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I Ntroduccion Del Libro Cartas A Un Hermano Sacerdote
I Ntroduccion Del Libro Cartas A Un Hermano Sacerdote
Después de la misa tuve el privilegio de hablar en privado con la Madre. Me contó la historia
de su comunidad. La hermana Agnus, una monja pequeña y morena de la India, fue su
primera discípula. Al principio hubo pocas hermanas junto a ella mientras que eran muchas
las personas necesitadas. Desde los ancianos y enfermos que morían en la calle, hasta los
bebés y niños abandonados que no tenían quien se ocupara de ellos. La madre Teresa
quería llegar a todos.
La madre Teresa declara que esta hora santa diaria es la causa y la razón por la que su
comunidad ha florecido. Ha crecido a más de tres mil miembros gracias al poder y la gracia
recibidos en la hora santa diaria. La comunidad se ha multiplicado y ahora sus hermanas
están presente en todas partes del mundo. Estuvo dispuesta a dedicar un tiempo para unirse
a la "vid" y pudo alcanzar y abrazar al mundo entero.
Su historia me inspiró a hacer lo mismo que ella hizo. Leyendo sobre el apostolado de la
adoración perpetua y cómo el padre Martín Lucia lo estaba promoviendo con éxito en los
Estados Unidos y otros países, también quería que se difundiera en toda Filipinas. Por eso
fundé la comunidad llamada los Discípulos Eucarísticos de San Pío X. Día y noche, sin
descanso, se acercan al Santísimo Sacramento en amante adoración. Primero rezaron
para que el padre Lucia pudiera venir a Filipinas y así empezar el gran apostolado para
establecer la adoración perpetua en las parroquias. Luego rezaron para que se extendiera
por todo el país. En este momento hay 500 capillas. Ahora los Discípulos Eucarísticos rezan
para que podamos cumplir el objetivo de lograr establecer en 1.000 parroquias, capillas de
adoración perpetua.
Estos dos ejemplos, la madre Teresa y los Discípulos Eucarísticos, demuestran la verdad
que Jesús dijo en el Evangelio de hoy: "Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas
cosas y hay necesidad de pocas o mejor de una sola. María ha elegido la parte buena, que
no le será quitada" (Lc 10, 41-42).
La parte buena es estar con Jesús en el Santísimo Sacramento. El mejor tiempo invertido
en la tierra, querido Tomás, es el tiempo que pasas junto a tu mejor amigo, Jesús en el
Santísimo Sacramento. Y es la forma más segura de producir gran fruto apostólico.
Fraternalmente tuyo en Su Amor Eucarístico. mons. Pepe
3 - LA MEJOR DE TODAS LAS HOMILÍAS
La gente venía de todas partes de Francia para oírlo hablar y todos los domingo repetía lo
mismo. Al tomar conciencia del amor y la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento,
se conmovía tan intensamente, hasta lo más profundo de su alma, que al señalar el Sagrario
para mostrarle a la gente que Jesús estaba realmente ahí, lloraba de alegría. Pasaba largas
horas día y noche rezando ante el Santísimo Sacramento, como también muchas horas en
el confesionario. San Juan María Vianney, el santo cura de Ars, fue proclamado por la
Iglesia modelo y patrono de todos los sacerdotes.
Otro Sacerdote famoso que vivió en la misma época, fue el padre Lacordaire. Este sacerdote
fue el predicador más elocuente de su tiempo. Cuando predicaba en la Iglesia de Notre
Dame de Paris, el rey y la reina iban a oírlo y la Catedral se llenaba.
Un día alguien le preguntó si sentía gran satisfacción por ser un predicador tan popular pero
contestó que no, porque cuando él hablaba la gente decía cuán hábil e inteligente era. Pero,
cuando Juan María Vianney hablaba, todos decían “qué bueno es Jesús”
¡Qué complicada es la naturaleza humana, querido Tomás! Tratamos de impresionar a todos
con nuestra inteligencia, teologizando todo. Tanto, que a la gente le resulta difícil entender lo
que tratamos de decir. Lo que realmente debemos hacer es decir cuán bondadoso es Jesús
en el Santísimo Sacramento. Le aconsejo a Jorge que todo lo que tiene que hacer como
sacerdote es repetir las dos líneas de San Juan María Vianney y así también será
canonizado.
Fraternalmente tuyo en Su Amor Eucarístico.
Mons. Pepe
4 - PODER VERDADERO
Fiesta de la Transfiguración,
6 de agosto de 1993.
Querido Tomás:
Pareciera que la segunda guerra mundial ocurrió hace
mucho tiempo y que está ya muy lejos. En 1945 en un día
como hoy, fueron lanzadas dos bombas sobre Japón. La
guerra terminó. Entonces, un joven llamado Douglas
Valentine se encontraba en un campo de concentración japonés. Muchos años después
escribió un libro titulado Hotel Tacloban, sobrenombre de ese campo.
Por las críticas al gobierno americano, el libro no se vendió muy bien, excepto en lugares
como Nigeria. En este país, en la catedral de Awka, alguien se olvidó una copia del libro en
uno de los bancos. Cuando el padre Martín entró para hacer su hora santa lo encontró, lo
abrió y leyó una página.
Hablaba de un diácono filipino que había visitado en un barco a Douglas Valentine después
de su liberación. El diácono quería que Valentine tuviera un recuerdo feliz y perdurable de
Filipinas para borrar los malos recuerdos del campo de concentración. Tomó la guitarra y
entonó la canción en español "Solamente una vez". El título de la canción en inglés es "You
Belong to my Heart" que traducida literalmente al castellano es "Tu perteneces a mi
corazón". La traducción de su magnífica letra se encontraba en la siguiente página.
¿Qué inspiración tuvo el padre Martín en ese momento? Que cada uno de nosotros
pertenecemos al Corazón de Jesús. Por el poder de la adoración cada uno volverá a su
Corazón y para difundirla por todo el mundo se necesita una comunidad de sacerdotes.
En el aeropuerto de Cebú, el padre Martín les contó esta historia a dos de los primeros
misioneros del Santísimo Sacramento que se estaban por ordenar. En ese preciso momento,
un joven se acercó con una guitarra y preguntó si podía cantarles una canción y entonó,
"Solamente una vez".
Mons. Pepe
5 - MENDIGANDO AMOR
Mons. Pepe
6 - IMITACION
Fomentó la adoración del Santísimo Sacramento como “la actividad más importante”.
Soñaba con tener al Señor Jesús expuesto en la custodia
día y noche, en la capilla de Niepokalanow. En 1938 dijo:
“Mi objetivo es establecer la adoración. Cuando nos
acercamos a la capilla, adquirimos muchas gracias para
nosotros y para los demás, especialmente si dedicamos
un día entero a la adoración del Santísimo Sacramento.
Con esta adoración se hace un inmenso bien. Y agregó:
“Allí fluye un caudal ininterrumpido de oraciones. La
oración es el poder más grande del universo capaz de
transformar a cada uno, capaz de cambiar la faz de la
tierra”.
En 1920, el padre Maximiliano decidió visitar el Santísimo Sacramento treinta veces al día.
El Padre Pal, un colega, atestigua que era fácil saber qué estaba haciendo y encontrarlo,
porque siempre estaba en la capilla.
Esto fue lo que inspiró al padre Kolbe a dar su vida por la de su compañero de prisión.
Innumerables veces había meditado sobre esta verdad en la presencia de nuestro Salvador.
Jesús eligió la muerte en la Cruz para que pudiéramos tener la plenitud de su Vida en el
Santísimo Sacramento. Eligió sufrir el odio para que podamos ser llenados con su Amor.
