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Investigación y proyecto arquitectónico (Gpo 602)

Darío Luna Barrios - A01026634

María José Paz Vega - A01753403

Ivonne Guadalupe Bárcenas Morales- A01026670

Profesoras:

Aura Rosalía Cruz Aburto

Erandi Jiménez Jacques

Protocolo de investigación:

¿Hacia la modernización urbana o hacia la gentrificación? La contradicción del espacio


público en la Plaza de la Solidaridad debido al comercio ambulante

08/05/2023

Tecnológico de Monterrey
2

Introducción:
La Plaza de la Solidaridad está ubicada en la Ciudad de México, México en la Colonia
Centro - Zona Poniente, dentro de la Alcaldía Cuauhtémoc. Se encuentra a un costado de la
Alameda Central, sobre la Avenida Juárez, entre Balderas y Doctor Mora. En la plaza, se ha
suscitado el comercio ambulante, el cual también es algo común de ver en la zona céntrica y
en lugares aledaños. “Se estima que se ubican entre 50 hasta 75 mil comerciantes informales
en calles del perímetro B del Centro Histórico, cuyos líderes diariamente se disputan los
espacios de venta y sus “cuotas” para realizar sus ventas.”1 De acuerdo con La Jornada,
recientemente los comerciantes en vía pública regresaron a la Plaza de la Solidaridad tras un
acuerdo con la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Ordenamiento de la Vía Pública.
Mediante dicho acuerdo, alrededor de 200 comerciantes a los que se les permitirá reubicarse
ahí, deberán cumplir con varias condiciones. Entre dichas condiciones los comerciantes sólo
podrán vender productos como artesanías, libros, artículos culturales y antojitos mexicanos y
no podrán expender ropa, artículos electrónicos, tenis u otras mercancías. Además, solo se
podrán instalar de jueves a domingo, los puestos deberán ser de un solo color y su dimensión
deberá ser uniforme no mayor de 1.50 por 1.50 metros.
La Plaza de la Solidaridad, además de ser un espacio público de recreación, rememora
a las víctimas del terremoto de 1985, por lo que, según Sofía Trejo, líder de la Unión de
Marchantes en Movimiento AC., se busca que la plaza “se convierta en algo icónico y que se
respeten los reglamentos para el manejo de alimentos, las disposiciones de salubridad y
protección civil; por ejemplo, que no se instalen desordenadamente tanques de gas, sino en
una zona específica.” Sólo durante un año y medio la plaza, erigida en memoria de las
víctimas del sismo de 1985, se vio libre del ambulantaje, liberando así escaleras, rampas de
acceso y pasillos.
Por ello, para dar solución a lo problemas del ambulantaje y a las incipientes prácticas
y operativos propuestos por el gobierno, se estudiarán los antecedentes del comercio en
México y la zona Metropolitana, se plantearán qué conflictos hay que resolver así como su
importancia para que los comerciantes puedan continuar con sus actividades de sustento
mientras cumplen con los requerimientos implementados por las autoridades para así tener
espacios públicos limpios y de libre acceso, así como esbozar cuestionamientos en torno a la
eficiencia de las políticas implementadas para este resolver problema.

1
Ambulantes dominan las calles del Centro Histórico en la Ciudad de México. (2022). Diario Basta.
Recuperado de
https://diariobasta.com/2022/04/12/hasta-60-mil-ambulantes-en-el-centro-historico/
3

1. Antecedentes: El tema de investigación es más amplio y el presentarlo en esta sección


sirve para contextualizar el proyecto de investigación que se presentará a continuación.
Nosotros trabajaremos estos antecedentes a partir de estos asuntos: comercio informal,
formal y ambulante, antecedentes del caso en concreto con el que estarán trabajando
“La economía informal es un problema que enfrenta México desde hace ya varios
años y que con el paso del tiempo ha aumentado, generando dificultades y deteniendo el
proceso de crecimiento del país debido a la irregularidad de las actividades comerciales lo
que las mantienen fuera de la legalidad y ocasionan un retroceso o desaliento de la
productividad.”2 La economía informal se constituye por todas aquellas actividades
económicas que, sin ser criminales, tampoco están totalmente registradas, reguladas y
fiscalizadas por el estado en los mismos espacios en que otras actividades similares sí lo
están. De la economía informal, deriva el comercio informal, del cual gran parte se constituye
por el trabajo familiar realizado en el propio domicilio o en locales rudimentarios; también el
comercio informal aprovecha calles y plazas, así como la infraestructura eléctrica para la
venta del producto de su trabajo o de bienes y servicios. “Se reconocen dos dimensiones del
comercio informal: una relacionada con la producción y otra con el trabajo. El primer caso
consiste en la oferta de bienes y servicios realizados en establecimientos no registrados
(piratería). En el segundo caso se relaciona con empleos en establecimientos del sector
informal o en comercios formales que no otorgan las prestaciones de ley. ─personas que
venden a comisión artículos producidos por una empresa completamente formal. ─”3
En contraste, en el comercio formal “los empleados formales son aquellos
trabajadores asalariados registrados a la seguridad social, principalmente en empresas
formales medianas y grandes. La formalidad es, en sí misma, la posibilidad de que los
empleados tengan acceso a derechos y satisfactores básicos, como servicios médicos, crédito
para la vivienda o ahorro para el retiro. La formalidad apoya al trabajador al contar con
acceso a servicios médicos, seguro de accidentes, y riesgos de trabajo, de invalidez y vida;
además de la posibilidad de acumular antigüedad y generar ahorro para su pensión y retiro.”4
En México, 56.7% de la población que labora en condiciones de informalidad genera
22.5% del Producto Interno Bruto (PIB), y el resto que se emplea en el sector formal genera
77.5% de PIB, de acuerdo con cifras del Inegi. “Es decir, que por cada 100 pesos generados
2
LA ECONOMÍA INFORMAL EN MÉXICO. (2017). Universidad de Colima. Recuperado de
https://portal.ucol.mx/content/micrositios/131/file/A5EconomiayAlgoMas.pdf
3
IBID
4
¿Quiénes son empleados formales?. (s.f.) Gobierno de México. Recuperado de
https://www.gob.mx/epn/es/articulos/quienes-son-empleados-formales#:~:text=Empleo%20formal.,empresas%2
0formales%20medianas%20y%20grandes.
4

de PIB del país, 78 pesos provienen del 43% de ocupados formales, mientras que 22 pesos
corresponden a 57% de ocupados en informalidad.
Así, “se prescribe que para incrementar el empleo formal en la economía mexicana, es
imprescindible incrementar los niveles de formación, pero también crear condiciones de
estabilidad laboral a través de esquemas de contratación estables. Es fundamental destacar
que el empleo informal, al estar asociado predominantemente a pequeñas unidades
productivas y micronegocios, impone el reto de impulsar estos establecimientos, en aras de
que el segmento laboral que aglutinan transite hacia esquemas de formalidad laboral más
dinámicos en medianos y grandes establecimientos, en donde existe una mayor visión
empresarial de largo plazo.”5
Por otro lado, el comercio ambulante es “toda actividad comercial realizada de
manera cotidiana en la vía pública o en lugares públicos por personas físicas que transportan
sus mercancías sobre su cuerpo o algún medio de transporte, deteniéndose en algún lugar
solamente por el tiempo indispensable para la realización de una sola transacción.”6 También
implica el comercio en puesto fijo, que es toda actividad comercial que se realiza en la vía
pública en un local, puesto o estructura determinando para tal efecto, anclado o adherido al
suelo o construcción permanente. Por otro lado, el comercio en puesto semifijo, es toda
actividad comercial en la vía pública que se lleva a cabo de manera cotidiana; valiéndose de
la instalación y el retiro al término de su jornada de cualquier tipo de estructura; vehículo,
remolque, instrumento, charola, artefacto u otro bien mueble, sin estar o permanecer anclado
o adherido al suelo o construcción alguna.
Ahora bien, hablando del contexto histórico y social de la Plaza de la Solidaridad, en
contraste con la aledaña Alameda Central, la Plaza de la Solidaridad es un espacio con una
historia más reciente. De acuerdo con Sara Makowski, la Plaza de la Solidaridad fue erigida
sobre las ruinas del famoso Hotel Regis, que sucumbió a los sismos de 1985. En 1986 se
plantó el primer árbol en lo que se llamó en ese año el Jardín de la Solidaridad, nombre que
evocaba a la solidaridad de la ciudad y del país ante la tragedia del terremoto.

5
Rogelio Varela-Llamas, Ramón A. Castillo-Ponce y Juan Manuel Ocegueda-Hernández. (2012).
El empleo formal e informal en México: un análisis discriminante. Universidad Autónoma de Baja California.
Recuperado de https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1405-74252013000400006
6
REGLAMENTO*DE COMERCIO*INFORMAL(s.f.). Gobierno de Zacatecas. Recuperado de
http://www.ordenjuridico.gob.mx/Documentos/Estatal/Zacatecas/Todos%20los%20Municipios/wo94870.pdf
5

Demolición de edificios dañados junto a la Plaza de la Solidadridad. Imagen de


https://www.eluniversal.com.mx/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/el-memorial-olvidado-del-sismo-del-85/

En enero de 1986 el Departamento del Distrito Federal (DDF), por acuerdo del
presidente Miguel de la Madrid, lanzó una convocatoria pública para el diseño de la Plaza de
la Solidaridad. El proyecto ganador fue de “carácter modernista”, y tenía previsto en el diseño
un conjunto de columnas en círculo, de las cuales saldrían destellos luminosos que podrían
ser rayos láser, con una escultura en el centro y una grieta atravesando diagonalmente el
suelo, sin embargo, el proyecto ganador no fue bien recibido por parte de organizaciones
sociales e instituciones públicas. Posteriormente se anunciaron trabajos de jardinería y
forestación, desechando el fallido proyecto, y en su lugar devino el nombre de Jardín de la
Solidaridad, tomando como antecedente histórico que en ese predio estuvo localizado el
huerto del antiguo convento de San Diego. Así, finalmente, se consolidó como una plaza que
tiene cuatro fuentes, bancas, algunos árboles y una escultura en el centro que representa la
unión de dos manos que simbolizan la solidaridad.

Vista aérea de la Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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La Plaza de la Solidaridad estuvo ocupada durante muchos años (hasta 1995) por
campamentos de organizaciones sociales y políticas que se emplazaban en este espacio para
protestar y demandar públicamente por causas sociales y políticas. Igualmente, los niños y
jóvenes callejeros se instalaron en la plaza una vez que un fuerte operativo policial los
desalojó de la Alameda.

Indigentes en la Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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Junto a la precariedad del hábitat de los callejeros se erigían en el espacio de la Plaza


cuatro carpas de ajedrecistas que a diario se convocaban para jugar al ajedrez. En esas carpas
se vendían bebidas y comida rápida, y de forma permanente se escuchaba música. Los
ajedrecistas decían contar con un permiso de la delegación para ocupar el espacio público de
la plaza; cada una de las carpas tenía un dueño, quien amparado bajo la figura de una
asociación civil, externaba su objetivo de difundir el juego de ajedrez cuando en la realidad
obtenía beneficios económicos privados (al cobrar una cantidad por la renta del juego, y por
la venta de bebidas y alimentos) en un espacio público. Se trataba sin duda de una situación
contradictoria, reveladora de las irregularidades en el otorgamiento de permisos y usos del
espacio público por parte de la delegación.
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Ajedrecistas en la Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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En 1997, a 11 años de haber sido plantado el primer árbol, la Plaza de la Solidaridad


tuvo varios trabajos de remodelación, los que incluían la instalación de una escultura del
artista Javier. Se trataba de un monumento de 2.70 metros de altura en forma de tres manos
de bronce que sostienen un asta bandera y que simbolizan la unidad.

Monumento en la Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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La noche del 24 de julio de 2002, los granaderos desalojaron violentamente a los


niños y jóvenes de la calle apostados en la plaza de la Solidaridad. En dicho espacio público
debía evitarse la presencia de grupos y personas que, al decir de las autoridades
delegacionales, “afeaban y desprestigiaban” la imagen pública de la Plaza y del Centro
Histórico. Los ajedrecistas fueron desalojados un tiempo después.
En la actualidad a la Plaza de la Solidaridad acuden numerosos obreros de la
construcción que se reúnen allí para socializar, también acuden personas mayores que visitan
a los ajedrecistas; algunos turistas que van hacia el museo y mucha gente que está de paso
hacia la Alameda o el metro. La cercanía con las avenidas Juárez y Balderas hace de esta
plaza un lugar de intenso tránsito de personas y de vehículos.
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Tránsito en Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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Hoy en día, la plaza es ocupada como mercado ambulante. Algunos puestos utilizan el asta
bandera que sostiene el monumento creado por el escultor Javier, para amarrar las cuerdas de
sus changarros.

