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Elizabeth Loftus hace hincapié en la necesidad de entender que la memoria falla por

naturaleza y en diversas maneras como olvidos de fechas, tareas y hasta de personas.


Elizabeth Loftus quedó impresionada al ver cómo un fallo de memoria podía cambiar de
forma dramática la vida de alguien. Desde la criminología, Loftus fue cautivada por los
problemas que generan los recuerdos falsos en los juicios.

La memoria es una habilidad que puede ser contaminada, distorsionada y modificada. La


desinformación y la sugestión son dos de los procesos que más interfieren en dicha
modificación.

Podemos ver este tipo de fenómenos a diario, cuando una persona repite lo que ha visto en un
medio de comunicación como si fuese una verdad absoluta. No es que esté mintiendo a
propósito, es que interiorizó una versión de los hechos como real, cuando tal vez ni siquiera
sucedió realmente

EXPERIMENTO 1

oftus tuvo la genial idea de diseñar un experimento que probara su hipótesis


sobre los recuerdos falsos. Para ello, realizó las siguientes pruebas:

1. Los participantes eran expuestos a vídeos de accidentes automovilísticos y


se les solicitaba que los recordaran.
2. En segundo lugar, se los sugestionaba a través de una pregunta concreta,
utilizando palabras y denominaciones diferentes. Por ejemplo, a un grupo
se le preguntó a qué velocidad habían chocado los coches, y al otro
grupo a qué velocidad se habían estrellado.
3. Como resultado, el grupo donde se había cambiado chocar por estrellar,
reportaron mayores velocidades. A su vez, cuando se les preguntó sobre la
presencia de vidrios rotos (inexistentes en los vídeos), este grupo presentó
más respuestas afirmativas.

La combinación de sugestión y estrés

El estrés es otros de los componentes que más afectan la consolidación de recuerdos falsos.
Para demostrarlo, Elizabeth experimentó con personal militar de la siguiente manera:

Los participantes eran “capturados” por el enemigo y luego interrogados de forma muy dura
por parte de 3 individuos.

Después, un miembro específico del interrogatorio aplicaba diversos castigos físicos y verbales.

Finalmente, a la hora de identificar al agresor, las víctimas presentaban errores significativos si


se los inducía mediante una pregunta sugestionada.

Como resultado, muchos terminaban identificando a un falso agresor

 Loftus, E. F., Miller, D. G. y Burns, H. J. (1978). Semantic integration of verbal


information into a visual memory. Journal of Experimental Psychology: Human
Learning and Memory, 4(1), 19-31. http://dx.doi.org/10.1037/0278-7393.4.1.19

 Loftus, E. F. (1998). The private practice of misleading deflection. American


Psychologist, 53(4), 484-485. http://dx.doi.org/10.1037/0003-066X.53.4.484

 Loftus, E. F. (2003). Make-believe memories. American Psychologist, 58(11), 867-873.


http://dx.doi.org/10.1037/0003-066X.58.11.867

 Patihis, L., Frenda, S. J. y Loftus, E. F. (2018). False memory tasks do not reliably
predict other false memories. Psychology of Consciousness: Theory, Research, and
Practice, 5(2), 140-160. http://dx.doi.org/10.1037/cns0000147

 Strange, D., Dysart, J. y Loftus, E. F. (2014). Why errors in alibis are not necessarily
evidence of guilt. Zeitschrift für Psychologie, 222(2), 82-89.
http://dx.doi.org/10.1027/2151-2604/a000169

