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Contenido 1: La historia Universal. Sucesos históricos que ocurrieron en el mundo.

Estrategia de Evaluación.

Elegir dos (2) de los acontecimientos expuestos en el plan de estudio y


seguidamente elaborar un taller escrito, describiendo la trascendencia que
tuvieron los mismos en el mundo.
Debe tener en cuenta para la elaboración de la actividad:

Nombre del acontecimiento.


Cronología (fecha del acontecimiento).
Causas.
Elaborar una reseña y/o de los hechos.
Consecuencias.
Ilustraciones de ambos acontecimientos.

Criterios de Evaluación:

Ponderación: 15% / 3 pts.

Se tomará en cuenta los siguientes aspectos:


Orden y Coherencia en la elaboración de la actividad.
La actividad debe contener imágenes.
Ortografía.
Creatividad.
Puntualidad en la entrega.
Debe realizarse digital o manuscrito.
Enviar un solo archivo en formato PDF, y con la orientación correcta de la imagen,
y adjuntar las actividades a evaluar en la unidad del aula virtual.
Todas las actividades a realizar favor enviarlas debidamente identificadas con
nombre, apellido, año y sección.
Se agradece no realizar capturas de pantalla y ediciones de presentaciones
previas publicadas en internet, y tampoco difundir su actividad ya realizada a otros
compañeros y/o secciones, para evitar copias o réplicas de las mismas.
El Holocausto 1941- 1945

El Holocausto fue la persecución y el asesinato sistemático de aproximadamente


seis millones de judíos europeos, organizado y auspiciado por el régimen alemán
nazi y sus colaboradores. El Holocausto fue un proceso gradual que tuvo lugar en
toda Europa de 1933 a 1945.

HECHOS CLAVE

1 El antisemitismo fue la base del Holocausto. El antisemitismo, el odio y los


prejuicios contra los judíos fueron principios básicos de la ideología nazi. Estos
prejuicios también se habían difundido por toda Europa.

2 La persecución de los judíos por parte


de la Alemania nazi evolucionó y se volvió
cada vez más radical entre 1933 y 1945.
Esta radicalización culminó con el
asesinato en masa de seis millones de
judíos.

3 Durante la Segunda Guerra Mundial, la Alemania nazi, sus aliados y sus


colaboradores asesinaron a casi dos de cada tres judíos europeos mediante
condiciones de vida mortíferas, maltratos brutales, fusilamientos y gaseos en
masa, y centros de exterminio diseñados especialmente para ese fin.

¿Qué fue el Holocausto?


El Holocausto (1933-1945) fue la persecución y el asesinato sistemático de
aproximadamente seis millones de judíos europeos, auspiciados por el régimen
alemán nazi y sus colaboradores. El Museo Conmemorativo del Holocausto de
Estados Unidos define los años del Holocausto de 1933 a 1945. La era del
Holocausto comenzó en 1933, cuando Adolf Hitler y el Partido Nazi llegaron al
poder en Alemania. Terminó en 1945, cuando las potencias aliadas derrotaron a la
Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial. El Holocausto también se denomina
a veces ―Shoah‖, palabra hebrea que significa ―catástrofe‖.

Miembros de las Tropas de Asalto (SA), con los carteles del boicot, bloquean la
entrada a comercios de propiedad judía. Uno de los carteles exhorta: "Alemanes:
¡Defiéndanse! ¡No les compren a los judíos!" Berlín, Alemania, 1 de abril de 1933.

Cuando llegaron al poder en Alemania, los nazis no empezaron a llevar a cabo


asesinatos en masa de inmediato. Sin embargo, rápidamente empezaron a utilizar
al gobierno para atacar y excluir a los judíos de la sociedad alemana. Entre otras
medidas antisemitas, el régimen alemán nazi promulgó leyes discriminatorias y
organizó la violencia contra los judíos de Alemania. La persecución nazi de los
judíos se volvió cada vez más radical de 1933 a 1945. Esta radicalización culminó
en un plan que los líderes nazis denominaron la ―solución final al problema judío‖.
La ―solución final‖ fue el asesinato masivo organizado y sistemático de los judíos
europeos. El régimen alemán nazi llevó a cabo este genocidio de 1941 a 1945.

¿Por qué los nazis tenían a los judíos en la mira?

