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Demos un paso más… ¿DÓNDE ESTÁS

EN TU VIDA?

Leamos esta historia…


Imagínate que tienes cuarenta y dos años, eres licenciada en económicas y
acaban de despedirte de tu trabajo. Tu marido no trabaja y tenéis un niño
de dos años en el jardín de infancia.
¡Menudo problema! Bueno, sigo. Aunque te llevabas bien con tu jefe, y te
apreciaba, los resultados de vuestro departamento llevaban tiempo
empeorando y no parecía difícil prever lo que iba a ocurrir. Te dabas
cuenta de que hacía un tiempo que habías dejado de ponerte al día, e ibas
en «piloto automático» por la vida. Pero como eres una optimista
empedernida, no le prestas mucha atención a ese pequeño detalle, y has
decidido cumplir uno de sus sueños y vas a dedicar seis meses a acabar el
doctorado.
¿Y eso es malo? Aparte de tener en cuenta lo que pueda tardar... En sí
mismo no es bueno ni malo. Lo malo es que no estás teniendo en cuenta
que ese sueño podría tener sentido con veintipocos años, pero ahora
tiene poca lógica. Lo que necesitas no es un mejor currículum. Lo que
necesitas es saber aprovechar lo que has aprendido en tu carrera
profesional. Y mejor aún si lo aderezas haciendo algo relacionado con el
emprendimiento, o con la innovación. No tiene lógica refinar lo que
aprendiste hace veinte años cuando se ha visto que lo de antes no
funciona. Si quieres hacer un doctorado porque tienes veinticinco o como
hobby cuando todo va bien, genial. Pero planteártelo ahora, cuando las
cosas están cambiando tan deprisa y no tienes claro cómo vas a ganarte la
vida, ¡no parece lo más coherente!
¿Y si mi pasión es hacer el doctorado? Eso puede ser un sueño, pero no
una pasión. Tu pasión podrían ser las finanzas o las matemáticas. Y un
doctorado sería una forma de acercarte a tu pasión. Ningún problema con
eso. O incluso puede que lo que te motive sea dar clases en la universidad,
pero es necesario encajar ese sueño dentro de un plan más coherente. Lo
malo es que trates de poner en marcha un sueño que viene del pasado sin
actualizarlo y adecuarlo al contexto actual. Y no digo con eso que todos los
sueños tengan que ser «racionales».
O sea, que si yo fuera esta persona, no debería hacer mi doctorado... No,
no estoy diciendo eso. Lo que estoy diciendo es que deberías entender en
qué momento te encuentras tú y la sociedad, y qué necesidades tienes
que atender. Cuando las necesidades estén mínimamente atendidas,
ponte a hacerlo. Pero no antes, independientemente de las circunstancias.
Está claro que todas las personas tenemos derecho, incluso la obligación,
de cumplir nuestros sueños. Pero hacerlo en cualquier momento sin tener
en cuenta dónde nos encontramos en nuestras vidas, y arriesgando no
cubrir nuestras necesidades o las de los que nos rodean, es poco
responsable. Si además al hacerlo quedas peor parad@ de lo que estabas,
porque el cumplimiento de ese sueño satisface una necesidad pasada que
no has comprobado si sigue vigente, no parece sensato. Y como decía, no
creo que haya que cumplir sólo sueños racionales, pero sí que hay que
entender las consecuencias. De hecho mucha gente en sus trabajos no se
actualiza, y no comprueba si lo que sabe hacer sería valioso, ahí fuera, en
el caso de despido. Cuando esto ocurre se sorprende de que el mercado le
pide cosas de las que no entiende. ¿Acaso no tenían acceso a la prensa, a
internet o incluso a la televisión, donde se habla de hacia dónde va el
mundo? ¿O es que era más fácil pensar que eso no iba con ellos y que la
necesidad de estar al día era para los jóvenes? Tienes derecho a cumplir
tus sueños, y tienes derecho a hacerlo cuando te dé la gana. Pero no dejes
de estar atent@ a lo que pasa en el mundo porque el cambio es
constante, y lo que querías hacer ayer igual hoy ya no aplica, o requiere
otras habilidades o tecnologías. Y sobre todo entiende las consecuencias
de hacerlo.

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