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LOS LIBROS DE HOY Y EL JOVEN CRISTIANO

La mayoría de libros seculares, sobre todo si hablamos de literatura, no están hechos para sanar a las
personas, algo que sí ocurre con los libros cristianos, sean devocionales o de ficción (o al menos así debería
ser). Se trata de una cuestión que los lectores cristianos no podemos pasar por alto, pues muchos de estos
libros abren heridas no sanadas, mal sanadas, o despiertan recuerdos dormidos.

Es cierto que Jesús nos ha sanado. Sin embargo, debemos cuidar su obra. Nos ha regalado el edificio;
nosotros debemos prestarle mantenimiento. Quien salió de la adicción al alcohol, aunque las consecuencias
del pasado hayan desaparecido por gracia de Dios, sabe que un «traguito» puede ser detonante de algo que
estaba allí latente en el corazón.

Ciertas novelas románticas pueden despertar en las mujeres un espíritu de melancolía de la más alta calidad.
Algo tan inofensivo como lo “romántico”, tiene el potencial de recordarnos esos amores del pasado. Anhelos
que habían desaparecido de pronto vuelven a surgir, nos meten dudas, e incluso nos hacen retroceder.

Cada quién conoce sus heridas, aunque la Biblia dice que solo Dios conoce completamente el corazón de
las personas. Pero basados en lo poco que conocemos de nosotros mismos y con la astucia con que nos
dota el Espíritu Santo, debemos leer solo aquello que sabemos no nos afectará en ningún sentido.

No importa cuánto te haya costado el libro o si te lo regaló alguien muy especial. Si te afecta el corazón, si
interrumpe el plan que Dios te ha propuesto para tu vida, no dudes en arrojarlo a la basura, y si no es malo
efectivamente, puedes regalarlo a otra persona.

Pero no nos engañemos. Un libro cristiano redactado sin cuidado, esto es, sin la dirección completa del
Espíritu Santo, puede abrir heridas en nuestros lectores. Conozco una iglesia que retiró un libro de su
catálogo porque sus páginas podían producir pornografía mental en las personas. No menciono el autor ni el
título porque nunca lo leí y por lo tanto no me atrevería a dar una apreciación; pero si es así, es la mejor
decisión que podemos tomar al sacar esa clase de libros de nuestra biblioteca.

Nuestro consejo es el consejo de Dios: “Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar.
Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y
todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza”, Filipenses 4:8 (NTV).

Contra el consejo de Dios no procede argumento alguno.


El apóstol Pablo lo expresa de este modo: «Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura…» Aunque esto bien
pudo haberse referido a la lectura de las Escrituras, el aviso es ciertamente válido aun en la actualidad. La
verdadera pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos leyendo la Biblia?

Sabemos lo que sucede a nuestros cuerpos si no contamos con una alimentación regular y completa; pero
parece que pensamos que una lectura casual e intermitente de las Escrituras puede ser suficiente para
nuestras necesidades espirituales. Esto no es adecuado, y si hemos estado descuidados y negligentes, ahora
es el momento de enmendarnos.
¿Y qué hay de la música?

“Alabad a Jehová desde los cielos; alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros todos
sus ángeles; alabadle, vosotros todos sus ejércitos.”

Salmos. 148:1-2

La música es creada e inspirada por Dios para su alabanza y adoración, en un principio


cuando en el cielo todo marchaba correctamente.

Lucifer era el director de alabanza del cielo, por decirlo así, de ahí viene la raíz de la
música secular. Si bien es cierto anteriormente se describe que la música es creada con
el fin de transmitir un mensaje del Padre, de adorar su majestad y exaltar su nombre.
Lucifer así llamado en el cielo imito la música del cielo pero le invirtió el sentido,
desfiguró el plan original de la música.

¿Por qué no es recomendable escuchar música secular?

La música es el arte de combinar la melodía, la armonía y el ritmo. Un cristiano nacido de nuevo no tiene la
necesidad de escuchar música que no sea Cristocentríca. Porque un cristiano nacido de nuevo no tiene ninguna
necesidad de escuchar música que no alabe a Dios ya que su corazón está lleno. ¿Ahora bien, esta de verdad
nuestro corazón lleno? ¿Y en ese caso es prudente escuchar cualquier tipo de música?

A menudo la música tiene un sentido. La melodía te hace reflexionar, meditar, te hace pensar, la armonía es la
que satisface el oído; y el ritmo es aquel que satisface el cuerpo.

Se pueden distinguir diversos estilos de música: Entre ellos la música cristiana, religiosa, música secular y la
música secular pactada.
La música cristiana, que es aquella que lleva letras que permiten adorar y exaltar a Dios, y esta puede ser música
lenta o música de victoria, este estilo de música es aquella que realza el nombre de Jesucristo, Él es el centro de
toda melodía, ritmo y armonía.