Los nazis atacaron a los judíos porque eran radicalmente antisemitas. Esto
significa que tenían prejuicios contra los judíos y los odiaban. De hecho, el
antisemitismo fue un principio básico de su ideología y el fundamento de su visión
del mundo.
Los nazis acusaban falsamente a los judíos de ser los causantes de los problemas
sociales, económicos, políticos y culturales de Alemania. En particular, los
culpaban de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
Algunos alemanes se mostraron receptivos a estas afirmaciones nazis. La ira por
la derrota en la guerra, y las crisis económicas y políticas que le siguieron,
contribuyeron a aumentar el antisemitismo en la sociedad alemana. La
inestabilidad de Alemania durante la República de Weimar (1918-1933), el temor
al comunismo y las crisis económicas de la Gran Depresión también hicieron que
muchos alemanes se mostraran más abiertos a las ideas nazis, entre ellas el
antisemitismo.

Sin embargo, los nazis no inventaron el antisemitismo. Este es un prejuicio antiguo


y extendido que ha adoptado muchas formas a lo largo de la historia. En Europa,
se remonta a la antigüedad. En la Edad Media (500-1400), los prejuicios contra los
judíos se basaban principalmente en las primeras creencias y pensamientos
cristianos, en particular el mito de que los judíos fueron responsables de la muerte
de Jesús. Las sospechas y la discriminación arraigadas en los prejuicios religiosos
continuaron a principios de la Europa moderna (1400-1800). En esa época, los
líderes de gran parte de la Europa cristiana aislaron a los judíos de la mayoría de
los aspectos de la vida económica, social y política.
Esta exclusión contribuyó al estereotipo de los judíos como intrusos. A medida
que Europa se volvió más secular, muchos lugares eliminaron la mayoría de las
restricciones legales contra los judíos. Sin embargo, esto no representó el final del
antisemitismo. Además del antisemitismo religioso, en los siglos XVIII y XIX
se impusieron en Europa otros tipos de antisemitismo. Estas nuevas formas fueron
el antisemitismo económico, el nacionalista y el racial. En el siglo XIX, los
antisemitas afirmaron falsamente que los judíos eran responsables de muchos
males sociales y políticos de la sociedad moderna e industrial. Las teorías de la
raza, la eugenesia y el darwinismo social justificaban falsamente estos odios.
Los prejuicios nazis contra los judíos se basaban en todos estos elementos, pero
especialmente en el antisemitismo racial. El antisemitismo racial es la idea
discriminatoria de que los judíos son una raza separada e inferior.

El Partido Nazi promovió una forma particularmente virulenta de antisemitismo


racial. Era fundamental para la visión que el partido tenía del mundo, basada en la
raza. Los nazis creían que el mundo estaba dividido en distintas razas y que
algunas eran superiores a otras. Consideraban que los alemanes eran miembros
de la raza ―aria‖, que supuestamente era superior. Afirmaban que los ―arios‖
estaban engarzados en una lucha por su existencia con otras razas inferiores.
Además, los nazis creían que la llamada ―raza judía‖ era la más inferior y peligrosa
de todas. Según los nazis, los judíos eran una amenaza que había que eliminar de
la sociedad alemana. De lo contrario, insistían los nazis, la ―raza judía‖
corrompería y destruiría permanentemente al pueblo alemán. La definición de
judío que tenían los nazis, basada en la raza, incluía a muchas personas que se
identificaban como cristianas o que no practicaban el judaísmo.

¿Dónde tuvo lugar el Holocausto?

El Holocausto fue una iniciativa de la Alemania nazi que tuvo lugar en toda la
Europa controlada por Alemania y el Eje. Afectó a casi toda la población judía de
Europa, que en 1933 era de 9 millones de personas.
El Holocausto comenzó en Alemania después de que Adolf Hitler fue nombrado
canciller en enero de 1933. Casi de inmediato, el régimen alemán nazi (que se
autodenominó Tercer Reich) excluyó a los judíos de la vida económica, política,
social y cultural alemana. A lo largo de la década de 1930, el régimen presionó
cada vez más a los judíos para que emigraran.

Sin embargo, la persecución nazi de los judíos se extendió más allá de Alemania.
Durante la década de 1930, la Alemania nazi aplicó una política exterior agresiva.
Esto culminó en la Segunda Guerra Mundial, que comenzó en Europa en 1939.
La expansión territorial antes y durante la guerra acabó por poner a más millones
de judíos bajo el control alemán.

