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Historia del África negra, 1

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I A partir de finales del siglo XII hasta fines del XVI Africa Negra
I va a conocer el auge simultáneo de todas sus regiones desde el punto
de vista económico, poíftico y cultural. Estos cuatro siglos merecen
I en verdad ser denominados la gran época del Africa Negra. Aunque
1
I conviene matizar y precisar que no se trata de una desviación ex
abrupto respecto a toda la evolución anterior. El periodo precedente
I ha sido ya, como hemos visto, de intensa preparación, pues hemos
presenciado la fundación de la mayor parte de los grandes reinos
I africanos. Es posible también que exageremos la importancia de
tales siglos al relacionados con los demás, en parte porque los co-
I nocemos mejor gracias a la riqueza d~ información y datos sobre este
período que han llegado hasta nosotros. Sea como fuere, parece ser
que los países africanos negros han alcanzado en este período cierto
I equilibrio, tras una fase de movimientos migratorios, de contactos
y de intercambios más o menos benificiosos con el exterior, por in-
termedio de los árabes, así como una fase de auge demográfico más
o menos MMivó, ~ql1mhri~11t1~~~ h!1 ol!l~m!ldoen reslízsoones socio·
políticas elevadas, que colocaban a estos países al paso del mundo.
Pero este progreso vigoroso y sostenido va a ser detenido brusca-
mente en el siglo XVI.

l. AFRICA SUDANICA OCCIDENTAL


Aquí el auge africano va a ser especialmente prestigioso. Ya
Gana había desbrozado el camino, y su lenta decadencia significará
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¡. 184 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos
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t' la apertura de 1a sucesión económica y por tanto política. Pero era
saja, en el A!tc:> Bakoí, !os Konaté, en Tabu (en eU Dodugu 1); los
necesario saber quién iba a tomar el relevo en el control de las vías
Kamara, en Sibi (en el Sietidugu}, y los Keita, en Nkrena (en el Do-
comerciales, próximas a las fuentes de los ricos yacimientos auríferos dugu y en los montes del Manding situados entre /Siguiri y Kíta).
1/
de la «mesopotamia» Senega1-Níger. Habiendo fracasado los a1morá- Esta última será el embrión del Meli *.
vides, el Estado mejor situado parecía ser el reino de los Kan té, En el Dodugu los campesinos bámbara colonízarán la región en
I al sur de Gana, es decir; más alejado de 10s ataques de los nómadas dirección este, basta la frontera de Segu, en d rio Niger. En :lasa1tu:::';
y al mismo tiempo más cercano a las minas de Bure. ras del Manding los malinké disponían de dos ciuda~es principales: .
Iormsdo por el mismo pteblosonínké. tan dotrrdo prrrrrel comer- Kiri y D!llmdY!ll!l. JOQ díríuenteºd~ taleº comunid!ld~. @ran, ~@ cr@@,.
cio, era natural que el reino sosso de Kaniaga se erigiese en sucesor cazadores expertos en el m.anejo de encan,tamientos m g~cos. Las ~er-
de Gana. Fundado hacia fines del siglo VIII, evolucionó bajo la direc- mandades de cazadores, ligadas entre Sl por celebr ciones y rrtos
ción de soninke «animistas» entre el 1076 Y el 1180 10s Diariso. comunes, entre los que se hallaba el prestigioso rito~e la iniciación, .
Estos tomaban mujer con frecuencia en el dan fula de 10 Sow. Pero eran, en efecto, unánimamente admirados y temidos. Los, primeros '
en 1180 un guerrero lleno de decisión, Diarra Kanté, conquista el jefes llevaban, pues, el título de Simbon, es decir, de aestro-cazador ..
poder. Surgidos del clan de herreros especialmente apegados a la reli- Este «rey» no era en realidad más que el portavoz y ej rutantepuesto
gión tradicional africana, los Kanté se erigirán en adversarios resuel- en situación de primus inter pares por la comunidad de danes, todos
tos del Islam. El miembro más célebre de la dinastía fue Sumaoro ellos representados en el Gran Consejo (Ghara); que ~ecidía en cues-
Kanté (1200-1235), que ha dejado un recuerdo de guerrero formi- tiones de guerra y de impuestos 2. Los impuestos estaban constituidos
dable, a la par que de mago experto en alta magia. Era un hombre por jornadas de trabajo en las tierras del jefe, por productos agrícolas
duro que, según la leyenda, habitaba en una gran torre de varios acumulados en ocasión de fiestas agragias celebradas en la colectividad.
pisos. ,'. Las multas infligidas por el rey en ocasión de procesos llevados a
Frente al Gana ya debilitado, Sumaoro presenta su candidatura cabo de conformidad con el derecho consuetudinario, ~e pagaban del
para la hegemonia sobre el Africa sudánica occidental. Y poco des.
pués de su ascensión al trono se apodera de Kumbi Saleh. Tras tal
mismo modo. I
Además, el jefe gozaba del monopolio de las pepi¡tas de oro.. El
golpe maestro, Sumaoro parece destinado a ejercer su dominio sin
oposición. Sin embargo, en el sur comienza a elevarse la estrella de marcó .general de la / vida era, en realidad, la gran fattúlia. o familia
Mali. En efecto, el punto débil de Suma oro es que, al igual que extendida, que 'p0sela un campo c~~unitario (foroba~, no lejos de
Gana, n~ ocupa el lugar exacto de los placeres de oro. En cambio, los centrc:s habitados, cuya presencia anunciaban a distancia los in-
: esta.s r~glones estaban habitadas por un rudo pueblo campesino, los m:ns~s bombax plantados el día de la fundación. El profundo desrni-
mahn~e. Y, por otro lado, las continuas operaciones militares y de gajamrenro de las Jefaturas debió favorecer la hegemorlí d 1 . .
, conqu:ra no had~n sino dificultar el comercio. Consciente de que pado sosso, heredero del imperium de Gana' fund d I a e pnn Cl-!
b~'PI er no podría !lUnCa quedar consolidado si no dominaba tam- de herr ioveo rev Ib ,a
eros, su [oven rey 1 a a tomar pronto el títulJ d
a por un c1an -¡
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o B1k os cal~os abtlferos, Sumaoro, tras haber conquistado Dyara
~ a unu y e um u, se apodera de la región de Bure. '
o mansa, es decir de monarca die
tiempo que se hallaba en curs~ ~mpera oro De .todos P??dos, bacía
rr
mag an, .

Ya en el siglo XI A1-Bakri nos h:ilifroJesf de lnteg!~pon política.


A. El imperio de MaH «Mallel» al Islam. Quizá se trate d 1 Ba e a converslo~ del rey de
nos dice que fue el primero en ha e aramenlma~a d del 9uf Ibn ] a1dún
1.

,-
Los orígenes

Precisamente en esta región se había ido desarrollando un mo-


!ft° dugu significa«país de Do».
«parentesco de burla» sana
, cerse musu

.
l
an gracias al padre de

de b~rlarse y la obligaci6n de ~rotenkuya)" que unplica el derec o y el deber


desto reino: Manding, o Mali (malinké = hombre de Mali). No co-
': nacemos bien sus orígenes. Es probable que existieran numerosas
t er
alianzas indirectas entre un faml1 , U1l1}.alos clanes entre kí; por medio
1 a ,~rÉinMd0ali~na
red de solidaridad quea¡acfli~:br:la}n~tro ~6amiIial~'pr6ximo, se
\'",.pequeñas jefaturas mandé que dominaban el Alto Senega,l y el Alto . actua l corresponde e . egracr n po Hlca.
del tnls;'l1onombre. n gran medida al centro del an~iguoím .'
Níger. Los Traoré en Dakadyua, en el país de Kri, cerca de Nyaga.
. Mali . nk'e slgm
. ifi
lea «hombre de Mali . o I perro
.!
irnperio de Malí, y pertenece al grupo :;;an:.n1N~ de;¡ ~olueblol que cre6 el

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"t", 186 I Historia del Mrica negra, 1


" 'j'
1, I J Abú BaJr (1050). El rey, desesperado por una prolongada sequía
5, Grandes siglos .
187

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I }'.por la lineficacia d.e,los ho10causto~ de bueyes quehacfan .correr el Bilal~ (117?-1200) ~ de Musa Keita, llamado Allakoi 3. Este último
i
; riesgo dd, que la regron se quedara sm ganado, decidió dirigirse a un habrfa .realizado vanos peregrinajes a La Meca, 10 que indica la per-
i morabito lemtuna muy devoto que, tras haber obtenido su conversión,
¡ slst~~cla de l~ fe musulmana al menos entre los miembros de la
\ lo llevó hasta una colina próxima, donde pasaron la noche orando faml~Ia.real, srn que por ello debamos deducir la existencia de una
«para quk la voluntad de Dios se cumpla». El rey se limitaba a repe- conviccron profunda. El hijo y sucesor de Musa, Naré Famaghan
tir «amín}>,«amín», a cada invocación del santo hombre. Era viernes. (1218-1230), es fam?so sobre todo por sus conquistas en el sur, en
Al día siguiente, al despuntar del día, una abundante lluvia comenzó el suroeste y en la orilla derecha del Alto Níger. Se someterán a él so-
a caer soRre toda la región y el rey hizo destruir las imágenes de su
j
1 religión. I . bre todo los somono. Naré Famaghan tenía varias esposas, una de las
cuales se Ilarnaba Sogolon Konté, apodada Kediugu (la rufn) y Ku-
I La conversión real dehió de atraer hacia el sur a comerciantes duma (que nene tumores en el cuerpo). Esta mujer enferma dio a luz
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y letrados árabo-bereberes. a un niño también enfermo que hubo de andar a gatas 'hasta la edad
de siete años. Se llamaba Sundiata 4, o Mari Diata, 10 que significa,
parece ser, «león de Mali». Doblemente despreciada por su coesposa,
2.Lá éP['ca lucha por la hegemonía. Sundiata
Sogolon la ruín era presa de la desesperación. . .
Hasta mediados del siglo XII se ignora la evolución del re~no: Sin embargo, fue precisamente su enfermedad la que libró a su
A partir de 1150 se conocen ya los nombres de Hamana, de Dchiguí hijo de la matanza en la que Sumaoro hizo perecer implacablemente
I a otros once príncipes tras la conquista del Manding. Así pues, un
día, saturado por los actos de despotismo del señor de Sosso, Sun-
•...-". diata, como aguijoneado por la miseria de su patria maltratada, deci-
/.... • Teghazza
dió levantarse en armas para liberada 5. Pidió, como dice la leyenda,
. I "', una barra de hierro para poder levantarse sobre sus propias piernas,
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-/ .•.......•.
/ <, pero la barra se dobló bajo su peso hasta que se partió. Otra barra,
y una tercera aún más gruesa, sufrieron la misma suerte. Finalmente

,;;~;~---------~~;~~~:=----) alguien dijo: «Dad1e el cetro de su padre para que se levante apo-
yándose sobre él.» Y así, apoyado en la insignia real, Sundiata pudo
finalmente ponerse en pie. Este es el comienzo de una augusta his-
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HAUSA
Los testigos del extraordinario acontecimiento no se equivocaron,
y la madre de Sundiata y el poeta Diakuma Dwa improvisaron inme-
diatamente el Canto del Arco, cuya música y letra transmitida. de ge-
neración en generación, resuenan todavía hoy en el himno del Malí
actual: «¡León, toma el carcaj! iLeón, toma el arco del Manding!»
«5undiata si borida! Toga! Sil Kausá malo ye, togo ba!»: «Mi vás-
500 Km.
tago Sundiata ha podido :por fin caminar. ¡Honor! Antes la muerte
1 que la vergüenza. ¡Qué honor!» Habían comprendido que el príncipe
encarnaba ya el destino de todo su pueblo. Iba a convertirse, como
Mall y reinos vasallos
dice todavía hoy el poeta, en «el techo del Manding».
___ lImite de la máxima extensión
deMall [Incluidos los reinos
vasallos) a finas del siglo XIV
3 Allakoi significa «Quiera Dios».
•••••••• Hmlte meridional
desierto
actual del 4 Véase D. TAMSIR NIANE: Soundjata ou l'épopée mandinque, Présence
1111I111111
limite
denso
norte actual del bosque Africaine.
Ii s Otros autores dicen' que fue para vengar un insulto lanzado a su madre
por una Jé !H! ~OO!BOºU~.
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188 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos I 189 (.'

. Pero las envidias internas estaban a la orden del día, como en el


,
este .!
a b an d ono' a1 monarca con numerosos parti id anos y fu e a ururse
. \
caso de su hermano Dankaran Turna que, según ciertos autores, reinó a las tropas de Sundiata. \
antes que Sundiata, antes de ser expulsado por Sumaoro. Se retiró Así pues, en estas circunstancias, se libró la. batalla de Kirina,
entonces hacia Kisidugu (la ciudad de la salvación). Las sucesivas entre Bamako y Kangaba, en la orilla izquierda del NJíger, en la que
tensiones obligarán a Sundiata a buscar refugio en el extranjero du- se ponía en juego, nada menos, la hegemonía sobre el¡Mrica sudánica
rante un tiempo: según una tradición, en la región de Mema (cerca- occidental. El rey de Bobo (Alto Volta) envió tambié!~ según parece,
nías de Segú) o, según otra, en tierras voltaicas. mil quinientos arqueros para que reforzaran a Sundiata. ,
Las incursiones de Sumaoro continuaban. Y el Consejo de An- ~as trop~ eSJaban formadas funda1?~ntalmente IPo~ infantería:
cianos decidió enviar una delegación a Sundiata para pedir su ayuda. contingentes Iígeros de arqueros, que utilizaban las ilemibles flechas
Rápidamente Sundiata reunió un ejército, que entrenó en las regiones envenenadas, y divisiones más pesadas, formadas por I soldados arma-
del río Sankarani, de Tinkisso y del Futa Dchalón. En 1234 se hallaba dos con grandes lanzas (tamba). El número de comratientes debió
ya a la cabeza de una vasta confederación de pueblos unidos por un ser elevado en ambos lados, pues al acercarse el ejercito enemigo,
juramento que denotaba una violenta voluntad de liberación. No po- Sundiata preguntó: «¿Qué es esa nube hacia oriente?¡», y le respon-
día tardar ya en producirse la prueba de fuerza con el monarca de dieron: «Es el ejército de Sumaoro.» Este último, también intrigado,
Sosso: sin embargo, en los primeros momentos, sólo se cosecharon preguntó a su vez: «¿Qué es esa montaña de Pied~qUe se ve por
occidente?». Y le respondieron: «Es el ejército de S diata.»
sangrientos fracasos,
Pero precisamente en ese momento va a producirse un episodio Al poco de trabarse combate, en medio de una iosa lucha, fue
I

de preparación diplomática y mágica. En primer lugar, de magia de lanzado contra Sumaoro el espolón fatal, y sus tropas se desbandaron.
Sin embargo, el cuerpo de Kanté no pudo ser descubierto en el cam-
amor. La hermana de Sundiata, Meniamba Suko, llamada Sogolon
po de batalla, quizá porque 'sus soldados se lo llevarorl, quizá porque,.
Kolonkan, se ofreció para cumplir una «misión especial» cerca del
al presenciar el desastre, se dio a la fusa. De ahí lá leyenda de la
terrible Kanté. Se trataba de robarle el secreto de su invulnerabilidad . ., magIca,. de1 rey, que se h' a brra
' convertí ido en un tor-
a las flechas enemigas. En nombre de Sundiata, fue ofrecida como
desaparrcion
esposa por Bala Faseke a su majestad Kanté, en señal de cortés bellino. I
fidelida..d. Al verla se apoderó del rey una viva pasión. La noche de De ,est~ . modo, Mali quedaba dueño de la escena. Sundiata se
bodas est~ «p~s?, su mano sobre ella»"pero la hermana de Sundiata apodero faCl1mente de Sosso y de sus dependencia~(Ba hana el
le drec~azo, exigiéndole que previamente la pusiese al corriente de nor~ de. ~eledugu, el, Wagadu, Bakunu y la ciudad de umfi) ,
to os os secretos de su amado, Después de algunos días d d d os jeres se reurueron en Kuru-Kan.F h 1 ' "
~e~~~ ar~d:d~:~:::i~r:i~~
secreto: sólo podía matarlo
suP~~d;~ país sosso no es, musuJm~n~, ~
í ,Sumaoro acabo por revelar su
de Kangaba y llegaron al
(soberano,dirigente supre~~)e~l
había sido deternu'n'ante '
d d
e :o~ceder1e e! tíro
ug a, en as proxImIdades
de Mansa
sen~lmIento naClona mandé que
Sogolon colmó los deseos d~nr:sPo ~~ de gallo blanco. Satisfecha, ", ,ara cons " ,
profundo, se reunió con B 1 Py Yk ego, aprovechando su sueño Kmna, Iba a permitl'r ahP 1 e~U1~la victona en la batalla de
a a ase e qu lb' 1 ora e naCIID1ent d E
puerta so b re un nervioso cab 11 E "1 e, a espera a Junto a la e~ 240 Sundiata volvió a su capital del Al o N: un, s~ado, Cuando
ea eza de un imperio cuyaextensi ' t~ Iger, se Hallaba ya a la
kra~ cómpli~es, el caballo que al1~~ab~ SI ~nclol' envuelto en las sorn-
aCla Mandlllg, '. a ogo on y a su secreto voló l~gares previos en los que sin d °d conver,tla en excént~icos aquellos
l~r:~ose .la ~orte real: Dch~liba u 1a suceSIvamente, .haThíaido insta-
Pro?a~lemente, el episodio s h 11' '
de~~ubtlmlento de la composición ede ad: rela.cl0nado tan sólo con el fmo, su ~apltal a Niani 6, no le' ,y uego Kangaba, Fmalbente trans-
t la vrctoría que había hech JOSle los lugares donde había obtenido
htt~zados para preparar las flech d ermlllados venenos que eran
a la permanecido hasta entonce as 1 e guerra; veneno cuyo secreto _ o su ortuna. Nuevas campa5as hacia el
s Ianí se halla situada'll ' , .
:es del Sosso, que eran herreros ~e ~sr~mente guardado por las gen-
ue~e, el rey de Sosso agravó aún XP, os en la materia, Sea como ~~sN~~~ivh~~n1:~vei~duellógi~a~rlle~:d~~l ~foca~~n;~;n~n~n e~ ~~r del Manding.
mujer de su mejor general 11 d mpas su.situación al seducir a la de tierra apisonada e~ t eXIstencIa de infraestructuras dernisrón I gumeo-polaca
, ama o a kolí K
aroma.
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ara vengarse
i
objetos de rJfarería
d:
el lugar donde se h 11 b antí' que otras edificaciones en . sas PUyo .suelo es
a a e palacio del mansa. Tambiéli>le hapa¡recen indicar
e una rara belleza plástica. se an desenterrado
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190 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos
'( 191
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oeste Ie permitieron anexionarse muy pronto la segunda gran región 1 últimos, paradójicamente, «esclavos de la colectividad» (ton dyon). --,
aurífera s~dánica: el Bambuk. Luego, las operaciones militares fueron f. Se trataba de campesinos soldados, que pagaban el diezmo humano
ll~vadas h~~ta el Bondu, hasta el Bajo Senegal ? y hasta el Bajo Gam~ de tropas de irifantería en caso de guerra. Las sucesivas conquistas
bia, extendiendo la soberanía de Mali hasta las provincias del extremo hicieron proliferar rápidamente a la categoría de los esclavos; la ma-
occiden~al ~el antiguo imperio de ~Gana (Dyara-Tekrur). yoría de ellos, al ser siervos, artesanos o campesinos, trabajaban para
Mali era, sobre todo en esta epoca, un país preponderantemente h¡: el soberano, y estaban obligados' a observar la endogamía. Sólo el
agrícola. ~a tradición cuenta. que Sundiata se preocupaba mucho de f monarca podía autorizarles a casarse fuera de su casta. Pero' en este
los problemas de [a tierra. El fue quien introdujo, al parecer, o al 1: caso depositaba una suma como dote en beneficio de los padres del
menos desarrolló, el cultivo del algodón, del cacahuete y de la pa- individuo no perteneciente a la casta, para que los hijos nacidos del
~ matrimonio permanecieran como siervos suyos.
paya, y la fría del ganado en estas regiones. Veinte años después de ~
Kirina el ~undador del imperio iba a desaparecer a causa de un Sundiata fue. un gran hombre en el pleno sentido de la palabra,
accidente banal. En 1255, uno de sus beneficiados fula, Bira Boli, ; portador de un destino colectivo, pero mostrando en ocasiones reac-
deseando ~gradecerle un favor, organizó una serie de ejercicios y i ciones y debilidades exquisitas. Un día, durante una ausencia, Diu-
juegos militares, durante 10s. cuales el hijo de Bita dejó escapar una rundi, su mujer favorita, fue molestada por uno de sus hermanos;
flecha que! hirió mortalmente a Sundiata. Otra tradición nos habla
de su muerte durante la guerra contra un jefe fula de Wasulu: habría
muerto ah~gado en el Sankarani y se habría transformado en hipopó-
tamo (mali\), símbolo de los KeÍta.
I
I
Sundiata, como impulsado por una llamada interior, detuvo de re-
pente a todo su ejército y dijo: «Volvamos, pues oigo los gritos de
dolor de Diurundi.» El episodio es objeto de una estrofa sernisatírica,
semirromántica, cantada por los poetas ambulantes. Quizá haya sido
En el edificio sagrado (kama blo) de Kangaba, en el que se recitan
aún hoy la~ genealogías de los reyes de Malí, el nombre de Sundiata
es exaltadd de modo especial. .
I esta mezcla de grandeza y humanidad la que mantiene el secreto del
recuerdo imperecedero de- Sundiata en el corazón de los malianos.

