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Resumen
La Relatora Especial sobre la situación de los defensores de los derechos humanos,
Sra. Margaret Sekaggya, presenta su tercer informe al Consejo de Derechos Humanos, de
conformidad con la resolución 7/8 del Consejo.
En el capítulo I del informe la Relatora Especial da cuenta de sus actividades
durante el año objeto del examen. Señala a la atención de los Estados miembros las 246
comunicaciones que se han remitido en el marco del mandato durante el último año. En la
adición 1 al presente informe se ofrece información más detallada sobre esas
comunicaciones.
En el capítulo II la Relatora Especial se centra en la situación de las defensoras de
los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las
cuestiones de género, los riesgos y las violaciones a las que se enfrentan y los autores de
esas violaciones. Tras una sección sobre el marco jurídico y en enfoque del mandato
respecto de los problemas con los que se enfrentan esos defensores, la Relatora Especial
analiza los riesgos y las violaciones que se han denunciado en el marco del mandato.
Asimismo, examina desde una perspectiva de género los mecanismos de protección
existentes y las estrategias a las que recurren los defensores para mantenerse a salvo.
En el capítulo III la Relatora Especial expone sus conclusiones y sus
recomendaciones a los Estados, las instituciones nacionales de derechos humanos, los
mecanismos regionales de protección y las organizaciones no gubernamentales (ONG)
nacionales e internacionales.
Índice
Párrafos Página
I. Introducción ............................................................................................................ 1–4 3
II. Actividades realizadas durante el período que se examina ..................................... 5–16 3
A. Comunicaciones enviadas a los Estados......................................................... 5 3
B. Visitas a países ............................................................................................... 6–7 3
C. Cooperación con el sistema de las Naciones Unidas y las organizaciones
intergubernamentales...................................................................................... 8–12 4
D. Invitaciones de gobiernos ............................................................................... 13–14 4
E. Cooperación con las organizaciones no gubernamentales.............................. 15–16 5
III. Las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover
los derechos de la mujer o las cuestiones de género ............................................... 17–103 5
A. Marco jurídico internacional .......................................................................... 17–21 5
B. El enfoque del mandato .................................................................................. 22–31 6
C. Riesgos y problemas a los que se enfrentan las defensoras de los derechos
humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o
las cuestiones de género ................................................................................. 32–88 8
D. Mecanismos de protección y estrategias de seguridad ................................... 89–103 19
IV. Conclusiones y recomendaciones ........................................................................... 104–112 21
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I. Introducción
1. El presente informe es el tercero que presenta al Consejo de Derechos Humanos la
actual Relatora Especial y el 11º presentado por el titular del mandato relativo a los
defensores de los derechos humanos desde 2000. El informe se presenta de conformidad
con la resolución 7/8 del Consejo.
2. Los titulares del mandato se han ocupado en repetidas ocasiones de las
especificidades de la situación de las defensoras de los derechos humanos y de los
problemas particulares a los que se enfrentan. Sin embargo, en el presente informe, la
Relatora Especial se centra por primera vez, explícita y exclusivamente, en la situación de
esas defensoras y de quienes se dedican a los derechos de la mujer o las cuestiones de
género.
3. En el informe se examina el marco jurídico internacional y el enfoque del mandato
respecto de la situación particular de las defensoras de los derechos humanos y los
activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género. En el
informe se examinan también los riesgos a los que se enfrentan esos defensores, se
identifican el carácter de las actividades de las presuntas víctimas, las presuntas violaciones
y a sus presuntos responsables. En el informe se examinan también los mecanismos de
protección existentes y las estrategias que utilizan esos activistas para mantenerse a salvo.
4. Para preparar el presente informe la Relatora Especial ha analizado las
comunicaciones enviadas en el marco del mandato en el período 2004-2009 y ha enviado a
los Estados, las ONG y las organizaciones intergubernamentales y regionales un
cuestionario sobre la situación las defensoras de los derechos humanos y de los activistas
dedicados a los derechos de la mujer o las cuestiones de género. La Relatora Especial desea
dar las gracias a todos los Estados y organizaciones que han respondido a ese cuestionario.
