las prácticas
del pueblo celta. Sabemos que sus costumbres religiosas siguieron teniendo peso unos
siglos más. Pues en los edictos de Carlomagno del siglo VIII, se habla de los adoradores
de piedras, y los que practican culto junto a árboles y fuentes. Y aun con posterioridad,
en Inglaterra, a finales del siglo XIII, siguen publicándose edictos en contra del
druidismo.

Los celtas si seguimos los escritos clásicos no temían a la muerte, se veía como una
puerta de acceso a otras vidas. Una de las misiones de los druidas era convencer a los
hombres, de que el alma no moría, sino que cambiaba de un cuerpo a otro. Esto generó
una falta de temeridad ante la muerte era descrita por Julio Cesar, que decía que ante la
falta de miedo a morir los guerreros celtas se encaminaban fieros y sin miedos a las
batallas. Estas fuentes también nos dejan testimonio de sacrificios para honrar a los
dioses, tanto animales como humanos. Que en algunos casos son relatados con detalle,

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como en el relato de Cesar sobre algunos pueblos que encerraban a hombres en
muñecos de mimbre y les prendían fuego. Pero quizás, estos testimonios estaban
exagerados para justificar la persecución de los druidas y las practicas paganas
(Markale, 1992).

También sabemos que estos pueblos en sus etapas primitivas, practicaban una
religión de tipo naturalista, y esto continuo presente en sus ritos. Veían el medio en el
que habitaban como algo vivió, activo, y por ellos, muchos elementos tomaban carácter
sagrado; como los bosques, los túmulos de piedra, los manantiales o las colinas, cuyo
ejemplo más conocido es la colina de Tara en Irlanda. Los druidas, además según
sabemos por Julio Cesar eran grandes conocedores del mundo astrológico.

Por otro lado, me gustaría aclarar esa heterogeneidad que caracteriza a los pueblos
celtas, se traducirá también en su mitología, pues no todas las zonas tuvieron presencia
los mismos dioses. Los celtas no tenían, estrictamente hablando, un panteón. No existe
una jerarquía entre los dioses celtas, como tampoco la había entre los druidas, y así
como la sociedad celta distribuía el poder y no entendía la noción de autoridad.

Para comprender las deidades celtas, es importante centrarse en su función más que
en su nombre, porque un dios puede abarcar varias funciones representadas por una
variación de entidades divinas con varios teónimos según los pueblos y dialectos.

Ahora bien, si nos centramos en los dioses, se recogen hasta 300 nombres de dioses
celtas en inscripciones. Aunque es cierto, que el 90% de estos nombres solo aparecen
una vez. Ya que muchos de estos dioses podrían ser solo locales, o incluso identificarse
con otros nombres en las distintas zonas.

Los dioses celtas, son un tanto ambiguos pues comparten en muchas ocasiones
atributos o se pisan en sus funciones. Por ello, los romanos cuando intentaron buscar el
paralelo de la divinidad celta en el panteón romano, se encontraron con esta
ambigüedad.

Estas ambigüedades de los dioses celtas y sus transformaciones a lo largo del tiempo,
las veremos reflejadas en el dios Lug.

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3. LUG.

Desde este punto, me voy a centrar en el dios pancéltico Lug, dios que tiene
presencia en todos los territorios celtas. Y, además, que para la mayoría de los autores
es considerado como el dios que mayor culto tiene entre los celtas. Incluso Julio Cesar,
escribió que su culto estaba por encima de cualquier otro: «de este dios son las
imágenes que abundan más; lo consideran como inventor de todas las artes; es para ellos
el guía de las rutas y caminos, al que consideran que tiene el máximo poder para ganar
dinero y proteger el comercio». Fragmento de De Bello Gaelico (Bonnefoy, 2000).

Como prueba más directa de su gran importancia y expansión, tenemos la


toponimia. Pudiendo relacionar su nombre, con diversas ciudades como: Lyon, Laon,
Loudum, Leyd, etc. en la Galia; Luguvalium (Carlisle), en las Islas Británicas;
Lugdunum (Leider) en Holanda; y Lugo, Lougesterico (Burgos) y también Lugovibus
en Burgo de Osma, en la Península Ibérica. En esta región también se llamó Lugones a
las tribus astures, quizás por el desarrollo del culto a Lug en esta zona –a lo que me
referiré más adelante-.

3.1. Los distintos nombres de Lug y sus atributos.

Dependiendo de la zona se le conoce con un nombre distinto, Lug, Lugh –Irlanda-,


Lugus –Gran Bretaña y la Galia- o Llew -en galés-. Pero también tiene diferentes
apodos, que como veremos tienen que ver con sus atributos y funciones.

