1. Introducción: Estas palabras vinieron de la boca del patriarca Jacob. Hablar
del contexto. 2. La muerte es segura. Sal. 90:10; Job 14:1-2; Stg. 4:14; Heb. 9:27. 3. La muerte es algo que beneficia al hombre . (1) No era bueno que el hombre viviera para siempre en un estado de pecado y rebelión, sufriendo eternamente las consecuencias de esos pecados aquí en la tierra. Por esto el hombre es expulsado del jardín de Edén (Gén. 3:22-24). (2) La tierra no está diseñada para ser el hogar eterno del hombre (Ecl. 12:7; 2 Cor. 5:1). Job hablando de la muerte, dice: Pues ahora estaría yo muerto, y reposaría; dormiría, y entonces tendría descanso… Y allí descansan los de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; no oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, y el siervo libre de su señor (Job 3:13, 17-19). (3) Estos cuerpos nuestros no están adaptados para ir al cielo. La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios (1 Cor. 15:50). Él nos dará un nuevo cuerpo semejante al de Su Hijo (Fil. 3:21). (4) Fil. 1:21; Sal. 116:15. (5) Hay una fábula que cuenta que las personas de todas las naciones se reunieron y le solicitaron a la muerte que cesara sus labores en la tierra. La solicitud fue concedida. Los jóvenes se hicieron ancianos. Los ancianos se hicieron mucho más ancianos. Los enfermos se enfermaron aún más. Aquellos que se retorcían de dolor no tenían un escape de su miseria. Las cargas del hombre se volvieron cada día más pesadas. La tierra se sobrepobló. La gente nacía, pero no moría. La vida se volvió insostenible. Así que las personas se volvieron a reunir y acordaron solicitarle a la muerte que retomara su trabajo. Moraleja: En este mundo debemos tener la muerte para tener la vida. 4. Lo que sea que pretendamos hacer, debemos hacerlo antes de morir . (1) Sal. 6:5. (2) Ecl. 9:10. Tres preguntas surgen de este último versículo. A. ¿Qué? “Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo” ―lo que sea necesario hacer en esta vida. B. ¿Cómo? “…según tus fuerzas”. Ponga diligencia y esfuerzo. Hágalo de todo corazón. C. ¿Por qué? “…porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría”. Este período de pruebas que experimentamos ahora, terminará para siempre. Y después de esta vida no habrá acciones o cualidades que restauren al pecador su relación con Dios, a menos que haya guardado los mandamientos de Dios de manera fiel ahora, mientras está en el cuerpo. 5. La historia del rico y Lázaro (Luc. 16:19-31). (1) Ni los salvos ni los perdidos van a un lugar como El Purgatorio. No existe El Purgatorio. (2) El rico seguramente en vida quería ir al cielo, pero nunca se interesó en la preparación necesaria y allá donde alzó los ojos, ya era demasiado tarde. Amós 4:12. (3) El rico quería convertirse en un ganador de almas, pero ya era demasiado tarde. (4) Él esperó demasiado para escuchar la Palabra de Dios. 6. “Ahora” y “hoy” son grandes palabras en la Biblia (2 Cor. 6:2; Heb. 4:7). 7. Deberíamos reconciliarnos aquí en la tierra, con Dios y con los hombres. (1) En cuanto al hombre, se nos enseña que debemos amar a nuestro prójimo (Mat. 22:39) y que debemos reparar el daño cuando se nos acusa con razón (Mat. 5:23-24). (2) En cuanto a Dios, recordemos Isa. 59:2 y Rom. 6:17-18. 8. Cumplamos con nuestro deber ahora, antes de que nos acabe el tiempo. Un hombre que viajaba nostálgico en el tren, dijo: “Debo llegar cuanto antes al lado de mi anciano padre. Quiero tomar su mano envejecida con la mía y acariciarla, mirarle de nuevo a sus ojos apagados, y agradecerle él por cada paliza que me dio alguna vez. Solo espero no llegar demasiado tarde”.