Parte del informe se deriva de las respuestas recibidas y, con el fin de reflejar mejor la
situación de las defensoras de los derechos humanos y de quienes se dedican a los derechos
de la mujer o las cuestiones de género en cada región, en la adición 3 del presente informe
figura una compilación de las respuestas recibidas.
B. Visitas a países
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Solicitudes pendientes
7. Hasta diciembre de 2010 estaban pendientes de respuesta las siguientes solicitudes
de visita de la Relatora Especial: Belarús (2002, 2003, 2004, 2010), Bhután (2001, 2002),
Chad (2002, 2003, 2004), China (2008, 2010), Egipto (2003, 2008, 2010), Federación de
Rusia (2004), Fiji (2010), Filipinas (2008, 2010), Guinea Ecuatorial (2002), Irlanda (2008),
Kenya (2003, 2004), Malasia (2002, 2010), Mozambique (2003, 2004), Nepal (2003, 2004,
2005, 2008, 2009), Pakistán (2003, 2007, 2008, 2010), República Árabe Siria (2008, 2010),
Singapur (2002, 2004), Sri Lanka (2008, 2010) Tailandia (2010), Túnez (2002, 2004, 2008,
2010), Turkmenistán (2003, 2004), Uzbekistán (2001, 2004, 2007), Venezuela (República
Bolivariana de) (2007, 2008, 2010) y Zimbabwe (2002, 2004, 2008, 2010). La Relatora
Especial lamenta que algunas de esas solicitudes sean de larga data y espera que los Estados
presten oportunamente la debida atención a todas ellas.
D. Invitaciones de gobiernos
13. El 4 de febrero de 2010 la Relatora Especial asistió a una sesión de trabajo del
Congreso de los Diputados de España sobre mecanismos parlamentarios para proteger a los
defensores de los derechos humanos.
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15. La Relatora Especial prosiguió la fructífera cooperación del mandato con la sociedad
civil en los planos nacional, regional e internacional. La Relatora Especial lamenta no haber
podido participar, por limitaciones de tiempo, en todas las conferencias y seminarios a los
que ha sido invitada. En las ocasiones en las que la Relatora Especial no ha podido asistir,
ha procurado, en la medida de lo posible, estar representada por un funcionario del
ACNUDH.
16. El 25 de enero de 2010 la Relatora Especial asistió a una audiencia pública
celebrada en el Parlamento Europeo en Bruselas sobre el apoyo de la Unión Europea a los
defensores de los derechos humanos. Del 10 al 12 de febrero asistió a la quinta Plataforma
de Dublín para los Defensores de los Derechos Humanos. El 3 de mayo asistió en Ginebra
al seminario internacional organizado por la Dependencia de Instituciones Nacionales del
ACNUDH sobre la mejora de la cooperación entre los mecanismos regionales e
internacionales. Del 6 al 10 de septiembre, la Relatora Especial asistió a la Consulta
regional del Pacífico y al curso de formación para defensores de los derechos humanos
celebrado en Suva (Fiji). Los días 25 y 26 de noviembre participó en la Consulta Nacional
de defensoras de los derechos humanos en Nepal. Del 2 al 4 de diciembre, la Relatora
Especial participó en el cuarto Foro regional de defensores de los derechos humanos,
celebrado en Filipinas.
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1
Véanse, por ejemplo, los documentos E/CN. 4/2006/95 y A/HRC/4/37.
2
Véase, por ejemplo, el documento E/CN. 4/2002/106.
3
Ibíd.; véanse también los documentos A/59/401 y E/CN.4/1999/68.
4
Folleto informativo Nº 29 del ACNUDH: "Instituciones Nacionales de Promoción y Protección de los
Derechos Humanos".
6 GE.10-17873
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5
A/62/225.
6
Véanse las resoluciones 62/152 y 64/163 de la Asamblea General.