Eligió ser herido hasta quedar desfigurado para que podamos ser sanados enteramente.
Eligió soportar las tinieblas para que podamos tener la luz y la alegría de su Presencia real.
Eligió padecer el abandono del cielo para que podamos tenerlo siempre a ÉL, Emanuel, con
nosotros en la tierra.
El padre Kolbe le dijo a sus hermanos: “todos los hermanos menores deben tratar de imitar
al hermano mayor, Jesús, en el Santísimo Sacramento”.
Y esto es lo que el padre Kolbe hizo cuando intercambió su propia vida por la de su
compañero de prisión. El efecto más grande de su devoción al Santísimo Sacramento fue
la IMITACION. Puede que no seamos llamados a tan dramático acto de generosidad, pero
cada día somos llamados a muchos actos de desprendimiento, por lo que todos deberíamos
ser motivados, influenciados e impulsados por el acto más grande de generosidad: el
generoso amor de Jesús en el Santísimo Sacramento.
Mons. Pepe
7 - RESTAURACION
San Pío X,
21 de agosto de 1993
Tuve una larga conversación con el obispo Ito de Akita, presente entonces en la capilla, que
podía atestiguar sobre la luz gloriosa que el Santísimo Sacramento irradiaba. Sucedió en
1973, en la fiesta del Sagrado Corazón y duró tres días. Esta aparición ya fue aprobada por
la Iglesia.
En Fátima 70.000 personas vieron el milagro de la danza del sol. El sol en el cielo es un
signo del Hijo de Dios en el Santísimo Sacramento. Uno es la fuente natural y el otro es la
fuente sobrenatural de todo poder y vida. Por esto, todas las custodias son hechas en forma
de un sol refulgente.
Tan pronto como haya suficientes capillas de adoración perpetua que satisfagan la Justicia
Divina de Dios, Él mostrará al mundo entero su divina Misericordia revelando lo oculto y
haciendo visible lo escondido: la luz de Su Amor en el Santísimo Sacramento.
Lo que un día vio la hermana Inés, lo verá el mundo entero. Será la luz gloriosa de Su Amor.
Tendrá el poder de penetrar en cada corazón, no importa lo frío y cruel que fuese, los
atraerá hacia el Corazón de Dios. Luego que por este milagro Eucarístico la humanidad
vuelva a Dios, la naturaleza volverá al hombre. Entonces tendremos un segundo, nuevo y
más glorioso paraíso terrenal.
Este es lema del gran Papa y Santo, cuya fiesta celebramos hoy:
“RESTAURAR TODAS LAS COSAS EN CRISTO”.
Querido amigo, haz que este lema te incite a establecer la
adoración perpetua en tu parroquia.
Política, social, económica, cultural y moralmente andamos mal. Estamos mas allá de toda
solución humana. Necesitamos la intervención divina que será el gran Milagro Eucarístico.
Por eso San Pío X llamó a la adoración perpetua “ la obra más sublime de todas las obras”.
Por esto se le llama el Papa Eucarístico.
Mons. Pepe
8 - SU PRECIOSÍSIMA SANGRE
Esto pensaba mientras sostenía la moneda y comencé a meditar la charla que tenía que dar
en Kansas sobre el Santísimo Sacramento. La Eucaristía brota de la Pasión de Cristo.
Se salvan los sellados con la Preciosísima Sangre de Jesús, incluidos los que han de morir
ese día.
Una noche cuando acababa de terminar mi hora santa en la Iglesia de San Miguel a las 4:00
de la mañana, llegó en taxi una mujer con su hijo. Quería que hablase con él. Me contó que
una voz la había despertado diciéndole que fuera a esa Iglesia. Se levantó en el momento
justo que su hijo estaba a punto de suicidarse. Desde la visita a San Miguel él comenzó a
mejorar y ahora está bien.
Otra noche, Nonette Silla estaba en la capilla rezando de 2:00 a 3:00 de la mañana. Hacía
tres semanas que venía encomendando al Corazón de Jesús a un hombre que conocía y
que estaba destruyendo la vida moral de muchas de sus amigas. Incluía a este hombre en
su oración porque sabía que Jesús también lo amaba. Terminaba su oración pidiéndole a
Jesús que acercara a este hombre a la capilla para así estar segura de su conversión.
Mientras rezaba, oyó que alguien sollozaba. Se dio vuelta y
vio que era ese mismo hombre. Él le explicó que en esas
últimas tres semanas estaba muy confundido: lo que hasta
entonces pensaba que estaba bien, ahora le parecía que
estaba mal. No podía dormir. Había estado manejando toda
la noche por la ciudad y cuando pasó por la Iglesia, vio la
luz de la capilla encendida, tan atrayente e invitadora que
decidió entrar. No encontró la condena por sus pecados
sino la tierna misericordia del Santísimo Sacramento. Por eso sollozaba.
No vi la película "La Lista de Schindler", pero un amigo me contó una escena muy
conmovedora. Schindler saca de su solapa un prendedor de oro y se lamenta no haberlo
vendido, pues si lo hubiese hecho habría podido comprar una vida más, salvar una vida
más. Y llora y se lamenta de no haber podido hacer más.
Querido Tomás, si supiéramos el valor de una hora santa, nunca dejaríamos pasar un solo
día sin hacerla.
El Santo Padre en Dominicae Cenae, dice que la adoración sirve para hacer "reparación" por
los males del mundo. El valor de una hora santa no tiene límite porque los méritos de la Cruz
son infinitos. Por eso el padre John Hardon SJ indica que es absolutamente imposible
exagerar el valor de una sola hora de oración en presencia de Jesús en el Santísimo
Sacramento.
Jesús dijo: "Y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mi" (Jn 12,32). Con
cada hora santa que hacemos, atraemos a la parroquia y al mundo entero las gracias que
Jesús obtuvo para nosotros en el Calvario. El triunfo de la cruz es la misericordia que
obtenemos del Santísimo Sacramento que sella a todos y a cada uno de nosotros con la
Preciosísima Sangre de Jesús.
Mons. Pepe
9 - SANTIDAD
Santa Teresita, la pequeña flor, fue una verdadera prueba de esto. Se sentía muy
descorazonada porque se dormía durante su hora santa en presencia de Jesús en el
Santísimo Sacramento. Desde que ingresó al convento carmelita para dedicarse a la oración
y a la vida contemplativa, estuvo tentada de salir, porque pensaba que era un fracaso total.
Cuando se le apareció Jesús y le preguntó si se acordaba de lo que su padre le decía
cuando era pequeña y se dormía en su falda, ella le contó que le decía que él gozaba tanto
cuando ella dormía sobre su falda como cuando estaba despierta hablándole.
Entonces Jesús le contestó: "!Lo mismo pasa conmigo!" Santa Teresita murió a los
veinticuatro años y se la considera la más grande de las santas del siglo XX. Aún cuando se
dormía en la capilla, ella iba creciendo en santidad! La santidad es la segunda gracia que
recibimos.
Y así como ahora no se podría salir bajo la lluvia torrencial sin empaparse, tampoco se
puede estar en la presencia del Santísimo Sacramento sin empaparse espiritualmente y
crecer en la misma vida y santidad del Señor. Por esto la Escritura dice: "vendrá a
nosotros... como la lluvia tardía que riega la tierra". (Os 6, 3)
Cuando terminó el Año Eucarístico, el padre Jonas regresó a Estados Unidos donde predicó
con tanto éxito que estimuló a otro sacerdote a fundar una nueva comunidad de sacerdotes
dedicados a la difusión de la adoración perpetua en el mundo entero. La comunidad se llama
Misioneros del Santísimo Sacramento y el sacerdote que la fundó, amigo de Conchitina, es
el padre Martín Lucia. Es así que nuevamente tenemos la conexión filipina-americana.