La expansión territorial de la Alemania nazi comenzó en 1938-1939. Durante este


tiempo, Alemania se anexionó la vecina Austria y ocupó el territorio checo de los
Sudetes. El 1º de septiembre de 1939, la Alemania nazi inició la Segunda Guerra
Mundial (1939-1945) al atacar a Polonia. Durante los dos años siguientes,
Alemania invadió y ocupó gran parte de Europa, incluso la región occidental de la
Unión Soviética. La Alemania nazi amplió aún más su control al establecer
alianzas con los gobiernos de Italia, Hungría, Rumania y Bulgaria. También
impuso gobiernos títeres en Eslovaquia y Croacia.

Estos países fueron los miembros europeos de la alianza del Eje, en la cual
también participó Japón. Para 1942 —como resultado de anexiones, invasiones,
ocupaciones y alianzas— la Alemania nazi controlaba la mayor parte de Europa y
algunas regiones del norte de África. El control nazi trajo consigo políticas duras y,
en última instancia, el asesinato en masa de civiles judíos en toda Europa.

Los nazis, sus aliados y sus colaboradores asesinaron a seis millones de judíos.
¿Quién fue responsable de llevar a cabo el Holocausto y la ―solución final‖?

Hubo muchas personas responsables de


llevar a cabo el Holocausto y la ―solución
final‖. Al más alto nivel, Adolf Hitler inspiró,
ordenó, aprobó y apoyó el genocidio de los
judíos de Europa. Sin embargo, Hitler no
actuó solo. Tampoco presentó un plan exacto
para la aplicación de la solución final. Otros
líderes nazis fueron quienes coordinaron,
planificaron e implementaron directamente
los asesinatos en masa.

Entre ellos estuvieron Hermann Göring,


Heinrich Himmler, Reinhard Heydrich y Adolf Eichmann.

Sin embargo, hubo millones de alemanes y otros europeos que participaron en el


Holocausto. Sin dicha participación, el genocidio del pueblo judío en Europa no
habría sido posible. Los líderes nazis se apoyaron en las instituciones y las
organizaciones alemanas, en otras potencias del Eje, en las burocracias e
instituciones locales y en las personas.

Los líderes nazis se apoyaron en muchas instituciones y organizaciones alemanas


que les ayudaron a llevar a cabo el Holocausto. Los miembros de las
organizaciones nazis iniciaron y llevaron a cabo muchas acciones antijudías antes
y durante la Segunda Guerra Mundial. Estas organizaciones fueron en especial el
Partido Nazi, las SA (tropas de asalto o Camisas Pardas) y las SS (Schutzstaffel,
los escuadrones de protección). Una vez iniciada la guerra, las SS y las
organizaciones policiales afiliadas a ellas se volvieron especialmente mortíferas.
Los miembros del Sicherheitsdienst (el SD), la Gestapo, la Policía Criminal (Kripo)
y la policía del orden desempeñaron un papel especialmente activo y mortífero en
el asesinato en masa de los judíos de Europa. Otras instituciones alemanas que
participaron en la ejecución de la ―solución final‖ fueron el ejército, los sistemas
nacionales de ferrocarriles y de salud, la administración pública y el sistema de
justicia penal, así como empresas, compañías de seguros y bancos.

Como miembros de estas instituciones, innumerables soldados alemanes,


policías, funcionarios, abogados, jueces, empresarios, ingenieros, médicos y
personal de enfermería optaron por aplicar las políticas del régimen. Los alemanes
comunes y corrientes también participaron de diversas formas en el Holocausto.
Algunos vitoreaban mientras los judíos eran golpeados o humillados. Otros
denunciaron a los judíos por desobedecer las leyes y reglamentos racistas.
Muchos alemanes compraron, tomaron o saquearon las pertenencias y las
propiedades de sus vecinos judíos. La participación de estos alemanes en el
Holocausto estuvo motivada por el entusiasmo, el arribismo, el temor, la codicia, el
interés propio, el antisemitismo y los ideales políticos, entre otros factores.

