Está en la página 1de 8

CLASE 1

Comenzaremos esta clase explicando brevemente y a modo introductorio la


misión y visión del Servicio Penitenciario Federal.
El Servicio Penitenciario Federal depende del Poder Ejecutivo Nacional por
intermedio del Ministerio de Justicia.
Según la ley N° 20.416, definida como la ley orgánica del Servicio Penitenciario
Federal, en la cual se enmarcan las funciones del Servicio Penitenciario, así como
su incumbencias y alcances, el Servicio Penitenciario Federal es una fuerza de
seguridad de la Nación destinada a la custodia y guarda de los procesados, y
a la ejecución de las sanciones penales privativas de libertad, de acuerdo con
las disposiciones legales y reglamentarias en vigor. El mismo esta está
constituido por:
a) Dirección Nacional;
b) Institutos, servicios y organismos indispensables para el cumplimiento de su
misión;
c) Personal que integra el Cuerpo Penitenciario Federal, y
d) Personal civil, para el cual regirán las disposiciones legales que correspondan.
Ahora; explicaremos que la Dirección Nacional es el organismo técnico
responsable de la conducción del Servicio Penitenciario Federal, el que tiene a su
cargo los institutos y servicios destinados a la custodia y guarda de los procesados
y a la readaptación social de los condenados a sanciones penales privativas y
restrictivas de libertad en el territorio de la Capital Federal y de las provincias,
dentro de la Jurisdicción del Gobierno de la Nación, y el traslado de los internos
de conformidad a las disposiciones legales y reglamentarias.
FUNCIONES Y ATRIBUCIONES
Son funciones de la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal:
a) Velar por la seguridad y custodia de las personas sometidas a proceso
procurando que el régimen carcelario contribuya a preservar o mejorar sus
condiciones morales, su educación y su salud física y mental;
b) Promover la readaptación social de los condenados a sanciones privativas de
libertad;
c) Participar en la asistencia postpenitenciaria;
d) Producir dictámenes criminológicos para las autoridades judiciales y
administrativas sobre la personalidad de los internos, en los casos que legal o
reglamentariamente corresponda;
e) Asesorar al Poder Ejecutivo Nacional en todo asunto que se relacione con la
política penitenciaria;
f) Cooperar con otros organismos en la elaboración de una política de prevención
de la criminalidad;
g) Contribuir al estudio de las reformas de la legislación vinculada a la defensa
social;
h) Asesorar en materia de su competencia a otros organismos de jurisdicción
Nacional o provincial.
Para esto la Dirección Nacional del Servicio Penitenciario Federal tiene las
siguientes atribuciones:
a) Organizar, dirigir y administrar al Servicio penitenciario Federal, de acuerdo a
las normas de la Ley Penitenciaria Nacional, complementaria del Código Penal,
y a las disposiciones legales que regulen el régimen carcelario de las personas
sometidas a proceso;
b) Atender a la formación y perfeccionamiento del personal penitenciario;
c) Propiciar el egreso anticipado de los internos en casos debidamente
justificados, mediante indultos o conmutación de pena;
d) Admitir en sus establecimientos a condenados de jurisdicción provincial
comprendidos en los artículos 18 y 53 del Código Penal;
e) Participar en los congresos, actos y conferencias de carácter penitenciario,
criminológico y de materias afines, organizando y auspiciando los mismos en el
País;
f) Propiciar la creación de establecimientos penitenciarios regionales;
g) Auspiciar convenios con las provincias en materia de organización carcelaria
y régimen de la pena;
h) Requerir o intercambiar con las administraciones penitenciarias provinciales,
informaciones y datos de carácter técnico y científico;
i) Organizar las conferencias penitenciarias nacionales;
j) Llevar la estadística penitenciaria nacional;
k) Mantener un centro de información sobre las instituciones oficiales y privadas
de asistencia postpenitenciaria;
l) Facilitar la formación y perfeccionamiento del personal penitenciario de las
provincias y de otros países, mediante el intercambio de funcionarios o becas de
estudios;
m) Propiciar y mantener intercambio técnico y científico con instituciones
similares y afines, nacionales y extranjeras;
n) Fijar la retribución de los internos en sus distintas categorías, conforme a los
porcentajes que se reglamenten;
ñ) Intervenir en todos los casos de delitos que ocurran en el ámbito en que el
Servicio Penitenciario Federal ejerza sus funciones, conforme al artículo 3 de esta
ley, con los deberes y derechos que a la Policía Federal otorga el Código de
Procedimiento en lo Criminal de la Capital Federal.