Sundiata había constituido un reino animado por el dinamismo


proporcionado por una lucha seminacional cor:tra el ~I?perialis~o
sosso, y dispuesto a un poderoso esfuerzo de mtegracion. El ejer-
I
l
1
3. El apogeo

Parece ser que a partir del reinado de su hijd y sucesor, Mansa


cito se cornponía de contingentes (kele-bolon) mandados, cada u?o Ulé (1255-1270), monarca pío que realizó la peregrinación a La
de ellos, ppr un jefe de cuerpo (ke~e-kun), y .~ra .comp~e:amente fiel Meca, la tendencia a la descentralización del imperio se caracteriza
a Sundiatal que, como general en Jefe (leele-tigui), dirigía .persona}- por la instalación de los grandes generales como feudataríos: entre
mente la caballería, armada de sables, en tanto que la infantería ellos, Fran Kamara y Siriman Keita. Asimismo, las provincias con-
empleaba, laparte de los arcos. y ~de las flechas, cie~to. tiP.<:de largas quistadas debían pagar tributo en productos alimenticios y en armas.
y temibles lanzas (tamba). EXIStla, pu~s, una especialización que ha- En 1285, al morir el rey Abubákar 1, los problemas sucesorio s
cía posibl~ el despliegue de una amplia estrategia militar. permitieron a un esclavo liberto de la familia real Sakura -o Sab-
Bajo Spndiata existía además un cuerpo legal que se ocupaba de kura-, ascender al trono. Era un gran soldado, así como un hombre
los derechps y deberes de todas las etnias asociadas. Así se habían de Estado; amplió ulteriormente los límites del imperio, tanto hacia
constituido treinta danes: cinco de artesanos, cuatro de guerreros, el este, en tierras del naciente reino de Gao, como hacia el oeste,
cinco de tÍlorabitos, y diez y seis de hombres libres, llamados, estos hasta el Tekrur, a expensas del Dyara, que se convirtió en vasallo.
I
¿Se hadn descubrimientos espectaculares? Quizá. Pero no olvidemos que
La expansión no tardó en atraer a nuevas caravanas provenientes del
Mágreb y de Trípcli y que se dirigían al centro de Mali.
la capital dfl Mali ha sido objeto, como la de Gana y la de Sosso, de saqueos Habiendo efectuado el peregrinaje a La Meca, Sakura sería ase-
múltiples, ipcluidos los realizados por las tropas songhai, sinado durante el viaje de vuelta por bandidos desembarcados en la
7 La campaña contra Dcholofing, rey de Dcholof, halló una resistencia
feroz por ~arte de este príncipe «animista», famoso por sus talentos de mago. costa de Tripolitania. Su séquito secó su cuerpo, que fue introducido
Después d~ su derrota. sus amuletos fu.eran llevados como trofeos al Manding. en una piel de buey, que luego fue cosida, tal como se solía hacer en
AdéhiÁ4, lAI !ª~~UUmOlg melbm un ucuitlo niiíiY fe colonos r ccerae rc-ie.rrees ijnDU Ui 'iüii'mlim? ~¡~?nnrcas. Transfortando hasta Kuka
r ciudad

provenientj de territorio manding.

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Historia del Afríca negra, 1 5, Grandes siglos 193
192
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de Bornú, el sultán del país envió a llamar a emisarios de Mali para que me ha creado y traído al mundo!» Por otro lado, los comer-
ql,le volviesen a su país con los restos del emperador. . . ciantes cairotas abusaron demasiado de la buena fe de Uos sudánicos,
. Hacia 1303 Abubákar II, sobrino de Sundiata, sube al trono y se a quienes hicieron pagar fuertes sumas al quintuplicar e incluso a
hace famoso por un intento de exploración del océano Atlántico. No decuplicar los precios de los artículos que les vendíanl Tales proce-
admitiendo que el mar no tuviese limites, mandó equipar doscientos dimientos chocaron profundamente a las víctimas de 10s fraudes, así
barcos repletos de víveres y los envió a explorar, Sólo un individuo como al emperador maliano, hombre muy refinado. ¿Alcaso no había
logró escapar al desastre: contó cómo después de un largo recorrido regalado al sultán de El Cairo, entre otras cosas, un trtado en árabe
habían hallado una violenta corrientemarirÍa que había engullido a sobre la honradez.sescrito por él mismo? .
todas las unidades. Aún incrédulo; pese a todo, el rey volvió a orga- La extraotdinariagenerosidad de Musa hizo baja: el valor del
nizar una nueva expedición formada por dos mil barcos, la. mitad de oro, y el curso oficial del metal amarillo quedó en baja urante varios
los cuales transportaban alimentos yagua. Poniéndose él mismo a la años, Pero tales gastos le obligaron a pedir un préstarho' a un riquí-
cabeza de la flota -.-que sería la primera en intentar llegar hasta simo comerciante alejandrino, para poder seguir hacienHo honor a su
América .del Sur-, se dirigió hacia occidente, pero no volvería nunca rango, préstamo que luego será devuelto a su retorn1a Mali,
más. En realidad, al no conocer la técnica del timón, al faltar la brú- El viaje de vuelta, por Ghadamés, se realizó en camello, para
jula y los muelles de carga para las grandes barcazas que fletó, no evitar el dolor de pies de los porteadores. En- él el e perador traía
pudo enfrentarse con los grandes oleajes atlánticos. consigo a un poeta y arquitecto originario de Granada, Abú Issak,
Su sucesor, pese a ser mucho menos conocido que Sundiata por llamado Es-Sáheli. Este construirá por lo menos una sala de. audien-
la tradición maliana, es el emperador más célebre, sin ninguna duda, cias para el emperador, cuyo estilo se inspirará en el de los edificios
del imperio de Mali: se trata de Mansa Musa, o Kanku Musa -su del Sáhel. Kanku Musa, que había pasado por Tombhktu a la ida,
madre se llamaba Kanku 8_ (1312-1332). En 1324 emprendió la pe- se detuvo allí ahora, para confirmarIa autoridad del M~li en' la curva'
regrinación a La Meca con la intención evidente de imponerse a los del Níger. En Gao recibió el juramento de fidelidad del rey Dia
soberanos árabes. Asiboi, que le dejó como rehenes a dos de sus hijos.¡
Acompañado por miles de servidores (sesenta mil según el T aríj Co~o ~m:su!mán ferviente, volvería a poner en vigor una política
es-Su~án), cruzó el desierto por Walata y el Tuat, y se presentó en ex~a~sIVa islámica. De un Islam que se amoldaba, po~ otro lado, a
El Cairo ante el asombro del mundo, como el señor de algún eldorado.
~ract1cas prernusulmanas y a recetas mágicas traídas ~e los países
Sus acompañantes transportaban unas dos toneladas de oro en barras
o ~n p<:lvo. Al-Omari precisa que: «Durante mi primer viaje al El arabes por el emperador ~ ~u corte. Pero la masa campesina seguía
Cairo 01 hablar de la llegada del sultán Musa ( ... ). y vi a los habi- apegada a su re~lglOn tradicional, lo que el Mansa toleraba, siempre
~abt,es d~ El Cairo entusiasmados contando los enormes gastos que que s~ le obedeciese y se le pagase tributo. \
~ ran VIsto ~acer a los. acompañantes del rey maliano. Este hombre HIZ? co~struir en Tombuktu la gran mezquita de DctL! b
~~o en Efl Caíro .~randes muestras de su generosidad. No dej una reSIdenCIa o Mad 1 d 111nger er, y
le, ya uese OfICIal de la corte o tit 1 de alsú o a na- za en forma de cúpuluaguS' gran sa a eua rada coronada pb¡ r una terra-
local, sin percibir una cantidad d u a~ e/a gun cargo del sultán . us muros estaban c b' t d .
na d os con arabescos brillantes El . d u~erkos e yeso y ador-
~ste sU,ltán, qué dignidad, qué leaI~ad~~'
Á
L~d7 p.ci
rte
tan noble tenía apogeo de Mali Poseía bai cÍ remo e an u MUjca marea el
impresionó a sus contemporán gru ad de Mansa Musa Y <le El C·alto, y"1 e mrsrno
,em aja ores cerca" de ,los sultanes del M'
recibía de 11 agre
b
t~mente, sólo se comunicaba po~o~edi~ndue, h;blaba árabe corrien- sentantes. El jefe almohad Al M e oSdsus presentes y sus repre-
mdad fue puesta a prueba dur ernterpretes. Pero su dig- idi . e - amer el' , d I B' k
dill amen te cuando s 1 ídi , pr 10 lllcluso un ejército con el f de j da region e¡ rs ra, le
1 ara ante el sultan de El Cair
a 1 '1 e e pIla que se arro- que Musa se negó. Precisamente ~ e _apo erar~e de Wargla, a 10
exclamando; «¡Cómo podría o'h o que e, se negó enérgicamente
It / 1 dí yo acer eso: » Pero 1 11 ' Mansa Musa, en 1333 ,el rey d M .aro despues ~e la I muerte de
su an y a pe Irsele encarecidamente u ,a egar ante el Tombuktu, que en reaÍidad n fe O~l anzaba una lllcursión contra
halló un subterfugio: «Bien [p q e cumpliem con el protocolo,
. ' J ues entonces me posternaré ante Alá Mansa Musa hizo célebr o 1 ue mas que un susto pasdjero,
á,rabe, desde Andalucía hastaeJe n~mbrelde Mali en todol el mundo
. orasan- y os m
e 1 mapamundI de Angel Dulcert 0339
I
8 Su nombre significa así el «Musa de Kanku», apas europeos -como
cruzando el Atlas y el desí 11 b)- muestran unal ruta que
esierto, ega a hasta el rey de la~ minas de
I
¡
~,

194 Historia del África negra, 1


5. Grandes siglos
)( oro «fex Melli». Asimismo, el atlas catalán de Abraham Cresques
íi
195

rea za~o para el rey. de Frar:cia Carlos V el Sabio, indica clarament~ Mali". Pero en 1480 el naba Naseré lanzaba un ataque contra Wa-
el n?m¡b~e de la capital: «Ciutat de Melli»; y el autor del T aríj as- lata. Tekrur quedaba englobado en los Estados wolof. Asimismo en-
[i Sudan afirmaba que: «Hemos oído decir a nuestros contemporáneos tre los fula de Bondu estalló un movimiento de resistencia, guiado
¡j, que ha~y en el ~undo cuatro sultanes, sin contar el sultán supremo por Tenguelln I.' llamado Dchadché, es decir, el libertador. Parece
I¡\ [el d~ Constantl51OplaJ; a saber: el sultán de Baghdad, el sultán de s~r que este qUlSO. aprovechar. el confuso período abierto compren-
J dído entre el declinar de Mah y la consolidación de la hegemonía
'v El Cal o, el sultan de Bornú y el sultán de Mali. » 1-
En esta época el imperio _se extendía sobre un territorio tan in- de Gao, arrastrando co;nsigo a cierto número de etnias del Futa y de
menso I ue se empleaba un ano en cruzarlo a pie. Si el Adrar de los
I Senega~b1a (te~'a, dialonké, landuma, malinké, koniagui, baga).
El Tan! es-Sudan nos habla de una campaña del Askia contra Ten-
Ifogha ~ el Tagant no se hallaban totalmente comprendidos en él, los guelIa 1, que fue tratado como falso profeta y maldecido.
grupos ¡bereberes del sur sahariano estaban sometidos a su autoridad, . Pero la campaña del gobernador songhai Umar Kanfari quedaba
que llegaba además, por el sur, hasta el bosque guineo y, de oeste
a este,ael Atlántico a tierras hausa.
justificada porque Tenguella,-aI-·parecer, habría asaltado a
un comer-
ciante diogorame de Gao, 10 que hace suponer que la implantación
A l~s sucesores de Kanku Musa les fue difícil mantener durante de Tenguella en el Kingui dificultaba la ruta comercial entre la costa
largo tí~mpo un conjunto tan vasto. Después de Maghan (1332-1336) y la curva del Níger. A partir de 1490 aproximadamente, conquistó'
-que fresenció el saqueo de Tombuktu por los mosí, y que dejó el Futa, el Bondu, Toro y, didgiéndose hacia el Níger, se anexionó
evadirse a los dos príncipes rehenes de Gao-, Mansa Suleimán el Dyara. El emperador del Mali, que se 'hallaba envuelto en graves
(1341-1P60) pudo enderezar las finanzas ~el. país, y envi,ó a Fez problemas, apeló vanamente a la alianza del rey joáo II de Portuga1.
suntuosps presentes para celebrar. el advenimiento de Abu Salem, Ninguna de las dos misiones portuguesas enviadas en aquel período
sultán rnerinida. Suleimán restableció la autoridad maliana sobre las parecen haber alcanzado su destino. . .
provincias orientales periféricas y el jefe de los tuaregh de Takedda Ante tal amenaza, el Kanfari reaccionó lanzando una campaña
(Air) r~conoció la soberanía de Mali. Atrajo al país a sabios y juris- relámpago que puso fin a la carrera y a la vida de Tenguella 1.
consultos de rito malekita. El mismo era un estudioso de fiqh 9. Pero el rápido éxito de este último se debió con seguridad a las
Und de sus sucesores, Mari Dchata, sucumbió seguramente a la exaccíones de los gobernadores del Mali en decadencia. Y es 10 que
enfermJdad del sueño (1360-1374). Después de él, el rey Musa II explica que su hijo Koli Tenguella, que se hallaba ocupado en una
(1374-lb87) fue un hombre sin energía, una especie de «rey holga- expedición en el sur en el momento del desastre de Dyara, se instaló
zán» qJ¡e dejó a su primer ministro la dirección de los asuntos del en Futa, tras· haber hecho construir en el Timbi una formidable tata,
Estado,¡ y éste 10 mantuvo encerrado, lanzando vigorosas campañas de piedras secas, que evoca en cierta medida la fortaleza de Zim-
militares contra los tuaregh e incluso hacia Bornú. babwe.
Koli Tenguella fue el fundador de la dinastía de los Siratigui
(jefes de ruta, jefes de migración, los «siratik» de los primeros via-
4. ElJdeclive jeros europeos). Reinó entre 1512 y 1530. Del Futa Dchalón pasó
Tr s Musa II, las rivalidades de palacio fueron resueltas a veces luego al Futa Toro; y aprovechando una crisis en el Dcholof y la im-
por asdsinatos que debilitaron el imperio. El gobernador maliano de paciencia de los tukulor y de los serer contra el Bur Ba Dcholof, se
Kaniaga fue asesinado en 1400; el rey Bonga de Yatenga arrasó el apoderó de una parte de su reino .
. . Masin~ hasta el lago Debo. Paulatinamente, y cada vez más, la hege-
!.. monía iba pasando al imperio de Gao, que anexionaba una a una 10 A fines del siglo XVI, inclusive -según Alvares d'AImeida-, persistía
r todas as provincias vasallas del Mali situadas al este, conquistando esta situación, sobre la que informa también Diogo Gomes a mediados del
la metrópoli comercial de Dchenné. Es cierto que a mediados del siglo xv. «Aunque este rey (de Gambia) es poderoso, obedece a un Farim
siglo xiv tanto el veneciano Ca' da Mosto como Fernandes nos dicen (gobernador) que es, para ellos, como un emperador, y éste a su vez obedece

r=
a otro que se halla por encima de él, y de esta manera todos ellos se obedecen
que lds manding de Gambia se consideraban súbditos del rey de entre sí, incluido el Farim de Mandemanca, que es el emperador de los negros,
I .

