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AIAPE Y LA REVISTA VERTICAL:

En 1934 Horacio Rava, Bernardo Canal Feijóo y Manuel Hernandez, constituyeron la filial de
Socorro Rojo, organización antifascista de las izquierdas argentinas. Este fue el eslabón que
permite entender el nexo de La Brasa con los grupos socialistas, comunistas y anarquistas de
Santiago del Estero.

Brecha junto a Vertical y Picada formarán el frente de revistas liberales de izquierda, que
mostraba el peso de esta tendencia entre los brasistas.

Horacio Rava era Socialista

Bernardo Canal Feijóo (anarquista) y Moisés Carol eran liberales demócratas

Orestes Di Lullo era nacionalista nativista

CENTRO es una revista que nucleaba y permitía interactuar armónicamente a intelectuales de


distintas facciones socialistas, liberales y comunistas.

VERTICAL era una revista liberal de izquierda, que interactuó con la AIAPE en su primera etapa.
Pero en 1939 comienza su declive al enfrentarse con la facción comunista, luego de una crítica
realizada a Stalin. Vertical era un grupo socialista más moderado. Con ella culmina la etapa de
organización del antifascismo en la provincia.

En la segunda etapa de la AIAPE aparecerá BRECHA que reunía a los intelectuales comunistas
locales.

REVISTA CENTRO (1932-1937)

A mediados del año 1932 salió a la calle la Revista de artes y letras CENTRO (1932-1937)
dirigida por Moises Carol. Este formaba parte de un grupo de escritores jóvenes, integrado por
Manuel Ordoñez, Arnedo Gallo e Hipólito Noriega, y que nucleó a otros intelectuales como María
Aliaga Rueda, Clementina de la Torre de Prieto, Clementina Quenel, Bernardo Canal Feijóo,
Manuel Gomez Carrillo, Jesús María Suarez, Oscar Juarez, Horacio Rava, Enrique Canal Feijóo,
Mariano Paz, Ramón Gomez Cornet, Emilio Christensen, Manuel M. Fernandez, Elías Llugdar, Julio
Urtubey, Enrique Almonacid, Carlos Abregú Virreira y Héctor D. Argañaraz, producto de la prédica
brasista, que propuso una literatura americanista, social y vanguardista, porque aún era posible la
convivencia entre las corrientes estéticas y, lo más importante proclamaba la profesionalización
del escritor. La mayoría era gente de La Brasa, lo que significaba que CENTRO se unía al proyecto
brasista, ofreciendo una tribuna para su producción, en un clima de creciente politización de los
intelectuales.
La Revista quiso atrapar a suscriptores y compradores con una excelente presentación que
se preparó en los talleres de El Liberal. Moisés Carol, el alma del grupo, fue un escritor muy
influenciado por sus pares uruguayos americanistas.
Entre los miembros de su grupo también se encuentran integrantes de la Acción Católica y
de la Liga Antimperialista, esta última organización tuvo en Centro su medio de expresión.
Estuvo vinculada con agrupaciones antifascistas, por ejemplo con el grupo porteño
Signos. En 1933 Bernardo Canal Feijóo, Ernesto Barbieri, Moisés Carol y el grupo Centro,
impulsaron un Comité contra el imperialismo para unirse a las ligas antimperialistas regionales de
todo el país en campaña contra el surgimiento del fascismo en la Argentina.

Se puede decir que durante los primeros años, la Revista Centro, ofreció una propuesta
que integraba varios estilos en convivencia. Pero cuando el movimiento antifascista empezó a
calar hondo en dichos intelectuales, desencadenó el debilitamiento y finalmente su desaparición,
para ser reemplazada por otra propuesta.

REVISTA VERTICAL (1937-1940)

Hacia 1937 el socialista Horacio Rava preparaba el proyecto Vertical (más ligado a la
AIAPE) con una clara tendencia antifascista. Así nacía en Santiago del Estero, la revista VERTICAL y
con ella el espacio de difusión de ideas del grupo brasista más contestatario. Fue una revista de
izquierda que logró concretar su proyecto editorial, con raíces en 1925. Al núcleo de Vertical lo
conformaron Horacio Rava, Manuel Martín Fernandez, Lola Quirola, Domingo Maidana, Ramón
Ciro Orieta y Carlos Bernabé Goméz. Pertenecían en el plano cultural, al “Centro de la Cultura
Socialista” y logró la adhesión de los brasistas Oscar Juarez, Luis Manzione, Bernardo Canal Feijóo,
Jesús María Suarez, Blanca Irurzun, Cristófaro Juarez, Hipólito Noriega, María Adela Agudo,
Segundo Osorio, Julio Urtubey, Jorge W. Ábalos, Andrónico Gil Rojas, Marcos Rosenstein, Ramón
Soria y Bernardino Sayago. En su mayoría, todos estos escritores provenían de la docencia y la
militancia o simpatía por el socialismo y el antifascismo.

