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Un 

meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de un planeta debido a


que no se desintegra por completo en la atmósfera. La luminosidad dejada al
desintegrarse se denomina meteoro.

El término meteoro viene del griego μετέωρος meteoros, que significa «fenómeno


en el cielo». Se emplea para describir el destello luminoso que acompaña la caída
de materia del sistema solar sobre la atmósfera terrestre. Dicho destello se
produce por la incandescencia temporal que sufre el meteoroide a causa de la
presión de choque (el aire atmosférico se comprime al chocar con el cuerpo y, al
aumentar la presión, aumenta la temperatura, que se transfiere al meteoroide), no
de la fricción.12 Esto ocurre generalmente a alturas entre 80 y 110 kilómetros sobre
la superficie de la Tierra.

Este término se emplea también en la palabra meteoroide, con la que nos


referimos a la propia partícula sin ninguna relación con el fenómeno que produce
cuando entra en la atmósfera de la Tierra. Un meteoroide es materia que gira
alrededor del Sol o cualquier objeto del espacio interplanetario que es demasiado
pequeño para ser considerado como un asteroide o un cometa. Las partículas que
son más pequeñas todavía reciben el nombre de micrometeoroides o granos de
polvo estelar, lo que incluye cualquier materia interestelar que pudiera entrar en el
sistema solar. Un meteorito es un meteoroide que alcanza la superficie de la Tierra
sin que se haya vaporizado completamente.

Generalmente, un meteorito en la superficie de cualquier cuerpo celeste es un


objeto que ha venido desde otra parte del espacio. Los meteoritos también se han
encontrado en la Luna y Marte.

Los meteoritos cuya caída se produce delante de testigos o que se logran


recuperar instantes después de ser observados durante su tránsito en la
atmósfera son llamados «caídas». El resto de los meteoritos se conocen como
hallazgos. A la fecha (mediados de 2020), existen aproximadamente 1050 caídas
atestiguadas que produjeron especímenes en las diversas colecciones del mundo.
En contraste, existen más de 31 000 hallazgos de meteoritos bien documentados.3
Los meteoritos se nombran siempre como el lugar en donde fueron encontrados,4
generalmente una ciudad próxima o alguna característica geográfica. En los casos
donde muchos meteoritos son encontrados en un mismo lugar, el nombre puede
ser seguido por un número o una letra (ejemplo: Allan Hills 84001 o Dimmitt (b)).

Categorías[editar]

Tradicionalmente los meteoritos se han dividido en tres amplias categorías:

1. Meteorito pedregoso (rocas), integradas principalmente por los


minerales de silicato; aerolito o litito.
1. Condrita
2. Acondrita
2. Meteorito metálico, se componen en gran parte de hierro-
níquel; siderito.
3. Meteorito pedregoso-metálico, que contienen grandes cantidades de
material metálico y rocoso; litosiderito.

Los modernos esquemas de clasificación dividen los meteoritos en grupos según


su estructura, composición química e isotópica, y mineralogía.

 Escala de Turín, es un método de clasificación del peligro de impacto


asociado a los objetos de tipo NEO (Near Earth Objects, objetos
cercanos a la Tierra), entre los que se encuentran asteroides y cometas.

Fenómeno de caída de meteoritos[editar]

El meteorito Neenach encontrado en Antelope Valley, California, Estados Unidos.


La mayoría de los meteoroides se desintegran al incorporarse en la atmósfera de
la Tierra; no obstante, se estima que 100 meteoritos de diverso tamaño (desde
pequeños guijarros hasta grandes rocas del tamaño de una pelota de baloncesto)
entran en la superficie terrestre cada año; normalmente solo 5 o 6 de estos son
recuperados y son descubiertos por científicos. Pocos meteoritos son lo bastante
grandes para crear cráteres que evidencien un impacto. En vez de esto, solo
llegan a la superficie a su velocidad terminal (caída libre), y la mayoría tan solo
crea un hoyo pequeño (véase:capacidad de penetración). Sin embargo, algunos
de los meteoritos que caen han causado daño a inmuebles, ganado, e incluso a la
gente.