I de donde viene el nombre de los mandlngos.» ÁLVARES n'ALMEIDA: Tratado


9 J l. d . . l' . breve dos Ríos de Guiné, por Luis Silveíra. Lisboa, 1946, págs. 28-44.
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Historia del Mrica negra, 1 5, Grandr;.s siglos 197 ,1
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Los Siratigui, «animistas» en un primer momento, debieron de ticaban en la corte ritos preislámicos, y podían verse' carneros en-
convertirse bastante pronto al Islam, pues Kalaya Tabara,sucesor cargados de neutralizar el «mal de ojo».
(¿nieto?) de Koli Tenguella, merece ser cubierto de elogios por el En realidad, los grupos más profundamente imbuidos de fe corá-
autor del Taríj as-Sudán, que lo compara incluso a Kanku Musa. De nica eran los comerciantes sarajole y diula, que se hallab¿n desde hacía
todos modos, el nieto de Tabara tiene .un nombre claramente mu- tiempo en contacto con el Islam. Al no habitar de modo continuado
sulmán: Abú Bakr. ' en un solo país, al haberse alejado de sus dioses, por s-fu.mentalidad,
Ante la presión de los .Askia, Mali fue pasando de una actitud abierta, por su movilidad, en fin, por su misma profesióh, eran misio-
I
/ defensiva a otra de claro repliegue. En 1545, el Askia Daud ocupó neros natos de la- nueva fe. Por las rutas de Gambia~que bordean
la' capital maliana durante dos semanas. Pronto se escindirá el reino el bosque, como en país hausa, en Kano y en Katsina, estos comer-
en tres porciones. Pero aún así, en 1599, como en un último sobre- ciantes wangara difundían el Islam al mismo tiempo qe sus produc-
salto de grandeza, el mansa Mahmúd intentará agrupar a varios jefes tos norteños y su red comercial, tenue pero persistente fue sin lugar
de la curva del Níger contra los marroquíes, que acababan de des- a dudas uno de los más idóneos factores de integració del imperio
truir el imperio de Gao. Las barcazas de guerra de los aliados penetra- de Mali. \
ron por un instante hasta Dchenné, pero fueron rechazadas por las Los diula se movían con facilidad entre los cursos cambiantes de
sus diferentes productos, tanto más que, al estar orgaríizados en so-
armas de fuego.
ciedades familiares cuyos miembros se repartían la gebgrafía desde
Tombuktu y Dchenné hasta Kasamanza y las tierras ¡lobi; podían
5. Las estructuras del imperio de Mali organizar el intercambio de informaciones y productos, teniendo siem-

=
pre en cuenta las fluctuaciones de los precios y la quiebra de stocles,
a. La religión . d en su propio beneficio. Pero 'existían otros grupos que/también par-
.
. 1 . d el rmperio e . d Ma11' puede ser considera
. b o ticipaban en la dirección de los negocios. Por ejemplo) los morabitos,
Aut;J-que IS amiza o, reinos ne re-africanos, que funciona an
que era?, ~unto a la nobleza de hombres libre~ es de carcaj)
co;n0 ejemplo de !os 19ran~Y:nas reglas gdesde Africa occidental hasta
mas o menos segun as m s d b" d d o kal~t1gU1); una nobleza de turbante que vivíade li osnas y de
el Monomotapa. La religión de los P!íncipes no e ~o e ser ema- donativos píos.
siado profunda pues, según Al-'Oman, Kanku .Musa Ignor.aba la pro-
hibición coránica de tener más de cuatro mujeres, El rnisrno autor b Por ~tro lado, los esclavos de palada, sobre todo cuando queda-
cuenta cómo habiendo encontrado al qadí de Walata en galante com- an en libertad, ocupaban con frecuencia altos cargos db
confianza.
pañía y al tratar de retirarse, la dama se echó a reír por el embarazo
de Al-'Omari y el qadí le dijo: «No te vayas; ¡no es más que una b. El emperador y su corte I
buena amiga!:> «iY pensar -añade el autor- que era un jurisconsul-
to, un sabio, un hombre que había peregrinado a La Meca!» . El rey que gobernaba este vasto en' 1,
Pero otros autores nos informan del gran fervor religioso que dlOSO, considerado como divino. «En l:ra~aJe era, un soberano gran-
existía en Mali. Las fiestas del Ramad~n y de la T abaski se celebra-
ban con inusitada pompa. Un intérprete traducía al manding el ser-
que se prosternan para la plegaria» 1
mente la tierra con los codos y
ffil~bd~
'fs
postura q~e aquellos
su b Has golpeaban fuerte-
món del predicador, el cual insistía sobre las obligaciones respecto bre la cabeza y la espalda Al se espo v,0rea an granos d~ arena so-
al soberano. La casa del irnam era refugio inviolable, incluso cuando tado sobre una plataform'a r serb·entroruzado, el monarca! era levan-
los malhechores se escondían en ella. Además, «quien no vaya tem- e ,ecu
once d amos la palabra a lb B
lerta por un . 1 f
a pie reses de toro
prano a la mezquita no encuentra sitio para orar, pues el gentío es d e un M·ali que pese atad n attuta ' que n os reve 1a 1a fastuosidad
I •

enorme. Los negros, todos los viernes, se cubren con bellos ropajes Suleimán, en la 'cúspide de s~ ano se hallab~ ya, en esta época bajo
blancos». Para obligar a los niños a aprender el Corán no se dudaba de gran altura cuya puerta se enPogeo: «El sultan posee una cúpula
en castígarles severamente. Con todo, los malíanos tomaban de buen Y d~>nd'~ se Sle?ta con frecuencia.cuentra en el int . di.
Por el 1 d ertor e ~u paLaCIO
grado alimentos considerados impuros por el Islam. Los poetas am- aud1enc1as, esta provista de t a o que da a la sala de
bulantes o griots (dyeli), que se cubrían con máscaras de pájaro, prac- recubiertade placas de plata res b ver:tanas abovedadas, dé madera
de láminas de oro o de pIat:' sb r¿ es~s, de otras tres gukrnecidas
so re ora a. Las ventanas tiJnen C01"-
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198 I Historia del Africa negra, 1 5. S;randes siglos
199
1:.)
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tmas de lana que se levantan el día de la audiencia que celebra el y detrás de 'él, se hallan unos trescientos esclavos armados. El sobe-
sultán~ajo la cúpula ( ... ). De la puerta del castillo salen trescientos rano avanza muy despacio; camina con gran lentitud e incluso se
1;
e,sclav0 algunos portan en sus manos arcos y otros pequeñas lanzas
y escud?s; unos ~s~án sentados y otros de pie. Cuando el rey llega, tres
para de vez en cuando. Al llegar alpempi, detiene definitivamente
su marcha y mira a losasistentes. A continuación sube al estrado,
esclavo~ se pr~~lpItan a ll~mar a su, lugarteniente. Llegan los coman- lentamente, como el predicador sube al púlpito. Apenas se sienta
~antes y tam~len. el predicador, asr como los sabios juristas, que se comienzan '3. sonar los tambores, se toca el cuerno y las trompas.»
Sientan (a la izquierda y a la derecha, delante de los hombres de , El pempí en cuestión era, según Al-'Omari, un gran sitial de
armas. En la puerta, de pie, se halla el intérprete Dugha ataviado ébano semejante a un trono, que estaba hecho a la medida de un
¡
con sus mejores galas; lleva soberbios ropajes de fina seda. Su tur- individuo alto y grueso. A cada lado se habían colocado colmillos de
bante e~tá adornado con bandas que esta gente sabe colocarse admi- elefante, uno frente al otro, como cuhriéndolo.
rablemerte. Colgado del cuello lleva un sable cuya vaina es de oro. Algunos de los pajes del rey eran turcos comprados por .él en El
A sus pIes hay unas botas y unas espuelas ( ... ). Tiene en la mano Cairo. Estaba terminantemente prohibido estornudar en su presencia.
dos cor~as lanzas, u~a de las cua.l~s es de plata y la otra de 0:0, pero Si alguien no podía evitarlo, debía agacharse y estornudar sin que
sus punfas son de ~lerro. Los militares, el gobernad<?r, los pajes y los nadie se diese cuenta. Pero si era el rey quien estornudaba, entonces
eunuco SI, los mesufitas (mercaderes bereberes y sarajole ), todos ellos, los asistentes se golpeaban el pecho con las manos. Los cortesanos
se haUahsentados en el exterior, fuera de la sala de audiencias, en vestían «ropajes blancos confeccionados con algodón del país, con
una lar~a y vasta calle arbolada. Cada comandante tiene ante sí a sus e~ que hacen unos tejidos muy buenos-y muy finos».
hombrer, armados con lanzas, arcos, con sus tambores, sus cuernos Por el contrario, las jovencitas y las esclavas iban desnudas, con
(éstos fabricados en marfil de colmillo de elefante), y con otros ins- gran escándalo de Ibn Battuta. Los adornos de los oficiales del ejér-
trumentos musicales fabricados con cañas y calabazas, a las que se cito consistían en brazaletes de oro que llevaban en las muñecas y en
golpea ~on varitas y que emiten un sonido agradable (se trata sin
anillos del mismo' metal en los tobillos.
lugar a ~udas del xilófono). Cada comandante lleva su carcaj colgado Por otro lado, el rey concedía a sus soldados el derecho de llevar
a la espaldavel arco en la mano, y está montado a caballo ( ... ). En pantalones más o menos anchos según la importancia de s~s haz~ñas;
cada sala de audiencia y en cada cruce se ve a un hombre de pie. el rey mismo vestía unos pantalones compuestos de veinte piezas.
Quien ~esee hablar con el rey, debe ,dirigir.s: antes a Dugha; éste Los oficiales recibían, además, dotaciones en terrenos, gratificaciones
habla a I alguno de los hombres 'que estan de pie y que a su vez habla suntuosas y algunos de ellos llegaban a percibir al año hasta doscien-
tos cincuenta kilogramos de oro.
al sobefano.» El monarca era, ante todo, el justiciero. Examinaba por sí mismo
Pero hay audiencias aún más solemnes: «Entonces se instala un
gran es¡trado de tres escalones bajo un árbol. Es el pempi. Luego lo las quejas de sus súbditos; no escribía nada, sino que daba órdenes
cubren de seda y se coloca sobre él cojines, y encima se coloca la de viva voz. Esto no impedía que tuviera qadíes, secretarios y ofici-
sombrilla, que se asemeja a .una cúpula de seda, coronada por un nas. La música de corte ocupaba un lugar preferente en el entorno
pájaro ¡tan grande como un milano 11. El rey sale por una puerta he- del emperador: tamtam, kora, bala, diferentes tipos de guitarras,
cha en una esquina del castillo. Lleva su arco en la mano y a la olifantes; todos ellos encantaban a la concurrencia. Y a veces el mis-
espalda su carcaj. Se cubre la cabeza con un casquete de oro, sujeto mo rey o alguno de los altos dignatarios no desdeñaban ejecutar en
con una tira también de oro, cuyos extremos están afilados, a modo público el solemne rito de la danza reservada a ellos, el duga.
de cuchillos, y tienen más de un palmo de longitud. Habitualmente
suele ~llestir~ec?? una túnica roja y afelpada., confeccionada c?n teji- c. La organización política
dos de fabricación europea, llamados mothanfas. Delante de el salen
los ea tores, que llevan en la mano kanabir 12 de oro y de plata. Para gobernar un imperio tan inmenso como el de MaH, del que
se decía en tiempos de Mahmúd Kati que poseía unas cuatrocientas
I ciudades, los monarcas adoptaron un '1 sistema muy descentralizado."
4
u l-'Omari dice que se trataba de un halcón' de oto, que coronaba la El imperio se, asemejaba, por sufornia, al fruto del mango: en el
sombriya imperial. centro, un núcleo duro, sometido a la administración directa del rey,
12 Al singular konobara: alondra (kono = pájaro).

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I¡ , ¡ ec.1

I 5. Grandes siglos I 201 " (


1
200 Historia del Africa negra, 1
I
! Mana y a fines de siglo fue dotada de una imponente m~ZqUit'acate- IHJ

que se hacía presente por doquier, de vez en cuando. Este reino se dral por el rey Koi Komboro, edificio que es una de las joyas de la
hallaba subdividido en provincias, administradas directamente por
un dyamani tigui, o [arba. Las provincias se dividían a su vez en I arquitectura sudánica. \
El comercio trans-sahariano no obtuvo más que beneficios del
."',
,., cantones (kafo) y en pueblos (dugu). En cada pueblo, la autoridad poderío y de la seguridad del imperio. El tráfico de las buevas rutas '
solía ser bicéfala, con un jefe religioso de tierras y un jefe político.
En ocasiones, algún territorio más alejado se organizaba también se-
I orientales -hacia Libia(por el Fezzán) y hacia Egiptoj-> se añadía
al de las rutas occidentales que pasaban por el Tafilalt, ' acia Tekrur.
gún esta modalidad de estatuto: Walatg 13, por ejemplo, a causa de su
importancia como centro aduanero, poseía un farba que, por otro
lado, fue destituido en 1352 por sus abusos. '
I En efecto, el desmoronamiento del imperio almohade, entre los si-
glos XII y XIV, iba a provocar la sustitución de la muy quebrantada
autoridad oficial por la iniciativa privada. Los hermano Al-Maqqari "
j

Alrededor de este núcleo central se hallaba, como la pulpa del fundaron una de las sociedades internacionales que er n la réplica
fruto, una masa de reinos sometidos a una estricta dependencia, aun-
que estaban gobernados a través de sus jefes tradicionales. En este I africana de las hansas comerciales del mar del Norte: « 110sacondi-
cionaron la ruta sahariana excavando pozos y ofrecien10 todo tipo
caso el farba del rey servía como ministro residente, invistiendo al de seguridad a los mercaderes. Anunciaban su partida ppr medio de
jefe local, a veces según los hábitos del país: como en el caso de un tambor, y un estandarte precedía la caravana» 14.
aquel jefe targuí de Tombuktu que el farba Musa, representante del
emperador Suleimán, invistió imponiéndole una túnica y un turbante,
I En tanto que 'Abd al-Wáhid y 'Ali se establecíanl en Walata,
donde. disponían de casas, de un reci-?to, de mujeres ~ de escla~os
haciéndolo sentar sobre un escudo, que fue levantado por los señores. de la tierra, sus her;nanos, mayores Abu ~ak~ >: Moha~m¡e~ se hablan
El ministro residente supervisaba la actuación del dirigente local. asentado en Tlemcen, y Abd ar-Rahman VIVIa,en Sidchilmasa. «El
Recogía los tributos que aquél pagaba y podía, en caso de guerra, tlemcenés expedía al sahariano las mercancías que ést~ pedía y el
reclutar tropas entre sus súbditos. Tales provincias, pues, se hallaban sahariano, a ~am~io, le _enViabacueros, 1!'arfil, nueces de F,oco.y polvo
todavía orgánica y fuertemente unidas al cuerpo principal del imperio.
Finalmente, existía una tercera zona, en general periférica, que
de oro. El sldchilmaseno, como la agUja de la balanza, ¡les Informa-
constituía algo así como la piel del fruto: eran éstos los, reinos ba de las alzas y les tenía al corriente, por correspondencia, de los tra-
subordinados, que reconocían la hegemonía del emperador y se lo t~s de los negociantes y de las noticias del país, de tal [afma que sus

I,I
demostraban, ~nviándole re~u1armente presentes, pero que no se bIen~s comunes aumentaron y sus' negocios alcanzaron importancia
hallaban organicamente -lU constantemente- unidos al centro. Se dons1derab1~ ( ... ), pues importaban mercancías a bajo prJcio lleván-
trataba ~n suma de una especie de protectorados, cuya adhesión y os d cambio polvo de oro, metal al que todo se halla sUl~eto'en este
~d~erencIa al poder central estaba en función del vigor de este
ultuno.
mun o.» I
pera~~~ :ke~iol?ados comerciantes mantenían relaciones con el 'e~-
¡ a 1, que en sus cartas los 11 Q 'di' I
d. La vida económica ros» y «Mis muy íntimos amigos». ama « uerr slmo~ compañe-
---:
Los ingresos del imperio estaban constituidos por impuestos (diez-
mo sobre las cosechas y el ganado), por tributos, por confiscaciones 6. El esplendor del Medí
" de pepitas de oro, tasas aduaneras y botines de guerra. '
No es fácil determinar el estatuto de ciertas ciudades y provincias Es probable que la puesta a punto de un sistema pJlítico tan
en el marco de este conjunto, como es el caso de Dchenné, que re- flexible, el único lógico en un extenso país carente de un4 burocra-
unía a pescadores bozo y sornono, y a sarajole comerciantes-agricul_ cia generalizada, haya sido uno de los secretos del éxito de Mali.
tores. A mediados del siglo XIII la ciudad fue fortificada por el rey Se trataba, en efecto, de una especie de indírect rule jsobrelas
provin~ias. p~riféri;as. A e~~ hay ']ue añadir la to1er~n.da relÍlr.Íos.a,
13 Walata, conocida como principado bereber, era en sus comienzos, como pues SI éXIstIa algun prosel1tIsmo, este era fruto tan solo de la ínfíl-
dice AI-Bakri, una aldea habitada por negros no musulmanes. Por otro lado,
la sucesión era matrilineal y la población hablaba azer (dialecto soninké) al
.. - I
menos hasta que Barth pasó por allí en 1855. '
XII
14
au
Véase Relations entre le Tafilalet et le Soudan
XIV riCele, por H. l'ER&, Un;v"";té d'A1ge<.
a I
traoers le Sahara. du

i
~,
i
202 I .Historia del Mrica negra, 1 5. Grandes siglos 203

IJ
,1 tració~ pacífica de los comerciantes mandé: Ningún rey maliano llevó colocándose frente al soberano, tal como nos los describe Ibn Battuta,
i a cab<t guerra santa alguna. Durante más de un siglo, a lo largo de le recordaban las buenas acciones de sus antepasados y concluían di-
¡, l su período de au~~, el ~a.li desarrolló y llevó a cumplimiento un mo-
j 4
~elo e mtegracíon política en la que pueblos tan diferentes entre
.ciendo: «Haz tú el bien, como ellos, para que se te mencione después
de tu muerte.»
1 SI C?~o l~s tuaregh, los wolof, l.os mal~nké y los bámbara, los son-
Pero las ambiciones personales, y quizá la lenta deriva de las
¡ ghai, ~o~fula y los tukulor, los diallonké, etc., reconocran a un sobe- rutas comerciales de oeste a este (la ruta transcontinenral hacia Egip-
L.~ rano unico. En este espacio geopolítico, hombres bienes e ideas circu-
to, por Agadés, el Ghat y Fezzán era utilizada cada vez con mayor
laban Fbremente; no era necesario viajar en car~vana. «La seguridad frecuencia), y la incertidumbre en el 'sistema de sucesión (a veces
es c0tIfl?leta y general en todo, el país -afirma Ibn Battuta, que vivió matrilineal, otras 'patrilineal), todo ello, no podía dejar de propor-
largo Itle~po. e.nel. El sul~a!l no perdona a aquellos que atentan
I c.ontra la Justicia ( ... ), El viajero, 10 mismo que el que no viaja, no
cionar nuevas, más numerosas y amplias oportunidades al reino
de Gao. .
I nene 9~e temer a .los bandidos, ladrones y secuestradores. Los negros
no co~f1sca~ los bienes de los blancos que mueren en el país, aunque
1 se tra~e de Inmen~os tesoros. ~or el contrario, los dejan en depósito
I B. El imperio de Gao
a algun blanco digno de confianza, hasta que no se presenten los
i s: que tiJnen derecho a tomar posesión de ellos.» Este elogio del mayor
1. Los orígenes
viiljer9 de la época es sin lugar a dudas el mejor testimonio de la
grandeza de Mali que ya había previsto un procedimiento de trans- El origen de la historia de los songhai queda envuelto en la le-
ferenci~ de capitales extranjeros adquiridos en Malí. yenda.
Ellemperador trataba de igual a igual a los soberanos del Mágreb,
en el ~arco de la Umma (comunidad de creyentes). En 1330 envió ,---.•.
una embajada al sultán marroquí Abú'l Hasán, para felicitado por , • Teqhazza

su victoria sobre Tlemcén. Asimismo, estableció relaciones con el l .'~


rey J0fo II de Portugal. "l Tawdenl \~,

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. Algunos pueblos, como los bámbara, los diallonké y gran número
de malinké permanecerán refractarios a la nueva fe. Pero gracias a la ," " --.,\ •...••
,,' Es·Suk• \, ,.,.,. ~
tOlera cia del príncipe, ello no dificultará en lo más mínimo las fruc-
1

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1
tíferas relaciones comerciales con el sur, por ejemplo con el Woro-
dugu país de la kola), del que llegaban también el aceite de palma
y el dro. Estas regiones, que recorrían infatigablemente los comer-
• senega\
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Walata

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ciantes diula, presenciaban con frecuencia el paso de viajeros perfec- ""~~' Reino de •• Maslna •••••.••• u ya ," I
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tamen¡~e equipados. Se: tr~taba de emisarios del emperador o ~e go- 0:--;;-... I
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bernantes de los terrrtorros del bosque, los cuales, por medio de
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sus d~sp1azamientos, favorecían el acontecimiento histórico trascen-
dentaf que es la dispersión de l~s mandé.
A:unque el emperador mismo, como los cortesanos y altos fun-
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de 1~1 población no solía conocer .como. medio de pago más que los
cauns, el polvo de oro o la sal, SIn olvidar el trueque.
Songhai y sus reinos vasallos
hacia 1520
_..,_ máxima extensión alcanzada
t,., Mali había alcanzado un grado de civilización en el que la gran- por el imperio songhal
_____ fronteras de los reinos
500 Km.
Ir deza bs 10 suficientemente sólida como para dominar la violencia y la vasallos
f:'
.¡.f injusticia. Contra el abuso de poder, los poetas-bufones de la corte,
'~.:;i
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204 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos I 2~5 .,. (.~

Una de éstas nos habla de un antepasádo epónimo: Paran Makan deró de Gao. Pero los príncipes songhai, rehenes de MJli, Ali Kolen c>1,

Bote, nacido de padre sorko y de un «genio» hembra que, al perte- (Golon) y su hermano Suleimán Nar, lograron huir y Isacudirse de
necer a los espíritus del agua, le concedió el favor de los Do, dueños encima, al menos durante un tiempo, la presión maliana] ( 1.3.37).
de las acequias.
Tras remontar el río, Paran Makan Bote habría establecido una . . t del Africa sudánica
alianza con los cazadores gow y con los pescadores sorko -uno de 3. Los Sonni, a la conquts a dinastí de los si.1 también lla-
éstos tenía funciones de kanta- (gran sacerdote)-; así instauró su . Golon fue el fundador de la asna l.,
dominio sobre una población de campesinos de la región de Tillaberi.
madaAliSonni . ""'. u e hada el número di ez yo. cho dtde ladedinastía,
Mema.
.Alparecer, e! rey
c.

