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EDUCATIVO CATÓLICO
ARGENTINO
CONSUDEC
No trabajaron tanto para lograr un excelente documento cuanto para emprender una renovación de la
tarea educativo pastoral, o como muy a menudo se señalaba, para asumir un proceso de conversión en
ese aspecto tan importante y abarcativo de nuestra vida personal y comunitaria. Se buscó ante todo un
cambio de mentalidad, una modificación de actitudes, la adquisición de un nuevo estilo de trabajo, más
consciente de sus implicaciones, más esclarecido y documentado, técnicamente mejor elaborado.
Un sello característico fue también el sentido comunitario, participativo, corresponsable en comunión
eclesial.
Por eso, la convergencia de los más variados sectores de la actividad apostólica en torno a una tarea
común y tan fundamental como es la educación, la participación activa de colegios, parroquias,
asociaciones, movimientos y demás instituciones, presididos y acompañados por sus pastores, en torno
a un esfuerzo de revitalización de la educación católica y de evangelización de nuestra cultura, ha
resultado, como bien lo han señalado ya, una calificada expresión de pastoral de conjunto.
Un momento emergente de ese proceso, un momento de mayor énfasis y evaluación de esa marcha que
aún hoy continúa, tuvo lugar en la Asamblea Nacional que se llevó a cabo en los salones del Colegio
La Salle, Buenos Aires, del 11 al 14 de octubre de 1989.
Precisamente estas páginas que aquí presentamos, recogen la revisión y síntesis de esos días de
Asamblea. No son un documento terminal sino un documento de trabajo que, si bien sirve para
orientarnos en la tarea, aún espera revisiones y sobre todo la confrontación con la realidad. En tal
sentido cabe hacer algunas acotaciones que más adelante señalaremos para la mejor comprensión y el
adecuado empleo de este momento.
En la Asamblea Nacional se trabajó sobre un primer documento, compendio de los documentos
llegados a CONSUDEC desde las Asambleas Provinciales.
Los participantes de la Asamblea Nacional se dividieron en dos tipos de comisiones. Las comisiones A
se dedicaron al análisis total del documento citado en sus tres partes: el ideario, la realidad
(diagnóstico) y la propuesta. Fueron reuniones intensas, que contaron con la presencia de figuras
provinciales, democráticas elegidas por sus bases.
Las comisiones B enfocaron una serie de temas importantes que hubieron podido escapar a un enfoque
restringido de la secuencia propuesta para la elaboración del proyecto. Dichos temas fueron: 1.-
Educación y familia. 2.- Pastoral de educadores. 3- Pastoral de la juventud. 4.- Educación especial. 5.-
Educación popular. 6- Educación del aborigen. 7.- Catequesis. 8.- Ciencia de la Educación. 9.- Medios
de comunicación. 10.- Educación permanente. 11.- Evangelización de la cultura.
En estas páginas se han volcado las reflexiones, observaciones y nuevos aportes de los asambleístas y
se ha tratado de reflexionar con la mayor fidelidad posible.
Lógicamente el contribuido de los 1.500 participantes que deliberan en comisiones confluye en un
escrito que necesariamente muestra un estilo acumulativo, reiterativo y sin hilación propia de un
discurso elaborado por una sola persona. Pero el interés en este trabajo había sido lograr la
participación del mayor número de personas con el propósito de afinar el sentido crítico, precisar más
clara y consensuadamente los objetivos y coincidir en una metodología de trabajo. Para compaginar los
aportes de la Asamblea y buscar su mejor presentación, la comisión designada al efecto asumió la tarea
de 1° Ordenar las conclusiones, 2° Evitar reiteraciones, 3° Incluir las observaciones que los presentes
hicieron llegar, 4° Superar las fallas de redacción que fácilmente pasan inadvertidas cuando se vuelcan
en un mismo párrafo los aportes de diversos participantes.
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De todos modos quedan a disposición de los interesados los documentos originales para su oportuna
confrontación.
Respecto al ideario, tal vez pueda decirse que se observa poca originalidad, poco sabor local y
permanente apelación a los documentos de Iglesia. Todo esto obedece a que el Proyecto, a nivel
nacional, ha de mantenerse en las grandes líneas generales, y sobre todo a que el ideario del proyecto
educativo pastoral, más que inventarlo, lo descubrimos en nuestras fuentes fundacionales y en nuestras
tradiciones.
De todos modos, de ellas recogemos, aquí y ahora, en nuestras circunstancias actuales, lo que más nos
impacta y estimula y así también esta elección de textos eclesiales y estas expresiones ya conocidas,
pero vueltas a decir nos son muy estimables, resultan significativas y tienen su valor.
En cuanto a los elementos para un diagnóstico cabe observar que la percepción de tantos participantes
de tan diversos espacios y niveles educativos da una sumatoria de variables y factores positivos y
negativos, que, al no estar cuantificados ni cualificados, constituyen un registro de impresiones que
necesitan una ulterior elaboración.
Como ya dijimos, este no es un informe terminal, sino un documento de trabajo y, por lo tanto el valor
de estos elementos para un diagnóstico radica principalmente en que sirven como pauta para el trabajo
y como reactivo para despertar la conciencia y provocar una mejor observación de la propia realidad.
También es verdad que un análisis de los contenidos observados permitiría detectar algunos núcleos
problemáticos en que se insiste, pero llegar a un verdadero diagnóstico requeriría de una metodología
más precisa y más tiempo de verificación. Sin duda, tenemos aquí valiosos elementos para una
autoevaluación y formación de nuestra conciencia crítica y como si fuera una revisión de vida, para el
mejoramiento de muchas de nuestras actitudes.
Gran parte de las propuestas son, en realidad objetivos direccionales y la suma de los objetivos
direccionales constituye prácticamente un ideario. Sin embargo, se reiteran estas ideas en el sector de
las propuestas como expresión de opciones preferenciales y propósitos para asumir con prioridad.
Finalmente cabe destacar que estas páginas de prólogo, más que una “presentación” del trabajo de la
Asamblea del VI Congreso de Educación Católica, son una “invitación a retomar el diálogo” para
proseguir con calma, pero con igual entusiasmo la tarea emprendida en este largo, pero valioso proceso
de revitalizar nuestra educación.
El cúmulo de observaciones hechas no obedece a un afán perfeccionista, sino a sugerir pautas para
continuar la elaboración y sobre todo, como alguna diócesis propuso muy acertadamente, entrar en esa
norma de la “pedagogía de la acción” que nos propone “aprender haciendo”.
No resta sino agradecernos unos a otros la oportunidad de mutuo enriquecimiento personal y
comunitario que ha surgido de este encuentro y reanimarnos a continuar este trabajo de tanta
trascendencia para la patria y para nuestra Madre Iglesia.
CONSUDEC
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IDEARIO
VISION DEL HOMBRE
“En la unidad de su ser, a la vez corpóreo y espiritual, el hombre se presenta capaz de conocer, de amar
y de obrar libremente. Por eso es persona y emerge en el mundo como la criatura más excelsa de todas.
Al descubrirse en la conciencia de sí mismo como sujeto de su obra, experimenta el imperativo de
decidir libremente para realizarse en plenitud. Por ello decimos que el hombre es un ser moral, o sea
dueño de sus actos y artífice de su destino. Está llamado a elegir un proyecto de vida de conformidad
con su propio ser. Según aquél ha de conducirse cotidianamente en su relación con las cosas, con los
demás hombres y con Dios. De nada le valdría progresar en la posesión y goce de las cosas y en el
desarrollo de su poder sobre las criaturas, si ello no le sirviera para que obrando rectamente, creciera en
su ser personal”. (DCH 13)
En tal concepto Cristo no es sólo el fundamente, sino la expresión más alta del proyecto de Dios para
con el hombre, pues en Él la humanidad y la divinidad se unen para siempre en la persona del Hijo de
Dios” manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación.”
(GS 22)
“María, llevada a la máxima participación con Cristo, es la colaboradora estrecha en su obra.”(P 294)
“Mientras peregrinamos, María será la Madre educadora de la fe” (LG 63). “Cuida de que el Evangelio
nos penetre, conforme nuestra vida diaria y produzca frutos de santidad. Ella tiene que ser cada vez
más la pedagoga del Evangelio en América Latina” (P 290).
La expresión del Congreso Pedagógico (CONPE. Explicitó el tema con estas palabras:
“la educación ha de partir de una visión del hombre, que es PERSONA HUMANA, desde el momento
mismo de su concepción, como unidad bio-psicosocial y espiritual, abierta a la trascendencia en las
diversas dimensiones, culturales, sociales, histórica, y también religiosa, según sus propias opciones.
-Ser único singular e irrepetible, dotado de una igualdad esencial, de naturaleza y dignidad inviolable,
con validez universal;
-Sujeto de derechos y deberes que nadie debe violar;
-Capaz de buscar y conocer la verdad y el bien, y de ser libre, esto es, de autodeterminación para la
consecución de estos valores;
-Llamados a la comunicación y a la participación con los demás hombres, para la construcción de una
sociedad más humanizada;
-Capaz de realizar todas sus potencialidades individuales y sociales, en el marco del amor, buscando la
paz, el bien común y la justicia, a través del desarrollo y progreso personal y de la comunidad local,
nacional, latinoamericana y mundial”. (Comisión 2, Propuesta 1, de consenso Unánime).
“Todos los hombres, de cualquier raza, condición y edad, por poseer la dignidad de persona, tienen
derecho inalienable a una educación que responda al propio fin, al propio carácter, al diferente sexo, y
acomodada a la cultura y a las tradiciones patrias...” (GE 1)
De este derecho de la persona surge naturalmente un deber: el que contribuyan a su formación la
familia, la Iglesia, el Estado, sociedades en cuyo seno ella nace y se realiza.
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En esta doble realidad el mundo quedó asociado activamente a la historia de la salvación. Porque
Jesucristo dio su carne para la vida del mundo; muriendo venció al pecado; desde entonces, el mundo,
criatura de Dios, caída bajo el yugo del mal, se vio rescatado de su esclavitud.
En este mundo, tensionado hasta la consumación definitiva, el hombre ejerce su “realeza”, su
“dominio”, a través de la ciencia, la técnica y el trabajo, pero en la permanente prioridad de la ética, en
el primado de la persona sobre las cosas y en la superioridad del espíritu sobre la materia. (Cfr. RH 16)
La transformación del mundo a través de la ciencia, la tecnología y la técnica es expresión de la riqueza
de conocimiento, de la capacidad creativa, de la eficiencia productiva y del trabajo que debe efectuarse
como tarea ética”...De ahí que a todos y a cada uno les compete un derecho primario y fundamental,
absolutamente inviolable, de usar solidariamente estos bienes, en la medida de lo necesario, para una
realización digna de la persona humana”...(Cfr. P 492).
“...Una cosa es cierta: en la base de este gigantesco campo hay que establecer, aceptar y profundizar el
sentido de la responsabilidad moral, que debe asumir el hombre. Una vez más y siempre, el Hombre”.
(RH 16)
VISION DE LA SOCIEDAD
En la raíz misma de la naturaleza humana como persona trascendente abierta a un Dios también
personal como su fundamento y fin, está inscripta su vocación a vivir en comunidad. “Que todos sean
uno, como tú Padre, estás en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros” (Jn17, 21)
La sociedad es un sistema de relaciones interpersonales. La sociedad existe para posibilitar el
desarrollo de la dimensión comunitaria de la existencia humana.
“La vida en sociedad es un llamado de Dios y se debe realizar como tarea ética, es decir, con
conocimiento de la verdad, deseo del bien y señoría de sí. La realización de toda comunidad, incluso
nacional, se mide por la verdad, el bien y la libertad; por la sabiduría, la justicia y el amor que la
conforman”. (ICN,63)
La sociedad a la medida de la dignidad del hombrees sólo aquélla en que todos y cada uno se pueden
sentir valorados como personas. Es lo que la Iglesia Católica propone al impulsar la instauración de la
civilización del amor, que se basa en su fe en el hombre y en la dignidad de la vida; el valor que
acuerda a la libertad, la justicia y la paz, al igual que al trabajo, la familia y la fe, y ante todo, a la
trascendencia del ser humano. (Cfr. RH 16)
La sociedad, a la que pertenece el hombre en base a particulares vínculos culturales e históricos, es no
solo la gran educadora de cada hombre, aunque indirecta, (...) sino también una gran encarnación
histórica y social del trabajo de todas las generaciones (Cfr. LE 10)
ESTADO Y EDUCACION
VISION DE CULTURA
“Con la palabra cultura se indica en sentido general todo aquello con lo que el hombre afirma y
desarrolla sus innumerables cualidades espirituales y corporales: permite sostener el mismo orbe
terrestre con su conocimiento y trabajo; hace más humana la vida social, tanto en la familia como en
toda la sociedad civil, mediante el progreso de las costumbres e instituciones. Finalmente, a través del
tiempo, expresa, comunica y conserva con sus obras grandes experiencias espirituales y aspiraciones
que sirven de provecho a muchos, e incluso a todo el género humano”. (GS 53)
También la cultura consiste en el modo como los hombres, en diversos espacios geográficos y a través
de sucesivas épocas, cultivan su relación con la naturaleza material, entre sí mismo y con Dios, de
modo que puedan llegar a un nivel verdadera y plenamente humano (Cfr P 386). Como lo ha expresado
Juan Pablo II “la cultura es del hombre, a partir del hombre y para el hombre” (...) “El objetivo
primitivo de la cultura es el desarrollo del hombre, en cuanto hombre, del hombre en cuanto persona, o
sea de cada hombre en cuanto ejemplar único e irrepetible de la familia humana” (Discurso a los
hombres de la cultura, Coimbra, Portugal, 15-5-82, L´Osservatore Romano 23-5-82; pág. 17)
CULTURA E IGLESIA
Pero además, la Iglesia ha abierto la realización integral del hombre al íntimo vínculo con la sabiduría
eterna, para que el hombre ascienda de lo visible a lo invisible y culmine en la adoración del verdadero
Dios, fin último del hombre y meta de la misma cultura. (Cfr. GS 15) “Para nosotros la alianza interior
con la sabiduría es el fundamento de toda cultura y del verdadero progreso del hombre (...) El hombre
ha de crecer y desarrollarse como hombre en esta alianza. Debe crecer y desarrollarse a partir del
fundamento divino de su humanidad, como imagen y semejanza del mismo Dios. Y debe crecer y
desarrollarse como hijo adoptivo de Dios”. (ICN 49).
