36 || Clarin || ZONA || DOMINGO 28 de febrero de 2010

Zona a fondo

hamurabi noufouri arquitecto e historiador

DAVID FERNANDEZ
Fabián Bosoer
fbosoer@clarin.com

La asociación entre
la cultura árabe y “lo
exótico” viene de muy
atrás en la historia y
sigue en parte vigente,
pero tiene poco que
ver con cómo se
conformó la sociedad
argentina a partir de la
inmigración.

E
sta conversación arranca con
una historia de película, reve-
ladora de aspectos tan singu-
lares de la historia de la inmigra-
ción en nuestro país. Es la de un
joven de origen sirio, el menor de
catorce hermanos, que llegó a Bue-
nos Aires en barco, procedente de
Beirut en los años 30, a los 17. Tra-
bajó como comerciante, se sumó a
la compañía de Alberto Migré co-
mo actor de radioteatro, conoció a
Evita, Perón lo envió con las cartas
de reconocimiento de nuestro país
a la República Arabe Siria, recién
independizada. Se casó y regresó a
la Argentina, donde se diplomó en rasgos distintivos. ”Hoy sabemos que esta diversidad forma parte de nuestra riqueza como sociedad, de nuestra identidad”. dice noufouri
ciencias políticas mientras siguió

“Los árabes fueron los

atendiendo en el mostrador de su
bazar en el barrio de San Cristóbal
y tuvo participación en gestionar
el apoyo de los países árabes al re-
torno de Perón al país. Se llamaba
Faysal Noufouri.

primeros en concretar
Su hijo Hamurabi, arquitec-
to de formación e historiador de
vocación y profesión, dirige ac-
tualmente la primera Maestría
en Diversidad Cultural, que fun-

aquí las ideas de Alberdi ”

ciona en la Universidad de Tres
de Febrero (Untref), en su sede
del Centro Cultural Borges, de
la cual fue creador junto con Da-
niel Feierstein. Es autor de varios
libros y capítulos de libro; entre
ellos, “Sirios, libaneses y argenti-
nos: Fragmentos para una historia
de la diversidad cultural argentina”
(2004), “Del Islam y los árabes:
Acerca de la percepción argentina
de lo propio y lo ajeno” (2001), “Ti-
nieblas del crisol de razas: ensayo
sobre las representaciones sim-
bólicas y espaciales de la noción
del ‘otro’ en la Argentina” (1999)
y “Nociones de estética arábiga y
mudéjar” (1998).
– ¿De dónde proviene la relación
entre la cultura árabe y lo exótico o
extraño en la cultura occidental?
– Tiene raíces antiguas, se remon-
ta a las fuentes griegas y romanas.
Es la idea de que los límites de la
ciudad eran al mismo tiempo los
límites de la cultura; por lo tanto
lo nómade era la representación
de la “no cultura”, de la barbarie.
Eso dejó una marca muy fuerte.
– ¿Qué se transfiere a América con
la Conquista española?
– Sabemos que la Conquista de
Señas particulares:
nacionalidad: argentino
actividad: director de la
maestria en diversidad
cultural de la untref
Profesor visitante en las Univer-
sidades de Salamanca, Granada,
Autónoma de Madrid, Montpe-
llier, Damasco y Alepo (Siria)
América y la evangelización de los
indios se narró como una exten-
sión de la Reconquista de España
frente a los moros. Luego, estas
representaciones llegan a Améri-
ca por dos vías: el pensamiento
eurofílico liberal de los fundado-
res (Echeverría, Alberdi, Sarmien-
to) y el pensamiento conservador
hispanófilo, que exponen Martín
Noel o Sánchez Albornoz, entre
otros. Ellos construyen una sen-
sibilidad asimétrica, un “orien-
talismo” argentino, que lo que
hace es definir lo propio, lo que
es occidental, por oposición. Esto
es: lo que no somos nosotros, eso
es lo oriental. Un ejemplo claro
de esto está en los manuales ar-
gentinos. Uno de una editorial
muy reconocida, para alumnos de
diez años, dice lo siguiente: “Es-
tos edificios son muy sencillos en
el exterior y muy decorados en el
interior. Como el Corán prohíbe
la representación de formas vivas
(hombres, animales), los musul-
manes crearon un tipo de deco-
ración que nosotros conocemos
con el nombre de arabesco”. Este
“nosotros” queda definido como
“no islámico”.
– ¿Sarmiento había hecho algo pa-
recido en Civilización y barbarie?
– Sarmiento compara al gaucho
con el beduino, a los malones con
las algazaras de los beduinos ar-
Sarmiento compara al
gaucho con el beduino,
a los malones con las
algazaras de los beduinos
argelinos. Es el modelo de
barbarie que se opone a
la civilización y que va a
legitimar la Conquista
gelinos. Es el modelo de barbarie
que se opone a la civilización y es
el que va a legitimar la Conquista
del Desierto y el exterminio de los
indios. Si el orientalismo fue una
máquina ideológica o de conoci-
miento que permitió la expansión
colonial, en la Argentina se usó
como legitimación, como herra-
mienta de construcción del otro,
de esa población que incluso con-
tando todas las poblaciones indí-
genas que había en los 3 millones
de km cuadrados, en esa época
no eran más de 200.000 perso-
nas. Pero los padres fundadores
concluyeron que esa población
no servía para fundar un país. No
alcanzaba cuantitativamente, y
cualitativamente era una mezcla
árabe-romana, mestizada con lo
indio, que nos había dado como
resultado la “barbarie rosista”. En
Conflicto y armonía de las razas
en América, que es la continua-