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La Conferencia de NNUU Sobre El Agua
La Conferencia de NNUU Sobre El Agua
en riesgo
Por: Vladimir Arana (*)
El destino del mundo está en función de aquello que las personas hacen para
desarrollarse y como esto afecta la vida de los demás, incluyendo la naturaleza. Es ahí
que nacen preocupaciones globales como la necesidad de proteger la biodiversidad,
reducir las emisiones que causan el efecto invernadero o eliminar las armas químicas,
entre otros, para cual para cada uno de estos temas globales existe una Convención (es
decir un Tratado) y un Órgano de Gobierno en el seno de las Naciones Unidas al cual se
le llama COP, o Conferencia de las Partes, formado por los países miembros de cada una
de las Convenciones.
En el caso del Agua, un tema global a todas luces crítico y en emergencia, no existe una
Convención ni tampoco una COP, que integre, valorice y operativice su conservación y
uso sostenible, ni tampoco que haga posible el acceso al agua y al saneamiento, los
cuales son Derechos Humanos reconocidos por la Asamblea de las Naciones Unidas,
pero que, como muchos Derechos, se han quedado en la letra y no se les ha compuesto
la música. No obstante, si existen algunos acuerdos internacionales que tocan algunos
aspectos vinculados a la conservación y al uso del agua, como por ejemplo UNECE, o la
Convención de Protección y Uso de las Aguas Transfronterizas, o la Convención de
Ramsar, para proteger los humedales de importancia internacional. Pero lo que
tenemos son Convenciones muy dispersas que abordan problemáticas muy específicas y
que no resuelven la integralidad de la problemática del agua en el mundo.
La última Conferencia de las Naciones Unidas dedicada al Agua tuvo lugar en Mar del
Plata, Argentina, en 1974, pero ante la preocupación creciente por los temas vinculados
al agua, se ha decidido organizar una nueva Conferencia dedicada al agua para Marzo
del 2023. Efectivamente, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 20 de
diciembre de 2018 una Resolución sobre el "examen profundo de medio término de la
puesta en marcha del Decenio Internacional por el Agua y el Desarrollo Sostenible”. Esta
resolución prevé la celebración de esta Conferencia los días 22, 23 y 24 de marzo de
2023 para evaluar los avances de la aplicación de los objetivos y metas relacionados con
el agua y a la que se la ha denominado la Conferencia de las Naciones Unidas por el
Agua.
Sin embargo, esta Conferencia será una reunión “No Vinculante”. ¿Qué significa esto?
Esto significa que los Estados no tienen ninguna obligación de cumplir o implementar las
conclusiones o recomendaciones que salgan de esta Conferencia. ¿Entonces para qué se
reúnen? Esta es una buena pregunta, la cual representa un reto de comprensión para
muchos miembros de la Sociedad Civil.
Según la Resolución de la Asamblea General de la ONU que aprueba organizar esta
Conferencia sobre el agua, solo tres documentos No Vinculantes saldrán de esta
reunión: 1) El Informe de los Presidentes de la Conferencia (Holanda y Tayikistán),
conocido también como el “Chair Summary”, 2) el Informe del Secretario General de la
ONU, y 3) las Contribuciones Voluntarias, es decir, se ha invitado a los Estados a que
anuncien las metas que los países se pondrán a sí mismos para lograr los Objetivos de
Desarrollo Sostenible relacionados al acceso y uso del agua en los próximos años.
Cualquier otro documento que se proponga, escriba o publique sobre esta temática
durante el periodo de la Conferencia no formará parte de esta.
Mientras esto sigue por su camino, hubo una reunión preparatoria del 6 al 9 de Junio en
Dushanbé, Tayikistán, en la cual algunos representantes de países y de la sociedad civil
que trabaja temas de agua se juntaron para hablar sobre lo que siempre hablan, es
decir, hacer un análisis de la situación del agua en el mundo, sensibilizar a la opinión
pública, y presentar propuestas y recomendaciones que teóricamente serán llevados a
la Conferencia de la ONU por el Agua en Marzo del 2023. Al mismo tiempo, los co-
Presidentes de la Conferencia (Tayikistán y Holanda) con el claro liderazgo de este
último, anunciaron el lanzamiento de algo que llamaron el “Pacto Azul”, el cual sería una
especie de “compromisos” que aparentemente los Estados asumirían (no se sabe cómo)
en una Conferencia que ya se sabe que no es vinculante. Lo último que se sabe es que el
“Pacto Azul” habría cambiado de nombre y que se estaría buscando un nombre más
modesto.
Una tercera opción, buscaría influir en los líderes regionales, por ejemplo, a través de la
acción de las organizaciones regionales de la sociedad civil. De esta manera, los líderes
regionales podrían influir en la asamblea de la ONU. Se trataría de una iniciativa de
abajo hacia arriba que buscaría transmitir demandas descentralizadas de nivel regional
al nivel global. Aunque esta propuesta asegura un enfoque participativo, la viabilidad de
esta opción es débil, ya que habría que movilizar importantes recursos a corto plazo
para buscar diálogos regionales, conclusiones, hacer lobby y asegurarse de que los
líderes regionales puedan "llevar el mensaje" o la propuesta de Resolución, para antes
de la Conferencia de la ONU. Teniendo en cuenta que septiembre es el mes en el que se
pueden presentar las propuestas de Resolución de la ONU, el calendario de esta opción
iría muy probablemente más allá del mes de Setiembre. Esta es, en efecto, una
excelente opción para "elevar" una propuesta de Resolución, pero es la menos eficaz.