CULTURA Y EDUCACION
En la tarea de que el hombre “sea más” la cultura y la educación convergen. La educación porque es la
primera y esencial tarea de la cultura y ésta porque está orientada a la realización integral del hombre.
Pero además, la educación consiste en que el hombre llegue a ser cada vez más hombre, que pueda ser
más y no sólo que pueda tener más, y que, en consecuencia, a través de todo lo que tiene sepa ser más
no solo con los otros, sino también para los otros. (Cfr. Juan Pablo II Discursos a la Unesco, 2-6-80,
L´Osservatores Romano 15-6-80, pág. 11). Si desde la cultura se da “la totalidad del esfuerzo que
emprende el hombre para autorealizarse” (ICN 46), por la educación se debe reconocer “el derecho de
todos los hombres a la educación y el derecho a la educación de todos los hombres” (ICN 155) para
que se haga efectiva esta autorrealización.
En abril de 1987, dijo Juan Pablo II en nuestro país: “es cultura aquello que impulsa al hombre a
respetar más a sus semejantes, a ocupar mejor su tiempo libre, a trabajar con un sentido más humano, a
gozar la belleza y amar a su Creador. La cultura gana en calidad, en contenido humano, cuando se pone
al servicio de la verdad, del bien, de la belleza, de la libertad, cuando contribuye a vivir
armoniosamente, con sentido de orden y unidad, toda la constelación de los valores humanos”(Discurso
a los hombres de la ciencia y de la cultura, Bs. As., 12-487). Sin embargo, no pocas veces la
civilización contemporánea intenta “imponer al hombre una serie de imperativos aparentes, que sus
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portavoces justifican recurriendo al principio del desarrollo y del progreso. Así, por ejemplo, en lugar
de respetar a la vida, “el imperativo” de desembarazarse de la vida y destruirla; en lugar del amor, que
es comunión responsable de las personas, “el imperativo” del máximo de placer sexual al margen de
todo sentido de responsabilidad; en lugar de la primacía de la verdad, la “primacía” del
comportamiento de moda, de lo subjetivo y del éxito inmediato”.(Juan Pablo II, Carta al Secretario
General de la OIEC, 23-1-82, L ´Osservatore Romano, 11-4-82, pág. 6).
En la cultura y en la educación es un valor todo aquello que ayuda al hombre “ a pasar las situaciones
menos humanas a situaciones más humanas” (PP20). En otras palabras, el valor está en lo que
verdaderamente humaniza al hombre y a la sociedad, y el antivalor en todo aquello que está en la línea
de su deshumanización. Porque el hombre “es la única criatura que Dios ha amado en sí misma” (Cfr.
GS 24) y se halla en la base de todos los valores. Estos reciben su significado sólo en la relación con el
hombre (...) Sólo reconociendo la apertura esencial del hombre al misterio infinito de Dios, es como se
puede establecer un auténtico sistema de valores que no convierta al hombre en esclavo de las cosas e
instituciones, sino que respete la primacía que integra el orden establecido por el Creador” (Juan Pablo
II, Carta al Secretario general de la OIEC, 23-1-82, L´Osservatore Romano 11-4-82, pág. 6).
VISION DE IGLESIA
IGLESIA Y EDUCACION
En este orden, la Iglesia “...proclama de nuevo el derecho (...) a establecer y dirigir libremente escuelas
de cualquier orden y grado, (...) recordando al propio tiempo que el ejercicio de este derecho contribuye
en gran manera a la libertad de la conciencia, a la protección de los derechos de los padres y al
progreso de la misma cultura”. (GE 8).
Este mismo derecho se ejerce en la educación no formal que se realiza en centros, asociaciones, grupos,
movimientos.
Todo esto implica: poder ofrecer los medios para que el educando logre:
- desarrollar plenamente sus condiciones físicas, morales e intelectuales (Cfr. GE 1);
- prepararse para la participación provechosa en la vida familiar y social. (Cfr. GE 1);
- gozar del derecho “...a que se le estimule a apreciar con recta conciencia los valores morales y
prestarle su adhesión personal, y también a que se le incite a conocer y amar más a Dios”. (GE 1)
EDUCACION EVANGELIZADORA
“Como Cristo es el hombre perfecto, la Iglesia que es su Cuerpo Místico, es también la comunidad en
plenitud a la que el Padre llama a todos los hombres. “(ICN, 75)
La misión de la Iglesia es evangelizar. “Evangelizar significa para la Iglesia llevar la Buena Nueva a
todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma
humanidad: “He aquí que hago nuevas todas las cosas” (Ap 21, 5) Pero la verdad es que no hay
humanidad nueva si no hay en primer lugar hombres nuevos, con la novedad del bautismo y la vida
según el Evangelio. La finalidad de la evangelización es por consiguiente este cambio interior y si
hubiera que resumirlo en una sola palabra, la mejor sería decir que la Iglesia evangeliza cuando, por la
sola fuerza divina del Mensaje que proclama, trata de convertir al mismo tiempo la conciencia personal
y colectiva de los hombres, la actividad en la que ellos están comprometidos, su vida y ambiente
concretos. “ (EN 18)
“...El próximo centenario del descubrimiento y de la primera evangelización nos convoca pues a una
nueva evangelización de América Latina, que despliegue con más vigor –como la de los orígenes- un
potencial de santidad, un gran impulso misionero, una vasta creatividad catequética, una manifestación
profunda de colegialidad y comunión, en combate evangélico de dignificación del hombre, para
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generar, desde el seno de América Latina un gran futuro de esperanza. Este tiene un nombre:
civilización del amor” (Juan Pablo II. Discurso a los Obispos del CELAM, Sto. Domingo, 12-10-84).
“para la Iglesia, educar al hombre es parte integrante de su misión evangelizadora, continuando así la
misión de Cristo Maestro”.(Cfr. EC 9)”.(P 1012)
Su acción pastoral consiste en hacer prolongar la presencia de Cristo en la historia, a través de la acción
orgánica y articulada del Pueblo de Dios, para el anuncio y la construcción del Reino que hace posible
la salvación integral del hombre.
La pastoral educativa se dirige a evangelizar las estructuras y los procesos educativos, a cuestionarlos y
transformarlos a la luz de los valores del Reino.
“...El deber de la educación corresponde a la Iglesia, no sólo porque debe ser reconocida como
sociedad humana capaz de educar, sino, sobre todo, porque tiene el deber de anunciar a todos los
hombres el camino de la salvación”(...) “La Iglesia como Madre, está obligada a dar a sus hijos una
educación que llene toda su vida del espíritu de Cristo, y al mismo tiempo ayude a todos los pueblos a
promover la perfección cabal de la persona humana, incluso para el bien de la sociedad terrestre y para
configurar más humanamente la edificación del mundo”.(GE 3).
LA PARROQUIA
La parroquia es “...la familia de Dios, como una fraternidad animada por el Espíritu de unidad” (LG
28), es “una casa de familia, fraterna y acogedora” (CT 67), es la “comunidad de los fieles” (Canon
515)...”está fundada sobre una realidad teológica, porque ella es una comunidad eucarística. Esto
significa que es una comunidad idónea para celebrar la Eucaristía, en la que se encuentran la raíz viva
de su edificación y el vínculo sacramental de su existir en plena comunión con toda la Iglesia. Tal
idoneidad radica en el hecho de ser la parroquia una comunidad de fe y una comunidad orgánica, es
decir, constituida por los ministros ordenados y por los demás cristianos, en la que el párroco –que
representa al Obispo diocesano- es el vínculo jerárquico con toda la Iglesia particular” (CH L. 26)
Dentro de la comunidad parroquial, los fieles laicos deben estar cada vez más convencidos del
particular significado que asume su compromiso apostólico.
A los laicos corresponde, por propia vocación, buscar el reino de Dios, tratando y ordenando, según
Dios los asuntos temporales. Viven en el siglo, es decir, en todas y cada una de las actividades de la
vida familiar y social con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios a
cumplir su propio cometido, guiándose por el espíritu evangélico, de modo que, igual que la levadura,
contribuyan desde dentro a la santificación del mundo y de este modo descubran a Cristo a los demás,
brillando, ante todo, con el testimonio de su vida, fe, esperanza y caridad. A ellos, muy en especial,
corresponde iluminar y organizar todos los asuntos temporales a los que están estrechamente
vinculados, de tal manera, que se realice continuamente según el espíritu de Jesucristo y se desarrollen
y sean para la gloria del Creador y del Redentor. (Cfr. LG 31).
La parroquia, con la participación viva de los fieles laicos, al decir del Papa Juan XXIII, debe ser “la
fuente de la aldea”, a la que todos acuden para calmar la sed.
La vida parroquial tiene un lema: AMOR Y SERVICIO.
“Cuando la Iglesia evangeliza y logra la conversión del hombre, también lo educa, pues la salvación
(don divino y gratuito) lejos de deshumanizar al hombre lo perfecciona y ennoblece; lo hace crecer en
humanidad. (Cfr. PP 15, 16, 17) La evangelización, es en este sentido, educación...” (P 1013)
La parroquia es un centro que convoca a todas la fuerzas vivas de la comunidad; asume la “pastoral
juvenil” como un proceso educativo no formal, permanente y complementario de la tarea educativa de
la familia y de la escuela; posibilita a todos sus fieles una educación permanente.
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PASTORAL DE LA JUVENTUD
PASTORAL DE EDUCADORES
Un PEC requiere una pastoral de educadores que se extienda a todos aquellos que se están formando
para una actividad educativa o participan establemente en ella, dentro o fuera del sistema formal, en
escuelas de gestión oficial o privada, confesionales o no, teniendo en cuenta la particular necesidad de
los que no se hallan integrados en centros o movimientos católicos que los acompañan en su proceso de
formación permanente.
EDUCACION CATOLICA
FIN DE LA EDUCACION
El hecho educativo, como proceso de humanización, asume diversas connotaciones según sea la
cosmovisión y concepción del hombre de la que parte.
El fin de toda educación, actividad fundamentalmente cultural, es humanizar y personalizar al hombre
(Cfr. P 1024)
La concepción cristiana reconoce al hombre la excelsa dignidad de ser imagen y semejanza de Dios, en
su singular capacidad de conocimiento, de amor y de libertad.
EDUCACION INTEGRAL
“...La verdadera educación debe procurar la formación integral de la persona human, en orden a su fin
último y, simultáneamente, al bien común de la sociedad; los niños y los jóvenes han de ser educados
de manera que puedan desarrollar armónicamente sus dotes físicas, morales e intelectuales; adquieran
un sentido más perfecto de la responsabilidad y un uso recto de la libertad, y se preparen a participar
activamente en la vida social”. (Cfr. 795)
El proceso educativo, entonces, debe afirmar y desarrollar con sentido responsable la libertad como
condición original del hombre.
“...La libertad profunda, más que referirse al hacer esto o aquello, se refiere al definirse y disponer el
hombre sobre sí mismo. (Cfr. GS 17, P 332)...” (EPV 39)
“La libertad es una estructura fundamental de lo cristiano. Es el fruto de la acción salvífica de Dios.-”
(EPV 42)
Desde esta perspectiva la educación ha de ser considerada como pedagogía del diálogo, de la caridad y
de la libertad. Esta tarea exige el compromiso personal y comunitario con un proyecto de vida: una
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actitud de búsqueda y participación, una coherencia y síntesis entre fe, cultura y vida, capaces de
transformar la realidad.
Los métodos y técnicas serán sometidos a una sana reflexión crítica por parte de los responsables de la
educación, y adecuados convenientemente al grupo. La interdisciplinariedad y, más aún, la integración
de todo el saber, posibilitará el tratamiento de “...temas y problemas que superan los límites de cada
asignatura”. (DR 64)
Los medios utilizados harán posible el desarrollo de la creatividad, del espíritu crítico y la capacidad de
discernimiento que lleven al perfeccionamiento intelectual y espiritual. Es necesario tener en cuenta las
características del lenguaje audiovisual contemporáneo.
