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JUSTICIA Y MISERICORDIA O MISERICORDIA Y

JUSTICIA ¿Cuál es primero?

¿Qué es primero: la Justicia o la Misericordia?


¿Qué se hace primero: la siembra o la cosecha?

Oseas nos responde estas preguntas, diciéndonos:


Siembren Justicia y cosecharán Misericordia. Oseas 10,12

Está más que claro el orden de las cosas divinas.


La Justicia y Misericordia Divinas van de la mano, una no puede existir sin la
otra, pero existen en un perfecto orden divino: primero Justicia, luego
Misericordia, porque ésta es fruto de la Justicia.

Sin Justicia no hay Misericordia. La Justicia engendra Misericordia.


La Misericordia practicada fuera de toda Justicia no es Misericordia.

Cualquier supuesto acto de misericordia que se haga sin la práctica de la


Justicia no es Misericordia, es imposición, tráfico de influencias, ejercicio de
poder, manipulación; no se realiza en el Nombre de Dios para Su Gloria, sino
para enaltecimiento personal, para alimentar el orgullo propio, para sobresalir
como el mejor y más misericordioso, para glorificación propia.

No existe Misericordia sin Justicia, ni tampoco Caridad.

Santo Tomás de Aquino nos dice que: “La Justicia sin Misericordia es crueldad.
La Misericordia sin Justicia se transforma en la madre de la disolución”.
Aprendan de mí

El versículo 12 de Oseas 10 termina con el siguiente mensaje:

Roturen para ustedes tierra sin cultivar (barbecho); pues es tiempo de


buscar a Yavé, hasta que venga a traerles (enseñarles) Justicia.

El barbecho (1) (término empleado en otras versiones de la Biblia) es el terreno


que no se siembra por un período de 2 o 3 años para que la tierra descanse o
se regenere.

Durante el período de descanso de esa tierra árida, seca, dura, se la va


preparando, para su generación, con un procedimiento agrícola llamado
rotulación (2) que consiste en arar o labrar la superficie del terreno con el
objetivo de oxigenarlo y permitir la entrada de otros agentes que alimenten la
tierra y logren su transformación.

Una parábola agrícola muy edificante de la que obtenemos esta enseñanza:


Nosotros somos esa tierra dura y seca que, por más que se siembre en ella no
da frutos; alejados de Dios como estamos y velados de Su conocimiento por
causa del pecado, tenemos que prepararnos para oxigenarnos y
transformarnos.

¿Qué preparación necesitamos para oxigenarnos?


La purificación de nuestros corazones, sofocados por el pecado; ahogados en
él, nos falta oxígeno.

¿A qué nuevo agente debemos permitirle la entrada?


Al Espíritu Santo: el viento, el aire, el aliento divino (3) que nos oxigena, nos
purifica y transforma nuestros corazones duros y secos, en tierra fértil para una
cosecha abundante.

Esta preparación la logramos buscando a Dios, volviendo a Él, como se nos


aconseja en el anterior versículo.
El Señor nos pedía esta preparación con motivo de la primera venida de Su
Amado Hijo Jesucristo, para que pudiera sembrar en nuestros corazones la
Justicia que vendría a enseñarnos. Y bien que nos la enseñó, que no hayamos
aprendido, es por falta nuestra. Y aún nos sigue pidiendo que nos preparemos,
y aún nos sigue enseñando para su segunda venida.

Por eso nos dice:

Aprendan de mí. Mateo 11,29

Así nos revela nuestro Señor que enseñarnos es una parte importante
(profetizada ya en el Antiguo Testamento) en su misión de salvación de toda la
humanidad, antes de llegar, con su muerte, a la plenitud de esta misión
salvadora y redentora.

La enseñanza es una parte imprescindible para nuestra salvación, a través de


la cual adquirimos el conocimiento de Dios de primera mano: de Su Amado
Hijo. La enseñanza es Su método de siembra y obedeciendo el mandato de Su
Padre que pide misericordia y conocimiento, nos enseña Su Justicia y nos da a
conocer al Padre, quien, como en un ruego, expresa su pedido en el siguiente
versículo:

Porque Misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más


que holocaustos. Oseas 6,6

Considerando la ignorancia del hombre por la falta de conocimiento de Dios, de


su esencia, de sus designios, lo justo era que Su Amado Hijo nos enseñara,
nunca nos dejaría en la ignorancia. En la enseñanza hay Justicia, por lo tanto,
también hay Misericordia: una de las obras de Misericordia es enseñar al que
no sabe.

Por eso, Jesús nos dice:


Aprendan de mí.

Y a seguidas añade:
... que soy manso y humilde de corazón…
Es esencial que aprendamos esta enseñanza de nuestro Señor Jesucristo. La
mansedumbre y la humildad de corazón son la base para practicar la Justicia;
el soberbio no la practica.
Arrepiéntanse

Otra de las muchas enseñanzas de salvación que nos da nuestro Señor


Jesucristo.