La Alemania nazi no perpetró el Holocausto por sí sola, sino que contó con la
ayuda de sus aliados y colaboradores. En este contexto, ―aliados‖ se refiere a los
países del Eje que oficialmente fueron aliados de la Alemania nazi.
―Colaboradores‖ se refiere a los regímenes y organizaciones que cooperaron con
las autoridades alemanas de manera oficial o semioficial. Entre los aliados y los
colaboradores de la Alemania nazi se encontraban:
Las potencias europeas del Eje y otros regímenes colaboracionistas (como la
Francia de Vichy). Estos gobiernos aprobaron su propia legislación antisemita y
cooperaron con los objetivos alemanes.
Las burocracias locales respaldadas por Alemania, en especial las fuerzas
policiales locales. Estas organizaciones ayudaron a capturar, internar y deportar a
los judíos, incluso en países que no eran aliados de Alemania, como los Países
Bajos.
Unidades auxiliares locales formadas por funcionarios militares, policiales y
civiles. Estas unidades respaldadas por Alemania participaron en masacres de
judíos en Europa oriental (a menudo de forma voluntaria). Los términos ―aliados‖ y
―colaboradores‖ también pueden referirse a personas afiliadas a estos gobiernos y
organizaciones.

En toda Europa hubo personas que, aunque no tenían ninguna afiliación


gubernamental ni institucional y no participaron directamente en el asesinato de
judíos, también contribuyeron al Holocausto. Una de las cosas más mortíferas que
vecinos, conocidos, colegas e incluso amigos podían hacer era denunciar a los
judíos ante las autoridades alemanas nazis. Una cantidad desconocida de
personas eligió hacer esto. Así, revelaron los escondites de los judíos,
desenmascararon a quienes tenían una identidad falsa como cristianos e
identificaron a los judíos ante los oficiales nazis de diversas maneras. Al hacerlo,
provocaron su muerte. Las motivaciones de estas personas eran muy diversas:
temor, interés propio, codicia, venganza, antisemitismo, así como creencias
políticas e ideológicas.
Las personas también se beneficiaron del Holocausto. Quienes no eran judíos a
veces se instalaban en las casas de estos, se apoderaban de sus negocios y les
robaban sus pertenencias y objetos de valor. Esto formó parte del robo y el
saqueo generalizados que acompañaron al genocidio.
La mayoría de las veces, las personas contribuyeron al Holocausto al no actuar o
mostrarse indiferentes ante la difícil situación de sus vecinos judíos. A estas
personas se les conoce como espectadores.

¿Cómo terminó el Holocausto?

La derrota de la Alemania nazi, 1942-1945


El Holocausto terminó en mayo de 1945, cuando las
principales potencias aliadas (Gran Bretaña, Estados
Unidos y la Unión Soviética) derrotaron a la Alemania
nazi en la Segunda Guerra Mundial. A medida que las
fuerzas aliadas avanzaban por Europa en una serie de
ofensivas, invadieron los campos de concentración.
Ahí liberaron a los prisioneros sobrevivientes, muchos de los cuales eran judíos.
Los aliados también encontraron y liberaron a los sobrevivientes de las
llamadas marchas de la muerte. Estas marchas forzadas consistían en grupos de
prisioneros judíos y no judíos de los campos de concentración, quienes habían
sido evacuados a pie bajo la vigilancia de las SS.
Sin embargo, la liberación no fue el final de la pesadilla. Mientras intentaban
construir una nueva vida, muchos sobrevivientes del Holocausto se enfrentaron a
continuas amenazas de antisemitismo violento y al desplazamiento. Muchos de
ellos habían perdido a sus familiares, mientras que otros trataron durante años de
localizar a sus padres, hijos y hermanos desaparecidos.

¿Cómo sobrevivieron algunos judíos al Holocausto?

A pesar de los esfuerzos de la Alemania


nazi por asesinar a todos los judíos de
Europa, algunos judíos sobrevivieron al
Holocausto. Lograron sobrevivir de diversas maneras, pero en cada caso, esto
solo fue posible gracias a la confluencia de circunstancias, decisiones, ayuda de
otros (tanto judíos como no judíos) y pura suerte.