Puesto ambulante en Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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En el 2013, el gobierno de la delegación Cuauhtémoc retiró a 180 comerciantes informales


pero dejó que permanecieran en otro sitio. El gobierno los había exhortado a que
obligatoriamente deben usar cubrebocas, no manejar alimentos y dinero al mismo tiempo y
respetar los horarios de operación, sin embargo ignoraron las medidas. Recientemente, en
febrero de 2023, 200 comerciantes en vía pública regresaron a la plaza tras un acuerdo con la
Subsecretaría de Programas de Alcaldías y Ordenamiento de la Vía Pública.
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Comercio ambulante en Plaza de la Solidadridad. Imagen de


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- Contexto Prehispánico

Mapa del Valle de México de la Universidad Autónoma de México


https://e1.portalacademico.cch.unam.mx/alumno/historiademexico1/unidad2/culturamexica/mexicotenochtitlan

A continuación, se muestra el Mapa de Tenochtitlan con una comparación con mapa Actual
de México
- Chinampa “Toltecalli Tlaltecaocan Huehuecalco” -
- Calzada de Tacuba, Acueducto de Chapultepec, Puerta Chuauhquiahuac-
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Centros de Comercio

- Plaza de “El Volador”


- Tianguis de Moyotla
- Tianguis o mercado de Tlatelolco
- Xoloco (Teocalli)

- Tianguis
Etimología del náhuatl tianquiztli “mercado” , el trueque fue el método más común en
los centros comerciales de Tenochtitlán. (Gobierno de México.s.f)

Sin duda el Templo mayor era el lugar más simbólico de la Ciudad de Tenochtitlán, el cual se
ubicaba en el centro del islote con una base cuadrangular de unos 400 metros por lado
aproximadamente. (Teniendo la pirámide de Tlaloc y Huitzilopochtli en el centro)

Como se puede observar en el presente mapa los espacios en color azul muestran los distintos
espacios comerciales tales como la “Plaza de “El volador”, “Tianguis de Moyotla”, “Tianguis
de Tlatelolco” y “Xoloco”.
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La plaza del Volador(2), se encontraba en lo que actualmente es el edificio de la Suprema


Corte de Justicia de la Nación. Este se encontraba al sur del palacio de Moctezuma(1), en un
predio aledaño llamado acequia real, donde se practicaba una ceremonia llamada “el volador”
“Ritual Solar de los Voladores”-> Voladores de Papantla. Posteriormente a la conquista en
1562 el predio se reservó para posteriormente construir la universidad y el mercado del
volador. A finales del siglo XVIII la plaza Mayor y el Volador se encontraban saturados de
toda clase de mercaderes . (De Medios SA De CV Demos, 2016)

Moytla, "el lugar de los mosquitos" era un barrio de familias de clase trabajadora. Algunos
eruditos dirán que fue la parte más importante y poblada de la capital de la isla, el cual
contaba con un gran Tianguis(11) se encontraba en lo que actualmente es El actual Barrio San
Juan Moyotlan. ((De Innovación Pública, s.f)

Cuando el Imperio Azteca conquistó Tlatelolco, construyeron el “Tianguis de Tlatelolco” ya


que contaba con facilidades de comunicación a través de La Lagunilla (caleta o pequeña
bahía) la cual servía para miles de canoas. De acuerdo con las crónicas de Hernán Cortes y
Francisco López de Gómara se calcularon entre 40 mil y 60 mil personas reunidas.
(Aduanera, 2021)
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Las regulaciones en los centros de comercio en Tenochtitlan eran: Sistema de seguridad y


medidas estrictas contra el robo.
- Vigilantes para verificar que todo se encontraba en orden.
- Castigo por robo o corrupción era la muerte
- Todas las mercancías tenían que estar organizadas
(Delgado, 2021)

Video informativo: https://www.youtube.com/watch?v=W2STq1qa1Nc

En el Centro Histórico el comercio ambulante ha sido un problema recurrente para las


autoridades, por lo que se están haciendo operativos en las calles para supervisar que no se
estén haciendo prácticas que no vayan con las medidas acordadas previamente con las
autoridades. Dunia Ludlow, subsecretaría de reordenamiento vial de la Ciudad de México,
implementó un operativo con 12 lineamientos y 5 prohibiciones para propiciar un mejor
comportamiento en las calles y sobre todo para generar más seguridad en materia de
protección civil y de movilidad. Se prohibió el “toreo”, la invasión del arroyo vehicular, estar
en calles que estaban previamente recuperadas y utilizar radios para inhibir los operativos o
infringir la seguridad. En ese sentido, se da seguimiento con un equipo permanente por parte
de la secretaría de gobierno y de la policía a través de cinco zonas a las cuales les damos
seguimiento constante supervisando las calles del Centro Histórico cuando hay algún tipo de
infracción por parte de los comerciantes o de parte de sus organizaciones. Tanto en la zona
céntrica como en zonas aledañas como Tepito, La Lagunilla u otros lugares de la Zona
Metropolitana, se ha documentado que los tianguistas sistemáticamente violan los derechos
de la ciudadanía usando la calles como mingitorios, vendiendo alcohol en vía pública,
haciendo ruido, destruyendo e invadiendo áreas verdes, obstruyendo entradas de negocios,
pasos peatonales, arroyos vehiculares, hospitales y escuelas, tirando basura, no respetando los
tamaños de sus puestos, sobrepasando topes, generando caos vial y burlando a las
autoridades. También, bajo un minucioso modus operandi en el que los policías también se
han visto involucrados y corrompidos, con binoculares y radios, "halcones" facilitan el escape
de “toreros" o vendedores en la vía pública que han incrementado su presencia en el Centro
Histórico de la CDMX.
Recientemente, el pasado 24 de febrero la Subsecretaría de Programas de Alcaldías y
Reordenamiento de la Vía Pública inició el reordenamiento y control de las actividades que
en vía pública realizan masajistas, danzantes y músicos, en el Centro Histórico. Incluso,
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ambulantes de calles como Correo Mayor, Moneda, Corregidora, Zapata y Academia,


aceptaron el acuerdo del Gobierno de la Ciudad de México de ejercer su labor en horarios y
días establecidos, e incluso, fueron sancionados en días recientes, por incumplir dichas
normas. La propuesta que se planteó a los vendedores informales es que se regirán si se
encuentran en el perímetro “A”, los cuales podrá instalarse de martes a domingo; y aquellos
que estén en el perímetro “B”, de miércoles a lunes, ambos casos, de 10:00 de la mañana a
18:00 horas.
En días anteriores, el gobierno capitalino también sancionó al ambulantaje, por
incumplir normas, como aquellos que se encuentran en Correo Mayor, entre las calles de
Guatemala y Soledad, los cuales fueron impedidos para instalarse los días, 14 y 15 de febrero,
por no cumplir con las normas; en la calle Moneda, entre Lic, Primo de Verdad y Correo
Mayor, también la sanción fue de dos días (14 y 15 de febrero) por ejercer toreo cuando no se
había dado tolerancia y no respetar el horario establecido para la venta de productos. En el
mismo caso se encontraron ambulantes de la calle Moneda, quienes no respetaron el acuerdo
de no vender el día lunes, por lo que el 23 de febrero no se les permitió instalarse para la
venta en vía pública.
También, los dirigentes de esa zona en vez de acatarse a la sanción para corregirse
optaron por interrumpir por casi una hora el servicio del Metro CDMX, afectando a miles de
personas que desean ir a casa, por lo que se les prohibió instalarse en el 4 de marzo del 2022.
“Esas actitudes porriles son inadmisibles y no son dignas representantes de las personas que
trabajan en el comercio popular y son conscientes de la importancia del ordenamiento. En
consecuencia se mantiene el castigo en el tramo de Del Carmen de Apartado a Venezuela”,
apuntó Dunia Ludolow.
Aunando lo anterior, “el sector informal ha crecido considerablemente en nuestro país
en las últimas tres décadas, al servir como una válvula de escape ante los desequilibrios del
mercado de trabajo, pues según el INEGI, tan sólo durante el año 2021 la economía informal
participó con 23.7 % del Producto Interno Bruto nacional. De acuerdo con la Encuesta
Nacional de Ocupación y Empleo del mismo INEGI (ENOE) durante 2019, previo a la
emergencia sanitaria, el empleo total en la Zona Metropolitana del Valle de México era de
9,378,477 personas, de las cuales, el empleo informal representaba el 51.3% del total, lo que
quiere decir que más de la mitad de las personas que trabajan en la Ciudad, lo hacen en el
empleo informal. Entre ellas, existen más de 375 mil personas comerciantes en mercados,
tianguis y sobre ruedas”.
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Como vemos, el comercio, además de ser un sustento importante para muchas


familias, representa un problema para muchas personas, en especial en relación con la imagen
urbana que se le da a un lugar, su seguridad y respecto a las actividades ilícitas que el
comercio ambulante da lugar a. Si bien, por un lado hay ambulantes que invaden espacios
públicos como aceras, parques, jardines, camellones, rampas, entradas, banquetas e incluso
vialidades, que ponen en riesgo latente a las personas que transitan ya que, por ejemplo, los
puestos de alimentos no tienen medidas preventivas con los tanques de gas que usan, no
recogen la basura que generan, incentivan la evasión de impuestos e incluso tienen modus
operandi en los que los patrones y marchantes burlan a las autoridades y extorsionan a ciertos
locatarios, las cuales incluso han sido violentadas en riñas colectivas de comerciantes, por
mencionar algunas cosas, dejamos de lado que el ambulantaje es el sustento en el día a día de
las personas que lo practican, quienes como parte del 60% de la población económicamente
activa que trabaja en la informalidad, cuentan con bajos salarios, poca estabilidad laboral,
escasa cobertura de la seguridad social y son víctimas incumplimiento de derechos laborales,
de extorsiones y del abuso de sus patrones.
La idea de que el ambulantaje arruina una buena imagen urbana, reprime una
tradición milenaria y popular que ha dado cobijo y sustento a millones de personas y que
forma una parte importante de las fuentes informales de empleo. Irónicamente, las
regulaciones de las autoridades y prejuicios de la gente generan una brecha en la que de por
medio se discrimina e invisibiliza a grupos marginados que buscan un sustento para sus
familias. El ambulantaje y a grandes rasgos, la economía informal en México, es producto de
la desigualdad laboral, de la falta de oportunidades laborales, de los ingresos poco dignos en
el sector formal, de las nulas oportunidades de acceso a un empleo formal y de más y mejor
preparación académica, de deficientes políticas económicas que reduzcan los costos de vida
de la población, del despido masivo de trabajadores y de la migración rural-urbana.
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2. Planteamiento del problema: a partir de alguno o algunos de los conceptos discutidos


en la sesión (patrimonio, herencias culturales, culturas híbridas y/o bienes comunes)
identifica un conflicto a resolver en nuestro caso de estudio.
El comercio ambulante y las regulaciones impuestas por las autoridades causa una
disputa entre el cuidado del espacio público y de sitios de patrimonio cultural y la mejora de
la imagen y seguridad urbana con la desacreditación de la herencia y sincretismo cultural del
ambulantaje, de sus actores, de sus usuarios y de la identidad cultural y espacial que esta
actividad representa.
3. Justificación: por qué es importante llevar a cabo esta investigación, quiénes serían
los posibles futuros beneficiarios de su realización
Comprender los orígenes del ambulantaje, su importancia como parte tanto cultural
como económica de la sociedad mexicana y, a partir de ello, generar propuestas que sean
benéficas tanto para los comerciantes como para la ciudadanía y transeúntes de la zona, nos
orienta acerca de la importancia del ambulantaje como un nodo de interacciones que propicia
el encuentro entre diversos entornos y personas. Para esto consideraremos la movilidad, la
conectividad y la organización como criterios fundamentales para un futuro diseño de
programa. Con esto en mente, los posibles futuros beneficiarios de su realización serían tanto
los ambulantes así como la ciudadanía, los transeúntes, el gobierno y las autoridades.
Buscaremos que estos actores tengan los mayores beneficios posibles siempre y cuando no
haya discrepancias en las propuestas de resolución.
Esto, a la larga, puede traer beneficios económicos como mayor afluencia de turistas o
compradores, una mejor imagen urbana, más seguridad y mejores condiciones del espacio
público, propiciando así interacciones más diversas y una integración histórica y cultural de
los modos de vida populares.
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4. Estado de la cuestión: ¿qué se piensa y qué se ha propuesto actualmente con respecto