Conchitina es una de las miles de personas influenciadas por San Francisco. Pero fue Jesús
en el Santísimo Sacramento, el que influyó en San Francisco que con frecuencia pasaba la
noche entera rezando ante el Santísimo Sacramento. Su único deseo era la transformación
de su vida en unión con Cristo. Una noche de julio de 1216, Cristo se le apareció mientras
rezaba ante el Santísimo en la Iglesia de Santa María de los Ángeles.
Después de la visión, San Francisco exclamó: "Los mandaré a todos al paraíso". Estaba más
convencido que nunca del poder de la oración para salvar almas.
El 14 de septiembre, un serafín con alas de fuego, tal como se describe en Isaías (6, 2), bajó
del cielo sobre Francisco mientras hacía contemplación e imprimió en sus manos la marca
de los clavos y la llaga de la lanza, en su costado. Todos en la región vieron el monte de La
Verna envuelto en una luz, como si el sol ya hubiera salido. El hermano León vio una bola de
fuego descender sobre el rostro de San Francisco cuando éste recibía los estigmas.
Menciono esto, querido Tomás, porque el Santísimo Sacramento es el fuego del Amor
Divino. Así como el fuego transforma todo en fuego, así, uno es transformado de gloria en
gloria y hecho más a la imagen y semejanza de Cristo por cada momento que pasamos en
su divina Presencia.
La diferencia en nuestra alma de una hora santa a otra, asombra a los santos en el cielo y a
los ángeles en la tierra. La transformación que toma lugar en tu alma es mucho más real y
dramática que la transformación que tuvo lugar en el cuerpo de Francisco cuando fue
estigmatizado. Por cada momento que pasas en Su Presencia, no solamente tus manos y tu
costado, sino todo tu ser se transforma más y más a imagen y semejanza de Cristo.
Debido a esta transformación, cada momento que pasas con Jesús en la tierra hará que tu
alma sea más gloriosa y más bella en el cielo por toda la eternidad. Por esto, querido
Tomás, San Pablo exclamó: "Mas todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos
como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen
cada vez mis gloriosos" (2 Co 3,18).
Mons. Pepe
11 - CONEXIONES
Te doy un ejemplo. Hace exactamente cuatro años, el Santo Padre fue a Seúl, Corea, en
ocasión del Cuadragésimo Cuarto Congreso Eucarístico Internacional. Estimulado por miles
de personas de todo el mundo, el Papa Juan Pablo II eligió visitar una capilla de adoración
perpetua, la Iglesia del Buen Pastor, como primera escala después de llegar al aeropuerto.
Dio una charla a los cardenales, obispos, sacerdotes y religiosos sobre la importancia de la
adoración en la vida sacerdotal. Explicó así por qué era lo "más apropiado" que su visita a
Corea comenzara en una capilla de adoración perpetua.
Esa tarde el Secretario Ejecutivo del congreso nos visitó al padre Farrall, al padre Martín y a
mí, en la casa Maryknoll donde nos alojábamos. Quería conocer cómo había empezado todo
este maravilloso trabajo de la adoración perpetua que había logrado establecer cientos de
capillas tanto en Corea como en Filipinas.
El Secretario Ejecutivo nos invitó a Roma para presentar al Santo Padre un álbum con todas
las capillas instauradas en Asia.
Este estudiante es ahora el padre Vicente Perricone que difunde la adoración perpetua por
todo el Reino Unido. Antes de ir a Manila, le comentó a un amigo laico el propósito de su
misión y éste se lo contó a José De Luca. José fue ordenado junto con Vicente y ahora está
fomentando con mucho éxito la adoración perpetua por todos los Estados Unidos. El padre
José ha sido instrumento de muchas vocaciones para los Misioneros del Santísimo
Sacramento.
¿Entiendes ahora, Tomás, cuando me refiero a las "conexiones"? Desde Seúl a Roma, a
Manila y al mundo entero, la Santísima Madre está haciendo un "rosario vivo" para glorificar
a su Hijo en el Santísimo Sacramento.
Si todavía tienes el rosario en tus manos, hay sólo una cosa más que te quiero decir.
Cuando rezas el Rosario ante el Santísimo Sacramento, amas a Jesús con el Corazón
de María. Unidos al Corazón de María por el rosario, haces una perfecta hora santa porque
amas a Jesús con el amor perfecto de María.
Mons. Pepe
12 - REPARACION
Valjean es un pobre carpintero sin trabajo. Su crimen fue haber robado un pedazo de pan
para alimentar a sus hijos hambrientos. Su sentencia: cinco años de prisión. Al tratar de
escapar es capturado para servir a la cruel justicia del gobierno quince años más. En la
prisión, los suyos lo olvidaron y abandonaron.
¿No podría ser ésta la historia de Jesús en el Santísimo Sacramento? Jesús se convierte en
el Pan Vivo bajado del cielo para alimentar espiritualmente a los hambrientos hijos de Su
Padre. Este es Su "crimen". No es retribuido con agradecimiento y adoración. Es castigado
poniéndosele en la prisión del Sagrario. En este calabozo es olvidado y abandonado por los
suyos. Nos avergonzamos y no lo exponemos. Por estar demasiado ocupados, no lo
honramos. Su trono es la custodia en donde quiere liberarse para reinar como Rey del Amor.
Mons. Pepe
13 - SALVACIÓN
Era una mujer canadiense muy devota a la oración ante el Santísimo Sacramento. Antes de
su hora santa Jesús le mostraba multitudes de almas al borde del precipicio del infierno.
Luego podía ver estas mismas almas en las manos de Dios después de su hora santa.
Martín alimentaba a cientos de hambrientos con un solo canasto de pan. Tú, querido Tomás,
salvas cientos de personas del infierno con tan sólo rezar una hora anta ante el Pan Vivo
bajado del Cielo.
Esta es la razón por la que Carlos de Foucauld pasó toda su vida ante el Santísimo
Sacramento, en un desierto de Arabia. Su única oración era: "Dios mío, conduce a todos los
hombres a la salvación".
¡Cuál podría ser una mayor razón para tener adoración perpetua que esta quinta gracia de
salvación!
Mons. Pepe
14 - HERENCIA
Por la adoración perpetua una parroquia da al Rey todo el amor que verdaderamente se
merece. Por eso la liturgia de Cristo Rey empieza con esta oración:
"Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza y el
honor" (Ap 5, 12).
.
Las rosas florecieron en la nieve. La imagen de Nuestra
Santa Madre se imprimió en un pobre poncho que se ha
conservado por siglos. Los científicos no pueden descifrar cómo fue que se imprimió esa
imagen en la tilma. Ella es la mujer vestida del sol que es el símbolo de su Hijo Eucarístico.
Dos corazones que laten al unísono.
Veamos su pedido al obispo. "Construir una capilla". ¿Quién está en la capilla? ¡Su Hijo
Eucarístico! María lleva a todos sus hijos a la Eucaristía.
La belleza de Guadalupe está siempre durante nuestra hora santa de oración. No importa
cuán fríos estén nuestros corazones, las rosas de santidad florecen. La fragancia de la
santidad perdurará para toda la eternidad. Cada momento que pasamos en su presencia,
brotamos, crecemos y florecemos como las rosas en la nieve.
Y con cada hora santa, una nueva y especial imagen se imprime indeleblemente en nuestra
alma, mucho más linda que aquella del Santuario a la que gente de todo el mundo acude y
admira su belleza con tanto asombro.