El nombre Lug, en irlandés antiguo significa “luz” o “brillante”. Encontramos una


referencia a esto en “La trágica muerte de los hijos de Usnech”, leyenda irlandesa
recogida por primera vez en el siglo VIII y modificada en el siglo XV. Donde se dice lo
siguiente:

“Había un joven a la cabeza de la tropa con gran autoridad sobre todos. Semejante
a la puesta del sol era el brillo de su rostro y de su frente. No pudieron mirar su figura
a causa de su brillo. Era Lug del Brazo Largo"

Su asociación como dios solar es clara, de este modo el dios Lug, sería el encargado
de traer la luz del día, acompaña al sol en el crepúsculo, y, por tanto, sería un dios

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cíclico asociado al principio de la vida. Los celtas honraban al dios Lug, con una fiesta
conocida como la Lughnasad, celebrada al inicio del verano galo, coincidiendo con la
recogida de la cosecha, por lo tanto, relacionado con la vida de la tierra.

Esta visión, del dios Lug relacionado con la vida, hizo que se le asociará también en
algunas zonas como un psicopompo, siendo el dios que conduciría el alma de los
difuntos a su próximo destino.

Si nos centramos en la etimología, según Bennefoy (2000), el nombre Lug, podría


venir del céltico lugio que significa “juramento”, lo que nos lleva a pesar que
originalmente pudo ser un dios de la ley o protector del comercio, y los tratos de los
comerciantes. De ahí, el siguientes, nombre: Lug Lámfhada, se traduce como “Brazos
Largos” o “el de la larga lanza”. Pues la mano, era la parte de cuerpo con la que se
cerraban los tratos.

Pero, por otro lado, este apodo hace referencia a su función como dios guerrero.
Pues sabemos por la literatura irlandesas, que uno de sus atributos era una lanza llamada
Gai Bolga procedente de Assal. Esta lanza mágica provenía de una de las islas del norte
del mundo, de donde eran originarios los Tuatha De Danann –especie de seres semi-
divinos que poblarán Irlanda tras el diluvio-. Era el emblema del rayo, y se decía que no
fallaba nunca ante sus objetivos. Aunque esta no fue su única arma, también poseía, una
lanza, también poseería una honda con la que asesinaría a su propio abuelo.

En Gales, era conocido como Lleu Llaw Gyffes, que significaba “el brillante de las
manos hábiles”. Este nombre proviene de un cuento galés –Mabinogion-, donde el
protagonista le otorga este nombre por ser el mejor zapatero. Ya mostrando esta faceta
de dios hábil, pues era un dios artesano.

En relación a esta faceta, se le conoce también en Irlanda como Lug Samhildánach,


es decir, el politécnico, el que domina todas las todas las artes, dios artesano de todos
los oficios.

En relación con la vertiente naturalista de la religión celta, a Lug se le relaciona con


los siguientes animales, principalmente con los cuervos, el caballo, pero también con el
jabalí como símbolo real celta.

Su asociación con los cuervos, se refleja en la leyenda gala Atepamaros, en la que se


narra la fundación de Lugudum –Lyon-, que significa “fortaleza de Lug”, cuando un

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cacique celta siguió a los cuervos sagrados de Lug que le señalaron el lugar donde
debería fundar la ciudad y esto fue considerad como un buen presagio para su
construcción (Ross, 1989). Además, esta asociación se da también, a raíz de la
etimología pues Lugdunum significa cuervo negro.

Por otro lado, se le relaciona con el arcoíris, conocido como el “arco del Lug”, y la
Vía Láctea en Irlanda, se denominaba “Cadena de Lug”, quizás por ser el grupo de
estrellas que más iluminaban el cielo por la noche o como el rastro que dejaba tras su
paso el sol.

Sin olvidarnos, sé que este dios tenía una fuerte relación con los druidas y la magia.
De este modo, el dios Lug, representaba a las esferas en las que se basa sociedad celta,
la religiosa, la guerrera y la artesana.

3.2. El dios Lug a través de las leyendas irlandesas.

La figura de Lug, si nos centramos en las fuentes irlandesas, tiene unos orígenes
humanizados, que después, tras sus logros y vivencias irán metamorfoseándose hasta
convertir se en seres divinos. Esto era común en las divinidades celtas.