Algunos judíos sobrevivieron al Holocausto al escapar de la Europa controlada por


los alemanes. Antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial, cientos de
miles de judíos emigraron de la Alemania nazi a pesar de enfrentar fuertes
impedimentos migratorios. Los que emigraron a Estados Unidos, Gran Bretaña y
otros lugares fuera del control alemán se pusieron a salvo de la violencia nazi.
Incluso después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, algunos judíos
lograron escapar de la Europa controlada por los alemanes. Por ejemplo, unos
200,000 judíos polacos huyeron de la ocupación alemana de Polonia. Estos judíos
sobrevivieron a la guerra en duras condiciones después de que las autoridades
soviéticas los deportaran hacia el interior de la Unión Soviética.
Sobrevivencia en la Europa controlada por los alemanes
Una cantidad menor de judíos sobrevivió dentro de la Europa controlada por los
alemanes. En muchos casos, lo lograron con ayuda de rescatistas. Hubo
esfuerzos de rescate que variaron desde actos aislados hasta redes organizadas,
grandes y pequeñas. En toda Europa, hubo personas no judías que corrieron
graves riesgos para ayudar a sobrevivir a sus vecinos, amigos y a desconocidos
judíos. Por ejemplo, buscaban escondites para los judíos, conseguían documentos
falsos que ofrecían identidades cristianas para protegerlos o les proporcionaban
alimentos y suministros. Otros judíos sobrevivieron como miembros de
movimientos de resistencia partisana. Por último, algunos judíos lograron
sobrevivir, a pesar de tenerlo todo en contra, al encarcelamiento en los campos de
concentración, los ghettos e incluso los centros de exterminio.

Consecuencias:
Aunque el Holocausto terminó al mismo tiempo
que la guerra, el legado de terror y genocidio no
desapareció. Para cuando terminó la Segunda
Guerra Mundial, seis millones de judíos y
millones de otras personas habían muerto. La
Alemania nazi, sus aliados y sus colaboradores
devastaron o destruyeron por completo miles de
comunidades judías en toda Europa.

Después del Holocausto, los judíos que


sobrevivieron se enfrentaron a menudo a la traumática realidad de haber perdido a
toda su familia y a su comunidad. Algunos pudieron volver a casa y optaron por
rehacer su vida en Europa. Muchos otros tenían temor de regresar debido a la
violencia y al antisemitismo de la postguerra. En el período inmediatamente
posterior a la guerra, quienes no pudieron o no quisieron volver a casa con
frecuencia se encontraron viviendo en campos de desplazados. Ahí, muchos
tuvieron que esperar años para poder emigrar a un nuevo hogar.

Después del Holocausto, el mundo ha tenido dificultades para aceptar los horrores
del genocidio, recordar a las víctimas y responsabilizar a los autores. Estos
importantes esfuerzos continúan hasta hoy.

Identificación del VIH 1983


El 3 de enero de 1983 Françoise Brun-Vezinet, colaborador de Montagnier, obtuvo
una biopsia de un ganglio linfático de un paciente joven homosexual con
linfadenopatía (un estado precedente del SIDA) este espécimen fue denominado
BRU por las siglas del nombre del paciente.

El virus de la inmunodeficiencia humana tipo 1 (VIH-1) es el agente productor del


sida una enfermedad reconocida desde hace 30 años que ha alcanzado
proporciones pandémicas. Su origen se remonta a la transmisión a humanos de
retrovirus que infectan a poblaciones de chimpancés en África central hace
aproximadamente 100 años. Desde esta localización su expansión a todo el
mundo ha sido espectacular principalmente en las últimas décadas. La intensa
investigación realizada nos permite disponer de un tratamiento eficaz para
controlar la replicación del virus y evitar la progresión de la enfermedad sin
embargo no disponemos aún de una vacuna que impida la continua extensión de
la pandemia. No es posible entender estos fenómenos sin un conocimiento
detallado de la biología del VIH-1 y los mecanismos que se han seleccionado en
este asombroso agente para infectar una célula clave como el linfocito T CD4+ y
evadir la respuesta inmune.