Por eso Pablo VI señala en Misterium Fidei que una sola hora santa ante Jesús
Sacramentado, nos da "una dignidad, incomparable".
Hay una canción que dice: "todos buscan el amor en los lugares equivocados" ("looking for
love in all the wrong places").
La dignidad se encuentra en la presencia del Señor que nos eleva más y más hacia Él. La
altura y el prestigio de nuestra verdadera dignidad se halla en el grado de unión que
tenemos con Cristo en el Santísimo Sacramento.
Por eso tengo en mi oficina una imagen de tamaño natural de Nuestra Señora de
Guadalupe, para recordar dónde reside mi verdadera dignidad.
Barth Bracy es un americano que hace poco vino a mi despacho con su amigo Miguel. Hace
un par de años, un laico muy santo llamado Dan Lynch llevó a la casa de Barth, a pedido de
su madre Lynda, una imagen peregrina de Nuestra Señora de Guadalupe. A Barth le
imresionó mucho y le ayudó a cambiar su vida. Entró en el seminario para ordenarse
sacerdote de los Misioneros del Santísimo Sacramento.
Mons. pepe
16 - INTIMIDAD
Navidad,
25 de diciembre de 1993
“El párroco de esta pequeña iglesia dijo que sin órgano la Navidad iba a ser una "noche de
silencio, una Noche de Paz". Entonces, para la misa de medianoche, el organista
compondría una melodía, el sacerdote escribiría la letra y el coro cantaría las suaves
alabanzas de un nuevo himno.
Con esta intención se compuso el himno: algo sencillo, cantado una sola vez y olvidado.
Después de Nochebuena, una tormenta de nieve impidió que llegara el hombre que
arreglaría el órgano hasta la primavera, cuando la nieve se hubo derretido. Al terminar de
arreglarlo, encontró sobre el órgano esta partitura olvidada aquella noche de Navidad. La
tomó y se la llevó consigo a Munich. El resto es historia. "Noche de Paz" ha sido escuchada
desde entonces. Sus suaves acordes de amor y de paz, han llegado a millones y millones,
transformando la vida de innumerables personas.
Lo mismo sucede con una sola hora santa. La dejamos en la capilla, como esa partitura de
"Noche de Paz" y Dios transforma nuestra hora de oración en un caudal de gracias infinitas
para su pueblo. La gracia de Dios obtenida en una sola hora santa transforma más
corazones que toda la gente que lo ha hecho con 'Noche de Paz'. Por una sola hora santa,
las gracias de Dios se oirán en el mundo hasta el fin de los tiempos y por toda la eternidad,
por el aprecio divino que Dios tiene por aquellos que aman a su Hijo en el Santísimo
Sacramento.
¡Cuán grande es el deseo de Dios por tener profunda intimidad con el hombre! Jesús vino
como un bebé porque nunca nadie les ha tenido miedo de acercarse a ellos. Se ama a un
bebé porque es indefenso. Un bebé pidiendo amor con sus bracitos abiertos, es irresistible.
La Hostia Sagrada personifica la ternura divina de la Encarnación. Tan manso y humilde, tan
adorable y tan pequeñito y vulnerable, el Santísimo Sacramento es Jesús diciendo "Venid a
mí... que soy manso y humilde de corazón..." (Mt 11,28-29).
Sólo los humildes oyen su voz. Sólo aquellos con corazón de niño, buscan su Corazón en el
Santísimo Sacramento. Por eso Jesús dice: "Dejad que los niños vengan a mi, no se lo
impidáis, porque de los que son como ellos es el Reino de Dios" (Mc 10,14).
En aquel tiempo, los apóstoles desanimaban a los niños a acercarse a Jesús, así como
ahora algunos sacerdotes desaniman a la gente a acercarse al Santísimo Sacramento, a la
Exposición o a la adoración perpetua.
Esto me recuerda una película llamada 'El Niño de Oro" ("Golden Child"). El destino del niño
era la salvación del mundo, ya que todo lo que él tocaba se curaba y quedaba sano. El
diablo lo encierra en una jaula y lo aleja de la gente. La misión consistía en liberar al niño.
San José tuvo que proteger al Niño Jesús con la huída a Egipto. Un Herodes furioso había
ordenado una masacre (Mt 2,16). El Papa compara esto con el aborto de la vida humana.
Pero también existe el aborto de la vida divina. Aquellos que destruyen la adoración, aíslan a
los fieles del torrente de la vida divina
En el Congreso Eucarístico de Sevilla, España, meditando sobre los escritos del obispo
Manuel González, el Santo Padre hizo una exhortación a la adoración perpetua en todas las
parroquias del mundo entero.
Como la estrella sobre Belén, el Papa señaló al Santísimo Sacramento como el remedio
"que cura" todos nuestros males tanto en la Iglesia como en el mundo. La solución a toda
confusión y promiscuidad en el mundo es la intimidad con Jesús en el Santísimo
Sacramento. Eludir su llamado a esta intimidad causa toda la promiscuidad.
Esta noche en la misa de medianoche, Joseph Skelton, Keith Poupard, George Wilson y Lou
Verroi cantaron "Más cerca, oh Dios de Ti" ("Just a closer walk with Thee"). Y es así de
simple. La prolongación de la Encarnación de Cristo en el Santísimo Sacramento es Jesús
mismo que viene íntimamente a nuestro lado para que podamos acercarnos más
íntimamente a Él.
"Yo os aseguro: el que no reciba el Reino de Dios como niño, no entrará en el'. Y abrazaba a
los niños, y los bendecía poniendo las manos sobre ellos" (Mc 10,15-16).
Esto es adoración perpetua Tomás. El Santísimo Sacramento es Emmanuel, “Dios con
nosotros”, que se “rebajó” con infinita humildad y amor para continuar abrazando,
bendiciendo y curando a todos sus hijos hoy, así como lo hizo en el tiempo del Evangelio.
La Iglesia nunca pretendió ser tan excesivamente institucional, burocrática o legalista, sino
más bien cálida, personal e íntima. La gente es atraída por lo amigable y adorable. La
adoración perpetua es una puerta siempre abierta. Es un signo de los brazos abiertos de
Cristo en el Santísimo Sacramento, siempre invitando, dando la bienvenida y abrazando a
cada uno de los que se acercan a Él. Una puerta siempre abierta hacia los brazos
extendidos de Cristo que espera y transmite a todos un sentido de pertenencia personal.
Una puerta siempre abierta irradiando la luz del Amor Divino en la custodia, define el
verdadero significado de la Encarnación.
En el Santísimo Sacramento el Verbo se hace carne y habita entre nosotros. Así como
vemos al niño acostado en el pesebre, así también podemos ver en la Sagrada Hostia la
misma "gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad" (Jn 1,14)
Por eso la Madre Teresa decía que cuando miramos a la Sagrada Hostia vemos cuánto
Jesús nos quiere AHORA. Es su Amor eterno por ti. Este Amor nos dice "confiadle todas
vuestras preocupaciones, pues Él cuida de vosotros" (1 P 5,7).
Con plena confianza deposita todos tus temores y ansiedades en su Corazón y a cambio
recibirás su paz. El sonido de su amor permanente es lo único que Él quiere que oigas en tu
mente y en tu corazón. Cada hora santa debería ser como esta canción "esta noche hay por
todas partes un cierto silencio. Por eso escucha con mucha atención, acércate y verás lo
que te quiero decir. No es un sueño. Lo único que oirás es un susurro al oído, TE AMO por
siempre jamás" ("There is a kind of hush, all over...").