Es menester destacar que a través de la


Planificación Estratégica 2016/2020
del Servicio Penitenciario Federal la
función del servicio se ha definido como
altamente compleja esto lleva a redefinir
la misión, visión, valores, principios de
actuación y metas de gestión
estableciendo parámetros objetivos para
el seguimiento de la gestión y la rendición
de cuentas. Son esta misión, misión,
valores y principios de actuación que dan
el sustento diario al agente penitenciario
de su alta misión, cambiar vidas, tienen
que constituir parte de sí, tiene que tener
internalizada la misma gestión moral, las mismas metas de bienestar, sin las
cuales el obrar penitenciario es una mera praxis rutinaria ineficiente y onerosa.

La gestión por resultados puede definirse como el modelo que propone la


administración de los recursos públicos centrada en el cumplimiento de las
acciones estratégicas definidas en el plan de gobierno, en un período de tiempo
determinado. De esta forma, permite gestionar y evaluar la acción de las
organizaciones del Estado con relación a las políticas públicas definidas para
atender las demandas de la sociedad

Misión: El Servicio Penitenciario Federal (SPF) es la institución del Estado


Nacional que tiene a su cargo el gerenciamiento y la administración de los
establecimientos penitenciarios, y la ejecución de los programas criminológicos
destinados a disminuir la reincidencia, a desalentar la criminalidad y a contribuir
a la seguridad pública. La finalidad de los programas de tratamiento es lograr
que las personas privadas de la libertad adquieran pautas de conducta y
herramientas para su reinserción en la sociedad. La administración de los
recursos humanos se encuentra abocada a que el personal penitenciario integre
una institución humanista, científica y eficiente, que lidere la investigación en
materia de ejecución penal y colabore con otras instituciones académicas
vinculadas al estudio de la teoría de la pena.

Visión: Ser una institución con prestigio, eficiente y eficaz, reconocida por sus
principios y valores éticos, la transparencia, el apego al cumplimiento de las
normas, que reincorpora positivamente al condenado a la sociedad, a través una
gestión estratégica de programas criminológicos de tratamiento, modernos
criterios de seguridad, la capacitación del personal, y el establecimiento de
políticas penitenciarias que resguardan y tutelan adecuadamente los derechos
humanos, para ofrecer una atención integral satisfactoria y digna a la población
privada de libertad.

Valores; Impulsar una cultura basada en valores y principios de cumplimiento


de la ley, debida gestión de los asuntos y los bienes públicos, integridad,
transparencia y obligación de rendir cuentas. El proceso de construcción de la
visión se alimenta de valores compartidos. Son juicios valorativos, principios o
criterios de aceptación común que constituyen una matriz normativa de
comportamientos, que inciden en la selección de problemas y prioridades y, en
consecuencia, en el arco de decisiones posibles. Sobre estos valores, erigimos
el compañerismo, liderazgo, respeto, nos relacionamos y sobre todo percibimos
en nuestra labor el orgullo de nuestra misión profesional y ética y el de pertenecer
a tan noble institución

Objetivo Principal:
Es en este sentido que el PLAN ESTRATÈGICO, establece como uno de los
objetivos principales el fortalecer la calidad en la gestión de los recursos
humanos y entiende como eje transversal y primordial la capacitación y
formación continua del personal para lograr dicho objetivo. La jerarquización de
la profesión Penitenciaria requiere una sólida formación que se centre en el
perfil, competencias y aptitudes de cada funcionario, seleccionado, capacitado y
evaluado conforme a estrictos criterios objetivos.

Por tal motivo el Directorio de funciones del Servicio penitenciario Federal, pone
especial atención al reconocimiento, medición y desarrollo de las
potencialidades de los funcionarios penitenciarios para su desarrollo en base a
perfiles por competencias lo que permitirá una mejora permanente en la calidad
y eficiencia del servicio que la Institución brinda a la sociedad.

EL SERVICIO PENITENCIARIO FEDERAL Y SUS VÍNCULOS


El SPF establece vínculos con diversos actores como los organismos de control,
tales como la Procuración Penitenciaria Federal y la Procuración contra la
Violencia Institucional; universidades; fuerzas de seguridad; Patronato de
Liberados; los poderes Legislativo y Judicial; el sistema de salud, de educación,
los medios de comunicación y el poder Ejecutivo, entre otros, y la participación
de varios ministerios, con la mirada ciudadana que pueda lograrse mediante la
modificación positiva de su conducta.