Con Vertical comenzaron a circular en la provincia, temas del ámbito de la izquierda


intelectual porteña, gracias a su relación con la AIAPE y otras revistas de Buenos Aires. La
“campaña por la libertad y el respeto de los intelectuales perseguidos por el gobierno de Justo”,
colocó al grupo en una toma de franca oposición respecto de las medidas antiliberales del
gobierno nacional, posición que fue armando el ideario de esta facción brasista.

Vertical fue construyendo un antifascismo vigilante, cuyas banderas fueron el


antisemitismo, el anticapitalismo y la guerra. Sus intelectuales adoptaron la posición de
compromiso ante la realidad, por el avance de la derecha, lo que la llevó a enfrentarse con el
gobierno local (gobernadores Pio Montenegro, interventores y gob I. Cáceres). Esa realidad
política nacional y local motivó a la revista a internacionalizar la movilización de sus intelectuales a
la red de movimientos antifascistas en el mundo.
Intervino en el mundo cultural local amparando tras de sí a muchos intelectuales brasistas
y no brasistas de tendencia liberal. En 1938, junto al Centro Defensa de la Democracia (que
nucleaba a socialistas y liberales), formó un frente liberal de defensa de la democracia y la cultura,
cuya sede fue la Biblioteca Sarmiento, lanzándose a la lucha por la enseñanza laica en un debate
educativo con los nacionalistas católicos.

Entonces esta revista terminó por reunir todo un frente liberal, que culminará con la
etapa organizativa del antifascismo, definiendo una agenda, que en la revista Centro aún no
estaba clara y, de este modo determinó que La Brasa tomara una posición decididamente
democrática en su política cultural.

Vertical preparó el terreno para la fundación de la filial AIAPE en nuestra provincia,


unificando a intelectuales provenientes de diversos sectores sociales. Y para 1939, la revista será
su medio de expresión, por los colaboradores y por la temática que difundía. La revista finalmente
desaparece debido a desacuerdos políticos, luego de realizar en su editorial una crítica a Stalin,
provocando una reacción en los comunistas de la AIAPE, por lo que se van a separar de los
socialistas y liberales.

REVISTA BRECHA (1940-1941)

En Santiago del Estero, en 1940 sale la revista Brecha de la AIAPE, dirigida por Moisés
Carol y que junto a Vertical y Picada formarán el frente de revistas liberales de izquierda, que
mostraba el peso de esta tendencia entre los brasistas.

Estuvo dirigida por un comité formado por militantes de la AIAPE: Marcos Rosenstein,
Bernardino Sayago, Ramón Ciro Orieta y Moisés Carol. En su editorial dejaron plasmadas algunas
de sus aspiraciones: estudiar las fuentes económicas de la provincia y polarizar en el campo de la
literatura.

Brecha reflejaba las ideas que adherían a la lucha de los Aliados en la Segunda Guerra y la
crítica a las prácticas fascistas del gobierno de Castillo. Siguió a grupos nacionales que incluía al
espectro liberal intelectual de la metrópoli, como Acción Argentina y Argentina Libre.

Brecha surgió en el momento en que la AIAPE transcurría otra etapa, en donde los
comunistas se hicieron cargo de la institución. Reunió a los intelectuales comunistas locales; puso
sus bases en la Revolución de Mayo, “en las primacías de la libertad” adhirió al Comité contra el
racismo y el antisemitismo y criticó al nacionalismo totalitario. Fue una revista donde todo el
grupo Vertical y Picada (revista antifascista dirigida por Domingo Bravo que surgió en 1939,
constituida por un agrupamiento de docentes liberales y socialistas) tuvo espacio para publicar sus
trabajos sobre los problemas sociales, económicos y políticos de Santiago. Brecha también
difundió las ideas del Centro Defensa de la Democracia.
CAPITULO N°7 La AIAPE: intelectuales antifascistas locales (1938-1940)

