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La hipótesis central de esta teoría es que cada cultura tiende a desarrollarse siguiendo
el mismo patrón de evolución, sin importar el continente de origen. Las culturas
humanas evolucionaron de especies simples a seres más complejos, a través de la
diferenciación del trabajo, siendo el camino de desarrollo, lo observado en el cuadro, es
decir, salvajismo -barbarie - civilización. En ese momento, la cúspide de la civilización
estaba representada por la era victoriana.
Sus ideas parten de un esquema evolutivo que, bajo el influjo racionalista de la época,
otorga una unicidad instrumental a la cognición humana, superpuesta a un eje temporal
donde la organización social y la cognición recorren un progresivo desarrollo hacia las
formas actuales de la razón, tanto en lo moral como en lo científico.
Tylor propuso una ruta unilineal: desde el animismo hasta el politeísmo, luego al
monoteísmo y finalmente a la ciencia. En la visión de Tylor, la religión se retiraría
conforme la ciencia proporcionara explicaciones cada vez mejores. Tanto Tylor como
Morgan estaban interesados en las supervivencias, las prácticas que sobreviven en la
sociedad contemporánea de las etapas evolutivas más tempranas.
Boas fue uno de los más destacados opositores a las ideas del racismo científico, muy
populares en aquel momento, que defendían la raza como un concepto biológico y
afirmaban que el comportamiento humano era explicable mediante la tipología de las
características biológicas.
Metodología
Boas empezó utilizando el método comparativo de Tylor, pero con un fin distinto. Se
preguntó por qué tribus con diferentes lenguas comparten rasgos culturales
(costumbres, creencias, mitos, folclore…). Interpretó las semejanzas en el folclore de
distintos pueblos como producto de la difusión y no de la aparición independiente.
La evolución de la cultura de una tribu era, según él, un problema histórico en el que
debía averiguarse qué era original y qué había sido tomado prestado.
Boas sugirió que fenómenos aparentemente similares podían tener causas (históricas,
ambientales y psicológicas) complejas y diversas. Para distinguir lo que había sido
resultado de la invención independiente de lo que se había trasmitido a través de
difusión propuso aplicar un nuevo método: el método histórico. Este método consistía
en:
3. Buscar leyes del desarrollo cultural (algo sobre lo que Boas era escéptico).
Boas, sin embargo, no fue un practicante radical del relativismo. Creía en la existencia
de valores universales: razón, libertad y solidaridad. El conocimiento de otras culturas
debía producir una mayor tolerancia y acercarnos a esos otros valores universales.
3. Teorías funcionalistas
Las perspectivas evolucionistas, en especial las asociadas a Morgan y Tylor, dominaron los
primeros pasos de la antropología. El comienzo del siglo XX estuvo marcado por diversas
reacciones al evolucionismo del siglo XIX. En Gran Bretaña, los funcionalistas como Malinowski
y Alfred Reginald Radcliffe-Brown abandonaron el historicismo especulativo de los
evolucionistas en favor de estudios de las sociedades vivas de la actualidad. En Estados Unidos,
Boas y sus seguidores rechazaron la búsqueda de etapas evolutivas en favor de un enfoque
histórico que trazaba los préstamos entre culturas y la difusión de rasgos culturales por áreas
geográficas. Los funcionalistas y los boasianos veían las culturas como algo integrado y regido
por patrones.
En cambio, especialmente los funcionalistas veían las sociedades como sistemas en los que las
diversas partes trabajaban juntas para mantener el todo. A mediados del siglo XX, tras la
segunda guerra mundial y el colapso del colonialismo, hubo un revitalizado interés por el
cambio, incluidos nuevos enfoques evolucionistas. Otros antropólogos se concentraron en los
fundamentos simbólicos y en la naturaleza de la cultura, utilizando enfoques simbólicos e
interpretativos para descubrir símbolos y signifi cados pautados. Hacia la década de 1980 los
antropólogos habían pasado a estar más interesados por la relación entre la cultura y el
individuo, y por el papel de la acción (agencia) humana en la transformación de la cultura. Hubo
también un resurgir de enfoque históricos, incluidos aquellos que veían las culturas locales en
relación con el colonialismo y el sistema mundial. La antropología contemporánea está marcada
por su creciente especialización, basada en temas e identidades especiales. Como reflejo de tal
especialización, algunas universidades se han alejado de la visión holística, biocultural de la
antropología.
Fuentes de consulta
Kottak, Conrad Ph. (2011). Antropología cultural. 14° edición. Mc Graw Hill.
García Canclini, N. (2004). Diferentes, desiguales y desconectados. Mapas de la
interculturalidad. Gedisa, Barcelona, 223 p
Geertz,
C. (1973). El impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre.
La interpretación de las culturas (4359). Bs. Aires: Ed. Gedisa.