a mi problema de investigación o alguno similar? ¿qué cuestiones han quedado sin
resolverse o pensarse al respecto?
Artículo 1: El factor Guiliani
La Ciudad de México se ha caracterizado por tener altos índices de violencia. El
deterioro de la seguridad urbana en la ciudad de México en la década de 1990, representaba
los fracasos de las autoridades locales para cambiar radicalmente la situación, por ello, en
2002, líderes de los sectores público y privado a invitar a Rudolph Giuliani para que diseñara
un nuevo plan de seguridad para la Ciudad de México y el Centro Histórico, así, Giuliani
ofreció un programa de reformas elaboradas a partir de un modelo policial aparentemente
exitoso llamado “ventanas rotas” que se usó en Nueva York.
Para fines de los años noventa y principios de 2000, los ciudadanos que solían
comprar mercancías en el centro histórico y pasear por las plazas y avenidas aledañas a los
antiguos edificios de gobierno, museos y la catedral se sentían cada vez más temerosos de
adentrarse en esas zonas. Esto también se convirtió en una preocupación para la población de
bajos ingresos que habitualmente compraba artículos para el hogar a bajo costo en las calles
de Tepito y otros barrios del centro que se han convertido en refugio de los vendedores
ambulantes. Igualmente, la violencia alcanzó índices históricos debido a que en ese entonces
incrementó la desigualdad del ingreso y la polarización social gracias a la firma del Tratado
de Libre Comercio (TLC).
Los consultores extranjeros, quienes carecían del conocimiento de las instituciones
sociales y legales mexicanas, y cuya única base de éxito era el haber trabajado en una de las
ciudades más pujantes económicamente, abordaron como solución disminuir la economía
informal de hombres que limpian parabrisas, de niños callejeros que hacen trucos de magia
por unos pesos, de comercios ambulantes y de ‘franeleros’ que cuidan carros estacionados
por unas monedas, así los planes de Giuliani remediarían el “ambiente caótico” de la ciudad,
abarcando desde el comercio informal, la ineficiente recaudación de impuestos, el desorden
urbano y la decadencia, y una seguridad legal insuficiente, hasta la inseguridad pública y la
falta de legalidad. Estas políticas también fomentarían el desarrollo inmobiliario en el centro
de la ciudad y acelerarían el “rescate” del Centro Histórico de la ciudad de México.
Las políticas de Giuliani pusieron hincapié en cambios en el uso y en el acceso al
espacio público en forma de nuevos controles sobre la vida callejera que tenían la intención
de cambiar la ambientación del centro, donde la principal fuente de problemas se decía que
era la suciedad y desorden acarreado por el comercio informal y las actividades ilegales. Para
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gran parte del sector privado, la estrategia de “cero tolerancia” de Giuliani era atractiva
precisamente porque retiraría a los vendedores ambulantes de bajos ingresos y otros
participantes en actividades ilegales de las calles del centro, al mismo tiempo que tales
acciones desembocarían en una ciudad remozada que sería atractiva para turistas, empresas
transnacionales, y la clase media consumidora de casas habitación y servicios urbanos. En
otras palabras, el Plan Giuliani se enfocaba sobre todo al desarrollo de la zona centro, y no a
la reducción de la criminalidad.
Anteriormente, resolver el problema del comercio informal era un objetivo que otros
jefes de gobierno y dueños de comercios establecidos habían tratado de alcanzar desde hacía
cuarenta años. Se habían tomado medidas como el retiro forzado de los puestos semifijos,
envío de la policía montada, reubicación forzosa de los vendedores ambulantes a mercados
recién construidos o el uso de la brutalidad policial en su contra se habían empleado para
eliminar el problema, aunque solo se logró parcialmente, pues la actividad preponderante en
las zonas céntricas sigue siendo el pequeño comercio, y la mayoría de los establecimientos de
esta categoría prefieren permanecer en el centro porque esta ubicación es de gran importancia
para su parte del mercado. La base de su sustento son ventas de semimayoreo de artículos que
se venden al detalle en otras zonas en la ciudad. A diferencia de Nueva York, donde los
promotores de desarrollo inmobiliario de la zona central (con el apoyo gubernamental)
lograron la transformación de predios y edificios completos y la sustitución de los
establecimientos del pequeño comercio y minoristas de bajos ingresos con comercios más
grandes y para clientela de altos ingresos, en la Ciudad de México tales comercios conservan
sus posiciones, por razones tanto políticas como económicas. Y en tanto dure esta situación
en el centro, nuevas prácticas del trabajo policiaco o desarrollos para la población de altos
ingresos apenas podrán hacer mella en la transformación de la zona en cuanto a sus
características como área residencial y su perfil de ingresos.
En conclusión, una estrategia de ventanas rotas no fue y no será la solución al
desarrollo del centro. Todavía hay residentes de bajos ingresos que viven y trabajan en el
centro, y como hay zonas del centro que todavía se identifican con los comercios que venden
artículos a precio de mayoreo, las calles continúan llenas de vendedores ambulantes que
pugnan en contra de las autoridades por su derecho a vender sus mercancías. Así, en vez de
reprochar al comercio informal, podemos repensar este elemento urbano como un nicho de
interacciones y encuentros, además de ser un elemento que fusiona el uso público y colectivo
del espacio.
21

Davis, D. E., (2007). El factor Giuliani: delincuencia, la "cero tolerancia" en el


trabajo policiaco y la transformación de la esfera pública en el centro de la ciudad de México.
Estudios Sociológicos, XXV(75), 639-681.
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=59825302
22

Artículo 2: Comercio ambulante en el Centro Histórico de la ciudad de México (1990-2007)


El 7 de marzo de 2007, Marcelo Ebrard prometió públicamente el retiro de los
comerciantes ambulantes del Centro Histórico para antes del 12 de octubre del mismo año
como una de las acciones centrales de su gobierno. Esto fue resultado de la aplicación del
“Bando para la Ordenación y Regulación del Comercio en Vía Pública del Centro Histórico
de la Ciudad de México”, aprobado en 1993. La formulación de este bando se desarrolló en el
marco del Programa de Mejoramiento del Comercio Popular, puesto en marcha en julio de
1992, el cual, contemplaba la construcción de 27 centros de comercio popular en el que se
reubicaría a cerca de 10,000 comerciantes ambulantes. En el momento de su aparición como
política del gobierno de Camacho Solís (1988-1993), fue vista como una acción radical.
Anteriormente, el regente Uruchurtu (1952-1966), desarrolló una política conservadora y
tradicional orientada a “moralizar” a la ciudad, liberando al primer cuadro del centro de las
poblaciones que representaban un riesgo para la nación, desde prostitutas y vendedores
callejeros hasta cantinas y cabarets, y construyendo la mayoría de los mercados públicos con
los que cuenta actualmente la ciudad.
Sin embargo, la política de Camacho fracasó. Con la crisis económica de 1994 y las
dificultades que tuvieron los comerciantes para mantenerse en las plazas comerciales, las
calles del Centro Histórico volvieron a llenarse de comerciantes ambulantes. Así, tras varios
intentos por contener esta problemática, (como el “operativo amanecer” o “la guerra de las
banquetas”, realizado el 21 de agosto de 1995, en donde cerca de 3,000 cuerpos de la policía
retiraron a los comerciantes ambulantes que habían vuelto a las calles luego de la
promulgación del bando de 1993, resultando que docenas de comerciantes ambulantes y
policías se enfrentaron en varios episodios), el bando de 1993, que prohibía el comercio
ambulante en el perímetro A, no logró ser aplicado completamente.
A pesar de la función comercial del Centro Histórico, la presencia del comercio en las
calles se constituye en un conflicto en torno a la idea del contexto latinoamericano de que el
Centro Histórico es área de conservación del patrimonio histórico. Por defecto, el retiro de los
ambulantes es uno de los primeros pasos en la “revitalización” de los centros históricos,
siendo una precondición para incrementar la inversión privada, el turismo internacional y
diluir los conflictos sociales. El Centro Histórico de la CDMX nació en 1980 y se declaró
como patrimonio de la humanidad en 1987, considerando así al comercio ambulante como un
detonador de la pérdida del patrimonio histórico y por ende, de la identidad nacional. Así,
desde los primeras políticas de Camacho Solís, en las calles del Centro Histórico, los
conflictos entre autoridades y organizaciones de ambulantes por el control de las calles, se
23

hicieron cada vez más recurrentes y violentos. Primeramente, con el uso de la fuerza policial,
fueron reubicados en calles secundarias, con el propósito de mejorar la circulación vial, pero
solo se agudizaron los conflictos y se desembocaron protestas y movilizaciones que exigían
al gobierno que los dejaran en las calles para realizar sus actividades comerciales. En
contraste, los comercios establecidos, mayoritariamente de comunidad judía y libanesa,
tenían amplia presencia en los comercios del Centro mientras que los ambulantes locales eran
desplazados de las calles. Así surgió la Coordinadora de Organizaciones de Comerciantes
Ambulantes (COCA), en donde varias agrupaciones de comerciantes ambulantes tomaron
acción colectiva. En sus propuestas planteaban que: “la reordenación [del comercio] debe
partir de la base de eliminar toda forma de control ilegal tanto de líderes como de
autoridades; de excluir la afiliación obligatoria al PRI y acabar con el corporativismo que
sólo ha provocado el surgimiento de dirigentes venales”. Así, la permanencia en la calle de
los ambulantes estaba dictada por las oficinas del gobierno del DDF y los partidos políticos.
De manera paralela a los conflictos entre comerciantes ambulantes, los comerciantes
establecidos del Centro Histórico, agrupados en la organización “Procentrhico”, hicieron un
llamado al gobierno para que ejerciera acciones frente a este problema, pues los comerciantes
ambulantes se apropian de la ciudad. En respuesta a esta situación, 550 comerciantes
ambulantes invaden varias calles, lo que fue interpretado como una provocación por parte de
los ambulantes que se negaban a abandonar el Centro Histórico.
Luego de las elecciones de 1991, denominadas por algunos observadores como “la
recuperación oficial”, se aceleraron las acciones para retirar a los comerciantes ambulantes
del Centro Histórico mediante dos medidas: la primera consistió en la construcción de 27
plazas comerciales y la segunda en la elaboración de un bando para prohibir el comercio
ambulante en el perímetro A del Centro Histórico. En ambos casos, se usó la fuerza pública
para retirar al comercio ambulante. Sin embargo, este momento de “recuperación” del Centro
Histórico fracasó por el difícil contexto político y económico en los años 1994 y 1995, por lo
que más de 3,500 comerciantes ambulantes volvieron a las calles.
Desde entonces, las políticas hacia el comercio ambulante presentaron una serie de
ambigüedades: en 1998 se echó a andar el Programa de Mejoramiento del Comercio en Vía
Pública, en el cual se reconocía el derecho al trabajo, se permitía el comercio en espacios
públicos delimitados y se proponía una revisión al bando de 1993. Fue hasta el 2007 que se
desalojaron 25,000 ambulantes bajo el lema “Por un Centro Histórico limpio”, conformado
por un 1200 policías e imponiendo fracciones administrativas a quienes permanecieran en las
calles. Como producto, se incrementó la inversión inmobiliaria y hubo una mayor percepción
24

de seguridad en las calles. Esta circunstancia se dio gracias a las inversiones de Carlos Slim y
al programa estratégico de Rudolph Giuliani.
Con los puntos anteriores en mente, es importante tener en cuenta el horizonte
histórico del comercio ambulante, las perspectivas de sus actores y su relación con la ciudad,
los habitantes y las autoridades. Esto evidencia que las estrategias planteadas anteriormente,
las cuales tienen un enfoque más conservador que tiene como objetivo mejorar la imagen
urbana y la conservación patrimonial, da como resultado más desarrollo inmobiliario y por
ende, más plusvalía e ingresos en la zona de intervención, desvelando únicamente los
intereses económicos y no el objetivo de resolver los problemas sociales, urbanos ni de
seguridad de la ciudad. Las políticas y estrategias implementadas, solo demuestran de por
medio la inefectividad de los organismos gubernamentales por generar propuestas que
mejoren, o al menos, que no vulneren la ya ardua situación de los miles de personas, pues no
consideran la adversidad económica y social de minorías vulnerables ante la globalización e
incertidumbre económica y solo buscan ejercer control y poder en el comportamiento de los
espacios públicos. Así, es pertinente repensar estrategias que consideren la creciente falta de
oportunidades laborales por parte de un mercado cada vez más excluyente y competitivo.

