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UNIVERSIDAD CRISTIANA EVANGELICA NUEVO MILENIO

Nombre:
Litzi Jahely Torres Umanzor

N. de cuenta:
122020009

Tema:
Cuadro Descriptivo

Catedratico:
Adan Trejo

Asignatura:
Sociología

Sede:
San Lorenzo, Valle

Lugar y Fecha:
Goascoran, Valle
15/04/2023
La revolución Industrial y su Impacto en la Producción en el Mercado

Revolución y Reforma: Dos Proyecciones del Cambio Social

La revolución industrial y su impacto en la producción en el mercado global.


Revolución y reforma: dos proyecciones del cambio social El cambio social puede
orientarse y proyectarse como resultado de dos tipos de proceso: la revolución y la
reforma, que representan dos maneras distintas de comprender el conflicto social. Toda
revolución tiene como elemento constitutivo el empleo de la violencia y la amplia
participación popular; comprende momentos prolongados de guerra civil, es decir, de
enfrentamiento entre las dos fuerzas en conflicto: los que luchan por mantener el poder
y el orden establecido, y los que luchan por arrebatarlo. La revolución se distingue de
una rebelión o una revuelta porque, aunque éstas son también levantamientos o
insurrecciones, ocurren en un espacio limitado del territorio de un país y no pugnan por
la subversión del orden establecido, sino generalmente por la satisfacción de
reivindicaciones económicas o políticas. Así, una revuelta campesina es un
levantamiento de una parte de la población para obtener respuesta a demandas propias
de dicho sector de la sociedad, como la propiedad de la tierra. Las revueltas no se
generalizan a toda o la mayor parte de un país. El levantamiento armado del 1o de enero
de 1994 en Chiapas, encabezado por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional
(EZLN), es un ejemplo actual de este tipo de movimientos que recurren a la violencia
para obtener respuestas a las demandas de ciertos grupos sociales, en este caso las de los
indígenas de la región.

Los líderes revolucionarios triunfantes se convierten en gobernantes muy populares en


la fase constructiva. La falta de renovación en el mando y la dificultad de los regímenes
revolucionarios para adecuarse a los cambios que van experimentando las sociedades
hacen que éstos se desgasten y, en algunos casos, lleguen a agotarse.

Estos cambios buscan una mayor eficacia en el proceso productivo (menores costos de
producción, producir a toda la capacidad instalada y reducir los riesgos que traen
movimientos en la demanda), lo cual significa un adelanto más en lo que hubieran sido
los propósitos de la primera revolución industrial. Hoy, el crecimiento de la
competencia mundial, característica de la fase postindustrial, está exigiendo
“flexibilidad laboral” en las empresas; es decir, una adaptación rápida de la
organización de los trabajadores (reclutamiento, horario de trabajo, despido) para hacer
frente a los cambios en los mercados y la tecnología. Los nuevos cambios tecnológicos
plantean una serie de interrogantes sobre sus efectos no sólo en las economías
avanzadas, sino en el conjunto mundial. ¿Quiénes serán los principales beneficiarios de
la automatización y la nueva revolución industrial?, ¿qué avances traerá esta revolución
tecnológica en cuanto a la participación de los trabajadores en la distribución de las
cargas laborales?; ¿prevalecerán las consecuencias negativas, como la disminución
drástica del empleo y la pérdida de capacidad de lucha de los sindicatos? Aunque estas
interrogantes están todavía por responderse, el empuje de las transformaciones en la
vida de nuestros días ha rebasado las fronteras de los países altamente industrializados y
empieza a plantearse como exigencia en economías de mediano desarrollo como la
nuestra.

Las sociedades siguen transformándose y continuarán haciéndolo. De esta manera,


temas que antes sólo se hallaban en los libros de ciencia-ficción ahora se han convertido
en una realidad tangible. La introducción de los robots y la electrónica en los procesos
productivos de Europa, Japón y Estados Unidos han hecho que hoy se hable de la época
de la automatización total o de la tercera revolución industrial.

El proceso de industrialización provocó profundas transformaciones económicas,


sociales y culturales en los países denominados. Refirámonos a algunas de ellas:

 La industrialización exige una transferencia de capitales.


 La industrialización exige una transferencia de mano de obra en las actividades
agrícolas hacia las actividades industriales y de servicio.
 con el trabajo industrial, se difunde el uso de la moneda y el crédito
favoreciendo la aparición de nuevas necesidades.
 La industrialización multiplica las responsabilidades del estado.
 La industrialización induce a un acelerado proceso de urbanización.
 La industrialización y el desarrollo económico tienden a disolver la familia
extensa y a sustituirla por la familia nuclear.
 La industrialización y el desarrollo económico fomentan nuevas distinciones e
entidades sociales.
 La industrialización y el desarrollo económico generan las condiciones para el
aparecimiento de nuevas élites identificadas con la vida urbana.
 La industrialización y el desarrollo económico favorecen el desarrollo de
comportamientos secularizados.

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