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es esencial para reconocer los problemas y los riesgos específicos a los que se enfrenta ese
grupo de defensores y asegurar su protección.
Total de comunicaciones
Año enviadas Grupo objetivo Porcentaje del total
7
A/HRC/13/22/Add.1; A/HRC/10/12/Add.1; A/HRC/7/28/Add.1; A/HRC/4/37/Add.1;
E/CN.4/2006/95/Add.1; E/CN.4/2005/101/Add.1; E/CN.4/2004/94/Add.3.
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Total de comunicaciones
Año enviadas Grupo objetivo Porcentaje del total
36. Las comunicaciones relativas a ese grupo enviadas en el marco del mandato durante
el período 2004-2009 se analizan más adelante. Las cifras que se facilitan en las distintas
secciones son el resultado de un análisis a varios niveles que ha permitido sacar a la luz los
distintos elementos de las comunicaciones enviadas, como las actividades que desarrollaban
las víctimas, las violaciones denunciadas y sus presuntos autores.
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de defensoras pertenecientes a esas categorías profesionales. Las defensoras con ese perfil
parecen correr mayor peligro en algunos países, principalmente la República Islámica del
Irán (9 comunicaciones), Colombia (8 comunicaciones), China (8 comunicaciones), la
Federación de Rusia (7 comunicaciones) y Túnez (6 comunicaciones).
47. Las periodistas y las profesionales de los medios de comunicación que se dedican a
cuestiones relacionadas con los derechos humanos también parecen estar expuestas a
riesgos como resultado de su trabajo. Ese grupo incluye a las periodistas de investigación
que se ocupan de temas relacionados con los derechos humanos, las columnistas que
promueven la reforma de los derechos humanos, las reporteras que informan sobre
violaciones de los derechos humanos y las blogueras. Durante los seis años examinados,
se enviaron en el marco del mandato comunicaciones acerca de 70 casos pertenecientes a
esa categoría. En algunos países, buena parte de las comunicaciones enviadas se referían a
mujeres que trabajaban como periodistas o que desarrollaban otras actividades relacionadas
con los medios de comunicación. Las periodistas fueron también el tema de
diversas comunicaciones enviadas a, entre otros, Túnez (7 comunicaciones), Colombia
(7 comunicaciones), la República Islámica del Irán (7 comunicaciones), Belarús
(5 comunicaciones) y la Federación de Rusia (5 comunicaciones).
48. También se enviaron 64 comunicaciones sobre defensoras que se ocupaban de
cuestiones relacionadas con la impunidad y el acceso a la justicia, como la situación de los
testigos y las víctimas de violaciones de los derechos humanos que buscaban reparación, así
como de los abogados, las personas y las organizaciones que las representaban o apoyaban.
Este grupo parece correr especial peligro en algunos países de Europa, Asia Central y
América. Más de la mitad de las comunicaciones al respecto se enviaron a la Federación de
Rusia (15 casos), Colombia (14 casos) y México (9 casos).
49. Asimismo, se enviaron 58 comunicaciones sobre casos de defensoras y activistas
dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género que denunciaban
abusos en el contexto de los conflictos militares, la lucha contra el terrorismo y otras
situaciones de violencia generalizada. Este grupo comprende a los defensores que trabajan
en países y regiones afectadas por conflictos, como la República Democrática del Congo, el
Sudán, Colombia y el norte del Cáucaso, y en zonas salientes de conflictos, como los países
balcánicos (en particular Serbia) y Nepal. El grupo incluye a las personas que desarrollan
actividades de vigilancia y denuncia de las violaciones, prestan ayuda y asistencia a las
víctimas, se ocupan de las dimensiones de género de los conflictos y luchan contra la
impunidad, por ejemplo, denunciando los casos ante órganos internacionales como la Corte
Internacional de Justicia y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
50. De 2004 a 2009 se enviaron también en el marco del mandato 42 comunicaciones
sobre defensoras que se ocupaban de cuestiones de derechos humanos que suelen
superponerse, relacionadas con el encarcelamiento de presos políticos, entre otros, la pena
de muerte y la presunta prevalencia de la práctica de torturas o malos tratos.