Londoño, D. A. S. (2008). Mundos del trabajo: pluralidad y transformaciones


contemporáneas. El comercio ambulante y su relación con el sistema político institucional en
el Distrito Federal. FLACSO, Sede Ecuador, 253–274.
https://www.academia.edu/34109344/El_comercio_ambulante_y_su_relacio_n_con_e
l_sistema_poli_tico_institucional_en_el_Distrito_Federal
25

Artículo 3 Ciudad y Conflicto: Usos del Suelo y comercio ambulante en la Ciudad de México
Una de las caídas fundamentales del gran incremento del comercio ambulante en los
últimos años ha sido la política económica del país que privilegió el pago de la deuda externa
dando lugar al desplome de la economía mexicana, escénicamente a las clases populares.
Como consecuencia ha sido el desempleo de importantes sectores de la población mexicana,
lo cual ha dado lugar a la búsqueda de diversas formas de autoempleo o trabajo; por lo que
para conocer más acerca de este tema, es necesario comprender los distintos usos del suelo, el
dominio de lo público y el privado.
En este artículo hace hincapié en la importancia política, la cual ha asumido la disputa en el
tema del “Espacio Público” de la CDMX y que tiene como objetivo principal la economía,
social y política del vendedor ambulante.
El conflicto entre el comercio ambulante y el comercio establecido, muestra una gran
complejidad de fenómenos urbanos, en el que se expresa una disputa o lucha por el espacio y
el espacio como una fuerza económica.
El término “vendedor ambulante” muestra una gran complejidad para comprender su
tratamiento analítico, para así generar una solución al conflicto que se plantea en el plano de
lo político. Según la acepción más usual, un vendedor ambulante está representado como un
simple ciudadano, regularmente “pobre”, cuyo único espacio de reproducción económica es
el espacio público (calle)---> “Vendedor por cuenta propia”
Asimismo el vendedor ambulante constituye una manifestación visible de una de las partes
que integran el “ocultamiento”o “figura no transparente”.
Existe otra figura igualmente real e igualmente confusa. Ésta es la del "invidente", que
funciona en muchos casos como el pretexto o la expresión formal de las fuerzas que en
verdad actúan en los niveles de mayor grado de eficacia; pero, de muchas maneras, el
invidente es una fuerza social actuante, que legitima su presencia en el escenario del conflicto
por la vía de ese ámbito de lo formal al que debe su existencia, ámbito creado por decisión
misma del gobierno, que es, al final de cuentas, responsable de su existencia. El invidente
justifica al menos una de las entradas en la escena de lo formal del vendedor ambulante,
dándole su estatuto de legalidad.

*Importancia Política

Pero el problema es mucho más complejo aún, y lo es por varias razones, entre las que
destacan las siguientes: el comercio organizado legitima su derecho al mercado aludiendo al
26

orden jurídico vigente. Pero el vendedor ambulante sólo es ilegal bajo la perspectiva de la
apropiación (al margen del reglamento de mercados particular del espacio urbano para
efectuar su actividad, y también, por supuesto, por la procedencia de los productos de algunos
de ellos. Pero su actividad es legal y legítimamente válida por los recursos formales de que se
vale (y porque es preferible al robo y al ilícito), particularmente bajo la perspectiva de la
labor social que desempeña, el desempleo que remedia y el conflicto social que mediatiza.
Por ello, a pesar del carácter legal de los intereses que defienden, los comerciantes
organizados del centro de la ciudad no pueden legitimar su participación en el conflicto
aludiendo a sus simples intereses gremiales, sino que tienen que ampararse bajo el vestuario
de una organización, Procenthrico, cuya bandera política es la defensa del Centro Histórico
de la Ciudad de México, amenazado supuestamente por la actividad de los ambulantes. Los
comerciantes organizados recurren al valor del espacio como símbolo, como patrimonio
cultural no de un grupo social sino como territorio de todos.

El desarrollo del conflicto ha llevado a la Canaco (Cámara de Comercio de la Ciudad de


México) a plantear a sus agremiados la toma del espacio público, ganar la calle para así
reivindicar el derecho de todos al uso de la vía pública, disputándolo, incluso, a los propios
ambulantes. Mediante este acto la Canaco da cuenta de una apreciación errónea del fenómeno
y demuestra un desconocimiento de 'la magnitud y complejidad de los intereses en juego o, al
menos, una voluntad de no enfrentar las verdaderas fuerzas que se disputan la apropiación de
esta fracción del espacio urbano de la Ciudad de México. Mandar a los comerciantes
organizados a tomar la calle no es sino una temeridad mal entendida, puesto que asumir ellos
mismos las estrategias que los ambulantes practican despoja a sus reclamos de su principal
elemento de legalidad, y los precipita en una apuesta en la que se sabe de antemano que ellos
serán los perdedores.

Lezama, J. L. (1991). CIUDAD Y CONFLICTO: USOS DEL SUELO Y


COMERCIO AMBULANTE EN LA CIUDAD DE MÉXICO. In M. Schteingart (Ed.),
Espacio y vivienda en la Ciudad de México (1st ed., pp. 121–136). El Colegio de Mexico.

https://doi.org/10.2307/j.ctv3f8qq2.9
27

Artículo 4 El comercio ambulante y su relación con el sistema político institucional en el


Distrito Federal
El comercio en México es uno de los sectores más dinámicos al interior del sector no
estructurado de la economía. En la Ciudad de México, en 1998 se calculaba que el número de
individuos dedicados de tiempo completo al comercio ambulante ascendía a cerca de 185,600
personas. Aunado a esto, se trata de una actividad que goza de una pésima imagen en la
opinión pública, pues predomina una opinión negativa basada en argumentos muy diversos,
que incluyen la competencia desleal al comercio establecido, el fomento de la delincuencia la
evasión fiscal, la piratería, la apropiación del espacio público, la contaminación visual, la
manipulación política de los comerciantes y el enriquecimiento ilícito de los líderes y
empleados públicos que los extorsionan.
Así, se plantea que la presencia del comercio ambulante es también un medidor del
grado de compromiso de la gestión pública en la administración de la ciudad.
Por otro lado, los vendedores ambulantes han sido parte de un sistema de clientelismo
de beneficio mutuo con el partido dominante. Esta relación se dio a partir del dominio del
PRI, así, implícitamente, a través de las instituciones gubernamentales, los partidos políticos
y su deficiente administración, se produce el desorden y la espontaneidad del comercio
ambulante. Uno de los rasgos distintivos de esta relación, surge a partir de la política de
erradicación del comercio ambulante y la construcción de mercados durante la regencia de
Uruchurtu el “regente de hierro” (1952-1966). Durante su regencia, Uruchurt delineó una
política en la que sólo grupos “reconocidos” de por lo menos 100 vendedores ambulantes
tendrían un mercado construido para ellos. Solo a tales grupos se les permitía vender en la
calle mientras se terminaba de construir el mercado, por lo tanto, los que no fueran miembros
de asociaciones “reconocidas” serían reprimidos. Por lo tanto, dichas asociaciones de
comerciantes se vieron obligadas también a afiliarse al PRI y a apoyar todas las acciones
políticas a favor de dicho partido.
Por otro lado, a partir de la idea del “campo de fuerza a partir de los planteamientos
de Bourdieu” (el cual establece una configuración de relaciones entre posiciones definidas
por su situación actual y potencial en la estructura de la distribución de las diferentes especies
de capital), Nuijten (1998) dentifica que los actores que configuran este campo de fuerza son:
los comerciantes establecidos, las delegaciones políticas, las organizaciones de comerciantes
ambulantes y la ciudadanía. Estos actores tienen tanto intereses en común como en contraste.
Por ello, se destaca que el comercio establecido ha elaborado planes para intentar
medir las pérdidas que la presencia del comercio ambulante provoca en el comercio
28

establecido, insistiendo al gobierno en crear mejores condiciones de productividad y


competitividad que le permita al sistema productivo generar un mayor volumen de trabajos
formales. Así, se busca promover la reducción del comercio ambulante con empleos en lugar
de desalojos. Por otro lado, las delegaciones políticas son las encargadas de realizar el trámite
de los permisos y de determinar las áreas destinadas a la reubicación y ubicación de
comerciantes en vía pública. Las organizaciones de comerciantes ambulantes son muy
heterogéneas. Existen desde organizaciones independientes hasta simpatizantes de alguno de
los partidos políticos. Los ambulantes han buscado permanecer en las calles mediante el uso
de juicios de amparo reglamentan los artículos 103 y 107 de la constitución mexicana. Con
estos amparos se busca proteger a los individuos que estén afectados por cualquier acto de
autoridad que sea inconstitucional o ilegal porque se vean agraviadas en sus derechos o en su
persona. Finalmente, la mayoría de los ciudadanos opinan que es pertinente desalojar a los
ambulantes de las calles La aprobación generalizada por la reubicación de los comerciantes
ambulantes se ve justificada porque se “pierde el placer de caminar”, los comerciantes
“expulsan al peatón” y “el peatón pierde sus espacios”.
A partir de ello, vemos la dualidad de perspectivas entre estos actores y el abuso entre
el Estado y los sectores populares, en donde de por medio, queda una brecha de clasismo,
sectarismo y exclusión, en la que la gente con mayor poder económico controla el capital. Se
busca “institucionalizar” al comercio ambulante, pues se considera que arruina la imagen
urbana y los desplaza para el embellecimiento de las zonas. Los ambulantes son un gremio
incomprendido porque son muchas las dificultades que deben enfrentar para mantenerse en
las calles. Por ello, hay que entender “el lugar y al habitante” para salir de una concepción
que prioriza lo político por lo social al considerar a los fenómenos sociales como caprichos
que “buscan manchar la imagen política”, pues los fenómenos sociales son expresión
inherente de nuestras herencias y cultura así como de qué tan clasistas y sectaristas podemos
ser con algún sector minoritario de una población vulnerable, por lo que persiste un constante
conflicto entre el apego a la idea de transformación y globalización económica con el apego a
la popularidad y al sincretismo cultural tradicional.

Londoño, D. A. S. (2008). Mundos del trabajo: pluralidad y transformaciones


contemporáneas. El comercio ambulante y su relación con el sistema político institucional en
el Distrito Federal. FLACSO, Sede Ecuador, 253–274.
https://www.academia.edu/34109344/El_comercio_ambulante_y_su_relacio_n_con_e
l_sistema_poli_tico_institucional_en_el_Distrito_Federal
29

Artículo 5: Negociaciones para la modernización urbana: La demolición del mercado del


Parián en la Ciudad de México, 1843
En julio de 1843, en “aras de la modernización urbana”, Antonio López de Santa
Anna, por decreto presidencial, demolió uno de los principales mercados de la ciudad de
México. Desde 1821, los urbanistas consideraban “indispensable” la demolición del edificio,
argumentando que el aspecto “deteriorado y poco higiénico” del Parián “afeaba” la Plaza
Mayor. El proceso de modernización urbana en el siglo XIX, muestra el complejo entramado
social capitalino y los diversos intereses que personificaron la búsqueda de la remodelación
de las ciudades, especialmente por parte de la delegación española en México.
Los afectados buscaban garantías para que el gobierno compensara a los agraviados: a
los comerciantes por dejar su lugar en el mercado y al ayuntamiento por perder la renta que
percibía de los locatarios de esa plaza. Aunque para algunos los daños eran evidentes, el
discurso sobre la modernización urbana se sustentó en el aparente consenso de que era
necesario embellecer la plaza central. así, la condición de los comerciantes para otorgar su
beneplácito a este “proyecto estético” se sostuvo sólo si se cumplía la promesa de
indemnización. Sin embargo, el aparente consenso encontró sus límites cuando las
dificultades financieras del gobierno central y del gobierno local aplazaron, restringieron y,
finalmente, eludieron el pago de la indemnización a los afectados.
Por otro lado, la reconstrucción del mercado del Volador en la ciudad se proyectaba
desde 1840. Los empresarios habían incitado al presidente a apresurar la demolición del
Parián, con el fin de dar mayor valor al mercado Volador.
La forma apresurada como se realizó el desalojo de los comerciantes y la demolición
del mercado provocaron cierta inconformidad, que se manifestó a través de los diversos
diarios que siguieron la noticia. Es cierto que los vetustos cajones del parián ya no
representaban la grandeza del comercio de lujo en la capital, pero el mercado funcionaba
como lugar de abasto de diversos productos. Sin duda, la actividad del mercado había
menguado a partir de la asonada de 1828. Algunas percepciones de la época aseguraban que
ese amotinamiento popular, plasmado en el recuerdo de las élites capitalinas, había
ahuyentado a los comerciantes más notables. Respecto de la decadencia del mercado, los
regidores del ayuntamiento también advirtieron que los “productos” que recibía la tesorería
municipal habían disminuido desde 1828. Sin embargo, el deterioro de la plaza no supuso un
abandono de los locales. muchos locatarios habían pagado traspasos, algunos tenían
invertidos sus patrimonios y para otros más la concurrencia del mercado significaba un medio
de subsistencia.
30

Así, es posible afirmar que, cuando se dispuso la demolición del mercado, los
comerciantes que lo ocupaban no tenían un peso notable en la esfera de los negocios en
México y que la plaza carecía de la dinámica comercial que la había distinguido antes de
1828. Por ello, la discutible importancia de estos locatarios supuso cierta vulnerabilidad
frente a las disposiciones de las autoridades, lo cual colocó en el centro del debate la disputa
por un espacio público que debía integrarse al proyecto de modernización urbana.
A pesar de las disputas con las autoridades para que los comerciantes del Parián
recibieran su indemnización que, en teoría, debía resarcir la afectación causada por las
reformas urbanas, solo quedó en evidencia la inefectiva negociación para la modernización
de la Plaza Mayor de la Ciudad de México y el nulo respeto por los derechos de los
comerciantes. Este tipo de conflictos relacionados con el desplazamiento de grupos de
comerciantes que arruinan la seguridad, limpieza e imagen de un lugar, siguen perdurando
hasta hoy en día. También quedan en evidencia los primeros retiros forzados mediante el uso
de la fuerza por parte de las autoridades y a pesar de que se hace hincapié en mejorar la
imagen tanto de la Plaza Mayor como del Centro Histórico y la Ciudad, siguió prevaleciendo
la brecha social entre diferenctes clases. Por lo tanto, las estrategias de modernización del
gobierno solo demuestran y demostraban que los interéses económicos están por encima de
los sociales, cuando estos son los primeros que deberían ser resueltos.

