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El anarquismo tiene antecedentes en la República Argentina desde el siglo XIX, con la influencia
del inmigrante italiano Enrico Malatesta. A principios del siglo XX el anarquismo en Argentina tuvo
su apogeo con la Federación Obrera Regional Argentina, una organización de tipo
anarcosindicalista; represiones sindicales dieron lugar a las llamadas Semana trágica y Patagonia
trágica. En la actualidad, el anarquismo en Argentina se dedica a la difusión de ideas y a la
propaganda, mediante periódicos y bibliotecas, más que a la organización sindical.
Durante los primeros años la actividad anarquista fue propulsada principalmente por inmigrantes,
que muchas veces conformaban grupos de pertenencia según sus pueblos de origen, tal es el caso
de un grupo de italianos oriundos de la misma región que conformó en Rosario un grupo
anarquista llamado "El Miserable". El grupo de inmigrantes italianos se convertirá en el más
influyente con la llegada del célebre filósofo Errico Malatesta en 1885. Se constituye un grupo de
Estudios Sociales, que organiza conferencias de Malatesta y se edita en idioma italiano la revista La
Questione Sociale. En 1886 Malatesta inició una expedición en busca de oro a la Patagonia, para
conseguir recursos para la propaganda libertaria y la organización de los obreros; aunque la
empresa resultó un fracaso económico, las actividades itinerantes de Malatesta influenciaron al
movimiento anarquista argentino de forma indeleble. Malatesta regresaría a Europa en 1889.123
En 1887 Malatesta también ayudó a conformar el sindicato de panaderos, o Sociedad Cosmopolita
de Resistencia y Colocación de Obreros Panaderos.124 También ese año el anarcocomunista
italiano Ettore Mattei (co-fundador del sindicato de panaderos junto a Malatesta y Francesco
Momo) edita el semanario Il Socialista. Organo dei Lavoratori.5
Los marxistas locales se agrupaban en torno al periódico Vorwarts (Adelante), que era editado por
alemanes y en idioma alemán, y tenía un severo aire intelectual, que despreciaba la "falta de
disciplina" de los obreros de origen latino. En cambio, los anarquistas editaban sus periódicos no
solo en los idiomas de las colectividades inmigrantes, sino principalmente en castellano, teniendo
una influencia importante en las masas proletarias argentinas.7
De 1890 a 1900
En estos años se produjo una agria polémica entre los anarcocomunistas antiorganizacionistas de
El Perseguido, contrarios al sindicalismo y a las organizaciones que sobrepasasen a los grupos de
afinidad, y los anarcocomunistas organizacionistas de La Questione Sociale y El Oprimido, que
defendían las ideas malatestianas y que apoyaban la creación de sociedades de resistencia y el
anarcosindicalismo. Esta tendencia a favor de la organización fue la que finalmente resultó la
predominante.10
Entre los militantes destacados de esta década se pueden mencionar Ettore Mattei, Virginia
Bolten, Rafael Roca (destacado orador), el librero belga Emile Piette, el pintor Ragazzini, el español
Victoriano San José, el francés Pierre Quiroule (editor de La Liberté), el catalán Gregorio Inglán
Lafarga (dirigió La Protesta), Manuel Reguera, Fortunato Serantoni (director de La Questione
Sociale), Juan Vila y el doctor Juan Creaghe (director de El Oprimido) y el doctor Emilio Arana, del
grupo "Ciencia y Progreso" de Rosario.11 La figura de Pietro Gori, que arribó a la Argentina el 21
de junio de 1898, dio un gran impulso a las tendencias organizacionistas. Organizó y participó de
numerosas conferencias, debates e investigaciones científicas y sociológicas (Gori era abogado
criminalista), además de editar algunos folletos tales como Las bases morales de la anarquía,
Vuestro orden y nuestro desorden, etc.12
Si bien existían en este período finisecular una gran cantidad de proyectos editoriales, es
destacable la fundación del periódico La Protesta Humana, como se llamó inicialmente, el 13 de
junio de 1897. El éxito editorial del periódico será casi inigualable en la historia de la prensa
anarquista mundial, llegando a ser editado en su apogeo en dos ediciones (matutina y vespertina),
y varios miles de ejemplares por día.
