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NEGACIONISMO

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Victoria Dannemann

9 de noviembre de 2020

Las violaciones de los derechos humanos cometidas por la dictadura


chilena entre 1973 y 1990 fueron oficialmente consignadas por
Comisiones de Verdad del Estado, pero aún hoy son discutidas por una
parte de la sociedad de este país. 

Uno de los casos más sonados fue el de un ministro de Cultura, quien


tildó de “montaje” al Museo de la Memoria, y debió renunciar apenas tres
días después de asumir el cargo. Menos publicitados, pero recurrentes,
son los ataques verbales en redes sociales, y más directamente, los
destrozos y pintadas, incluso con simbología nazi, de sitios de memoria.

Pero eso no está sucediendo solo en Chile. Verónica Torras,


coordinadora de la Red de Sitios de Memoria de Latinoamérica y el
Caribe (RESLAC) señala a DW que “la región está atravesando un ciclo
de negacionismo y relativismo. Hay una reivindicación de los pasados
autoritarios y construcción de una narrativa heroica respecto de sus
protagonistas que los coloca en una posición de víctimas”. 

Según explica la también directora de Memoria Abierta, de Argentina,


esto se refleja en la negación lisa y llana de las experiencias autoritarias
del pasado reciente, en la relativización en el número de víctimas, la
negación o minimización de las responsabilidades estatales y la
descalificación de las comisiones de verdad y los procesos judiciales.
Golpe militar de Augusto Pinochet en Chile: personas detenidas ilegalmente en el Estadio
Nacional. (11.09.1973).Imagen: picture-alliance/akg-images

Proyecto de ley para penar el negacionismo


Frente a ello, en países como Chile, Perú, Colombia y Argentina, surgen
propuestas para penalizar el negacionismo. En Chile, el proyecto
presentado en 2017 por la entonces presidenta Michelle Bachelet, que
tipifica el delito de incitación a la violencia, avanza en el Congreso con la
indicación de la Cámara de Diputados, que agregó una norma para
sancionar el negacionismo.

En concreto, establece una multa y pena de prisión de hasta tres años


para quien “a través de cualquier medio justificare, aprobare o negare las
violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado
durante la dictadura cívico militar”, consignadas en informes de
comisiones de verdad, “siempre que dichos actos perturben el orden
público o bien impidan, obstruyan o restrinjan de forma ilegítima el
ejercicio de un derecho por parte del o los ofendidos”. La pena es mayor
en caso de que el autor sea funcionario público.

El proyecto, que debe ser revisado ahora por la comisión de derechos


humanos del Senado, remite inevitablemente a la experiencia europea.
En 1994, Alemania promulgó una ley que sanciona a quien
“públicamente, o en una reunión, apruebe, niegue o minimice” los hechos
relativos al genocidio, cometidos bajo el régimen nacionalsocialista, de
manera apropiada para perturbar la paz pública. Leyes similares existen
también en España, Francia, Bélgica y Austria, entre otros. 
Reconocer los crímenes: ¿sancionar a los negacionistas? 

Consultado por DW, el historiador alemán Stephan Ruderer, académico


de la Universidad Católica de Chile, dice que, guardando las
proporciones, “el ejemplo alemán puede servir para explicar por qué es
posible y hasta importante que exista una ley anti negacionismo en
Chile”.

Un proyecto de ley busca penalizar las expresiones que justifiquen, aprueben o nieguen las
violaciones a los derechos humanos cometidas por agentes del Estado durante la dictadura
cívico militar en Chile, entre 1973 y 1990. (Foto: Museo de la Memoria y los Derechos
Humanos en Santiago de Chile).Imagen: Museo de la Memoria

En su opinión, se puede hacer un paralelo con Alemania, donde “hay


una verdad histórica: pruebas, documentos, testigos, juicios y
declaraciones oficiales que establecen la verdad de estos
crímenes. No estamos en el ámbito de la interpretación. El Holocausto
tiene un valor singular para la historia de Alemania, por lo que su
negación se penaliza de manera especial, y, en este caso, la dignidad de
las víctimas y sus familiares vale más que la libertad de expresión”.

Para Ruderer, “el reconocimiento de las violaciones a los derechos


humanos en Chile, igual que en Alemania en relación con el Holocausto,
puede y debe transformarse en un consenso básico de la democracia, en
el sentido de que esto no debe ocurrir nunca más”. La gran pregunta es
si quienes nieguen, aprueben o minimicen estos crímenes deben ser
sancionados.
¿Límite a la libertad de expresión?

Las opiniones están divididas, no sólo por el rechazo de algunos sectores


políticos. La crítica más extendida es que la ley puede atentar contra la
libertad de expresión. En ese sentido, Human Rights Watch (HRW) llamó
al Congreso chileno a no aprobar la iniciativa.

HRW alude al pronunciamiento del Comité de Derechos Humanos de la


ONU: “leyes que penalizan la expresión de opiniones sobre hechos
históricos son incompatibles con las obligaciones que el Pacto impone a
los Estados parte”.
“Según los estándares internacionales vigentes, es una restricción
excesiva, desproporcionada e innecesaria a la libertad de expresión.
Muchos han citado la legislación sobre negacionismo del Holocausto que
existe en varios países europeos. Lamentablemente, esa legislación
contradice los estándares internacionales y no es un buen ejemplo a
seguir”, dice a DW José Miguel Vivanco, director de HRW para las
Américas.
Chile: quema de libros luego del golpe militar de Augusto Pinochet, que derrocó al
presidente Salvador Allende. (26.09.1973). Los crímenes de la dictadura fueron
investigados por comisiones estatales y consignados en los informes Rettig y
Valech.Imagen: AFP/Getty Images

En opinión de Ruderer, “la libertad de expresión es un derecho muy


importante, y hay que ser muy cuidadoso al limitarlo. Sin embargo, la
dignidad de las víctimas y sus familiares es más importante. El consenso
básico de una democracia excluye opiniones negacionistas”.

Será clave, indica el investigador, cómo esté redactada la ley: “Debería


sancionar la difusión de manera pública, a nivel político, en medios o con
publicidad. Distinto es lo que ocurre en un entorno privado. Tampoco
afecta el trabajo de historiadores que buscan explicar este período. En
Alemania no ha sido ningún impedimento para esta labor”.

Marta Cisternas, observadora de DDHH de la Casa de la Memoria José


Domingo Cañas, dice a DW que “la libertad de expresión tiene un límite,
que es la dignidad de las personas y de los pueblos”. Sin embargo,
estima que la ley es un asunto complejo, y le preocupa que le
dé “argumentos a la extrema derecha en Chile para victimizarse y
argumentar que se vulnera su libertad de expresión”.  Un riesgo que
también reconoce Ruderer.

Vivanco advierte que "el proyecto de ley chileno probablemente no


contribuirá a que cesen las expresiones ofensivas en el
país. Sancionarlas no es una forma eficaz de contrarrestarlas, e incluso
podría resultar contraproducente. De hecho, puede convertir a los
sancionados en víctimas y conseguir que sus ideas generen aún más
atención”.
Tanques en las calles de Santiago de Chile durante el golpe militar que derrocó al
presidente Salvador Allende. (Septiembre de 1973).Imagen: picture alliance/AP Photo

Caminos contra el negacionismo 


“Las expresiones ofensivas, por hirientes que resulten, deben ser
contrarrestadas con argumentos, no con sanciones penales. Se trata de
expresiones ciertamente lamentables respecto de los atroces crímenes
de la dictadura de Pinochet. Pero lo que corresponde no es criminalizar a
los responsables, sino reformar las campañas de educación y promoción
de la memoria histórica sobre estos aberrantes delitos”, recomienda
Vivanco.