Querido Tomás, sé ese ángel, ese mensajero. Dile a la gente con esa misma alegría que tu
parroquia tendrá adoración perpetua en donde el mismo Jesús nacido en Belén los estará
esperando con los brazos abiertos. "No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo
será para todo el pueblo" (Lc 2,10).
Mons. Pepe
17 - SEGURIDAD
Un día de invierno en Nueva Inglaterra, dos amigos míos, Bruce y Maureen Smith, me
llevaban en su auto al aeropuerto. Mirábamos por la ventana dudando si el avión podría
despegar. Era un día oscuro, gris, nublado y tan frío que granizaba.
El avión finalmente despegó y en pocos segundos se elevó sobre las nubes. La escena era
sorprendente. Se podían ver filas y filas de nubes blancas, onduladas, matizadas con
resplandores de un sol dorado.
Esto, pensé, debería ser cada hora santa. "Yo soy la Luz del Mundo" (Jn 8,12). Jesús es la
luz. El Santísimo Sacramento es Jesús. El Santísimo Sacramento es la Luz del mundo.
Los pensamientos negativos y depresivos vienen de de su adversario.
Cada momento que se pasa en su presencia, debería influenciar y cambiar nuestra mente
hacia lo positivo. El amor es positivo. "Dios es amor" (1 jn 4,8). Jesús es Dios, por lo tanto, el
Santísimo Sacramento es Amor. El poder de este amor está por encima de todo. Como el
avión, el pensamiento nos lleva de lo oscuro, frío y nublado, a la cálida, despejada luz del
amor positivo.
Muy frecuentemente oímos decir que esta o aquella persona es "insegura". Todos somos
inseguros. Pero podemos encontrar nuestra seguridad en la profundidad de su amor
Eucarístico.
Esta es la lección de la fiesta de hoy. San Juan se vio a sí mismo como "el que Jesús
amaba" y se recostó en su Corazón. En la primera Eucaristía, Juan "se recostó sobre el
pecho de Jesús" (Jn 13,23).
Así conseguimos nuestra seguridad, recostándonos sobre el Corazón de Cristo. Cuando nos
apoyamos en nosotros mismos, nos encontramos en la oscuridad de nuestra naturaleza
humana caída y por consiguiente somos inseguros.
La soberbia nos aleja de Cristo. La humildad nos muestra nuestro valor infinito en Cristo,
redimidos por su Sangre y protegidos por su Amor. Entonces estamos muy seguros.
No es que Jesús amaba más a Juan sino que Juan estaba más receptivo al amor personal
que Jesús le tenía. Por eso se vio como "aquel a quien Jesús amaba". Él conocía, valoraba y
estaba abierto al amor personal de Jesús. En Redemptor Hominis, nuestro Santo Padre nos
dice que esto es lo que debemos hacer.
Para que nuestro amor sea completo, Juan Pablo II afirma que nuestro amor personal por
Jesús en el Santísimo Sacramento debe ir junto a nuestro amor comunitario por Jesús en la
Santa Misa.
Así como uno no puede estar expuesto al sol sin recibir sus rayos, tampoco podríamos estar
en la presencia de Jesús en el Santísimo Sacramento, sin recibir sus rayos divinos y crecer
espiritualmente a la luz de su amor. Una hora santa es recostarse sobre el Corazón de
Jesús. Es una lección del Maestro que nos dice que cada uno de nosotros es "aquel a quien
Jesús ama".
Por eso, todo católico debería decirle con vehemencia a todo evangélico y fundamentalista:
"Yo tengo una relación personal con Jesús, mi Salvador".
¿Cómo puede uno desarrollar una relación personal con alguien que no está presente? El
Santísimo Sacramento es Jesús en persona. "Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo
esté, allí estará también mi servidor" (Jn. 12,26).
Una larga fila de buenos servidores como Juan, el apóstol amado, lo siguen donde Él esté,
en el Santísimo Sacramento.
El Papa Juan XXIII, en su autobiografía El Diario de un Alma, declara que su objetivo era
hacer frecuentes visitas al Santísimo Sacramento, donde encontraba seguridad. Esto lo
convirtió en el Papa alegre que el mundo llegó a amar.
San Juan Neumann propuso la devoción de las cuarenta horas a los sacerdotes de
Filadelfia. La idea fue rechazada porque se pensó que sería demasiado peligroso debido a
los “no-nada" ("no-nothings"), un grupo de hombres que aterrorizaban a cualquier inmigrante
de Europa. Pensaban que seria demasiado peligroso en las horas de la noche.
Una semana después de la presentación, se originó un incendio en la casa del obispo. Se
quemó toda su oficina y su contenido excepto un par de hojas que quedaron intactas en el
suelo.
El obispo las miró maravillado. Eran su diagrama para la devoción de las cuarenta horas.
Después Jesús le reveló: "Si yo puedo salvar un par de papeles sin valor de la furia del
fuego, cuánto más protegeré a la gente que venga a adorarme en el Santísimo Sacramento".
Tan pronto como la devoción de las cuarenta horas empezó a difundirse, los "no-nada" se
desbandaron.
El padre John Randell recibió el mismo mensaje del Señor mientras hacia su hora santa
frente al Santísimo Sacramento. Abrió la Biblia en Ageo y Zacarías y leyó estas palabras:
"Cuando estés celoso de mi gloria en el santuario, entonces haré que las calles sean
seguras para mi pueblo". El padre John interpretó el "celo" como adoración perpetua. Estaba
en una zona plagada de crímenes en el centro de Providence, Rhode Island. La gente se
mudaba de la parroquia porque no era un lugar seguro. El obispo pensaba cerrar la
parroquia cuando el padre John recibió este mensaje. Ahora es una floreciente parroquia y el
vecindario se ha convertido en un lugar seguro gracia,s a la adoración perpetua.
El testimonio del padre John movió al obispo Profugio de Lucena a hacer lo mismo. Él ha
dado testimonio de que la adoración perpetua salvó a su diócesis del comunismo que
amenazaba con destruirla.
John Mackenzie, lo primero que hace cada mañana cuando se despierta, es agradecer a
Jesús por el amor personal que le tiene en el Santísimo Sacramento y por llamarlo a
Manila a estudiar para ser Misionero del Santísimo Sacramento.
Mons. Pepe
18 - EN PRESENCIA DE LA GRANDEZA
¡Cómo me encanta Santo Tomás de Aquino! Era tan grande de cuerpo como de espíritu. En
otras palabras ¡era bien gordo! Algunos dicen que soy el Santa Claus de Filipinas.
Algunos se preguntan qué diría Santo Tomás si pudiera volver y visitar nuestros seminarios.
Fue la persona más inteligente en la historia de la Iglesia. Durante siglos su teología y
filosofía escolástica se enseñaron en todos nuestros seminarios. Ahora su nombre ni
siquiera se menciona.
Si volviera, creo que no le importaría que lo hayan olvidado. El mismo, hace muchos años, lo
dijo bien claro. Antes de morir dijo que había aprendido más sobre Jesús en una hora
santa ante el Santísimo Sacramento que en todos los libros que había leído. Descubrió
más sobre su Amor estando en su presencia real, que en todo lo que había escrito. Todo lo
que había escrito y dicho era tan insignificante como la paja, en comparación con el valor de
un solo encuentro personal con Jesús en el Santísimo Sacramento.
En Houston, Texas, está la Universidad de Santo Tomás regenteada por los religiosos de la
regla de San Basilio, que enseña filosofía y teología tomística. En Texas también hay un
hombre famoso que es una leyenda del golf, Ben Hogan, tal vez el mejor golfista que se
conozca. Jugó entre los años 30, 40 y 50. Una noche, cuando Ben Hogan regresaba de un
campeonato, tuvo un terrible accidente automovilístico. Chocó de frente contra otro auto y
casi muere. Los médicos dijeron que nunca más volvería a caminar. Pero por su gran
determinación aprendió a caminar nuevamente y ganó cuatro campeonatos abiertos de los
Estados Unidos y otras tres competencias mayores.