Origen de la infección por VIH en humanos Un breve historia de los retrovirus


El primer miembro de los Retrovirus fue inicialmente descrito en 1911 por Rous
como un agente filtrable, más pequeño que una bacteria, capaz de transmitir la
producción de tumores en pollos: el virus del Sarcoma de Rous. Posteriormente en
1970 Howard Temin y David Baltimore1,2 realizaron independientemente el
descubrimiento central del mecanismo de retrotranscripción. La caracterización de
esta nueva enzima, la retrotranscriptasa (RT) que permitía sintetizar ADN a partir
de ARN, cuestionaba el dogma prevalente hasta el momento en la biología
molecular que establecía que la expresión del gen siempre se realizaba en el
sentido ADN→ARN→Proteína. La RT explicaba por qué esta creciente familia de
virus ARN podía convertir su genoma en ADN e integrarlo como un gen más en el
cromosoma de la célula infectada. Ahora sabemos que este mecanismo ha sido
compartido a lo largo de la evolución por diferentes retrovirus y otros
retroelementos de tal forma que en la actualidad más del 10% del genoma
humano tiene este origen. En los años posteriores se describieron numerosos
agentes retrovirales relacionados en su mayoría con tumores en aves y ratones.
En 1980 Robert Gallo y su grupo, en plena expansión de las teorías del origen
vírico de los tumores, descubren el primer retrovirus humano, el HTLV-I, un agente
relacionado inicialmente con leucemia de células T y posteriormente con un
cuadro neurológico conocido como paraparesia espástica tropical. Este mismo
grupo describiría al año siguiente otro agente, el HTLV-II, relacionado esta vez con
una rara leucemia de células peludas. Este acontecimeinto es doblemente
relevante en la historia del VIH y el sida, porque si bien la investigación sobre los
retrovirus humanos eataba ya plenamente establecida, precisamente el hecho de
que se trataran en su mayoría de virus oncogénicos fue motivo de confusión inicial
en la interpretación de la patogenia de la infección por VIH, un retrovirus cuya
caracteristica principal es la destrucción del linfocito T CD4+, y no la
transformación e inmortalización celular. El VIH se descubrió en 1983, a los dos
años de la comunicación de los primeros casos de sida, por el grupo de Françoise
Barré-Sinoussi y Luc Montagnier en el Insituto Pasteur de París3 y posteriormente
en 1984 por el propio grupo de Robert Gallo en el Instituto Nacional de Cancer en
Bethesda, EE.UU.4. Después de una importante polémica sobre la autoría del
descubrimento, y la diferente nomenclatura propuesta por cada unos de los
laboratorios, en 1986 se acordó la denominación de virus de la inmunodeficiencia
humana.
Origen del virus de la inmunodeficiencia humana

El VIH pertenece a la familia de los lentivirus y se clasifica en dos tipos: VIH-1 y


VIH-2 que tienen un 40-50% de homología genética y una organización genómica
similar (fig. 1). El VIH-1 es el causante de la pandemia mundial de sida mientras
que el VIH-2, aunque también puede producir sida, se considera menos
patogénico y menos transmisible. El VIH-2 se encuentra confinado principalmente
a zonas del África occidental, aunque se han detectado algunos casos en Europa
y EE.UU. Tanto el VIH-1 como el VIH-2 provienen de diferentes saltos inter-
especie de virus que infectan en la naturaleza a poblaciones de simios en África.
El VIH-2 está muy cercano filogenéticamente al SIVsm, virus de la
inmunodeficiencia del Sooty mangabey, una variedad de mono muy frecuente en
Africa occidental. El origen del VIH-1ha sido mucho más laborioso de esclarecer
ya que proviene del agente que infecta en la naturaleza a la variedad de
chimpancé Pan troglodytes troglodytes que habita en zonas poco accesibles del
sur de Camerún (SIVcpzPtt)5,6. Las cepas del VIH-1 se han clasificado en tres
grandes grupos según su homología genética y se piensa que representan
diferentes episodios de salto inter-especies. Estos son el grupo M (main o
principal), el grupo O (outlier), y el grupo N (no M, no O). El grupo M se ha dividido
en 9 subtipos (A, B, C, D, F, G, H, J, K) y en cepas recombinantes entre ellos,
denominados CRF (formas recombinantes circulantes). Los CRF se forman por
recombinación de fragmentos genómicos de distintos subtipos. Actualmente se
han descrito más de 30 CRF y su número se incrementa constantemente.