Dolores, M. (2009). Negociaciones para la modernización urbana: La demolición del


mercado del Parián en la Ciudad de México, 1843. Estudios de Historia Moderna y
Contemporánea de México, n. 38, julio-diciembre 2009, p. 85-109.
https://www.scielo.org.mx/pdf/ehmcm/n38/n38a3.pdf
31

​Conclusiones del Estado de la Cuestión:

Con los puntos anteriores en mente, vemos que el comercio ambulante es una de las
expresiones más notorias y representativas de la economía informal y las labores que la
constituyen. Este tipo de trabajo está directamente relacionado con las formas de
reproducción económica de las ciudades modernas y las adversidades que los nuevos
modelos económicos depositan en personas de sectores vulnerables. Según la OIT en
Latinoamérica hay alrededor de 127 millones de personas que trabajan bajo la condición de
informalidad, esta es una cifra bastante alta pero no inusual considerando la creciente falta de
oportunidades laborales por parte de un mercado cada vez más excluyente, sobre todo con
aquellas personas adultas cuyo grado de escolaridad es inferior a la media.

En este caso, cuando hablamos de espacio público, nos referimos al lugar que es
visible y accesible por todos los miembros de una sociedad y que, a su vez, es de dominio
público y de uso colectivo. Conocer esta definición es importante, pues de la premisa de
“dominio público” surgen las tensiones entre los entes reguladores de la organización urbana
y los comercios informales, quienes en este marco de ideas, podemos considerar como
actores de poder sobre un espacio compartido. De este modo, el comercio informal nos
evidencia un fenómeno bastante interesante, el cual es, el potencial que estos espacios
(lugares donde se fusionan los umbrales entre lo público y lo privado) tienen de generar
acontecimientos diversos y enriquecedores para las dinámicas de la ciudad y la zona.

Ganarse la vida en el espacio público no es una tarea sencilla. La mayoría de las


ciudades tienen restricciones y reglas destinadas al desalojo de los vendedores ambulantes y,
hay casos, en que incluso se llegan a confiscar sus bienes o se presentan situaciones en que
los policías o autoridades piden sobornos (entre otras prácticas). Este tipo de tratos es la
forma en la cual, actores de poder, criminalizan el ambulantaje para poder justificar su propio
trabajo, sustentando su actuar bajo el discurso de la modernidad donde ellos solo están
“descongestionando la ciudad”. Además, otro desafío que enfrentan, es el espacio limitado y
que, cada vez se ve más reducido, debido a la privatización del espacio público y la creciente
construcción inmobiliaria. Con estos casos, queremos exponer algunas de las formas en las
cuales los vendedores ambulantes viven una constante presión ejercida por “la modernidad”,
y este es el curso en el cual vamos a dirigir nuestra primera fase del proyecto. Como equipo
deseamos cuestionar el significado que se le ha dado al concepto “modernidad” en las
ciudades, pues pareciera que lo moderno abarca únicamente aquello que acompaña a la visión
32

occidental del progreso. Aquello que se ve limpio, que representa las nuevas tecnologías y
que, en el inconsciente colectivo, se configura como una idea futurista y poco natural de
cómo funcionan las relaciones humanas.

Otra situación que podemos poner en perspectiva son aquellos operativos políticos que, al
intentar reubicar a los vendedores ambulantes (como ocurrió en el sexenio de Salinas de
Gortari, en el cual se reubicaron 10 000 vendedores ambulantes en 40 mercados, entre otros
gobiernos), han terminado impulsando nuevas estructuras políticas y sociales que terminan
beneficiando a los mismos. Sin saltar a conclusiones y, antes de seguir con el estado en
cuestión, es preciso mencionar que los comercios son una fuerza social, política y económica
que no puede ser desplazada, pues esta entabla una relación simbiótica con el ecosistema
urbano, donde la ciudad necesita de ellos para impulsar su carácter y ellos necesitan de la
ciudad como espacio de trabajo. A lo largo de la historia moderna, se ha visto cómo se han
considerado “logros” aquellos acontecimientos urbanos donde las ciudades quedan libres de
ambulantaje, haciendo ver a las personas que viven de lo “no fijo” como aprovechados y casi
que una “mafia” desde la perspectiva del gobierno. No obstante, en parte, estas afirmaciones
son ciertas. Ciertas si consideramos a esta forma de comercio como un verdadero poder
movilizador de eventos económicos y políticos de la ciudad.

De este modo, sería prudente revisar el caso de Uruchurtu, una historia sobre cómo las
políticas de ordenamiento terminaron impulsando con mayor fuerza la dispersión y densidad
del ambulantaje. Después de la guerra, la Ciudad de México, aprobó una regulación que
permitía el establecimiento de zonas especiales de venta mediante procedimientos regulados
por la Oficina de Mercados de la Tesorería. Este ambicioso programa para construir mercados
cubiertos que asientan a los vendedores desplazados por las restricciones, fue construido con
fondos públicos y vendido a un precio “razonable” con el fin de convencer a los vendedores
para que se fueran de las calles. Cabe mencionar que este político, se hizo conocido por sus
ataques y formas represivas contra aquellos movimientos vinculados a la economía informal.
Durante esta época se llevaron a cabo planes de desalojo a gran escala, como ocurrió con el
ex presidente Ruiz Cortilles quien en solo cinco años (1953 y 1958) invirtió más de 350
millones de pesos en la construcción de 90 mercados techados. Esto correspondía a más de
siete veces el dinero requerido para la construcción de nuevas escuelas considerando un
crecimiento anual del 6% en la población, además de ser equivalente a un poco más de lo que
significó el presupuesto de la ciudad en el año 1957.
33

Si consideramos la situación desde un punto de vista administrativo, durante esta época


comenzaron a surgir (como respuesta a la necesidad de los vendedores) las primeras
asociaciones civiles que permitieron representar a este grupo de comerciantes. Estas
asociaciones, debido a la cantidad de integrantes que las conformaban, comenzaron a tener
una fuerza representativa en lo que a toma de decisiones se refiere, viéndose en muchas
ocasiones obligadas a tener que relacionarse y afiliarse a posturas políticas. Como fue el caso
de Uruchurtu, quien usó a estos grupos con el fin de avanzar en su carrera profesional, o
también, en casos de campaña, como ocurrió el 12 de febrero de 1958 cuando 40 000 familias
propietarias se congregaron para manifestar su apoyo al político López Mateos y al
presidente del PRI. Por otro lado, ya en la época de los sesenta, este tipo de tensiones entre
grupos vulnerables y políticos comenzó a ser de interés público. Debido al contexto social de
la época y los acontecimientos pasando en Latinoamérica, cada vez había más personas con
esta sensibilidad humanista, es decir que ahora, los vendedores además de tener el apoyo
gremial también contaban con el respaldo social de aquellos grupos preocupados por las
injusticias sociales.

Se podría considerar que el legado más importante de Uruchurt fue la manera en cómo ayudó
a reestructurar las relaciones entre los vendedores ambulantes y el espacio urbano, pues
después de las normas de desalojo, este grupo comercial volvió a las calles y con mayor
fuerza en las décadas posteriores. La situación se había vuelto insostenible para el PRI y los
gobiernos sucesores deseaban invertir los cambios y sobre todo plantear nuevas normas pues
34

el proyecto de reubicación a largo plazo resultaba incosteable para el Estado. Uruchurtu,


abrió las puertas a un camino donde el comercio informal ya se había transformado en una
fuerza politizada, además, implantó las bases para la formación de los sindicatos de
vendedores que existen en la actualidad, dejando atrás lo que al principio fueron las
asociaciones civiles voluntarias las cuales tenían un poder limitado sobre su autogestión en la
ciudad. Ahora, los vendedores ambulantes contaban con un mayor apoyo legal, teniendo una
noción más amplia sobre sus derechos como comerciantes, personas y sobre lo que se puede
realizar en el espacio público. Al final, los sindicatos y asociaciones comenzaron a tener un
fuerte poder sobre los vendedores individuales, lo que permitió a los líderes manipular a los
miembros con el fin de defender los intereses de los comerciantes en general. Esto dio paso a
que el número de integrantes en las asociaciones fuese en aumento y con esto la expansión
del ambulantaje a un nivel que no había tenido precedentes en la ciudad.

Un acontecimiento bastante interesante que podemos rescatar de este caso y vincularlo con la
Plaza de la Solidaridad es lo que ocurrió cuando el gobierno intentó reubicar a los mercados.
Cuando los vendedores ambulantes se movieron a mercados cerrados, las conexiones sociales
que se daban en los puntos focales urbanos se comenzaron a, no solo deformar, sino a dañar.
Sin el ambulantaje, el atractivo comercial de barrios enteros comenzó a decrecer, pudiendo
observar bajas en el flujo de personas y compradores. A mediados de 1953, los vendedores
que se encontraban establecidos en Polanco solicitaron al gobierno de la ciudad que
regresaran a los puestos ambulantes, pues sin ellos, sus ventas en pocas semanas se redujeron
en un 50%. Mientras tanto, veían como en otros barrios el comercio ambulante, en vez de ser
competencia, ayudaba a los comercios fijos a prosperar.

Esto nos permite pensar en cómo el cambio de espacio público a un mercado cerrado sí
modifica el carácter de la venta, pues el acto de vender, en sí, no solo implica una transacción
económica, sino que simboliza un intercambio de muchos otros factores como cultura,
conversaciones, espacios de socialización e incluso, el hecho de ser visto. Es el sitio en el que
nos mostramos en sociedad y buscamos la existencia de cosas que nos gustan, esto convierte
a la compra y venta en una forma de identidad cultural de la cual no podemos renegar. Quitar
el ambulantaje es absurdo, desplazarlos solo mueve fuerzas políticas que los hacen más
fuertes y, además, son un motor del carácter local. El ambulantaje representa una forma de
comercio diferente al que encontramos en los internacionalizados centros comerciales, y si
las personas van por cultura al centro de la Ciudad de México, pues el ambulantaje será parte
35

de un paisaje diverso y atractivo que fomentará la creación de vínculos afectivos entre las
personas y el lugar.

De este modo, es importante comenzar a plantearnos qué es lo que nos ha hecho


evolucionar como sociedades a lo largo de la historia, y uno de los factores más importantes
ha sido, el traspaso de conocimiento, el mestizaje cultural y el desarrollo del comercio, todo
esto pudiendo ser englobado en la palabra “heterogeneidad”. Gran parte del avance en las
diferentes culturas del mundo se ha dado por el desarrollo de acontecimientos mediante el
encuentro de diversos sectores y tipos de personas, con diferentes herencias y contextos
culturales. Esto se puede relacionar (a menor escala) con el espacio público y los vínculos
que se llegan a formar en los sitios de comercio informal, donde terminan confluyendo tanto
intereses de carácter colectivo como intereses individuales. De este modo, se podría decir que
la calidad del espacio público recae en la capacidad que este tiene de crear relaciones sociales
de calidad, es decir, qué tanto propicia este espacio la mezcla de diferentes tipos de grupos y
cuánto permite estimular la identificación simbólica y expresiones de integración cultural. De
este modo, nos gustaría enfocar la propuesta en una idea que nos permita explorar más allá
de la organización de los puestos ambulantes, buscando cuál es el poder que el comercio
informal tiene en la formación de nuevas interacciones interpersonales y espacios comunes
dentro de La Plaza de la Solidaridad (relación con el entorno cercano y los nexos sociales).
Nos gustaría encontrar la forma en la cual estos puestos puedan encajar en el engranaje
espacial, social y temporal que existe en la zona, es decir, que se vincule con los comercios
colindantes, con el museo que se encuentra cruzando la calle, con la vía de bus colindante, los
edificios de oficinas cercanos y la Alameda Central, esto considerando a las personas que
habitan el entorno y sus tiempos (rutinas). De forma resumida, buscamos pensar en la plaza
como un nodo de intercambios, donde los puestos propicien un espacio de encuentro entre los
diversos entornos y personas. Para esto consideraremos la movilidad, la conectividad, la
temporalidad y la organización como criterios fundamentales para un futuro diseño de
programa.
36

Marco teórico

Conceptos clave: ambulantaje, apropiación espacial, teorías del lugar, tácticas, estrategias,
resistencia, prácticas culturales, espacio, espacio público, vida cotidiana, arquitectura
participativa, planificacion participativa, perspectivas

Para entender las acciones que se llevan a cabo en un lugar, es necesario entender las
condiciones de este y sus significados físicos, sociales, culturales e incluso psicológicos.