51. Las mujeres que trabajan en los sindicatos y otros activistas que defienden los
derechos laborales también parecen estar expuestos a violaciones y graves riesgos como
consecuencia de su labor, aunque más en unas regiones que en otras. Este grupo fue el tema
de 40 comunicaciones, incluidas 6 comunicaciones sobre presuntas violaciones de las que
las víctimas habían sido mujeres de la familia o la pareja de sindicalistas o activistas pro
derechos humanos varones. La mayor proporción de esas comunicaciones (13) se envió a
Colombia, y el resto se envió a países entre los que figuran Gambia, Guatemala, Honduras,
Myanmar y Zimbabwe.
52. Se enviaron también 40 comunicaciones sobre presuntas violaciones contra
defensoras que promovían los derechos de comunidades indígenas, dirigentes comunitarias
y defensoras de los derechos de las mujeres de las comunidades indígenas. La gran mayoría
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otras a defensoras que se dedicaban a cuestiones como los derechos de las minorías, los
refugiados y las desapariciones forzadas o involuntarias.
64. Un número alarmante de defensoras de los derechos humanos y sus familiares
pagaron el más alto precio por su labor. Durante el período 2004-2009, se enviaron
39 comunicaciones relativas al asesinato de uno o más defensores, de familiares suyos o de
mujeres de la familia de defensores de los derechos humanos varones, además de
35 comunicaciones sobre intentos de asesinato.
65. Las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los
derechos de la mujer o las cuestiones de género en América son los que parecen estar más
expuestos a los asesinatos o los intentos de asesinato. El mayor número de comunicaciones
se envió a Colombia (12 sobre asesinatos, 11 sobre intentos de asesinato), pero también se
denunciaron casos en el Brasil (2 comunicaciones sobre asesinatos, 4 sobre intentos de
asesinato); Guatemala (2 sobre asesinatos, 2 sobre intentos de asesinato); y Honduras
(2 sobre asesinatos, 2 sobre intentos de asesinato). También se denunciaron intentos de
asesinato en México (2), Chile (2), Ecuador (2) y el Perú (2). Al parecer, las personas más
expuestas al riesgo son las sindicalistas y las activistas de los derechos laborales,
especialmente en Colombia y Guatemala; las activistas de los derechos de los indígenas,
especialmente en Colombia, México, Chile y Guatemala; las activistas que actúan en la
esfera del medio ambiente y de los derechos a la tierra, especialmente en el Brasil y
Colombia, además de sus familiares y las personas a las que se asocia con ellas.
66. Fuera de América, en 2009 hubo un aumento alarmante en comparación con años
anteriores en el número de denuncias recibidas sobre asesinatos de defensoras de los
derechos humanos y de activistas dedicados a promover los derechos de la mujer o las
cuestiones de género en la Federación de Rusia, adonde se enviaron cuatro comunicaciones
sobre presuntos asesinatos en 2009. En este contexto, las víctimas eran personas que
trabajaban a favor de los derechos humanos en Chechenia y el Cáucaso septentrional en
general, además de periodistas. También se denunciaban asesinatos e intentos de asesinato
en comunicaciones enviadas a Filipinas (8 comunicaciones), el Iraq (2 comunicaciones), la
India (2 comunicaciones), Nepal (1 comunicación), Sri Lanka (2 comunicaciones), Israel
(1 comunicación), y el Congo (1 comunicación). Asimismo, en el período 2004-2009 se
enviaron comunicaciones denunciando intentos de asesinato al Pakistán
(2 comunicaciones), Bangladesh (1 comunicación), los Estados Unidos de América
(1 comunicación, sobre el Iraq bajo administración estadounidense) y Francia
(1 comunicación, sobre la Guyana francesa).