ti.

di) habría sido e! COnq~ls~ r una carta


Suleimán Dama~d( o 'f~ do' con el Semana.ngu, cita o en .
. , er 1 enn lca . . .
2. Los Dia d 1 unos príncipes berebe-
Hacia el año 500, según ?tra leye a~ ia; orillas de la curva del
do ~~~:d:d~:d~ Tuat po~ e! italiSo~X¡tn~64.1493)"VI
N,gf.
~sA'lir
m~ a
1
res o árabes del Y~menl.~ab~an 11 ;saribereños (pescadores sorko y Después de Suleimán, con la en la curva de! 'oolllbl
Níger, donde h~b.nan 1 er~e~rible pez-espíritu,
campesinos gabibi) ?e un
del q,-:e los p~sca-
h tai ear a sus compatriotas agricul-
al trastoca~iento(ili
llamado Ali Ber d Dáli es decir, el Altísimo. n
d~d,~r:
l~lhG~~~.d~,fue un con~~istad~r [C~e~11.
dores sorko se servían rpa:a c an J _. dos a proporcionarles sus tan- Sundiata. Era llama o a, . -Ór d
tores, los gabibi , que se velan constreru
experto sobre todo .en alta magia.
udirse el d omimo
.. d·e Mali ¡ xtendién ose
ciosas ofrendas. 1 Níger contra corriente, 9
Sonni Ali consl ue sac . d d lave era Tombuktu, que
Parece ser que est~s cd1a nes
. d remontaron e
h bí an bautizado las dos on '11~s: 1a luego a sus expensas. En es~e :~ ~~~l~x;ui~ados los rhan.ding. Pero
provenientes de ~endi G~l ~a a kausa respectivamente. Origina- controlaban los tuaregh akil, violencias a las hlU}ereS, .etc.)
occidental y la or!enta , 1asl::e io~es del Ohad y del Benué.
riamente procederían de gd 1 hazaña Za Aliamen, los gablbl
. . .
sus exacclOnesb un d
llevaron al go erna or
e
puestos onerosos, '1
1 " a onnr h'
Ornar a hacer un llama1n1ento S 1, 'Al'
le h:bi:;;c::t~~::t:~ ~o~,::.oy k,s aZa, o Dia, habrían re~ado has. h 11
que se a aba ya a la expectativa. Al. acercarse
bl I • d song al
e ejercito
t 1335 en Kukya en tina isla del Níger cercana a los. rapidos .de a Tombukur --ciudad refinada y conS1~era . emente mesUzaa~ sus
Aansong o . Teniend; en cuenta la exigüidad de la. aportaclOnd exterior I
habitantes, sin excepción, quedaron aterrorlzados ante ~1desplie~e
(tres personas, según la leyenda del Yeme?; .vanos grupos, .e comer- de fuerzas negras. La ciudad se vació no. solamente de f"aregh, ~o
ciantes, según AI-Bakri) debieron ser aSlllli1ad.os mu~ rapI~a~~nte
por los songhai. Hacia 1009,. e19uin~eavo rey D1;t KOS01 habr1a f1Jado
su capital en Gao, en la onlla izquierda del Nlger, donde confluye I también de la élite intelectual, y ... el mrsrno gobernad~r que habla
pedido ayuda a Sonni 4U
prefirió pone~se a salvo .. T
S
O?7
, pues, h~.
yeron hacia Walata. Irntado por tal actltud, Sonm Ali no tuvo CUlo
con la cuenca del Wad Tilemsi, que baja del corazón del Sáhara.
Este habría sido el primer rey de la dinastía 15 que habría aceptado dado en controlar su rudo temperamento y varios nodbles fueron
el Islam. Ya en esta época, en efecto, el Islam, introducido por los pasados por las armas (1468). \
comerciantes trans-saharianos y luego por las consecuencias de la De ahí la mala reputación del rey songhai entre lds escritores
expansión a1morávide, hubo de tener alguna influencia sobre el reino. musulmanes, entre ellos, Sa'adi, autor del Taríi as-SudJn, que nos
En todo caso, en el siglo XI, Gao era una ciudad que rivalizaba en 10 presenta como opresor, como tirano sanguinario y, s¡\obre todo,
prosperidad con Kumbi. Y sus riquezas tentaron al principio al joven como impío ... , pues, como ellos creían, el rey era de obediencia
imperio de Malí. En 1325, un -lugarteniente de Kanku Masa se apo- jatidchita. Perseguía a los sabios y a los hombres píos ... y dejaba
para el día siguiente las cinco plegarias obligatorias. Cuanflo por fin
15 Esta cuestión
de l?s .siglo
s podrá, quizá, ser aclarada cuando se descifren las estelas
,XII Y XIII d~scubiertas cerca de Gao en 1939 y cubiertas de
I se decidía a llevadas a cabo. se contentaba con sentarse IY realizar
lllSCtlPClOnes arabes de graÍla andaluza, que datan del período almorávide. En diversos gestos nombrando las diferentes plegarías. Una vez hecho
efecto, los establecida
nombres árabes
por losdeT ari],
las dinastías enumeradas no coinciden Con los

I
de la lista
i
16 BOVBOV HAMA [Bubu Rama] identifica Si, Chi y Ki. Véase Enquete Sur
les !end'",,"ts el la g'nhe de IVnl!! -/rlc';n,. Pre,en" Afri,,*in,. 1966.
página Ibid.,Este
Sonni). 324. pig.autor
290. identifica también Si, San y Sow (de dondeI proviene

---
'f,
206 i
!! ¡I 1 Historia del África negra 1
N-
f· 1:-
t 1I di ., '
5. Grandes siglos
207
,. /; sd1 }rlgla a as plegahrias, como si se hubiera tratado de personas
es1eos'
l· ¡ Y ecra: «¡B ueno y a or íos tod- - , militares de gran envergadura hacia los acantilados de Bandiagara y
os conbcéis m b'" a reparuos to o .eso entre vosotras, pues
1, 11 ,- . I uy ren unas a otras l » EVldent t a través del Dendi, hasta tierras bariba y gurrna, Fue de vuelta de

ceptico pero, sobre todo, un hombre ~buido d 1 ~n:enf e':dera. li~n.es-
O

este último país cuando, en 1492, muere el rey songhai,


ti negro-africano. . . e VIeJO on o re glOso
Sonni Ali el Grande deja un imperio notablernénte consolidado,
1: PerR ¿ac 1 ,. d • especialmente en el sur y en el oeste. Deja también una gran reputa-
él, de f~ta tr:~~ió~sp~~cth:~r e~t:dop~!~ila no ·eranh;lculpables, para
Hadia 1473 D h - , bi . os tuareg. . ción de general nunca vencido y un recuerdo imperecedero. Su hijo,
r
I . región ~antano;a ; ;~~1e~1 ~:~rr:r~tegidd por su si~uaci<$nen plena
Sonni Bakari, reinará tan sólo un año .
t·· varios años de asedi . smo e sus habItantes, cae tras
4. Los Askia; el apogeo de Gao
~~:::o~os intent~s (~f
:a~~~e:n~~l~~!t~ ;~:~~)sd:l~~~~lfa~~s ~;~:

r rte~
tenido ille den ella. Aunque es cierto que Sonni Ali había d ]En ~fíYo, en 1493, un lugarteniente originario del clan tekrur
~
1Z 1 ea e easar?e eo.n la reina madre del joven rfncí e e . os . y. a,. Mohammed Torodo, gobernador de Hornborí (Hom-
1de~ctefne. Luego se produjo la Integración de Masirra. En pa~ticu1E borí-koí), IrrItado por la renuncia de Bakari a la fe islámica tomó
~s .u a uer~n .obJe~o de _duros planes de campaña. No se les admití; el poder con la ayuda de los ulernas, adoptando el nombre de' Aslda
l'
Mohammed 18.
111en la admltllstraclón ni e~ la justicia. Los sangare fueron diezma-
dos, de tr,l manera que, se dice, los supervivientes de este clan fula Este último 'se mostró más metódico y organizador que su ilustre
predecesor. Muy devoto, se apresuró, a ejercer una puritana vigilan-
cabían b1Jo la sombr~ de. un mismo árbol.
CIa sobre las costumbres y a beneficiar a los morabitos: «Hombres de
Realmente, Son111Al! fue eLverdadero creador del imperio. Llenó moral segura eran encargados de llevar a cabo una vigilancia estricta
de. bIene~ a .numerosos ,morabitos y no du?ó en decir de ello~ que de día y de noche, una vigilancia secreta e invisible. Todo hombre
«Sin los ¡ablOS no habría en este mundo ru cosas agradables 111pla- sorprendido en plena noche, en conversación con una mujer que le
centeras» Instauró, por primera vez, que los actos oficiales del reino fuese extraña, era arrestado y conducido a la cárcel.»
quedaraniescritos. Y amasó un inmenso tesoro guardado en depósitos Se apresuró asimismo a preparar una fastuosa peregrinación a
confiados con frecuencia a morabitos. Además, los esclavos capturados La Meca (1496), cuyo esplendor hizo revivir durante un tiempo el
en las gu rras contra los mosi fueron alojados en tierras de la Corona. largo viaje de Kanku Musa. Escoltado por quinientos jinetes y mil
Para Isometer a los tuaregh, Sonni emprendió la construcción de soldados de a pie, el Askia llevaba consigo trescientas mil piezas de
un canal que iría de Ras al-Ma (al oeste del lago Faguibin) hasta oro, de las que un tercio fue repartido en limosnas. Con todo, el rey
Walata, aprovechando con seguridad los wadis hoy secos o bien la se presentaba al mundo árabe con un orgullo real menos ostentoso
proximi~ad de lagos entonces más abundantes que en la actualidad 17. que el maliano Kanku; quizá preocupado por el problema de su legi-
Se trataba de valorar la región en un plano agropastoral, uniendo timidad, no cejó hasta obtener d~l califa -en el Hedcház- la con-
directam~1nte además Dchenné a Wa1ata y aislando así, en buena me- firmación de su título de califa del África sudánica occidental: [alijatu
dida, la tan poco digna de confianza ciudad de Tombuktu, y quizá Madi al-T ekrur.
también asegurando el rápido transporte de tropas hacia las marcas Una vez en La Meca, compró, algunos inmueble s para alojar, en
del norte, el futuro, a los peregrinos provenientes del Sudan. Ya de vuelta, rea-
Petd los mosí dé N:l~eré,cuyo territorio había sído élrr~G~dQ PQr lizó varias campañas de proselitismo islámico contra sus vecinos, exi-
Sonni pbco antes, efectuaron' a su vez, en 1477, una incursión relám- giendo, por ejemp1o, 1~ convers~6ride Mosl. Pero el rey de este pg.í~
pago: gtacias a sus pequeños y nerviosos caballos pudieron alcanzar le replicó que, previamente, era necesario realizar sacrificios a los
Walata lean m~yor rapidez que a través. de~ canal, que quedó in~e-
rrumpi90; la ciudad fue saqueada ., Sonm Ali pudo, sm embargo, m- 18 Mohammed SyUa es llamado, a veces, Ture, a causa de una falsa inter-
pretación de los T ari], por' De1afosse. La palabra Askia proviene al parecer
terceptarlos cuando regresaban, dispersando a algunos de sus con- del songhai a si kyi ya, que significa: « [no es él!, ¡él no lo será! », grito de
tingent1s y persiguiéndolos sin descanso. También lanzó operaciones desafío y de despecho lanzado por las hijas de Sonni Alí al conocer el golpe
de Estado del general Sylla, y luego adoptado por este último como título
11 GIl Gl'ALENS".Not" Airicaines, 1958.
dinástico.

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Historia del Africa negra, 1 5, Grandes siglos '209 ,:i
208 (" ~ "

antepasados con el fin de conocer su parecer. La respuesta, provo- Esto provocó la irritación de los hermanos y sobrinos de viejo ex rey, 1{,

cadera y dilatoría, molestó al Askia: la invasión songhai no se hizo 'f que acabaron acorralando a Mohammed Bunkan hasta o~ligarle a huir
esperar, pero hubo de limitarse al saqueo de los territorios fronterizos a Mali, siendo sustituido por el Askia Ismael (1537-15)9), cabeza de
del país enemigo. Así, 'el Askia renunciaba a la guerra santa, pese los conjurados. Ismael volvió a instalar al viejo Askia fen el palacio
a las presiones del fanático reformador bereber Al-Maghili, que el ~e ~ao. ~omo contrapartida, su padre le .dio la ~end~7i~n y las in-
rey había hecho venir desde el Tuat. Pero, en el oeste, la decadencia sigruas traídas de La Meca. Con todo, su remo se VIO afligido por una
de Mali iba a permitirle conquistar las provincias norteñas de este gran carestía. ~
imperio, hasta el Tekrur. Hada el este, el monarca songhai se apoderó Su sucesor, Askia Is'hak 1 (1539-1549), intentó v lver a tomar
de todas las grandes ciudades fortificadas del país hausa, una tras el poder en sus manos con energía, para combatir las veleidades de
otra. Con todo, este acontecimiento le. conducía a un terreno que los morabito s y de sus propios hermanos, primero con ~ bilidad, pero
caía, más o menos, bajo el control de los tuaregh del Air, que espo- ,pasando paulatinamente a medidas de mayor dureza. Sin embargo,
rádlcamente saqueaban el territorio. El conflicto resultante terminó ya durante su reinado apunta la amenaza de la política expansiva del
con la anexión del Air al imperiosonghai, y Agadés se convertía, tras sultán de Marruecos. En este momento el imperio sr halla en su
la expulsión de los tu aregh , en un puesto avanzado del imperio en apogeo, extendiéndose desde el Tekrur a Agadés, a lo largo de más
el desierto. Sólo un gobernante fue capaz de resistir victoriosamente de dos mil kilómetros y, de norte a sur, desde Teghazza a tierras
la expansión songhai en dirección este: el Kanta de Kebbi. Este prín- mosi.
cipe, aliado de Gao contra el Air en un primer momento, quedó
decepcionado posteriormente por la exigüidad de los beneficios per-
cibidos {' ror la escasez del botín, ;rroc1amando la secesión de su 5. Las estructuras del imperio songbai
país. Los pantanos que 10 separaban de Songhai, unidos a la fiera ,.
a . La organización po 1rtica Il.I ,
determinación de sus habitantes, reagrupados tras. los muros de la
colosal fortaleza de Surame --cuyos restos perduran todavía-, per- . . . in de Songhai presentaba una maY0l" elaboracídn
mitieron al pequeño Kebbi romper por ese lado las ambiciones impe-
rialistas de Songhai. que Lk J:g;J;ttA la cabeza dd E~ta,dose ha!Ja?a ~ eFperador, el
Sin embar~o, las. dísensíones familiares iban minando y~ interior- cual, el dia de la entronización, reclba como 1n~lgmas 9n s.e~lo,una
mente el glorioso remo de los songhai. Musa, hijo mayor del Askia espada y un Corán. Conservaba tambié~ lo~, atnbutos tradlclpnales,
Mohammed, se puso a la cabeza de un complot y no d dó . heredados de los tiempos de 10 Chi (51, Ki): el tambor¡ y el fuego
a tí Y 11 d . u O en asesrnar
su 10 aya,. ama o por su padre para que le ayudara' su misrn sagrado (dinturi). La corte presentab~ u~ aspecto fastuos~ ..Para cada
padre fue obhgado a abdicar en su favor (1528) El A' k' M o
un verdadero '. f . s la usa audiencia del viernes el protocolo aSIgnaoa un orden precrso de pre-
Askia Moham~~dg~t(a~~~k:ne KPron.t)oasesinado y sustituido por eí cedencia, de actitud, de peinado, los adornos, número dé tambores,
A skila M o h ammed Bunkan' (1531
orer).
153 )
.
etc. Los esputos del príncipe no llegaban a tocar el suelol pues eran
les, que no dudaba en des b - 7 e~a un .verdadero hércu- recogidos rápidamente en las mangas de algunos de los ¡setecientos
. soldados. También amaba 1~ a1g;r y combaw· a pre al lado de sus
hombres vestidos de seda que se mantenlan en pie, hier4ticamente,
mujeres, liberadas del harem s p d.ceres y el fasto de la corte' las
detrás de él. Todos aquellos que llegaban a su presencia Ilbabían de
diencias públicas. Los cortesa'nPou ler?b~ aparecer sin velo en la~ au-
1etes. Una orquesta, destinad s reci ieron rop as d e pana
- y braza- descubrirse, arrodillarse y espolvorearse la cabeza con ud poco de
al . .
acompañaba allí donde fuese El se~vIC1dI:ersona1 del príncipe le tierra, a menos que, como en el caso del generalísimo de 10kejércitos.
(o dyna koi, o baláma), no fuese, por privilegio, con u~ poco de
musicales nuevos (diversos tipo ~ey lntro ujo también instrume~tos harina. I .
dia personal fue reforzada hasta sal e tromp::¡as y tambores). Su guar
Pero Monammed Bunkan h b:anzar mI. setecientos hombres - - Askia Mohammed creó un ejército profesional que mejoró la cali-
1 Iíti d a la cometíd 1 . dad de los soldados, liberando además así al pueblo, que pJtdo dedi-
ff Pd inca .e pers~cución contra el viejo As~ e error d,e c?ntinuar
na o, tullido y CIego, a una i 1 d 1 N' ~, que haba SIdo con-
I
carse a la actividad artesana1 y comercial y a la producción agrícola.
, sa e 1ger Infestada de animales. El ejército, mandado por el dyna koi, se dividla en varios ¡cuerpos,
uno de los cuales estaba destinado a las funciones de guardia [rnperial,
en tanto que los demás se repartían entre los gObernado \ provin-
res
l'

II
~,
,,
I 210 Historia del Mrica negra, 1

ciales.¡Los. soldados' iban armados de lanzas, venablos envenenados


y sablés. Determinados cuerpos se protegían con cotas de malla y
5. Grandes siglos