En 1938 se forma la Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y escritores


(AIAPE) filial local y centro, que respondía a los principios de la Liga Internacional por la
Defensa de la Cultura.
Estuvo formada por Horacio Rava –su presidente- Bernardino Sayago, Marcos
Rosenstein, Ramón Ciro Orieta, Raúl Martín Fernández, Segundo Gennero, Emilio
Christensen, Jesús M. Suarez y Carlos B. Gómez.
La agrupación organizó conferencias en la Sociedad Sarmiento, y realizó
propaganda a favor de la República española.
Esta organización liberal se articuló con otras instituciones, Amigos de la República
española, Juventud democrática, etc., que se formaron para apoyar a la España
republicana y a la cultura liberal, y que indicaba cómo el antifascismo movilizaba a la
unión de comunistas, liberales, radicales y socialistas en un frente común contra el
totalitarismo. Este frente se abroqueló detrás de Amigos de la República Española.
A nivel latinoamericano, la IAPE local adhirió a la Alianza Continental Americana,
una organización antifascista conformada por intelectuales y políticos de tendencia
democrática.
En 1939 se dio un violento combate cultural entre laicistas y religiosos en relación
con el tema educativo y otros temas tratados en la Convención Reformadora de la
Constitución del 39. En ese contexto la AIAPE organizó el frente laico en Santiago, formado
por el Centro Prodefensa de la Democracia, PS, Centro Cultural del Maestro, Federación
del Magisterio, Centro Pedagógico y Gremial, Cetro de Maestros Laicos, Asociación de la
Juventud Laica, Centro Democrático de la Juventud y el Centro Prodefensa de la Escuela
Laica. También la AIAPE formó el comité a favor del laicismo, que estuvo formado por
Domingo Maidana, Domingo Bravo, Carlos B. Gómez, Blanca Irurzun, Tobias Rosenberg,
Marcos Rosenstein, Ramón Ciro Orieta, Arsenio Salazar y Moisés Carol, quienes iniciaron
una campaña por el voto femenino, la escuela laica, el derecho sindical, el derecho obrero
y el derecho a la salud. Para mantener esta línea ideológica la IAPE auspició la aparición
de la Escuela Laica revista de los docentes laicos que siguieron defendiendo los valores
democráticos y liberales.
La AIAPE junto al Centro de Prodefensa de la Democracia y el Comité Prodefensa
del Laicismo impulsaron un movimiento a favor de la escuela pública. La AIAPE, formada
en su mayoría por docentes y periodistas, y en menor medida por profesionales, creció en
convocatoria, ya que su identidad como agrupación democrática cultivó mucha simpatía
entre los defensores de la democracia.
La AIAPE en la campaña laicista, lideró a todas las instituciones dejando claro que
su bandera fue el “espíritu liberal y democrático”, presente en las conferencias y
manifestaciones que organizó en toda la provincia, con la colaboración del PS y de muchas
entidades educativas liberales, que marcharon juntas en la cruzada Prodefensa del
laicismo.
En 1939 Vertical será un medio de expresión de la IAPE, por los colaboradores y
por la temática que difunde, en consonancia con todas las filiales del país.
Las aguas en la AIAPE se dividirán en dos bandos, comunistas y liberales socialistas,
cuando Rusia se alía con los nazis.
Cuando Rusia se alió con los nazis, esta posición dividió las aguas en la AIAPE; el
final de Vertical tuvo que ver con que su editorial atacara a “Stalin”, por lo que se alejaron
de los socialistas y liberales.

La lucha por la educación laica en la provincia había unido al “partido conservador