Fundación de la FORA
A diferencia de los socialistas, los anarquistas -que despreciaban la participación política- creían
que la Federación era una organización en la que todos los trabajadores debían la misma
participación, sin dirigentes con poder resolutivo, y considerando la lucha por reformas
económicas como un medio para alcanzar la revolución social y el Comunismo Anárquico.
En octubre de 1901 en Rosario, se produjo el asesinato del obrero huelguista Cosme Budislavich
por parte de la policía; éste fue primer mártir del Movimiento obrero argentino. En 1906 los
conflictos gremiales ascendieron a 323, con un promedio permanente de 600 trabajadores en
conflicto según informes del Ministerio del Interior; en 1907 se produjeron 254 huelgas.
Paralelamente al incremento de huelgas y actividad gremial, fue creciendo la represión
gubernamental.
Los días 2 y 3 de agosto de 1907, la FORA declaró la huelga general en Bahía Blanca debido al
asesinato de dos obreros remachadores en el puerto de Ingeniero White. En agosto de 1907, ante
el aumento de los alquileres, los inquilinos se declararon en huelga y tomaron la decisión de no
pagar. Se trató de un enorme movimiento en el que participaron más de 140.000 personas en
2.400 conventillos de Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca.13 La FORA logró organizar el
movimiento creando comités y subcomités en todos los barrios. La huelga duró tres meses y
finalmente muchos propietarios aceptaron mantener los alquileres sin aumentos.1415
El V Congreso
Durante los días 26 y 30 de agosto de 1905, la FORA celebró su V Congreso, al que asistieron 100
sociedades obreras, 4 federaciones locales y 1 federación de oficio. Entre otros temas tratados, se
recomendaba sus asociados “no dejarse conducir presos sin causa justificada, llegando hasta la
violencia trágica para poner coto a esos abusos policiales, debiendo las sociedades a que
pertenecen prestarles ayuda material y moral”. El congreso estableció luego de tres horas de
debate, por 54 votos a favor contra dos, la célebre declaración de principios finalista presentada
por la Federación Obrera Local Rosarina, la Federación Obrera Local de Santa Fe, los Panaderos de
Lincoln y la Federación Obrera Regional Uruguaya.16
Los delegados del V Congreso de la F.O.R.A., a fin de que las sociedades obreras no detengan su
acción emancipadora en la conquista de mejoras inmediatas, las que prontamente serán
arrebatadas, si en los trabajadores no existe un conocimiento bien definido de sus derechos y
deberes, hacen la siguiente declaración: El quinto Congreso Obrero Regional Argentino,
consecuente con los principios filosóficos que han dado razón de ser a la organización de las
federaciones obreras, declara: que aprueba y recomienda a todos sus adherentes la propaganda e
ilustración más amplia, en el sentido de inculcar en los obreros los principios económicos y
filosóficos del comunismo anárquico. Esta educación, impidiendo que se detengan en la conquista
de las ocho horas, les llevará a su completa emancipación y por consiguiente a la evolución social
que se persigue.
V Congreso de la FORA.16
La FORA desde entonces fue un sindicalismo con definición ideológica y una propuesta finalista.
Los sindicatos opositores a la FORA, y los partidos socialista, radical y años después los comunistas,
eran críticos a su definición ideológica anarcocomunista, e "insistían con liberar a los sindicatos de
cualquier definición ideológica, por ser éstas un obstáculo para la unidad de la clase trabajadora.
Para ellas todo lo que atentase contra la neutralidad del sindicalismo no podía ser más que
dogmático y sectario".17
El 1 de mayo de 1909 la FORA y el Partido Socialista (PS) realizan cada uno por su lado distintas
manifestaciones. La manifestación socialista transcurrió normalmente, sin embargo, el acto de la
FORA fue brutalmente reprimido por la policía, a las órdenes del Coronel Ramón Falcón. Como
resultado murieron siete obreros y hubo un centenar de heridos, aproximadamente.