Dada la estrecha vinculación que existe entre comunicación y educación, el tema de los MCS debe
integrarse en el PEC.
La sociedad argentina tiene derecho a que los MCS sean instrumentos positivos para la transmisión y
fortalecimiento de los valores fundamentales en el orden personal, familiar, social y trascendente.
La educación es un proceso que exige una equilibrada relación de encuentro interpersonal entre
educador y educando que no dé lugar a actitudes de permisivismos ni de autoritarismo.
La educación católica de los niños, jóvenes y adultos, en la familia, la escuela, la parroquia, debe estar
dirigida intencionalmente a la promoción total de la persona, lo que supone no solamente una elección
de valores culturales sino también de valores de vida. Estos deben encarnarse en una comunidad que
viva auténticas relaciones interpersonales y adhiere no sólo individual sino también comunitariamente a
la propuesta del Evangelio.
El hombre, en fin, creado por Dios, redimido por Cristo y enaltecido en El, y santificado por el Espíritu
Santo, está llamado a ser hombre nuevo con la novedad del bautismo y de la vida según el Evangelio...
(Cfr. P 197) Podríamos señalar como características de este hombre nuevo:
- su capacidad de amar
- su conciencia moral
- su orientación evangélica
- su sentido crítico frente a la realidad
- su sentido comunitario y compromiso social
- artífice de evangelización desde su pertenencia eclesial
- agente de liberación y promoción humana integral para la edificación del Reino
La educación cristiana es la “continua interacción entre la actuación experta de los educadores, la libre
cooperación de los alumnos y el auxilio de la gracia...” (DR 107)
La promoción de la persona se logra cuando el proceso formativo suscita actitudes coherentes con
los valores de la dignidad humana, la libertad ética, el amor, la verdad, el bien, la creatividad, la
expresión artística, la laboriosidad, la sabiduría, la celebración de la vida y al mismo tiempo amplía
su capacidad para preguntarse sobre las cuestiones más fundamentales: “¿Qué es el hombre?¿Cuál
es el sentido del dolor, el mal, de la muerte, que a pesar de tantos progresos hechos, subsisten
todavía? ¿Qué valor tienen las victorias logradas a tan caro precio?¿Qué puede dar el hombre a la
sociedad?¿Qué puede esperar de ella?¿Qué hay después de esta vida temporal? (GS 10)
Porque la persona es esencialmente social y existir es convivir, también el proceso formativo para
la vida social debe estar presente y realizado como tarea ética, es decir, con conocimiento de la
verdad, deseo del bien y señorío del mismo, a través de la promoción de actitudes de justicia, paz,
solidaridad, participación, trabajo y responsabilidad. La persona humana recibe mucho de esta vida
en sociedad, pero también por circunstancias sociales recibe influencias que la apartan del bien y la
inducen al mal, por eso “el orden social y su progresivo desarrollo deben en todo momento
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subordinarse al bien de la persona, que el orden real debe someterse al orden persona, y no al
contrario” (GS 26) (Cfr. ICN 60 y 64)
La familia es la primera educadora de los hijos, por ser ella la gestora de la vida y la célula básica de la
sociedad y la estructura natural y necesariamente responde a las exigencias de un adecuado ámbito para
el proceso de maduración y desarrollo de la persona. La Iglesia siempre ha sostenido esta doctrina de
que “los primeros y principales educadores de sus hijos" son los padres (GE 3), idénticamente, que “la
familia es la primera responsable de la educación”.
Toda tarea educadora debe capacitarla a fin de permitirle ejercer esa misión” (P 1036)
Se desprende de ello que para el cumplimiento de esta fundamental responsabilidad y para ejercer este
derecho, los padres gocen de real libertad:
- La “Comisión Americana de Derechos Humanos” (22-XI-1969 –Pacto de San José de Costa Rica),
que el Congreso de la Nación aprobó el 1° de marzo de 1984 (Ley 23054), es aún más explícita,
pues dice textualmente: “..Los padres, y en su caso los tutores, tienen derecho a que sus hijos o
pupilos reciban la educación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias
convicciones...”(art. 12, inc. 4) (Cfr. EPV, 117)
“El bien común al que la autoridad sirve en el Estado se realiza plenamente sólo cuando todos los
ciudadanos están seguros de sus derechos” (Cfr. ICN 96). Por lo tanto, es obligación de la sociedad
civil “...tutelar los derechos y obligaciones de los padres y de quienes intervienen en la educación y
colaborar con ellos; completar la obra educativa, según el principio de acción subsidiaria, cuando no
basta el esfuerzo de los padres y de otras sociedades, atendiendo a los deseos paternos...” (Cfr.GE 3)
“...No puede olvidarse que el elemento más radical, que determina el deber educativo de los
padres, es el amor paterno y materno que encuentra en la acción educativa su realización, al hacer
pleno y perfecto el servicio a la vida. El amor de los padres se transforma de fuente en alma, y por
consiguiente, en norma, que inspira y guía toda la acción educativa concreta, enriqueciéndola con los
valores de dulzura, constancia, bondad, servicio, desinterés, espíritu de sacrificio, que son el fruto más
precioso del amor” (FC 36)
“La educación, que prolonga la generación, se hace por el testimonio vital que anticipa el valor
que enseña; y por la palabra, que explicita el valor que testimonia...” (ICN 152)
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El amor se hace realidad primariamente en la familia, porque la familia es la primera
experiencia de una sociedad humana y la primera escuela donde se crean las actitudes sociales. Y es
por medio de ella como el nuevo hombre que ha llegado a la experiencia se introduce fácilmente en la
sociedad civil.
“...Esta iglesia doméstica, convertida por la fuerza liberadora del Evangelio en “escuela del
más rico humanismo (GS 52), sabiéndose peregrina con Cristo y comprometida con Él al servicio de la
iglesia particular, se lanza hacia el futuro, dispuesta a superar las falacias del racionalismo y de la
sabiduría mundana que desorientan al hombre moderno. Viendo y actuando sobre la realidad, como
Dios la ve y la gobierna, busca mayor fidelidad al Señor, para no adorar ídolos sino al Dios vivo del
amor.” (P589)
La familia cristiana es unidad de vida y de amor, escuela de comunicación de valores religiosos
y humanos, defensora de la vida, servicio a la vida, primera educadora de la fe, verdadera “iglesia
doméstica”, imagen del misterio trinitario y de la Sagrada Familia.
Dado que la integración familia-escuela es la condición esencial para que exista coherencia
educativa, reviste particular importancia la existencia de una auténtica participación que respetando los
roles propios de cada uno, permita a través de fluidos canales de comunicación, buscar modelos
comunes, solucionar dificultades y programar y evaluar la tarea conjunta.
Ese compartir familiar o comunión, que debe ser el gran signo distintivo de la Iglesia, culmina
en la familia cristiana. La familia –en general- representa el más íntimo lugar en el compartir humano.
Pero la familia cristiana además de eso, es la comunión más íntima donde se comparte la vida de Dios,
la fe, el amor de Cristo, la esperanza que El trajo, la oración, etc. Por eso ella no es sólo la célula
fundamental de la Iglesia, sino también en sí misma, una verdadera iglesia “doméstica” (LG 11); es
decir, una “imagen viva y una representación histórica del misterio mismo de la Iglesia” (FC, 49), del
íntimo compartir vital de Dios y los hombres.
EDUCACION PERMANENTE
La educación permanente pertenece a la condición existencial del ser humano, a su vocación natural de
desarrollar las potencialidades de la historia.
La tarea esencial de la educación permanente: transmisión del patrimonio de la cultura para el
perfeccionamiento del hombre hasta su plenitud integral, se realiza como una acción sobre la
comunidad, a fin de que ésta se constituya en un ambiente educativo para sus miembros. A partir de
esta realidad la educación permanente se canaliza a través de dos vertientes:
-la pluralidad de los agentes educativos sociales: familia, escuela, medios de comunicación de masas
(MCM), trabajo, arte.
-las diversas etapas o situaciones de la vida: respuesta a un llamado de total entrega a Dios; formación
de una familia; miembro de la comunidad social, ciudadano de la vida política, productor de bienes y
servicios en la vida social y profesional; miembro de la iglesia: “itinerario catequístico permanente”;
tercera edad como momento de aportar a la comunidad familiar y social la sabiduría de la propia
experiencia y de recibir reconocimiento, atención y amor; la enfermedad como experiencia del propio
límite y abandono a la voluntad amorosa de Dios.
La educación permanente por su misma naturaleza busca constantemente nuevas formas que satisfagan
de manera eficaz, adecuada, económica y rápida las demandas educativas que se generan en el presente
y, especialmente en el futuro inmediato.
Culmina con la aceptación de la vida al Señor que llama, en la conciencia de que el paso de este mundo
al Padre es el único medio de arribar a la plenitud de la edad de Cristo.
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EDUCACION POPULAR
Quienes no reciben educación adecuada a su propio fin, carácter y sexo, y de acuerdo a su cultura y
tradiciones patrias (Cfr.GS 1) deben ser considerados como los más pobres, por lo tanto los más
necesitados de la iglesia en su acción educadora (Cfr. P 1034). Por eso es urgente responder con
generosidad e imaginación a las nuevas formas de acción educativa venciendo la improvisación y con
suficiente capacitación en los agentes conforme a la realidad objetiva de las necesidades (Cfr. 1046)
La educación popular en este orden responderá a hacer creativamente manifiestos los valores y
símbolos hondamente cristianos de la cultura argentina y latinoamericana.
También los medios de alfabetización de los grupos marginados deben ayudarles a comunicarse
eficazmente, tomar conciencia de sus deberes y derechos, comprender la situación en que viven y
capacitarse en todas las dimensiones de la educación integral. (Cfr. P 1045)
LA ESCUELA CATOLICA:
“Entre todos los medios de educación tiene peculiar importancia la escuela...” (GE 5)
Esta, a la vez que realiza los fines culturales y la formación humana de la juventud, se esfuerza por
crear un ambiente de comunidad empapado del espíritu evangélico y en ordenar toda la cultura humana
hacia ese definitivo modelo de humanización. (Cfr. GE 8). En efecto, la Escuela Católica busca
“conducir al hombre a su perfección humana y cristiana y su maduración en la fe” (DR 34)
El planteo que hoy hace la Iglesia sobre la nueva evangelización abarca la realidad de la Escuela
Católica.
La Nueva Evangelización supone replantear de manera creativa y sincera los métodos, medios y
espíritu evangelizador. Propone priorizar en las escuelas una acción evangelizadora sobre la mera
formación religiosa. Es decir, transformar cada espacio pastoral en una comunidad misionera, que
responda a las necesidades de los jóvenes.
“Hay un nexo indisoluble y clara distinción entre enseñanza de la religión y catequesis, que es la
transmisión del mensaje evangélico, una etapa de la evangelización. (...) La distinción estriba en que la
catequesis, a diferencia de la enseñanza religiosa escolar, presupone ante todo la aceptación vital del
mensaje cristiano como realidad salvífica. Además, el lugar específico de la catequesis es una
comunidad que vive la fe en un espacio más vasto y por un período más largo que el escolar, es decir,
toda la vida” (Cfr. DR 68)
La escuela católica hace presente a la iglesia en el lugar donde está emplazada como un “servicio” que
presta al Pueblo de Dios. Su proyecto educativo, contempla, en el marco de cada realidad y en la
medida de sus posibilidades la educación de todos sin discriminación alguna y procurando realizar un
esfuerzo especial para integrar a aquellos grupos marginados o menos atendidos, como por ejemplo los
discapacitados y grupos aborígenes.
13
Los marginados, los desvalidos, los pobres, los que sufren, los enfermos, han sido los destinatarios
privilegiados del anuncio de la buena noticia del Reino de Dios que hace irrupción en la historia de la
humanidad. La escuela católica promueve en las familias y docentes el interés por una buena
integración de las personas con discapacidad en la unidad de todos los hijos de Dios.” La Iglesia tiene
como una de sus prioridades la evangelización de los grupos aborígenes, siguiendo el mandato de Jesús
de ir a todas las gentes y a todas las naciones. Ha de buscar una evangelización de las comunidades y
de las culturas para que puedan ser defendidas, salvadas, renovadas, elevadas y perfeccionadas por la
presencia activa del Resucitado y de su Espíritu. Desde esta concepción se comienza a proyectar una
enseñanza intercultural y bilingüe, que propone partir de lo natural y conocido. Este modo de
enseñanza es el elemento fundamental que posibilita la integración igualitaria de los distintos grupos
autóctonos con el resto del país.
“Si se prestan oídos a las exigencias más profundas de una sociedad caracterizada por el desarrollo
científico y tecnológico, que podría desembocar en la despersonalización y en la masificación, y si se
quiere darles una respuesta adecuada, resulta evidente la necesidad de que la escuela sea realmente
educativa; o sea que se halle en grado de formar personalidades fuertes y responsables, capaces de
hacer opciones libres y justas ...” (EC 31)
La Escuela Católica es medio eficaz para lograr una auténtica educación, con explícita orientación
evangélica y de esta forma colabora en la formación cristiana integral de los alumnos, de tal manera
que ellos puedan hacer la síntesis entre FE Y CULTURA, FE Y CIENCIA, FE Y VIDA. Da respuesta
a las expectativas de la familia cristiana que le ha confiado sus hijos y que espera de ella que los ayude
a crecer como personas.