LA SUSCEPTIBILIDAD DE LAMEMORIA DE UN TESTIGO


3. DECLARACIONES DE TESTIGOS OCULARES

Somos conscientes de que la declaracion de un testigo ocular puede tener un peso

considerable en un juicio. El peso abrumador que se ha otorgado en muchas ocasiones

siones a las declaraciones de los testigos oculares ha llevado a declarar culpables a

muchos sospechosos que eran inocentes. Hoy sabemos que nuestra memoria no es

Perfecta. Todos, en un momento dado, somos susceptibles de olvidar dónde hemos. También
puede ocurrir que creamos que cierta informaciónción la oímos en un determinado medio de
comunicación (por ejemplo, en la radio),cuando en realidad dicha información apareció en un
medio totalmente diferente (porejemplo, en un periódico local). Este tipo de errores
normalmente resultan triviales,pero ¿qué ocurre cuando se trata de testigos oculares que
facilitan cierta información sobre la comisión de un delito, cuando en realidad la información
facilitada correspondedería a otro lugar o momento?

las falsas memorias espontáneas consistirían en recuerdos alte-rados por aspectos internos del
individuo, atribuibles al funcionamiento de su propiamemoria (por ejemplo, por una
deducción) Sin duda, una de las guras más precisas en el estudio de las falsas memorias

implantadas es la psicóloga estadounidense Elizabeth Loftus, de la Universidad de

California. Loftus y sus colaboradores han realizado multitud de investigaciones sobre

la susceptibilidad de las personas para generar falsos recuerdos

A un total de 1.242 sujetos lesmostró una seriede diapositivasque simulabanun accidentede


tráco. En todas las imágenes aparece claramente una señal de stop próxima al coche acci-

dentado Tras ver dichas imágenes los sujetos tenían que responder a un cuestionario

sobre lo ocurrido. En una de esas preguntas los experimentadores incorporaran infor-

mación falsa, en concreto sobre la existencia de una señal de ceda el paso, en lugar

de una señal de stop. Por último, a los participantes del experimento se les pregunta-

ba si en las diapositivas que habían visto aparecer una señal de stop o una señal de

ceda el paso. Pues bien, resulto que muchos de los sujetos seleccionaron la opcion

relativa a la señal de ceda el paso, en lugar de la del stop, aun cuando dicha señal

estaba presente en todas las diapositivas. De esta manera, llegaron a demostrar que

la informacionsuministrada después deun importanteevento puedein uir es

la memoria de los testigos de dicho evento. Tras repetir en múltiples ocasiones dicho

experimento, encontré que aproximadamente del 15 al 20% de los individuos par-


los participantes incorporaban la información fals

Pero los trabajos de Loftus también han puesto de relieve que cuando una persona

experimenta una tension extrema, como el caso de presenciar un crimen, su capacidad

para percibir y recordar los detalles del suceso normalmente se verá reducida

También ocurre que la presencia de un arma hace que el testigo concentre gran

parte de su atencion en ese arma y, por consiguiente, recuerda mucha menos información

mación sobre los detalles del agresor o del incidente. En un estudio llevado a cabo

en la Universidad de Michigan (Loftus E. F.., 1979) se pidió a un sujeto que esperara

fuera de la sala de experimentos antes de participar en la prueba. Se plantearon dos

condiciones diferentes. En la condición “sin armas” el sujeto escuchaba una conversión

sación sobre los defectos en el equipo de la sala de laboratorio. Despues salia alguien

de ella manchado de grasa, con una pluma en la mano y pronunciando una breve

frase. En la condición “con armas” otro sujeto escuchaba un intercambio de amenazas

entre dos personas y ruido de vidrio roto y sillas cayendo. Después de presenciaba cómo

alguien abandonaba la sala de experimentos portando un abrecartas ensangrentado y

pronunciando también una breve frase. Con posterioridad, se les proporcionaba a los

sujetos un álbum que contenía 50 fotografías y se les preguntaba si reconocían entre

dichas fotografías a la persona que había salido de la sala. Resultó que en el condicionado

ción “sin armas”un 49% delos sujetos identicaron lafotografía correcta, escambio

en la condición “con armas” solo lo hizo un 33% de los sujeto.

