Está en la página 1de 3

¿Y si fuéramos Infieles?

Que ladilla con la paranoia… mi mujer… mi mujer se la pasa revisándome

todo a ver si consigue rastros de CACHOS… Evidencia de CACHOS… ¿Cuál es

la obsesión con los cachos, digo yo? ¿Cuál es el Gran tema que tiene,

pregunto?... Que si de quién es ese lápiz labial, que si quien me está

escribiendo, que por que llegue tarde?, que porque Juan el mecánico me

llama tanto? ¡Que Fastidio!... Mi mujer me pregunta cada dos minutos si

la quiero… y yo estoy cansado de responderle: “Mira chica, mientras yo

no te diga lo contrario, quédate tranquila… Pero NO.

Ella se empeña, Roe, se mete como un topo, muerde con su sospecha

venenosa... ¿Qué? ¿Qué si tengo razón? ¿Razón en que? ¿En que yo le

monto cacho? ¿En celarme?... Ah, yo no se... El celo es gratis, es

libre, La inseguridad es de cada quien... ¿Yo? ¿Qué si soy infiel?...

Bueno, yo creo en la libertad de expresión... En que la vida es una sola

y hay que vivirla. Y en cuanto a la fidelidad... Yo creo que es

relativa. Déjenme decirles algo, y no es por defender los cachos, sino

por ser realista: Sexo es Sexo y Amor es Amor. Y una cosa no tiene nada

que ver con la otra... Es más, yo opino que el grave problema de esta

parte del mundo es que la fidelidad esta sobrevaluada. Todo el mundo

habla tanto de ella, piensa tanto en ella, la desea tanto que la pobre

se ha asustado, se ha ido corriendo, jugando al escondite con nosotros,

pobres mortales, estúpidos mortales enamorados, creyendo que la vamos a

encontrar debajo de la mesa y decirle: “Un, dos, tres por la

Fidelidad!!!”... pero resulta que no, que ella no aparece así de pronto,

que es casi inexistente, y cuando aparece no sirve para casi nada...


A ver. Las mujeres quieren maridos fieles. ¿Para que? Para decir: “El es

tan bueno... Nunca le he descubierto un caso... No llega tarde... No

tiene amiguitas... No sale con los amigos... Es tan bueno”... Y a lo

mejor es un desgraciado... Un patán que no la oye, que no comparte sus

éxitos, que no le presta el hombro para llorar, que no es amigo, que no

es amante... pero es taaaan fiel... Bueno... Que ella sepa.

Ahora, los hombre creemos que nuestras mujeres son fieles. Lo damos por

hecho. Es que no nos pasa por la mente que nuestra mujercita pueda ver

para otros lados, desear a otro, quitarse las gríngolas que

automáticamente les ponen en los ojos el día que dicen: “Si, Acepto”. No

se nos ocurre que nuestras espositas puedan saltarse las normas del

documento de propiedad que firman cuando se casan. Los hombres damos por

hecho la Fidelidad de nuestras mujeres Y PUNTO.

Entonces todos jugamos a ser Fieles, con el cuerpo al menos. Las mujeres

hacen dieta, mucha dieta, se operan, se inyectan silicón, se ponen

extensiones gastan todo el dinero en maquillaje y se la pasan todo el

día en el Gimnasio para que sus maridos las deseen mucho. Se vuelven

amantes expertas y se aprenden todo el kamasutra y actúan como toda una

geishas para que sus maridos no deseen otros cuerpos... Y los hombres,

que damos por hecho la fidelidad de nuestras mujercitas... Bueno... Nos

esforzamos para cumplir con nuestras obligaciones conyugales... Dos

veces por semana dejamos a esa mujercita feliz y contenta en la cama...

Y si ella tuvo o no tuvo su orgasmo no importa, ya uno cumplió... Ahora,

si uno es o no es feliz no importa, ella se ve bien buena con esas

operaciones. Y si la mente de ambos esta en otro lado, no importa, ahí

están los cuerpo, las pieles, jurándose fidelidad eterna... Y si la vida

diaria es una miseria, una mediocridad de vida que necesita que caiga

maduro del poder para tener algo más de que hablar, no importa...
¿Por qué? ¡Porque TODOS SOMOS FIELES!

¿y si echáramos por tierra ese mito llamado MONOGAMIA y admitiéramos

nuestros instintos?

Ahí están los musulmanes con su cuerda de esposas, gozando una bola o

torturándose para siempre, uno no sabe, pero en fin, ¡Con libertad de

Expresión, pues!... Esos si fueron inteligentes... Esos si fueron claros

con lo que sentían... Entonces digo yo: ¿Y si todos, por una vez en la

vida asumiéramos que es imposible dormir 30 años con el mismo cuerpo,

escuchen bien, sin DESEAR por lo menos por un segundo, el sabor de la

variedad? ¿Seriamos menos neuróticos? ¿Mi mujer me reclamaría menos? ¿Y

nosotros? ¿Seriamos mas considerados con nuestras mujeres? ¿Seriamos

todos mas felices? ¿Menos Hipocritas? ¿Mas desquisiados? ¿Menos

atormentados? ¿MENOS FIELES Y MAS LEALES?

¡Ah!... Los Cachos... A veces pienso que la palabra FIDELIDAD Y

FELICIDAD se paracen tanto y están tan lejos...

¿Y SI FUERAMOS INFIELES?

También podría gustarte