La música secular con letra neutral: este tipo de música solo trata de satisfacer lo que hay en el corazón, a través
de la melodía y el ritmo esta trata de satisfacer el oído y el cuerpo.

La música secular pactada: Es toda aquella música que tiene un mensaje subliminar, cuenta con un doble
sentido y además, en ella se hace uso de malas expresiones y palabras inadecuadas que muchas veces llevan a
las personas a sentir algo en su corazón que no se puede evitar, como malas actitudes, amargura, depresión,
entre otras cosas que pueden perjudicar tu salud emocional y espiritual.

Ahora bien, la música siempre te transmite un mensaje sea bueno o malo, lo entiendas o no lo entiendas, sea
de lenguaje respetuoso o no, siempre transmitirá algo a tu cuerpo, mente y corazón.

Generalmente es el cuerpo el que reacciona ante el ritmo, ese es el objetivo de la música hacer que todos tus
sentidos reaccionen, con la música cristiana la reacción de tu cuerpo llevará a un sentir espiritual el cual te
conectará con el Padre, conectarte con el Espíritu santo trae paz a tu corazón, trae gozo, amor, alegría, cuando
te conectas a la señal del cielo recibes muchas bendiciones aun sin que las pidas, porque Dios conoce el corazón
y la necesidad de todas y todos, cada vez que se elevan palabras de amor que salen de nuestra boca, cosas
maravillosas pasan para bendecir.

A diferencia de lo que transmite la música cristiana la música secular transmite emociones de acuerdo al género
de la canción, por ejemplo: si una persona alcohólica escucha una canción con melodía de desamor y ritmo
lento esta persona tiende a deprimirse más y a tomar más ¿Por qué? Por qué el cuerpo reacciona a los ritmos de
las canciones y por ende esto también afecta el corazón y la mente de la persona.

«¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas.» Santiago 5:13

Si esta misma persona escucha una cumbia o una canción alegre y pegajosa, inmediatamente se pondrá a bailar,
se pondrá a cantar y reír a pesar de su estado de ebriedad por lo mismo del efecto que tiene la música.

En cambio, la música secular con doble sentido o pactada hace que el cuerpo reaccione de forma específica,
claro ejemplo del género reggaetón que incita a los jóvenes a tener relaciones sexuales de manera desordenada,
o que la misma letra denigra y ofende la integridad de la mujer como creación de Dios.
Mujer virtuosa, ¿Quién la hallará? Porque su estima sobrepasa a la de las piedras preciosas proverbios 31:10

Este tipo de música lo único que hace es despertar un sentir sexual pecaminoso y peligroso, pero ¿por qué
peligroso? Porque si estas escuchando el perreo o reggaetón y su letra te dice que debes tener relaciones con
una chica o un chico sin importarte nada, tu vienes lo haces y no sabes si te expones a una enfermedad
terminal, una infección aparte de eso estas cometiendo pecado debido a que tu cuerpo es templo y morada del
Espíritu Santo, tu cuerpo le pertenece a Dios y por ello debes cuidar de él, siendo así que estas errando al hacer
caso a las letras pervertidas de este tipo de género musical, estas complaciendo a los deseos de la carne y eso
significa que estas muriendo espiritualmente tal como lo dice en romanos 8:13 ¨Porque si vivís conforme a la
carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis¨

Cuando la música se realiza con el fin de captar la atención de los jóvenes o personas que andan por el mundo
sin conocer a Dios la letra de estas debe ser con mensaje evangelístico no importa el género musical que sea; si
es reggaetón, cumbia, rock o cualquier otro género, sus letras y acciones a la hora de escribir y cantar debe ser
una inspiración dada por Dios, si no es así esto simplemente se convierte a música la cual su centro de alabanza
no es adorar a Dios.

Antes de escuchar o elegir qué tipo de música deseas escuchar debemos preguntarnos ¿hacia dónde me
conduce? ¿Qué me transmite? Porque si satisface mis deseos pasionales entonces no es música que conduce a
Dios, la música que te ministra es la que te hace reflexionar, la que te hace estar a solas con Dios. Lo que hace
que tu espíritu y alma se controle y se conecte con la presencia de Dios no es la música acelerada es la música
que lleva un fin.

VIDEOJUEGOS:

¿Qué tipo de videojuegos debe jugar un cristiano?

Hay muchos juegos que pueden influenciarte para hacer cosas malas y cambiar tu forma de pensar, para
que empieces a pensar que todo es normal, y sin darte cuenta, empiezas a perder interés por las cosas de
Dios.