En respuesta, la FORA y la UGT, apoyadas por el Partido Socialista, convocaron a una huelga
general por tiempo indeterminado. Las ciudades se paralizaron durante una semana; los muertos
son enterrados ante una procesión de 300.000 personas. En el acto hablaron Juan Bianchi por la
FORA, Luis Lotito por la UGT y Alfredo Palacios por el Partido Socialista. El 8 de mayo se produjo el
histórico hecho de que el gobierno, por primera vez, aceptó negociar con un Comité de Huelga.
La reacción gubernamental golpeó fuerte a los anarquistas, aprobando la "Ley de Defensa Social" y
se suspendieron la libertad de imprenta, el derecho de manifestación, de asociación y de reunión.
Se deportó al extranjero y se detuvo a centenares de militantes, trasladándolos al Penal de
Ushuaia. El periódico La Protesta pasó a editarse temporalmente en Montevideo, pero pronto se
comenzó a imprimir clandestinamente en Buenos Aires a mediados de 1911.
La actividad represiva del gobierno durante el Centenario paralizó durante un tiempo al activismo
sindical y anarquista, que se fue recomponiendo durante 1911 y 1912. Recién en octubre de 1913
volvió a declararse una huelga general.
Después de la violenta represión del Centenario contra los anarquistas y su prensa, pocos creyeron
en una cercana rehabilitación. La Protesta apareció semanalmente a partir del 15 de mayo de
1911 y diariamente recién el 20 de julio de 1913. El resurgimiento de la prensa libertaria se
evidencia en la cantidad de nuevos títulos, en general de alcance local, circularon entre 1910 y
1919.
La Simiente La Plata1913
La FORA sindicalista tuvo una política abierta a negociar con el gobierno, a diferencia de la FORA
anarquista. Sin embargo, dentro de la FORA sindicalista continuaron actuando muchos
gremialistas anarquistas, debido a que sus gremios habían adherido a la nueva central sindical. En
este sentido, son destacables los casos del marítimo Juan Antonio Morán y del sindicalista Antonio
Soto, ambos anarquistas, quienes a pesar de pertenecer sus gremios a la FORA sindicalista,
tuvieron una actuación gremial muy preponderante y radicalizada, más acorde al estilo de la FORA
anarquista.
La Revolución de Octubre de 1917 tuvo un papel revigorizante del movimiento obrero argentina.
La actividad anarquista, socialista y sindicalista se multiplicó fundando periódicos, abriendo locales
y en activismo. Los anarquistas se vieron muy entusiasmados en los inicios de proceso
revolucionario ruso, pero pronto se pasó a una actitud expectante y crítica. Ya hacia 1920 los
anarquistas habían tomado distancia de la política de Lenin, salvo un pequeño grupo al que se lo
denominaba como "anarco-bolchevique", que editaba algunos periódicos como Bandera Roja,
Frente Proletario, Frente Único, El Sol, etc.18
Las cartas de Kropotkin a Lenin criticando la revolución rusa y su autoritarismo, la represión a los
anarquistas en Ucrania, en Moscú y la masacre de los marineros rebeldes de Kronstadt llevaron a
los anarquistas de la Fora del V Congreso a rechazar la dictadura del proletariado en su congreso
de 1923.18
Semana Trágica
El 2 de diciembre de 1918 declararon la huelga los obreros de los talleres metalúrgicos Vasena,
afiliados a la FORA anarquista. El 3 de enero de 1919 se producen incidentes entre los huelguistas
y las fuerzas represivas. El 7 de enero, comienza la huelga de los obreros de los Talleres
Metalúrgicos Vasena, ubicados en la Ciudad de Buenos Aires. Reclamaban un aumento salarial, el
descanso dominical y la reducción de la jornada laboral de 11 a 8 horas.