De acuerdo con Universidad de Barcelona (s.f.), primero, tenemos al lugar como


espacio físico, cuya teoría se enfoca en el lugar como un espacio geográfico concreto que
ocupa una posición específica en el mundo. Esta perspectiva puede incluir elementos como la
topografía, el clima, la flora y la fauna de un lugar, y cómo estos factores influyen en la vida
de las personas que habitan allí. Igualmente, tenemos al lugar como identidad cultural. Esta
teoría se centra en cómo la cultura y la historia de un lugar pueden moldear la identidad de las
personas que viven allí. La conexión emocional que las personas tienen con su lugar de
origen puede ser muy poderosa, y puede influir en sus valores, creencias y sentido de
pertenencia. La teoría del lugar como construcción social sostiene que el lugar no es
simplemente una entidad física, sino que es una construcción social que resulta de las
interacciones y percepciones de las personas que lo habitan. En otras palabras, el lugar es
algo que se construye colectivamente a través de las relaciones sociales y culturales que se
establecen allí. La teoría del lugar como espacio emocional se enfoca en el lugar como un
espacio emocional que puede generar sentimientos de pertenencia, conexión y bienestar. El
lugar puede ser un refugio seguro para las personas, y puede influir en su estado de ánimo, su
salud mental y su bienestar general. Finalmente, la teoría del lugar como experiencia
sensorial sostiene que el lugar no solo se experimenta a través de la vista, sino que también
involucra los demás sentidos. El sonido, el olor, el gusto y el tacto pueden ser tan importantes
como la vista para experimentar un lugar, y pueden influir en cómo las personas perciben y se
conectan con ese lugar.

Por otra parte, de acuerdo con el antropólogo y filósofo francés Marc Augé, en su
libro “Los no lugares. Espacios del anonimato. Una antropología de la Sobremodernidad”, se
aborda la teoría de los lugares y los no lugares. A grandes rasgos, Augé menciona que un
lugar es un espacio con un fuerte sentido de identidad, historia y comunidad. Por otro lado,
los no lugares son espacios en los que las personas son anónimas y se relacionan sólo de
37

manera temporal y superficial, sin establecer relaciones duraderas. Los no lugares son
principalmente lugares de tránsito, como aeropuertos, estaciones de tren o centros
comerciales.

De acuerdo con LA Network (2021), en arquitectura, la teoría de los lugares y los no


lugares se utiliza para entender cómo el diseño arquitectónico puede afectar la identidad y el
sentido de comunidad de un espacio. Los arquitectos pueden trabajar para crear lugares que
fomenten la interacción social y la conexión con la comunidad, y evitar la creación de no
lugares que promuevan la alienación y la falta de conexión. Además, la teoría de los lugares y
los no lugares también se ha utilizado para comprender cómo los espacios públicos pueden
ser diseñados para fomentar la inclusión social y la interacción entre grupos diversos. Al
entender los lugares y los no lugares, los arquitectos pueden trabajar para crear espacios que
fomenten la inclusión y la diversidad.

Otro concepto a tener en mente es la apropiación espacial, la cual se refiere al


proceso por el cual las personas utilizan y adaptan los espacios construidos para satisfacer sus
necesidades y deseos específicos, a menudo en formas no previstas por los arquitectos o
diseñadores originales. Esto puede incluir la modificación de los espacios físicos a través de
la adición o eliminación de elementos, el cambio en la función original de los espacios y la
reorganización de los elementos existentes. La apropiación espacial puede ser una forma de
empoderamiento para las personas, permitiéndoles tomar el control de su entorno y
personalizarlo de acuerdo a sus necesidades. Puede ser particularmente relevante en contextos
donde las personas tienen limitaciones económicas o sociales que les impiden tener acceso a
espacios privados o públicos diseñados específicamente para sus necesidades. Sin embargo,
la apropiación espacial también puede ser un desafío para los arquitectos y diseñadores, ya
que puede interferir con la intención original del diseño, reducir la calidad del espacio y
afectar la seguridad estructural y social del lugar. Por lo tanto, es importante para los
arquitectos y diseñadores considerar la apropiación espacial como parte del proceso de diseño
y planificación, anticipando posibles usos alternativos y proporcionando cierta flexibilidad en
el diseño para permitir la adaptación futura. Además, la apropiación espacial puede ser vista
como una oportunidad para mejorar la calidad y la inclusividad de los espacios construidos,
permitiendo que los usuarios finales tengan un papel activo en el diseño y adaptación de sus
espacios. Al incorporar la voz y las necesidades de los usuarios finales en el proceso de
diseño y planificación, se puede crear un mayor sentido de pertenencia y comunidad en los
38

espacios construidos, lo que puede tener beneficios significativos para la calidad de vida de
las personas.

A partir de ello, diversos autores han abordado el estudio del lugar a partir de
diferentes disciplinas y posiciones, desde la sociología y la antropología hasta la arquitectura
y el urbanismo. En primer lugar, consideraremos al teórico marxista Henri Lefebvre y su
libro "La Producción del Espacio" (1964). En este argumenta que el espacio es un producto
social, creado y reproducido por la interacción entre las personas y su entorno. El espacio no
es solo físico, sino que también está compuesto por prácticas sociales, relaciones de poder y
simbolismo. Lefebvre sostiene que el espacio se puede entender mejor al considerar tres
dimensiones: el espacio percibido, el espacio concebido y el espacio vivido. El espacio
percibido se refiere a cómo las personas experimentan el espacio en su vida cotidiana. El
espacio concebido es el espacio creado por los arquitectos, urbanistas y planificadores que
buscan imponer su visión en el espacio físico. El espacio vivido es el espacio que se crea a
través de las prácticas cotidianas de las personas y su relación con el entorno.

Lefebvre argumenta que el espacio social no es un objeto fijo e inmutable, sino que
está en constante cambio y transformación. La producción del espacio es el resultado de las
relaciones sociales, económicas y políticas que ocurren en un lugar determinado. Estas
relaciones crean diferentes tipos de espacio, como el espacio público, el espacio privado y el
espacio de consumo. “Para Lefebvre, en la modernidad, la producción del espacio tiene una
tendencia hegemónica: aquella de la producción de un espacio abstracto atrapado en una
tríada dialéctica entre homogeneización-fragmentación-jerarquización del espacio. El espacio
es también un medio de producción y dominación y por eso se oculta el espacio social a
través de dos ilusiones, la de la transparencia (aparece como el espacio “libre” para la acción,
un espacio aséptico donde las relaciones sociales se esfuman sin dejar rastro) y la de la
opacidad (una ilusión realista que naturaliza lo social y por lo tanto refuerza la primera).

Cada sociedad produce un espacio, con un espacio-tiempo específico, con sus centros
y formas particulares. En el capitalismo actual, hay una imbricación entre la reproducción
biológica, la reproducción de la fuerza de trabajo y las relaciones sociales de producción y a
patir de ello, se dan las tres dimensiones del espacio mencionadas anteriormente.”7

7
Valdoski, F. (s.f.). Aproximaciones al concepto de la producción del espacio a partir de los contenidos
lefebvrianos.. Laboratório de Geografia Urbana - Universidade de São Paulo. Alba Sud. Recuperado de
https://www.albasud.org/noticia/es/639/aproximaciones-al-concepto-de-la-producci-n-del-espacio-a-partir-de-lo
s-contenidos-lefebvrianos
39

Lefebvre argumenta que la apropiación del espacio es un proceso político y social que
refleja las relaciones de poder y las luchas por el control del espacio. “Así, la práctica
espacial está meramente ligada a lo percibido, que incluye la producción y reproducción de
los lugares; lo concebido está vinculado a las relaciones de producción, al Estado, a un orden
distante en que actúan los planificadores, urbanistas; y los espacios de representación,
considerados como lo vivido, son los símbolos que vienen de la historia. Todo el mundo
participa de manera diferente en la producción del espacio. Siendo estos posibilidades de
articulación con el conflicto permanente de la imposición de estrategias de clase para el
dominio a través del espacio. La relación centralidad-periferia también se inserta en el
principio de la lógica de la escasez de espacio. Las inversiones en lugares específicos,
centralizando poder y segregando otros elementos de la vida urbana, se reproduce ayudando a
mantener el ejercicio del poder, así como abre frentes de rentabilidad.”8

Con respecto al ambulantaje, Lefebvre probablemente lo interpretaría como una


forma de producción espacial que desafía las nociones dominantes de propiedad y control
sobre el espacio urbano. Los vendedores ambulantes a menudo operan en espacios públicos
designados oficialmente para otros fines, como aceras, plazas o parques. Esto genera
conflictos con autoridades y propietarios privados que buscan regularlos o excluirlos de estas
áreas. Con esto los conflictos revelan tensiones y contradicciones más profundas dentro de la
sociedad capitalista, la cual a menudo choca con las necesidades y deseos sociales de los
grupos marginados. Los vendedores ambulantes, por ejemplo, pueden proporcionar bienes y
servicios asequibles a los residentes de bajos ingresos que no tienen acceso a los mercados
formales o que han sido desplazados de sus hogares debido a la gentrificación o el desalojo.
Paralelamente, el ambulantaje no es un fenómeno uniforme u homogéneo, sino un conjunto
diverso y complejo de prácticas que varían según los contextos históricos, culturales y
geográficos. En algunos casos, los vendedores ambulantes también pueden reproducir
relaciones opresivas o de explotación, como la discriminación de género o étnica, o depender
de redes informales de protección o corrupción. Por ende, el análisis de Lefebvre sobre la
producción del espacio nos lleva a cuestionar las estructuras de poder y las ideologías
dominantes que dan forma a nuestros entornos urbanos, y a buscar visiones alternativas de
justicia espacial y democracia que prioricen el bien común sobre el beneficio privado.

8
IBID
40

Por otro lado, Michel de Certeau, en su libro "La invención de lo cotidiano",


argumenta que la apropiación del espacio es un proceso creativo y táctico en el que las
personas utilizan y adaptan los espacios para satisfacer sus necesidades específicas.

De acuerdo con García, N. (2003), para de Certeau, la apropiación del espacio se da


a través de prácticas y estrategias como una forma de resistencia a las limitaciones impuestas
por las estructuras dominantes de poder. De esta forma, de Certeau sostiene que la
apropiación del espacio es una forma de resistencia y de creación de nuevas formas de
significado y de identidad. Por ejemplo, los individuos pueden usar el espacio de maneras no
previstas por las estructuras sociales y políticas, como caminar por un parque en un sentido
diferente al que se supone que deben hacerlo, o crear espacios de sociabilidad en lugares que
originalmente no estaban destinados para ese fin. Así, el autor aborda que la cotidianidad
está compuesta por dos elementos principales: lo legible y lo ilegible. Lo legible se refiere a
las estructuras y sistemas sociales que son visibles y fáciles de entender, mientras que lo
ilegible se refiere a las prácticas y tácticas que son menos visibles y más difíciles de
comprender.

De esta manera, de Certeau argumenta que la apropiación del espacio es una forma de
resistencia frente a las estructuras de poder y una forma de creación de nuevas formas de
significado y de identidad. En lugar de ser simplemente usuarios pasivos del espacio, los
individuos lo transforman a través de sus prácticas y estrategias, generando así nuevas formas
de apropiación y de significado que también son formas de resistencia y subversión contra los
sistemas dominantes de poder.

Por ende, De Certeau argumenta que la vida cotidiana es una fuente de creatividad y
resistencia, y que las prácticas cotidianas pueden tener significados profundos y simbólicos
que reflejan la identidad y la cultura de los individuos.

En "La invención de lo cotidiano", Michel de Certeau no aborda específicamente el


tema del ambulantaje, sin embargo, su análisis de las prácticas cotidianas y la resistencia a las
estrategias de poder puede ayudar a comprender este fenómeno. En el contexto del
ambulantaje, las tácticas pueden referirse a las estrategias que utilizan los vendedores
ambulantes para encontrar lugares de venta, evitar la detención por parte de las autoridades o
atraer clientes. Estas tácticas son una forma de resistencia a las estrategias de control y
regulación del comercio establecido y las autoridades. Por otro lado, la idea de que los
41

individuos dan nuevos significados y usos a los productos y prácticas culturales en la vida
cotidiana también puede aplicarse al ambulantaje. Los vendedores ambulantes a menudo
ofrecen productos que no se encuentran en los establecimientos comerciales tradicionales, o
bien, ofrecen productos de una manera diferente, utilizando técnicas de venta creativas y
adaptándose a las necesidades de sus clientes. Por ende, el análisis de De Certeau ayuda a
entender las tácticas y estrategias que los vendedores ambulantes utilizan para sobrevivir y
prosperar en un contexto de regulación, incertidumbre económica y control por parte del
comercio establecido y las autoridades.

