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Asunto: ADMINISTRADORES - La presunción de culpa de los administradores de una sociedad a que

alude el artículo 200 del Código de Comercio, modificado por el artículo 24 de la Ley 222 de 1995,
es susceptible de ser desvirtuada.

Me refiero a su escrito radicado en esta Entidad con el número 2008-01-066743, por medio del cual previas
algunas consideraciones consulta en términos generales que puede hacer para desvincularse de la
responsabilidad solidaria como representante legal de una sociedad que aceptó su renuncia y designó su
reemplazo, pero sin que el acta de la junta directiva que da cuenta de tal situación hubiere sido registrada en
la Cámara de Comercio.

Sobre el particular, me permito manifestarle que de conformidad con el artículo 164 del Código de Comercio,
las personas que figuren inscritas en el registro mercantil como representantes legales y revisores fiscales,
conservan tal calidad para todos los efectos legales, mientras no se cancele dicha inscripción mediante el
registro de un nuevo nombramiento o elección. De esta suerte que el mecanismo para que quien se encuentre
inscrito en el registro mercantil como representante legal de una sociedad, deje de detentar dicho cargo, es
únicamente el del registro del nombramiento o designación de la persona que va a reemplazar al inscrito.
Aunque si pasados treinta dias contados a partir de la inscripción en el registro mercantil de la causa que dio
origen a la desvinculación, el órgano social competente no procede a la inscripción de un nuevo nombramiento,
cesa la responsabilidad de quien figura inscrito. Sobre el particular, la Corte Constitucional en la sentencia C-
621 de 2003, la cual cita en su comunicación, expresó:

“ 11. Por todo lo anterior la Corte concluye que las normas demandadas no pueden ser consideradas
constitucionales, sino bajo el entendido de que la responsabilidad que endilgan a los representantes legales y
revisores fiscales salientes de sus cargos, mientras se registra un nuevo nombramiento, no puede carecer de
límites temporales y materiales. Dichos límites temporales y materiales implican que: (i) Se reconozca que
existe un derecho a que se cancele la inscripción del nombramiento del representante legal o del revisor fiscal
en todas las oportunidades en que por cualquier circunstancia cesan en el ejercicio de sus funciones. Este
derecho acarrea la obligación correlativa de los órganos sociales competentes en cada caso, de proveer el
reemplazo y registrar el nuevo nombramiento. (ii) Para el nombramiento del reemplazo y el registro del nuevo
nombramiento se deben observar, en primer lugar, las previsiones contenidas en los estatutos sociales. (iii)
Si los estatutos sociales no prevén expresamente un término dentro del cual debe proveerse el reemplazo del
representante legal o del revisor fiscal saliente, los órganos sociales encargados de hacer el nombramiento
deberán producirlo dentro del plazo de treinta días, contados a partir del momento de la renuncia, remoción,
incapacidad, muerte, finalización del término estipulado, o cualquier otra circunstancia que ponga fin al
ejercicio del cargo. Durante este lapso la persona que lo viene desempeñando continuará ejerciéndolo con la
plenitud de las responsabilidades y derechos inherentes a él. A esta conclusión arriba la Corte, aplicando por
analogía las normas que regulan la terminación del contrato de trabajo a término indefinido, contenidas en el
artículo 47 del Código Sustantivo del Trabajo, subrogado por el artículo 5° del Decreto Ley 2351 de 1956.1
(iv) Pasado el término anterior sin que el órgano social competente haya procedido a nombrar y registrar el
nombramiento de un nuevo representante legal o revisor fiscal, termina la responsabilidad legal del que cesa
en el ejercicio de esas funciones, incluida la responsabilidad penal. No obstante, para efectos de la cesación
de la responsabilidad a que se acaba de hacer referencia, el representante legal o el revisor fiscal saliente debe
dar aviso a la Cámara de Comercio respectiva, a fin de que esa información se incorpore en el certificado de
existencia y representación legal correspondiente a la sociedad. (v) Si vencido el término de treinta días y
mediando la comunicación del interesado a la Cámara de Comercio sobre la causa de su retiro no se produce
y registra el nuevo nombramiento de quien reemplazará al representante legal o al revisor fiscal saliente, este
seguirá figurando en el registro mercantil en calidad de tal, pero únicamente para efectos procesales, judiciales
o administrativos, sin perjuicio de las acciones que pueda interponer en contra de la sociedad por los perjuicios
que esta situación pueda irrogarle. (vi) No obstante todo lo anterior, la falta de publicidad de la causa que da
origen a la terminación de la representación legal o de la revisoría fiscal, hace inoponible el acto o hecho frente
a terceros, ante quienes el representante legal o revisor fiscal que figure registrado como tal continuará
respondiendo para todos los efectos legales.”