Lug es hijo del dios Cian, de los Tuatha de Danan, y Ethniu, hija del dios Balor, del
clan de los Formoré. Una de las versiones que hablan sobre su nacimiento, dice de que
nació con nació junto a 2 hermanos, Cú y Cethen, pero que estos no sobrevivirían; en
algunas versiones seria el propio Lug el que se los comería. Y, es de este mito sobre su
nacimiento, la idea de que en ocasiones se le representen con 3 cabezas. Un ejemplo de
esta, representación lo encontramos en por esto, por lo que algunas veces aparecerá
representado como un dios de tres cabezas. Una de las esculturas más conocidas de Lug
con 3 cabezas se encuentra en el museo de Reims.

En el relato de las Invasiones Irlandesas, libro que recopila las leyendas irlandesas,
que fue escrito por los cristianos entre los siglos XI y XII. Donde Lug participa en dos
capítulos dentro de “La Segunda Batalla de Mag Tured”. En primer lugar, el relato del
“Lug en la ciudadela de Tara” y, en segundo lugar, su participación en la batalla.

“Lug en el palacio de Tara”

Este relato comienza, cuando el dios Lug se presenta ante el rey Nuadu, de los
Tuatha Dé Danann, que eran los habitantes de Irlanda, que sobrevivieron al diluvio.
Cuando Lug, llega al palacio, el portero le niega la entrada, preguntándole cual era el
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arte que dominaba para ser digno de entrar. Ante cada respuesta que el dios le dio, el
portero le daba una negativa. Finalmente, tras haber dicho que era constructor, herrero,
campeón en torneos, arpista, guerrero, poeta, genealogista-historiador, mago, médico,
copero, y artesano en metal. El portero admitió que no había en la ciudad ningún
maestro que dominara todas estas artes y le dejo pasar. El rey incrédulo ante tales
afirmaciones puso a prueba al rey, en donde tuvo que lanzar una enorme roca fuera del
palacio atravesando las paredes, y ganarle en una partida de ajedrez, pues nadie nunca
había ganado al rey. Y consiguió ambas, de esta manera, con esta historia se refleja esa
esencia de dios politécnico de Lug, y, además, se le premia con el dominio de la
estrategia, y la inteligencia. En otras versiones le hacen tocar el arpa mostrándose como
dominador de la música y la poesía.

“Lug en la batalla con los Fomore”

Cuando los Tuatha Dé Danann, se enfrentaron contra los invasores Fomore,


relacionados con la oscuridad y el mal según la leyenda. Lug por orden del rey Nuada,
se puso al frente de la batalla, y cuando los habitantes de Irlanda, los vieron entrar en
batalla, comentaron: “Es estraño, el sol sale cuando normalmente sale por el Este”, a lo
que los duidas respondieron: “Es una buena señal, es el resplandor de Lug Brazo
Largo, que viene a ayudarnos en la batalla”. Y el dios, trajo la victoria a los Tuatha De
Danann, pues fe el quien derroto al rey de los Fomore, que no era otro que su abuelo
Balor. Al que mato, con su infalible lanza en unas versiones, y en otras con una honda,
cuyo proyectil impacto en el ojo de su abuelo acabando con su vida.

Este relato, representa a Lug como el dios sol, y a esa función de traer la luz a los
habitantes de Irlanda, pues a pesar de ser medio Tuatha De Danam y medio Fomore, se
opone a la oscuridad de los segundos, y ayuda en la batalla al pueblo irlandés.

3.3. Fiesta de Lug.

La fiesta destinada a Lug era una de las cuatro grandes festividades del calendario
celta. Se denominaba Lugnasad y se celebraba en torno al 1 de agosto. Las otras tres
son el Imbolc -1 de febrero-, Beltain -1 de mayo-, y Samain -1 de noviembre- (Ross,
1987, 100).

Parece ser que estas fiestas, en honor al dios Lug, tuvieron mucha importancia en
toda el área celta, siempre relacionadas con el ciclo de la cosecha, y celebrada a

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principios de agosto –no siempre coincidiendo con el día 1-. Sabemos por la tradición
que tuvo gran afluencia en Irlanda, pero también en las islas de Gran Bretaña. Y su
presencia en la Galia, es corrobora el calendario celta de Coligny, del siglo I d.C.,
documento más extenso conservado en lengua gala, demuestra que por estas fechas se
celebraba el “gran mes de la fiesta”, coincidiendo con la Lugnasad.