Le empresa trató de continuar funcionando con obreros rompehuelgas provistos por la Asociación
del Trabajo, una asociación patronal. Debido a disturbios producidos por los huelguistas, la policía
intervino con armas largas. Esta intervención dejó un saldo de 4 muertos y más de treinta heridos,
algunos de los cuales murieron.
Por esto la FORA del V Congreso y la FORA del IX Congreso llamaron a huelga general, la cual
comenzó el día 9 de enero. Durante el entierro de los obreros fallecidos, policías y bomberos
armados dispararon contra la multitud, lo que hizo desfallecer entre 8 (según el diario La Prensa
(Argentina)) y más de 50 (según el diario La Vanguardia)
A partir de ese momento grupos paramilitares como la Liga Patriótica Argentina -que eran
claramente antisemitas, xenófobos y defensores de los valores conservadores- persiguieron y
asesinaron a dirigentes obreros y anarquistas, pero también a cualquiera que pareciera extranjero.
Este grupo tiene el triste récord de haber sido el primero en realizar un pogrom en territorio
argentino.
Debido a que los obreros, a pesar de todo, eran más que la policía y los grupos paramilitares y la
prensa pronosticaba una guerra revolucionaria, el presidente Hipólito Yrigoyen deja la Ciudad de
Buenos Aires a manos del General Luis Dellepiane, el que dejó a la ciudad con 1.000 ciudadanos
menos.
Entre 1921 y 1930
En marzo de 1922 la FORA del IX se unió a algunos gremios de la FORA anarquista en manos de los
anarco-bolcheviques y conformó la Unión Sindical Argentina (USA); desde ese entonces volvió a
existir una sola FORA, de ideología anarquista. En junio de 1923 todas las organizaciones obreras
declararon una huelga general en repudio al asesinato de Kurt Wilckens en la Penitenciaría
Nacional.20
Con el correr de la década de 1920 la FORA fue perdiendo terreno frente a las otras organizaciones
obreras, que habían aceptado la mediación y la negociación gubernamental. En 1925 la FORA
inició una campaña por la jornada laboral de 6 horas, como remedio para terminar con la
desocupación. Sin embargo las campañas por la liberación de Simón Radowitzky y contra la
ejecución de Sacco y Vanzetti en Estados Unidos revitalizaron el activismo. Se llegó a medidas de
acción directa violentas, con la colocación de bombas en la Ford y la Embajada de los Estados
Unidos. La muerte de Sacco y Vanzetti en la silla eléctrica en agosto de 1927 causó honda
indignación en los medios libertarios. No obstante, en abril de 1930 la amnistía otorgada a
Radowitzky por el gobierno de Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical puso fin a una exitosa
campaña de más de 2 décadas. Radowitzky fue sacado del país preventivamente por los
anarquistas, para proteger su vida de los esbirros de la ultraderecha que pretendían atentar contra
su vida.21
Patagonia Trágica
El 6 de septiembre de 1930 el general José Félix Uriburu dio un golpe de Estado, y conformó un
gobierno dictatorial que reprimió a las organizaciones obreras y puso fuera de la ley a todas las
organizaciones, grupos y colectivos anarquistas. Se condenó a pena de fusilamiento a todo
activista que se lo encontrase resistiendo contra el gobierno. En Rosario, el joven anarquista
Joaquín Penina fue fusilado en el acto por repartir propaganda anarquista. La Protesta dejó de
publicarse, y la prensa libertaria circulaba de forma clandestina.
En su resistencia contra la dictadura, los grupos anarquistas ejecutaron a muchos de los que
encabezaban y llevaban adelante la represión, siendo el caso más notorio el del mayor José
Rosasco, que operaba en la zona de Avellaneda, asesinado por Juan Antonio Morán en junio de
1931. Rosasco tenía como práctica fusilar a ladrones y rateros en el lugar de la detención, o en
alguna plaza.22 Morán lo siguió hasta un restaurante en que iba siempre a cenar Rosasco.