Arrepiéntanse de sus pecados y vuelvan a Dios, porque el reino del cielo


está cerca. Mateo 4,17

Ésta es la primera enseñanza que nos da nuestro Señor, justo al inicio de Su


Misión aquí en la Tierra, lo que evidencia la importancia del arrepentimiento en
el proceso de salvación del hombre. Lo primero es el arrepentimiento, requisito
indispensable para nuestra salvación.

¿Para qué nos pide nuestro Señor que nos arrepintamos de nuestros pecados?

Para que, en Justicia, podamos ser perdonados.

¿Acaso hay Justicia en ser perdonados sin arrepentimiento?

La Justicia está en arrepentirnos de nuestros pecados; una vez arrepentidos,


es cuando entonces se manifiesta la Misericordia divina, mediante el perdón,
que nos consiguió nuestro Señor Jesucristo muriendo en la Cruz.

Y como Su Misericordia es infinita, Él siempre está dispuesto a perdonar si nos


arrepentimos, como nos dice el profeta Isaías:

Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; Él tiene


compasión de ustedes. “Que cambien los malvados su manera de pensar,
y que dejen su mala conducta”. Isaías 55,6

Y ésta es la enseñanza: sin arrepentimiento no hay perdón, sin perdón no hay


salvación.
Arrepintámonos de nuestros pecados para que, en Justicia, seamos
perdonados para así alcanzar las promesas de salvación y vida eterna.
Y…
No se engañen; Dios no puede ser burlado, porque todo lo que el hombre
siembre, eso también cosechará –nos advierte San Pablo en Gálatas 6,7.

Quien siembra justicia cosecha misericordia y transita por el camino de su


salvación; quien siembra injusticia cosecha desgracias, maldad y calamidades
(cf. Prov. 22,8) y su propia perdición, si no se arrepiente de su injusticia.

¿Estás dispuesto a seguir las enseñanzas que, en Justicia, nuestro Señor


Jesucristo nos ha dado?

¿Estás dispuesto a sembrar la Justicia Divina para cosechar Su Misericordia?

Pidámosle a Dios la Gracia para cumplir con Justicia y Misericordia Su Santa


Voluntad con esta oración:

Oración:

Amado Dios, ya recibimos Tu justa enseñanza y la aceptamos.


Te pedimos la Gracia de saber identificar el momento para sembrar Tu Justicia
y cómo sembrarla para cosechar Tu Misericordia en los diferentes aspectos de
nuestras vidas y en los diferentes espacios donde las desarrollamos: el hogar,
el trabajo, caminando en la calle, manejando, en las tiendas, en las fiestas, en
los momentos felices y en los tristes y con las personas con las que
compartimos en todo lugar y momento.

Te lo pedimos en el Nombre de Tu Hijo Jesucristo.


Amén

Yo les quitaré ese corazón duro como la piedra, y les daré un nuevo
corazón y un nuevo espíritu.  Entonces vivirán de acuerdo con mis leyes y
decretos, y los pondrán en práctica. Ellos serán mi pueblo y yo seré su
Dios. Pero a los que viven apegados a esas prácticas odiosas y
detestables, les pediré cuentas de su conducta. Yo, el Señor, doy Mi
Palabra. Ezequiel 11,19-21

Señor, confiamos en Tu Promesa y tememos Tu Sentencia.

Anexo:

Dile No al aborto. No hay Justicia en él

Anexo la oración a San Juan Pablo II, que inspiró el título de la portada, con la
que seguimos pidiendo su intercesión por la familia, esperando que abogue por
ella ante Dios nuestro Señor, para que sean eliminados todos los peligros que
la acechan y que contribuyen a su desintegración, como el aborto, sobre el que
hacemos esta reflexión en cuanto a la Justicia y Misericordia Divinas.

¡ABORTO!
Es el reclamo de las feministas que exigen un derecho que no tienen de abortar
al hijo de sus entrañas. Las leyes se crean para aplicar la debida justicia y la
base de esa justicia debe ser siempre la Justicia Divina.

¿Hay justicia en matar a un ser cuya vida ha sido planificada por Dios?
¿Hay justicia en quitarle la vida a un ser formado por Dios en el vientre de su
madre?

Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que


nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las
naciones. Jeremías 1,5

Toda una vida formada y planificada por nuestro Creador, interrumpida por la
mano injusta y, por lo tanto, inmisericorde del hombre, que al no obedecer la
Voluntad Divina, se deja manipular por el enemigo.

¿Acaso con esa justicia que exigen las feministas se cosecha Misericordia?

Lo que piden no es Justicia Divina, sino la trasgresión de la Ley de Dios:

No matarás. (Ex 20,13)

Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y cualquiera


que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se
enoje contra su hermano, será reo ante el tribunal. (Mt 5,21-22)
Las feministas cometen doble trasgresión: se enojan contra el inocente y
acaban matándolo.

Si es una violación, matan al inocente y dejan libre al culpable.

¿Dónde está la Justicia? ¿Dónde la Misericordia?


Si por una relación sexual irresponsable, se engendra una vida ¿acaso el bebé
fue el irresponsable? Su enojo contra el inocente ¿cómo se justifica?