Los grandes meteoroides podrían chocar con la Tierra con una fracción de su
velocidad cósmica, originando un cráter de hipervelocidad de impacto. El tamaño y
tipo del cráter dependerá del tamaño, de la composición, del grado de
fragmentación, y del ángulo entrante del meteorito. La fuerza de tales colisiones
tiene el potencial de causar una destrucción extensa.56 Los choques a
hipervelocidad más frecuentes, normalmente son causados por un meteorito
metálico, los cuales son más resistentes y transitan intactos en la atmósfera
terrestre. Algunos ejemplos de cráteres causados por meteoroides metálicos
incluyen al cráter Barringer, los cráteres de Wabar, y el cráter de Wolfe Creek, ya
que en estos cráteres se encontró un meteorito metálico o sus fragmentos. En
contraste, incluso los cuerpos pedregosos o helados que son relativamente
grandes (como los cometas pequeños o los asteroides) y que llegan a pesar
millones de toneladas, son frenados en la atmósfera, y por lo tanto no hacen
cráteres de impacto.7 Aunque tales acontecimientos no son frecuentes, pueden
provocar una considerable conmoción; el famoso evento
de Tunguska probablemente resultó de tal incidente.

Grandes objetos pedregosos (de centenares de metros en diámetro o más y que


logran pesar decenas de millones de toneladas o más) pueden alcanzar la
superficie y causar grandes cráteres, sin embargo, estos son muy raros. Estos
acontecimientos generalmente son tan enérgicos que el meteoro impactor se
destruye por completo sin dejar ningún meteorito. (El primer vestigio de un
meteorito pedregoso encontrado en asociación con un gran cráter de impacto fue
el cráter de Morokweng en Sudáfrica,8 descubierto en mayo de 2006).

Existen varios fenómenos bien documentados sobre caídas de meteoritos que


fueron atestiguados, aun cuando estos fueron demasiado pequeños para producir
cráteres de hipervelocidad.9 La estela de fuego que se genera mientras el
meteoroide pasa a través de la atmósfera puede lucir muy brillante, llegando a
rivalizar en intensidad con el Sol, aunque la mayoría son muy difusos y no se
pueden apreciar incluso durante la noche. Se han reportado avistamientos en
diversos colores, que incluyen al amarillo, el verde y el rojo. Los flashes y las
explosiones de luz pueden ocurrir mientras el objeto se desintegra. A menudo,
durante las caídas de meteoritos se escuchan explosiones, detonaciones, y
rugidos que pueden ser causadas por explosiones sónicas, así como ondas
expansivas que resultan de la fragmentación del cuerpo. Estos sonidos pueden
ser escuchados sobre amplias áreas que llegan a abarcar varios miles de
kilómetros cuadrados. Otros sonidos que se producen pueden ser chiflidos y
silbidos, pero son pobremente comprendidos. No es inusual que después del paso
de la estela de fuego, en la atmósfera se rezague un rastro de polvo por cierto
tiempo.

El meteorito Laguna Manantiales hallado en Santa Cruz, Argentina.

Mientras que los meteoroides se calientan durante su paso a través de la


atmósfera, sus superficies se derriten y experimentan la ablación térmica. Durante
este proceso pueden ser esculpidos en varias formas, dando por resultado
profundas «huellas digitales», en forma de muescas sobre sus superficies
llamadas los regmagliptos. Si el meteoroide mantiene una orientación fija por
cierto tiempo sin tambalearse, puede desarrollar una «nariz en forma de cono» o
una forma cónica. Al sufrir la desaceleración, la capa superficial fundida se
solidifica en una fina corteza de fusión, la cual en la mayoría de los meteoritos es
negra (en algunas acondritas, la corteza de fusión puede ser ligeramente rojiza).
En los meteoritos pedregosos, la zona afectada por el calor tan solo abarca unos
pocos milímetros de espesor; en los meteoritos metálicos (los cuales son mejores
conductores de calor), la estructura de metal puede ser afectada por el calor hasta
1 centímetro debajo de la superficie. Se ha reportado que cuando aterrizan los
meteoritos, son un poco cálidos al tacto, pero nunca son extremadamente
calientes. No obstante, los informes varían grandemente, ya que algunos
meteoritos son avistados "quemándose" durante su aterrizaje, mientras que otros
se avistan formando una capa de hielo sobre su superficie.