Juegos de matanza, pandillas, uso de drogas, pornografía, blasfemias, robos, elementos satánicos y
escenas de extrema violencia ¿Crees que son aceptados por Dios?
Dentro de los otros muchos tipos de juegos se pueden encontrar los juegos de rol, que se juegan a través de
internet y permiten a los participantes crear sus propios personajes. Puedes elegir ser un: narcotraficante,
mafioso, ladrón, prostituta, asesino, etc. ¿Representan esos personajes algo similar a Cristo? Creo que no.

Los juegos de música, deporte, estrategia, aventura podrían ser algunos videojuegos recomendamos para
un creyente, siempre con el cuidado de no llegar a una adicción o que nuestra conciencia sea corrompida.

Además, debes analizar si este videojuego ha sido tropiezo para ti en la lectura de la Biblia, la oración, la
comunión con algunos hermanos y ha impedido incluso dedicarte a tu familia o a la iglesia.

Consejos para un cristiano sobre los videojuegos

Algunos consejos prácticos que podemos encontrar en la Biblia y aplicarlo en los videojuegos son:

1. Evita los extremos: no es bueno prohibir todo (Colosenses 2:20-21), pero tampoco es bueno jugar sin
límites (1 Corintios 6:12).

2. Cuidado con las adicciones: si pasas más de 5 horas a la semana jugando videojuegos, debes considerar la
posibilidad de adicción, si está afectando incluso tus compromisos con el Señor, deja de jugar.

3. Escucha a tu conciencia: la conciencia es una de las armas más importantes en nuestra vida, porque puede
ser la voz del Espíritu Santo, ella es la que nos acusa cuando estamos haciendo algo mal, o nos da paz cuando
hacemos lo bueno, así que, escucha su voz y aléjate de los videojuegos cuando ella te hable.

4. Cristo debe ser el Centro de todo: Aunque no está mal divertirse de vez en cuando, lo más importante en
la vida del creyente debe ser su amor y comunión con el Señor. Ninguna otra cosa puede reemplazar el gozo
del Señor, así que si pasas más tiempo jugando videojuegos que conociendo al Señor y a su palabra debes
arrepentirte y dejar ese ídolo.

Es bueno recordar que, además del vicio, el envolvimiento con videojuegos puede causar:

1. Cansancio físico debido a la disminución o hasta la falta del sueño nocturno;

2. Cansancio visual, ojos que arden y resecados, pues una persona concentrada parpadea tres veces menos;

3. Aislamiento de la convivencia social y del contacto humano;

4. Dificultades de atención;

5. Limitación del vocabulario y de la conversación;


6. Disminución del hábito de la lectura;

7. Deshumanización y mecanización del comportamiento;

8. Estímulo a comportamientos agresivos en función del tipo de juego utilizado o por el exceso de cansancio;

9. Falta de sensibilidad ante problemas serios y de la realidad diaria;

10. Pasividad, con la voluntad inhibida y el raciocinio bloqueado, debido a los movimientos repetitivos y
predefinidos;

11. Separación de la realidad por encontrar un «hábitat» en el mundo virtual. Cuando los juegos son
«pesados», la situación es peor, pues la persona pasa a encarar con naturalidad la violencia, las muertes, las
torturas y el sadismo. Ellos son desligados de toda consecuencia moral o espiritual;

12. Bajo rendimiento y aprovechamiento escolar debido al cansancio físico y mental debido a largas horas
dedicadas a los juegos;

13. Conexiones peligrosas, la creación de familiaridad con los demonios de todo tipo: zombis, chamanes
(brujos), vampiros, Ets, dragones, criaturas deformes, andrógina, así como familiarizarse con sus nombres:
Diablo, Jersey Devil, Pokemon (monstruos de bolsillo), Speed Devils, Dragón Quest, etc .;

14. Aumento de la presión arterial, pues la actividad cardiovascular es directamente influenciada. Cuanto
mayor es la violencia del juego, más sube la presión arterial;

15. Problemas de columna, en función de la postura irregular durante horas de juego;

16. Tendinitis y Lesión por Esfuerzo Repetitivo causados por repeticiones excesivas de movimientos de
manos y brazos.

Top videojuegos populares:


¿Quiénes han estado creando nuestro menú multimedia?
Detrás de lo que hoy día consumimos está un selecto y muy reducido grupo de personas que pertenecen a
asociaciones o grupos de los cuales quizás hayamos escuchado antes, pero de los que muy poco se sabe.

Todos tienen en común que promueven el tan mencionado Orden Mundial que no es mas que el plan
ideado para cambiar el orden de lo que Dios en su absoluto poder y amor por nosotros creó.

En este nuevo “orden” en realidad lo que abunda es el caos y exceso de información que al final nos deja
abarrotados de información falsa pero muy encantadora a nuestros sentidos y que nos hace blanco fácil de
ser moldeados de una forma que Dios no aprueba.

A continuación, algunos de esos grupos o sectas “invisibles”:

Anunnaki (Reptilianos)

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