Cuando habían terminado el primer plato, paró un automóvil del que bajaron “cinco individuos
correctamente vestidos”. Uno de ellos se sentó a una mesa cercana a la puerta y los otros cuatro
siguieron al fondo, como para pasar al patio. En ese momento el mayor Rosasco reía a carcajadas
por una broma, cuando de improvisto los cuatro individuos se pararon frente a la mesa. Uno de
ellos se adelantó, tenía aspecto de criollo, era musculoso, un verdadero toro físicamente, y
dirigiéndose a Rosasco le dijo: "Porquería." Rosasco se fue poniendo de pie lentamente mientras
sus ojos se salían de las órbitas. El desconocido -era Juan Antonio Morán- sacó, con la misma
lentitud que el otro se iba parando, una pistola 45 y le disparó cinco certeros balazos, todos ellos
mortales.
Osvaldo Bayer23
En 1931 los anarquistas Pascual Vuotto, Reclus de Diago y Santiago Mainini, de la ciudad de
Bragado (provincia de Buenos Aires), fueron torturados y condenados a prisión por un crimen que
no habían cometido; el caso fue conocido como los «presos de Bragado». Se inició una intensa
campaña por esclarecer el hecho y en solidaridad con los detenidos. Finalmente serán liberados el
8 de julio de 1942 por conmutación de la pena.24
Miguel A. Roscigna
Durante los años posteriores al golpe de Estado de Uriburu y la continuación con el gobierno del
General Justo se asestaron los golpes que finalmente desarticularon al movimiento anarquista
argentino, estructurado alrededor de la FORA. Por esta razón, algunos grupos anarquistas
consideraban que la FORA había dejado de ser un referente y luego de varias reuniones originadas
en las cárceles donde estaban detenidos, fundaron en Rosario en 1932 un Comité Regional de
Relaciones Anarquistas, que revitalizó al movimiento, con su vocero Acción Libertaria, en
septiembre de 1933. Esta aparición de una "organización específica anarquista" causó el rechazo y
un conflicto con los militantes de la FORA, que sostenían la organización por oficios. En octubre de
1935 finalmente se fundó en La Plata la Federación Anarco Comunista Argentina (FACA), como
continuación del CRRA. La FACA tuvo una importante participación en la campaña por la libertad
de los Presos de Bragado.26
Pablo M. Pérez26
La FLA comenzó a editar la revista Reconstruir desde 1959, mientras que la FORA había dejado de
existir prácticamente, aunque los antiguos militantes continuaban manteniendo algunos locales y
editando periódicos y folletos con mucho esfuerzo.
Resistencia Libertaria
En la década de 1970 surgió en La Plata Resistencia Libertaria (RL), un grupo de militantes que
fusionó ideas anaquistas con las ideas de la izquierda revolucionaria.
"Una expresión no única pero sí propia de los años 70 fue, por ejemplo, la organización Resistencia
Libertaria, de actuación básicamente clandestina aunque centrada en los núcleos sindicales más
combativos; organización finalmente diezmada por la cruenta represión desatada por la dictadura
militar."
Daniel Barret
28 Alejados de los círculos tradicionales del anarquismo, tuvieron fuertes discusiones con los
grupos de La Protesta y la FORA, aquellos jóvenes vivían una realidad donde asomaba el influjo de
las revoluciones de Cuba y China, los Tupamaros de Uruguay o los Black Phanters de Estados
Unidos, así como también el Mayo francés y la nueva izquierda clasista que florecía con la gesta
del “Cordobazo”.29 Las lecturas atentas de Errico Malatesta, el marxismo libertario de Daniel
Guerin y las historias de los campesinos rebeldes de Néstor Makhno. Mientras los militantes de RL
defendían la integración con otras fuerzas no anarquistas y propugnaban la lucha armada, la
posición crítica a este abandono de los principios anarquistas fue defendida especialmente por
Amanecer Fiorito de La Protesta. La fractura idelógica alejó las posiciones de ambos bandos,
generando una polémica que continúa hasta el presente.30
Otras agrupaciones
Luego del retorno de la democracia en 1984, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, hubo un resurgir
del activismo anarquista. La actividad se concentró en Buenos Aires, en los locales de la FLA, la
Biblioteca Popular José Ingenieros y la FORA, este último en el barrio de La Boca. Surgieron
decenas de agrupaciones de efímera trayectoria como Trabajadores Anarquistas, Fife y
Autogestión, Resistencia Anarquista, Agitación Anarquista, actualmente disueltas y aparecieron la
revista Utopía, El Libertario, editado por la FLA y se continuó con La Protesta y Organización
Obrera. Una de las actividades más trascendentes fue la marcha de repudio a la visita del Papa
Juan Pablo II, que culminó con la represión policial en el centro porteño.