Para un amigo norteamericano que creció en Texas y jugaba golf, Ben Hogan era su héroe.
Había leído todos los libros sobre su vida, su época y todo su material de instrucción.
Finalmente un día ocurrió lo que anhelaba. Estando en Fort Worth, Texas, en un viaje de
negocios, lo invitaron a almorzar al Colonial Country Club. ¡Allí conoció a Ben Hogan en
persona, en junio de 1991, casi cuarenta años después que había oído hablar por primera
vez de él! Ahora estaba sentado junto al "Maestro" escuchando sus palabras, muy
impresionado de poder admirar personalmente su grandeza.
Mi amigo no podía dejar de contarle a quien se encontrara, amigos o extraños le daba igual,
que había conocido a Ben Hogan. Les hablaba 45 minutos contando lo que él había hablado
con Ben Hogan personalmente.
Y nosotros ¿no deberíamos sentirnos igualmente emocionados de poder estar con el mismo
Jesús en el Santísimo Sacramento? Piensa Tomás ¿No era esto de lo que hablaba el doctor
Angélico? Mi amigo había leído y oído todo sobre Ben Hogan, pero eso no se podía
comparar con un solo momento en su compañía.
En otras palabras, la Eucaristía no es una cosa sino una persona. Si no nos hacemos tiempo
para mantener una relación personal con Jesús en el Santísimo Sacramento, perdemos de
vista la amorosa persona de Jesús en el Santísimo Sacramento y la Sagrada Eucaristía
perderá su valor ante nuestros ojos.
Santo Tomás pasaba hora tras hora en profunda adoración del Santísimo Sacramento. Por
su amor al Santísimo Sacramento se le llama el Doctor Angélico. Su amor por Jesús en la
Eucaristía fue lo que le inspiró a componer los himnos para la Bendición como Tantum Ergo
Sacramentum, “Tan grande sacramento veneremos…”
Mons. Pepe
19 – VISION EUCARISTICA
31 de enero de 1994
Quiero agradecerte por toda tu labor por la juventud. Por favor, exprésale mi gratitud
a toda la comunidad ALAGAD NI MARIA por su dedicación a la juventud.
La visita del Papa a las Filipinas el próximo año será de gran ayuda para tu ministerio.
Cuando el Santo Padre fue a Corea, le dijo a los jóvenes que encontrarían su identidad en la
Eucaristía.
Lo que la juventud necesita es saber que Jesús es la persona más fácil con la que se
puede estar. Sin lugar a duda, es la persona más fácil de complacer en el mundo.
El gran obispo Fulton Sheen pasó por un periodo de aridez espiritual en el que rezar
se le hacía muy difícil, se sentaba en la capilla sin decirle a Jesús una sola palabra. Como el
obispo pensaba que sus horas santas no eran agradables a Jesús se sentía muy desalentado.
é1 haciéndole compañía. Solo estando ahí, a su lado, el perro era para el obispo un gran
consuelo y lo hacia muy feliz.
Mientras que el obispo pensaba en esto, recibió una inspiración de Dios. El obispo
Sheen era un gran consuelo y muy agradable al Seifior por tan sólo estar ahí con Él en el
Santísimo Sacramento, aunque como su perrito, no le decía nada a Jesús mientras
permanecía junto a Él.
Me encanta esta historian Tomás, porque como tú sabes, yo también tengo un perrito.
Y como es para mí un gran consuelo lo llamo "Amigo". Me encanta también esta historia
porque algo parecido le ocurrió a un Sacerdote amigo mío cuando yo era párroco en San
Miguel. Mi amigo estaba haciendo su hora santa en nuestra capilla de adoración perpetua.
Era un día terriblemente caluroso y se sentía tan cansado y agobiado por el calor que no
podía rezar. Só1o permanecer en la capilla en su hora representaba un gran esfuerzo. Se
preguntaba si esa hora tendría algún valor, cuando en ese momento entró un gatito blanco.
Hacia tanto calor que alguien había dejado la puerta abierta. Al principio mi amigo
pensó cuanto odiaba a los gatos. Luego observó como el gatito pasaba por cada uno de los
bancos hasta llegar a la parte de atrás donde mi amigo estaba sentado. El gatito se paró,
miró a mi amigo, puso su cabeza sobre su zapato como si fuera su almohada y se acostó a
dormir.
Mi amigo, al igual que el obispo Sheen, nunca más, se desanimó al sentir que no
podía rezar. El solo hecho de estar allí, es una oración de fe, es creer realmente que Jesús
está ahí. Es una oración de amor porque uno elige estar con aquellos a los que uno quiere,
con los que uno verdaderamente ama.
Jesús permanece día y noche en el Santísimo Sacramento por amor a ti, porque para
Él, tú eres la persona más importante en el mundo. Todo lo que está pidiendo es que tú,
querido Tomás, reserves una hora diaria para Él.
El punto más importante de cada retiro o sermón predicado por el obispo Sheen, era
estimular a cada persona a que se esforzara a hacer una hora santa diaria. Antes de morir lo
entrevistaron en la televisión. Le preguntaron quién lo había inspirado: ¿un papa, un
cardenal, un obispo, un Sacerdote, o quizás una monja?
Él contestó que no. Quien lo había inspirado a hacer una hora santa diaria fue una
jovencita. Cuando los comunistas se apoderaron de China entraron a una iglesia, arrestaron
al Sacerdote y lo recluyeron en su propia casa convirtiéndola en su cárcel. Luego fueron a la
iglesia, destrozaron el Sagrario, tiraron las Sagradas Formas por el piso y se marcharon.
Ellos no vieron a una niña que estaba de rodillas en oración. Era tan pequeña que ni
la notaron. Por la noche ella volvió en silencio, moviéndose sigilosamente pasó la guardia en
la casa del Sacerdote, antes de entrar en la oscura y fría iglesia.
Una vez allí, rezó de rodillas una hora santa antes de ir a recibir a su Dios y Señor en
la Santa Comunión. En aquella época, la Comunión todavía se administraba en la boca y
sólo estaba permitido recibirla una vez por día.
Esta fue la razón por la que la niña volvía todas las noches hasta que todas las hostias
sagradas fueron consumidas. Ella de rodillas se agachaba al suelo y recibía a Jesús en la
lengua. Todo esto fue presenciado por el párroco que la veía a la luz de la luna desde su
ventana.
El Sacerdote sobrevivió para contar la historia. El obispo Sheen escuchó esta historia
cuando era seminarista y prometió a Dios hacer una hora santa durante todos los días de su
vida sacerdotal, una promesa que mantuvo hasta que murió a la edad de ochenta y dos
años. Para ese entonces ya había inspirado a innumerables obispos y sacerdotes a hacer lo
mismo. Pocos saben que fue una persona joven la que lo inspiró.
Te cuento esta historian Tomás, porque el idealismo es la virtud del joven de corazón.
Tú has dedicado tu sacerdocio a llevar a la juventud del mundo a Cristo. Yo quisiera
agregar: a Cristo en el Santísimo Sacramento.
Esto es lo que Frank Feain ha hecho con tanto éxito en Australia, en la Comunidad
Santo Espíritu de Libertad. Un joven inglés está tratando de hacer lo mismo en ese país.
Esto es lo que el Santo Padre quiere.