Sin embargo, Verónica Torras, de RESLAC, estima que “es necesario


explorar si el derecho puede ser un aliado en la lucha contra la
restauración de prácticas genocidas y de qué modo. Y también
cuestionar si el negacionismo como práctica es posible de ser amparada
por la libertad de expresión”.

Para Ruderer, “la ley es una posibilidad entre muchas. Mucho más
importante es contrastar los argumentos en el discurso público y la
educación, incluir la historia de la dictadura y las violaciones a los
derechos humanos en las currículas escolares, aumentar las horas de
historia en vez de disminuirlas como lo hizo el gobierno actual, difundir
más la labor de organizaciones como el Museo y sitios de memoria y
darles mayor apoyo estatal”.
La discusión legislativa sobre la penalización del negacionismo remite a la experiencia
alemana. Este país, así como otros estados europeos, cuenta con una ley que sanciona a
quien públicamente apruebe, niegue o minimice los crímenes del Holocausto. (Sesión en el
Congreso chileno).Imagen: Reuters/R. Garrido

“El modelo europeo ha avanzado en la penalización de estas prácticas,


pero tampoco funciona como una garantía por sí mismo, como la historia
reciente de Europa lo pone de manifiesto. No hay opciones que no
impliquen dilemas”, señala Torras, quien se inclina por la búsqueda de
soluciones que recurran eventualmente de modo provisorio al derecho
penal, junto con otras herramientas de políticas públicas.

Se trata de una discusión abierta, que el trámite parlamentario ayudará a


poner en el debate público. Al respecto, Cisternas reflexiona: “Si en
nuestros países se hubiese establecido la verdad sobre las violaciones
de DDHH, se hubiese hecho justicia y se hubiesen implementado
medidas claras en torno a garantías de no repetición del terrorismo de
estado, no se necesitaría de una ley”. (cp).
https://www.senado.cl/noticias/derechos-humanos/delitos-de-negacionismo-
en-el-codigo-penal-mocion-busca-sanciones-para

Delitos de negacionismo en el Código Penal: moción busca sanciones para atropellos que
afectan la dignidad de las personas

Los senadores Alejandro Navarro, Isabel Allende, Yasna Provoste, Francisco Huenchumilla y Jaime
Quintana, presentaron un proyecto de ley que propone incorporar en el Código Penal los delitos
de negacionismo y otros que afectan la dignidad de las personas.

17 de diciembre de 2019

» PENAS

» FUNDAMENTOS Y ANTECEDENTES

A través de una moción, los senadores Alejandro Navarro, Isabel Allende, Yasna Provoste,
Francisco Huenchumilla y Jaime Quintana, buscan modificar el Código Penal “a fin de prevenir y
sancionar hechos negacionistas como la negación, justificación o minimización de delitos de lesa
humanidad, o bien la aprobación, hacer apología o glorificar de los mismo, especialmente los
perpetrados durante el periodo de la dictadura cívico militar ocurrida en Chile entre el 11 de
Septiembre de 1973 y el 11 de Octubre de 1990”.

PENAS

En concreto, se propone castigar con la pena de presidio menor en sus grados mínimo a medio
( hasta 3 años de reclusión) y multa de diez hasta veinte unidades tributarias mensuales ( hasta
$992.460) al que públicamente negare, justificare o minimizare los delitos de lesa humanidad
ocurridos en Chile en el período antes descrito, cometidos por agentes del estado en calidad de
funcionarios públicos o, tratándose de un particular, que hubiese actuado en el ejercicio de
funciones públicas o con la aquiescencia, consentimiento o por instigación de un funcionario
público.
 

La pena corporal asignada en el inciso anterior se aumentará en un grado y las multas se


impondrán en su grado máximo, en los casos en que la acción de negar, justificar o minimizar sea
hecha de manera de deshonrar o menospreciar a las víctimas de dichas violaciones o sus
familiares, pudiendo esta circunstancia ser apreciada en conciencia por el juez

Luego, se establece presidio menor en su grado medio a máximo (hasta 5 años) y multa de veinte
hasta cuarenta unidades tributarias mensuales (hasta $1.984.920) al que públicamente apruebe,
haga apología o glorificare los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile en el mismo período,
cometidos por agentes del estado en calidad de funcionarios públicos o, tratándose de un
particular, que hubiese actuado en el ejercicio de funciones públicas o con la aquiescencia,
consentimiento o por instigación de un funcionario público y también aumenta en un grado la
pena corporal asignada en los casos en que la acción de negar, justificar o minimizar sea hecha de
manera de deshonrar o menospreciar a las víctimas de dichas violaciones o sus familiares,
pudiendo esta circunstancia ser apreciada en conciencia por el juez."

Asimismo se castigará con la pena de presidio menor en su grado mínimo (hasta 540 días) y multa
de cinco hasta diez unidades tributarias mensuales (hasta $496.230) al que públicamente incitare
a la violencia física contra personas que hayan sido víctimas de delitos de lesa humanidad en
cualquier tiempo.mo

FUNDAMENTOS Y ANTECEDENTES 

Cabe consignar que el “Negacionismo” es un término usado para describir un fenómeno cultural,
político y jurídico, que se manifiesta en comportamientos y discursos que tienen en común la
negación, al menos parcial, de la realidad de los hechos históricos percibidos por la mayor parte de
la gente como hechos de máxima injusticia y por tanto objeto de procesos de elaboración
científica y/o judicial de las responsabilidades que se derivan de ellos.

Los senadores critican que “una vez más en los medios de comunicación del país, algunos
invitados a programas de televisión abierta les restan valor a los derechos humanos y niegan o
minimizan las violaciones de éstos, en el periodo de la dictadura cívico  militar ocurrida entre los
años 1973 y 1990” y dan como ejemplo la participación del abogado Hermógenes Perez de Arce en
un programa matinal.

El mencionado episodio, añaden “permite volver a plantearse la necesidad de sancionar el


negacionismo o el revisionismo en Chile, en particular sobre la dictadura encabezada por el
General Augusto Pinochet Ugarte (…), toda vez que hasta el momento no existen normas que
permitan evitar apologías a la dictadura, así como justificaciones o banalizaciones de las
sistemáticas violaciones a los derechos humanos ocurridas en el periodo indicado”.

Los autores aluden a la legislación comparada e indican que las experiencias  constituyen como
bien jurídico protegido la dignidad de aquellos grupos o personas que fueron víctimas de delitos
de lesa humanidad, secuestros, torturas, ejecuciones desapariciones, ya que éstas se ven
doblemente afectadas o dañadas cuando banalmente se niega, justifica, aprueban dichos
crímenes.
 

Ante esto, expresan, “la legislación chilena no puede ignorar, por un lado el sentimiento que la
negación de crímenes de lesa humanidad cometidos en Chile en el lapso indicado provoca las
victimas sobre viviente y los familiares o amigos de aquellas victimas que no sobrevivieron. Y por
el otro del daño que a la armonía y estado de derecho generan estos actos que tiende a negar a
minimizar la validez de derechos fundamentales que emanan de la dignidad humana”.