Titular de Libertad!
Durante la década de 1990 surgió otra oleada de agrupaciones, pero mucho más estables y
orgánicas. El grupo anarquista ¡Libertad! surgió en 1997, editando el periódico homónimo y gran
cantidad de folletos. Luego apareció CAIN, agrupación anarquista, que luego de un corto tiempo se
adscribiría al plataformismo conformando la Organización Socialista Libertaria, y ´relacionándose
con otras organizaciones del especifismo anarquista, como la agrupación Auca de La Plata y la
Organización Anarquista Revolucionaria de Rosario. Editaban conjuntamente el periódico En la
calle, hasta su desaparición en 2009. Todas estas organizaciones plataformistas desaparecieron,
siendo muy criticadas por los jóvenes anarquistas de cuño clásico, especialmente cuando una gran
parte del grupo Auca pasó a integrar las filas del peronismo. Dentro de esta tónica también surgió
Red Libertaria de Buenos Aires, representante del especifismo y neo-plataformismo hasta su
disolución en 2010.31 Por esos años también continuó la edición de literatura anarquista,
destacándose la actividad editorial de la colección Utopía Libertaria, que continúa hasta el
presente. Promediando 2011 surge la Federación Anarco-Comunista de Argentina (FACA)
conformada por zonales de Oeste del Conurbano bonaerense Columna Buenaventura Durruti,
Capital Federal Columna Errico Malatesta y la Columna Libertaria Joaquin Penina de Rosario.32
Esta organización, cuyos principales frentes de intervención son el piquetero y el gremial, no es la
continuación de la antigua FACA, aunque se enmarca dentro de la tendencia denominada
especifismo.33
Promediando el 2012 la FACA se disuelve por lo que tres años más tarde, hacia Abril de 2015, la
Columna Penina de Rosario pasa a estructurarse como Federación Anarquista de Rosario con
inserción principalmente en el ámbito territorial y sindical. En el año 2011, surge el Frente de
estudiantes LIbertarios (FeL) en la Universidad de Buenos Aires, con presencia en varios puntos del
interior de país, tanto en universidades, tericarios y colegios secundarios. El FeL rompe con el
idealismo anarquista, para pasar a ser una corriente alternativa al dogmatismo y sectarismo
anarquista, haciéndose llamar "izquierda libertaria". Lo que posibilitó su sostenido crecimiento y
afianzamiento de su línea política en los estudiantes de los distintos sectores en los que actúa.
Presencia en la cultura
Florencio Sánchez
El anarquismo tuvo una importantísima presencia en las letras argentinas entre 1880 y 1930.