La Escuela Católica solo puede ser entendida, interpretada, orientada, organizada y conducida desde su
ser eclesial.
Es reconocida como tal por la primacía del Amor y el Espíritu de familia que en ella debe reinar.
- Existencia de una comunidad educativa. Clima de libertad, respeto y caridad. Presencia del
animador pastoral que ayude a crecer en esta dimensión. Idoneidad, seriedad y coherencia
pedagógica, didáctica, técnica y administrativa.
- .Actividades evangelizadoras y de pastoral de conjunto. Que toda la actividad de la comunidad
educativa sea por sí misma evangelizadora; el quehacer escolar esté integrado a la pastoral.
- Dimensiones evangelizadoras: el testimonio y servicio comunitario, la comunión fraterna, el estilo
de trabajo. El Anuncio de la Palabra de Dios, la Oración y la Celebración de la FE.
- Que el centro de atención sea el Evangelio en la vida de las personas y el centro de referencia, la
comunidad eclesial para el crecimiento del Reino.
14
- Que la escuela sea comunidad eclesial que anuncie, celebre y testimonie la VIDA de Jesús, el
Señor Resucitado, HOY Y AQUÍ.
“La iglesia ha amado sus escuelas, donde cumple el deber de formar a sus hijos. Después de haberlas
establecido por obra de obispos, de innumerables familias de vida consagrada y de laicos, no ha cesado
de sostenerlas en las dificultades de todo género y de defenderlas frente a gobiernos inclinados a
abolirlas a apropiarse de ella. A la presencia de la iglesia en la escuela corresponde la de la escuela en
la iglesia”.(...) “El amor y la fidelidad a la Iglesia animan a la escuela católica”. (DR 44).
FUNCIONES Y PERFILES
ENTIDAD PROMOTORA
(diócesis, parroquia, congregación, asociaciones)
- Anuncia el Reino y fomenta la espiritualidad por su carácter misionero y evangelizador en todos los
ambientes.
- Sustenta el ideario del Instituto.
- Participa de los objetivos del P.E. diocesano
- Anima y acompaña a la comunidad educativa.
- Crea canales de comunicación y estructuras de participación
- Señala lineamientos pedagógicos y administrativos.
- Se inserta en la realidad respondiendo a las urgencias educativas.
- Brinda un servicio accesible a todos los que quieran recibir una educación inspirada en Cristo y en
su iglesia, esforzándose por garantizar la presencia cristiana entre los más necesitados.
- Asume con plena responsabilidad las directivas y disposiciones de los organismos superiores
pertinentes, tanto eclesiales como estatales.
- Posee conocimiento actualizado en los aspectos administrativo y laboral, y está compenetrado del
espíritu de la escuela católica.
- Promueve el sentido eclesial de la tarea educativa: Enmarca en los valores evangélicos el estilo de
conducción y de participación y el régimen profesional-laboral, de convivencia, disciplinario y
extra-curricular. Fomenta el clima de una escuela-casa (Cfr. DR 27)
- Apoya el trabajo de toda la comunidad educativa especialmente del personal directivo, brindándole
información, estímulo y reconocimiento.
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- Posee un conocimiento práctico de los documentos eclesiales referidos a la educación y a la
doctrina social de la iglesia.
- Su actuación se caracteriza por la integridad y coherencia de vida cristiana y por su fidelidad a las
enseñanzas de la iglesia.
- Posee condiciones básicas de comunicación y relación humana para motivar, orientar, integrar e
integrarse.
- Manifiesta una constante atención al entorno de la escuela, lo cual le permite conocer datos precisos
para cumplir mejor su misión.
EL DIRECTIVO
- Lleva a cabo las directivas pastorales de la entidad promotora, supervisa la labor educativa, asesora
a los docentes, coordina la labor de los estamentos, evalúa el aprendizaje y el logro de los objetivos
institucionales.
- Apoya el trabajo de la entidad propietaria y del representante legal brindándole permanente
colaboración. La mutua relación entre el representante legal y el directivo, especialmente en las
grandes decisiones, debe ser testimonio de comunión y participación para toda la comunidad.
- Conoce, respeta y hace respetar sus derechos laborales
- Procura que los estados administrativos se realicen con puntualidad y precisión.
- Ejerce la autoridad como un servicio; promueve la vigencia del ideario, interpreta las propuestas y
proyectos de la C.E., pauta el quehacer pedagógico, promueve la comunión y la participación.
- Fomenta las relaciones interpersonales en un estilo de animación que genera un clima de escuela-
casa (Cfr. DR 27)
- Ayuda al discernimiento y crea clima de esperanza y alegría.
- Promueve la inserción de la escuela en la comunidad circundante.
- Está abierto al diálogo y al cambio positivo. Es autocrítico.
- Se compromete a que el curriculum se integre desde una cosmovisión cristiana
- Con su vida anuncia, testimonia y celebra el misterio de Cristo y de su iglesia. Anima y acompaña
el compromiso apostólico.
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EL CATEQUISTA:
- Está llamado a ser educador de la fe: se descubre y tiene conciencia de ser profeta y testigo.
Anuncia y testimonia el mensaje revelado por Cristo que trae la salvación para el hombre.
- Entusiasma, contagia, mueve y motiva el encuentro con Cristo, a través de la Palabra de Dios, las
enseñanzas de la iglesia, la oración, la vida litúrgica los sacramentos.
- Su objetivo no está centrado en la cultura religiosa, sino en la actitud religiosa. Ilumina con la
Palabra de Dios las situaciones humanas y los acontecimientos de la vida. Impulsa la inserción en la
actividad eclesial.
- Procura profundizar el mensaje, vivir mejor la fe y la caridad, capacitarse permanentemente para
transmitir con mayor eficacia el contenido de la fe y para educar en la fe.
- Cultiva el respeto por el misterio de cada persona, y por el camino pastoral ya realizado por la C.E.
Es humilde, auténtico, sincero. Tiene esperanza. Ejercita la autocrítica.
- Se integra con sencillez, optimismo y sentido de la realidad en el C.E. a la que sirve.
- Colabora para que crezca cada día más la interrelación entre los distintos estamentos.
- Se preocupa del crecimiento en la fe no sólo de sus catequizandos, sino de todos los integrantes de
la C.E.
- Es capaz de guiar un itinerario de catequesis permanente, sea sistemática u ocasional.
- Cuando su acción se lleva a cabo exclusivamente en la escuela, asume su misión de profesor de
religión: “hacer conocer la identidad del cristianismo y lo que los cristianos coherentemente se
esfuerzan por realizar en su vida.” (Cfr. DR 68 y 69)
- Se ocupa de que esta enseñanza religiosa contribuya a reforzar la fe de los alumnos (Cfr. DR 69)
- Acepta que “los frutos de la enseñanza orgánica de la fe y de la ética cristianas, dependa, en gran
parte del profesor de religión; de lo que es y de lo que hace”. (DR 96)
- Asume que “él es persona clave, agente esencial en la realización del P.E.” (DR 96)
- Considera que es tarea suya el lograr el encuentro interdisciplinario a fin de iluminar desde la
perspectiva de la fe los diversos campos del saber en vistas a la integración de una cosmovisión
cristiana.
EL DOCENTE:
- “Desempeña una misión humana y evangelizadora” (Cfr. Puebla 1035). Viviendo a Cristo en iglesia
es evangelizador de las realidades que vive, especialmente el ámbito de los educadores y de lo
educativo.
- Procura encarnar las verdades evangélicas y los valores humanos para convertirse en comunicador
de la verdad.
- Descubre y señala los signos de los tiempos que caracterizan esta época histórica; ayuda a
reconocer los valores y antivalores que esos signos encierran.
- Sabe descubrir la válida aportación con que las disciplinas escolares pueden contribuir al desarrollo
de la personalidad cristiana.
- Orienta a los alumnos para que sean protagonistas del propio desarrollo, y se capaciten para la
inserción laboral, social y política.
- Se relaciona personalmente con cada alumno, considerándolo único e irrepetible, con un gran
respeto por su conciencia individual.
- Respeta las convicciones y tareas de otros educadores fomentando el intercambio de ideas a través
del diálogo fraterno.
EL PERSONAL ADMINISTRATIVO:
- Se integra en la comunidad educativa cultivando las relaciones interpersonales positivas con todos
los integrantes.
- Asume una actitud de reserva con respecto a la información y al material con que trabaja.
PERSONAL AUXILIAR:
- Conoce, asume y proyecta en su vida los fines, principios y objetivos del colegio.
- Colabora en el cuidado del ambiente físico y del mantenimiento de las condiciones de orden y
limpieza imprescindibles para el desarrollo de la actividad educativa.
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EL ALUMNO:
- Como miembro de la comunidad educativa conoce el Proyecto Educativo Pastoral, se identifica con
él y se compromete comunitariamente en su realización.
- Procura ser el protagonista de su propia formación integral. Es consciente de que este proceso dura
toda la vida.
- A través de su desarrollo psicofísico, social, intelectual, estético y religioso, aspira a crecer según la
nueva creatura en Cristo.
- Valoriza a la persona, amada por Dios, por lo tanto ejercita el respeto y la caridad hacia sí mismo y
hacia el prójimo.
- Descubre que está llamado a vivir una vocación específica en un contexto de solidaridad con los
demás hombres.
- Se enriquece con los principios y valores evangélicos y con las enseñanzas de la iglesia. De este
modo se prepara para una participación más eficaz en la acción social y política.
- Realiza progresivamente una opción libre y responsable para crecer en la fe hasta que Cristo ocupe
el primer lugar; lo manifiesta en la inserción eclesial.
LOS PADRES:
- Son los primeros evangelizadores de sus hijos y educadores de la fe. Fomentan el diálogo y la
confianza recíprocos. Les brindan el ejemplo de su vida cristiana.
- Eligen la escuela cuyo Proyecto Educativo Institucional se identifica con su proyecto de vida.
LOS EXALUMNOS:
- Se organizan a través de formas asociativas para consolidar el Proyecto Educativo Pastoral en todos
sus estamentos.
- Mantienen relaciones de positivo intercambio con sus ex profesores y con los alumnos próximos a
egresar.
19
- Dan testimonio de los valores evangélicos en su vida familiar, social, profesional y política.
La Comunidad Educativa Escolar Católica está integrada por directivos, docentes, administrativos y
auxiliares, los padres (Primeros e insustituibles educadores), los alumnos, verdaderos protagonistas y
sujetos activos del proceso educativo, y por todos los que están directamente comprometidos con ella.
La comunidad educativa, en su conjunto, con diversas funciones pero idénticos fines, posee las
características de una comunidad cristiana si está impregnada de auténtico amor y contribuye
activamente a la construcción de la comunidad eclesial. (Cfr DR 32)
Por lo tanto, promueve un ambiente familiar animado por el amor, por una actitud constante de
participación, renovación y conversión, y un auténtico respeto hacia cada persona, para llegar a ser una
comunidad educadora de la fe.
Está abierta a la participación, permitiendo entre otras iniciativas, la actuación de distintos
movimientos pastorales que existen en la iglesia, ya sea que se ocupen de los educadores, de los
jóvenes, de los matrimonios, de las familias, o de otros estamentos, porque está animada por el afán de
evangelizar y formar agentes multiplicadores que se inserten en la sociedad como fermento.
El Proyecto educativo facilita compartir las ideas y lograr la convergencia en las intervenciones de
todos los miembros. Hace operativa la conciencia de que la misión se realiza como comunidad.
La identidad de la comunidad educativa debe expresarse con una propuesta coherente y dinámica,
reflexionada y actualizada a la luz del rico patrimonio de la tradición y del magisterio de la iglesia que:
- Contemple los cambios acaecidos en la realidad del educando y en el contexto cultural, social y
eclesial;
- Ponga las bases para una revitalización pastoral de las comunidades educativas y dé razón de las
propias opciones evitando la improvisación y el individualismo.
La comunidad educativa debe tender a convertirse en una comunidad eclesial, con la participación de
los laicos, la presencia animadora de los pastores y la comunión con la iglesia diocesana y universal,
creando una mayor interrelación personal, profundización de la palabra de Dios y también
promoviendo la revisión de la propia vida y de la realidad a la luz del Evangelio. La comunidad
educativa, como comunidad eclesial, se convierte así en un espacio, un tiempo y un ambiente con
posibilidades concretas para la evangelización de la cultura, ofreciendo un valioso punto de partida en
la construcción de una nueva sociedad.
Los religiosos con los valores de su comunidad de consagrados, con su misma vida comunitaria,
manifiestan visiblemente la vida de la iglesia que ora, trabaja y ama. Sus miembros ofrecen su vida al
servicio de los alumnos, sin intereses personales, convencidos de que en ellos sirven al Señor. (Cfr. DR 35)
20
“Los laicos deben encontrar ante todo en la escuela católica un ambiente de sincera estima y
cordialidad, donde puedan establecerse auténticas relaciones humanas entre todos los educadores.