Otro teórico importante a considerar es Joseph Maria Montaner, quien ha abordado la


temática de la apropiación del espacio en la ciudad contemporánea.

De acuerdo con Gómez (2013), Montaner argumenta que la apropiación del espacio
en la ciudad es un fenómeno complejo y que tiene diferentes dimensiones que deben ser
abordadas desde diferentes perspectivas. En este sentido, el autor defiende que la apropiación
del espacio no solo es un proceso físico, sino también social y cultural. Desde una
perspectiva física, Montaner sostiene que la apropiación del espacio se produce cuando los
habitantes hacen uso de espacios públicos que, en teoría, han sido diseñados para otro tipo de
actividades. De esta manera, los habitantes se apropian de los espacios públicos y los
transforman para adaptarlos a sus necesidades, generando nuevos usos y funciones que no
habían sido previstos por los diseñadores. Desde una perspectiva social, Montaner
argumenta que la apropiación del espacio es un fenómeno que está relacionado con la
identidad y la pertenencia a un lugar determinado. En este sentido, la apropiación del espacio
se produce cuando los habitantes se identifican con un espacio determinado y lo hacen suyo,
generando un sentido de pertenencia y comunidad. Finalmente, desde una perspectiva
cultural, Montaner defiende que la apropiación del espacio es un proceso que está
relacionado con las prácticas y las costumbres culturales de los habitantes. De esta manera,
los habitantes se apropian del espacio y lo adaptan a sus necesidades culturales, generando
nuevas formas de uso y de significado del espacio.

Así, Montaner aborda la temática de la apropiación del espacio desde diferentes


perspectivas, reconociendo que es un fenómeno complejo que se produce a través de la
interacción de diferentes dimensiones. El autor defiende que la apropiación del espacio es un
proceso dinámico que está en constante evolución y que debe ser abordado desde una
perspectiva interdisciplinaria.
42

Respecto a la relación entre arquitectura y ambulantaje en el contexto del espacio


público, a partir de la posición de Montaner se podría argumentar que la presencia de
vendedores ambulantes puede animar y activar los espacios públicos, pero también puede
crear tensiones entre las economías informales y formales, y entre los derechos de los
vendedores, los intereses de otros usuarios del espacio público, y los intereses
gubernamentales. Montaner sugiere que los arquitectos y urbanistas deberían adoptar un
enfoque más inclusivo para diseñar espacios públicos que puedan acomodar y apoyar
diferentes formas de actividad económica, incluido el ambulantaje, al mismo tiempo que
garantizan que el espacio público permanezca accesible y seguro para todos.

Por otro lado, la arquitectura participativa también es fundamental para un enfoque


de diseño en el que se involucre a la comunidad en el proceso de planificación, diseño y
construcción de edificios y espacios públicos. Este enfoque busca mejorar la calidad de vida
de las personas a través de la creación de espacios que reflejen las necesidades, deseos y
valores de la comunidad que los habita. También busca la inclusión de la comunidad en el
proceso de toma de decisiones, permitiendo que la gente tenga voz y voto en la planificación
y diseño de su entorno construido. Este enfoque también puede involucrar a la comunidad en
la construcción física del proyecto, lo que fomenta la propiedad y el sentido de pertenencia.
Los beneficios de la arquitectura participativa incluyen la creación de espacios más
inclusivos, accesibles y adaptados a las necesidades de la comunidad, la mejora de la calidad
de vida y la cohesión social, así como la promoción de la democracia participativa y la
transparencia en el proceso de toma de decisiones. Para lograr la arquitectura participativa, se
utilizan diferentes herramientas y metodologías, como los grupos de discusión, los talleres de
diseño, las encuestas, la retroalimentación continua y la colaboración entre la comunidad y
los profesionales de la arquitectura.

“Arquitectura participativa: las formas de lo esencial”, un artículo escrito por William


García Ramírez, propone la importancia de la participación ciudadana en el diseño y
construcción de edificios y espacios públicos. William argumenta que la arquitectura
participativa es un enfoque de diseño que involucra a la comunidad en la toma de decisiones
en el proceso de construcción de edificios y espacios públicos, mejorando la calidad de vida
de las personas y fomentando la democracia participativa en la sociedad. El autor discute
diferentes formas en que se puede implementar la participación ciudadana, incluyendo la
creación de grupos de discusión y la organización de talleres de diseño. Por lo tanto, para
43

hacer arquitectura participativa, hay que tomar en cuenta cómo direccionar los proyectos
hacia un enfoque social, donde el núcleo del proyecto sean las necesidades de los grupos de
discusión, destacando así el rol de la participación ciudadana como un parteaguas para
generar democracia participativa, la cual es central en la creación de espacios arquitectónicos.

El artículo “Arquitectura participativa: las formas de lo esencial" de William García


Ramírez no está directamente relacionado con el tema del ambulantaje, sino que se enfoca en
el papel de la participación ciudadana en la planificación y diseño urbano. Sin embargo, es
posible hacer algunas conexiones entre ambos temas. El ambulantaje es una realidad común
en muchas ciudades del mundo y puede ser un indicador de la falta de oportunidades
económicas y de espacios comerciales adecuados para la población. En este sentido, la
participación ciudadana puede ser un mecanismo importante para abordar el problema del
ambulantaje, pues si se involucra a los vendedores informales en la planificación urbana y se
les brinda oportunidades de participar en la economía formal, es posible reducir la necesidad
de realizar ventas informales en la calle. Además, la planificación participativa puede
ayudar a crear espacios públicos más inclusivos y accesibles para todos los habitantes,
incluidos los vendedores ambulantes. En lugar de criminalizar su actividad, se puede trabajar
para integrarlos en la vida urbana y ofrecerles espacios y oportunidades adecuados para su
trabajo.
44

Hipótesis

Ante la estigmatización y responsabilización del comercio ambulante de los daños al


patrimonio público, imagen y seguridad urbana, así como ante el reconocimiento del valor
cultura de esta actividad, si mediante la planificación de estrategias y tácticas que den lugar
a una arquitectura participativa, que permita tanto la apropiación espacial así como
nichos de interacción entre los distintos grupos presentes en la Plaza de la Solidaridad,
entonces se generarán relaciones sociales de calidad que permitan un intercambio económico,
cultural y social que decriminalizarán al comercio ambulante.

Objetivo general:

● Planificar un conjunto de estrategias que mediante la arquitectura participativa, den


lugar a una imagen urbana inclusiva y plural.

Objetivos específicos y métodos (dirigirse a anexos para ver metodología desglosada por
sus características):

● Conocer la historia de la Cuenca del Valle de México, el Centro Histórico y la Plaza


de la Solidaridad a través del tiempo mediante fuentes primarias y secundarias.
○ Método historiográfico: Nos permite estudiar los acontecimientos pasados en
la Cuenca del Valle de México, en el Centro Histórico y en la Plaza de la
Solidaridad y nos da pauta de las causas de las problemáticas actuales, así
como de las principales características, patrones, relaciones ambientales,
geográficas, arquitectónicas, del ambiente construido, económicas y
socioculturales del contexto.
○ Investigación sistémica: Nos permite comprender y analizar las diferentes
escalas de estudio como una red de relaciones multidisciplinarias y
complementarias entre sí, así como ver la influencia y los principios de de la
morfología urbana, entender los principios de ordenamiento territorial, la
distribución de actividades económicas en el territorio, el uso de suelo, los
lugares centrales, patrones de esencia que normatividad urbana, entendimiento
del lugar y su evolución, entendimiento de patrones de andamiento, de
interacciones y de esencia
● Identificar las necesidades de los usuarios de la Plaza de la Solidaridad y de zonas
aledañas.
45

○ Método etnográfico: Nos ayuda a aproximarnos a un colectivo y ver las


características de sus rasgos y vivencias. También ayuda a que las
observaciones no tengan sesgo ya que estas se toman en cuenta a través de las
vivencias de los actores, implicando un proceso de desaprendizaje que deje de
lado prejuicios y vincule la investigación a las necesidades del contexto y de
los actores. Este método implica una escucha activa, empatía y una mentalidad
abierta, pues a través de herramientas de recolección de información como
entrevistas, observación participante, historias de vida y diarios visuales,
podemos tener pauta de las características y necesidades de los grupos de
estudio y así trabajar en conjunto para generar una propuesta de solución.
● Elaborar estrategias de arquitectura participativa para abstener a las autoridades de
politizar el espacio público, para satisfacer las necesidades de los usuarios y para
revitalizar el espacio público tanto de forma simbólica como práctica.
○ Método investigación-acción: A través del estudio del ambulantaje como
problemática o como alternativa de solución a los problemas socioeconómicos
de la sociedad mexicana, identificar cómo afecta y/o beneficia a determinado
grupo de personas, y hacer un plan para solucionar el problema o introducir el
cambio, recibiendo retroalimentación proactiva de los actores. También nos
ayudará a evaluar la pertinencia de implementar estrategias de diseño
colaborativo en el espacio público y los posibles tipos de interacciones que se
pueden generar a partir de la comprensión de las condiciones presentes.
Implica analizar formas de trabajar con el espacio y el habitante y no solo con
el objeto arquitectónico, estudiando el funcionamiento logístico y social del
contexto y de la propuesta.
○ Método etnográfico: Nos ayuda a comprender las necesidades y condiciones
de un colectivo, y, junto con la identificación de nodos y relaciones
importantes a partir de la observación participante, se pueden generar
propuestas y estrategias espaciales y/o arquitectónicas que mejoren la
socialización dentro de la plaza. También, una vez ideada una propuesta, se
puede presentar a los actores con los que se ha trabajado para evaluar en
conjunto la viabilidad y efectividad de la misma.
46

Resultados obtenidos

● Análisis de entrevistas y de visita al sitio (dirigirse a anexos para ver fotografías y


puntos importantes de entrevistas)

Visitamos la Plaza de la Solidaridad el lunes 1ero de mayo, en el Día del Trabajo. En la Plaza
y en general en la mayoría de la zona, había poca gente, aunque en la mañana en el Zócalo se
habían reportado algunas marchas. En la plaza había transeúntes y personas ebrias y
vagabundos, en su mayoría adultos mayores. También se encontraban algunos adultos
jugando ajedrez. En la plaza, no había comerciantes, pues únicamente pueden instalarse de
jueves a domingo, con puestos de un solo color y dimensiones no mayores a 1.50 por 1.50
metros. Los puestos que encontramos ese día se encontraban en las banquetas frente a
Balderas, a un costado del Museo Mural Diego Rivera y Av. Juárez. Estos tienen mantas
rojizas.

Comercio en Balderas. Imágenes tomadas en visita a sitio.

En contraste los puestos de la Plaza de la Solidaridad, son blancos y se instalan de jueves a


domingo en el carril de automóviles de Balderas.

Comercio en la Plaza de la Solidaridad y calle Balderas. Imagen de Google Earth


47

Cabe mencionar que antes de la pandemia (2019), parte del comercio se ubicaba dentro de la
Plaza de la Solidaridad, mientras que durante buena parte de la pandemia, no se permitió la
instalación del comercio como medida preventiva de contagios (2020), pues al ser lugares en
los que la gente suele concurrir, representaban un “foco de infección”.

Comercio ambulante en Plaza de la Solidadridad. Imagen de


https://www.eluniversal.com.mx/colaboracion/mochilazo-en-el-tiempo/nacion/sociedad/el-memorial-olvidado-del-sismo-del-85/

Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2019). Imagen de Google Earth

Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2020). Imagen de Google Earth
48

En 2021 se reanudaron las actividades de comercio y los comerciantes pudieron volver, pero
ahora su ubicación se concentró en Balderas y no dentro de la plaza, por lo que esta calle se
vuelve peatonal mientras hay comercio.

Comercio en predio entre Balderas y la Plaza de la Solidadridad (2023). Imagen de Google Earth

Así vemos que el comercio ambulante se concentra tanto en la Plaza de la Solidaridad como
en Av. Juárez y Balderas. Sin embargo, aunque se trate de dos sectores de comerciantes
diferentes, tienen problemas similares.