-Ó» Así .pues, el. ~ominio real, debidam~nte ce~sado, pero cuya ges-
211

yelmosl de Iatón. tIon. ~ab~a ben~f!c;.ado s~hre todo a los l~bertos Jefes de aldea (janfa),
El/imperio estaba dirigido por un equipo de altos funcionarios, sufrió una revrsion en tiernpos del Askia Daud, .que había decidido
recuperar la herencia de todos los jefes de aldea.
algu:lO~ de .los cuales poseían competencia territorial y otros compe-
tencia fUnCI?~al. Unos Y-0tros llevaban el título de koi, o el de fari: Se consideraba que un terreno en el que trabajaban doscientos
esclavos debía 'producir mil sunu (unas doscientas cincuenta tonela-
como lp~m1nIstros. res~dentes de Gurma, de Dchenné, del Dendi, de
das) de arroz. El Askia debía proporcionar las semillas y los sunu
Homb~n (Homborí-koi, llamado también Tondi-farí, es decir, gober-
nador ¡)lelas montañas). (un sunu era un saco de gran tamaño que podía contener urios dos-
f
. El ari de Dendi podía, hablar con total libertad al soberano. Sólo
cientos cincuenta "kilogramos aproximadamente). Cargados en los
barcos de la flotilla del Kabara-koí, llegaban por vía fluvial hasta los
los pOltas de la corte. podían llamar al rey por su nombre. Tales pri-
vilegios recordaban quizá, aunque en calidad de vestigio, ciertos dere- graneros imperiales. En este momento, pues; la estructura de la
chos concedidos originariamente a los mejores amigos del príncipe. producción era de carácter servil. Sin. embargo, en tiempos normales
En to~q caso, imponían ciertos límites al poder real pues, como se la masa campesina, o la servil, no solía ser presionada demasiado.
ha diclio, el Bara-koi gozaba de derecho de veto, lo que no significa Nos es difícil saber si la vida de los siervos señoriales y morabí-
que lo ¡utilizara forzosamente. ticos era más soportable que la de los siervos imperiales, pue, en es-
El más importante era el Gurma fari (o fari de Gurma). Llevaba pecial, el absentismo de los clérigos era frecuentísimo. Tanto es así,
el títulO~!de jefe superior (kanfari) y controlaba una provincia consi- que algunos de ellos residían habitualmente en África del norte.
derada como el granero del imperio. Existía también el Hi-koi, espe- Pero sería erróneo tratar de asimilar apresuradamente las citadas
cie de inístro de la navegación fluvial, elegido siempre en el clan
I
estructuras socíoeconómicas a las que se hallaban en vigor en Europa
sorko; el Fari mondyo, inspector general de recaudadores de impues- o en otros continentes. Aquí, la noción de feudo, la de contrato sina-
tos; e1Hore farima, gran sacerdote del culto de los antepasados y de lagmático establecido en un marco general de propiedad privada sobre
los genios; el Sao-farima, inspector y conservador de los bosques, que una determinada tierra delimitada con claridad, se sitúa en un con-
tenía ppr misión vigilar la tala de árboles para construcción, y se texto diferente.
encarga~a ~e la percepción del diezmo .sobr~ 10s p~o~uctos de caza; Aquí, el concepto de contra donación estudiado por los sociólogos
el HO-foi, Jefe de pescadores; el Korel farima, rrurustro encargado del Africa Negra se aproximaría sin duda en mayor medida a la rea-
de las relaciones con los blancos, etc. En Tombuktu, al parecer, el lidad, pues la estructura y la fisionomía socioeconómica seguían siendo
qadí era, ex officio, el Tombuktu-koi. tradicionales.
Lo que interesa al beneficiario es, sobre todo, el número de sier-
vos, de familias y de aldeas de siervos. El origen de la donación es,
b. El¡lsistema económico con frecuencia, religioso, y la contradonación o contraprestación es,
U~il descentralización t~n. hábi~,no debe ~acernosc,a~r en la ilu- también muy frecuentemente, simbólica.
sión de pensar que la administración songhai no era rígida, pu~s .la La noción de tributo' honorífico aparece, por ejemplo, con ocasión
rigidez/ era especialmente f~ert~. En. efecto, los gobernadores o mirus- de la liberación de un esclavo por el Askia Daud. Una vez libre,
troB n~ cnm y~~¡¡llQ~hereditarios, smo que eran nombrados y revoca- aquél se liga a él y declara: «Es necesario que yo te proporcione un
dos pdr el Askia, cuando éste así lo decidía. Es cierto que en su cua-. tributo que te haga acordarte de mí; y éste consístíra en
d06 panes
lidad ~e príncipes, y por el hech:> de hall.arse a l~ cabeza de los con- de jabón a principios de cada año.» «y también yo -replica el em-
tingentes armados, podía empujarles a mtervernr ~uando el trono perador- quiero, para obtener el perdón de Dios al Altísimo y su
quedaIha vacante. Pero en tiempos normales el. As~a detenta?a un indulgencia, hacerte llegar un tributo, que recibirás de mí a primer~s
poder fpor encima de toda ofensa, pues el rey disponía ~e connngen- de año y que 'consistirá en una barra de sa:l entera y en un pana
. grande ,de color negro. Acéptalo, por amor de D·lOS»19 .
'j

tit! tes del élite y de toda la región de Gao, poblada por sler,vos some-
~:~ tidos a administración directa, y ocupados en la ganadería y en el
íi~~ cultivÓ del arroz. 19 MAHMÚD KATI: T'ari] al-Fettásb, traducción de Slane, pág. 196.
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212 Historia del Africa negra, 1 '5. Grandes siglos "213
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De todos modos, aun así, esto no impide que, por la amplitud su lado, León el Africano nos informa sobre una leve crisis, pasajera,
de la organización de la servidumbre, el imperio de Gao sea el reino de antisemitismo, estimulada por el reformador rnagrebí Al-Maghili.
negro-africano que más se aproxima a los modelos de producción

l
desarrollados en otros continentes, quizá también por el mayor des- 6. Las grandes ciudades del Suddn
arrollo de la administración escrita, que debía de traer consigo ade- ,
I
I

más un proceso de integración supratribal. , . Los más florecientes centros comerciales del imperio eran ciuda-
Imams fula, generales tekrur o songhai, profesores bereberes o des especialmente populosas.
malianOB, qadi~ Mrajolc, altos funcionarios dcherma o hama, todos (tHfibü~ndo QUfaiA~
Mi r1liéfélla éhtre la gente Je Oao y la Je
ellos cooperaban en el marco de una colectividad nacional basada en Kano sobre determinado asunto," a saber, cuál de las dos ciudades
la fidelidad al príncipe y en ~l reconocimiento de virtudes y talentos. tenia mayor número de h.a~itante~, impac.i,entes, al~un~s. jóvenes de
Los historiadores de la época nos dicen que los agentes imperia- Tombuktu y de Gao decidieron intervenir y, armand se de papel,
les del fisco no exigían nunca más de treinta medidas de grano, in- tinta y plumas, entraron en Gao y se dispusieron a e ntar las man-
cluso cuando el contribuyente hubiera podido proporcionar mil. De zanas de casas, comenzando por el primer edificio al oeste de la ciu-
este modo, el excedente se dejaba al interesado, ya fuese esclavo u dad, registrándolas una tras otra: 'casa de éste, casa d~ aquél'. Así,
hombre libre. Pero a partir del reinado del Askia Daud, las exaccio- llegaron hasta las últimas manzanas de la parte oriental I de la ciudad.
nes cometidas en ocasiones por miembros de su propia familia des- La operación duró tres días, contándose 7.626 casas,~sin tener en
encadenarán una amplia huelga social, seguida luego de rebeliones cuenta las construidas en paja.» 20
campesinas graves, en especial entre los pastores fu1a y entre los La encuesta demográfica permite calcular una pobl· ción de unos
agricultores bámbara. Por otro lado, en las posesiones concebidas 100.000 habitantes, que tenían su jefe de mercado, su j¡efe de policía
a las familias morabíticas -que habían llegado, a dominar vastas (Tombuktu mundio), su comisario para los extranjeros etc.
regiones, semejantes a las de la Iglesia del Medievo europeo- el Las ciudades, se convirtieron de forma natural en grandes centros
control del príncipe se manifestaba tan sólo en el plano económico. de estudios religiosos. En este sentido fueron famoJas Dchenné
. Cad~ distristo o cada ciudad tenía un recaudador, y las contribu-
Tombuktu, Wa1ata y Gao: «En Tombuktu -dice León ~1Africano-'
ciones, Junto a los tributos de los Estados vasallos formaban los
ingr~s~~ ordinarios, muy abun.dantes, del Askia. El o~o, la sal y los ha.y numerosos jueces, doctores y sacerdotes, todos ellos bien retri-
cauris ' eran las monedas corrientes, y para evitar fraudes los Askia bUld<:~por el rey, p~es respeta mucho a los letrados. AHí se venden
procedieron a la unificación de pesos y medidas. Emprendieron asi- ta~blen nUI?erosos .Ii~ros manuscritos, que llegan de Bdrbería. y se
mlsmc; o~ras de canalización en el tÍo Níger; hicieron venir a horte- obt1ene~ mas beneflclOs de su venta que de la de tod I 1 de '
rnercanctas» 21. as as emas
lanos JudlOs del Tuat, con el fin de mejorar la producción local. Por
* Valor y equivalencias del cauri Las cifras f'
En ellas existían verdaderas uní .d d I
,v~rsl a, des'l que gOl zaban del
1
todos los casos al territorio del antiguo
o M li y vhaores se re reren en casi mecenazgo y de la deferencia de 1
Ma1i: a que oy corresponde al actual os prmClpes y e común del pueblo.
Algunos precios (en cauris) a fines del siglo XIX Mi' li
_
Año
Valor del cauri en el mercado
Moneda internacional
del momento, unidad Caur-í
Clavo unid d 10
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aurlS Tocado para un~ d¡ma 480 I


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1 mithqal-om 400 Asno, unidad, 400. ' .


1 »» 500 Buey, unidad, 2.000. I
1735 1»» 2000 Esclavo, unidad, 4.000. :
1818 1»» 4'000 ~abaI1o, ~?idad, 4.000. I
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(Cien cautÍs - 040 f
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6:200
2.500 ?
mbarcaclOn,260.000 cada tonelada métrica d
FUENTE:MAlHEMouT DIOP"
. i·
e capacIdad de carga.
(Ep 1884 un-mithqa{~~~O~1rgncesl~a fines del siglo XIX.)
Arawan.) a francos franceses, en I'O~:st) !.
Le Malí. (F. Maspet~, lj:::fslr~9~~~)
cfÑes/¡CrialJes dans ¡)A!rique de
la ciudad de isu.. pág. 262. '. e. I
21 León e' Af . I
469 l .1'1cano:Description de FA! . E
'. rzqae, paulard, 1956,i pág. 468-
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I > 214 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos 215

., Un I testig~ ~os cita el caso del ?ro~e:or AJi Takaría que, cada malekita y su tratado sobre las poblaciones del Africa sudánica occi-
miércoles, recibía una modesta contribución de sus alumnos: uno le dental. .Pertenecía. a la célebre familia de Mohammed Aquit, nacido
pag~ba lcinc<:cauris; otro, diez, etc. De esta manera el profesor había e~ .l\Ilas~na.a comienzos del siglo XIV. Numerosos qadíes de esta fa:
podido ~eun1r hasta 1.725 cauris de sus 123 alumnos. milla ejercieron enorme influencia sobre los hombres de Estado
'En '['ombuktu, el número de escuelas coránicas se elevaba a cien- songhai.
to ocherta. Lo~ profesores e~señaban en las mezquitas. Célebres Ahmed Baba nació el 26 de octubre de 1556 en Arawán a
doctore~ y escntores maghrebíes franqueaban el desierto para dar diez días de marcha al norte de Tombuktu, sobre la ruta del Tuat. Sus
sus clasés .0 frecuentar los de sus colegas bereberes o negros de San- principales maestros fueron su hermano y su tío, pero sobre todo,
kore (b~rno de Tombuktu) o de Dchenné. Mohammed BagIíyu, un mandé, al que él mismo llamaba «su sheíj»
La universidad cairota de Al-Azhar no dudó en liamar al pro- (jeque). Durante diez años Ahmed estudia con él una serie de obras
fesor ARmed ibn 'Abd ar-Rahim. Y, por el contrario, 'Abdarrahmán que cubrían el campo de los estudios islámico s de la época: lengua
al-TemiJi, del Hedcház, que había ido a Mali en tiempos de Kanku árabe, retórica, fuentes de la ley, jurisprudencia (fiqh), exégesis co-
Musa, s~ estableció en Tombuktu. Halló la ciudad llena de juriscon- ránica (tafsír), etc. Algunos de los más importantes fueron recapitu-
sultos shdánicos. Cuando constató que éstos sabían más que él en lados hasta ocho veces. De este modo pudo obtener su licencia de
profesor (idchaza), comenzando en seguida a realizar investigaciones
materia ~e derecho, marchó a Fez, con el fin de dedicarse al estudio;
personales y ensayos,que su maestro juzgó dignos de incorporar
luego vdlvió a ejercer en Tombuktu.
a sus propias lecciones 23. Al parecer Ahmed Baba escribió setecien-
Se rhimaba a los universitarios. Por medio de despachos reales
tas obras, y su biblioteca, que, según él mismo decía, no era la más
semejan¡1es a los marham de los soberanos de .Kánem-Bornú, y que numerosa de Tombuktu, contaba 1.600 títulos.
aquí se llamaban iqtá,: el Askia destinaba privilegios y beneficios Las lecciones se irnpartfan a lo largo de todo el día, e incluso,
conside ables a morabitos y dignatarios: a uno de ellos, por ejemplo, a veces, durante parte de la noche, con pausas para las horas de
le concedió 1.700 esclavos; setenta aldeas de cultivo a Moharnrned las plegarias.
Tule. Eh efecto, le había concedido los derechos sobre todo el terri- Podemos comprender así la entusiástica declaración de Mahmúd
torio q~e pudiese recorrer a caballo desde el amanacer al ocaso. Kati: «En aquel tiempo Tombuktu no tenía igual entre las ciudades
MaHmúd, qadí de Tombuktu, inspiraba, al parecer, cierto res- del País de los Negros por la solidez de sus instituciones, las liberta-
peto referencial a los Askia y a sus ministros. Estos últimos solían des políticas, la pureza de las costumbres, la seguridad de personas
visitad<=¡con frecuencia; pero él no se dignaba a levantarse por ellos, y bienes, la clemencia y la compasión hacia pobres y extranjeros, la
no volviendo ni siquiera la cabeza. En los consejos que el príncipe cortesía hacia 10s estudiantes y los hombres de ciencia y por la
celebraba, el qadí se sentaba al lado de los generales. Ni dudaban en asistencia que se prestaba a estos últimos» 24.
cubrir !e violentos reproches a Su Majestad: «,¿Has olvidado -lanza- La amplitud de los negocios no desmerecía en nada, pues, al
ba Malhmúd al Askia Mohammed-, o finges haber olvidado, el día fervor intelectual.
en qud viniste a verme y, tomándome por el pie y por la ropa, me Por otro lado, en la ciudad había veintiséis casas, en cuyos esta-
f· decías: I 'Vengo a po~erme bajo tu prote~ci~n y '~ confiarte mi p~r- blecimientos se hallaban los sastres llamados tendí; cada casa tenía
sana ~ara que me hbere~ del, fuego del ~nf1erno ? 72Esta es la razon un jefe monitor, con cerca de cincuenta aprendices. Algunos empre-
que mf hizo devolverte sin mas a ~us e.nvl~dos... » . En e~to~ ca.sos, sarios poseían incluso de setenta a cien aprendices.
la independencia y el orgullo umversitanos quedaban disminuidos Capitales políticas y poderosos focos económicos, las ciudades
por ell clericalismo. sudánicas fueron, a 10 largo de siglos, verdaderas metrópolis de eru-
'1,
~'
Uno de los más ilustres letrados musulmanes de la época fue, sin dición y de ciencia islámicas, que difundieron en todas direcciones.
lugar kdudas, Ahmed Baba. De él se han hallado media docena de
"¡,
n. obras,¡ entre las cuales su famoso diccionario de los sabios de rito
I
23 J. D. HUNWICK: «Ahmed Baba and the Maroccan Invasion of the Sudan»,
[ournal 01 African History.
:2A Taríj al-Fettásh, pág. 313.
72 Tarí; el-Fettásh, pág. 117.

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216 Historia del Africa negra, 1 ~ .:
5. Grandes siglos 217

n. LOS ESTADOS DEL AFRICA SUDANICA CENTRAL a todas las influencias, a toda irrupción, a todo tipo de alteraciones.
Lo mismo que en los alcázares. del Alto Medievo europeo, los cam-
A. Los Estados Hausa pesinos hallaban refugio en ellas en caso de peligro. Al cambio, éstos
proporcionaban productos en especie a los hombres dle armas de la
1. Evolución histórica fortaleza, cuyo jefe de familia se convirtió, paulatinaménte, en su rey.
A esta primera división del trabajo le siguió pronto otra: la ciu-
Las ciudades-Estadohausa, situadas entre el Níger y el lago
dad, gracias a la protección de que gozaba, se convirtió naturalmente
Chag, se hallan en un importante cruce de vías económicas y cul-
en mercado, donde los campesinos podían intercam8iar sus bienes
turales. Se constituyeron hacia el siglo XII alrededor de las rutas
entre sí y, sobre todo, por los artículos de los artesanos instalados en
comerciales que, por un lado, unían a Trípoli y Egipto con el bosque
tropical, y, por otra parte, al. Níger COf:. el valle del Alto Nilo, pa- la fortaleza. I
La Crónica de Kano es la única que nos queda al faber escapado
sando por Darfur. . .
Una leyenda -que revel!l Clllr!llIlente hllber ~ufrido UM té~On.s- a la avalancha conQu~stadora «fuI.a) del sil~lo XIX: cqncentrémonog,
trucción pía tras la conversión al Islam y la manipulación de los pues, ·sobre Kano, rema de las ciudades hausa. Parece ser que los
soberanos bornuanos- cuenta que en tiempos de la reina Daurama, antepasados de la población de Kano son herreros prpvenientes del
que sucedía a otras nueve reinas (algo así como las candaces nubias), Air: los Maguzawa, entre los que la sucesión era matrilineal. El
sus súbditos debían sufrir 'la amenaza de una terrible serpiente que, reino aprovechó sin duda, como sus vecinos, su posición alejada de
finalmente, fue vencida y muerta por un viajero de raza blanca. Mali y de Kanem, centrado al este del Chad, .para de~arrollarse gra-
Notemos las analogías con el Wagadu Bida de Gana y, sobre todo, cias a su favorable situación. El primer rey (o sar/Ji) fue Bagoda
con el monstruo de Kukya (Gao). El salvador tenía por nombre Abú (999-1063). Pero ya desde -el siglo XII debe de haBer temido las
Yezid, o Bayazhidda. Bawa, o Bagoda, hijo del extranjero, y sus ambiciones exteriores, pues sabemos que se impuso necesidad de IJ
seis hijos, habrían sido los fundados de las siete ciudades-Estado crear una defensa. El rey Yusa Tsarki (1136-1194) tJrmina un pri-
hausa (Hausa Bokoi): Kano, Daura, Gobir, Katsina, Zaria, Biram y mer mur~ de cint~ alrededor de Kano. Uno de estos! reyes, al que
Rano. Daura era considerada la ciudad-madre. Más tarde otras ciuda- sus conseJeros. hablan recomendado utilizar métodos hdlentos con-
des, consideradas menos auténticas por ser de origen' bastardo y
fundadas quiz~ por fugitivos que se habían retirado al sur y' al ~~a.los campesinos autóctonos, decidió escuchar la opihi6n de estos
oest~, fueron llltegradas en el mundo. hausa: Kororofa (Dchuk ) u timos, que declararon: «Si un reino es extenso su sdb h d
IlQrlll, Nupe, Zamfara y Kebbi.
h b!l-n realidad , los, hausa, o su clase dirigente,
un ,
son negros que
~~:!~~r~~ ~~~e~!~~a~~ ;1
r~on imracienda con io' 9 ue s~a~~be:an~
a Ha ban muc ho mas al norte y al este hA' eontiuar con sus costumbres yY,gra1~~~nte sorprendIdo, les permitió
El' su re IglOn
carníenro definitivo del Sáhara
debieron de ocupar el Air el K' y
an dgu] oy. nt.e,s del dese-
tes. ~ a p:netr~clOn tuaregb,
. n e SIglo XIV} bajo el re y d
llltroducido en Kano por m l' y a e
hi
(1349-1385), el Islam es
d.e los árabes en el valle del Ni~wck6-" qmzj;. ~l Tlbestl. ~a aparición . a lanos que tr '
ciones negras, algunas de ellas' cristia~ ta}; l~n de empujar a pobla-
) escntura. La adopción de ,1
1 anzad li'
la nueva re gión
aen COnSIgo, también la
li . , .,
mente fue la llegada de ,lOS díf as, acia el sudoeste. Precisa- K os por este soberano en dir ., 1exp ea qwza los ataques
, 1
autoctonos sao y con otros p bl
erentes grupos
1
1
y su rnezc a con los m ororoEa (Dch~kun). Si el pacífi~~Cl~~ a valle. del B~n~é contra
ivid . ue
co1ectrvi ades de notable orizi lid d
os o que p .., 1 d
ermitro e .esarrollo de anos b~e su prImer ministro el rey K ga ya ddeJa. el gpblerno en
. ana dC' eh chi (1390-1410) es
de varias corrientes étnicas ygclun1atal' 1esultado de 1a feliz fusión
E.
teaban las vastas extensiones del S dA
ura es
n un cornienzo, las ciudades hausa tu .
eron fortalezas que pun-
i en ~am 10, un gran guerrero '
Es I?1~udab1e que la introducd~en cdonslgUeocupar la ciuda~ de Zaria '
meta teas
b bl
d
' que ata seguramente d
e cascos cota d
"
aU1
s e m a y corazas

u an central, expuestas y abiertas a ~mente,.a este éxito. Pero Zarfa esta epoca, no es Jjena, pro-
d
25 . , .
ASl, CIertos nombres que se refier .
C:s IbguJerGra,que son de origen kanuri eden~t~: esínfcrlltura~
al c~bal1o, al arte u~a gran prosperidad. Amina
b
abatida, y baJO elliderazgo de una '1 O se. hallaba comn1etamente
u ce e re prlllcesa, Aminal conocerá
. '. REENBERG. ' uenclas orIentales preco-
f1caie Zaria, recorrió todo e1
~~s ha
es cdnsiderada reina en la Cró-
or~l icadas llevan todavía su no b ausa, .onde numerosa~ ciudades
Zana se extendieron hasta el ,.../: ": G ra clas ~ ella, los dOfuinios de
'. geL y e 1 B enllF' p,.,.,.T~,L __ 1 I ,
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218 Historia del Mrica negra, 1
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r . 5. ,Grandes siglos
r¡¡ 219