67. Durante ese mismo período se recibieron denuncias de ataques contra la integridad
física de este grupo de defensores por parte de personas o grupos ajenos al Estado, que
originaron 52 comunicaciones. Aproximadamente la mitad de esos casos correspondieron a
países de América Central y del Sur. Al parecer, entre las personas más expuestas al riesgo
en esa región figuran las periodistas, por ejemplo las que se muestran críticas con los
grupos paramilitares en Colombia; las defensoras de los derechos laborales en México, las
abogadas, las defensoras de los indígenas y las que trabajan a favor de la democracia. Se
denunciaron también e agresiones físicas en Europa y Asia Central (10 comunicaciones), el
Oriente Medio y África Septentrional (6 comunicaciones), Asia (5 comunicaciones) y
África (3 comunicaciones).
68. Normalmente, los autores de las amenazas, incluidas las amenazas de muerte, los
intentos de asesinato y las agresiones físicas son desconocidos o personas no identificadas,
si bien se ha denunciado que se trata de personas o grupos que se ven afectados de alguna
forma por la labor realizada por sus víctimas, o que tienen algún tipo de relación con ellas.
A ese respecto, los grupos paramilitares y otros grupos armados, especialmente en
Colombia, suelen ser los autores de los asesinatos y de las amenazas de muerte, que pueden
ir dirigidos a personas pertenecientes a amplios sectores de la sociedad civil, y que, a
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b) Detención y criminalización
70. El análisis de las comunicaciones enviadas en 2004-2009 revela una tendencia
preocupante en cuanto a la criminalización de las actividades que llevan a cabo las
defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los derechos de
la mujer o las cuestiones de género en todo el mundo, si bien en ciertas regiones mucho
más que en otras. Durante el período mencionado, se enviaron en virtud del mandato 417
comunicaciones relativas a denuncias de detenciones y criminalización de esas actividades.
De ese total, 256 comunicaciones se referían a detenciones y 166 a otras formas de
criminalización, como la realización de investigaciones penales, la presentación de cargos,
el procesamiento y la imposición de penas que iban desde multas hasta detenciones
administrativas o largos períodos de encarcelamiento.
71. Durante este período fueron también habituales las denuncias de irregularidades en
cuanto al respeto de las garantías procesales y el derecho a un juicio justo. Cerca de 87 de
las comunicaciones enviadas en virtud del mandato incluían denuncias de irregularidades
de procedimiento tras las detenciones y de incumplimiento de ciertos elementos básicos de
las garantías procesales, como detenciones no reconocidas y con incomunicación, falta de
acceso a un abogado, juicios parciales y prevaricación.
72. A partir de las comunicaciones enviadas, es posible identificar a las personas que
corren mayor peligro de ser detenidas y de sufrir otras formas de criminalización a causa de
su labor. En comparación con América Central y del Sur, donde son más comunes las
amenazas, incluidas las amenazas de muerte, las detenciones y la criminalización son más
habituales en Asia y el Pacífico, región a la que se remitieron 127 comunicaciones relativas
a detenciones y 64 relativas a otros actos de criminalización, si bien en algunos casos
coincidían ambas denuncias.
73. Se enviaron a China 36 comunicaciones sobre presuntas detenciones y 17 sobre
otras formas de criminalización. Las personas más expuestas eran las defensoras que se
ocupaban de los derechos de las minorías religiosas y nacionales, de los derechos de la
mujer, como la planificación familiar y los derechos en materia de procreación, del derecho
a la vivienda, de la reforma democrática y de la impunidad por el presunto empleo de
tortura, entre otras cosas. Resulta especialmente preocupante la frecuencia con la que, al
parecer, se imponen a esas personas penas de cárcel, incluidos períodos de detención
administrativa, a menudo descritos como "reeducación por el trabajo".