El proyecto será analizado por la Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento.

Proyecto-de-ley-contra-negacionismo-Senador-Latorre.pdf
revoluciondemocratica.cl
https://revoluciondemocratica.cl › sites › 2021/03

PDF
23 mar 2021 — El contexto en que nacen estas leyes anti-negacionistas en Alemania y
Europa proviene de la búsqueda, por parte de los europeos, de evitar que.
9 páginas

Proyecto de ley que incorpora al Código Penal el delito de negacionismo de los crímenes de lesa
humanidad de la Dictadura Militar iniciada el año 1973 I.

Noción de negacionismo: El negacionismo es una práctica cultural desarrollada originalmente


luego de la Segunda Guerra Mundial, consistente en la negación, justificación o tergiversación del
genocidio ocurridos durante la Alemania nazi. El contexto en que nacen estas leyes anti-
negacionistas en Alemania y Europa proviene de la búsqueda, por parte de los europeos, de evitar
que regímenes capaces de un nivel de destrucción y de aniquilamiento de la misma condición
humana vuelvan a surgir, evitando que sus ideas se instalen en la conversación pública.

El origen de esta orientación puede rastrearse hacia finales de la década de los años
cuarenta del siglo XX, cuando el historiador francés Paul Rassiner, considerado como el padre del
negacionismo, lanzó por primera vez su tesis de que nunca existió un plan de aniquilación
sistemática de la población judía, y que las víctimas habrían sido muchas menos que las que
oficialmente se indican1 .

De acuerdo a Luther, el negacionismo corresponde a un fenómeno cultural político y


jurídico que en lo medular niega “la realidad de los hechos históricos percibidos por la mayor parte
de la gente como hechos de máxima injusticia y por tanto objeto de procesos de elaboración
científica y/o judicial de las responsabilidades que se derivan de ellos”2 . Para Henry Rousso, quien
acuñó originalmente el concepto, el negacionismo debe entenderse por oposición a la
historiografía científica. Mientras el primero simplemente falsea eventos históricos, el segundo
analiza y actualiza los hechos históricos a partir de la investigación científica3 . El delito de
negacionismo se constituye como una negación total o parcial de ciertos hechos especialmente
graves y puede manifestarse de tres maneras:

1. Actos de negación (por ejemplo: negar, desconocer) que ciertos hechos se produjeron;
2. Actos de minimización (“bagatelizacion”);

3. Actos que expresan aprobación (por ejemplo: glorificación, apología, aprobación,


justificación)

4 . A nivel comparado, el negacionismo es considerado como un ilícito de carácter


internacional.

Entre los países que regulan y sancionan el negacionismo encontramos: Francia,


Suiza, 1 Thus, V., 2013. El antinegacionismo jurídico: derecho internacional vs derecho
local. Revista pensar en Derecho, Issue 2, p. 432. 2 Luther, Jörg. (2008). El
antinegacionismo en la experiencia jurídica alemana y comparada. Traducido del italiano
por Francisco Durán Ruiz. Revista de Derecho Constitucional Europeo, 5(9): pp. 247- 295.
Disponible en línea: http://bcn.cl/286yf (diciembre, 2018). 3 Bloch, Pascale. (2005).
Response to Professor Fronza's The Punishment of Negationism. Vermont Law Review, 30:
pp. 627-643 4 Annette Hafner, Asesoría Técnica Parlamentaria, 2014. Alemania, Austria,
Bélgica, España, Liechtenstein, República Checa, Letonia y Países Bajos, los que han
optado, mayoritariamente, por asignar penas de privación de libertad a quienes resulten
responsables.

Cuando hablamos de negacionismo en Chile, nos referimos a una declaración


emitida con intención de causar una ofensa hacia una persona o grupo de personas, en
que el sujeto que comete el acto niega, tergiversa, justifica o pone en duda hechos
históricos, públicos y notorios, donde se ha demostrado fehacientemente la vulneración
masiva y sistemática a los derechos humanos ocurridos en el período de la dictadura cívico
militar de Augusto Pinochet, entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990,
consignadas en los informes de la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación, de la
Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, de la Comisión de Prisión Política y
Tortura, de la Comisión Asesora para la Calificación de Detenidos Desaparecidos,
Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura.

Una expresión negacionista debe tener un elemento de intención positiva de


causar un daño al bien jurídico protegido. El politólogo Rainer Huhle habla de una
intención política o de perturbación del orden público, o de una agresión ofensiva de
derechos, siendo importante el contexto en el que tomen lugar estas expresiones públicas.
Es así que no se encuadraría en el delito de negacionismo una expresión por parte de una
persona en el contexto de una investigación académica o que sólo duden de ciertas
verdades que no consideren sustanciadas, sin que concurran algún elemento de contexto
que evidencie la intención política, o lesiva del acto negacionista.5 Este fenómeno reviste
especial preocupación, cuando las expresiones negacionistas son sostenidas por quienes
detentan notoriedad pública. A modo de ejemplo, el año 2017, Loreto Letelier, quien en
ese momento era candidata a diputada por el partido Unión Demócrata Independiente,
negó hechos comprobados judicialmente del denominado “Caso Quemados”; en marzo
del 2018, el entonces candidato presidencial, José Antonio Kast, se fotografió con un joven
que usaba una polera cuyo estampado ironizaba con “los vuelos de la muerte”; en junio
del mismo año, el ex Coronel Jaime Ojeda Torrent, procesado por la muerte de 15
personas, expresó que aquellas personas eran merecedoras de lo que denominó “pena de
muerte”. Vinculado a lo anterior se suma la vitrina de los medios de comunicación masiva
a tesis negacionistas a la violación de derechos humanos en el periodo de la dictadura
cívico militar en Chile, lo que motiva a cuestionarse si acaso, es necesario sancionar el
negacionismo en nuestro país, sobre hechos denunciados nacional e internacionalmente e
investigados en los informes de la Comisión Retting y Comisión Valech. Sobre el particular,
cabe destacar que el Informe anual sobre Derechos Humanos del Centro de Derechos
Humanos de la Universidad Diego Portales, del año 2018, en su acápite 2.4 titulado
“Revisionismo, negacionismo y verdad”, desarrolla cómo se ha dado esta práctica 5
Entrevista: Debate sobre negacionismo en Chile: el rol del Estado es clave, Deutsche Welle,
9/11/20, https://p.dw.com/p/3l35y cultural en Chile, estableciendo que durante el
periodo de su elaboración se vieron agravadas y profundizadas las expresiones públicas de
lo que puede ser calificado de negacionismo, en atención a la forma en que ciertas
personas se refirieron a crímenes atroces, sus víctimas, sobrevivientes y sus
perpetradores6 . A diferencia de Alemania y el resto de Europa, en Chile existe un vacío
cultural profundo en la integración de los derechos humanos como un principio de
compresión de la experiencia del pasado reciente y esto permea a la misma deuda que
mantiene el Estado con los detenidos desaparecidos y los torturados víctimas de la
dictadura. Si bien, el trabajo elaborado por la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación, de la Corporación Nacional de Reparación y Reconciliación, y la Comisión
de Prisión Política y Tortura, de la Comisión Asesora para la Calificación de Detenidos
Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política y Tortura significan un
gran avance para la justicia transicional, la reparación de las víctimas y la sociedad en su
conjunto, su carácter secreto es considerado por como una de las mayores limitaciones a
la hora de evaluar su impacto en la construcción de la memoria histórica de nuestro país.
Para contrarrestar este fenómeno de desconexión social con esta necesaria perspectiva
histórica, la Diputada Carmen Hertz presentó un proyecto de ley que pretendía fomentar
la educación sobre derechos humanos incluyendo una asignatura en el Plan de Formación
Ciudadana para establecimientos reconocidos por el Estado. La iniciativa buscaba crear
una asignatura denominada “Memoria y Derechos Humanos” y se impartiría a alumnos y
alumnas de educación básica y media. Allí se revisarían las violaciones a los derechos
humanos cometidas por la dictadura, así como también un conocimiento básico de lo que
son los derechos fundamentales de toda persona. Sin embargo, la moción no alcanzó el
quórum necesario para su aprobación, por lo que fue rechazado en la sala de la Cámara de
Diputadas y Diputados. Es este difícil escenario el que impide avanzar en la construcción
de una verdad histórica coherente y respetuosa de los derechos humanos. Debemos tener
presente que al estado de Chile le corresponde una responsabilidad de hacer respetar los
hechos consolidados por las diversas comisiones de verdad que dan cuenta de los hechos
ocurridos en el periodo de la dictadura de Augusto Pinochet. Por lo anterior, uno de los
principales instrumentos que se ha utilizado con la finalidad de combatir el negacionismo
ha sido la penalización de conductas asociadas a la exaltación, justificación, negación o
minimización de ciertos tipos de crímenes, que es la idea matriz del presente proyecto de
ley. II. Tensión entre negacionismo y libertad de expresión Desde la perspectiva
internacional, la ONU, el Consejo de Europa y la Unión Europea han instado a prohibir la
apología y el negacionismo de crímenes de lesa humanidad. La Unión 6 Solar, E. T. V.,
2018. Informe anual sobre Derechos Humanos en Chile. Primera edición ed. Santiago:
Universidad Diego Portales. Europea, en una Decisión marco de 2008/913, busca que el
racismo y la xenofobia sean punibles en todos los Estados Miembros, e incluye normas
contra el negacionismo. La principal objeción al establecimiento de estos tipos penales
surge de su eventual pugna con el derecho a la libertad de expresión en tanto garantía
fundamental.