Figura 1.
En África se han descrito más de 30 especies de monos infectados naturalmente
con variedades de virus de la inmunodeficiencia del simio (SIV). El que infecta
al Sooty mangabey (SIVsm) es el origen del VIH-2 en humanos. El VIH-1 grupo M
procede del virus (SIVcpz-ptt) que infecta a una de las 4 variedades de chimpancé
(Pan troglodytes troglodytes) que habita en bosques del sur de Camerún. El
ancestro del VIH-1 grupo N también se ha encontrado en chimpancés de esa
misma zona. El origen del grupo O está menos claro, ya que hasta el momento no
se ha relacionado con ningún aislamiento en chimpancé y parece más relacionado
con el SIVgor que infecta a poblaciones de gorila. Recientemente se ha
identificado la infección en humanos por un VIH-1 más cercano que el grupo O al
SIVgor y se ha propuesto la denominación de grupo P.
(0,27MB).
¿Cuál ha sido la vía de diseminación más probable del VIH-1 desde los
reservorios naturales?
Por medio del estudio evolutivo de secuencias se piensa que el SIVcpz pasó del
chimpancé a la especie humana alrededor de 1900. El mecanismo de exposición
más probable ha sido la caza y el consumo de carne de chimpancé, práctica muy
popular en la zona donde se han descrito infecciones en humanos de agentes que
son característicos de simios como SFV (Espumavirus de simio) y nuevas
variedades de HTLV7; estos virus no tienen potencial patogénico aparente pero
son marcadores de la transmisión de agentes entre simios y humanos. La
infección en humanos por el VIH-1 probablemente se mantuvo inicialmente
limitada a pequeños grupos de población hasta que alcanzó, seguramente a
través del Río Congo, un núcleo urbano en rápida expansión como era la ciudad
de Kinshasa alrededor de 1930-408. En esta ciudad existe la mayor variedad de
cepas y los indicios de la divergencia del virus en una nueva especie, los
humanos, en lo que hoy conocemos como subtipos. A partir de este punto el VIH
se diseminó por el continente por contacto sexual, y muy probablemente por
prácticas sanitarias con material contaminado, hasta que se introdujo en el mundo
desarrollado durante los años setenta, causando los primeros casos de sida
detectados inicialmente en EE.UU. a principios de los ochenta. El VIH-1 grupo M
es el reponsable principal de la pandemia de sida. Dentro de este grupo, las cepas
del subtipo B predominan en Europa y América y son poco frecuentes en África.
Este hecho es todavía motivo de discusión aunque la explicación más probable es
que el VIH-1 subtipo B entrase en EE.UU, y posteriormente en los países
desarrollados, vía Haití. De nuevo el estudio evolutivo de las secuencias nos da la
clave: los aislamientos de VIH-1 en Haití durante los años ochenta son las
secuencias ancestrales del subtipo B y han dado lugar a los primeros aislamientos
en EE.UU. y posterioremente en Europa, Australia y Japón. En el Congo pos-
colonial francófono está confirmada la presencia de nativos de Haití en tareas de
cooperación sanitaria y educación. La hipótesis más probable es que durante los
años sesenta unos pocos individuos, incluso un solo individuo, de Haití llevase una
variedad muy particular de VIH-1, el subtipo B, desde Congo hasta Haití donde se
expandió e introdujo en EE.UU. a finales de los años sesenta, dando lugar a una
rapidísima diseminación9. Actualmente, y en relación principalmente con la
inmigraciónal, al menos el 25% de las nuevas infecciones en Europa se producen
por variantes no-B procedentes de África y Asia, siendo los subtipos A, C y los
recombinantes CRF01_AE y CRF02_AG las variantes más frecuentes (fig. 2). Los
virus N y O, han pasado también a la especie humana pero no han tenido
diseminación epidémica y han dado solo lugar a unos pocos casos de infección en
humanos detectados principalmente en África occidental. Recientemente se ha
descrito un cuarto grupo de VIH-1, denominado ―P‖. Este virus está más cercano
filogenéticamente al SIVgor que infecta al gorila occidental (Gorilla gorilla)
habitante de las mismas áreas donde se han identificado chimpancés infectados
con los ancestros del grupo M y N10. Las vías de la trasmisión entre chimpaces y
gorilas del ancestro del grupo P, y posiblemente del O, no están totalmente
aclaradas.

Figura 2.
Distribución geográfica de la diversidad de VIH-1 (subtipos del Grupo M) y VIH2.

En España, al igual que en el resto de Europa y América, predomina el subtipo B,


aunque se está observando una circulación creciente de subtipos no-B en los
últimos años, principalmente los subtipos G y el CRF02_AG, encontrados sobre
todo en pacientes procedentes de África occidental aunque, como en la mayoría
de los paises esuropeos, se han descrito casos de todos los subtipos en población
no inmigrante.