¡¡:~~ breve *empo a Katsina e incluso a Kano. La Crónica de Kano reco-


noce, e/n efecto, que todas las ~~udades hab~an sido conquistadas
por ellt, y que Kororofa y Nupe le proporcionaban un tributo en
.Pero pronto un nuevo amo, más cercano, comenzaría a surgir
h~c!a el oeste: Kebbi. Su gran gobernante, Kanta, cuyo nombre ser-
eunuco~ y en ~0.1a. Por otro lado, Zaria hada convergir hacia sí VIra desde ahora para designar un título dinástico, se había' rebelado
(:",
1, todos l?s beneficios del comercio, expandiéndose notablemente du- con~ra el ~s~ia, bien, p~r descontento, a causa de la exigua parte de
¡[:!I ran~e' J~s. treinta y cuatro años del «reinado» de Amina. Pero bajo botín percíbída como aliado de los songhai contra Bornú bien sim-
" ,
.-1..
Daud, ~e Kano. (1421-1~38), Y con la «protección» de Bornú, la p 1emente, por ser un audaz y ambicioso jefe de tropa. Rechazada la
t;;; lucha contra Zaria fue mas favorable a Kano. Con Abdulai Bardchia columna que el Askia había mandado contra él como represalia
~ano sfcó g~an provecho del creciente comercio de la kola prove- logró hacer oscilar .a su favor la balanza del poder en el país hausa.
mente ~el remo de Gondcha, y por los raids esclavistas efectuados Esto sucedía en 1515. '
contra las poblaciones del sur. No es pues de extrañar, que Kano En 1554 la caballería del Askia resistía heroicamente al ardor
alcanzasrl su apogeo bajo el rey Mohammed Rimfa, que gobernó kebbiano en la batalla de Karifatta. Pese a ello, Kanta conseguía apo-
durante treinta y seis años (1463-1499). El Islam aún difuminado derarse sucesivamente de Katsina, Kano, Gobir, Zaria, una parte de
de los hausa fue purificado por algunos misioneros, parte de los Nupe e incluso de Asben; pero estos hechos atrajeron la réplica
cuales ~ran mandé y tukulor, y provenían del oeste, en tanto que violenta de Bornú, cuyo Mai, Mohammed, tras derrotar a Kanta,
otros, como el célebre Al-Maghili 27, reformador del Tuat, que visitó inició el asedio de la ciudad amurallada de Sur ame, pero en vano:
Katsina en el siglo xv, venía del norte. Los bosques sagrados de la el Mai hubo de dar marcha atrás y volver a tomar la vía del este,
anterior religión fueron talados, y en su lugar se levantaron bellas perseguido por Kanta, que le infligió además. severas pérdidas en
mezquitas. El ramadán se celebró desde ahora con gran esplendor, e las mismas fronteras de Bornú. De vuelta con un abundante botín,
incluso ~l género de vida del Próximo Oriente comenzó a imponerse Kanta llevó a cabo algunas operaciones de represión contra algunas
en la sociedad musulmana: harem, velos para las mujeres, eunucos, ciudades rebeldes. Precisamente durante una de estas acciones fue
etcétera:1 Rirnfa construyó un palacio, el Gidan-Rimfa, y se levantó herido de muerte por una flecha'. Extendido sobre unas angarillas,
entonce~ el gran muro que fortificó Kano, que subsiste todavía hoy: agonizante, sus hombres, llenos de ira y desesperación, se encamina-
tiene doce metros de altura, diez kilómetros de circunferencia y siete ron con él hacia 'su capital. Pero murió en el camino. Abatidos, sus
grandes Ipuertas. Asimismo, Rimfa nacionalizó la administración, di- hombres embalsamaron su cuerpo y 10 trasladaron a Surame; allí,
vidiend9 al país en distritos. Pero pronto van a prevalecer de nuevo para evitar eventuales profanaciones, construyeron doce tumbas dis-
las luch,s contra Katsina y Zaria; y tales guerras (que nos recuerdan persas hacia los cuatro puntos cardinales. Así terminó Kanta su aven-
en parte a los incesantes arreglos de cuentas y a las int:igas inextin- tura: un hombre de temple y puño de hierro como un fundador de
guibles ~ntre las ciudades griegas antiguas o entre las ciudades mer- imperios. Se dice de él que, considerando que Surame era demasiado
cantiles ¡italianas d.el Renacilnie,nto) permi;irán a 'los rr;ás ?oderosos pequeño para sus tropas, había decidido construir una nueva for-
vecinos extender su control sobre tan prosperas metropolis. En un taleza llamada Gungu; para ello empleó a todas las etnias o regiones
primer tiempo van a ser satelitizadas por Bornú, luego por Songhai. sometidas, cada una de las cuales quedó encargada de Ievantar una
El Askia songhai se apodera de Katsina, Zaria y Kano, a cuyo r~y, sección de la muralla. Corno las reservas de agua se hallasen a
Kisoki ~1509-1565) le cupo el honor de tomar po: eSl?osa a la hija tres kilómetros del Iugar elegido, Kanta ordenó formar una doble
del amo de Gao. El honor ... y el peso, pues ello implicaba el pago fila de diez mil hombres que iban pasándose los recipientes entre el
de un ttibuto muy oneroso. estanque y la ciudadela. Pero las gentes de Nupe llegaron con retraso
I a su llamada, por lo que les prohibió utilizar agua para preparar la
~ Sitbado a lo largo del codo que forma el Níger en esta región, más arriba argamasa, obligándoles a emplear manteca de karite 28. La actividad
ya contracorriente del Benué, Nupe ha sido denominado el «Bizancio Negro»,
Era céleThrepor sus corporaciones de artesanos y de artistas. Se cree que fue era febril, como la de Pedro el Grande cuando construyó San Pe- .
Tswede ~uien, a fines del siglo XVI, fundó el reino, cuya capital fue Nupeko tersburgo.
y luego <b-baro.El principal centro económico era Bida.
~. 27 Esl el autor del famoso libro De las obligaciones del Príncipe, que iba
28 Olcaginosos extraídos del fruto del karite (butyrospermum Parkii),
a imP"i m', adelante a Usmán dan Fodin.
~.

!
220 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos 221 I ~

2. Organizacián de los Estados bausa la civilización hausa, formada por elementos que se habían sinteti- '"\

zado a todos los ni.v.eles. , j ,


Las guerras intestinas entre los Estados hausa les impedirá jugar Pese a su fragilidad, puesto que se hablan extendido y hablan
un papel político determinante. Aunque, en realidad, no puede de- crecido en una región descubierta, en un cruce de caminos sin defen-
cirse que fuese ésta su meta última, pues, por otro lado, no «estaban sas naturales, las ciudades, incrustadas en sus exiguos recintos de pie-
hechos» para ello. Se trataba, en un principio,. de comunidades ru- ~ra o de arcilla desempeñaron, en el Africa <?ccidental ~npal?el cc:n-
rales: Barrh, en el siglo xrx, constató la presencia de espacios libres siderable, como paradas y como antenas hacia el exterror. Difundie-
incluso en el interior de las murallas de Kano, destinados a ser culti- ron hacia el Sudán occidental y central, hacia el Sáhark y más allá,
vados en caso de asedio. Con todo, Ias ciudades centraban su acti- los productos de las laboriosas poblaciones de las tierras yorubas.
vidad, sobre todo, en el comercio y en la artesanía, jugando un fruc- A .fines del siglo XIX P. L. Monteil podía escribir todavía: «Kano
tífero papel de intermediarias entre el Africa Negra y sus vecinos viste a los dos tercios de la población del Sudan y al casi todo el
de norte y del este. Por ejemplo, Gobir, que hada de escudo de las Sáhara central y oriental.» Era realmente la «Manches~er del Africa
ciudades hausa contra las incursiones y ambiciones de las tribus su?á~ic.a» (Ajayi) 1, [~dc?a.'yi]. El té!~ino haus~ ?O lsignaba ~ólo
tuaregh, sacaba provecho ampliamente de su posición para comprar a individuos de una hipotética raza: SI esta ha existido n un comien-
el cobre de Takedda, a cambio de arroz, con el fin de alimentar a zo, pronto se mezcló con elementos muy variados. Con este vocablo
los que trabajaban en sus talleres de -forja. se designaba a todos aquellos que formaban parte de su civilización,
El sistema fiscal, muy elaborado y con frecuencia inspirado en el característica por su lengua y sus hábitos. Gracias a Id lengua, que
Corán, incluían tasas sobre los ingresos (zakat), sobre el ganado, las ha sido adoptada por toda la porción oriental del Afri~a occidental,
tierras, los productos de lujo, sobre ciertas profesiones (carniceros, las metrópolis comerciales hausa, tan celosas de sus ~utonomías y
tintoreras, prostitutas, etc.). Los Estados hausa son una notable tan atormentadas, constituían ya una pre-nación.
excepción entre las colectividades del Africa Negra al haber erigido
un tipo de economía complejo, en el que la agricultura y el comercio B.
estab~n inteligentemente combinados con actividades de tipo prein-
El Kánem-Bornü
I
dustr1~, centrad~s. en verdaderas manufacturas textiles, de zapatería, I\
. de artlc;U0s meta!lcos, etc. De todo ello surgiría algo así como una 1. .,
Origenes y evo1ucton "1
burguesía comercranta, emprendedora y abierta a las innovaciones,
en una p.alabra , crea~ora, ~ también una aristocracia burocrática
I
I También en los orígenes del Kánern en~ont!~mos, c~mo.pO! do-
pues gracla~ a 1a escnturn ar~be -adaptada al hausa-, los docu~ i quier en el borde sur del desierto, la conJunClOn y el manda]e de
mentos escritos eraz:. cosa corriente. girgam, marham 29 etc

I
nómadas y sedentarios. Aquí los nómadas son los zagha~a, que son,
El rey era elegido por los notables 30 • d ' .
ellos, aspecto aberrante en 10' ' sl~n o responsable ante seg~~ algunos. autores, tu.~regh o bereberes. Habrían llFgad? a la
región en el SIglo IX, haClendose con el poder, como los prirnero,
que debemos relacionar con el sd;~:~~mlis pol1ti,co~ negro-a~ricanos,
. sUt:?afrecuencia el rey dejaba el poder o o eco~omlco .y. SOCIal.Con
1adima, que trabajaba en colabor . , a un pnrner illlll1stro, el Ga-
i reyes de Gana, como Za Aliamen, como Abú Yezid, etc. I '
Para apoyar esta tesis algunos estudiosos pretenden que los
los administrado.res ,lOS l'ma alcLOn con los Jefes del ejército con primeros Mai (reyes) eran, según la leyenda, hombres rojo~, vestidos
. Ii , 1 rns y os q dí 1 '
era rsta en el ciclo lunar con. 1 . f d a les, con e astrónomo espe- con litham. Pero, ¿los bocetos de Binger no nos muesttran acaso
las puertas (cargo especi~men~ _ J.ee e protocolo, los guardianes de jinetes rnosi ataviados con velos, como los tuaregh, en I pleno si-
La religión musulmana esta~ lmpo~tante), etc. glo XIX? En un principio, los reyes h.bían de tomar muje~ entre los
cos muy tenaces; mostraba p oa matizadda por elementos preislátni- tubu. Pero a partir del siglo XIII se casarán con mujeres kanuri,
, or otro a o, el carácter específico de Estos últimos se presentan, ya desde el año 800, COmo ~n pueblo

I
29 Lista dinástica (gir am)
3do Uno. de los más iJporta~t~sarta del privilegios (marham). i, En las lenguas africanas que se escriben con caracteres la tilos hemos
(
ma awakz). era e condestable «dueño de 1 b ti conservado su ortografía, pero entre corchetes hemos incluido, cudndo se ha
' os ea a os»
estimado necesario, la pronunciación figurada según las normas adoptadas por
el traductor. En el caso del apellido nigeriano Ajayi, en el que 1¡' j se pro-
¡ nuncia a la inglesa, la transcl"Ípciónes, pues, j = dch. [N. del T.J
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222 I H·rstorra
. d e1 Af rrca
. nesrra 1 5. Grandes siglos
II <> , 223
1, r
indivi1ualizado y
localizado al este del lago Chad. En realidad, los ña~ formas recordaban ~ll mismo tiempo las que distinguen a varios
zagha'fa eran nomadas negros, como los que existen aún Eran tecla animales de diversas especies» 3~.
d:l. ~i7esti 31. D.ell'ham, ~l -primer viajero e~ropeo que en ~l siglo XIX Hacia el oeste 'la expansión se dirige hasta el Níger, donde los
vrsito Fstas regíones, af1~ma que }os ~ablt~ntes eran ?egros :t:'u~os hausa son sometidos; hacia el este, Kánern lucha contra los bulala:
(camplf:e ne~raes). Con~;rma.ba asr, vanos siglos despues, la opinión «En el Kawar de los negros -dice Yakut- habitan' gentes de piel
del es~ntor árabe Al-Ya qub1.: «Los negros que emigraron hacia el clara, cuya capital es Bilma. Son vasallos de los reyes de los za-
oeste ¡undaron numerosos remos. El primero es el de Zaghawa si- ghawa» 3\
tuado . en
I
una zona •llama Kánem» 32 . ' Pero en el sur la. conquista sufre un frenazo a manos de los temi-
Unp, de los ':t:'!1~e!os reyes que c~)llocemos es Dugu Bremi, que bles sao, y a causa de los territorios pantanosos del Logone y de las
de:scenJha de un individuo llamado Salí. Dugu se establece en Ndchi- alturas del Adamawa. Por su lado, los bulala, que reclamaban para
mi, all este del lago Chad, hacia el año 800. Habría vivido en los sí la misma ascendencia que los gobernantes de Kanem, dominaban
primerps años del siglo IX y habría muerto a manos de las poblacío- a los autóctono s de los alrededores del lago Fitri. Pero, contraria-
nes mbum del Adamawa, en el curso de una audaz expedición hacia. mente a los príncipes de Kánem, permanecían fuertemente apegados
el sur,ly tras haber fundado una ciudad, Yeri Arbasan. El Islam es a la religión preislámica.
introducido en Kánem durante el reinado de Ume (1085-1097). Su Con todo, la islamizada dinastía del Kánern conservaba un símbo-
hijo, Dunama 1, tiene tiempo, durante su largo reinado (1097-1150), lo preis1ámico muy venerado, llamado Mune, o Moni. Era, según
de efectuar dos peregrinaciones a La Meca; muere ahogado por pira- algunos autores, el espíritu de los antepasados representado por una
tas egip,cios en el mar Rojo, cuando se hallaba en pleno tercer viaje efigie de carnero, lo que establece un nexo sorprendente pero lógico
hacia l~s santos lugares. En la misma época se establece en El Cairo con una práctica similar' de Meroe, del país akan (Ghana actual)
un hotell-medersa (universitario) malekita para alojar a los peregrinos y de los kuba (Zaire actual). Para 'otros autores se trataba en cambio
de una especie de vasija sagrada que contenía reliquias, como el
y estUd~Jiantesoriginarios de Kánem. . tiba mosi, que nadie debía descubrir. El Mune era uno de los ele-
Los siguentes monarcas son sobre todo ·conquistadores. Salma
mentos esenciales del culto que los kanembu dedicaban a su rey,
(1194-1 21) aprovechó 'seguramente el viejo parentesco y antiguas
considerado como un dios,aJ menos antes del Islam. El rey era res-
alianzas de la dinastía con los tubu del Tibesti para,' beneficiándose
ponsab1e de la lluvia y del buen tiempo, y de Ia salud de sus súb-
de la tfnacidad y valor proverbial de estos nómadas, conquistar y
ditos. Bebía hidromiel, pero se suponía que no comía: quien viese,
control~r las rutas comerciales del norte, incluido el Fezzán. Se esta-
por desgracia, al camello que le llevaba la comida, en secreto, hasta
blece definitivamente la capital en Ndchimi. el palacio, era muerto allí mismo. '
Du~ante Dunama II, llamado «Dabalemi ibn Salma» .(1221-1259), Ahora bien, Dunama II, por proselitismo musulmán o por sim-
la expaesión hacia el, norte queda reforzada por }a ahan.za con los ple curiosidad, osó desvelar el secreto del Mune. El sacrílego acto
HafsidI de Túnez (1128-1347). Dunama les envia, a guisa de pre- hirió profundamente las convicciones preislámicas aún muy vivas en
sente, na jirafa. .Ibn Jaldún nos relata el éxito de esta muestra de
los medios populares teda y kanuri; estallaron revueltas que sus ri-
las sabnas africanas: «En el 635 de la Hégira ,(1257) el sultán Al- vales, los bulala, utilizaron sabiamente; se produjeron exilios o mi-
Mosta?j ir recibió un rico regalo de parte d~ un rey de neg~Ü'~,sobe- graciones en masa, y nurnerosos kanembu, que se habían dirigido al
rano de Kánern y señor, de Bornú, ciudad SItuada en el meridiano de oeste del lago Chad, fueron en general atacados y en ocasiones ani-
Trípoli!. Entre los presentes que la delegación negra le hizo llegar quilados por los sao. En efecto, la guerra civil entre el clan de los
se encuentra una jirafa, animal cuyas características exteriores son
Idrisa y el de los Daud, en Kánern , había terminado por dar cuerpo
de las ~ás disparatada,s. Los habitantes de Túnez corrieron en masa a la lucha contra los bulala, en el este. Finalmente, los Idrisidas
para vérla, tanto es ast que la llan.ura rebosaba de ,gente, y quedaron resultaron vencedores, aunque su poder no se consolidó. Al aumentar
profundamente asombrados a la VIsta de un cuadrupedo cuyas extra-
, I
I
33 IBN ]ALDÚN: Histoire des Berbéres, tomo II, pág. 346, 347. Traducción de
31 ÓIAPELLE: Nómadas negros del Sáhara. Slane.
32 l[ S. TRIMINGHAM: History 01 Islam in West Airica, Oxford Univ. Press, 34 J. S, TRIMINGHAM: op. cit.
1968, 9ág. 111. .