Recientemente, el Tribunal Constitucional, conociendo del requerimiento


presentado por parlamentarios de Chile Vamos contra el proyecto de ley sobre incitación
al odio, Boletín Nº 13.107-07, que incluía una regulación anti-negacionista, resolvió que la
tradición constitucional chilena ha garantizado históricamente la libertad de expresión, sin
censura previa, en términos amplios, por lo que tipificar el negacionismo lesiona la
garantía fundamental regulada en el inciso primero del artículo 19 N°12 de la
Constitución, declarando la inconstitucionalidad del texto. La libertad de expresión es un
derecho protegido desde los orígenes del constitucionalismo liberal7 , y está consagrada
en los principales tratados internacionales de derechos humanos, aunque en todos los
casos, está formulada de un modo que admite restricciones. El Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), vigente y ratificado por Chile, establece en su artículo
19 que la libertad de expresión puede ser sometida a limitaciones siempre que (i) estén
establecidas por ley; (ii) sean necesarias para garantizar los derechos o la reputación de
terceros; (iii) sean necesarias para la seguridad nacional, el orden público o la salud o la
moral pública. Además, el artículo 20 establece un mandato de prohibición legal de la
apología del odio en tres hipótesis: cuando incite (i) a la discriminación contra ciertos
grupos; (ii) a la creación de un ambiente hostil en su contra; y (iii) a la violencia8 . Las
medidas normativas anti-negacionistas han sido justificadas a través de la vinculación
existente entre la restricción de la libertad de expresión y la incitación al odio. El Comité
de Derechos Humanos, organismo encargado de vigilar la observancia del PIDCP,
determinó ciertos criterios sobre la compatibilidad de las leyes anti-negacionistas con el
derecho internacional de los derechos humanos en la aplicación de la Ley Gayssot, en el
caso Faurisson contra Francia (1996). En tal sentido, exige que las restricciones estén
establecidas por ley, y que además, sean necesarias, en este caso, para garantizar el
respeto de los derechos de terceros9 .

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, que en su Artículo N° 13


establece que la libertad de expresión no es absoluta. Una iniciativa de ley como la que se
propone en esta presentación se ajusta a esos supuestos, en tanto ésta no constituiría una
censura previa, sino que establece eventuales responsabilidades ulteriores al acto de
expresión, en tanto afecten derechos o la reputación de los demás. Es así que el citado
pacto de San José de Costa Rica 7 Ya en 1789, la Declaración de Derechos del Hombre y el
Ciudadano, la reconocía como derecho al tiempo que establecía la perturbación del orden
público como límite al ejercicio de la libertad de conciencia, y que la libertad de expresión
quedaba sujeta a la responsabilidad por su abuso (artículos 10 y 11). 8 Meza-Lopehandía,
M., 2018. Negacionismo y libertad de expresión, Valparaíso: Asesoría técnica
parlamentaria. 9 Ídem admite la prohibición por ley de toda propaganda que haga
apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan incitaciones a la violencia o
cualquier otra acción ilegal similar contra cualquier persona o grupo de personas, por
ningún motivo, inclusive los de raza, color, religión, idioma u origen nacional. Las víctimas,
familiares y sociedad que sensibiliza con su causa, tienen derecho a la indemnidad moral,
la que se ve vulnerada por el intento de justificar o relativizar las violaciones de Derechos
Humanos de la dictadura militar. Por último, la experiencia europea de pos guerra sirve de
referencia en materia de procesos de transición política luego de traumáticas y masivas
violaciones a los derechos humanos, la que se desarrolló inicialmente en referencia al
racismo, por razones determinadas por el contexto histórico en que se desarrollaron las
respuestas al nazismo y fascismo en Europa. Es así que el derecho europeo ha avanzado en
penalizar la negación y/o justificación de los genocidios cuando poseen una intención
racista. Por supuesto que el caso chileno es diferente, en el sentido de que las
motivaciones genocidas de la dictadura militar de Pinochet no eran por razones de raza,
sino por causa del pensamiento político y/o militancia, que, guardando profundas
diferencias entre un tipo de discriminación y la otra, para efectos de los resultados lesivos
y la ocurrencia de violaciones de derechos, son asimilables. Es por eso que nuestra
experiencia se asemeja más a las que motivó la dictación de la ley que penaliza actos
discriminatorios en Argentina, Ley 23.592 de 1988, donde expresamente se incluye la
discriminación, persecución u odio por razones de “pensamiento político”. El delito de
negacionismo encuentra entre sus objeciones, el eventual obstáculo que puede significar
para la libertad de investigación, libertad que no debería verse vulnerada dado que la
conducta típica va acompañada de una intención de deshonrar o dañar en su dignidad a
las víctimas, lo que deberá ser valorado por el juez en cada caso -siguiendo el espíritu de la
ley determinando si existió o no una intención propiamente negacionista detrás de esas
expresiones públicas, o si, por el contrario, se trataría de un ejercicio investigativo y
académico, cuyo contexto, forma y proceso permitan al ente jurisdiccional determinar si
tienen una motivación negacionista.