74. Las defensoras de los derechos humanos y los activistas dedicados a promover los
derechos de la mujer o las cuestiones de género parecen estar especialmente expuestos a las
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detenciones o las acciones judiciales en la República Islámica del Irán, adonde se enviaron
alrededor de 30 comunicaciones sobre presuntas detenciones y 18 sobre otras formas de
criminalización. Las personas más expuestas son las activistas de los derechos de la mujer y
muchas de las detenciones se produjeron durante acciones públicas pacíficas como
manifestaciones o recogidas de firmas.
75. Además, se enviaron comunicaciones que contenían denuncias de detenciones y
acoso judicial a Myanmar (12 y 7, respectivamente); la India (8 y 3, respectivamente); el
Pakistán (6 y 2, respectivamente); Filipinas (5 y 3, respectivamente); Viet Nam (3 y 3,
respectivamente), y Nepal (5 denuncias de detención e ingreso en prisión), entre otros.
76. En las demás regiones se denunció un número considerablemente inferior de
detenciones y otras formas de criminalización. Durante el período 2004-2009, se enviaron
35 comunicaciones a Estados de Europa y Asia Central sobre la presunta detención e
ingreso en prisión de defensores, y 43 sobre acoso judicial y otras formas de
criminalización. En algunos casos, coincidían ambas denuncias.
77. En lo que respecta a los casos de detención, ingreso en prisión y criminalización,
la mayoría de las comunicaciones iban destinadas a la Federación de Rusia
(10 comunicaciones), Belarús (8 comunicaciones) y Uzbekistán (8 comunicaciones). En
este contexto, las personas más expuestas al riesgo de ser detenidas parecen ser las
defensoras que se ocupan de cuestiones de derechos humanos relativas al conflicto en el
Cáucaso septentrional; los activistas a favor de la democracia, en especial en Belarús; los
defensores de los derechos de la mujer en Belarús y Uzbekistán; las personas que
denuncian violaciones ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, especialmente en la
Federación de Rusia; y las mujeres periodistas de los tres países. Otros países a los que se
enviaron algunas comunicaciones relativas a denuncias de detenciones e ingresos en prisión
son España, Kirguistán, Turkmenistán y Turquía. Se enviaron comunicaciones sobre otras
formas de criminalización y sobre acoso judicial a Azerbaiyán, Francia, Grecia, Kirguistán,
la República de Moldova y Turquía.
78. En virtud del mandato, se enviaron 38 comunicaciones relativas a detenciones en el
África Subsahariana, además de otras 18 relativas a otros tipos de acoso judicial y
criminalización. Muchas de las comunicaciones contenían ambas denuncias, y la mayoría
se referían a defensores que trabajaban en Zimbabwe, adonde se enviaron 18
comunicaciones relativas a detenciones y 9 relativas a acciones judiciales; ambas denuncias
coincidían en un número considerable de casos. La mayoría de las víctimas eran activistas
de los derechos de la mujer; las detenciones se producían generalmente durante
manifestaciones públicas pacíficas y las acusaciones se referían a presuntos delitos contra el
orden público o de tráfico. También se enviaron comunicaciones sobre detenciones y actos
de criminalización a, entre otros, el Sudán (7 y 2, respectivamente), Etiopía (4 y 1,
respectivamente) y Gambia (3 y 2, respectivamente).
79. Durante el período 2004-2009, se enviaron 28 comunicaciones relativas a la
detención y el ingreso en prisión de defensoras de los derechos humanos y de activistas
dedicados a promover los derechos de la mujer o las cuestiones de género en América,
además de otras 22 relativas a otras formas de criminalización de defensores de los
derechos humanos. En lo que concierne a las detenciones y los ingresos en prisión, las
personas más expuestas parecen ser las activistas que trabajan a favor de los derechos de los
indígenas, sobre todo en Chile, además de otras dirigentes de las comunidades, activistas
campesinas y rurales, ecologistas y abogadas. También parecen correr peligro las activistas
indígenas, especialmente en Chile. Entre 2004 y 2009, se enviaron en virtud del mandato
seis comunicaciones sobre la criminalización de mujeres que se ocupaban de cuestiones
indígenas en Chile. La criminalización solía incluir la presentación de cargos y el
enjuiciamiento por supuestos delitos contra el orden público relativos al derecho de reunión
y, en alguna ocasión, por presuntos delitos de terrorismo.