Lo siguiente fue un sueño y visión que tuvo San Juan Bosco. Él vio a la iglesia
representada por un barco a punto de naufragar. Por todos lados, sus enemigos la atacaban
tratando de destruirla. Pero entonces el Papa guía a la Iglesia entre dos columnas que
emergen del mar. Una columna era la Santísima Madre, y la otra era la Custodia con el
Santísimo Sacramento.
La paz fue restituida y el barco entró a puerto en una forma tan espléndida que no
hay palabras para describirlo. Juan Bosco pensó que era el cielo. La Santísima Madre le dijo
que era la tierra, renovada y transformada por el reino Eucarístico de Su Hijo.
14 de febrero de 1994
Hoy, durante mi hora santa, vi algo peculiar, una caja de chocolates sobre el altar. Pensé que
alguien la había dejado olvidada, hasta que leí la tarjeta que había en la caja: 'Para Jesús, de Ninay,
porque tu amor es el más dulce de todos".
Un día Ninay estaba tan ensimismada en el amor de Jesús que no quería dejar la capilla. Su
marido la iba a recoger después de su hora santa, pero Ninay oró pidiéndole fervientemente a Jesús
que la dejase quedar más tiempo. El automóvil de su marido no arrancó y cuando lograron
arreglarlo nuestra querida Ninay había pasado seis horas adicionales con el Señor.
Una súplica que Dios Padre no puede rehusar es cuando le rogamos para ser capaces de
querer más a Su Hijo Jesús en el Santísimo Sacramento. El amor es dulce porque nos hace sentir en
forma muy especial. La calidad del amor es lo que realmente hace que uno se sienta especial. Por
esto el Amor de Jesús en el Santísimo Sacramento es el más grande y dulce amor que nuestros
corazones puedan jamás conocer.
Su amor te hace la persona más especial e importante del mundo. Dios tiene muchos
atributos individuales. Cada persona representa un atributo especial y único de Dios, nunca antes
creado y nunca reproducido. Dios se ve a si mismo en nosotros. En cada uno de nosotros, Dios ve
esta única cualidad y especial atributo que sólo nosotros poseemos. Y Él haría solamente por ti lo
que hizo por toda la raza humana Jesús haría todo de nuevo, por ti, si eso significara tu salvación.
Así eres de especial para Él. Pero nunca llegarás a saberlo a menos que te acerques a
conocerlo en el Santísimo Sacramento. El Santísimo Sacramento es Dios, el enamorado divino, que
nos dice cuan infinitamente especiales somos para Él. Dios no nos mandó caramelos o una tarjeta de
San Valentín, sino a su Hijo único.
"Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único... no para juzgar al mundo, sino para
que el mundo se salve por Él" (Jn 3,16-17). Dios ama tanto al mundo que por medio del Santísimo
Sacramento continúa enviando a su Hijo único, que nos dice que el Padre nos ama tanto como ama a
su Hijo (Jn 17,23). En otras palabras, cada uno de nosotros es tan especial para el Padre como Jesús
mismo. ¡Qué amor más tierno!
Por esto es que en el Rito de entrada para la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de
Cristo se exclama: "Y a Él lo sustentaría con la flor del trigo, lo saciaría con la miel de la peña" (Sal
80,17). La miel que mana de la "peña" es el dulce amor divino de Jesús que mana de Su Corazón en
el Santísimo Sacramento. Sólo un corazón herido puede apreciar esta dulzura. Só1o un corazón
humillado puede reconocerlo. Só1o un corazón de niño puede amarlo. Esta es la razón por la que
Dios permite el sufrimiento en nuestra vida. Es la medicina que nos cura de la soberbia. Só1o
cuando nuestro corazón está herido, aplastado, derrotado, humillado o sufriendo de cualquier otra
forma, podemos experimentar la dulzura de su amor. Porque Él es el más abatido de todos.
Una lanza abrió el costado de Jesús para que de Su Corazón herido pudiera brotar la dulzura
de su Amor Divino sobre todos los que se acercan a Él en el Santísimo Sacramento. Por esto
proclamamos en la bendición: "Nos diste, Señor, el Pan del cielo... que en si contiene todas las
delicias".
Cuando estuve en México, vi a unos niños jugando a la piñata". Con los ojos tapados,
golpeaban un objeto lleno de golosinas hasta que lograban romperlo, y así caían los caramelos
que los chicos comían hasta saciarse. Al Corazón destrozado de Jesús en el Santísimo Sacramento se
acercan todos los corazones destrozados del mundo. La dulzura de Su Amor es un bálsamo y un
consuelo a las amarguras de la vida y a sus rechazos dolorosos. Porque Yahveh está cerca de los que
tienen roto el corazón, Él salva a los espíritus hundidos" (Sal 34,19).
Esta debe ser la razón por la que los países del tercer mundo acogen la adoración perpetua
con más entusiasmo que las naciones opulentas. El padre Lorenzo Guerrero, S.J., tuvo un sueño
donde vio a las Filipinas de noche a mucha distancia de la tierra. La vista era magnifica con luces
chiquititas en el centro de pequeños corazones que iluminaban la Isla entera. Se le dijo en el sueño
que esas luces resplandecientes eran las gracias que salían de las muchas capillas de adoración
perpetua.
El padre Martín llegó a las Filipinas en 1986 justo antes de la revolución EDSA. Howard Dee lo
llevó al restaurante Josefina, situado en la avenida Roxas. Howard es un gran amigo del Cardenal Sin,
tiene un profundo amor por la Eucaristía y un gran interés por la adoracióón perpetua. Esta fue una
de las principales razones por la que fue invitado el padre Martín. La entrada del restaurante estaba
decorada con mil pequeños corazones con lucecitas eléctricas en el centro en conmemoración del Día
de los Enamorados. El padre Martín dijo que esa era la cantidad de capillas de adoración perpetua
que Nuestra Señora quería que hubiera en las Filipinas. En vista de que las Filipinas tienen un lugar
especial en Su Corazón y en el de Su Hijo, Ella desea que haya mil capillas de adoración perpetua. El
padre Roger Cortez está trabajando con mucho interés para lograr este objetivo.
Había una canción que decía: "Lo que el mundo necesita ahora es amor, dulce amor". El Papa
Pablo VI dijo: "El Santísimo Sacramento es el Corazón Vivo de cada una de nuestras parroquias"
(Credo del pueblo de Dios). Cuando pienso en la Iglesia y en el mundo de hoy creo que tenemos
escasez de poder espiritual, algunos lo llaman pérdida, nosotros lo Clamamos apagón parcial. "Y el
juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz" (jn 3,19).
Debemos volver a la Fuente Viva del Dulce Amor, el Enamorado Divino, que genera la
verdadera luz, por la que vemos lo especial que somos. Cuando uno se siente como una basura, trata
a los demos como basura. Cuando uno sabe cuan infinitamente especial es, entonces trata a los
demás en forma especial. Cuanto más amados nos veamos a la luz del Amor Eucarístico, tanto más
nos amaremos unos a otros.
El Santísimo Sacramento es para alguien muy especial. ¡Para Ti! La letra de la canción 'Tan
raro" no puede compararse con lo especial que tú eres para Él. Jesús te quiere a ti más que todo el
amor que jamás haya existido en el mundo desde el principio de los tiempos. Su misma Presencia
dice, "Déjame llamarte amado porque estoy enamorado de ti. Déjame oír tu susurro de que tú
también me amas". Sobre el Santísimo Sacramento se ha escrito: "Enamorarse de Dios es el más
grande de todos los romances. Buscarlo, la aventura más grande. Encontrarlo, la conquista humana
más importante".
