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Universidad Interamericana de Panamá

Derecho Laboral
Ensayo N°1.
“El derecho de trabajo en el siglo XIX”
Elaborado por Lisbeth Atencio
Cédula: 8-953-194.

Nuestros derechos son puntos cardinales que siempre debemos defender y sin duda
alguna estar dispuestos a luchar por ellos.
La historia nos enseña como sin la lucha de miles de personas, no seríamos capaces de
tener acceso a beneficios laborales que tenemos hoy en día; beneficios que vemos
común y corriente tal cual como un horario digno, salario equilibrado, acceso a cotizar una
jubilación, entre otros puntos que todos conocemos por nuestros día a día laboral pero
que personas en aquellas épocas de la revolución industrial se habrían asombrado de
tener, gracias a las paupérrimas situaciones laborales e injusticias sociales que vivían día
a día.
Es importante recordar las desigualdades sociales que se acrecentaron gracias a la
llegada de las grandes máquinas e industrias y con estas desigualdades llegaron las
injusticias sociales y laborales tales como horarios de jornadas de 14 hasta 17 horas lo
cual me parece inhumano, lugares de trabajos sin ningún tipo de salubridad atentando
directamente con la salud de las personas, un ejemplo de las enfermedades que puedo
mencionar era la tuberculosis, a mi parecer los trabajadores no tenían ningún valor, solo
eran explotados de manera déspota por aquellos comerciantes y personas de la esfera
más alta de aquella época.
Las desigualdades e injusticias eran tan grandes que no existía de forma alguna el buscar
el bien común y tener una sociedad más equitativa; ya que las riquezas se quedaban
entre las grandes esferas y lastimosamente aunque sea una joven católica me golpeo
mucho el tener que ver como también los sacerdotes y obispos ayudaban a agravar el
bien común de la gente, pero siempre Dios ilumina a una persona y me alivio saber que
personas como el padre Daens no perdió el eje central de ayuda a los más necesitados e
hizo su lucha y trato de alzar el clamor de los mas necesitados.
Esta época de la historia demuestra como el egoísmo y la avaricia son puntos claves
destructores de la sociedad y aun hoy en día podemos apreciar como estos puntos siguen
afectando.
La mejor Arma del pueblo es la unión y digo esto porque sin la unión de la gente no se
hubiera podido iniciar un movimiento de Ludismo y sindicalismo, así como también reunir
miles de personas para realizar marchar y de esta forma poder alzar la voz de todos, ante
aquellos que tienen las riquezas e ignoran el clamor de la gente.
La historia nos demuestra que debemos de cuidar de nuestros niños, no es aceptable a
mi parecer, que un niño trabaje y que pierda su tan hermosa inocencia por culpa de los
problemas socioeconómicos, situaciones que puedo mencionar de este flagelo es la
muerte de Nini aquella niña que obligaron a prostituirse y tras eso queda embarazada
para luego tener que trabajar con una criatura en su vientre jornadas extendidas e
inhumanas para que al final se muriera de frio en la calle sola y desprotegida.
Un punto clave para que todos los trabajadores alzaran su voz es ver como un niño
pequeño y tierno “Meleque“ muere por una máquina de hilar a causa del abuso de horas
de trabajo, estas son situaciones que se me hace imposible digerir y que debemos luchar
a capa y espada porque no se vuelvan a repetir.
A mi parecer debemos analizar muy bien a aquellas personas que estarán en la tarea de
dirigir y legislar nuestras leyes ya que la historia nos enseña y no las refleja en la película
Daens que esos que están para legislar leyes que cuiden y mejoren la calidad de vida de
las personas, en múltiples ocasiones solo buscan llenar sus propios bolsillos, veamos esta
película como un ejemplo de lo que no se debe volver a permitir.
En nuestros días aún tenemos personas que nos gritan “Tengo hambre “como en aquellas
épocas las personas también lo hacían, debemos preguntarnos y me incluyo ¿estás
haciendo algo para ayudar a erradicar esto?
Ya para terminar me gustaría mencionar las hermosas palabras que me quedan de la
película, mencionadas por el padre y profesor Daens “Cristo nos enseñó a compartir lo
poco que tenemos sin importar clase social”, esta frase se quedará en mi mente ya que
nos enseña: Que no debemos de olvidarnos de estas luchas donde reinaba el egoísmo y
miseria. Ahora tratemos de alzar nuestras voces y aportar un granito de arena ante
aquellas desigualdades que se nos presentan en nuestra actual sociedad.

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