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Esta es la décima predicación desde el domingo 9 de abril, que tratamos sobre los pasajes
donde Jesús resucitado se encuentra con los discípulos.
Fueron 40 días, ahora iríamos en el día 35, y fueron diversos lugares, en el huerto donde
sepultaron a Jesús, en el camino a Emaús, en el aposento alto, y ahora estamos reflexionando
del encuentro de Jesús con siete discípulos en el mar de Galilea, y ahora examinaremos la
última etapa de Jesús con Pedro.
Busquemos el pasaje de Juan 21:17-22,,, estaremos meditando sobre este pasaje.
Había una mujer que había sido diagnosticada con una enfermedad incurable y a
la que le habían dado sólo tres meses de vida. Así que empezó a poner sus cosas
«en orden». Contactó a su pastor y lo citó en su casa para discutir algunos
aspectos de su última voluntad. Le dijo qué canciones quería que se cantaran en
su funeral, qué lecturas hacer y con qué traje deseaba ser enterrada.
La mujer también solicitó ser enterrada con su Biblia favorita. Todo estaba en
orden y el sacerdote se estaba preparando para irse cuando la mujer recordó
algún muy importante para ella. – Hay algo más, dijo ella exaltada. – Qué es?, preguntó el
pastor. – Esto es muy importante, continuó la mujer. Quiero ser enterrada con un tenedor en mi
mano derecha.
El pastor quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir. – Eso lo
sorprende o no? preguntó la mujer – Bueno, para ser honesto, estoy intrigado con la solicitud,
dijo el sacerdote. La mujer explicó: – En todos los años que he asistido a eventos sociales y
cenas de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo
principal, alguien inevitablemente se agachaba y decía, «Quédate con tu tenedor». Era mi parte
favorita porque sabía que algo mejor estaba por venir… como pastel de chocolate o pastel de
manzana.
Algo maravilloso y sustancioso! Así que quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un
tenedor en mi mano y quiero que se pregunten: «Qué con el tenedor?» Después quiero que
usted les diga: «Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir.»
Los ojos del pastor se llenaron de lágrimas de alegría mientras abrazaba a la mujer
despidiéndose. El sabía que esta sería una de las últimas veces que la vería antes de su muerte.
Pero también sabía que la mujer tenía un mejor concepto de la esperanza cristiana que él
mismo.
Ella sabía que algo mejor estaba por venir. Durante el funeral, la gente pasaba por el ataúd de la
mujer y veían el precioso vestido que llevaba, su Biblia favorita y el tenedor puesto en su mano
derecha. Una y otra vez el pastor escuchó la pregunta: «Qué onda con el tenedor?». Y una y
otra vez sonrió.
ULTIMA LECCIÓN.
FIJARSE EN LO QUE HACEN LOS DEMÁS. SITUACIÓN QUE LIMITA NUESTRO
DESARROLLO.
Juan 21:20 Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo
que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de
entregar?
Juan 21:21 Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?
Jesús acababa de renovar su desafío a Pedro, sígueme (Juan 21:19). Y Pedro en vez de seguirlo
se voltea y se fija en Juan.
La primera respuesta de Pedro al desafío personal de Jesús fue desviarlo preguntándole a Jesús
qué quería hacer con alguien más.
Pedro representa a la mayoría de nosotros, se nos hace fácil desviar cualquier desafío personal
de Jesús preguntándonos e incluso preocupándonos sobre lo que otros discípulos están
haciendo o lo que Jesús puede requerir de ellos.
Muchas veces el Señor quiere tratar con nosotros, pero estamos pendiente de los demás nos
distraemos del propósito de Dios con nosotros por pensar en los otros.
Y nos limitamos “¿y éste, qué?”. otros porque no trabajan como yo, otros que no lo hacen tan
bien. O Quizá otros no querrán seguir a Jesús.
Pedro iba a apacentar a las ovejas de Jesús no a controlar su vidas, eso lo aprendió bien, cuando
el evangelio se extendió y empezó una discusión sobre que los cristianos no judíos tenían que
seguir los preceptos de días de guardar, y festivos y alimenticios Pedro dijo que no, la ley no
controlaría sus vidas. (HECHOS 15).
Cuando Pablo en Antioquia le reprendió a Pedro, este aceptó su regaño.
Cuando los evangelistas escribían sobre la crucifixión, Pedro no quiso controlar lo que
escribían sobre que negó tres veces a Jesús.
Pedro a pesar de ser un líder en la iglesia el mismo se consideró líder anciano como otros
mismos. 1Pe 5:1 Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos,
Jesús como buen maestro violinista haría de Pedro una persona que encarnara sus cualidades.
El maestro daba la ultima cincelada a su obra en Pedro lo demás se encargaría el Espíritu Santo.
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