III. El bien jurídico protegido por el delito de negacionismo El bien jurídico


protegido es aquella realidad dinámica valorada socialmente por su vinculación con los
distintos ámbitos de la persona y su desarrollo. Constituye un reflejo de las concepciones
ético-sociales, jurídicas y políticas dominantes en cada momento histórico, por lo que se
encuentran en permanente evolución. Desde luego, cuando nos enfrentamos a la
configuración de los tipos penales, los bienes jurídicos protegidos pueden ser diversos y
concurrir todos ellos en una misma tipificación de conductas. Connotados penalistas como
Roberto García-Calvo o María Lidia Suárez, han sostenido que “la negación de una barbarie
como es el genocidio choca frontalmente con la dignidad y el honor de las víctimas
supervivientes de estos delitos o de sus descendientes”10 . Siendo la lesión al honor y la
dignidad humana lo que permite limitar la libertad de expresión, en consonancia con los
principios constitucionales establecidos en nuestra propia Constitución. En la misma línea,
el profesor Manuel Guerrero señala que tal negación trae aparejado “un daño provocado a
la comunidad que traspasa con creces a los cuerpos que conocemos como los dañados y a
las víctimas de las violaciones a los derechos humanos. La transmisión de ese daño de
manera transgeneracional muestra un alcance que va mucho más allá de quienes fueron
los sobrevivientes directos o de los hijos e hijas de ellos”11 . Constando además de un
proceso de deshumanización de la víctima, a propósito del titular de la segunda de 1974,
que para referirse a los detenidos desaparecidos utiliza el titular “exterminados como
ratones”, el académico dilucida que ya no se trata de una persona, ni siquiera de un
animal, un descalificativo que los expulsa de nuestra comunidad moral. Teniendo el
negacionismo un efecto similar a ese, reproduciendo “la misma lógica y los mismos
elementos que están a la base de las prácticas como la tortura, los cuales se reactivan y
extienden en un período democrático”12 . Sin lugar a dudas, uno de los bienes jurídicos
que busca proteger la tipificación del delito de negacionismo es la dignidad de las víctimas
de lesa humanidad. Siguiendo la línea de Valeria Thus, lo que protege el delito de
negacionismo sería, por un lado “la dignidad como Derecho humano de las víctimas, […] en
una categoría que incluye la dimensión de la afectación a su honor -ofensa individual- y a
la vez, por otro, trasciende, en tanto afectación más abarcativa, que incluye una dimensión
social o colectiva definida como exigencia de respeto por la sociedad en general, a la
dignidad de quienes han sido arrasados por una experiencia genocida” 13 . Qué duda cabe
que la dignidad humana es el sentido último de toda protección estatal, en virtud del
principio de humanidad que envuelve toda idea de Derecho14 . Asimismo, dicha
consagración normativa permitiría proteger el derecho a la memoria, que “supone un
reconocimiento de la dignidad y propia personalidad; aparece necesariamente de 10 Thus,
V., 2013.

El antinegacionismo jurídico: derecho internacional vs derecho local. Revista pensar en


Derecho, Issue 2, p. 432. 11Barrera, B., 2019. Universidad de Chile. [En línea] Available at:
https://www.uchile.cl/noticias/157637/como-frenar-el-negacionismo-el-debate-que-hoy-preocupa-
a-los-ddhh [Último acceso: 11 enero 2020]. 12 ídem 13 THUS, Valeria, Daño negacionista y Derecho
Penal: Resignificando la lesividad en el siglo de los genocidios. P. 11. Disponible en:
http://www.derecho.uba.ar/institucional/deinteres/2020/seminario-de-investigacion-debates-
fundamentales-en-el -derecho-publico-contemporaneo/tema-04-thus.pdf 14

