Las prácticas de liderazgo directivas se refieren a las habilidades y técnicas

que los líderes utilizan para dirigir y gestionar a su equipo y organización

de manera efectiva. Estas prácticas se centran en la capacidad del líder
para establecer objetivos claros, comunicarse eficazmente, motivar a los
empleados, tomar decisiones informadas y liderar el cambio.
Algunas de las prácticas de liderazgo directivas más importantes incluyen:

Establecimiento de objetivos: Un líder directivo debe ser capaz de

establecer objetivos claros y específicos para su equipo. Esto implica
definir claramente qué se espera del equipo y cómo se medirá el éxito.

Comunicación efectiva: La comunicación clara y efectiva es esencial para el

éxito de un líder directivo. Esto implica ser capaz de transmitir información
de manera clara y concisa, escuchar activamente y proporcionar
retroalimentación constructiva.

Motivación: Un líder directivo debe ser capaz de motivar a su equipo y

crear un ambiente de trabajo positivo. Esto implica reconocer el trabajo
duro y brindar oportunidades de crecimiento y desarrollo.

Toma de decisiones informadas: Un líder directivo debe ser capaz de

tomar decisiones informadas y basadas en datos. Esto implica la capacidad
de analizar información y evaluar las opciones disponibles antes de tomar
una decisión.

Liderazgo del cambio: Un líder directivo debe ser capaz de liderar el

cambio y adaptarse a los desafíos cambiantes del mercado y la industria.
Esto implica ser proactivo y estar dispuesto a tomar riesgos calculados
para lograr los objetivos de la organización.