Datos y cifras

 Para alcanzar el nuevo objetivo mundial «95/95/95» propuesto por


ONUSIDA, tendremos que redoblar esfuerzos para evitar la hipótesis más
desfavorable: 7,7 millones de muertes relacionadas con el VIH en los
próximos 10 años, un aumento de las infecciones como consecuencia de
las interrupciones en el servicio del VIH durante la pandemia de COVID-19
y la ralentización de la respuesta de salud pública al virus.

 El VIH, que continúa siendo uno de los mayores problemas para la salud
pública mundial, se ha cobrado 40,1 millones de vidas (los cálculos oscilan
entre los (33,6 y los 48,6 millones).

 En ese año fallecieron 650 000 personas (510 000–860 000 personas ) por
causas relacionadas con el VIH y contrajeron el virus 1,5 millones (1,1– 2,0
millones)

 No hay cura para la infección por el VIH. Con todo, habida cuenta del
acceso creciente a la prevención, el diagnóstico, el tratamiento y la atención
eficaces del VIH y de las infecciones oportunistas, la infección por el VIH se
ha convertido en un problema de salud crónico tratable que permite a las
personas que viven con el virus llevar una vida larga y saludable.

 Se calcula que a finales de 2021 había 38,4 millones de personas (33,9–


43,8 millones) que vivían con el VIH, más de dos tercios (25,6 millones) en
la Región de África de la OMS.
Panorama general

El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca el sistema inmunitario y


debilita las defensas contra muchas infecciones y determinados tipos de cáncer
que las personas con un sistema inmunitario más fuerte pueden combatir más
fácilmente. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el
normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo
gradualmente en una situación de inmunodeficiencia. La función inmunitaria se
suele medir mediante el recuento de linfocitos CD4.

La fase más avanzada de la infección por el VIH es el síndrome de


inmunodeficiencia adquirida (sida) que, en ausencia de tratamiento y en función de
la persona, puede tardar muchos años en manifestarse. Las personas con sida
pueden contraer ciertos tipos de cáncer e infecciones o presentar otras
manifestaciones clínicas crónicas de gravedad.

Signos y síntomas

Los síntomas de la infección por el VIH difieren según la etapa de que se trate.
Aunque el máximo de infectividad se tiende a alcanzar en los primeros meses,
muchos infectados ignoran que son portadores hasta fases más avanzadas. A
veces, en las primeras semanas posteriores al contagio, la persona no manifiesta
ningún síntoma, mientras que en otras ocasiones presenta un cuadro pseudogripal
con fiebre, cefalea, erupciones o dolor de garganta.

A medida que la infección debilita el sistema inmunitario, la persona puede


presentar otros signos y síntomas, como adenopatías, pérdida de peso, fiebre,
diarrea y tos. Si no se trata la infección, pueden aparecer enfermedades graves
como la tuberculosis, la meningitis criptocócica, infecciones bacterianas graves o
cánceres como los linfomas o el sarcoma de Kaposi.

Transmisión

El VIH se contagia a través del intercambio de líquidos corporales de la persona


infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales,
y también se puede transmitir de la madre al hijo durante el embarazo y el parto.
No es posible infectarse mediante los contactos ordinarios cotidianos como los
besos, los abrazos y los apretones de manos o por el hecho de compartir objetos
personales, agua o alimentos.

Es importante tener en cuenta que las personas con VIH que están en tratamiento
antirretrovírico (TAR) y han suprimido la carga vírica no transmiten el virus a sus
parejas sexuales. El acceso temprano al TAR y el apoyo para continuar el
tratamiento son, por tanto, cruciales no solo para mejorar la salud de las personas
con el VIH, sino para prevenir la transmisión del virus.

Factores de riesgo

Estos son los comportamientos y las afecciones que aumentan el riesgo de


contraer el VIH:

 tener relaciones sexuales anales o vaginales sin preservativo;


 padecer otra infección de transmisión sexual (ITS) como la sífilis, el herpes,
la clamidiasis, la gonorrea o las vaginitis bacterianas;
 hacer un consumo nocivo de bebidas alcohólicas o drogas durante las
relaciones sexuales;
 compartir agujas, jeringuillas, soluciones de droga u otro material infectivo
contaminado para consumir drogas inyectables;
 recibir inyecciones, transfusiones sanguíneas o trasplantes de tejidos sin
garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos quirúrgicos que
entrañen cortes o perforaciones con instrumental no esterilizado; y
 pincharse accidentalmente con una aguja, lesión que puede afectar sobre
todo al personal de salud.

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