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esporádicas a modo de castigo o intimidación, o con las que, en ocasiones, se trata de evitar
la celebración de reuniones.
c) Estigmatización
85. Además de la estigmatización "política" en determinados contextos de los
defensores de ambos sexos, a quienes se acusa de representar a movimientos guerrilleros,
terroristas, extremistas políticos, separatistas y países o intereses extranjeros, su sexo o los
derechos que propugnan en relación con el género o la sexualidad suelen agravar la
estigmatización de las defensoras de los derechos humanos. Como hemos señalado, esa
labor se puede percibir como un ataque contra las normas, las tradiciones o las ideas
socioculturales establecidas sobre la función y la condición de la mujer en la sociedad. Por
consiguiente, los agentes estatales y no estatales suelen estigmatizar a las defensoras y su
labor. Es habitual que se acuse particularmente a quienes se dedican a los derechos de la
mujer, las cuestiones de género y los derechos de las lesbianas, los homosexuales, los
bisexuales y los transexuales de que propugnan o tratan de importar de alguna manera
valores "extranjeros" u "occidentales" contrarios a la cultura nacional o regional. Esa
estigmatización se suele atribuir a los agentes o los representantes del Estado.
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89. En esta sección se resume la información facilitada por los diversos interesados
sobre los mecanismos de protección existentes y su capacidad de respuesta a las
necesidades específicas de las defensoras y de quienes se dedican a los derechos de la mujer
o las cuestiones de género, así como las estrategias que utilizan para protegerse. La
información se facilitó mediante las respuestas al cuestionario enviado por la Relatora
Especial a los Estados y demás interesados.
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96. En otras regiones, uno de los factores que obstaculizan el desarrollo o la aplicación
de políticas o prácticas estatales para proteger a las defensoras y a quienes se dedican a los
derechos de la mujer o las cuestiones de género es la falta de voluntad de las autoridades,
incluida la policía. En estos casos, es posible que los funcionarios públicos o los agentes de
policía compartan las opiniones conservadoras y patriarcales imperantes en la comunidad
en general sobre las defensoras y quienes se dedican a los derechos de la mujer o las
cuestiones de género y, por lo tanto, muestren poco entusiasmo o ninguno en absoluto por
protegerlas eficazmente, pese a estar obligados a ello.
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atención. A menudo, recurren a sus familiares para protegerse, utilizándolos incluso como
escoltas.
102. Algunas ONG internacionales, regionales y nacionales han preparado instrumentos y
programas, como el acompañamiento de las defensoras en situación de riesgo, patrullas
informales de seguridad, capacitación, publicaciones y la creación de redes locales de
protección de las defensoras, para aumentar su protección y su capacidad de
autoprotección. Aunque esas iniciativas son dignas de elogio y a menudo extremamente
eficaces, no pueden reemplazar las políticas o los programas estatales necesarios para
satisfacer eficazmente las necesidades de seguridad de este grupo de defensoras.
103. Cabe señalar que los riesgos y los problemas mencionados a los que las defensoras
de los derechos humanos y quienes se dedican a los derechos de la mujer o las cuestiones
de género están expuestos al tratar de llevar a cabo sus actividades legítimas y pacíficas no
se pueden concebir independientemente de los factores políticos, sociales, económicos,
ambientales y sistémicos de otro tipo que producen y reproducen los conflictos, los
desplazamientos, la desigualdad, la violencia y las actitudes y las prácticas patriarcales que
causan estos problemas. La seguridad de esas defensoras está inextricablemente relacionada
con la seguridad de sus comunidades y solo se puede lograr plenamente en el contexto de
un enfoque holístico que comprenda, entre otras cosas, la consolidación de la democracia,
la lucha contra la impunidad, la reducción de las desigualdades económicas y la lucha por
la justicia social y ambiental.
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