Manteniendo cada uno su característica vocacional propia, sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos,
deben integrarse plenamente en la comunidad educativa y tener en ella un trato de verdadera igualdad”.
(LC 77)
Estos criterios puestos en práctica en la escuela, crea una atmósfera educativa que únicamente se puede
construir con la colaboración de toda la comunidad.
BIBLIOGRAFIA
A) DOCUMENTOS DE LA IGLESIA
- Constitución Dogmática “Lumen Gentium”. La Iglesia. Concilio Ecuménico Vaticano II, Roma 1964. (LG)
- Constitución Pastoral “Gadium et Spes”. La Iglesia en el mundo actual. Concilio Ecuménico Vaticano II.
Roma 1965. (GS).
- Declaración “Dignitatis Humanae”. La libertad religiosa. Concilio Ecuménico Vaticano II. Roma . 1965
(DH).
- Declaración “Gravissimum Educationis”. La educación cristiana de la juventud. Concilio Ecuménico
Vaticano II. Roma. 1965 (GE)
- Carta Encíclica “Populorum Progressio”. El progreso de los pueblos. Pablo VI . Roma 1967 (PP).
- Exhortación Apostólica “Evangelii Nuntiandi”. La evangelización del mundo
contemporáneo. S. Pontífice Pablo VI. Roma 1975. (EN)
- “La Escuela Católica”. Sagrada Congregación para la Educación Católica. Roma. 1977. (LEC o EC)
- La evangelización en el presente y en el futuro de América Latina. Documento de
Puebla. IIIra. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. México. 1979. (DP o P).
- Carta Encíclica “Redemptor Hominis”. Jesucristo, Redentor del Hombre.
- Exhortación Apostólica “Catechesi Tradendae”. La catequesis en nuestro tiempo. SS.Juan Pablo II. Roma.
1979. (CT).
- “La Iglesia y comunidad Nacional. C.E.A. Buenos Aires 1981. (ICN)
- “La Evangelización de la Juventud”. C.E.A. Comisión Nacional para la Prioridad Juventud. San Miguel
1981.
- Carta Encíclica “Laboren Excercens”. El trabajo humano. SS. Juan Pablo II. Roma. 1981.
- Exhortación Apostólica “Familiaris Consortio”. La misión de la familia cristiana en el
mundo actual. SS. Juan Pablo II. Roma. 1981 (FC).
- “El laico católico, testigo de la fe en la escuela”. Sagrada Congregación para la
educación Católica. Roma. 1987. (LC o ELC).
- “Dios, el Hombre y la Conciencia”. C.E.A. Bs. As. 1983. (DHC)
- “Educación y Proyecto de vida”. C.E.A. Buenos Aires, 1985. (EPV)
- “Dimensión Religiosa de la Educación en la Escuela Católica”. Orientaciones para la reflexión.
Congregación para la educación católica. Roma. 1988. (DR o DREEC)
- Exhortación Apostólica “Christifideles laici”. Vocación y misión de los laicos en la Iglesia y en el mundo.
SS.Juan Pablo II. Roma., 1989. (CHL).
- Código de Derecho Canónico. Edición bilingüe comentada. Quinta edición revisada. B.A.C. Madrid. 1985.
NOTA: Las citas de los Documento Vaticano II, corresponden a: Documentos del Vaticano II.
Constituciones, decretos, declaraciones. Trigésimo tercera edición. B.A.C. Madrid. 1979.
B) DOCUMENTOS
D) OTROS
- León, Dufour, Xavier. Vocabulario de Teología Bíblica. Herder. Barcelona. 1975. Art. Mundo.
- Textos completos del Informe Final de la Asamblea Nacional del Congreso Pedagógico. Córdoba. Marzo de
1988. Publicación de la Fundación Castiglione, Santiago del Estero. Argentina.
ABREVIATURAS
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.ELEMENTOS PARA UN DIAGNÓSTICO
* Creciente interés por conocer y respetar la cultura tradicional argentina de raíz esencialmente
cristiana.
* La educación católica –en muchas zonas- atiende preferentemente a las clases media- baja y de
escasos recursos, contribuyendo a la democratización del servicio educativo sistemático.
* Creación de ámbitos de participación en los cuales los jóvenes toman ejemplo de los mayores
comprometidos en tareas de formación humana y solidaridad cristiana.
II
* En general, estado de inercia cultural que debilita las fuerzas creativas.
IDENTIDAD NACIONAL:
* Se observa una pérdida de los valores referidos a la identidad nacional.
* Nuestra sociedad vive una crisis de identidad, la cual hasta cierto punto se constituye
23
en un interrogante. Esto se manifiesta tanto en la carencia de arquetipos como en la
imposición y dependencia de modelos extranjeros.
ANTIVALORES:
LO POLÍTICO:
LO SOCIAL:
* El exceso de imagen y sonido provoca una ebullición caótica de sensaciones, ideas, noticias,
ofertas y reclamos
* cada vez más se viven situaciones de inseguridad, violencia, desempleo, pornografía, permisividad,
promiscuidad sexual, drogadicción, alcoholismo, tabaquismo y angustias depresivas.
* Ciertas posturas individualistas y poco solidarias favorecen la indiferencia ante la realidad social
y falta de interés por el bien común.
* Falta de respeto a la vida en todas sus etapas de evolución. Son indicadores, entre otros, de la
anticoncepción y el aborto, hasta la eutanasia.
* Nuestro sistema educativo no tiene una política coherente que responda a la realidad de los pueblos
aborígenes, lo que se traduce en deserción, analfabetismo, desgranamiento y repetición constante del
grado.
* Hay provincias que no han hecho nada en cuanto a la educación aborigen; otras donde se frena la
marcha de la escolarización; algunas donde se ha iniciado un incipiente trabajo, y muy pocas que se
hallan en una etapa más avanzada.
LO ECONOMICO
* La crisis económica genera angustia por las situaciones tanto de pluriempleo, como de subempleo o
de desempleo.
AMBITO ECLESIAL
I
* Riqueza y claridad doctrinal de la iglesia en materia de educación expresada a través de sus
documentos; toma de conciencia, interés y acompañamiento de los pastores en el proceso educativo
católico.
* Estímulo y acciones concretas de nuestros pastores en las distintas instancias de este Congreso.
25
* Atención de los pobres
II
Carencias de sacerdotes que atiendan en las parroquias y de Directores Espirituales en los Colegios
Católicos que orienten a la juventud en acción mancomunada con el Párroco y los agentes
pastorales. Falta una definición clara del rol del sacerdote en la escuela.
Pocas vinculaciones de las instituciones educativas con las autoridades diocesanas. La presencia
diocesana, se reduce, a menudo, a la administración de Sacramentos.
Aún no hay una definición clara de la misión y funciones de las Vicarías de Educación y de su
relación con las Juntas y Consejos.
26
La indiferencia e ignorancia sobre contenidos religiosos unida al secularismo, produce un
deterioro de la vivencia católica.
Carencia de una pastoral orgánica que comprenda: Diócesis, Parroquia, Escuela, familia.
Aunque la parroquia y los colegios católicos trabajan por la evangelización, la fuerza de la misma
se ve debilitada por no contarse con una pastoral de conjunto que coordine esfuerzos. En las
parroquias que cuentan con una escuela anexa, se observa muchas veces, la falta de una fluida
relación e integración.
La vida comunitaria de algunas parroquias no es un incentivo fuerte que ayude a crecer. Se siente
la falta de apoyo de la comunidad en cuanto tal, para comunicar el Evangelio con espíritu misionero
y convocar a nuevos miembros para que se integren a ella.
Muchos laicos confiesan que la principal dificultad para enfrentar el momento actual desde una
perspectiva evangélica es su insuficiente preparación personal. Gran parte de católicos evidencia
una catequesis deficiente.
Carencia en muchos casos de una catequesis permanente que acompañe el proceso de maduración
del creyente
En los colegios parroquiales, la presencia del sacerdote o de las hermanas es mucho menos
frecuente que en los colegios animados por Congregaciones Religiosas. Es este un factor que
dificulta el crecimiento espiritual de la comunidad en cuanto tal.
CATEQUESIS
I
La educación católica tiende a enseñar la doctrina de Cristo para la formación moral y espiritual
que consolida la personalidad del educando mediante una guía cristiana para que tenga conciencia
de su trascendencia hacia Dios.
27
Hay establecimientos educativos que hacen un verdadero esfuerzo en la pastoral interna, como por
ejemplo: catequesis familiar, grupos de oración, catequesis para padres y ex alumnos, extensión de
convivencias y retiros para alumnos de escuelas no confesionales, catequesis de extensión
comunitaria (grupos de alumnos catequistas con su profesora para una villa de emergencia)
Si bien hay preocupación de la iglesia por la formación de catequistas, y se observa que la mayoría
son egresados de colegios católicos, faltan catequistas con una formación adecuada a las exigencias
del mundo de hoy.
II
Los urgentes, rápidos y profundos cambios, ocurridos en el seno de nuestra civilización, conllevan
la necesidad de una identidad que no siempre se logra. Esa identidad, muchas veces no se da entre
nuestros educadores, por una cosmovisión deficiente (fruto –entre otras cosas- de una escasa
formación filosófica) que lleva a no encarnar los valores cristianos con suficiente fuerza
testimonial.
28
Falta, en general, formación doctrinal y científica para promover un diálogo fructífero entre
Ciencia y Fe.
Se considera a la catequesis una materia más, sin interrelación con las otras asignaturas. Se detecta
una catequesis que muchas veces, no promueve un compromiso de Fe más vivencial, y solo
transmite las teorías y nociones de los textos y programas.
Se observa, en muchos casos, que la evangelización no se concibe como tarea de toda la comunidad
educativa, sino que se limita a la clase de catequesis. Se imparte entonces una catequesis teórica y
meramente situacional. Se carece de una catequesis permanente que acompañe el proceso de
maduración del creyente.
AMBITO EDUCATIVO
Mayor participación de los laicos católicos en los aspectos vinculados a la política educativa.
Preocupación por la temática educativa de gran número de cristianos responsables, puesta de
manifiesto en la activa participación en el congreso pedagógico.
Los estamentos de la comunidad educativa manifiestan rechazo hacia los modelos participativos
impuestos y condicionantes en las escuelas, que se asemejan a modelos foráneos y ponen en peligro
la libertad de enseñanza.
II
Falta un eje vertebrador, basado en la cosmovisión cristiana del hombre que permita ordenar los
contenidos, sin que estén sujetos al vaivén de las sucesivas políticas educativas.
Muchas veces no se privilegian los objetivos formativos en las diversas disciplinas ni se comparte
su elaboración y reflexión con toda la comunidad educativa.
Los planes de estudio y los programas de materias no adaptadas a las necesidades actuales y que no
responden a los cuestionamientos vitales del alumno, dificultan la educación integral.
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En la escuela primaria se advierte que la problemática en cuanto a contenidos, se aleja cada vez
más del alumno. Depende en gran parte, de la variable política educativa, del formalismo y de la
supervisión legalista. Se perciben falencias en ámbitos esenciales (lecto-escritura-cálculo), y
profusión de otros contenidos de menor validez.
El nivel secundario exige una reforma total (de fines, planes de estudio), que evite reduccionismos
(sobre todo el enciclopedismo intelectual). Se advierte la frondosidad de asignaturas en los planes
de estudios y de los contenidos mínimos de las asignaturas.
AMBITO FAMILIAR
I
Avance de los criterios formativos en la elección del colegio católico para la educación de sus hijos.
Se constata que se acrecienta el número de padres que se interesan por su formación, y la formación
de carácter social y religioso.
Las uniones de padres de familia favorecen la integración orgánica de las comunidades educativas y
ayudan a la consolidación de CUPFRA.
Novedosas iniciativas de varias Uniones de padres para evangelizar a las familias asociadas.
II
Los padres manifiestan que la primera dificultad para enfrentar el momento actual y formar a sus
hijos, es la insuficiente preparación personal. Desconocen los documentos de la iglesia a este
respecto, y aún conociéndolos, expresan su dificultad para llevarlos a la práctica.
30
Carencia de una preparación adecuada para una educación sexual en el contexto de una educación
para el amor.
RELACIONES INTRAFAMILIARES:
Nos encontramos frente a una profunda crisis de la institución familia, dada por la ausencia de un
ambiente animado por el respeto mutuo, el amor, la piedad, que favorezcan la formación integral.
Existe dificultad para el diálogo maduro y profundo que reclaman los jóvenes en la relación entre
padres e hijos.
Frecuentemente los padres no son los primeros formadores de sus hijos, ni sus principales
educadores en la fe, ni manifiestan coherencia entre el decir y el obrar.
El exceso de competitividad por el status social de los padres, se transmite fácilmente a sus hijos.
Falta de equilibrio en el ejercicio de la paternidad: mientras que unos sobreprotegen a sus hijos,
otros los abandonan.
FAMILIA Y SOCIEDAD:
El ritmo de la vida urbana y la difícil situación económica que atravesamos, hace que los padres
deban pasar muchas horas fuera del hogar, absorbidos por la preocupación del sostenimiento de sus
hijos.