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en dirección a Trlpoll y a Fezzan I I
Afrlca Sudllnlca ItcentrOI y oriental
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entre los siglos ' 11 Y XIX

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regiones m~ntañosas

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en su apogeo
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(BANZA. ÍlOKOI)

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Is. de Fernando Poo


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\, 226 f' Hi storra
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rrca negra, 1
~I 5. Grandes siglos
227
t, la" prefión d~ los bula1a, 'Ornar ben Idrís (1384-1388) abandona
K~ne~ yse lnstaia en Gaga, en el Bornú. Pero allí también conti- J vincia del este); el Yiroma (destinado, bajo control del mestrema,
nuan las luchas. al servicio de la reina). La reina-madre (magira) gozaba de honores
especiales.
Et;tjel norte op~ran los jefes de bandas esclavistas árabes. De ello
h~ .deJ~do co~stao(;la la carta enviada en 1391 por el rey de Bornú, Los asuntos corrientes eran resueltos .por un consejo privado. Las
Biri b9?- Idr~s, al sultán AI-Málik az-Záhir Barqúq, para protestar J finanzas reales 'Se mantenían gracias a los impuestos en especie, a
por lasllncurS10nes de Zhodam que, según él, ha matado a su hermano ~ los tributos proporcionados por los vasallos, casi siempre en especie,
y se ha llevado con él a numerosos individuos, pese a ser musulma- ~ y a la trata de esclavos. La justicia de los qadíes musulmanes se limi-
~ taba en general ª
los centros urbanos, y no fue capaz de suplantar
nes, a Ihombres, mujeres y niños. Paralelamente la 'lucha continúa
contra ~üs sao y contra los hausa. r
I
al derecho preislámico, El ejército, que podía comprender hasta
100.000 jinetes (algunos de cuyos contingentes estaban acorazados)
El }nás importante de los príncipes de la nueva fase de la historia
del Ka?em-Bornú es Ali i!bn Dunama, llamado AI-Ghazi (el Conquis- 1, ¡ y 180.000 infantes, era uno de los mayores de su época. Se componía
I

tador) (¡1472-1504). Este organizó la administración y fundó Ngazar- de tropas kanembu, soldados profesionales y guardianes del palacio
(las «divisiones de la casa»), a éstos se añadían los cuerpos reclutados
gaml!' también conocida por Birnin Bornú (fortaleza del Bornú),
a onll~s del río Yo; sometió a .tributo a las ciudades hausa,. y de
este modo, los esclavos, proporcionados por Zamfara, fueron mter-
I
'
por los gobernadores provinciales (<<contingentes del campo»). El
ejército poseía grandes fortalezas como puntos de apoyo, cuyos res-
~ tos salpican regiones hoy solitarias y desoladas. Se trata de cons-
cambia~os por Bornú por caballos árabes. Los imams intentaron •
n trucciones en ladrillos cocidos, debidas seguramente a [a técnica de,
asimisrdo adaptar la moral de los dignatarios a las prescripciones I
los herederos y arquitectos sao; las de Ndchimi, Wadi, Ngazargamu y
coránicás; un tal Masbarma trató de instaurar la regla de las cua- I Nguru son testigos mudos de la grandeza de Kánem.
tro mujeres, a la que se plegó el sultán Ali, pero numerosos nota-
blesre~usaron someterse a ella. Bajo su sucesor Idrfs Katagarmabe

r
(1504-1526), Kánern es reconquistado por los bulala, cuya capital III. LOS REINOS YORUBA y BENIN
estaba jsituadaen Gaw, al norte del lago Fitri, pero los bulala no
integrados permanecieron autónomos y constituyeron, más tarde, el A. Los orígenes
reino Wadai.
En el sureste de la actual Nigeria se había constituido en su
2. OrganizaciÓn del reino de KJnem-Bornú día el poderoso y dinámico grupo ibo. Poseían una estructura ultra-
democrática que favorecía la iniciativa individual. Entonces y ahora,
Kánem-Bornú es, con Mali y Songhai, uno de los más vastos la unidad socíopolítica era la aldea. Las aldeas se agrupaban. en oca-
imperibsde los grandes siglos africanos. Su influencia, en el mo- siones bajo la advocación de una misma divinidad y de un jefe de
mento~de su apogeo" se extendía desde Tripolitania y Egipto hasta el linaje, el okpara. Determinados factores de integración han ido. for-
norte el Camerún actual, y del Níger al Nilo. La organización polí- mando la fuerte personalidad ibo: la exogamía, los mercados princi-
tica y la administración 'son del mismo tipo que Ia del Mali y sobre pales, cuyas vías de acceso son objeto de trabajos colectivos anuales,
todo q:ue la de Songhai, Se trata de una monarquía feudal descentra- los cultos comunes, como el del gran oráculo chuku, de Aro-Chuku, y
lizada,1 a cuya cabeza se halla el sultán (Mai), considerado como un el del oráculo de Agballa, en Awka, cuyos adeptos, herreros itine-
dios 1¡ que 4urante las audiencias «públicas» permanece escondido rantes, eran sus más activos propagandistas.
tras una cortma, En el sudoeste, en cambio, se desarrollaron los principados yoru-
Ell consejo de Estado (Natiena) está compuesto por doce prínci- ba y otros emparentados con ellos. Sus orígenes, sumergidos en la
pes o emires, con competencia territorial o funcional: el Yerima (pro- mitología de los dioses y semidioses, no nos proporcionan, desde el
vincial de Yeri), en el norte; el Galadima (provincia del oeste); el punto de vista cronológico, un terminas a qua exacto. El gran ante-
Fufu:rÁa, gobernador de la capital; el Kaigamma, generalísimo de pasado de todos los príncipes es Oduduwa. Es hijo de Olodumare,
los ej~rcitos, ministro de la guerra y gobernador de la provincia o bien, 'según una pía tradición islámica, de Lamurudu, rey de La
meridional: el Mestrema (gran eunuco, jefe del harem y de la pro- Meca. Su hijo Okanbi habría tenido siete hijos, que se convertirían

I
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1I

1I

228 Historia del Mrica negra, 1 5. Grandes siglos 229

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más tarde, todos ellos, en «cabezas coronadas», reinando en Owu,
Sabe, Popo; Benín, Ile, Ketu y Oyo, En realidad, losyoruba, como
muchos otros pueblos del Africa occidental, provienen con seguridad Oyo, lié, Benín
IBO pueblo
I
1

.
del nordeste, quizá del Alto Nilo, en oleadas 'Sucesivas, entre el si-
glo VI y XI, con algunas etapas, en particular en la región de Kánem, QYO O 11111111111límite se~tentrlonal
de) bosque denso
Ile Ife, que fue el centro local de dispersión, es reconocido por • • 100 KIn.
todos los yorubas como fuente mística del poder y de la legitimidad: I
era el lugar del que partía .la consagración espiritual (el oni, jefe de
Ife, era el gran pontífice) y donde se reunían los restos mortales y ""iFE
.~ _ Hesa
KpROROFA
las insignias de todos los reyes. De modo semejante a las ciudades Ibadan O 11 -c- (JUKUN)
santas de la Tebaida para 10s faraones, y como Gambaga para los Abt¡lokuta. -111111111111111 1'111
rnosi. EGBA' JlJIIJI 1,
" _ Ijebu .:Jh
••..=:-::-
,1' Lagos· BENIN
I'~ ~ """i)'TTi11111
1I
B. Oyo y Yoruba 111
Onltsha

(Old O o) tuvo como sucesor a uno


Oranyan, fundador de QY9 . . Y. " te último era tan fogoso
de s{¡s hijos, Shango (~~ngll' Se dá~es~ubo~: y humo de sus narices.
que cuando hablaba salían ama~d atraerse y dominar el rayo por
Por haber intent.ad? y cons~gi~~so fue presa del infortunio, que se
medio de p~ocedÍ1mentos m g a~abó ahorcándose. Shango fue con-
abatió también sobre su casa, y d aún en toda la costa de Benín.
id en dios del rayo, y es venera o . haci 1 \
vertto~ trabajos de los lingüistas perh1ite~ estimar q~e acta e i
año 1000 algunos emigrantes ll~garon al país por dos vías, una en
dirección de Ekiti, de He; y de Ijebu [Idchebu], en el bosque, otra,
hacia QY9, en el Hmite del bosque. . .,
La característica del país yoruba es la orgaruzacron de base muni-
. herederos con prisas, les decidió a colocar, d~sde ento.r:tes, al. hijo
I
mayor como asociado al poder ~eal, per~ debiendo n;OTllfal ml~~o
cipal con ciudades que, desde: el períod? precolonial, poseen pobla- tiempo que su padre .. , Por medio de sus Jefes de barno y lide famIlIa,
ciones de' varios cientos de ffi11esde habItantes. Un remo yoruba es,
los habitantes de QY9 disponian de un terrible instrumento de control
pues, una especie de federación de ciudades. A la cabeza del reino
sobre su rey: cuando éste era culpable de exacciones o dé crímenes
de QY9, por ejemplo, estaba un alafin (rey). Se le llamaba «com-
pañero de los dioses», pero parece ser que la duración del reinado escandalosos, le hacían llegar una calabaza vacía, o bien huevos de
quedaba 1imitada, originariamente, a catorce años. Cada ciudad some- loro; el primer OYo-mesi (el bahorun) se encargaba de btregar1e
tida a su autoridad poseía una organización autónoma, de carácter esta terrible «moción de censura». Se dirigía a él en ténhinos im-
semidemocrático, semiaristocrático; las ciudades más alejadas de QY9, pregnados de humor negro y le decía: «Nos ha sido rev:elado, en
como Ijebu, Egbn, o Ilesa [Ilesha] gozaban de una autonomía más nuestras reuniones divinatorias, que vuestro destino no es ¡bueno, y
pronunciada. El alafin era asistido por un consejo de Estado de siete que vuestro orun (el doble celeste) ya no tolera Vuestra permanen-
miembros, que se llamaban los QY9-mesi, que eran también los cia aquí abajo. Os pedimos, pues, que vayáis a dormir». El ~oberano
debía envenenarse inmediatamente. . I
grandes electores dd Sucesor del rey y, como en Mosi, no pertene-
cían a la nobleza; en un primer momento, tornaron la costumbre de El jefe de ciudad yoruba era el Bale, 'CUyaelección haMa de ser
elegir automáticamente al hijo mayor, el arerno, Pero la constatación ratificada en principio por el A1afin de Qyg e incluso po~ el Qni
de que 'la regla acarreaba, en ocasiones, parricidios por parte de los de If~. Pero el poder era de tentado en réalidad por un co1egio de
notable, redutado por COOptación, cuyo dirigente era el 0 Qba. 0'1'0
E". eSPecie de senado 1
tenia fundón de guardián de las costumbres,
I
-',
)

230 f Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos 231


de Cor~e suprema ~, de Corte de seguridad del Estado. Desde el mo- Beníny refuerza la autoridad del. oba prohibiendo al Consejo la
ment~ ~e su elec~lOn ~1.~a~~ estaba obligado a jurar que estaría en designación de funcionarios; a los jefes, permanecer de pie en su
to~o mstante a disposición del pueblo y, en particular, a la de los presencia, y a los consejeros, llevar espada cuando se hallasen ante
~as porres y enfermos, y que impartiría justicia con suma imparcia- él. Oguola (segundo mitad del siglo XIII) erige las fortificaciones de
lidad, s~n.tene;, en consid~ración algun~ ~ las categorías 'sociales. En Benín y hace venir de Ife a un maestro fundidor que será honrado
l~ admtmstraclOn de la ciudad :era asistido por un gabinete cuyos después de su muerte como un semidiós. Egbeka, el noveno rey
titulas eran dobles, pues cada cargo estaba cubierto por dos titulares, u oba, tuvo problemas con el Consejo de. Estado. . .
uno dell~ «~ano izquierda» y el otro «de la mano derecha». Uno Con Eware el Grande, siglo xv, Benín alcanza .su apogeo. Este
de los mas Importantes cargos era el de recaudador de impuestos; rey fue al mismo tiempo un gran médico y un, gran soldado ..Accedió
su misipn se veía facilitada porque 'las ciudades yoruba se hallaban al trono en 1440 aproximadamente; llevó a cabo -dicen- la con-
rodeadas por una muralla que servía a un tiempo como fortificación quista de doscientas ciudades y aldeas, hizo construir amplias y bellas
y comol muro de fielato. El portero, que con frecuencia era un mago carreteras a través del país, embelleció la ciudad de Benín e hizo
(babalaro), realizaba la función de recaudador de contribuciones. colocar en sus nueve puertas encantos mágicos para defederlas. Se
A lo largo de toda su historia el reino de QY9 ha manifestado rodeó de escultores que \trabajaban el marfil y la madera, entre ellos
un dinsrnisrno conquistador notable. Quizá no sea ajena a 'los éxitos el célebre Eghoghomagan. Pero este gran rey, que al parecer había
r
militar-d la obligación y la promesa hecha al generalísimo (el Katan-
fa) de suicidarse antes que entrar de nuevo en Oyo después de una
viajado hasta el Congo y Guinea, no estaba exento de dureza si era
necesario: así, al morir sus dos hijos, ordenó un duelo nacional de
derrota! .. En ocasiones, el general derrotado que quería conservar tres años, durante el cual nadie podía llevar ropa, ni "tomar un baño,
la vida ¡prefería ir a establecerse a otro lugar, por lo que venía a ni ... tener hijos. El pueblo se rebeló, y Eware el Grande pudo esca-
constinár así como un puesto avanzado en la expansión de QY9' par sólo con la ayuda de un liberto edo, antiguo esclavo suyo. Sólo
Esta aceptado comúnmente que en sus numerosas guerras Oyo se durante el reinado del decimosexto oba, Okpame, llamado Ozobwa,
benefició de la alianza de los bariba, pues en el siglo XVI el Alafin las revueltas tocan a su fin. Este rey lleva a cabo algunas conquistas
Onigboji [Onigbodchi ] , derrotado por Nupe, se refugiaba en Borgu, i en tierras egba, y toma contacto con los portugueses en 1684.
donde tfurió. Su hijo Ofiran saldrá de Borgu, con el fin de intentar tí
restaurr el reino. 2. Organización de Benín
El soberano (oba) era un monarca absoluto, aunque vigilado
C. Berro . estrechamente, Era un rey deificado, prisionero de innumerables
ritos. Incluso sus comidas y su sueño estaban codificados minuciosa-
1. orfgen y evoluci6n mente por el derecho consuetudinario. Cuando él aparecía, aunque
El feino de Benín tiene relación con He a:l tener un fundador rara vez, con pompa meticulosa y soberbia, se presentaba a los ojos
común, el legendario Qranyan, hijo de Oduduwa, que será luego del pueblo como el poseedor supremo de secretos mágicos conside-
primer rey de QY9. Pero este príncipe, que vivía entre un pueblo de rados como portadores de la prosperidad del país: «Bajo un buen
costum res diferentes, los edo, sintió nostalgia del país yoruba y oba -se decía-"- la vida mejora; bajo uno malo, se degrada y se
decidió volver a Ife. Entretanto había dejado encinta a la bella destruye». El oba era además gran sacerdote en rituales que incluían
Erimwjnde, cuyo hijo, Eweka 1, el Amado, se convirtió en el primer a veces sacrificios humanos. Era el supremo justiciero y el amo polí-
soberado de Benín. Esto sucedía a mediados del siglo XII. La tradic- tico, asistido por tres grupos de consejos. El primero era una especie
ción nos habla, sin embargo, de una primera dinastía de doce reyes, de cosejo de la 'Corona, compuesto por siete miembros hereditarios,
la dinahía de los Ogiso, cuyos reinados se verían interrumpidos por que se decían descendientesde la primera dinastía yoruba, los Oriza-
una re~uelta y por la institución de un régimen republicano. Fue ma. Los otros dos grupos (jefes de palacio y jefes de la ciudad) go-
I
Eweka quien instituyó el colegio electoral de siete miembros. zaban del patrocinio económico del rey, como portavoces de unidades
territoriales más o menos grandes (aldea, grupo de aldeas, ciudad).
Entre sus sucesores puede citarse a Ewedo (primera mitad del
siglo X~II), que se instala en el emplazamiento actual del palacio de A este respecto, el oba disponía de un poder más absoluto si cabe

I
.,

5. Grandes siglos 233


232 Historia del Mrica negra, 1
'i
todo un pueblo de funcionarios y de sirvientes minucibsamente je-
que el alafin de QY9. Este último tenía que vérselas con los QY9~ ~.
rarquizados, sin contar el barrio inaccesible del harem» ~6.
mesi, relacionados con jefes que representaban poderosos linajes, He aquí cómo describe la dudad de Benín uno de ~os primeros
poseedores hereditarios de los títulos políticos y de los bienes raíces. viajeros que visitó la costa africana: «Existen varias puertas de ocho
Había de tener' en cuenta también el eventual arbitraje, entre él o nueve pies de altura y cinco de anchura. Son de maMera, de una
y los Oyo-mesi, de los sacerdotes del culto de Ogboni. En Benín, en sola pieza, y giran sobre un perno. El palacio del rey ke encuentra
cambio, la promoción para títulos de corte o de la «ciudad» depen- al lado derecho de la ciudad ( ... ). Se trata de un conjunto de edificios
día de la voluntad del rey, o bien; como en el caso de los Orizama, que ocupa tanto espacio como 'la ciudad de Grenoblej y que está
aquélla se transmitía por primogenitura. Asimismo, los Oyo-mesi iu-, rodeado de murallas. Hay varios alojamientos para los ministros del
gaban con frecuencia el papel de árbitros, pues la sucesión real daba príncipe, y numerosas galerías que en su may~ría son 1 tan gr~ndes
lugar a una verdadera competición entre los linajes reales, en tanto como las de la Bolsa de Amsterdam. Se sostienen por medio de
que los Orizama de Benín no podían elegir más que entre los dos pilares de madera engastados en cobre, sobre el que s~ ha grabado
hijos mayores del monarca difunto, y en rea'lidad su cometido se la descripción de sus victorias, y que se procura tener muy pulido.
limitaba, en la práctica, a instalar al rey en el trono. El concepto de La mayor parte de tales casas reales han sido techadas~on ramas de
primogenitura, que es típico de la cultura edo, marcó profundamente palmera colocadas como planchas cuadradas; cada esquina ha sido
la estructura política importada desde Yoruba a Benín, y además, en embellecida con una pequeña torre en forma de pirámide, en cuya
sentido autocrático. Por el contrario, en el propio país yoruba la cúspide se ha fijado un pájaro de cobre con 1as alas ex~endidas. La
autoridad del alafin se hallaba estrictamente controlada por [as «gran- ciudad está compuesta por treinta amplias calles completamente
des familias» 35. El monarca de Benín ejercía también el monopolio rectas y de veintiséis pies de anchura, aparte de una infinidad de
sobre las transacciones comerciales con la costa vecina, en tanto que calles ~ás pequeñas que la -atraviesro:. Las edificacio~bs han. sido
el alafin de QY9 realizaba una política liberal, contentándose con construidas unas alIado de las otras, alineadas en buen orden. TIenen
percibir tasas de otorgamiento. techos, aleros, balaustradas, y están protegidas del sol por hojas de
La ciudad de Benín era un conjunto urbano que superaba en p~lmera y de bananero, pues no tienen más que un pis6 de altura.
urbanismo a la mayoría de las grandes ciudades europeas de la época. ?ln embargo, en las casas. de. la gente importante existen galerías
De plano rectangular, estaba rodeada por una gran muralla de tierra mterrores y numerosas habitaciones, cuyas paredes y cie[ds rasos tie-
y por un foso profundo. Cuatro amplias avenidas unían entre sí nen una capa de tierra roja. Estos pueblos no desmerecen en nada
las .puertas principales de la ciudad; su anchura era de ciento vei-
a los holan~eses en cuanto a limpieza. Lavan y limpian tkn bien sus
te pies, 'la longitud, de una legua; se cortaban unas a otras en ángulo
casa~, ~e esta.s presentan un aspecto pulcro y reludentb como un
r:
~ecto, .fstaban bo.r~eadas por grandes árboles alineados y por casas
testl 01 muy orbl~mal: «Una pared exterior y otra interior ambas
c angu ares, cu iertas por un techo de . d hoi '
l:Pc¡~cÍad d~a¿~ta(da d)epvilaje ~e Benín se encuentra, ha~ia levante,
o . .." a ta el agua en otro 1
camino de Goton en el Gran B 'E
l.
s ugares, corno en el
~as ~abitaciones donde vivía la f . . paJ~ ~ e ajas formaban
rnterror preparado para el d

una veranda. Sobre el quicio de 'la


. a~111t, delimitadas por un patio
nera que las prolongaciones d~aJt~ch~ s~b aguis de. l1u~ia, y de rna-
re e patIO diesen lugar a
proporcionan agu~ a 'los viajerosemn~
cada poco, grandes vasijas llenas
tal, con un cuenco para beber"
ci: l&e~ paga a emp~eados que
us f clonarIOi proClfran tener,
agua. resca y c ara colpa el cris-
gran serpiente de latón En 1 Pduerhtade entrada se yergue una sola gota sin pagar y SI' 1 ,pero nadle se atrevería a tomar una
. a entra a ay d 1 . "
d eja ,e encargad o no tá I
a 1os antepasados y a los di d os a tares consagrados allí el dinero y se sigue 1 . es a en ese momento, se
. loses e un prodi . ,.
supre.mo, d toses del mar, del hierr d 1 gl?SO panteón: DIOS más civilizados que otros' d e camino. Estos negros s¿n mucho
menSIOnes del patio y la alt r d al' e a fertilidad, etc. Las di- e
leyes esta costa' es g t . I
y una administración m bi ' . en e que tIene buenas
. 1 1 u a e a casa d p dí d 1 uy ten orgafllzad . I .
SOCIa; a Corte real for:mab . d d e e~ la e a posición Y que se muestran suma:ment . bl a, que vrven en paz
a una ClU a en la ciudad, habitada por 11 . e amIga es con 10 .
egan a negociar con ellos ( ) N di 1 s extranjeros que
35. R. E. BRADBURY' . The H'ts t ortca
. 1U
ropas basta que el rey no se . i' .d a l~ en a. corte osa cuBrirse con
Speclal Relerence to Benin and Y'oruba. ses 01 Comparative Ethnography with as a, ru se d ejan crecer el pelo hasta
~o NWUICA DUCE, b
I
en Le Courrier de I'UNESCO
} octu re 1959. II
".~,. \
,. ( Historia del Africa negra, 1