Los meteoroides que experimentan la fragmentación en la atmósfera pueden caer


como una lluvia de meteoritos, las cuales pueden variar desde tan solo unas
pocas rocas, hasta miles de guijarros. El área sobre la cual cae una lluvia de
meteoritos se conoce como “campo de dispersión”. Los campos de dispersión
comúnmente tienen forma elíptica, donde su eje mayor siempre es paralelo con la
dirección de vuelo del meteoroide. En la mayoría de los casos, los meteoritos más
grandes de una lluvia son encontrados un poco más lejos que el resto de las rocas
dentro del campo de dispersión.

Tipos de meteoritos[editar]

Artículo principal: Clasificación de meteoritos

Meteorito Phnom Penh (condrita L6).

 Aproximadamente, un 86 % de los meteoritos que caen sobre la Tierra


son condritas, los cuales adquieren su nombre de las pequeñas
partículas redondas que contienen. Estas partículas, o cóndrulos, se
componen principalmente de minerales de silicato que parecen haberse
fundido mientras se encontraban flotando libremente en el espacio. Las
condritas también contienen pequeñas cantidades de materia orgánica,
que incluye los aminoácidos, y granos presolares. Típicamente, las
condritas tienen 4550 millones de años de antigüedad y se piensa que
representan materiales del cinturón de asteroides que nunca
conformaron grandes cuerpos. Al igual que los cometas, los asteroides
condríticos son algunos de los materiales más antiguos del sistema
solar. A menudo se considera a las condritas como los «bloques de
construcción de los planetas».

Meteorito marciano ALH84001 (acondrita).

 Cerca de un 8 % de los meteoritos que caen sobre la Tierra


son acondritas, de las cuales algunas son similares a las rocas ígneas
terrestres. La mayoría de las acondritas son rocas antiguas y se piensa
que representan material cristal de los asteroides. Una gran familia de
acondritas pudo haberse originado en el asteroide 4 Vesta. Otras se
derivan de diferentes asteroides. Dos pequeños grupos de acondritas
son especiales, ya que estos son más jóvenes y no parecen provenir del
cinturón de asteroides. Uno de estos grupos proviene de la Luna, e
incluye rocas similares a las que fueron traídas a la Tierra por
los programas Apolo y Luna. El otro grupo tiene una alta probabilidad de
ser originario de Marte y son los únicos materiales de otros planetas que
han sido recobrados por el ser humano.
 Alrededor del 5 % de los meteoritos que caen son metálicos, formados
por dos aleciones de hierro-níquel, la kamacita y la taenita. Se cree que
la mayoría de los meteoritos metálicos provienen del centro de algunos
asteroides que alguna vez estuvieron fundidos en uno solo. Al igual que
en la Tierra, el metal más denso estuvo separado del material de silicato
y ubicado hacia el centro del asteroide, formando una base. Después de
que el asteroide se solidificó, este se fragmentó en una colisión contra
otros asteroides. Debido a la ausencia de hierro en las áreas de
hallazgos, tales como la Antártida, en donde se ha encontrado mucho
material, se piensa que aunque el hierro constituye aproximadamente el
5 % de las rocas recuperadas, puede ser que realmente sean
considerablemente mucho menos comunes que lo supuesto
previamente.

Meteorito pedregoso-metálico Pallasovka (pallasite).

 Los meteoritos pedregoso-metálicos constituyen el 1 % restante. Son


una mezcla de los metales hierro-níquel y minerales de silicato. Se
piensa que un tipo de meteorito llamado palasitas, se originó en la zona
límite sobre las regiones base donde se originaron los meteoritos
metálicos. Otro tipo de meteoritos pedregoso-metálicos son los
mesosideritas.

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