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Novena a San José

Esposo purísimo de la Santísima Virgen


María
Padre adoptivo del divino niño Jesús
patriarca de la iglesia
ruega por nosotros que recurrimos a ti

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ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS
LOS DÍAS

Por la señal, ...


En el nombre del padre, …

Acto de contrición.
Dulce Jesús, redentor mío, a quien debiendo tantos
beneficios he correspondido con muchos pecados. De esto
me arrepiento en lo íntimo de mi corazón, porque tú eres
bueno, mi dios y señor. Propongo firmemente, con el auxilio
de tu gracia, no volver a pecar; y espero en tu infinita
misericordia me perdones todas mis faltas, por tu preciosa
sangre, amen.

Oración para todos los días


Trinidad santa. Padre, Hijo y Espíritu Santo en quien creo
como verdad infalible, a quien amo sobre todas las cosas
bondad inmensa; a quien espero como poder infinito, a
quien adoro como a mi Dios y Señor, a quien deseo ver
como al centro de mi alma, y a quien alabo como a mi
soberano bienhechor; gracias te doy, con todos los efectos
de mi corazón por la inexplicable dignidad a la que
sublimaste al señor San José, haciéndole cabeza de la
casa de la madre de Dios y dándole en la tierra en cierta
manera, el lugar del Eterno Padre Primera persona de tu
Trinidad augusta; por haberle escogido como padre

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adoptivo de Jesús, segunda persona de tu Trinidad
Gloriosa; y al Espíritu Santo tercera persona de tu Trinidad
Santa, por haberle hecho dignísimo Esposo de María
Santísima elevándolo después de tanta gloria y poder al
cielo, por estos títulos que tuvo en su vida; muy confiado te
pido el remedio que necesito en mi presente necesidad,
siempre y cuando fuere conveniente a tu Gloria y a la
salvación de mi alma. Por lo mucho que gustas, Dios mío
de que le amemos, te suplico enciendas en mi corazón y
los de todo el mundo, en el amor y devoción para nosotros
tan provechosa, del Santísimo Patriarca Señor San José.

(A continuación, solo tendrá que hacer la oración del


día de la novena y pasar a las ORACIONES FINALES.)

Día primero
VIGILANTE PADRE MÍO, Señor San José, más dichoso
que Adán, Abel y Enoc, pues a ti entrego Dios el paraíso de
sus delicias en María Santísima; ofreciste a Dios por don al
Unigénito del Eterno Padre y de María: no solo invocaste el
nombre de Dios, sino que le pusiste nombre a Jesús y
anduvo contigo tantos años, Dios hombre, viviendo en tu
misma casa. Pues fuiste tan fiel guarda de Jesús y María,
concédeme tu ardiente amor y a mi Redentor y a mi Madre
María, celando en mí y en toda la honra para poder tener
con este amor y devoción la prenda segura de la salvación.
Amén.

Día segundo

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PROVIDENTE PATRIARCA Señor San José, más feliz que
Noé, Abraham, Isaac, Jacob y José de Egipto, pues
guardaste la mejor arca de Dios, para que por ella se
salvasen los hombres, se llamó el mismísimo Hijo de Dios
no solo Dios de José, sino hijo tuyo, te reverenciaron el sol
de Justicia Cristo, la luna llena de gracia María, y las
estrellas, los Apóstoles guardando tú el pan del cielo, en tu
amoroso Hijo Jesús, para sustentar al mundo. Alcánzame
de Dios la virtud de la prudencia con lo que mire por lo que
ha de durar para siempre, que es el bien de mi alma.
Amén.

Día tercero
ILUSTRADO PROFETA Señor San José, el más virtuoso
de todos los profetas, pues en tu misma casa hermosa
nube y fecunda tierra María, llovió como rocío, brotó como
el sol al Salvador del mundo, escogiéndote Dios para que
llevaras a Egipto al Redentor Jesús para librarlo de la
tiranía de Herodes. Te suplico que entrañes en mi alma un
perpetuo dolor con que deteste las veces que he
despreciado con mis culpas a mi amado Jesús,
persiguiéndole para darle muerte con mis pecados, de que
me pesa, por ser mi Dios tan bueno. Amén.