Mons. Pepe
20 – COMPASION
Mons. Pepe
23 – TESORO ESCONDIDO
Jueves Santo
31 de marzo de 1994
24 – REY DE AMOR
Viernes Santo
1° de abril de 1994
Mons. Pepe
25 – DIVINA MISERICORDIA
Domingo de Pascua
3 de abril de 1994
Mons. Pepe
26 – CORONA DE GLORIA
Mons. Pepe
27 – INOCENCIA
Me hubiera gustado que hubieses conocido a la hermana Gertrudis cuando vino a visitarnos
desde Hawai. Aún cuando pasa los setenta años, es admirable por su energía. Me contó una historia
que se mantuvo en secreto en su convento por muchos años.
Cuando ella era una monja joven, una de las hermanas ancianas se estaba muriendo. En aquel
tiempo era costumbre que la comunidad se reuniera a rezar alrededor de la moribunda. Viejita,
arrugada y fea, la monja exhalaba sus últimos suspiros. De pronto abrió sus ojos, estiró sus brazos y
exclamó: "Oh, mi Bien amado".
Luego, se sentó y contempló dulcemente al Santísimo Sacramento, que ella tenía permiso de
tener en su cuarto ya que su debilidad le impedía ir a la capilla. Lo que sucedió después nunca antes fue
revelado, hasta que la hermana Gertrudis lo compartió conmigo. La monjita, anciana y arrugada, se
transformó en una atractiva joven, de rostro terso y resplandeciente que con sólo mirarla puso en éxtasis
al resto de las hermanas.
Transcurrido lo que pareció un minuto o dos, la transformada monja se echó hacia atrás y
apoyándose sobre la almohada volvió a su estado anterior y murió. Cuando las hermanas volvieron
de su éxtasis, se asombraron al descubrir que este acontecimiento extraordinario no había durado
mucho más de uno o dos minutos. ¡Las hermanas habían permanecido en éxtasis por más de trece horas!
La hermana Gertrudis pertenece a la comunidad de los Sagrados Corazones, la misma a la que
pertenecía el padre Damián.
Su labor con los leprosos. Lo que el mundo desconoce es la devoción que él tenía al Santísimo
Sacramento, de donde obtenía la fuerza para trabajar con los leprosos.
El padre Damián se ofreció como voluntario para ir a la isla de Molokai, donde los leprosos eran
condenados al destierro tanto por sus familias como por sus amigos ya que la enfermedad era contagiosa y, en
esa época, incurable. Después de cierto tiempo de estar ahí, un amigo del padre Damián le escribió una carta
preguntándole cómo era capaz de quedarse por tanto tiempo entre los leprosos. Él le contestó: "Sin mi hora
santa diaria en presencia del Santísimo Sacramento, no hubiera sido capaz de quedarme ni un solo día en este
lugar".
Cuando el padre Damián llegó, los leprosos no se percataron de su llegada. Ellos vivían todas las noches
absortos en una continua intoxicación alcohólica y orgía sexual para tratar de olvidarse de la carne podrida de la
lepra, que los condenaba a una vida de olvido y de muerte sin consuelo.
Lo primero que hizo el padre Damián fue construir una capilla hacia donde él llevó a cada uno de los
leprosos; repitiéndose una y otra vez la escena del evangelio: "Se le acerca un leproso suplicándole y,
puesto de rodillas, le dice: "Si quieres, puedes limpiarme". Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y
le dijo: "Quiero; queda limpio". Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio" (Mr 1,40-42).
Jesús extendió su mano y tocó a cada uno, haciéndolos sanos con Su Amor y devolviéndoles su
inocencia con Su Sangre. Una inocencia recuperada es más preciosa a los ojos de Dios que la inocencia
nunca perdida.
Todavía tenían su carne podrida, pero ya no tenía importancia. Sus almas habían quedado limpias con la
inocencia de Su Sangre. Ellos ya no necesitaban emborracharse, porque se intoxicaron con Su Amor. El sexo
no era más una necesidad imperiosa, porque ellos tenían la intimidad de Su Corazón.
San Francisco de Asís besó a un leproso. Por la gracia de Dios él también curó a uno, quien
lleno de dolor insultaba a quienes trataban de ayudarlo. Lo insultó a Francisco y San Francisco se
fue ante el Santísimo Sacramento para orar. Cuando volvió le dijo: "Haré lo que me pidas". El
leproso le contestó: "quiero que me laves todo, porque huelo tan mal que ni yo mismo lo puedo
soportar".
Sin vacilar, San Francisco pidió que le trajeran agua caliente con hierbas aromáticas. A
medida que iba lavando al hombre, su carne podrida iba recobrando su color natural y finalmente
el leproso quedó curado.
A San Francisco le llaman "el tonto de Dios" porque todo lo que él hizo fue por amor a
Dios. Pero mucho más tonta es la locura de Amor del Santísimo Sacramento por lo que Jesús
hace por nosotros. Allí el Señor lava nuestras almas, no con agua, sino con Su Preciosísima
Sangre. Allí quedamos limpios de la podredumbre del pecado y del amor a nosotros mismos.
En cada hora santa que hacemos, Él extiende su mano y nos toca. Cuanto más enfermos
estamos, más lástima nos tiene. Cuanto más sucios nos sentimos, más es su deseo de limpiar
nuestra impureza.
El padre Damián organizó la adoración perpetua en la capilla que construyó. Algunas de las
mejores meditaciones jamás escritas salieron de los labios de estos leprosos cuando estaban en
adoración. El padre Damián las escribía y las mandaba a sus amigos en Bélgica y Holanda. La
inspiración radica en la pureza de su simplicidad.
Un leproso pasaba la hora santa entera describiéndole a Jesús lo que tenía por más querido en
su corazón, como el sonido de las olas, el azul del océano, la puesta del sol.
Sólo un hombre se ofreció como voluntario para ayudar al padre Damián, se llamaba
Dutton. Había llegado de Stowe, Vermont donde Greg Lucía una vez le había dado a su hermano un libro
titulado "La virtud de la confianza", mientras visitaba el hospedaje de María von Trapp. Dutton era agnóstico y
veía al padre Damián únicamente desde el punto de vista humanitario.
Un día Dutton necesitaba hablar con el padre Damián y no lo encontraba por ninguna parte.
Por último fue a la capilla, en donde lo encontró transfigurado haciendo su hora santa diaria. Dutton
llegó a la conclusión de que realmente Jesús mismo debía estar presente en el Santísimo Sacramento para
que un hombre tan ocupado y dedicado como el padre Damián reservara una hora todos los días
para pasarla con Jesús. Dutton se convirtió al catolicismo y está abierta su causa de beatificación.
Hoy un padre como el padre Damián es el padre Bill Petrie, a quien le ayudan sus dos hermanas,
Ana y Jan Petrie.
La hermana Gertrudis volvió a Hawai. Te he contado la historia de la anciana monja por una
razón. Es la historia de cada hora santa que hacemos. ¡Si sólo pudiéramos ver el cambio que se opera
en nosotros! Quedamos renovados en la Eterna juventud de Cristo. Nos hacemos inocentes, sin
mancha al lavarnos con Su Preciosísima Sangre que es la locura de Su Amor insuperable.
Así como la gota de agua es purificada y transformada por el vino que se convierte en la
Preciosísima Sangre de Cristo cuando se pronuncian las palabras de la consagración, así también cada
uno de nosotros cada vez que nos acercamos a Su Divina Presencia, quedamos purificados y
transformados por el contacto de Su Amor y el Poder de Su Gracia.
Mons. Pepe
28 – SACRAMENTO DE AMOR
Mons. Pepe
30 – EL SOL QUE BAILA
Mons. Pepe