y el socialismo” en una cruzada que reunió a todo el espectro liberal local, y que mostró el
grado de nucleamiento que tuvo la IAPE, reuniendo tras de sí a todo el liberalismo.
Ante los conflictos políticos que amenazaron al frente liberal en 1939 nació Picada,
revista antifascista dirigida por Domingo Bravo constituida por un agrupamiento de
docentes liberales y socialistas que, ante la crisis del AIAPE, se convertiría en bastión del
CLES local y Acción Argentina local, alejándose así de sus compañeros comunistas. Esta
revista inició acciones conjuntas con el resto de los grupos liberales. El grupo estuvo
conformado por los docentes Domingo Bravo, Segundo Osorio, Carlos Gómez, y Domingo
Maidana, colaboradores de Claridad en un momento en que la revista tenía muy buenas
relaciones con la AIAPE.
La AIAPE sumó muchos miembros hacia 1937, sus revistas, cuadernos, su editorial
y conferencias permitieron construir una densa red nacional de intelectuales antifascistas,
en la cual la filial de Santiago tuvo una intensa actividad preparatoria y formativa para
otros grupos democráticos, que se formaron en nuestra provincia.
En Santiago en 1949, el frente de intelectuales liberales logró fundar en La Banda
una filial de Acción Argentina, de esta manera se fueron alejando de la AIAPE.
En 1949 salió Brecha, revista de la AIAPE dirigida por Moisés Carol y que junto a
Vertical y Picada formó el frente de revistas liberales de izquierda, que mostraba el peso
de esta tendencia entre los brasistas. Esta revista reflejaba las ideas aliadófilas y la crítica
a las prácticas fascistas del gobierno de Ramón Castillo. Siguió a grupos nacionales como
Acción Argentina y Argentina Libre.
Brecha estuvo dirigida por un comité formado por militantes de la AIAPE: Marcos
Rosenstein, Bernardino Sayago, Ramón Ciro Orieta y Moisés Carol.
En su segunda etapa en Santiago, la AIAPE aspiró a estudiar los problemas de la
provincia en un momento en que el comando de la institución pasaba a manos de los
comunistas o simpatizantes de esa tendencia, sentenciando de este modo el futuro de
Vertical, grupo socialista mas moderado.
Brecha, que reunió a los intelectuales comunistas locales, puso sus bases en las
primacías de la libertad, adhirió al Comité contra el racismo y el antisemitismo y criticó al
nacionalismo totalitario. Fue una revista donde todo el grupo de Vertical y Picada tuvo
espacio para publicar sus trabajos sobre los problemas sociales, económicos y políticos de
Santiago. Por su parte la IAPE auspiciaba desde las páginas de brecha la política de
“unificación de los obreros”.
Esta política de vigilancia frente a actividades de la derecha nazi trajo como
consecuencia roces con los intelectuales nacionalistas, como Orestes Di Lullo.
Figuras pertenecientes al comunismo empezaron a mostrar cómo la AIAPE local
poco a poco se fue diferenciando de los socialistas que prefirieron unirse a Picada y
abandonar el proyecto Brecha. Por su parte la revista Vertical desapareció debido a
desacuerdos políticos, que fueron efectos de la situación internacional marcada por la
“guerra”, y que posicionaba al PC en confrontación con el frente liberal.
La AIAPE en 1940 por iniciativa de Samuel Yussem, fundó en la provincia la
Organización Popular contra el Antisemitismo.
La AIAPE local logró organizar un frente liberal que combatió en todos los espacios
políticos, culturales y educativos, defendiendo a la República española y a la tradición
democrática nacional.
Unos de los logros de AIAPE fue preparar el terreno para la fundación del Colegio
Libre de Estudios Superiores (CLES) en Santiago.
El surgimiento de la AIAPE introdujo cambios visibles en la movilización intelectual.
Se multiplicaron las organizaciones democráticas en contra de la derecha en todas sus
formas, y logró articular la lucha por la República española, y la defensa de la cultura laica
y democrática. Unificó a todas las fuerzas liberales, y resultado de ello fueron los nexos
entre la AIAPE, el CLES, y Acción Argentina, filiales locales de estas entidades antifascistas
nacionales. Este agrupamiento de intelectuales liberales, de distintos colores políticos, se
debió a que la AIAPE difundió como bandera “la defensa de la cultura”. Esto fue aceptado
por muchos brasistas que consideraron que la civilización estaba amenazada por la
barbarie fascista, y logró también que La Brasa tuviera mas simpatizantes que provenían
de sectores sociales distintos a los que en un principio conformaron el grupo.