Esta fiesta, era conocida como las “bodas de Lug”, o “el triunfo del dios solar”. Si
nos centramos en la etimología, la palabra Lugnasad, se ha traducido como
“matrimonios del dios Lug”. Pues tras la victoria en la Segunda Batalla Mag Tured, este
dios contrae matrimonio y Eire, la “Tierra”. Suponiendo la unión entre la vida y la
tierra, que darían lugar a la abundancia de cosechas. Suponía una fiesta de vínculos,
pues durante esta fecha se establecerían las futuras uniones, es decir, durante esta fiesta
las distintas familias afianzaban sus alianzas (García, 1998).

Otros autores establecen que esta fiesta se celebraría en recuerdo a la nodriza de Lug,
Tailtiu, hija de un rey de la Península Ibérica, que cuidó del dios hasta que este pudo
llevar armas. Cuya muerte según la tradición irlandesa, tuvo lugar, tras limpiar todos los
campos para hacerlos cultivables. Y en honor a ella, el dios ordenó una celebración
llena de juegos y competiciones.

Las celebraciones se centraban en la cosecha, por lo que se celebraban ferias, pero


también se hacían sacrificios para dar gracias al dios, se protegía mágicamente a las
cosechas y se realizaban juegos como el hurling, un antecesor del hockey. Y de lo que,
si parece haber constancia, es de la celebración de carreras de caballos, pues no en vano
a este dios se le asocia también con el caballo, como el primer jinete. Estas carreras, que
se hacían incluso cerca de lagos o sobre las aguas –recordemos el afán naturalista de la
religión celta-, y podrían ser representaciones del dios en su lucha contra las plagas que
arruinaban las cosechas (Ross, 1992, pp.100-1002)

Esta fiesta en honor a Lug, perdurará en el tiempo en las distintas regiones, un


ejemplo es la asimilación grecoromana, pues en Lyon, donde el 1 de agosto se celebraba
una fiesta, que en tiempos de los romanos pasará a ser en honor de Augusto
(Markale,1992).

Lo que no perderá su relación con las cosechas. Por ejemplo, en Inglaterra, Escocia y
la Galia, para conmemorar las fiestas y la cosecha se construían muñecos de paja y se
consumían alimentos hechos con cereal, en épocas posteriores. En Irlanda, también

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tendrá continuidad, y hay constancia de la celebración por estas fechas de una feria en
Muff Rock, durante la Edad Media, destinada principalmente a la compraventa de
caballos, quizás proveniente de la tradición de las carreras de caballos. Incluso, hoy en
día, los restos de esta fiesta pagan quedan por ejemplo en algunas zonas de Francia, hay
costumbres de realizar alimentos con harinas, y consumirlos, en zonas de la naturaleza
como colinas.

Pero en otras ocasiones, la celebración se adaptará a los nuevos tiempos y


circunstancias, convirtiéndose en las Lammas o fiestas de la cosecha en Inglaterra,
escondiendo sus orígenes paganos con la llegada del cristianismo. Aunque existió una
tolerancia a este tipo por la popularidad que tenían en la sociedad, se intentaron anular
los orígenes paganos. Llegándose a asociar, su evolución según algunos autores con
fiestas cristianas como la Ascensión de la Virgen o Asunción de la Virgen,
conmemorada el 15 de agosto; en relación a esa vertiente que ve la Lugnasad, como la
conmemoración a la madre de Lug. Y según, Alberro (2010), en Galicia esta fiesta se
cristianizó, en la Noche de San Juan, marcando esa relación con el solsticio de verano.
Donde el ascendente pagano de la fiesta está cargado de magia y superstición.

3.4. Identificación posterior de Lug.

La figura del dios Lug, fue tomada por las culturas posteriores. Con la llegada de los
romanos, se asimilará a Mercurio. Ya que según César es "considerado el inventor de
todas las artes, el dios que indica la ruta a seguir, que guía al viajero, […] el que es
más capaz de salvar de dinero y para proteger el comercio " fragmento de la Guerras
Galias. Pero sus funciones son tan amplias que también compartió características con
otros dioses romanos, y otros autores clásicos, advierte su semejanza con Apolo, al ser
el dios sol y conocedor del arte de la música; como habíamos visto en una de las
versiones de la leyenda de la entrada de Lug en Tara. Incluso, con el dios Ares por su
vertiente estratégica y guerrera.