Día cuarto
FIEL JOSÉ, más aventajado en las delicias que Josué,
David y todos los jueces, reyes y capitanes santos de la ley
antigua, pues a ti te obedeció el verdadero sol de justicia,
Cristo y la luna llena de gracia María; tuvo porque así lo

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quiso el mismo Dios, necesidad de tus bienes para
sustentarse y tuviste en tu misma casa tanto tiempo, la
mejor arma del Nuevo Testamento, María, en quien estuvo
tan de asiento el Maná del cielo, Jesucristo: alcánzame de
Dios una profunda humildad, con que, sirviéndole, le
agrade, y una entrañable misericordia para con mis
prójimos. Amén.

Día quinto
AMADO SEÑOR SAN JOSÉ, que pudiste no solo señalar
con el dedo, diciendo como el Bautista que había nacido al
mundo el redentor de él, sino que también decir que en tu
misma casa y de tu sacratísima Esposa había nacido;
teniendo igualmente más felicidad que los apóstoles, pues
en tu compañía vivió tantos años el Hijo de Dios, a quien
tantas veces servían tus brazos de trono reclinando su
cuerpo sobre tu corazón, alcánzame de tu Hijo Santo, por
medio de tu Esposa, un grande amor a la oración con él
que guste solo de estar en compañía de Jesús, María y
tuya: y cuando por dar gusto a Dios, me sea preciso
apartarme de tal conversación, sea siempre llevando en mi
corazón a Jesús, María y José. Amén.

Día sexto
DULCE SEÑOR SAN JOSÉ, justo, más que todos los
justos de la ley de gracia quienes en el juicio al decirles
Cristo que le dieron de comer y de beber; y le vistieron, no
le podrán decir con tanta propiedad lo que le dirás tú, lleno
de una profunda humanidad, pues muchas veces vistes

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con hambre el mismo Jesús y le diste de comer, sediento y
le diste de beber, dándole también vestidos para cubrir su
santo Cuerpo: concédeme una gran fortaleza de espíritu y
alegría en los trabajos que tomaré por Dios, o que el señor
me envíe para que así sea mi manjar solo el hacer la
voluntad de Dios. Amén.

Día séptimo
PURÍSIMO SEÑOR SAN JOSÉ, más dichoso que los
ángeles y principados; y especialmente más que San
Miguel, San Gabriel y San Rafael, pues haciendo Dios a los
ángeles guardas de los hombres, a Rafael; compañero de
Tobías en su viaje: a Gabriel; embajador para con la Madre
de Dios y a Miguel, príncipe de la milicia celestial, a ti te
hizo guarda y compañero en varios viajes de Jesús y
María, Esposo en vez de embajador y cabeza de la familia
de Dios en la tierra; por estas tus excelencias consígueme
de Dios una gran fuerza del alma y cuerpo, y de intención
en todas mis obras para que pueda acompañar siempre a
Jesús y María. Amén.

Día octavo
SANTO JOSÉ, más feliz que todos los espíritus celestiales,
pues estos solo son ministros de Dios para lo que el señor
les ordena; y tú, llamando Hijo a Jesús, te obedecía en lo
que tú le decías que hiciese. alcánzame de tu Hijo una
rendida obediencia a mis superiores, con lo cual caminaré
seguro al cielo. Amen.

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Dia noveno
ADMIRABLE PRODIGIO DE LA GRACIA, señor San José,
en quien resplandecen prerrogativas de los ángeles y
santos del cielo, pues eres como ángel, por ser guarda de
Jesús y de María; arcángel porque cuidaste del Rey
supremo Cristo, y de la Reina María; principado por ser
cabeza de la Casa de Dios en la tierra; potestad por
haberte mantenido en la dignidad que tu humildad te
reservo; virtud por la fortaleza en los trabajos que
padeciste por Jesús y María; dominación porque venciste
tus pasiones y a los tiranos; trono porque lo fuiste del hijo
de Dios; querubín, por ser guarda del paraíso de Dios que
tuviste patriarca, por tener nombre de Padre de un Hijo, en
quien fueron benditas las gentes; Profeta, por la luz que
tuviste de las escrituras, de lo que habrían de padecer el
Redentor, apóstol, por el celo con el que convertiste tantos
egipcios; director excelente, que enseña más con obras
que con palabras; Virgen puro, y confesor excelentísimo.
Me alegro soberanamente de tan inexplicable santidad; y te
suplico, que por amor de Jesús y de María me concedas
deseos grandes de todas las virtudes para que con ellas
adorne mi alma y algún día, alcanzar el cielo. Amén.