Efectos graves de la sociedad de consumo: en los sectores más pobres los jóvenes sufren miseria,
pero aspiran a una vida sensual, regalada, alimentándose en ellos el resentimiento y el desprecio
por el esfuerzo y el sacrificio; y en los sectores más ricos, navegan en la abundancia, el facilismo y
el vacío existencial.
31
FAMILIA Y COMUNIDAD EDUCATIVA:
Poca responsabilidad de demasiadas familias como primeras educadoras de la fe, que delegan en la
escuela la formación religiosa de sus hijos.
Muchas familias confían la educación de sus hijos a colegios religiosos, por tradición; otros, lo
hacen por prestigio social. En general se prefiere la escuela católica por su mejor nivel académico,
y la formación religiosa es considerada un complemento. Está demasiado generalizada la idea de
que la escuela católica debe suplir la formación integral que no dan los padres.
Muchos padres de familia aunque pertenecen a la iglesia, vivencian muy poco la fe que dicen
profesar. Sin embargo, hay padres comprometidos que testimonian su fe.
CATEQUESIS FAMILIAR:
En las diócesis donde se inicia la catequesis familiar, falta motivar adecuadamente a los padres.
Esta dificultad inicial, se origina por diferentes causas, no todas presentes con la misma intensidad
en cada institución.
UNIONES DE PADRES:
En algunas instituciones falta un mayor apoyo a las tareas específicas de la Unión de Padres, por
parte de los directivos, los docentes y los propios padres; en otras, donde existen, a veces su
actividad queda equivocadamente restringida a realizaciones de tipo económico.
En algunos casos falta la motivación previa y la implementación de las convocatorias. En otros, los
problemas de los padres impiden concurrir a las convocatorias.
Es muy débil, aún en las Uniones de Padres, la idea de unirse a nivel diocesano, provincial y
nacional.
LA ESCUELA CATOLICA
I
Es manifiesto el empeño generalizado por mantener el nivel académico, con seriedad y exigencia
en el estudio, y efectivizar un adecuado acompañamiento de los alumnos.
Se pone énfasis en necesidades que antes no eran tenidas suficientemente en cuenta: más directa
programación pastoral.
32
Se detecta el redescubrimiento y mayor toma de conciencia de las escuelas católicas de su
identidad y misión, como así también de los carismas congregacionales.
Cada vez se advierte mayor valoración del docente como persona y preocupación por su formación
cristiana y profesional.
Hay numerosos colegios que favorecen el acercamiento a la vida espiritual, diariamente a través de
la reflexión, la oración, y posibilitan el acercamiento a los sacramentos.
Exigencia de padres católicos que reclaman un alto nivel en la educación y formación de sus hijos.
Realización de convivencias, encuentros, retiros, etc., que permiten conocerse a los docentes entre
sí, y a los padres, y favorecer a partir de allí, el encauzamiento de una mejor tarea formativa.
33
Grupos catequísticos colegiales que trabajan en barrios y escuelas.
Bastantes centros educativos carecen de proyecto educativo. Otros, lo tienen formulado de manera
genérica o teórica. A veces no son conocidos por los interesados (padres, docentes, alumnos).
También ocurre en algunos casos que no son asumidos por la comunidad educativa como
compromiso educativo.
Falta nitidez en la identidad de la escuela católica. En muchas de ellas esto se debe a la delegación
de funciones directivas no instrumentadas con la debida preparación para los nuevos roles.
Dificultad para reclutar personal docente preparado para asumir la tarea de una educación
verdaderamente evangelizadora. Falta de motivación de muchos docentes de escuelas católicas
sobre su rol de agentes evangelizadores a través de su tarea profesional.
Carencia de marcos de referencia válidos para los educandos especialmente para adolescentes.
Falta de claridad y coherencia en la transmisión del mensaje evangélico que obstaculizan una
convocatoria fuerte en la asunción de compromisos.
Falta de compromiso por parte de los alumnos, docentes y padres en la entrega de tiempo para la
labor evangelizadora fuera del ámbito colegial.
VALORES
Se da con frecuencia, entre el personal laico de la escuela, un desconocimiento del carisma propio
de la congregación religiosa con la que comparten la tarea educativa.
Existe con frecuencia un desconocimiento de los valores que se proponen como prioridad en el
ideario institucional.
Aparecen a veces, en el ambiente escolar “grupos fuertes” que transmiten antivalores de la familia o
del entorno social: consumismo, discriminación, clasismo, materialismo, sensualismo,
especulación, injusticia, corrupción.
Muchas familias no colaboran con la escuela en la promoción de los valores éticos y religiosos, y
muchas veces, presentan modelos de vida superficiales y consumistas.
Se observa una pérdida del sentido de autoridad, excesivo permisivismo y falencias en la educación
de una libertad responsable.
ORGANIZACIÓN:
Falta, a veces, una buena articulación y una fluida comunicación entre los diversos niveles de un
mismo establecimiento.
La crisis financiera condiciona fuertemente a las escuelas, particularmente a las más carenciadas.
Se observan deficiencias en el proceso de orientación académica y vocacional de los alumnos. a
menudo un excesivo número de alumnos por aula dificulta una atención personalizada
PROYECCIÓN COMUNITARIA:
No se ven demasiados colegios de “puertas abiertas” para alumnos, ex alumnos, padres y docentes;
y se perciben carencias en la formación comunitaria.
35
* La escuela debe proyectarse más a la comunidad circundante. No son conocidas ni valoradas
adecuadamente algunas importantes realizaciones comunitarias de muchas escuelas. Se advierte la
necesidad de una mayor apertura de la comunidad educativa al barrio o la localidad donde ella se
inserta, favoreciendo la participación de los vecinos en las actividades formativas, culturales,
recreativas y religiosas, en cuanto sea posible. Por ejemplo: celebraciones litúrgicas, ayuda fraterna,
conferencias, exposiciones, funciones teatrales, cine-debate, competencias deportivas, etc..
LOS EDUCADORES
Se mantiene aún vigente, pese a las condiciones nada estimulantes, la atracción por la vocación
docente, con todo lo que significa de ilusión, abnegación y entrega.
Hay en muchos docentes preocupación por acrecentar su formación profesional específica, e interés
por participar en cursos de perfeccionamiento docente.
Muchos docentes, iluminan los contenidos de los programas, con las orientaciones del magisterio
de la iglesia.
Un buen porcentaje de educadores encarnan claros conceptos democráticos; son amplios y abiertos
al diálogo; estimulan y canalizan la participación generando actitudes y comportamientos
coherentes en los alumnos.
II
Falta en algunos equipos educativos tomar real conciencia de su identidad como educadores de la
fe, descuidan elementos de gran importancia para la evangelización.
Existe una crisis de VOCACION DOCENTE, lo cual sumado al poco estímulo moral y económico,
y a la crisis de autoridad agrava la situación.
FORMACIÓN Y PERFECCIONAMIENTO:
Se observa que no se crean las condiciones adecuadas para que los docentes de escuelas católicas
asistan a cursos de perfeccionamiento en lo pedagógico, y menos aún, para la concientización de su
compromiso pastoral.
36
Se advierte, aún, un insuficiente número de egresados de magisterios católicos para cubrir las
necesidades.
En algunas comunidades, los docentes laicos no son reconocidos como colaboradores insustituibles
por su peculiar aporte, sino que se los considera simples empleados a sueldo.
Se carece de unificación de criterios para la selección, ingreso y permanencia del personal docente
y auxiliar de las escuelas católicas.
La admisión de nuevo personal que se adhiere al ideario y estilo de cada institución no es asumida
con las debidas precauciones, si bien en ciertos colegios se selecciona al que quiere incorporarse a
la comunidad, no sólo por su preparación profesional sino también por su testimonio de vida
cristiana.
En colegios primarios dependientes de alguna provincia, los docentes son directamente elegidos por
el Consejo General de Educación, por su puntaje. Y los docentes designados muchas veces no
comparten el ideario del colegio y en algunas ocasiones ni siquiera profesan la religión católica;
ante esta situación es difícil llegar a formar una comunidad educativa que tienda al mismo fin. Esta
práctica –felizmente circunscripta a una sola provincia- conculca la esencia de la libertad de
enseñanza.
En ciertos colegios existe el problema de que algunos docentes ingresan al establecimiento por
diversas motivaciones y no se comprometen con el ideario educativo, limitándose a su labor
académica.
37
CONDICIONES LABORALES:
Carencia de una política educativa nacional, que distribuya equitativamente los fondos de la
educación.
Carencia de una retribución justa a los docentes, que permita que el varón pueda dedicarse a la
educación; que los obliga a tener doble turno o cargas horarias que deterioran su salud y calidad
profesional; que ocasiona desgaste psicofísico y perturbación familiar a causa del excesivo trabajo.
PASTORAL DE EDUCADORES:
En algunos colegios los docentes carecen de ayuda para crecer en la fe, ya sea a través de charlas,
debates, lecturas, retiros, y porque no se crea entre ellos mismos un mayor conocimiento, un mayor
espíritu de familia
LOS EDUCANDOS:
I
Se acrecienta el número de jóvenes con inquietudes sociales, políticas, religiosas, económicas.
Los jóvenes reclaman seguridad, buscan su identidad, exigen coherencia, firmeza y autenticidad en
los adultos. Asumen una actitud crítica frente a las fallas de la dirigencia y buscan modelos
auténticos.
Se advierten grupos de jóvenes de los colegios católicos que llevan a cabo iniciativas y actividades
al servicio de la comunidad.
En general los hijos aspiran a la unidad de la familia y una vida más coherente con su misión
transformadora de personas.
II
Muchos alumnos que ingresan a nuestras escuelas no vienen motivados por una formación en la fe,
sino por distintas motivaciones: seriedad en la organización institucional, garantía de orden, nivel
académico, protección frente al medio, proximidad domiciliaria, influencias familiares, prestigio
social.
Hay creciente indiferencia religiosa, cuestionamiento de la institución iglesia. Los educandos sufren
la presión de la sociedad impregnada de secularismo, relativismo, despersonalización, distorsión de
valores que les presentan como normal lo anormal: relaciones pre y extramatrimoniales, aborto,
droga, violencia, permisivismo de todo género.
Los jóvenes experimentan angustia ante: la inseguridad del porvenir; el ambiente adulto
incoherente y manipulador; la crisis económica; la inestabilidad de la familia; la sociedad; la
incomprensión de algunos mayores, la vida sexual emprendida en forma prematura; y por no
encontrar con frecuencia en las comunidades cristianas un ambiente acogedor, alegre y familiar.
Indiferencia –y a veces rechazo- de la escuela católica de muchos jóvenes a medida que crecen,
sobre todo en el período crítico de la primera adolescencia, sin un adecuado acompañamiento de
asesores o tutores. Falta de profundidad y adecuación a la edad, de las prácticas piadosas dentro de
la escuela.
Carencia de argumentos doctrinales frente a otros compañeros para dar razones de su creer y actuar.
Lo mismo frente a la creciente prédica de agentes propagandísticos de las sectas que invaden
nuestro medio.
Una buena parte de los egresados de los colegios católicos no están formados adecuadamente para
insertarse en la realidad socio-cultural. Les falta fuerza de convicciones para afrontar las exigencias
que supone una opción cristiana de vida. Buena parte de ellos salen reacios a la participación
política y gremial. Falta de espacios más concretos para la participación de la juventud.
La ciudad atrae a los jóvenes del interior, por la falta de propuestas válida en sus medios (falta de
trabajo, institutos con salida laboral, educación superior) y a los que quedan, el ambiente los
absorbe, disminuyendo en ellos, el interés de superación.
Hay muchos jóvenes desorientados que no son ayudados por su familia, ni por los docentes.
39
Muchas veces los alumnos no tienen la oportunidad ni se sienten atraídos a vivir más en el colegio,
en la práctica de actividades extraprogramáticas. El número de egresados insertos en movimientos
de apostolado de la iglesia es aún muy reducido.
Tienen dificultades para manejar su propia libertad: caen en la dependencia del status, de las modas
y, queriendo ser independientes, se masifican, repitiendo slogans y frases hechas.
Demasiados jóvenes carecen de una escala de valores objetiva y concreta, y a la vez buscan su
identidad. Apoyan la fe más en sentimientos y manifestaciones masivas que en adhesión a las
consecuencias de una fe encarnada en la vida.
LA COMUNIDAD EDUCATIVA
Vivencia creciente de valores evangélicos: respeto, justicia, caridad, amistad, libertad, solidaridad y
participación.
Comunidades educativas que integran cada vez más el orden y la disciplina en un ambiente de
comprensión, libertad responsable y participación.
Mayor conciencia de la necesidad de apertura al cambio, educativo, en función de dar una respuesta
adecuada a la realidad del educando, de la sociedad, de la cultura y de la realidad circundante.
Comunicación más espontánea, diálogo, acercamiento e integración entre todos los estamentos de
la comunidad.
Participación cada vez más acentuada de todos los estamentos en la elaboración del Proyecto
Educativo.
Se percibe un ambiente familiar de amistad y colaboración cada vez mayor en las instituciones
educativas.