Otra identificación llamativa del dios Lug, es la que hace Markale, en su libro de Los
Celtas y su civilización (1992), donde basando en investigaciones de otros autores,
asegura que la figura del dios se asilo a partir del siglo XII, en uno de los héroes más
famosos de la Leyenda del rey Arturo. En concreto, en la figura del caballero Lancelot.
Basa esta asimilación, principalmente en dos hipótesis, las similitudes en las historias de
ambos, en concreto la posesión de un arma que no puede fallar; pues tras la muerte de

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Arturo el único que podría empuñar su espada mágica seria Lancelot. Y, por otro lado,
los juegos de palabras con sus nombres, pues Lug es llamado “El de la larga lanza”; y
en la raíz Lance, significa lanza.

3.5. Culto de Lug en Península Ibérica.

Me parece interesante, incluir la presencia de Lug en la Península Ibérica, para cerrar


el grueso del trabajo.

Ya he hablado sobre la presencia de topónimos con la raíz de Lug en la Península,


como: Lugo; Lugones (Asturias), derivados de los Luggoni, antigua tribu que vivía en la
región –entre el Sella y el Nalón-; o los Lugei, tribu que residía en la actual provincia de
Lugo.

Pero su presencia, se refleja también inscripciones, voy a destacar dos:

- La primera, sería la de una inscripción celta acompañada de un dibujo en la cima


de una montaña, en lo que consideraron un santuario, en Peñalba de Villastar, en
Teruel. En dichas inscripciones, se ha encontrado citado dos veces a Lug, por lo
que algunos autores, han querido ver a la representación bicéfala (Fig. 1), la
representación del dios Lug. Aunque no todos los estudios abalan esta dedicación
al dios Lug (Olivares, 2010).
- La segunda, una inscripción, responde a la asimilación de Lug con Mercurio.
Esta se encuentra en Osma (Soria), y está dedicada a un gremio de zapateros
Lugoveses: LUGOVIBUS / SACRUM / LUCIUS […]. Aquí, conviene recordar
que en la leyenda de Mabinogion, Lug aparece como un zapatero divino
(Alberro, 2010).

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Fig. 1: Inscripción en Peñalba de Villastar

4. CONCLUSIONES.

Este trabajo, intenta resumir las facetas e historias del dios Lug, y como su figura no
se pierde en el tiempo, sino que se trasforma, marcando la fuerza de la tradición oral que
imperó en estas primeras civilizaciones, y que logró llegar, hasta la Edad Media.
Momento en el que toda esta tradición oral quedo escrita. Y que, junto con las fuentes
arqueológicas, permiten reconstruir algunos de los aspectos de los dioses celtas.

A través de esta información, vemos como el polifacético dios Lug, tuvo importancia
en toda la Europa Occidental, donde se le rindió culto, y que los ecos de sus festividades
quedarán marcados en muchas zonas. Si bien es verdad, que la época de la cosecha y la
necesidad de que esta fuera abundante, fueron una preocupación muy extendida durante
toda la historia, y que quizás sea también un buen motivo de esta continuidad. Aun, así
la toponimia y las inscripciones, nos dejan también reflejo de su gran difusión.

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5. BIBLIOGRAFÍA.

Bibliografía

Alberro, M. El pancéltico dios Lug y su presencia en España. Editor, e-Keltoi 6, Center


for Celtic Studies, Univ. of Wisconsin-Milwaukee

Brandon. (1975). Diccionario de religiones comparadas. Madrid: Cristiandad.

Bonnefoy, Y. (2000) Diccionario de las mitologías y de las religiones de las sociedades


tradicionales y del mundo antiguo. Barcelona: Destino.

Draak. (1973). La religión de los celtas. Religiones del pasado.

Garcia, M (1999). Mitología y mitos de la Hispania Prerromana, III. Madrid: Akal.

- (2002). El Reyezuelo, el cuervo y el dios céltico Lug. ARYS, 5, pp. 153-202.

Kruta, V. (2016) Têtes jumelées» et jumeaux divins : essai d’iconographie celtique.


Etudes Celtiques, vol. 42. pp. 33-57

Markale, J. (1992) Los celtas y la civilización celta: mito e historia. Madrid: Taurus.

Olivares, J.C. (2010) Los Ástures del conventus lucensis y el culto al dios Lug en el
noroeste de Hispania. Dialogues d'histoire ancienne, vol. 36, n°2. pp. 117-136;

Ross, A. (1988). Druidas, dioses y héroes de la mitología celta. Madrid: Anaya.


14
Sainero. (1999). Diccionario de mitología celta. Madrid: Akal.

Webgrafía

https://auteldesbrumes.com/blog/blog-article/lughnasadh-le-premier-sabbat-des-
moissons

https://mythopedia.com/celtic-mythology/gods/lugh/

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