ORACIONES FINALES
Se rezan SIETE VECES: Un Padre Nuestro, un Ave María
y un Gloria Patri; en memoria de los siete dolores y gozos
del señor San José.

Luego se rezan las siguientes oraciones:

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Dulce poderoso y piadoso padre mío San José de quien
dijo Cristo a sus discípulos; yo conversaba con José de
todas las cosas, como si fuera su hijo: él me llamaba hijo, y
yo le llamaba padre; yo le amaba como la niña de mis ojos;
Por este tan singular amor de tu Hijo Santo que fue el
origen de hacerte tan estupendos y especiales beneficios;
con los que llegaste a tan Excelsa santidad; y por el
entrañable amor y reverencia con que te miro y atendió tu
Purísima Esposa María Santísima te ruego me alcances
una verdadera conversión a Dios, siendo tú mi guarda, mi
guía en las virtudes, y mi amparo en toda mi vida, y en la
hora de mi muerte. Intercede por los que están en pecado
mortal para que salgan de este infeliz estado; por las
benditas almas del Purgatorio; por el acierto de los que se
ocupan de ganar las almas para Dios, por la exaltación de
la Santa Iglesia por la conversión de los herejes e infieles, y
finalmente, para alcanzar el favor que ahora necesito.
(Mencionar aquí la petición). Así lo espero de tu piedad y
poder, si es conveniente a mi salvación, más si no es del
agrado de Dios, tengo firme esperanza, santísimo Padre
mío, que no me ha de dejar sin consuelo, sino que me has
de conseguir de Dios paciencia y esperanzas firmes, para
lograr el fruto de los trabajos, enseñados del invicto
sufrimiento con que pasaste los tuyos, sirviendo a Jesús y
María. Amén.

A María santísima
Amable madre mía, centro dulce de mi corazón, qué tanto
gustas de que veneremos a tu santísimo esposo San José,
enciende mi afecto y los de todos en la devoción de este
sacratísimo patriarca, y por la reverencia y amor que le
tienes, te pido me intercedas con tu Hijo Santísimo en mi

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presente necesidad, pues para contigo pongo por
medianero al Señor San José, y no te puedes negar,
benigna señora sus ruegos. Hazle, tierna madre, cargo a
tus obsequiosos Esposos José, de mí, de todos los que te
aman, de todos los que hicieran esta novena, de todos mis
parientes, conocidos y encomendados, y por último de
todos los que hubiere escandalizado, de todos los que me
hubieren hecho algún beneficio o algún agravio,
perdonando yo a estos con todas las veras de mi alma,
para que Dios me perdone mis pecados. Amén.

Salve Josefina
¡Salve a ti! celoso defensor de Cristo, virginal custodio del
hogar divino, vida, paz, dulzura y esperanza nuestra, faro
de virtudes, norma de paciencia, con filial confianza,
nosotros los desterrados, pobres hijos de Eva, siempre a ti
llamamos, y hacia ti exhalamos en este Valle de lágrimas.
Oh José benigno, vuelve a nosotros esos tus ojos
misericordiosos y después de este destierro, muéstranos al
Divino Niño Jesús que te fue confiado nada menos que por
el mismo Padre Eterno, Sí, Patriarca santo, Protector
clemente, ruega por nosotros en vida y en muerte para
hacernos dignos de la gran promesa divina de la gloria
eterna. Amén.

