Existen tres criterios comúnmente utilizados en la evaluación del
desempeño de un sistema, los cuáles están muy relacionados con la
calidad y la productividad: Eficiencia, Efectividad y Eficacia.
EFICIENCIA: Se le utiliza para dar cuenta del uso de los recursos o
cumplimiento de actividades con dos acepciones: la primera, “relación entre la cantidad de recursos utilizados y la cantidad de recursos estimados o programados”; la segunda “grado en el que se aprovechan los recursos utilizados transformándose en productos”.
EFECTIVIDAD: Es la relación entre los resultados logrados y los
resultados propuestos, o sea nos permite medir e| grado de cumplimiento de los objetivos planificados.
Cuando se considera la cantidad COMO único criterio se cae en
estilos efectivitas, aquellos donde lo importante es el resultado, no importa a fi«é costo. La efectividad se vincula con la productividad a través de impactar en é11 gro de mayores y mejores productos (según el objetivo); sin embargo, adolece de la noción del uso de recursos.
EFICACIA: Valora el impacto de lo que hacemos, del producto o servicio
que prestamos. No basta con producir con 100% de efectividad el servicio o producto que nos fijamos, tanto en cantidad y calidad, sino que es necesario que el mismo sea el adecuado; aquel que logrará realmente satisfacer al cliente o impactar en el mercado.
Como puede deducirse, la eficacia es un criterio muy relacionado con lo
que hemos definido como calidad (adecuación al uso, satisfacción del cliente), sin embargo considerando ésta en su sentido amplio: CALIDAD DEL SISTEMA. Los indicadores de productividad son herramientas aplicadas frecuentemente en la gestión empresarial, con el fin de evaluar el rendimiento y la eficiencia de los procesos en las empresas. Básicamente, sirven para medir la cantidad de recursos que utilizan las empresas para generar un producto o servicio en particular.
A través de un control efectivo de los procesos y con datos fiables y
actualizados, los indicadores de productividad permiten identificar y corregir con antecedencia, los potenciales problemas y anomalías en las actividades de la organización, previniendo y evitando perjuicios a los clientes y la propia empresa.