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La gran fiebre de la madera: sus precios se han disparado y no hay

suficiente para todo el mundo


22 Abril 2021, 18:59
ALBERT SANCHIS
La pandemia afectó de lleno al grueso de casi todas las materias primas por el
bloqueo económico. Principalmente, con un descenso de la demanda y, como
consecuencia, una bajada de los precios. La peor parte parte se la llevaron el
zumo de naranja, el oro, la harina de trigo y la plata. Ambos metales preciosos se
dejaron un 6,5% y un 2,6% respectivamente. Ahora, la apresurada reactivación
económica apoyada por la campaña de vacunación está haciendo que los
precios de las materias primas se hayan visto impulsados exponencialmente.
Y entre ellas, hay una que ha despegado como nunca antes lo había hecho: la
madera. Un material increíblemente importante para la construcción y la
logística de los países.

El precio. El mercado de futuros de la madera cerraba hace unos días a 1077,49


euros los 304,8 metros de tabla. Esta cifra supone un máximo histórico sin
referente previo en las gráficas, tal y como explica este artículo de El
Economista. En comparación con el mismo mes del año pasado —216,21
euros—, ha aumentado casi un 400%. Y esa escasez implícita ya es patente en
toda la cadena de suministro de la madera. Los aserraderos han tenido
problemas para aumentar su capacidad de producción lo suficientemente rápido
como para satisfacer el aumento de la demanda con la reactivación de la
economía.
Mientras tanto, los retrasos en el transporte y la escasez de trabajadores en los
propios aserraderos han aumentado los costes, que ahora se trasladan a los
consumidores. Para que os hagáis una idea: los futuros de la madera se han
disparado más de un 60% en lo que va de año y los analistas creen que la
tendencia seguirá hasta finales de 2021.

¿Por qué es tan cara? Los motivos de esta escasez son principalmente el
creciente mercado de la vivienda y el mercado de la construcción en muchas
partes del mundo, especialmente en Estados Unidos, que se apoya en la
exportación por parte de Escandinavia. Al igual que China, que ha vuelto a
incrementar sus compras en los países nórdicos. Basta decir que los niveles de
existencias de los aserraderos escandinavos son los más bajos en los últimos
20 años. Y han sido varios los factores que han creado la tormenta perfecta.

La gran crisis de los contenedores: no hay suficientes para comprar todo


lo que queremos de China

Venía de lejos. En 2019, una débil demanda, unos niveles excesivos de


inventario y unas condiciones climáticas severas hicieron que los proveedores
de madera cerraran fábricas y redujeran la producción. El resultado fue una
bajada de los precios de la madera y cierres de algunos aserraderos por parte
de empresas como Canfor y West Fraser Timber, el mayor proveedor de madera
del mundo.

Y llegó la pandemia. A todo este se le sumó entonces una actividad paralizada


por los brotes de Covid que se extendían en casi todos los rincones del mundo.
Y claro, los bajos tipos de interés y la necesidad de tener que permanecer en
casa hizo a los estadounidenses más proclives a la demanda de nuevas
viviendas, subiendo por tanto la de la madera, material clave en las
construcciones del país. Además, se vivió un boom de las reformas y
ampliaciones de los hogares. Esta coyuntura pilló a los productores
desprevenidos y comenzó a empujar al alza los precios.

Falta de palés. El encarecimiento de la madera tiene una consecuencia directa


desastrosa para la industria logística. ¿Por qué? Los palés. La escasez de
madera para palés ha provocado retrasos de suministro y, al mismo tiempo, está
empujando directamente los precios de los palés EPAL. La Federación Europea
de Fabricantes de Palets y Embalajes de Madera (FEFPEB) apunta a que se
espera que los pocos suministros de madera en algunos mercados
internacionales hagan que se incremente la demanda y el precio. Y estos tienen
un papel fundamental en las cadenas de suministro esenciales de alimentos,
bebidas y productos farmacéuticos, donde la demanda sigue estable durante la
pandemia.

Sin aserraderos. Pero eso no es todo, el número de personas que trabajan en


aserraderos y en la conservación de la madera en EEUU ha descendido
aproximadamente un 30% con respecto a hace 20 años, y el número de
taladores se ha reducido casi un 40%, según datos de la Oficina de Estadísticas
Laborales. Aunque la automatización ha reducido el número de trabajadores
necesarios y ha aumentado la eficiencia, los analistas consideran que los niveles
actuales de empleo están por debajo de la demanda.

Deforestación y cambio climático. Y la mano de obra no es el único problema


de suministro a largo plazo. El cambio climático y las condiciones meteorológicas
extremas amenazan la explotación forestal. Una plaga de pequeños escarabajos
del pino de montaña está empeorando a medida que los inviernos más cálidos
permiten que los insectos prosperen en más lugares del mundo. Los incendios
forestales masivos son una preocupación creciente para los bosques de la costa
oeste de EEUU y Canadá. Mientras tanto, la industria maderera y los defensores
del medio ambiente se disputan qué tierras deben seguir siendo protegidas.
Como sea, las importaciones de madera de EEUU deberán crecer
aproximadamente un 15% en 2021 para satisfacer el aumento de la demanda y
se espera que gran parte de ellas provengan de Europa, donde también hay
escasez.

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