Como diría Mayer “La humanidad consiste en romper mentalmente todas las
vinculaciones de los hombres a sociedades históricamente dadas, para no admitir más que
la pertenencia a la sociedad humana o, como también suele decirse, no atribuir ningún
valor a las condicionalidades en que consiste la existencia de todo ser social, y reconocer el
máximo valor a la dignidad de la persona en cuanto tal. La humanidad proclama y exige el
hombre en sí.”. MAYER, Max Ernst, Filosofía del Derecho, traducción de la 2ª edición
original por LEGAZ LACAMBRA, Luis, Barcelona: Editorial Labor, 1937. Nota n. 3 p. 143.
manera relacional entre el sujeto titular y el colectivo social que dota de sentido a esa
aceptación y construcción social”15 . Como se observa, la memoria o la verdad histórica se
establecen como una relación entre el sujeto y el colectivo social, lo que no es una
imposición, sino una relación, una aceptación, una construcción, un acuerdo sobre los
hechos y la verdad. En esta línea la profesora Emanuela Fronza establece que “en la mayor
parte de los casos […] se destaca la importancia de la pena como instrumento para luchar
indirectamente contra actividades encaminadas a la manipulación instrumental del pasado
o la ofuscación de la memoria de hechos y eventos dramáticos”16 . IV. Resumen del
proyecto de ley Por estas razones, el presente proyecto de ley busca consagrar una
protección a la dignidad y honra de las personas que han sido víctimas directas o indirectas
de los crímenes de lesa humanidad del período de la dictadura militar de Augusto
Pinochet, sin con eso conculcar el derecho a la libertad de expresión y la libertad de
investigación, que caracteriza a nuestro país en su tradición liberal y democrática,
entregando herramientas de evaluación al juez que deberá conocer de hechos que puedan
constituir un delito de negacionismo, los que le permitirían dilucidar con claridad entre un
acto que busca dañar la honra o dignidad de una persona o grupo de personas, de un acto
con intenciones académicas, que pueda en el futuro investigar las formas y momentos en
que ocurrieron los hechos, las que se tratan de investigaciones que naturalmente se
desarrollan en un contexto de imparcialidad, libertad y respeto por la honra y dignidad de
las personas, familiares y simpatizantes, que sufrieron y sufren por causa del daño
provocado por la dictadura. Este proyecto se enmarca en la responsabilidad del Estado de
Chile de sostener aquellos hechos consolidados en sus propias comisiones de verdad que
ya han sido citadas en el presente proyecto de ley y por sobre todo el deber del Estado de
proteger la honra y dignidad de las personas, siendo éste proyecto una forma de cumplir
con las obligaciones de Chile en materia de garantía de no repetición, en un contexto
social y político donde expresiones propiamente negacionistas, sin otro fin que no sea
causar un daño o sacar una ventaja política a costa de ese daño, se reproducen y amplían
de manera preocupante tanto de boca de figuras públicas como por otros grupos o
personas que encuentran eco de sus discursos en un contexto de poca formación y
educación en derechos humanos o sobre la historia reciente de Chile. Es así que el
presente proyecto de ley busca sancionar con multa de 10 a 40 unidades tributarias
mensuales (UTM) dependiendo del supuesto del caso, a quienes nieguen, justifiquen,
minimicen, hagan apología o glorificación de los delitos de lesa humanidad ocurridos en
Chile en el periodo entre los días 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990,
cometidos por agentes del estado. Además, se expresa que el juez podrá sancionar en
lugar de la multa, con la prestación de servicios a la comunidad preferentemente en
materia (15 Op. Cit. p. 14. 16 FRONZA, Emanuela, “¿El delito de negacionismo? El instrumento penal como
guardián de la memoria”, Revista de derecho penal y criminología, Nº 5, 2011, págs. 97-143.) de educación
en derechos humanos, y que si el delito fuera cometido por un funcionario público, éste
quedará inhabilitado de forma permanente para cumplir funciones públicas. Por tanto,
vengo en presentar el siguiente proyecto de ley. Artículo único.- Modifíquese el Código
Penal en los términos siguientes: Agrégase en el Libro II, Título III "De los Crímenes y
Simples Delitos que afectan los derechos garantizados por la Constitución", un nuevo
Párrafo § 6 del siguiente tenor: “§ 6. De los delitos de negacionismo y otros contra la
dignidad de las personas" 1) Agrégase un nuevo artículo 161-D del siguiente tenor: "Se
castigará con multa de diez hasta veinte unidades tributarias mensuales al que
públicamente negare, justificare o minimizare los delitos de lesa humanidad ocurridos en
Chile en periodo entre los días 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990,
cometidos por agentes del estado en calidad de funcionarios públicos o, tratándose de un
particular, que hubiese actuado en el ejercicio de funciones públicas o con la aquiescencia,
consentimiento o por instigación de un funcionario público. La conducta descrita debe ir
acompañada de la intención de deshonrar o menospreciar a las víctimas de dichas
violaciones o sus familiares, pudiendo esta circunstancia ser apreciada en conciencia por el
juez valorando las circunstancias y el contexto en que estas expresiones tomen lugar. 2)
Agrégase un nuevo artículo 161-E del siguiente tenor: Se castigará con multa de veinte
hasta cuarenta unidades tributarias mensuales al que públicamente apruebe, haga
apología o glorificare los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile en periodo entre los
días 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, cometidos por agentes del
estado en calidad de funcionarios públicos o, tratándose de un particular, que hubiese
actuado en el ejercicio de funciones públicas o con la aquiescencia, consentimiento o por
instigación de un funcionario público. La conducta aquí descrita debe ir acompañada de la
intención de deshonrar o menospreciar a las víctimas de dichas violaciones o sus
familiares, pudiendo esta circunstancia ser apreciada en conciencia por el juez valorando
las circunstancias y el contexto en que estas expresiones tomen lugar 3) Agrégase un
nuevo artículo 161-F del siguiente tenor: "Se castigará con multa de veinte hasta cuarenta
unidades tributarias mensuales al que públicamente incitare a la violencia física contra
personas que hayan sido víctimas de delitos de lesa humanidad en cualquier tiempo. 4)
Agrégase un nuevo artículo 161-G del siguiente tenor: a) Los delitos sancionados en los
artículos 161-D, 162-E y 161-F, se aplicarán especialmente las siguientes reglas: b) El juez
podrá aplicar la pena sustitutiva de la letra f) del artículo 1º de la ley N° 18.216,
observando especialmente el cumplimiento de los requisitos en ese cuerpo legal
establecido. El juez deberá privilegiar que la prestación de servicio a la comunidad tenga
relación con la educación en derechos humanos y otros actos que contribuyan a cumplir
con la garantía de no repetición de los delitos de lesa humanidad al que hacen referencia
los artículos 161-D, 162-E y 161-F. c) Si los delitos fueron cometidos por un funcionario o
servidor público en el ejercicio de sus funciones o con ocasión de su cargo, corresponderá,
junto con las penas asignadas en cada supuesto, la inhabilitación permanente de
desempeñar funciones públicas.

Pauta.cl

FACTCHECKING
¿Sancionar el "negacionismo" implica una "censura previa" a la libertad de expresión?

Países como Alemania, Austria, Francia o Polonia imponen medidas punitivas a quienes nieguen los

crímenes cometidos por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Fernanda Monasterio/PAUTA
POR MARÍA JESÚS CHACOFF, JUAN PABLO GUZMÁN Y MAURICIO TOCORNAL
VIERNES 3 DE SEPTIEMBRE DE 2021

Se ha levantado una controversia pública en relación con los elementos debatidos por la Comisión de Ética de
la Convención Constitucional alrededor del concepto de "negacionismo". La falta a esas disposiciones
considera sanciones que, de acuerdo con algunos especialistas, podría implicar la validación de la censura
previa y, por ende, una vulneración a la libertad de expresión.
Lo aprobado por la Comisión de Ética aún debe ser ratificado por el Pleno del órgano constitucional.
¿Qué estamos verificando?
El pasado 17 de agosto la Comisión de Ética de la Convención Constitucional aprobó definir al
negacionismo como "toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique los
delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990 y
las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el contexto del estallido social de octubre de 2019 y con
posterioridad a éste". Se incluye en el concepto la negación "de las atrocidades y el genocidio cultural
cometido a los pueblos originarios y tribal afrodescendiente desde la colonización europea".
Aquellos convencionales que incurran en esta acción podrán ser sancionados con diversas medidas punitivas
que empiezan con una amonestación en papel. Luego, se encuentra la censura, que es un reproche escrito que
se informa al Pleno y le impide al constituyente "mantener cargos de responsabilidad dentro de la
Convención". También, si el sancionado llegase a recibir tres censuras, se vería impedido de hablar en el
órgano por 15 días aunque mantendría su derecho a votar.
Además de otras sanciones, como la prohibición de contacto entre la víctima y el acusado y la propuesta de
ofrecer disculpas públicas, se aprobó que el infractor pueda ser reeducado a través de programas de formación
sobre la temática si el caso así lo amerita, aunque sería voluntario. Todas las penas estarán acompañadas de
multas que van desde los 375 mil y pueden ascender hasta los 750 mil pesos.
En otra comisión de la Convención, la de Derechos Humanos, se han tomado medidas al respecto y a
principios de agosto acordaron que "no serán recibidos en audiencia personas u organizaciones que a través de
sus planteamientos, propuestas o discursos hayan difundido mensajes negacionistas, de odio o puedan instar a
la violencia respecto a grupos vulnerables o históricamente excluidos". Si bien esta medida fue revertida, en
su informe final presentado al pleno sobre puntos que se deberían recoger en el reglamento se encuentra
incorporada la inhabilitación de aquellos convencionales que incurran en el negacionismo.
Es por ello que el Constitucheck, de WatchDog PAUTA, consultó con expertos sobre la legitimidad del
negacionismo, su análisis de las sanciones impuestas y si este concepto podría impactar en otros derechos
como el de la libertad de expresión. Además, se realizó una comparación con la experiencia de otros países
que han aprobado ideas similares, junto con revisar el debate que se ha dado en el Congreso chileno respecto
a las actitudes negacionistas.  
¿Es posible incluir mecanismos de democracia directa en la Convención Constitucional?
¿Qué se entiende por negacionismo?
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El negacionismo es un término que según los expertos genera varias interrogantes. La aproximación que se
haga a este concepto es fundamental para entender el impacto que tiene no solo en los derechos
fundamentales, sino que también en las libertades.
Una manera de analizarlo es a partir de algunos intentos para su definición, que han sido tratados desde la
filosofía jurídica. Sebastián Contreras, doctor en filosofía por la Universidad Católica y profesor de la
Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes, señala que desde esa perspectiva se ha intentado "definir
este fenómeno de la manera más precisa, poniendo de relieve que los discursos negacionistas chocan con la
honra y la integridad personal, y dejando en claro que la sanción o prohibición de esos discursos supone una
limitación importante de la libertad de expresión".
Otro de los elementos importantes a considerar corresponde a los hechos que se pueden incorporar bajo esta
denominación. Como explica Claudio Alvarado, director ejecutivo del Instituto de Estudios de la Sociedad
(IES), en países europeos el término se refiere a los genocidios y crímenes perpetrados por regímenes
totalitarios, por lo que "en esos casos la regulación suele ser mucho más precisa y rigurosa, tanto a los hechos
referidos como a las infracciones contempladas. Aquí, en cambio, lo que se plantea es algo muy equívoco,
incluyendo un supuesto 'negacionismo por omisión', y abarcando períodos históricos muy diversos entre sí".