Existencia de familias, docentes y alumnos que manifiestan deseos de participar, ya sea a través de
profundizaciones de temas de índole religiosa, ya en la práctica de la oración, ya en la elaboración
concreta del proyecto educativo.
40
II
Las relaciones interpersonales no son siempre enfocadas bajo signos evangélicos, ya que con
frecuencia son pobres en cuanto a convivencia, testimonio y compromiso.
Entre los distintos estamentos de la comunidad educativa, no siempre se ponen de relieve efectivos
canales de participación.
Discontinuidad en los horarios de profesores que por razones de índole económica, y como
consecuencia de la organización escolar nacional deben desarrollar sus tareas en distintos
establecimientos.
A veces se advierte falta de grandeza, hecha de verdad y humildad para aceptar críticas
constructivas.
Escaso conocimiento, integración, mutuo aprecio y reconocimiento de los distintos sectores (pre-
primario, integración, secundario) que trabajan en una misma comunidad educativa.
Pocos encuentros entre los distintos componentes de la comunidad educativa para favorecer el
conocimiento y aprecio mutuo, la animación, el crecimiento humano y espiritual de todas y cada
una de las personas de las comunidades.
En cuanto a las normas se detectan que no siempre están claras las formas de participación y los
modos adecuados de comunicación, así como también la función que corresponde a cada uno de los
estamentos de la comunidad educativa.
41
Falta a veces un verdadero ejercicio de comunión y participación que permita, respetando los roles
de cada estamento, crear un auténtico ambiente positivo, donde se analicen fraternalmente los
problemas y se encaren comunitariamente las soluciones.
Las relaciones interpersonales se dificultan con frecuencia por la indefinición de roles y canales
poco claros de comunicación. Falta integración entre padres y docentes. La no concentración de las
tareas de éstos, en un mismo establecimiento impide mayor compromiso y participación en
actividades extraprogramáticas.
Los miembros de la comunidad educativa realizan muchas veces una acción pastoral aislada, en
soledad, sin el necesario apoyo de directivos y compañeros.
CULTURA Y EDUCACION:
Promover una cultura que resalte cada vez más la dignidad de la persona, su respeto y su defensa es
decir una cultura que tienda efectivamente a la promoción de la vida humana.
Valorar todo trabajo humano, donde el hombre con su inteligencia y con sus manos, ayudado por
los recursos de la técnica o el arte, tienda a perfeccionar la creación, educándose a sí mismo y
sirviendo a sus hermanos.
Capacitar para comprender los signos de nuestro tiempo y percibir las señales del futuro, para que
el educando se inserte en la propia realidad histórico social y la transforme con la fuerza del
Evangelio.
Fomentar las virtudes y hábitos de convivencia democrática. Destacar a las personalidades que
procuran elevar el nivel ético, cultural, estético, científico y étnico de la población.
Revalorizar, promover y evangelizar la cultura nacional, rescatando el ser argentino en sus raíces
cristianas, acervo común que nos identifica con nuestros hermanos latinoamericanos.
Valorar y asumir las culturas aborígenes en su realidad actual y como patrimonio provincial,
regional y nacional.
Procurar una presencia católica digna y eficaz en los MCS y testimoniar el modelo de hombre y de
la sociedad que se propicia. Aprovechar para tal fin los espacios que ofrecen la legislación nacional
y provinciales.
42
Implementar programas y espacios en forma creativa y sistemática, a través de un organismo que
nuclee la acción eclesial en los MCS con intervención protagónica de los laicos.
Promover una formación sistemática sobre MCS para agentes de pastoral educativa.
Educar a los niños y jóvenes en el uso de los MCS, de tal manera “que les permita discernir los
programas y madurar en su condición de usuarios responsables de la comunicación”.
Intensificar las relaciones con la oficina de MCS de la diócesis para intercambiar ideas,
experiencias y materiales propios.
Crear la oficina de MCS en las diócesis que no la tienen para que, junto a otros fines, contribuya al
Proyecto Educativo Nacional.
Promover las actividades docentes estudiantiles dentro del marco de difusión de las escuelas
(periódico, radio en los recreos, etc.).Canalizar la actividad de los alumnos teniendo en cuenta sus
intereses y aptitudes.
LA PARROQUIA
Hacer de la parroquia:
Formar una comunidad parroquial comprometida que permita al párroco asumir plenamente su
misión pastoral, y elaborar una pastoral interna de conjunto que integre los esfuerzos de las
asociaciones parroquiales, colegios, comunidades religiosas, y evaluar su aplicación
periódicamente.
Para ello:
- Formar los grupos de catequistas necesarios para cubrir las distintas etapas cronológicas de la vida
con el fin de que sea una realidad la catequesis permanente.
- Crear centros de catequesis para niños y jóvenes en escuelas no confesionales.
- Ofrecer en las escuelas no confesionales, conferencias y encuentros para la comunidad educativa.
- Difundir los documentos del Magisterio de la Iglesia y favorecer su profundización.
Formar grupos juveniles donde se integren jóvenes de escuelas católicas y no católicas y darles
pronta cabida en la comunidad parroquial; promover los agentes de cambio y formar escuelas de
líderes juveniles.
Promover una pastoral vocacional amplia: laical, matrimonial, sacerdotal y religiosa, y cultivar la
vocación y misión específica de las asociaciones y movimientos parroquiales, y de cada uno de sus
miembros.
LA FAMILIA:
Dar especial importancia a la pastoral familiar, porque de la familia, “Iglesia doméstica”, depende –
en gran parte- la evangelización de la sociedad. Procurar que la familia cristiana acoja el Evangelio
y madure en la fe para llegar a ser comunidad evangelizadora de sí misma y del ambiente en que
vive.
44
Apoyar permanentemente a los padres para que asuman con responsabilidad, su misión de
primeros y principales educadores.
Promover un profundo espíritu de comunión entre sus miembros; cultivar en todos y cada uno: el
espíritu de fe, la comprensión, el diálogo, el perdón, la tolerancia, el amor.
Estimular el diálogo sereno, confiado y alegre entre los miembros del grupo familiar:
- Buscar y crear momentos para el diálogo (que sea oportuno y con actitud de apertura).
- Revalorización de la figura del padre a través de su presencia física en el hogar.
- Interés por las actividades de los hijos (juegos, salidas, visitas)-
- Organización de los tiempos laborales para colaborar con los deberes de los hijos.
- Compartir actividades con los hijos en los momentos libres.
- Dar obligaciones a los hijos, a fin de que tengan responsabilidades acorde a su edad.
Los padres deberán ser coherentes en el decir y el obrar, orientando a sus hijos desde una escala de
valores cristianos, no apartándose de la realidad circundante.
Acompañar la maduración afectivo-sexual de los hijos, con el fin de educar para el amor y la vida.
Buscar las formas más apropiadas para que los padres se sientan llamados a asumir la
responsabilidad en la tarea educativa, participen activamente en la comunidad y valoren la
colaboración que les brinda la escuela y la parroquia.
Participar en cursos de formación que les permitan desarrollar el juicio crítico ante los MCS e
interpretar su lenguaje a la luz del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia.
* Asumir con responsabilidad la opción escolar hecha para los hijos, y lograr así la
coherencia que debe existir en el pensar, decir y obrar entre la familia y la escuela.
Conocer el ideario del colegio, comprometerse con sus objetivos, y asumir en plenitud un papel
protagónico en la comunidad educativa. El colegio, debiera favorecer el protagonismo de los padres
en la comunidad educativa por su condición de primeros y principales educadores.
Concientizar a los padres sobre sus obligaciones intransferibles. Ayudar a su capacitación. Formar
equipos de laicos comprometidos que preparen y desarrollen los temas más solicitados.
Unión de padres:
Formar Uniones de padres en los colegios que no las hayan implementado aún, a fin de que escuela
y familia actúen en estrecha colaboración.
45
- Discernir los modos más apropiados para profundizar el encuentro y el diálogo en la relación
padres – hijos.
- Tomar conciencia del rol que les compete en la comunidad educativa y vivirlo.
Revitalizar su funcionamiento para que sea dinámico y efectivo, y de este modo volcar su acción
evangelizadora hacia las familias para que asuman su responsabilidad principal en la educación de
los hijos.
Alentar a los padres para que, integrándose a la comunidad educativa, participen en la elaboración,
actuación y evaluación del Proyecto Educativo del Colegio.
Brindar por parte del colegio a la Unión de Padres apoyo espiritual, privilegiando para ello, la
presencia de asesores espirituales de la comunidad, de modo que puedan ser eficaz instrumento en
la integración de las demás familias al proyecto educativo de la institución. Dar prioridad a su labor
formativa antes que promover la acción cooperadora en el orden material de la institución.
Sensibilizar a las Uniones de padres para que colaboren con las familiar más necesitadas de la
comunidad.
Impulsar a participar en cuestiones civiles y eclesiales con actitud de servicio y a asociarse a las
Federaciones Congregacionales, Diocesanas, y a través de ellas a CUPFRA.
Escuela de Padres:
Facilitar a los padres charlas que les permitan realizar la justa evaluación de los cambios socio-
culturales de hoy a la luz del Evangelio y que les brinden la iluminación necesaria para optar
oportunamente. Es de desear que se instrumente en cada escuela de nivel inicial, primario o
secundario la escuela de padres.
Organizar la escuela de padres en forma programática, siguiendo un temario definido pero que al
mismo tiempo se renueve posibilitando que los padres, progresiva y sistemáticamente, vayan
insertándose en su función educadora, que atienda tanto a los requerimientos de sus hijos, como a la
realidad en la cual vive la familia.
Los agentes de la escuela de padres deberán ser los propios docentes, ya que ellos conocen por su
tarea cotidiana, las necesidades concretas de los educandos y, en consecuencia, las necesidades que
a través de los mismos experimentan los padres.
Para poder enfrentar esta misión nueva, los educadores docentes deben recibir la adecuada
capacitación en sus respectivos profesorados.
Tomar conciencia de que el espacio ocupado por la prensa, la radio, el cine y la TV deformante, lo
ha sido principalmente por la actitud pasiva, el permisivismo y la inacción de quienes aún podemos
recuperar presencia en tan importantes vehículos de penetración y difusión para una
evangelización.
46
Unir esfuerzos con los demás padres de las escuelas católicas para influir positivamente en ese
ámbito.
Implementar sistemas o métodos operativos que determinen una mayor inserción del mensaje de la
iglesia en los medios de comunicación social.
LA ESCUELA CATÓLICA:
Realizar un diagnóstico de la realidad de cada zona, de sus necesidades y de los recursos de las
instituciones zonales. Tener en cuenta la realidad cultural regional al formular el proyecto educativo
institucional.
Hacer de la escuela una COMUNIDAD QUE ENCARNE LOS VALORES cristianos, éticos y
morales, para lograr un ambiente de FE Y VIDA.
Crear un clima de libertad responsable para favorecer la personalización del educando; orientarlo
hacia la autodisciplina, en un ambiente de caridad en el que todos puedan ser escuchados y tenidos
en cuenta.
Procurar que la capilla se convierta en el centro de la vida escolar, haciendo de ella un sitio
convocante y familiar, donde los jóvenes sientan la alegría del encuentro con el Señor.
Promover una educación sexual prudente, oportuna y veraz como parte integrante de la educación
para el amor, que hará descubrir la belleza de éste y el valor y dignidad humana de cada sexo.
Brindar una pastoral orientadora para tratar los casos de alumnos con situaciones familiares
irregulares o problemas personales graves, como embarazo y drogadicción. Dar importancia al
análisis de estos temas a nivel diocesano.
47
Coordinar la tarea de la Unión de Padres de Familia y la Parroquia para realizar acciones de apoyo
a las instituciones responsables de la minoridad.
Desarrollar temas de formación juvenil que pueden ofrecerse a gremios, uniones vecinales o clubes.
Recuperar los valores formativos del deporte y educar para el uso adecuado del tiempo libre y la
recreación.
Crear la Comunidad eclesial en la cual actúen los religiosos y laicos en íntima relación con el
capellán y el animador de pastoral.
Crear un clima donde el conocimiento y el respeto del carisma e ideario del colegio, enriquecido
por el testimonio de los religiosos, ilumina toda la tarea educativa.
Organización:
Elaborar una planificación a corto, mediano y largo plazo, para proponer valores y revertir
antivalores.
Promover la educación del departamento de educación en la fe, para que ilumine toda la actividad
educativa a la luz de la doctrina de la iglesia.
Favorecer la creación de consejerías de curso u otra forma válida, para la atención personalizada del
alumno.
48
Promover la formación de centros de orientación psicopedagógica y vocacional, así como la
asistencia a la comunidad educativa.
Procurar la participación real de todos los miembros de la comunidad educativa, de acuerdo con las
características de la escuela, cada uno según su rol específico, y para ello, crear adecuadas
estructuras de participación.
Actualizar los métodos en las distintas disciplinas científicas y en la catequesis; apuntar a una
formación profunda que permita el logro efectivo de fines y objetivos de la escuela católica.
Admisión:
Hacer que la opción de los padres por el Proyecto Educativo del colegio sea uno de los requisitos
esenciales para el ingreso del alumno.