Tanto en sitio como en imágenes de Google Earth, pudimos observar que los puestos
no se encuentran en condiciones muy óptimas, pues cuentan con poco espacio de circulación,
mala iluminación y ventilación, falta de infraestructura y limpieza y las lonas no protegen lo
suficiente contra el sol, viento y lluvia. También representan un problema para el comercio
establecido no solo en cuanto a competitividad, sino también en cuanto a la mala imagen
urbana y contaminación que generan.
49

Comercio en banqueta de Balderas (2023). Imágenes de Google Earth

La entrevista que más nos ayudó fue la que tuvimos con la Sra. Teresa., pues como
comerciante ambulante, es una usuaria activa del lugar. De la entrevista, lo más importante
que retomamos es la relación entre los comerciantes y las autoridades y el aspecto de la
50

seguridad y mantenimiento. Nos describió que los policías son abusivos con ellos, que en la
medida de lo posible buscan retirarlos e incluso, han sido violentos con ellos y sus hijos, los
han llegado a golpear y extorsionar. También los rateros los han asaltado y han saqueado sus
puestos, y aunque los comerciantes hayan puesto denuncias con las autoridades, no se ha
tomado ninguna medida. El horario en el que les permiten laborar, que es de 8 a 18 hrs., no
les ayuda mucho, pues hay más vida nocturna en la zona ya que la gente sale a pasear
saliendo de sus trabajos. No hay vigilancia en la zona y las cámaras de seguridad no sirven.
Los comerciantes solo hacen lo posible para conseguir un sustento económico para sacar a
sus hijos adelante y para resarcir los daños que la pandemia dejó en sus familias, aunque las
autoridades y la sociedad se preocupa más en estigmatizar su trabajo y su mala fama.

También intentamos hacer más entrevistas en con otros comerciantes para entender su
situación pero nos relacionaron con una figura de autoridad, entonces no nos pudieron dar
información.

Por otro lado, la plaza es un punto de encuentro importante, aunque no está en


condiciones del todo óptimas para un buen funcionamiento. Observamos que había algo de
basura, las bancas y jardineras estaban sucias, las plantas y el suelo seco, las fuentes no
estaban en funcionamiento, había una jardinera con un muro de contención caído y había
zonas del pavimento con rupturas y desniveles. También la Sra. Teresa nos comentó que se
llegó a caer un poste. Las zonas de circulación, las cuales la mayoría son destinadas al
comercio ambulante, no tienen sombra, por lo que los puestos están muy expuestos al sol o a
la lluvia, que es un aspecto que también es una preocupación para los comerciantes y
transeúntes. También, enfrente, hay un edificio aparentemente abandonado, entonces sería
pertinente que se remodelara para funcionar como algún punto de encuentro o de comercio, o
al menos, para asegurarse de que este en condiciones estructurales óptimas en caso de un
temblor.

Por ende, con la información obtenida, tanto con observaciones, como con las
entrevistas y estudios del contexto y casos análogos, es importante hacer un diagnóstico que
identifique en la medida de lo posible la mayoría de los problemas de la situación y les de una
posible solución fiable. Con esto, poder dar respuesta a un tema complejo que se puede
abordar desde diferentes perspectivas, implica una comprensión profunda del lugar, de sus
habitantes y de sus prácticas y necesidades. Una posible respuesta a esto, es una arquitectura
participativa que funja como un nicho de interacciones de valor entre los distintos grupos de
51

la Plaza de la Solidaridad, lo cual permitirá un intercambio económico, cultural y social que


decriminalice al comercio ambulante y que abstenga a las autoridades de politizar el espacio
público, sin embargo, el comercio ambulante, sea visto como un problema o como una
resolución a la brecha social y económica en México, al estudiarse, no solo se debe abordar
desde la dimensión espacial y económica, sino también pensando en la social, cultural e
histórica. Hay que considerar la disputa entre el gozo y la vivencia del espacio público con la
gentrificación y apropiación. Se critica al comercio ambulante pero no a la privatización y
politización del espacio público, o cuando los empresarios se apropian de las banquetas para
sus restaurantes o cuando se proyecta para el turista, el extranjero y el inversionista y no para
el habitante. La disposición arquitectónica del Centro Histórico, permite que haya una
diversidad de ocupar el espacio tanto de forma simbólica como práctica. La ocupación del
espacio público es una forma de reivindicación política del habitar, entonces debemos usar
toda la Ciudad pese a sus barreras de accesibilidad.

Como arquitectos, debemos establecer un diálogo social con el habitante, dejar atrás
los estigmas y darle voz a los que han sido invisibilizados, pues el comercio ambulante
implica problemas con una carga histórica que se han ido haciendo mayúsculos con la
creciente desigualdad y discriminación en México.

Referencias

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contenidos lefebvrianos.. Laboratório de Geografia Urbana - Universidade de São Paulo.
Alba Sud. Recuperado de

https://www.albasud.org/noticia/es/639/aproximaciones-al-concepto-de-la-producci-n-
del-espacio-a-partir-de-los-contenidos-lefebvrianos

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Anexos:

Puntos a considerar en objetivos

● Objetivo 1: Conocer la historia de la Cuenca del Valle de México, el Centro


Histórico y la Plaza de la Solidaridad a través del tiempo mediante fuentes
primarias y secundarias.
○ Método historiográfico:
■ Realizar una lectura del lugar mediante investigación cuantitativa y
cualitativa de la Cuenca del Valle de México, del Centro Histórico y de
la Plaza de la Solidaridad a través del tiempo para comprender el
horizonte cultural, histórico, social, económico y ambiental de estos
57

sistemas. Considerar fuentes primarias y secundarias y datos


cuantitativos y cualitativos.
○ Investigación sistémica: En la lectura del lugar, entenderlo como un sistema
vivo y en evolución, considerando en las diferentes escalas de estudio:
■ Una red de relaciones multidisciplinarias y complementarias entre sí
■ Las influencia y los principios de de la morfología urbana (los
principios de ordenamiento territorial, la distribución de actividades
económicas en el territorio, el uso de suelo, los lugares centrales,
normatividad urbana, etc)
■ Los patrones de esencia, de andamiento y de interacciones.
■ La evolución del lugar y su entendimiento del “habitar” por parte de
diferentes actores a través de la historia
○ Dentro de ambos métodos, también se deben tener en cuenta factores
ambientales y sociales como:
■ Arquitectura local y bioclimática
■ Asentamientos humanos y aspectos urbanos
■ Historia y cultura
■ Sociedad y economía
■ Mentalidad, educación, religión, espiritualidad y valores
■ Geología y topografía
■ Hidrografía
■ Biorregión, ecosistema, biología (flora y fauna)
■ Clima
○ Visitas a sitio y a lugares aledaños
○ Levantamiento de calles y larguillos mediante fotografías y cortes
● Objetivo 2: Identificar las necesidades de los usuarios de la Plaza de la
Solidaridad y de zonas aledañas.
○ Método etnográfico
■ Observación participante: Acompañar a los ambulantes en un día de su
jornada laboral ayuda al investigador a identificar y diagramar
relaciones espaciales, movimientos y patrones, así como a
familiarizarse con los hábitos, necesidades y perspectivas del grupo de
estudio.
58

■ Entrevistas no estructuradas: Nos permite entender la perspectiva de


los actores en torno a un tema, así como identificar a un nivel más
holístico sus necesidades tanto individuales como colectivas. También
permite obtener información y anécdotas que permiten un diálogo
confidente, lo que puede permitir que se obtenga información menos
sesgada.
■ Diarios Visuales: Documentan el día a día las dinámicas que se llevan
a cabo en un espacio mientras un actor lo habita. Permiten identificar
desde la perspectiva del actor alguna necesidad o inconformidad, así
como nichos importantes en los que se generan interacciones. También
ayuda a un investigador a familiarizarse con el día a día del actor por
medio de la recompilación visual.
■ Historias de vida: Nos ayuda a aproximarnos a un colectivo y ver las
características de sus rasgos y vivencias, esto a través de una narración
individual. También al tomar en cuenta las vivencias de los un actor, se
desarrolla empatía y escucha activa, invitándonos a dejar atrás
estigmas y prejuicios para familiarizarnos con el grupo de estudio.
○ Estado de la cuestión sobre casos análogos del comercio ambulante e informal
a lo largo de la historia del Centro Histórico y análisis de sus respectivas
soluciones
○ Visitas a sitio y a lugares aledaños
○ Levantamiento de calles y larguillos mediante fotografías y cortes
○ Entrevistas a comerciantes ambulantes y transeúntes
○ Pláticas con autoridades, maestras y compañeros acerca del ambulantaje en la
Plaza de Solidaridad y de los respectivos problemas y posibles soluciones
identificados hasta el momento
● Objetivo 3: Elaborar estrategias de arquitectura participativa para abstener a
las autoridades de politizar el espacio público, para satisfacer las necesidades de
los usuarios y para revitalizar el espacio público tanto de forma simbólica como
práctica.
○ Método etnográfico:
■ Observación participante: Al acompañar a los ambulantes en un día de
su jornada laboral, una vez diagramadas las relaciones espaciales,
59

movimientos y patrones, mediante el estudio del espacio, generar


estrategias que revitalicen el espacio público.
■ Entrevistas no estructuradas: Nos permite identificar las necesidades
espaciales tanto individuales como colectivas, lo que puede orientar
nuestras propuestas hacia una forma más eficiente de equipar y mejorar
el espacio público.
○ Método investigación-acción: A través del estudio del ambulantaje como
problemática o como alternativa de solución a los problemas socioeconómicos
de la sociedad mexicana, identificar cómo afecta y/o beneficia a determinado
grupo de personas, y hacer un plan para solucionar el problema o introducir el
cambio, recibiendo retroalimentación proactiva de los actores.
■ Maqueta colaborativa: Nos ayudará a evaluar la pertinencia de
implementar estrategias de diseño colaborativo en el espacio público y
los posibles tipos de interacciones que se pueden generar a partir de la
comprensión de las condiciones presentes.
■ Visita a sitio, diagramar relaciones espaciales e identificar nichos de
interacción importantes
■ Estudio de casos análogos que han trabajado con el espacio público o
con arquitectura participativa
● Office for Political Innovation, fundada por Andrés Jaque, es
una firma de arquitectura que aborda los problemas
socio-espaciales reconociendo su dimensión política y
experimentando nuevas formas que den espacio a la diversidad
y nuevas formas de relación.
● Urban Bloom / AIM Architecture + URBAN MATTERS
● Alejandro Aravena: estudiar procesos de coproducción en la
arquitectura con los futuros habitantes: proceso de
reconocimiento del otro, ese al que mal llamamos usuario y no
habitante y mejor aún coproductor, del que hay que aprender
para proyectar.
■ Maqueta con la propuesta de que refleje la arquitectura participativa y
evaluación de sus limitantes
○ Análisis de sitios más sistemas complejos
60

○ Estado de la cuestión sobre casos análogos del comercio ambulante e informal


a lo largo de la historia del Centro Histórico y análisis de sus respectivas
soluciones
○ Visitas a sitio y a lugares aledaños
○ Entrevistas a comerciantes ambulantes y transeúntes
○ Pláticas con autoridades, maestras y compañeros acerca del ambulantaje en la
Plaza de Solidaridad y de los respectivos problemas y posibles soluciones
identificados hasta el momento
○ Estudio de las normativas, leyes y regulaciones
○ Metodología de estrategias que desestigmatizen al comercio ambulante y que
hagan de la plaza un lugar más inclusivo y plural
○ Evaluación de las ventajas, desventajas y limitantes de las propuestas

Entrevistas:

Visita el lunes 1 de mayo:

Señor de ajedrez:

● Un problema que identifica es el de la limpieza de la zona y de la plaza


● La gente considera que los tianguis pueden llegar a ser molestos, pues el problema es
cómo se acomodan, luego no permiten el paso peatonal

Entrevista con Sra. Teresa, comerciante ambulante:

● Considera que debería de haber más seguridad, bancas, vigilancia y botes de basura
● A los comerciantes les roban, los rateros se meten a los puestos y los saquean,
entonces los comerciantes tienen que levantar sus puestos y productos todos los días
● Cuando hay tianguis viene más gente y turistas
● Lo malo es que los policias son violentos, los persiguen, los quieren retirar e incluso
han golpeado a los niños
● El horario que le otorgaron, de 8 a 6 p.m., no ayuda, pues la gente sale más tarde de
trabajar y en general en la zona hay más actividad en la noche que en el día.
61

● Se sentiría más cómoda con un establecimiento fijo


● Se tarda en levantar el puesto en 2:30 hrs
● Hay veces que las marchas benefician las ventas pero otras que perjudican, pues la
gente es violenta
● Las cámaras de seguridad no sirven
● Se caen los postes y las autoridades no hacen nada
● Hay mucho vandalismo, rateros y vago
● Querían hacer un centro para niños pero dio desconfianza, pues se han dado casos de
adultos que abusan de ellos

Señor del puesto

● Hace falta infraestructura, especialmente para sentarse


● También hace falta que limpien la basura, la gente es muy sucia
● Debería de haber lugares con sombra o algo que refresque y que proteja a la gente del
sol y la lluvia
● En general, compran más los mexicanos, aunque depende de la mercancia

Señora de limpieza

● Los fines de semana es más pesado el trabajo


● Se dejaron de poner los botes de basura porque se hacía más cochinero
● Se trabaja por turnos/de día y noche
● Han arreglado la iluminación
● Las autoridades o te ayudan o les vale
● Al menos hay un poco más de seguridad
● La gente no separa la basura
● Haría falta una fuente en la zona para que haya frescura
● Ayudarían sombritas para el calor y la lluvia
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Fotografías

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