Oración a San José


por el papa León XIII
A ti acudimos señor San José, en nuestras tribulaciones;
y después de haber implorado el auxilio de tu Santísima
Esposa, con toda confianza pedimos también tu patrocinio.
Por tu purísima Esposa y por la caridad que con ella te unió
y por el paternal amor que profesaste al Divino Niño Jesús,

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te suplicamos humildemente que veas con piedad la
herencia que el benigno Jesús adquirió con su sangre y
socorras nuestras necesidades con tu auxilio y protección.
Mira, o custodio y Guardián Proveniente de la Divina
Familia mira a los hijos predilectos de Jesucristo, aparta de
nosotros, Padre amado, los daños del error y de la
corrupción; sé para nosotros, propicio defensor poderoso, y
asístenos desde el cielo en la terrible lucha que
sostenemos contra el poder de las tinieblas; y como en
otros tiempos libraste al Niño Jesús del inminente peligro
de perecer, también defiende ahora a la Santa Iglesia de
Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda
adversidad. Protégenos con tu constante patrocinio, a fin
de que, animados con tu ejemplo y ayudados con tu auxilio,
podamos vivir santamente, morir piadosamente, y alcanzar
en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.

Oración a San José


por diversas necesidades
Santo patriarca, digno Esposo de la Virgen María y Padre
adoptivo de Nuestro Redentor Jesús, que por tus heroicas
virtudes, dolores y gozos, mereciste tan singulares títulos; y
por ellos, especialísimos privilegios para interceder por tus
devotos; te suplico, amadísimo San José, alcances: * La
fragante pureza a los jóvenes y doncellas, *castidad a los
casados, *continencia a los viudos y solteros, *santidad y
celo a los sacerdotes *paciencia a los confesores,
*obediencia a los religiosos, *fortaleza a los perseguidos,
*discreción y consejo a los superiores, *auxilio poderoso de
los pecadores e infieles para que se conviertan,
perseverancia los penitentes, *trabajo digno y bien
remunerado a los necesitados, *paz y armonía en nuestras
familias para que den testimonio de los santos valores,

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*servicio diligente y transparente a nuestros servidores
públicos y *que todos logremos ser devotos de tu amada
Esposa, María Santísima, para que por su intercesión y la
tuya podamos vencer a nuestros enemigos, por los méritos
de la Divina Infancia de Jesús, de quien tú gozaste singular
privilegio al vivir con El como su padre aquí en la tierra,
consíguenos pues la gracia y favores que te hemos pedido
para santificar nuestras almas hasta conseguir dichosa
muerte y gozar de Dios eternamente en el cielo. Amén.

SAN JOSÉ BENDITO


San José Bendito tú has sido el árbol elegido por Dios no
para dar fruto, sino para dar sombra. Sombra protectora de
María, tu esposa; sombra de Jesús, que te llamó Padre y al
que te entregaste del todo. Tu vida, tejida de trabajo y de
silencio, me enseña a ser fiel en todas las situaciones; me
enseña, sobre todo, a esperar en la oscuridad. Siete
dolores y gozos resumen tu existencia: fueron los gozos de
Cristo y María, expresión de tu donación sin límites.
Que tu ejemplo de hombre justo y bueno me acompañe en
todo momento para saber florecer allí donde la voluntad de
Dios me ha plantado. Amén.

JACULATORIAS

Jesús, José y María, dad la paz a nuestras familias.


Jesús, José y María, os doy el corazón y el alma mía.
Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía.
Jesús, José y María, expire en vuestros brazos el alma
mía.
San José, que amemos a Jesús y a María como los amas
tu. Oh José Patrono de la vida interior, enséñanos a

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orar, a sufrir y a callar.

CONSIDERACIONES DEL SEÑOR SAN JOSÉ


-El nombre de José significa: "Dios es mi ayuda".
-San José es Patrono de los trabajadores, de aquellos
hombres y mujeres que tienen que llevar el sustento a su
hogar.
-De San José no se conserva ni una sola palabra, todo lo
guardaba en su interior y mostraba su amor a través de
obras, dando un verdadero testimonio. Él es el Santo del
silencio, es el Patrono de los que quieren tener vida interior.
- Tuvo el altísimo honor de morir acompañado de Jesús y
de María, por eso es el Patrono de la buena muerte.
- A San José, Dios le encomendó los dos más grandes
tesoros aquí en la tierra, Jesús y María ¿por qué no
encomendarle nosotros los nuestros? San José, se el
custodio de mi familia, de mis amigos y hasta de mis
enemigos. Amén.