Incluso algunos escritores de talla como Jorge Luis Borges y Leopoldo Lugones tuvieron un
esporádico paso por los círculos y las ideas ácratas, aunque posteriormente se alejarían por
completo hacia posiciones conservadoras y de derecha.34
Florencio Sánchez, nacido en Uruguay, vivió gran parte de su vida en Argentina y allí desarrolló
prácticamente toda su carrera como periodista, escritor y dramaturgo. Sus obras tienen un alto
contenido de denuncia social; ha sido considerado el autor más importante de la dramaturgia
latinoamericana. Algunas de sus obras más laureadas con La Tigra, Canillita, Barranca Abajo, Los
derechos de la salud, etc. Otro lugar destacado lo ocupa Alberto Ghiraldo, periodista de la cultura,
ensayista, poeta y editor. La influencia de Pietro Gori lo acercó al anarquismo; fue director de La
Protesta, y editó numerosas revistas libertarias y literarias a partir de 1898: El Sol, Martín Fierro,
Ideas y Figuras, etc. Escribió las obras teatrales Alma Gaucha, La Columna de Fuego y Los Salvajes,
entre otras; los poemarios Música Prohibida, Cancionero Libertario, Tiempos Nuevos; los ensayos
La tiranía del frac, La canción del Peregrino, etc.35
El gran poeta de Buenos Aires de los albores del siglo XX fue Evaristo Carriego, autor de Misas
Herejes y Alma del Suburbio, su ideología se trasunta en algunos poemas donde se exponen sus
simpatías por los oprimidos. Otro poeta anarquista fue José de Maturana, redactor de La Protesta
y director de la revista literiaria Los Nuevos Caminos. Otros poetas escritores y ensayistas
anarquistas declarados y militantes fueron Santiajo Locascio, Pedro J. Calou, el médico Juan
Emiliano Carulla (que abandonaría las ideas libertarias para abrazar el fascismo de Uriburu) y el
pedagogo Julio R. Barcos (que se pasaría al radicalismo de Yrigoyen).
Entre las mujeres el anarquismo tuvo muchas simpatizantes, lo cual se refleja en las militantes y
escritoras Juana Rouco Buela, Herminia Brumana y Salvadora Medina Onrubia. Otros escritores
libertarios reconocidos fueron Alejandro Sux (seudónimo de Alejandro Daudet), Julio Molina y
Vedia, Fernando del Intento, Mario Vila, Alfonso Grijalvo, Ricardo Carrencá, Pedro Maino, Leoncio
Lasso de la Vega, Julio Camba, Vicente Salaverri, Pascual Guaglianone y Mario Chilopegui.
Evaristo Carriego
Un lugar principal merecen Teodoro Antillí, militante, teórico, periodista y escritor, y el prolífico
Rodolfo González Pacheco, una de las figuras más destacadas del anarquismo argentino. Ensayista,
periodista, dramaturgo, poeta, teórico y editor, fue además de una pluma brillante, uno de los
militantes más comprometidos con la causa anarquista, se unió a las filas del magonismo durante
la Revolución mexicana y participó de la Revolución Española como director de los cuadernos
Teatro Social en 1937.
De un paso espórádico por los círculos literarios anarquistas, luego devenidos en simpatizantes del
Partido Comunista Argentino, fueron Alvaro Yunque, Elías Castelnuovo y José Portogallo. La
mayoría de los integrantes del Grupo de Boedo refleja ciertas influencias libertarias en sus
escritos, influencia que se extiende a Roberto Arlt y Ernesto Sabato,36 aunque este último se
definió con los años como anarcocristiano.
La figura principal del anarquismo argentino dentro del campo de la teoría, la militancia y la
polémica idológica -si excluimos a Errico Malatesta y Pietro Gori- fue Diego Abad de Santillán.
Entre los primeros intelectuales del anarquismo y directores de periódicos se puede mencionar a
Inglán Lafarga, Antonio Pellicer Paraire, Juan Creaghe, Emilio Arana, Pierre Quiroule, Eduardo
Gilimón y José Prat.
Durante las décadas de 1910 a 1940, junto a Santillán, Antillí y González Pacheco tuvieron una
importante presencia Emilio López Arango, Manuel Villar y Juan Lazarte. En los años posteriores al
surgimiento del peronismo, la actividad intelectual de Luis Di Filippo, José María Lunazzi, Fernando
Quesada, Jacobo Prince, Jacobo Maguid y Antonio López, en especial dedicada a la reconstrucción
de la memoria histórica. Durante las últimas décadas la obra del filósofo e historiador Angel
Cappelletti, Christian Ferrer, Eduardo Colombo, el historiador simpatizante libertario Osvaldo
Bayer y Amanecer Fiorito, destacado militante y director de La Protesta durante tres décadas.