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Esta es la historia de Robinson Crusoe, un joven inglés que vivió en el siglo XVII en el seno de una

familia rica y acomodada. Desde pequeño educaron a Robinson para ser un muchacho educado y
formal, que nunca se saltase las reglas y que siempre estuviera en su país, sin causar problemas. Sin
embargo, Robinson era un joven ambicioso y aventurero que soñaba con surcar los mares.
Eventualmente, Robinson cumple su mayor deseo cuando un amigo suyo parte en barco hacia Londres
y él se cuela como polizón. Por desgracia, una fuerte tormenta hace naufragar el barco, lo que asusta
a Robinson pero no le detiene para seguir con sus aventuras.
Cuando consigue llegar a Londres, conoce a un capitán que lo lleva en un viaje comercial a Guinea.
Este hombre le enseña a Robinson a ser un buen navegante y comerciante y, cuando el capitán muere,
Robinson embarca solo en busca de aventuras, ya que por fin se ha convertido en un marinero
formidable.
En un viaje a las Islas Canarias, sufre el ataque de unos piratas que lo toman como prisionero y
esclavo. Un día, un pirata lo envía a pescar con dos muchachos y Robinson escapa en un bote,
arrojando a uno de los jóvenes por la borda. El otro, Xuri, le jura lealtad y se convierte en su
compañero.
Juntos, llegan a un grupo de islas que Robinson cree que son las Islas Canarias y ven un barco
portugués a lo lejos. Llaman su atención y el capitán portugués ayuda a Robinson y Xuri a abordar su
barco. El capitán compra su bote y las pertenencias de Xuri, y promete liberarlos en diez años si Xuri
se convierte al cristianismo.
Llegan a Brasil, a la finca de un terrateniente, donde aprenden a conseguir ganancias con
plantaciones. Tres años después, algunos terratenientes buscan la manera de conseguir traer esclavos
desde Guinea de manera ilegal, y Robinson se ofrece a dirigir la expedición a Guinea. Dos fuertes
tormentas debilitan su barco y su tripulación cae por la borda. Sólo se salva Robinson, que naufraga
en las costas de una isla.
Robinson se las apaña para que los animales salvajes no lo atrapen y para beber agua fresca. Al día
siguiente de naufragar, ve que la marea ha empujado su barco cerca de la costa y nada hacia él para
construir una balsa con los restos, además de coger armas y provisiones. También se construye una
pequeña vivienda.
Robinson descubre cabras de las que obtener leche y comida. Fabrica un calendario para no perder los
días y vive en su acogedora cabaña escribiendo, leyendo biblias y con un perro y dos gatos. Escribe un
diario donde cuenta las ventajas y desventajas de su situación actual. Durante cinco años, Robinson se
acostumbra a la vida en soledad, cazando, escribiendo y plantando cultivos.
Un día, Robinson encuentra restos de huesos humanos y cree que hay caníbales en la isla, por lo que
traza planes de defensa. Eventualmente ve a los caníbales desde un cerro: un grupo de personas que
llegan a la costa en unas canoas, matan a un prisionero y lo devoran. Otro prisionero escapa y corre
hacia el monte, y los caníbales lo persiguen. Robinson mata a los perseguidores y salva al prisionero.
El muchacho jura lealtad a Robinson. Éste lo bautiza como Viernes, porque fue el día en el que lo
encontró, y le enseñó todo lo que sabía: inglés, modales y las enseñanzas de la Biblia. Durante tres
años, viven juntos en la isla y se convierten en buenos amigos que aprenden mucho el uno del otro.
Un día, liberan a otros dos prisioneros de los caníbales: un español y el padre de Viernes. Llega un
barco inglés, del cual sale un bote con varios marineros y tres prisioneros que llegan a la costa.
Robinson descubre que son víctimas de un motín y, junto a Viernes y los tripulantes del bote, vencen a
los amotinados. Robinson se presenta como gobernador de la isla y les dice que pueden volver a
Inglaterra y ser colgados o quedarse con él.
El capitán del barco inglés agradece a Robinson poniéndolo al mando, y Robinson viaja de nuevo a
Inglaterra junto a Viernes. De vuelta en su hogar, Robinson se casa y tiene tres hijos y en el futuro,
cuando su esposa fallece, se va de nuevo a surcar los mares.

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