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Esta es la segunda vez que tengo una experiencia con OVNI.

En la noche del 28 de
noviembre de 1973, cuando cumplía un viaje a Paraguay, mi familia y cientos de
habitantes de Clorinda (Argentina) fuimos testigos del avistamiento de un platillo
volador de claras definiciones. Eran las 21.30 cuando mi madre y mi hermana notaron
una extraña nube en el cielo de Clorinda. La nube, muy similar a una bocanada de
humo, tuvo movimiento hasta que se diluyó en el espacio.
Mi hermana con marcado sentido observador, notó que un fino hilo de luz se
desplazaba a la izquierda de donde apareció la nube. Estos hechos ocurrían a una
distancia no mayor de 400 a 500 metros y a una altura de 300 metros
aproximadamente.
En el lugar que finalizaba el rayo luminoso se comenzó a formar una gran gasificación
de color rojo y anaranjado. Segundos después apareció un gran plato volador, que
realizó por espacio de tres a cinco segundos un cambio de posición y desapareció
instantáneamente con un destello parecido a un flash fotográfico. La gasificación
permaneció por unos segundos y también desapareció. Los perros comenzaron a ladrar y
aullar y los gallos a cantar. Los chicos corrieron hacía la iglesia, porque el destello dio la
impresión de haber caído en el predio.
El objeto fue nítidamente visto como si se observara el paso de un Boeing a poco de
despegar.
Luego nos enteramos, en la prensa paraguaya, que dicho objeto había sido visto por
ribereños de Itá Enramada. Especialistas calificaron el avistamiento como del primer tipo.
El objeto que vi en Clorinda y el que casualmente fotografié tienen gran parecido y estan
calificado por los ovnílogos como del tipo explorador, por sus características.
Todos los que vieron realmente un plato volador tienen cambios en su personalidad.
Desde ese momento nada es imposible. En el universo no estamos solos.

COSMOVISIÓN (revista)
Número 03, año 1978.

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