¿Cómo se ha abordado este término en Chile? El Centro de Estudios Públicos (CEP) documenta que en Chile
el término "negacionismo" no está consagrado en la legislación. Sin embargo, desde hace 10 años se han
presentado proyectos de ley que buscan incorporarlo.
Según explica el CEP, si bien la iniciativa que ratificó la Comisión de Ética de la Convención sanciona la
negación, al igual que los proyectos presentados ante el Congreso, también incorpora el castigo por omisión.
Por otro lado, incluye nuevos grupos de víctimas: aquellas afectadas por "las atrocidades y el genocidio
cultural sufridas por los pueblos originarios y tribal afrodescendiente" y a "las víctimas de violaciones a los
derechos humanos ocurridas en el contexto a partir del 18 de octubre de 2019".
Además, amplía los espacios temporales. Considera lo ocurrido "durante la colonización europea", es decir,
cerca de 500 años, y no cierra el periodo: "a partir del Estado de Chile" y "en el contexto del estallido social
de octubre de 2019 y con posterioridad a este".
¿Qué dice la Constitución?
El artículo 19, numeral 12 de la Constitución de Chile, establece como derecho fundamental la "libertad de
emitir opinión y la de informar, sin censura previa", lo que incluye "no ser perseguido ni discriminado a causa
de las propias opiniones".
Esta disposición es reafirmada en la Ley 19.733 sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del
Periodismo.
Sentencia del TC respecto del negacionismo
El 2020 el Tribunal Constitucional (TC) declaró inconstitucional el único artículo que pretendía penalizar el
negacionismo, parte del proyecto que buscaba tipificar el delito de incitación a la violencia. En la Cámara de
Diputados se había aprobado a través de un cuórum simple y no calificado, como se estipula en la
Constitución, según determinó el TC.
El mismo tribunal argumentó que el proyecto de ley, en su aquella redacción, vulneraba la garantía
reconocida a todas las personas en el artículo 19 número 12 de la Constitución Política de la República. "No
cabe duda alguna de que la libertad de opinión admite límites legítimos, en especial cuando de su abuso se
derivan atentados graves contra la honra, vida privada y dignidad de las personas, pero dichos límites deben
ser proporcionales a la conducta sancionada", dijo el TC.  
Experiencia Internacional  
Un informe de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile (BCN) cuenta que el concepto de negacionismo
surgió en la Europa pos Segunda Guerra Mundial, cuando ciertos "pensadores" afirmaron que los nazis nunca
habían concebido un plan de aniquilación sistemática contra los judíos. De acuerdo con la definición que
recoge la BCN, "se trataría de un fenómeno cultural, político y jurídico que en lo medular niega la
realidad de los hechos históricos percibidos por la mayor parte de la gente como hechos de máxima
injusticia".
Debido a ello en ese continente se han tomado medidas y en 2008 la Comisión Europea adoptó una
decisión que tipificó como delito "toda negación, apología pública y trivialización de  de los crímenes de
genocidio, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra tal como se definen en los artículos 6, 7
y 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional", pero afirmado también no es suficiente el carácter
despectivo de la acción, sino que para ser sancionada tiene que ser capaz de "incitar al odio".
El informe citado menciona que, por ejemplo, en Alemania desde 1985 se sanciona la negación de los
crímenes de lesa humanidad cometidos por los nazis que puedan alterar la paz pública con hasta cinco años de
cárcel. Otros países como Austria, Francia y Bélgica tienen legislaciones similares. Naciones como España,
Suiza y Portugal no limitan el negacionismo a sucedido en la Segunda Guerra Mundial, sino que lo extienden
a cualquier violación de este tipo.

NACIONAL
De los 2/3 al negacionismo: Marisol Peña y Gabriel Osorio analizan la semana de la Convención
En la experiencia en América Latina, como señala la sentencia del Tribunal Constitucional, "no existe normas
de rango legal que sancionen penalmente el negacionismo, han existido intentos legislativos que denotan una
progresión en la materia, en los diferentes países de la región por regular conductas vinculadas a la incitación
al odio y al negacionismo, ya sea de forma autónoma o conjuntamente!.
En el caso de Bolivia tampoco se ha abordado legalmente el tema del negacionismo, pero sí la garantía de
libre expresión; en ese sentido, incorpora -como ocurre en Brasil- el tema de la incitación al odio. Mientras,
en Colombia, Perú, Ecuador y Venezuela no hay leyes que sancionen el negacionismo o la incitación al
odio. A pesar de que Paraguay también pertenece al grupo sin regulación en esta materia, hay un proyecto de
ley que pretende castigar a quienes incurran en este. 
Argentina es uno de los países que ha presentado proyectos de ley para incorporar el delito de
negacionismo, el último en 2019, donde se señala que: "Será reprimido con prisión de dos meses a dos años,
el que públicamente negara, minimizara, justificara o reivindicara la comisión de los delitos de genocidio, de
lesa humanidad o crímenes de guerra".
El análisis de los expertos
La aplicación de este concepto en la discusión de la Convención Constitucional, tiene de acuerdo a la
perspectiva de los expertos, varias repercusiones. Para el doctor en Filosofía y profesor de la Universidad de
los Andes, Sebastián Contreras, la decisión de sancionar el negacionismo, no solo contradice el principio de
igualdad, sino que también los estándares de imparcialidad, debido a que los castigos afectan "solo a aquellos
que la 'verdad histórica' de algunos ha definido como política o socialmente relevantes".
Además enfatiza que "la más grave afectación de la libertad de expresión y conciencia" está en la prohibición
de negar por omisión.
Josep Maria Castellà, catedrático de derecho constitucional de la Universidad de Barcelona y colaborador de
Polis (Observatorio Constitucional de la Universidad de los Andes), afirmó que "los procesos constituyentes
propios de las democracias constitucionales tratan de preservar al máximo la deliberación plural entre los
constituyentes, de la que sale el consenso amplio, necesario para que la nueva Constitución sea reconocida
realmente como de todos los ciudadanos".
En ese sentido, señaló que en la teoría de la representación política "el mandato de los convencionales es libre
y no sujeto a ninguna limitación", ya que son elegidos por los ciudadanos. Además, advirtió que "es
importante evitar la utilización del pasado como arma arrojadiza de unos contra otros para coartar la actuación
de todos y cada uno de los representantes".
El director ejecutivo IES, Claudio Alvarado, también comentó que "lo que ponen en riesgo estas figuras tal y
como se han planteado en la Convención es la apertura al debate y la persuasión inherente a la esfera pública
democrática".