Prestar especial atención y procurar una solución evangélica a los casos de:
- alumnos repitentes, considerando su situación personal.
- Los hijos de padres que son trasladados.
Evaluación:
Promover entre todos los miembros de la comunidad educativa la evaluación periódica del proyecto
educativo para avanzar sobre los aciertos y rectificar los errores.
LA COMUNIDAD EDUCATIVA:
Poner en marcha para el logro de una verdadera comunidad educativa un proceso con las siguientes
características:
Elaborar, actualizar, aplicar y evaluar el Proyecto Educativo con todos los miembros de la
comunidad educativa.
49
Compatibilizar el mínimo normativo de la estructura escolar como márgenes de libertad y
creatividad.
una constante atención al entorno socio-cultural, económico y político, que proporcione los
Prestar
datos precisos para responder a las necesidades reales de los alumnos y prepararlos para la vida,
como así también para proyectar la acción evangelizadora y servicial de la comunidad educativa
pastoral al medio socio-cultural.
Informar a los aspirantes a cargos docentes, de los objetivos de la institución y del reglamento
vigente en la misma, para que en el caso de no compartirlos, no se incorporen a la unidad escolar.
Celebrar anualmente en todas las comunidades educativas “El Día de la Familia”, en el que
participen alumnos, padres y docentes.
EL EDUCADOR:
Formación:
Esclarecer a los aspirantes a la docencia las exigencias y aptitudes básicas que requiere el ejercicio
de dicha vocación.
Agudizar la capacidad de escucha y reflexión que le posibilite dar respuestas a las necesidades
reales de los alumnos acordes al espíritu evangélico.
Capacitar a los futuros docentes para que puedan insertarse como promotores de la cultura regional
o zonal en las distintas áreas (urbanas, rurales) en las que ejerzan su tarea.
Prepararlos desde el punto de vista pedagógico para que sean capaces de lograr el desarrollo
integral de los alumnos, aún el de aquellos con particulares dificultades.
Prepararlos para impartir conocimientos agrícolas, ganaderos, etc. aplicables según la zona donde
les toque actuar.
Lograr que los institutos católicos de formación docente tengan una jerarquía académica tal que los
conviertan en excelentes centros de perfeccionamiento.
Perfeccionamiento:
Acentuar la presencia y capacitación para docentes de las zonas rurales, evitando el aislamiento.
50
Actualizar a los educadores en los contenidos de los documentos sobre la educación católica.
Fomentar el sentido crítico y la creatividad en la tarea docente, atendiendo a los signos de los
tiempos, a la raíz cultural cristiana de nuestra nacionalidad y a las transformaciones de la realidad
educativa.
Capacitar al docente para que se incorpore en la metodología de las distintas disciplinas el uso de
las técnicas y recursos de los MCS.
Tener en cuenta que la presencia del personal fuera del horario escolar, podría llevar deterioro de la
propia familia y que es necesario ponderar adecuadamente esta circunstancia.
Responsabilidad:
Trabajar para que todo el personal se sienta integrado a la comunidad y responsable del testimonio
de vida evangélico que la misma debe dar.
Admisión:
Tener en cuenta el perfil del educador propuesto en el ideario del Proyecto Educativo al nombrar a
un docente en una institución católica
En la selección del personal que se incorpora a cada comunidad marcar el acento en estos
requisitos:
Elaborar un estatuto del docente privado que contemple sus derechos y deberes en la relación
laboral y profesional y la homologación de todos aquellos cargos que cumplen función docente
(catequistas).
Clarificar las opciones sindicales y estimular el compromiso sindical del docente católico.
Procurar la concentración horaria del docente secundario que le permita mayor presencia en el
establecimiento.
Testimoniar a los docentes y al resto de la comunidad educativa las virtudes humanas y cristianas.
Colaborar con las autoridades del Instituto que corresponda, en la selección del personal docente y
auxiliar. Tener en cuenta las convicciones personales, los títulos y los antecedentes que los
capaciten en la función asignada y el grado de compromiso que deben cumplir.
Cuidar la formación catequística del personal docente, así como también la clarificación del ideario
y carisma de la congregación.
Promover una revisión permanente de planes, programas y textos y una reflexión interdisciplinaria
alrededor de ejes integradores junto con los coordinadores de departamentos de materias afines.
Acompañar a los docentes que recién se inician: brindarles estímulo, ayuda y orientación.
Tener criterios claros, desde el punto de vista doctrinal, para la selección de los textos escolares que
habrán de usarse en los diversos cursos.
EL EDUCANDO
Valores
Asumir positiva y serenamente la propia realidad humana con todas sus potencialidades y límites
(físicos, sexuales, afectivos, espirituales,...); valorar y desarrollar los propios dones.
Procurar la formación integral con una sólida fundamentación filosófica que le permita comprender
y evaluar en profundad los problemas de nuestro tiempo.
Estimular a través del curriculum, el saber interdisciplinario, para responder a las grandes
cuestiones del hombre en sus relaciones consigo mismo, con la naturaleza, con los otros y con Dios.
52
Ejercitar la inteligencia fomentando las distintas formas del razonamiento y la creatividad. Buscar
su desarrollo, no sólo en temas científico-técnicos sino también en el campo de los valores morales
y espirituales.
Incentivar la búsqueda constante de la verdad para evitar todo tipo de manipulación ideológica.
Procurar lograr una adecuada formación humana para evitar la deshumanización propia de nuestro
tiempo.
Estudiar objetivamente la historia argentina para que, al conocer en profundidad nuestro pasado, se
pueda participar conscientemente en la vida política.
Descubrir la importancia del adecuado empleo del tiempo libre y actuar en consecuencia.
Tomar contacto con la naturaleza para percibir la obra creadora de Dios a través de la belleza de las
cosas simples.
Estimular la sensibilidad ante los valores estéticos y desarrollar las aptitudes que permitan expresar,
a través de ellos, la propia interioridad.
Resaltar los valores espirituales que permitan a la persona vivir de tal manera que el tener no
ahogue el ser.
Impartir mayor formación teológica para iluminar y enfocar adecuadamente los problemas actuales
y aportar posibles vías de solución.
Analizar con seriedad las corrientes ideológicas modernas en los cursos superiores, a fin de tener
los argumentos necesarios para dar firmes razones de su fe en el ámbito universitario y en la vida en
general.
53
Autonomía – libertad – responsabilidad
Educar a los alumnos en el diálogo para la convivencia. Concretar espacios de participación.
Capacitarlos para las opciones personales que les permitan su realización y ejercer la libertad como
agentes de cambio y desarrollo.
Permitir a los alumnos desenvolverse con libertad, que no sólo les deje hacer, sino sobre todo “ser”.
Favorecer la creación de hábitos de orden, de respeto y cuidado por las cosas materiales del colegio
como propia pertenencia.
Trabajo:
Privilegiar la educación para el trabajo presentando los valores que les sean inherentes y
ayudándolos a asumirlos.
Lograr que el alumno tome conciencia que todo aprendizaje implica un esfuerzo y un programa de
trabajo.
Promover el hábito de experimentar la alegría del esfuerzo realizado y el gusto por el trabajo bien
hecho.
Educar al joven para que comparta y administre los bienes como bien común que Dios regala a la
Comunidad.
Asociacionismo:
Apoyar actividades por las cuales los centros de estudiantes participen y se integren solidariamente
a la tarea común de promoción y evangelización.
Orientación:
Ayudar al alumno a descubrir en el plan de Dios su vocación específica que le permita plenificarse
e insertarse en la transformación del mundo.
Brindar orientación ocupacional que permita al joven relacionar su hacer con el propio proyecto de
vida.
Implementar para la orientación vocacional las denominadas “aulas vocacionales”, con el objeto de
desarrollar actitudes específicas y despertar intereses.
Promover una orientación vocacional que imprima en nuestros egresados –futuros profesionales. El
sello de profesionales católicos y posibilite el descubrir vocaciones sacerdotales y religiosas.
Ex -alumnos:
Promover los centros de exalumnos como lugar de encuentro de éstos con la comunidad educativa
para la prestación de servicios mutuos.
Apoyar a los más jóvenes, ayudándolos a insertarse especialmente en el mundo del trabajo y en la
Universidad.
Propiciar a través del centro de Exalumnos, la formación de una “bolsa de trabajo” a nivel nacional.
Fin
Favorecer la unidad y la convergencia en la animación de la educación católica de la Argentina
Niveles:
1.- Diocesano: JUNTAS DIOCESANAS DE EDUCACION CATOLICA
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1. JUNTAS DIOCESANAS DE EDUCACION CATOLICA
Asesorar al S. Obispo sobre la realidad educativa de la Diócesis, para la elaboración del Proyecto
Educativo diocesano, y para clarificar e implementar una adecuada articulación de la pastoral
educativa, con la pastoral orgánica de conjunto.
Delimitar y actualizar las zonas de trabajo, de promoción y evangelización para atender a los
sectores que necesitan más auxilio material y espiritual.
Realizar reuniones periódicas interniveles para estudiar temas referentes al ámbito educativo,
pastoral y a la formación permanente.
Extender la pastoral educativa a los docentes católicos de las escuelas estatales, así como a los
alumnos que concurren a las mismas y a sus padres.
Crear gabinetes psicopedagógicos por diócesis, los que con orientación católica asistan a los
miembros de las comunidades educativas como apoyo a la concreción del Proyecto Educativo
Católico.
Propiciar, donde no existe la creación de colegios secundarios católicos en lugares donde no hay.
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2.- CONSEJOS PROVINCIALES DE EDUCACION CATOLICA
Coordinar y asesorar las experiencias y las innovaciones educativas de las distintas diócesis.
Difundir y orientar con respecto a los avances científico-técnicos y de las ciencias de la educación.
Informar sobre las resoluciones emanadas de los Ministerios de educación de las Provincias.
Velar por el derecho de la libertad de enseñanza y hacer efectivo el diseño curricular de cada
institución.
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Lograr mayor fuerza de opinión de los Consejos y del CONSUDEC en las decisiones de orden
público.
Reclamar en todas las provincias la unificación de criterios en el ejercicio del irrenunciable derecho
de los colegios privados a nombrar su personal docente.
Tramitar ante las autoridades que corresponda la incorporación del capellán en la planta funcional.
Crear un banco de datos que proporcione información sobre instituciones y profesionales que
atienden a los discapacitados.
Organizar una encuesta que permita el relevamiento de la situación comunicacional relacionada con
el consumo de los medios locales y regionales utilizando la revista CONSUDEC para su
implementación, con la colaboración de los organismos especializados en el tema, ya existentes.
Informar a las escuelas católicas sobre la existencia de institutos, equipos y centros especializados
en comunicación, que pueden abastecer, en gran parte, las necesidades que surgen de la
incorporación del tema de la comunicación al Proyecto Educativo Católico.
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Presentación 2
I IDEARIO 4
Visión de hombre 4
Visión de mundo 4
Visión de sociedad 5
-Estado y educación 5
Visión de cultura 6
-Cultura e Iglesia 6
-Cultura y educación 6
Visión de Iglesia 7
-Iglesia y educación 7
-Iglesia evangelizadora 7
-Parroquia 8
-Pastoral juvenil 9
-Pastoral de educadores 9
Educación católica 9
-Fin de la educación 9
-Formación integral 9
-Promoción de valores en la educación 10
-La familia primera educadora 11
-Educación permanente 12
-Educación popular 13
Educación católica 13
Funciones y perfiles 15
De los miembros de la Escuela Católica
-La entidad promotora 15
-El representante legal 15
-El directivo 16
-El coordinador de la animación pastoral. 16
-El catequista 17
-El docente 17
-El personal administrativo 18
-El personal auxiliar 18
-El alumno 19
-Los padres 19
-Los ex –alumnos 19
La Comunidad educativa escolar 20
ELEMENTOS PARA UN DIAGNOSTICO 23
-I Logros y fuerzas de crecimiento 23
-II Problemas, falencias y desafíos. 23
Ámbito cultural social 23
-Identidad nacional 23
-Antivalores 24
-La política 24
-Lo social 24
-Lo económico 25
* Ámbito eclesial 25
Catequesis 27
Ámbito Educativo 29
Ámbito Familiar 30
-Relaciones intrafamiliares 31
-Familia y sociedad 31
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-Familia y comunidad educativa 32
-Catequesis familiar 32
-Unión de padres 32
La escuela católica 32
-Valores 35
-Organización 35
-Proyección comunitaria 35
Los educadores 36
-Formación y perfeccionamiento 36
-Participación en la Comunidad educativa 37
-Criterios de selección 37
-Condiciones laborales 38
-Pastoral de educadores 38
Los educandos 38
La comunidad educativa 40
La escuela católica 47
-Sacerdotes-Capellanes-Religiosos 48
-Organización 48
-Admisión 49
-Evaluación 49
La comunidad educativa 49
El educador 50
-Formación 50
-Perfeccionamiento 50
-Responsabilidad 51
-Admisión 51
-Aspectos Laborales 52
-Docentes en función directiva 52
El Educando 52
-Valores 52
-Autonomía –Libertad – Responsabilidad 54
-Trabajo 54
-Asociacionismo 54
-Orientación 55
-Ex –alumnos 55