En tal sentido, la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad, Ley 24.660,


y sus Decretos Reglamentarios, establece en su artículo 1° que “la ejecución de la
pena privativa de la libertad, en todas sus modalidades, tiene por finalidad lograr
que el condenado adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley,
procurando su adecuada reinserción social, promoviendo la comprensión y el
apoyo de la sociedad. También define que “el régimen penitenciario deberá
utilizar, de acuerdo con las circunstancias de cada caso, todos los medios de
tratamiento interdisciplinario que resulten apropiados para la finalidad
enunciada”. Para ello el tratamiento del condenado deberá ser programado e
individualizado y obligatorio respecto de las normas que regulan la convivencia,
la disciplina y el trabajo y ateniéndose a las condiciones personales, intereses y
necesidades para el momento del egreso, “dentro de las posibilidades de la
administración penitenciaria”.

El fundamento del tratamiento es el concepto de progresividad, que se define


“como un conjunto de principios de conducción mínimos y exigibles para
mantener la seguridad, el orden, preservar la vida y la salud propias y de terceros
y las normas para alcanzar objetivos educativos, culturales, sociales, sanitarios,
comunicacionales, laborales y de convivencia dentro de la vida intramuros”
(Informe de Gestión 2015, servicio Penitenciario Federal, República Argentina).

La progresividad es también un proceso que una persona deberá atravesar para


dar cumplimiento a la pena privativa de la libertad, impuesta judicialmente. Este
proceso se afinca en la “aplicación programada e individual de asistencias en
intervenciones profesionales interdisciplinarias que, voluntaria y
consentidamente, recibe un interno destinado a que éste adquiera la capacidad de
comprender y respetar la ley, desistir del delito, evitar la reincidencia y la
reiterancia y adquirir competencia social para alcanzar la coexistencia humana”
(Informe de Gestión 2015, Servicio Penitenciario federal-República Argentina).
Supone que, de acuerdo con una evolución favorable del comportamiento del
recluso, establecido por estudios técnicos criminológicos y resolución judicial,
podrá incorporarse a formas de detención paulatinamente más abiertas. Este
aspecto de la ley es aplicable también a los reclusos en condición de procesados
que –voluntariamente- quieran adherirse al régimen de progresividad optando por
el Régimen de Ejecución Anticipada Voluntaria (REAV).

El Servicio Penitenciario Federal debe realizar el tratamiento a través de


intervenciones ajustadas a las características individuales de cada persona, con
ofertas de programas que respondan a las necesidades de las personas privadas de
la libertad y en cumplimiento del plexo normativo que asegure el pleno y efectivo
goce de sus derechos humanos, particularmente el acceso a la salud, a la
educación, al trabajo, a la cultura y al esparcimiento. Su deber es consolidar el
desarrollo del principio de normalidad, entendido como el cumplimiento regular
de los derechos y obligaciones, en todas las actividades que se desarrollan en
contextos de encierro en los mismos términos y con los mismos alcances que los
que corresponden a toda persona por su condición de tal, respetando las
prescripciones de la Constitución Nacional, de las Leyes Nacionales, de los
Tratados Internacionales, de las buenas prácticas penitenciarias y los
procedimientos plasmados en protocolos y acciones fundadas y objetivas.

El Servicio Penitenciario Federal, en el marco de la política internacional y


nacional de prevención de la corrupción, creó el Servicio de Prevención de la
Corrupción, asumiendo el compromiso de instaurar una cultura, acciones y
programas de prevención y lucha contra la corrupción en los funcionarios públicos
penitenciarios y diseñar políticas, normas específicas y protocolos destinados a
evitar el riesgo de corrupción. Lo anterior, en cumplimiento de su obligación de
contar con un personal penitenciario que mantenga y desarrolle altos estándares
de honestidad e integridad moral y ética e incremente la tolerancia, el trato justo
y equitativo en respeto de la condición humana y los derechos y garantías
individuales de las personas privadas de la libertad bajo su cuidado.

Un requisito para que el personal penitenciario desarrolle estas actitudes, el SPF


instrumenta programas y acciones destinadas a promover y asegurar su integridad
psicofísica, el enfrentamiento de los condicionantes del síndrome de burnout, la
reducción del ausentismo y de las licencias por enfermedades psicológicas, la
comisión de suicidios y la violencia de género en el personal de la institución.

También podría gustarte