. '.9uee1 príncipe no les haya hecho tal concesión. A veces, en lugar de


5. Grandes siglos
235
l<'
~ parece seguro que es el herede:o del. a~te de Nok. Ha producido
Aar~es¡ropa, el re:;; ofrece una mujer a los jóvenes, que de este modo obras maestras que, en su mayorra, han SIdo llevadas a Gran Bretaña
,:obtIer¡.en_el permiso de vestirse y de cuidar su cabellera ( ... ). Una t~as la expedición militar británica de 1897, o bien, fueron descu-
¡vez·al ano el rey aparece a caballo, cubiert6con sus vestimentas bl:rtas por Frobenius, en 1910, o exhumadas por azar durante tra-
. d 1.1 , • d .
Tia ornos reales, con un sequito e trescientos o cuatrocientos gen- baJOS de desmonte, a.partir de 1938. Son en su mayoría terracotas
tilhodbres, compuesto de infantes y de jinetes, y seguido también o piezas de latón elaboradas por" medio de la técnica de' la cera per-
ti" por u~ grupo de mús.icos; aquéllos le preceden, ést~s le siguen. El dida.
Ii'
r.
pas<:o caballo se realiza alrededor del palacio, sm .aleJarse dem.asiado La mencionada técnica consistía, en primer lugar, en llevar a cabo
&, de e1./Con ellos llevan algunos leopardos domesticados y atados, y la escultura e? cera, ~lrededor de un núcleo de tierra, para pasar
buen f~mero de. enanos y de sordos, que sirven para divertir al luego. a revest1~ ~ aquella con una capa informe de arcilla, en la que
rey. Para poner fin a la ceremonia se estrangulan o se corta la cabeza se dejaba un orificio, Posteriormente se calentaba la arcilla y entonces
a. doce)o q~.nce esclavo.?, en la creencia de que es~as desdichadas víc- la cera se derretía y salía, y el hueco preparado en el interior de la
'j timas se dirigen despues de su muerte a otro pais en el que resuci- masa de arcilla tomaba la forma exacta que tendría luego la estatua
i
1
tan, d¿nde su condición mejora, y que, después de morir, cada uno una vez completada. Sólo faltaba verter el latón fundido, esperar a
encontrará allí a sus esclavos. El príncipe honra en gran medida a su que solidificase y romper la capa de arcilla para obtener así ·la esta-
.,,~
!
I
madre y no toma ninguna decisión importante sin consultar con tua. El trabajo del latón, la escultura en madera o en marfil, el trabajo
ella. S~ embargo, en virtud de no sé qué ley, no les está permitido del hierro, del cuero, el tejido, la fabricación de tambores, necesario
verse. Por ello, la reina madre permanece en una bella casa fuera de todo ello para los rituales y protocolos de la corte, eran tarea de
la cíudhd, donde es servida por gran número de muchachas y mujeres. gremios especializados, .dcbídamenre jerarquizados, con una escala de
C~a~do el rel muere se le entierra en una seI?uitura excavada en títulos que iban desde el aprendizaje hasta la maestría, con sus calles
su propio palacio, tan profunda que los trabajadores acaban por y santuarios reservados.
caer al!. agua y ahogarse. Cuando ya está todo dispuesto para de- Las obras maestras de Ife pueden compararse a las mejores piezas
positar el cuerpo en la tumba, se presentan todos los favoritos y ser- de la estatuaria griega por la perfección plástica, pero aun así tienen
vidore~ del moilar~a dif~t~ y se ofrecen para acompañ,ar a su se?~r algo que da una sensación de menor frialdad, que emocionan más,
y serl~rle en el mas alla. DIscuten largo tiempo entre S1 para decidir pues no persiguen una belleza humana idealizada, sino la represen-
quién va a ser el privilegiado, y son aquéllos a los que el monarca tación de hombres y mujeres que dan fe cada uno de ellos de una
demo tró mayor afecto en vida los que resultan vencedores. Una vez experiencia humana individualizada, plasmada para siempre en la
que s~s fieles cortesanos han bajado a la tumba, se desliza sobre su pieza por la mano de estos artistas anónimos: un Oni cubierto de la
abertJra una gran piedra» 37. cabeza a los pies con sus atavíos, o que presenta una cabeza de una
T clrminemos diciendo que el oba de Benín podía movilizar dignidad y de una serenidad verdaderamente regias. O un grande
20.000 hombres en un solo día, y 100.000 en poco tiempo más. de la Corte, de cuyo perfil fula emanan inteligencia y orgullo, o bien
una reina-madre cuyo rostro indica que la vida tiene ya poco que

D. tes
I
y artesanía

Ify y Benín se han hecho célebres en el mundo entero por el


enseñarle, pues sus labios esbozan un imperceptible temblor del que
no sabemos decir si se trata de una nostálgica sonrisa al recordar las
efímeras delicias de aquí abajo.
El arte de Benín, en el que se distinguen varios períodos (arcaico,
descubrimiento de obras de arte, verdaderas obras maestras, de bron- precoz, clásico ent.re 1500 y 1691), es menos sereno y más dinámico.
ce (latón) y de barro cocido. Se trata de un arte cortesano deins- En él sentimos las querellas de palacio y el rumor de las armas, pero
piracién naturalista y que se centra en la magnificación de los fastos también los ecos de las cacerías y de las apariciones pomposas de los
del reino. El arte de He es el más antiguo cronológicamente, Y obas. Se trata de un arte más simbolista, poderoso y compacto. Y las
I grandes planchas de latón en las que el oba se muestra en su abso-
I
,luta majestad aplastando con su talla al séquito de acólitos, guardias
37 $IEUR DE LA CROIX: Relation unioerselle de l'Airique ancienne et mo-
II
~I derne, Lyon, 1688, págs. '167 y ss.
y músicos, con la cabeza cubierta por el casco de guerra, con sus
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236 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos I 237


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collares que le llegan hasta los labios, su brazalete, el sable de· gala, convertirá en una actividad considerablemente más dest~uctiva, pero <,
y su aire de búfalo irritado, nos recuerdan el ambiente de los bajorre- asimismo tenderá a ser más breve y sobre todo, como eili tiempos de
lieves de Assur. . Luis VI el Grueso en Francia, solamente el monarca s:e hallaba en
situación de pagarse un ejército así equipado, por lo qU9 podrá man-
tener más fácilmente el orden y la paz propicias al comercio.
IV. ECONOMIAS y SOCIEDADES ENAFRICA OCCIDENTAL Las arterias trans-saharianas fueron los primeros nexos del Africa
occidental con el exterior. Eran sobre todo rutas meridionales, cuyo
surgimiento está ligado al de las catavanas de camellos ~ a1 cuidado
A. Las economías
de los oasis destinados a servir de escala y a proporcionar sucesiva-
mente las decenas o centenares de toneladas de agua neJesatias para
1. Las rutas comerciales , . d 1 abrevar a una caravana media: un camello puede beber rien litros de

f Ir
.d m leta de la vida econornica e agua de una vez, y las caravanas contaban cientos y aun np.ilesde estos
Es difícjl hacernos una 1 ea C de elementos estadísticos. Si animales. Las rutas utilizadas nos son conocidas gracias a los viajeros
Africa occidental 1?recol~mia!, por au:ológicas continuadas y profun- y geógrafos árabes, bien porque obtenían de otros sus informaciones,
se llevasen a cabo 1Dvest~gaclOnesa~das hechos fundamentales a este bien porque, como Ibn Battuta y León el Africano, ~llos mismos
das podríamos conocer sl17lug?rda d 'beneficiarse del hecho de viajaron, mucho antes que los «exploradores» europeos, en las ca-
C d el historia or pue e id
respecto. on to o, ,. d 1 Africa del oeste han sufri o raras ravanas. ··1
que las estructuras economl eas el 1 rgo de los siglos, debido a la Entre el siglo XI y el XIX se constataba algo así cornó una trasla-
dificaci fundamenta l es a o a . ,
mo I icaciones , ~ L. h hos más significativos son, aquí, ción de rutas que van hacia el sur del desierto. Entre 10~ siglos VIII
estabilidad de las tecnicas. ,os ec d 1 xterior de nuevos recursos al XIII aproximadamente, "la .ruta que iba de Marruecbs al Sudan
., . l o el prestamo e e 1
la selección in oca ., difusíó de técnicas nuevas en e campo conoció gran actividad: era una ruta de noventa días (s,b calculaban
agrícolas, la elaboraCllon y 1 ustlon y finalmente el giro gradual de
1 ' de a manu ac f ura, d 1 las distancias en jornadas), según Ibn ]aldún, y unía lo~ dos «puer-
de . a artesan~a y . 1 . rtir del siglo XVI, a expensas e as
los intercarnbíos comercia es a pa d 1 lf d tos» saharianos de Tamedelt, en el norte, y de Awdaghost, en el sur.
rutas del desierto y en provecho de los centros costeros e go o e
Cuando Gana comienza a declinar su alcance disminuye en beneficio
Guinea. . 1 id d d 1 t de una ~ta más se~ra,. hacia el oeste: la que AI-Ya'qu~i menciona
Una de las condiciones del comercio era :a segun a . e as tu as,
que parece haber existi~o plenamente en Gana y en Mali, pese a 'lue en su Kttab al-Buldé» (Ltbro de los países), que unía a Sidehilmasa, en
ambos imperios no poseían ejercrtos permanentes. Estos, sin embargo,
acabaron por imponerse a los soberanos sudánicos a causa del desarro-
llo del poder central, que necesitaba estar preparado para llevar a cabo
el S?t de Mar~uecos, con Walata y Tombuktu pasando po~ T h
!mpordt~n~la lde esta vía comercial deriva de que drenába
Lfa
A rrca su anrca a sal gem d T h I
~~:Z:i
o
rápidas e inmediatas intervenciones en cualquier punto del imperio.
Además, las armas se tornaban cada vez más algo sumamente costoso,
y 10 mismo sucedía con la cabétl1ería. Por ejemplo, las armas de fuego
~~:r~i~~de~"!¡n:s
;r~iil~~b~!e~~~~aEr~;:lk~~';s
=!d:~~s Pci: st
tallos. y la sa~ marina ex lo~dque se ext.rala de las centza~ de ciertos
resultaban excesivamente caras y precisaban de un mantenimiento se difundía suficient.emen~e p a (t.Aw~ll, en la costa mapritana, no
or
delicado. Las inversiones en armas alcanzaban sumas considerables, convirtió así en la primera art . e interior .. La ruta de 1)eghazza se
y para que su utilización fuese rentable habían de ser confiadas a . 1 .. erra entre Mah y 1 . L
gr!nos a utlllzaban para viajar a La M e exterior i os pere-
soldados profesionales, sometidos a un adecuado entrenamiento y . rrnsrno hacían las caravanas . eca, pasando por el'Tuat, y io
bajo el directo control del soberano. Los contingentes de é1ite cons- en 1350 incluía al prodigioso ~~::~?ledtes de ~barrueeos, cdp10 la que
tituían el núcleo del grueso de las tropas movilizadas en caso de leva Dchenné y Gao se beneficiar -:r o. e rutas n Battuta. Tombuktu
masiva.
tir del siglo XIV va a ser cort:ci ampl~amente de la ruta, la ~uaI a par~
En efecto, los recursos de los Estados no les permitían mantener a
de las ~ribus bereberes. A causa d~o~l1refuencia por las dePfedaciones
ejércitos permanentes considerables. Así, las consecuencias de la men- rutas sItuadas más hacía oriente o eron puestas en eJf:plotación
cionada evolución fueron ambivalentes. Por un lado, la guerra se claramente, pero tengamos en ,cuyo trazad? no se hallaba definido
Y ernpa 1mes que los guías utili .b
cuenta que exístí
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I o 500 Km.

GOLFO DE GUINEA aRutas» comerciales a través del Sahara


en la Edad Media.

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240 Historia del Africa negra, 1 5. Grandes siglos


I 241 .1

,1,
niencias de estas ciudades ambulantes que eran las caravanas. Wargla Es cierto que se produjo interacción entre los factores económicos
~I
sustituyó así a Sidchilmasa. y una de las rutas más antiguas que cru- y políticos, pues el surgir político estaba ligado a la prósperidad eco-
zaban el Sudan central era la llamada Ruta de los Garamantes, entre nómica, en la medida en que Ios reyes organizaron r~pidamente el
el Fezzán y Gao. Pero parece ser que la ruta que unía a Ghadamés comercio en su provecho, como en el caso de Gana. Pero de todos
con el Air y el Níger era también muy antigua, a juzgar por la erosión modos, el comercio dependía en gran medida de lapa~ y de la esta-
de la piedra allí donde la ruta pasaba por un terreno rocoso. La ruta l
bilidad política, pues las ,cortes regias constituían uno de los princi-
que iba de Ghadamés al Fezzán pasando por Ghat, pasa también por pales clientes del comercio exterior. Así, con harta ~recuencia, las
el Air, región que jugaba el papel de perno del comercio caravanero, mercancías no pasaban al público hasta después de qu~ los funciona-
siendo su principal centro Agadés. La ruta del Fezzán al Chad, por rios del rey no apartaran la parte que correspondía a aquél. Por otro'
Bilma y el Kawar, era sin lugar a dudas la misma vieja ruta romana lado, la seguridad de las rutas dependía estrechamente de la autoridad
utilizada por los generales Séptimo Flacco y Julio Materno en el , política. Y no es menos cierto que, siempre, los níonarl: as intentaron
siglo 1 de la era cristiana, durante su aventura hacia el sur, ruta que monopolizar no uno de los polos del tráfico caravanero, sino los dos,
pasa por las pendientes del Hoggar y. del Tibesti y que parece seguir es decir, las minas de sal en el norte y las de oro del sur. E1 hecho
talwegs en los que los depósitos freáticos son poco profundos; tiene de que Mali haya alcanzado este objetivo no es ajeno a su excepcional
t

la ventaja de estar sembrada de oasis sucesivos y prósperos, que hacen esplendor. Además, el agotamiento de las minas de oro! y la apertura
de ella una vía relativamente fácil. Sobre todo Bilma, que se halla de nuevos placeres en el este y en el sur, en la sabanacl incluso en el
en plena región de las minas de sal del Kawar, llegó a ser el punto (!
bosque, ha tenido algo que ver en la traslación del poder político de
de partida, desde Azalai, de los camellos que cada año transportan occidente a oriente a través del Sáhel. I .
por millares las barras de sal del Air hacia Gao. Según Ibn jaldún, Sin embargo, tampoco debemos exagerar las consecuencias eco-
en el siglo xv, las caravanas que cruzaban el Hoggar contaban en nómicas del comercio trans-sahariano. Es cierto que g~acias a él en-
ocasiones hasta doce mil camellos. Caravanas que, en Bornú, encon- traban en Africa Negra ciertos productos que, como 1!. sal, eran de
traban el cobre que provenía de Wadai y de Darfur, llevándose con- consumo corriente. Pero es probable que teniendo en cpenta el débil
sigo además gran número de esclavos. Pero la ruta trans-sahariana radio de acción y la lenta difusión, la mayor parte de ~os negros del
situada más al oriente era la famosa Darb al-Arbaín o Ruta de los
I!" bosque seguían recurriendo a sustitutos del valioso condimento como
Cuarenta Días, que unía a Egipto con Kobe, en Darfur. Era una ruta
de esclavos muy peligrosa por las tempestades de arena y por los por ~jemp10, a variedades de potasa. En pleno siglo xlx,I1a salestab;
asaltos de los bandidos. consld;rada, en CIertas regiones de - Africa Negra, comb un tesoro.
. En el e~tremo de las rutas meridionales existían rutas transversa- Ademcis, los que c0n.tro1aban el negocio trans-sabarianol no eran los
~i?
les dactIvas,que unían los distintos puertos caravaneros corno la m ercba eres negros, Sln.0 los comerciantes magrebies y 1'os principes
q~e 1 a e Wa1ata a Tombuktu, Gao, al Darfur
N11<;
S '
Azul, hacia los puertos del mar Rojo (Swaki~ pZr il e)nnar y el
h acia La Meca y el océano Indl·
L co.
, e a, y uego1
bere eres, que eran quienes se n
reunían los diversos productos ci
e rga b d
an.e ~r?a?lZar
.
1,~J
sudánica gracias a sus intermedia~osue;o los d1t1?Ia~ h~cfa el Africa
caravanas,
as mercancías transportadas 1 !:"
vendedores locales al detalle. Sólo ellosgentes ? dlstnbUI?preS, y a los
. pre las mismas durante much ti por as rutas del norte fueron siern-
el oro, los esclavos la kola ,o Iemp.o:.del País de los Negros partían y de reventa de 10s productos del Má rebon~clan el precltde compra
Mágreb y del este ~enían 1~ gsa 1mP1 1a1, !DIenta,marfil, pieles, etc. y del
0
del oro y de los esclavos vendidos e; el J?lo ellos COnO<i:lan el valor .
t 1
.e as, per 1as, manuscritos etc y ' osh mgotes
·d de
b hi er ro o d e core
b' las mados del transporte el cual n ,agdreb y los co~tes aproxi-
Importancia de las rutas 'tran~-sa'ha ~ SI o su rayada .ampliament~ la y e11o S111 . tener en cuenta
, u o fcareCla evi en t emente dee rIesgos
o-i
glos, elpulmon del Africa occiden~11nas por haber SIdo, durante si- nes de origen de los produ~o~ ~on recu~ncia llegaban hasta las regio~
el exterior. a , en materIa de apertura hacia capaces de calcular con cierta reg:o-afl~ldcadnos. y solament~ ellos eran
;,' Y lo s termmos
' . d·e Intercambio aCIona 1 b 1 a el m lb .
argen d e eneftcios
f Pero pretender que los distintos rein . .
ue;:-onmas que la expresión política de lOS e Imper~os sudánicos no
sena un grosero error y un d ta es transacclOnes económicas
veces,. beneficiosos para ellos. L:e;:
exorbItantes diferencias de p.
!iAf .ser, la. mayor parte de la;
tlcano CIta a1gunds casos de
a exagera a esquematización de la realidad. didos. Cita también el caso d recj? entre productos compratros y ven-
casa con el polvo de Oto, deb7d~ 1:1!e;a~~gdOSobligados a ~olver a su
e productos gU¡ comprar.

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