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Esto significa que la tecnología podría volverse consciente de nuestras emociones y adaptarse a
ellas, lo que podría tener aplicaciones beneficiosas en diversos ámbitos como el automovilismo, la
educación, la atención médica y la comunicación.
Por ejemplo, en el campo del automovilismo, se menciona la posibilidad de que los vehículos
autónomos sean capaces de detectar el cansancio o la frustración del conductor y responder en
consecuencia, ofreciendo soluciones como ajustar la música o configurar los asientos de forma
personalizada. Esto podría mejorar la seguridad y comodidad del conductor.
En el ámbito educativo, los sistemas de aprendizaje inteligente podrían adaptarse a las emociones
y necesidades de los estudiantes. Si un estudiante muestra frustración o confusión, el sistema
podría proporcionar una explicación diferente o ralentizar el ritmo de aprendizaje para brindar un
apoyo más efectivo.
Referencia :
• Kaliouby, R. (2017) We Need Computers with Empathy MIT Technology Review.
Recuperado de https://www.technologyreview.com/s/609071/we-need-
computers-with-empathy/