HIMNO A SAN JOSÉ


PATRIARCA DE LA IGLESIA
ENSÉÑAME A ORAR, A SUFRIR Y A CALLAR
LETRA Y MÚSICA: BEATRIZ AYALA
DUETO RUIZ SEÑOR
SAN JOSÉ PATRIARCA DE LA IGLESIA,
SAN JOSÉ PATRONO DE LA NUESTRA
SAN JOSÉ PADRE ADOPTIVO DE JESÚS,
PERMITE QUE TAMBIÉN TE LLAME HOY PAPÁ.
Y enséñame a cumplir la voluntad de Dios,
Enséñame a hacer dócil como lo eres tú,
Enséñame a entregar todo por amor, a Dios,

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Enséñame a ser útil y servirle a Dios.
Enséñame a ser justo y a nunca señalar
a guardar silencio y a no juzgar.
ENSÉÑAME A ORAR,
A SUFRIR Y A CALLAR.
Oh glorioso San José, en tu fiesta patronal,
con gran humildad te queremos consagrar
lo más preciado que el señor nos concedió
pues El su Gran tesoro a ti también confió
permite que unamos nuestro corazón
y sea a una nuestra humilde petición:
Adopta nuestros niños con tu paternidad,
Se tú su custodio como del Niño Dios.
Y ENSÉÑAME A ORAR,
A SUFRIR Y A CALLAR.
SAN JOSÉ PATRIARCA DE LA IGLESIA,
SAN JOSÉ PATRONO DE LA NUESTRA,
SAN JOSÉ PADRE ADOPTIVO DE JESÚS,
PERMITE QUE TAMBIÉN TE LLAME HOY PAPÁ.
Y ENSÉÑAME A ORAR,
A SUFRIR Y A CALLAR.

Las virtudes de San José


Fe de San José: La fe es una virtud que nos inclina a creer
todo lo que Dios ha revelado. San José creyó con una fe
viva, toda su vida fue verdaderamente una vida de fe.
Fervor de San José: El fervor es la prontitud de la
voluntad en el servicio de Dios. San José, siempre trabajó
por hacer con perfección y diligencia la voluntad de Dios.
Amor de San José al prójimo: El amor con que amamos

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a Dios y al prójimo es un solo amor, porque si al prójimo no
le amamos por Dios y con Dios no le amamos con amor
verdadero, El amor de San José a Dios y al prójimo es el
mayor que se puede encontrar.
Prudencia de San José: La prudencia es la virtud que
dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin
que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo.
La prudencia sirvió de guía a San José para llevar a cabo
felizmente la misión del señor de ser custodio de Jesús y
esposo de María.
Fortaleza de San José: la fortaleza es una firmeza de
ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y
contrariedades. La vida de San José fue de muchas
contradicciones; debía ser también varón fuerte, que sufrió
constancia todos los dolores y trabajos de su vida.
Pureza de San José: San José apareció a los ojos de
Dios adornado con tanta pureza que el señor le confió sus
más grandes tesoros, con este ejemplo sublime de pureza
¿No nos animaremos a hacer puros en pensamientos,
palabras y obras?
Pobreza de San José: Bienaventurados son los pobres de
Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este
mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José
vivió pobre y dio de su pobreza los más necesitados.
Paciencia de San José: Nos hace sobrellevar con alegría
y paz todos los males de la vida por amor de Dios. San
José tuvo muchas penas, pero el padeció con paz, con
alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios.
Conformidad de San José con la voluntad de Dios: San
José modelo acabado de todas las virtudes, es
especialmente de la conformidad con la voluntad de Dios.
Toda su vida sembrada de alegrías y penas, es escogido
por Dios Padre para que hiciese sus veces en la sagrada
familia, él practicó constantemente esta virtud.

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