Luego de que la Comisión de Ética aprobase una definición de negacionismo que implica
sanciones a los convencionales que incurran en este acto, ha surgido un debate
importante respecto a la aplicación de este concepto. En los últimos años en Chile se han
impulsado iniciativas similares en el Congreso que no han tenido éxito e incluso el TC
declaró inconstitucional la última de ellas, entre otros motivos por razones
procedimentales.

En la experiencia internacional, Europa es la pionera en este concepto al prohibir el


negacionismo de los crímenes de lesa de humanidad, especialmente enfocado en los
cometidos por el régimen nazi, pero incluyendo que debe haber una conducta que incite
al odio.

Los expertos consultados coinciden que imponer sanciones a estos discursos implica una
“censura previa" y que la manera en que se está impulsando en la Convención deja
muchas interrogantes sin responder, en torno al concepto de omisión especialmente, y
que en las condiciones actuales, en una instancia de diálogo como la convención, “parece
no valer la pena".

WatchDog PAUTA es un proyecto de fact-checking conjunto entre la  Facultad de Comunicación de la


Universidad de los Andes  y PAUTA. Busca tomar temas en la agenda y rastrear su veracidad desde una
perspectiva positiva, no inquisitoria.

https://fee.org.es/articulos/canad%C3%A1-prohibir%C3%A1-la-minimizaci
%C3%B3n-del-holocausto-con-un-gran-golpe-a-la-libertad-de-expresi
%C3%B3n/
Canadá prohibirá la "minimización" del Holocausto con un
gran golpe a la libertad de expresión
Puede que la libertad de expresión tenga sus inconvenientes, pero la alternativa
es peor.
20 DE ABRIL DE 2022

Canadá prohibirá la negación del Holocausto en un intento de acabar con el


supremacismo blanco y el antisemitismo en el país, según muestran los
documentos. El cambio en el Código Penal formará parte de un proyecto de
ley que promulga el presupuesto (sí, en serio).

"El gobierno federal va a tipificar como delito la declaración que niegue el


Holocausto o que condone o reste importancia a la matanza de judíos por
parte del régimen nazi, excepto en una conversación privada", informa The
Globe y Mail. "Canadá se unirá a una serie de países europeos, como
Alemania, Grecia, Francia, Bélgica y la República Checa, que ya han
prohibido la negación del Holocausto".

"No hay lugar para el antisemitismo y la negación del Holocausto en


Canadá", dijo el ministro de Seguridad Pública, Marco Mendicino, en
relación con la medida. "El Holocausto fue uno de los capítulos más
oscuros de la historia de la humanidad. Debemos preservar su memoria,
combatir el antisemitismo contemporáneo y ser inequívocos cuando
decimos: nunca más".

Aparte de los claros problemas de libertad de expresión, la amplia


redacción del proyecto de ley es especialmente preocupante. Por ejemplo,
¿qué constituye exactamente "negar, aprobar o minimizar" el Holocausto?
Se trata de términos relativamente ambiguos y abiertos a la interpretación, y
no es en absoluto evidente dónde se trazará la línea legal.
Una buena ilustración de esta cuestión puede encontrarse en el propio
artículo del Globe. Consideremos la siguiente cita de Irwin Cotler, enviado
especial del primer ministro para preservar la memoria del Holocausto y
combatir el antisemitismo.

"La negación y la distorsión del Holocausto constituyen un cruel asalto


a la memoria, a la verdad y a la justicia -un libelo antisemita para
encubrir el peor crimen de la historia- y, por tanto, un cruel y burlón
reproche a los supervivientes del Holocausto y a su legado".

Según Cotler, presumiblemente uno de los arquitectos de esta ley, el


Holocausto fue "el peor crimen de la historia". He aquí una pregunta. Si
alguien dijera que el Holocausto no fue el peor crimen de la historia,
¿constituiría eso "minimizar" el Holocausto? ¿Sería esa afirmación punible
en virtud de esta ley?

Las mentes inquietas querrían saberlo.

Ahora bien, es tentador pensar que una ley como ésta tiene más que ver con
una declaración que con la imposición de multas y el encarcelamiento de
personas. Pero no se trata de amenazas vacías. Hace apenas un par de
semanas, un tribunal de Berlín condenó a una mujer alemana de 93 años a
12 meses de prisión por negar el Holocausto. Si el gobierno canadiense está
copiando esta ley alemana, no hay razón para creer que no vaya a copiar
también la aplicación de la ley al estilo alemán.

La posibilidad de imponer multas o incluso penas de cárcel pone esta ley en


perspectiva, y es un recordatorio aleccionador de lo que realmente significa
prohibir algo. La fría verdad es que todas las leyes se aplican en última
instancia con amenazas de violencia. Prohibir una acción es amenazar con
la violencia a quienes la realizan. Por supuesto, una multa en sí misma no
es un acto violento. Pero si ignoras la multa y todas las demandas
posteriores (es decir, si te ocupas pacíficamente de tus asuntos), tarde o
temprano alguien se presentará en tu casa con una pistola y te amenazará
con la fuerza física.

Ante esta realidad, la pregunta que debemos hacernos sobre esta ley no es si
el Holocausto fue bueno o malo, real o falso, atroz o menor. La pregunta es,
¿usarías un arma para impedir que alguien diga cosas sobre el Holocausto
con las que no estás de acuerdo? ¿Es algo que justifica la amenaza y el uso
de la fuerza física?

Ahora bien, si tienes la tentación de decir que sí, no eres el único. Después
de todo, permitir que la gente se exprese libremente significa que algunas
personas probablemente dirán cosas equivocadas u odiosas. Pero hay que
tener cuidado. Si no permitimos que la gente odiosa diga cosas odiosas, si
justificamos el uso de la pistola, entonces hemos abandonado el principio
de la libertad y hemos abierto la puerta a la tiranía.

"El problema de luchar por la libertad humana", dijo H.L. Mencken, "es


que uno pasa la mayor parte del tiempo defendiendo a los canallas. Porque
es contra los sinvergüenzas contra quienes se dirigen primero las leyes
opresivas y la opresión debe ser detenida al principio si se quiere detenerla
del todo".

Por muy tentador que sea hacer una excepción a la libertad de expresión en
el caso de la negación del Holocausto, esto sienta un peligroso precedente.
Si no nos pronunciamos ahora cuando van a por los negacionistas del
Holocausto, ¿qué les impedirá ir por los "negacionistas del clima", los
"negacionistas electorales" o los "negacionistas de la propaganda de
guerra"? Una vez que se apruebe este tipo de ley, será muy fácil ir más allá,
prohibiendo cualquier discurso que se considere ofensivo, falso o
inapropiado.

La cuestión es que en el momento en que hacemos excepciones es cuando


perdemos el principio. "Si no creemos en la libertad de expresión para la
gente que despreciamos", dijo Noam Chomsky, "no creemos en ella en lo
absoluto".

Este artículo ha sido adaptado de un número del boletín electrónico FEE Daily. Haz clic aquí para

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