Peter Kreeft, filósofo y líder pro-vida católico, nos abre los ojos acerca de la
verdadera intención del aborto, dándonos la siguiente información:

“El aborto es la parodia que el Anticristo hace de la Eucaristía; por eso utiliza
las mismas palabras sagradas “Éste es Mi Cuerpo” con el sentido blasfemo
opuesto”. https://www.razonmasfe.com/vida/aborto-eucaristia-este-es-mi-cuerpo/

“¿Es posible una forma más macabra de burlarse de la generosidad de


Dios en la Eucaristía? ¿Puede existir algún signo más apropiado para reflejar
la corrupción moral de una cultura construida sobre la negación del
Evangelio de Cristo, que la del aborto legal y financiado por toda la
sociedad?” https://www.razonmasfe.com/vida/aborto-eucaristia-este-es-mi-cuerpo/

En la Eucaristía nuestro Señor Jesucristo nos dice “Éste es Mi Cuerpo” para


darnos vida, vida abundante y eterna.

Las feministas dicen “éste es mi cuerpo y hago con él lo que quiera”, sobre
todo para DAR MUERTE AL HIJO DE SUS ENTRAÑAS.

Vida vs. Muerte.


La vida nos la da Dios, la muerte su enemigo; por tanto, el aborto es una
manifestación demoníaca a la que no debemos ceder, porque lo que busca es
injuriar a nuestro Creador y trasgredir sus leyes.

Y para más prueba de que es una manifestación demoníaca, tenemos la


mentira enarbolada por las feministas en la expresión de “éste es mi cuerpo”.
¿Dónde lo compraron?

Nuestro cuerpo es el Templo del Espíritu Santo; con el aborto sólo existe la
intención demoníaca de profanar ese Templo. Somos los inquilinos no los
dueños.

Mujer, te pierdes abortando a tu hijo, sufriendo una muerte peor que la que le
diste a tu hijo; matas también tu alma para una muerte eterna, si no te
arrepientes de tu pecado. Lo ganas todo cumpliendo la Voluntad Divina de dar
vida; ganas felicidad, paz, Vida Eterna en la Gloria de Dios Padre, recibiremos
100 veces más lo que teníamos (cf. Mateo 19,27); ésas son sus promesas y Él
las cumple todas.
En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, te pido que digas No al aborto, dile
Sí a la Vida.

Amemos la Vida que es amar a Dios, que es Amor, y sólo quiere nuestro bien.
Y el Amor no se goza de la injusticia, mas se goza de la Verdad. 1 Cor.
13,6
Amén
Oración a San Juan Pablo II

¡Oh, San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo danos tu bendición!

Bendice a la Iglesia que tú has amado, servido y guiado, animándola a caminar


con coraje por los senderos del mundo para llevar a Jesús a todos y a todos a
Jesús.

Bendice a los jóvenes que han sido tu gran pasión. Concédeles volver a soñar,
volver a mirar hacia lo alto para encontrar la luz que ilumina los caminos de la
vida en la Tierra.

Bendice las familias ¡Bendice cada familia!


Tú advertiste el asalto de satanás contra esta preciosa e indispensable chispita
de Cielo, que Dios encendió sobre la Tierra.

San Juan Pablo, con tu oración, protege las familias y cada vida que brota en la
familia.

Ruega por el mundo entero, todavía marcado por tensiones, guerras e


injusticias. Tú te opusiste a la guerra invocando el diálogo y sembrando el
amor: ruega por nosotros, para que seamos incansables sembradores de paz.

Oh, San Juan Pablo, desde la ventana del Cielo, donde te vemos junto a María,
haz descender sobre todos nosotros la bendición de Dios.

Amén

CARDENAL ANGELO COMASTRI VICARIO GENERAL DE SU SANTIDAD


PARA LA CIUDAD DEL VATICANO
Notas:

(1) Barbecho

- Terreno de labor que no se siembra durante uno o dos años para que la
tierra descanse o se regenere.

- Sistema de cultivo que consiste en dejar de sembrar la tierra


periódicamente para que se regenere.

https://www.google.com/search?
q=barbecho&rlz=1C1AVFC_enDO758DO759&oq=barbecho&aqs=chrome..69i5
7j69i61&sourceid=chrome&ie=UTF-8

(2) Roturar

La

roturación del suelo es la acción agrícola de arar o labrar la superficie


del terreno. Con esta dura tarea se consigue oxigenar el terreno y
permitir la entrada de otros agentes introducidos por la acción humana o
natural. Es la apertura progresiva de nuevas tierras.

https://www.google.com/search?
q=roturar+la+tierra&rlz=1C1AVFC_enDO758DO759&oq=roturar&aqs=chrome.
2.69i57j0l7.6054j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8

(3) Espíritu Santo es el Ruah, palabra hebrea que significa “espíritu”

Ruah se puede traducir como “viento, espíritu”, y se encuentra muy


cerca del pneuma griego: es el viento original y misterioso, imprevisible,
omnipresente; es el aire, realidad fundante, divina y numinosa, en la que
se asienta todo lo que existe. Es el humo de un incendio, expresión del
gran fuego que todo lo destruye; pero es, a la vez, el aliento donde todo
nace y recibe su sentido. https://www.biblia.work/diccionarios/ruah/

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