La jurisprudencia transcrita reitera lo consagrado en el mencionado artículo 164 del Código de Comercio, en
el sentido que indica que quienes figuren inscritos en el registro mercantil como representantes legales o
revisores fiscales de una sociedad, conservan tal calidad hasta tanto no se registre un nuevo nombramiento,.
Pero también agrega la referida sentencia que los inscritos cuentan con el derecho a que se les cancelen sus
designaciones, cuando por cualquier circunstancia cesan en el ejercicio de sus funciones (aceptación de la
renuncia por ejemplo), derecho que en opinión de la Corte implica la obligación correlativa en cabeza del
órgano social competente de proveer el reemplazo y de registrar el nuevo nombramiento.

Y en punto de la responsabilidad del representante legal y del revisor fiscal salientes, señala que la misma
termina si dentro de los treinta días siguientes a la causa que dio origen a la cesación de sus funciones, la
sociedad no procede a nombrar al reemplazo o a inscribir el nuevo nombramiento en el registro mercantil,
siempre y cuando el representante legal o el revisor fiscal acrediten ante la Cámara de Comercio la causa de

.”
desvinculación para que la misma sea inscrita en el certificado de existencia y representación legal, a efectos
de que el correspondiente acto sea oponible frente a terceros.

Ahora bien, en lo que toca con la responsabilidad de los administradores, entre los que se encuentra el
representante legal, es de señalar que la misma se sujeta a las reglas previstas en el artículo 200 del Estatuto
Mercantil, modificado por el artículo 24 de la Ley 222 de 1995, el cual dispone:
“ Los administradores responderán solidaria e ilimitadamente de los perjuicios que por dolo o culpa
ocasionen a la sociedad, a los socios o a terceros.
No estarán sujetos a dicha responsabilidad, quienes no hayan tenido conocimiento de la acción u omisión
o hayan votado en contra, siempre y cuando no la ejecuten.
En los casos de incumplimiento o extralimitación de sus funciones, violación de la ley o de los estatutos,
se presumirá la culpa del administrador.
De igual manera se presumirá la culpa cuando los administradores hayan propuesto o ejecutado la decisión
sobre distribución de utilidades en contravención a lo prescrito en el artículo 151 del Código de Comercio y
demás normas sobre la materia. En estos casos el administrador responderá por las sumas dejadas de
repartir o distribuidas en exceso y por los perjuicios a que haya lugar.
Si el administrador es persona jurídica, la responsabilidad respectiva será de ella y de quien actúe como
su representante legal.
Se tendrán por no escritas las cláusulas del contrato social que tiendan a absolver a los administradores
de las responsabilidades antedichas o a limitarlas al importe de las cauciones que hayan prestado para
ejercer sus cargos.”
De la anterior previsión se desprende que en el evento en el que los administradores por dolo o culpa
causen perjuicios a la sociedad, a los socios o a terceros, los mismos deben responder de forma solidaria e
ilimitada. Sin embargo, se exoneran de tal responsabilidad cuando quiera que no hayan tenido conocimiento
de la acción u omisión que dio origen a los perjuicios, siempre y cuando no ejecuten el acto respectivo.
Adicionalmente, la norma que se comenta consagra una presunción de culpa de los administradores, pues
entiende que los mismos son responsables en los casos de incumplimiento o extralimitación de sus funciones,
o de violación de la ley o los estatutos de la sociedad. Dicha presunción es de naturaleza legal, lo que permite
a los administradores desvirtuarla, valga decir, demostrar que ellos no fueron los responsables del
incumplimiento o extralimitación de funciones de administración, o de la violación de la ley o de los estatutos,
demostración que tomará lugar en el proceso judicial o administrativo en el que se encuentre involucrado el
administrador.
En punto de la presunción de culpa de los administradores y de la posibilidad con que estos cuentan para
desvirtuarla, la Corte Constitucional, ocupándose de la excequibilidad del artículo 200 del Código de
Comercio, modificado por el artículo 24 de la Ley 222 de 1995, en sentencia C-123 de 2006, manifestó:
“ Encuentra la Corte que no están llamados a prosperar los cargos expuestos por los ciudadanos, y por lo
tanto no se violan los artículos 29 de la Constitución y 8-2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos, normatividad última que como lo ha reconocido la jurisprudencia constitucional hace parte del
bloque de constitucionalidad estricto sensu, por cuanto siendo la presunción de culpa establecida para los
administradores en los casos contemplados en los incisos 3 y 4 del artículo 24 de la Ley 222 de 1995 de
carácter legal, no impide el ejercicio del derecho de defensa del administrador quien puede presentar la prueba
en contrario a fin de desvirtuarla. Cabe recordar además, que como lo ha reiterado la Corte, la defensa técnica
se circunscribe únicamente al ámbito penal. Para la Corte no están llamados a prosperar los cargos respecto
de los incisos acusados de la Ley 222 de 1995, en la medida que el establecimiento de la presunción de culpa
para los administradores obedece a una finalidad específica e importante como lo es la de facilitar el
establecimiento de la responsabilidad de los administradores, atendiendo el alto grado de responsabilidad que
asumen por la gestión profesional que les ha sido encomendada, pues los citados funcionarios detentan hoy
inmensos poderes y adoptan decisiones de profundas implicaciones de orden social. Por lo anterior, la Corte
declarará la exequibilidad de las expresiones “ En los casos de incumplimiento o extralimitación de sus
funciones, violación de la ley o de los estatutos, se presumirá la culpa del administrador” y “ … se presumirá
la culpa… ” contenidas respectivamente en los incisos tercero y cuarto del artículo 24 de la Ley 200 de 1995,
por los cargos estudiados en esta oportunidad.”

