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Abd al tiempo que se rascaba d mentón-, ya que 111,1 Abd miró para lado y lado, ,1segurándose deque cstu·
siempre las partidas se ganan con manos valiosas. n solos. .Incluso se levantó de la silla y se asomó haci,l
Abel dejó sobre la mesa un puñado de monedas <llU ltrior de la cocina. Cua11do se acercó otra VC'l a Pablo,
separó en dos monroncicos. Le extendió uno a Pablo y II ju, brillaban de un modo distinto: un claro semblan­
se quedó con el otro. umiga se había apoderado de sus pupilas.
-Una vez leí que los jugadores de póquer dcsar11, ¡Q_u ieres saber quién ha esr-ddo blofe,111do todo este
llan alcas capacidades para las matemáticas, la psicolo111 11' , ... ? -lo des:uió.
y los negocios -siguió exponiendo-. ]ambién apr,•11 ¡ Blofeando? -el muchacho frunció d cerío,
den disciplina, ya que hay que sabe� apostar bien y rrn n,crrado.
rarse cuando sea necesario. Además re enseña a mctenr 111 Ls una pa.labra que viene del inglés. To biujf, ¿b
la menee de ms contrincantes para m1rnr de descifrar •111 ,?
n1ovin1ie11tos. Of coune. Puede traducirse como engañar, hacer
-Tal vez por eso nunca he sido muy bueno i'" -concestó Pablo.
es1e juego -dijo Pablo-. Nunca sé lo que la gen1e I 1 Exacro! Esa expresión se usa mucho en el póquer
pensando. ndicar que alguien está haciendo creer a los demás
-A mí eso se me da bien -se va.naglorió el ho11il11, 11c.1 que riene un juego que en realidad no tiene. O
-Reaflyl ¿De verdad usted puede adivinar lo que r r,d minciendo.
guien tiene en la cabeza? --el muchacho dejó de l,,dn· Y hay alguien en csre hotel que nos está engaóan­
naipes y le clavó la mirada. d hocicua bajó la voz y r.omó el l.ipiz que tenía jun­
-Es cosa de saber observar -fue la respuesc,1 dt · llbrcca.
comrincant<.�. Una pareja de 1·eyes -anunció al lirn11 l><·I ,\Sintió despacio, tomándose todo el tiempo del
que descubrió su mano. p.1rn señalar su punto.
-Trío de seis )' un par de eres -exclamó el l 11,, l )lgnmos que hay tma persona que tiene la mejor
cua-. Yo gano. póquer que ne visto en mi vida -sencenció-.
Pablo se llevó el montón de monedas de Abel co11 111, n esa expresión?
sonrisa de triunfo. hin negó con la cabC'l.a, a pesar de que sabía perFec-
--Suene <le principiance -se excusó-. Usted 1 ••� lc de lo que le hablaba. Pero esraba empeñado en
ver lo que l,1 gente lleva por den ero. Eso es más valimu · 1 1 lr que Abel siguiera opinando rodo lo que pudiera.
ganru· al póquer. ¡Ojalá yo tuviera esa habilidad! Mt • , 111110 sabe.s, el póquer es un juego de engaríos.
ría mucbísimo para seguir adelante con la investig:l< 11,, rr,dndible hacer que el oponente eleve su apuesta
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El gordo, en un gesto habitual en él, se acomodó su con ella encre Los dedos, miró a la mujer con .infinito
gorra de los Marlins para impedir que el sol del mediodín arrepemimienco.
lo cegara y le enrojeciera las mejiJlas. Aún afectado por lo -Quiero pedirce disculpas -comenzó a decir.
vivido el día anterior, negó con la cabe-rn, incapaz de ter -¡N o, no hace falta! -lo deruvo ella.
minar de asumir el desenlace del caso. -Es que tne porté como un idiota concigo -asumió
-No puedo creer que una mujer tan elegante y fin., Felipe-. Fue un arrebato can infantil el que cuve que yo
como la señora Maruja ... mismo me desconocí. Eres una chica a todo dar ... y una
-Leonor -lo corrigió su arnjgo-. Que no se ce ol espléndida detective.
vide que Sll verdadero nombre es l.ei,nor. -7he be.<t-corroboró Pablo-. Tu capacidad de ob·
-Bueno, ella ... ¡Es que no puedo creer que una p�r servación es impresi onante.
sona que se veía ran rusringuida y delicadz haya resultado -¡Impresionante es lo que hiciste tú! -excclarnó lle­
u.na asesina de esa categoría! -se larnencó. na de honestidad-. Todavía no entiendo cómo fuiste ca­
-Eso re demuestra que a veces no hace fo.lea empu paz de ver más allá de lo obvio para poder solucionar el
fiar un arma para hacerle daño a alguien -reflexionó L 1, misterio de la nrner tc de Riquelmc.
Guerrero, soplando la espuma de su capuchino-. Esa mu -Todo está aquí -reveló el muchacho y se rocó la
jer i deó un plan macabro y arrasrró en su veng-Jnza a tólli sien-. En mis células grises.
su familia. Felipe no pudo contener una carcajada. A pesar de
-Supongo que los Od1agavía seguirán juncos mu que se conocían hacía mucho tiempo, a611 le provocaba
cho más tiempo, pero eras las rejas, donde merecen ese•• canta incomodidad la falra de modcs1ia de su compai'le­
-sentenció Pablo. tuego respiró hondo yexchaló un l.111·,1 ro y su obsesión por hablar igual que Hércules Poiror, su
y sonoro suspiro de alivio-. ¡Al fin comienzan nuestr.i persooaje fuvorito. Por eso había decidido romarse con
vacaciones! humor cada un o de sus arrebatos de genio )' las imita·
-Y la mejor parte es que el clima mejoró -se ul,· ciones al detective belga. Por su parte, Pablo endureció
gró Lya al pasear la vista por el azul intenso del cielo-. Y, la mirada y apretó la mandíbula ante la folra de recono­
pueden empa.ar a go1,ar de Valparaíso. ¿A dónde quit-1111 cimiento a su inteligencia. Muy en el fondo de su alma,
ir ahora? esperaba un rotundo aplauso. No una risotada.
El boricua iba a responder pero Felipe lo detuvo '"" -Y nunca nos dijiste qué novela de Agatha Christie
un categórico movimiento de su mano. Volvió a aco111• estabas leyendo el día que llegamos al hot el -le dijo a
darse l:1 g,orrn en un evidente gesm nervioso. Finalmc111 Lya, dispuesto a camb iar drástiaimente de tema.
se In quitó,�.- mscó In coronilla de la cabeza y, juguerc,111,I, -Crimen m el Expreso O,·ieme -contest ó-. ¿Lo
conoces?

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