CAPITULO N° 8 EL CLES en Santiago del Estero (1941-1945)


El capítulo realiza un recorrido por el proceso en el cual la militancia cultural y
política de los sectores liberales, entre el 43 y el 45, ya están maduros en la práctica de la
defensa de los valores democráticos, y presentan una propuesta electoral ante el
peronismo, visto como una emergencia del nazi-fascismo.
El nacimiento de la filial del Colegio Libre de Estudios Superiores en Santiago y la
desaparición del AIAPE es un rasgo que coincidió con un cambio de estrategia de los
intelectuales liberales ante las medidas represivas del golpe del 43 y ante el éxodo de
muchos brasistas para sumarse en el proyecto cultural estatal. Tanto el CLES como las
demás agrupaciones liberales que quedaron en pie, centraron sus energías en actividades
culturales, alejándose de la confrontación política en un primer momento. Esta línea de
acción cambia su dirección en 1945 con el inicio de la campaña electoral, en donde las
organizaciones liberales apoyaron a la Unión democrática en contra de Perón, porque
vieron que intervenir en la política se completaba con la lucha que llevaban a cabo en el
campo de la cultura contra la reacción. La Segunda Guerra Mundial fue también otra
cruzada que llevó a la intelectualidad apoyar a los “aliados”, participando en la contienda
electoral contra Perón, considerado un representante del nazi-fascismo.
El CLES siempre tuvo como objetivo la unidad nacional, respetando las regiones y
las provincias. Aspiraba a la formación de equipos técnicos e intelectuales, que trabajaran
en sus respectivos intereses provinciales. Construyó una red de Buenos Aires hacia las
provincias, facilitando la comunicación entre los intelectuales de las distintas regiones. Por
todo esto La Brasa se unió a la política cultural del CLES, que mantenía viva la bandera de
la Reforma Universitaria.
El 6 de agosto de 1941 La Brasa fundó la filial Santiago del Estero del Colegio Libre
de Estudios Superiores, iniciando los cursos en la Biblioteca Sarmiento. Respondía al
siguiente fin: contar con un conjunto de cátedras libres, donde se desarrollen puntos
especiales que no son profundizados en los cursos generales o que escapan al dominio de
las facultades. Organizar conferencias aisladas y fomentar trabajos monográficos e
investigaciones originales. Aspiraba a tener suficiente flexibilidad que le permitiera
adaptarse a las nuevas necesidades y tendencias del momento.
Teniendo en cuenta esa declaración de principios, seguía la misma línea de La
Brasa: ofrecer una universidad alternativa en una provincia retraída en ese plano. Muchas
de las figuras del Colegio habían pasado o colaborado con La Brasa: Raúl Orgaz, Juan
Montovani, Alejandro Korn, Jorge Nicolai y Vicente Fatone, por nombrar algunos de los
intelectuales ligados a este grupo. El consejo directivo se formó con Horacio Rava,
Bernardo Canal Feijóo, Bustos Navarro, Martelli, Noriega, Arnedo, Paz, Palacio, Palumbo,
Irurzun, entre otros.
Dice Horacio Rava sobre la política del CLES local: encarar en primer término el
estudio de los problemas más fundamentales entre los que afectan la vida económica de
nuestra Provincia.
El CLES inició toda una serie de homenajes a próceres liberales, para mantener un
frente de la memoria democrática y de lo que consideraron la civilización y la “patria
amenazada”.
El CLES estuvo muy activo en 1944 con conferencias, y auspició, junto al grupo
Picada la creación del Ateneo Argentino, una institución cuyo fin fue tratar los problemas
económicos y sociales de Santiago, y difundir la obra e ideas de los próceres del panteón
democrático.
Después del fin de la guerra, el CLES nacional organizó un Congreso Rivadaviano,
en una franca toma de posición liberal y antinacionalista, lo cual provocó que en Santiago
La Brasa y el CLES, junto a muchas organizaciones liberales, acompañaran la iniciativa,
siendo en los 40 la primera actividad antifascista en bloque de este grupo de
intelectuales, que tuvo como candidato por la Unión Democrática al director del CLES
local, Dr Horacio Rava.
Esta operación, de dar ciclos de conferencias por parte de los grupos liberales, en
capital y en el interior provincial, tuvo una contraparte cuando el gobierno provincial y
municipal decidió participar también en homenajes a próceres, instalando así un combate
por la memoria histórica entre liberales y estado provincial.
La Brasa trató de tener buenas relaciones con el estado provincial, esto se
evidencia por una aparente buena relación entre el grupo y el gobierno provincial. En
cierto modo las políticas culturales con el Estado eran una nueva etapa de estos
intelectuales, que intentaron una estrategia de la buena vecindad para mantener a la
cultura fuera de las tormentas políticas. Otra lectura que se puede realizar de esto es que
para algunos brasistas, el nuevo estado provincial cultivó más simpatías que rechazos
porque representaba una nueva forma de promover la cultura a ámbitos más amplios de
público y sectores sociales.

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