Lo anterior ratifica que si bien en principio los administradores, por virtud de la presunción de culpa prevista
en los incisos tercero y cuarto del artículo 200 bajo análisis, son quienes deben responder por el incumplimiento
o extralimitación de funciones, o por el desconocimiento de la ley o de los estatutos, son a su vez dichos
administradores los que pueden probar que tal incumplimiento, extralimitación o desconocimiento no provino
de hechos u omisiones imputables a ellos, para lo cual revisten vital importancia las causales de exoneración
previstas en el inciso segundo del ya citado artículo 200 del Estatuto Mercantil, esto es, no haber tenido
conocimiento de la acción u omisión, o haber votado en contra de la determinación de que se trate, siempre
y cuando esta última no se ejecute por los administradores de quienes se predica la responsabilidad.

Teniendo en cuenta las consideraciones que anteceden, y pasando al caso materia de su consulta, en el que
de una parte la renuncia del representante legal fue aceptada por la junta directiva en la misma reunión en la
que se designó su reemplazo, sin que el acta respectiva hubiese sido inscrita en la Cámara de Comercio, y en
el que de otra el representante legal saliente por continuar figurando en el registro mercantil fue vinculado de
forma solidaria por la DIAN por la omisión del representante legal nombrado pero no inscrito de presentar en
medios magnéticos la información del año gravable 2001, me permito manifestarle lo siguiente:

“ Que se puede hacer para lograr la desvinculación a esta responsabilidad solidaria, ya que solamente cuando
me requirió la DIAN, me enteré del in suceso, puedo aplicar el artículo 200 del preciado código o que se puede
hacer”

Tal como aquí se manifestó, quien figura inscrito en el registro mercantil como representante legal de una
sociedad es el que detenta tal calidad y por consiguiente las obligaciones y responsabilidades de dicho cargo,
hasta tanto no se cancele su inscripción mediante el registro de un nuevo nombramiento, dicha persona se
somete al régimen de responsabilidad previsto en el artículo 200 del Código de Comercio, modificado por el
artículo 24 de la Ley 222 de 1995, razón por la cual le aplica la presunción de culpa prevista en los incisos
tercero y cuarto de la citada disposición, de tal suerte que ante el incumplimiento o extralimitación de
funciones, violación de la ley o de los estatutos, se entiende que el responsable de dicha situación es el
administrador inscrito.

No obstante, la comentada presunción es susceptible de ser desvirtuada, de forma que el administrador puede
demostrar que el incumplimiento de funciones o la inobservancia de la ley o de los estatutos no se produjo por
su acción u omisión, acreditando en el proceso administrativo o judicial respectivo alguna de las causas de
exoneración contenidas en el inciso segundo del artículo 200, por ejemplo la de no tener noticia de la omisión
que dio lugar al incumplimiento de una obligación de carácter legal, por razón de la cesación en el ejercicio de
sus funciones de administración, y mas cuando ha sido aceptada la renuncia por la junta directiva en la misma
reunión en la que se eligió a su reemplazo, independientemente de que el acta que da cuenta de dichas
decisiones no haya sido inscrita en el registro mercantil, pues lo que interesa para efectos de exoneración de
responsabilidad es probar que el representante legal al tiempo en que se configuró la omisión en el
cumplimiento de un deber legal, para el caso propuesto el de presentar la información tributaria a la Dirección
de Impuestos y Aduanas Nacionales, no estaba detentando las funciones inherentes a dicho cargo y por ende
no tenía la obligación ni la posibilidad de remitir dicha información.

En los anteriores términos damos respuesta a su consulta, manifestándole que el alcance del concepto
expresado es el previsto en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.

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