Frederick Bartlett
el psicólogo británico Sir Frederick Bartlett (1886/1969) de la Universidad

de Oxford, manifiesta su profunda disconformidad y desencanto con la metodología

ebbinghausiana aplicada al estudio de la memoria con el argumento de que la misma,


al trabajar con material escasamente significativo para el sujeto, permite explorar úni-

camente el limitado dominio de la recordación literal o mecánica. En otros términos, el

paradigma de Ebbinghaus no permitía, a juicio de este autor, capturar las características

más importantes de la memoria humana. El proceso de recuerdo, en la intuición de

Bartelett, comportaba algo más que una reproducción literal, 'a lo Ebbinghaus', de la

información pasada. En lo que sigue se abordará sucintamente la forma en que Bartlett

encaró el estudio de la memoria y la forma en que concibió su naturaleza.

Al conjunto de factores, que se encentrarían en la base del recuerdo, Bartlett los agrupó bajo
el concepto de 'esquemas de memoria'. Los esquemas, desde el punto de vista conceptual,
serían aquellas estructuras cognitivas

que, con una fuerte determinación cultural, vienen a compilar información respecto a clases

específicas de acontecimientos. Así, por ejemplo, nuestros esquemas o conocimientos pre-

vios articulados en torno al concepto de "Justicia" nos llevan a comprender, sin ningún

esfuerzo, por qué en las noticias de ayer se dice que el defensor tenía el rostro 'desencajado'

luego de conocido el fallo. Así, se dirá que en la rememoración, como reconstrucción de la

experiencia pasada, el sujeto guiado por sus esquemas previos, eventualmente transforma

o cambia las huellas mnémicas correspondientes a los sucesos originales de modo que lo

que se recuerda no necesariamente es un reflejo fiel de dichos acontecimientos. En otros

términos, el recuerdo será tanto más preciso cuanto más compatible sea la información

pasada con los esquemas predominantes del sujeto.

sus estímulos experimentales consistentes de fragmentos de prosa,

historias, etc. guardaban cierto parecido con los materiales que los sujetos podían encontrar

en la vida diaria como, por ejemplo, en las fábulas escolares, en las noticias del periódico,
etc. Presentándoles estos materiales a sus sujetos por una única vez y luego, en diversos

momentos del tiempo, pidiéndoles que relaten lo que recuerden de los mismos, es como

Bartlett encontró apoyo empírico para su concepción del recuerdo como reconstrucción.

Sucede que, en las sucesivas reproducciones de las historias o textos dados, de ahí el

nombre de 'reproducción serial' con el que Bartlett bautizó a su paradigma experimental

para el estudio de la memoria, este autor encontró que los sujetos no sólo proporcionaban

versiones cada vez más reducidas de la versión original sino que, además, le introducían de

modo sistemático una serie de modificaciones. Estas modificaciones, en sí mismas eviden-

ciaban, en la perspectiva del recuerdo como reconstrucción, los intentos de los sujetos por

hacer 'encajar' las historias en sus esquemas mentales previos y tornarlas así más compren-

sibles y lógicas.

A título de ejemplo, he aquí algunas de las mentadas modificaciones que Bardett encon-

tró con su método de la reproducción serial:

a) Omisiones: los sujetos tienden a omitir detalles o partes de la historia dada que, plau

siblemente, por sus esquemas culturales no pueden asimilar o comprender bien.

b)Racionalización: pasajes o partes del texto que, plausiblemente carecen de sentido

para el sujeto, son transformados mediante el añadido de nueva información. Por ejem

plo, en el famoso texto de "La guerra de los fantasmas" -una historia típica de la cultura

indo-americana y, con toda probabilidad, ajena a los esquemas culturales de sus sujetos

occidentales- un pasaje referido a que 'algo negro salió de su boca' se convirtió en 'echar

espuma por la boca', por cierto más cercano a la experiencia de sus sujetos.

c) Transformación de detalles: palabras y nombres poco familiares para los sujetos, son

sustituidos por otros más familiares o cercanos a su propia experiencia.


Bartlett con su defensa del concepto de que la memoria debe estudiarse en contex-

tos más cercanos a la vida real fue, sin dudas, un precursor de la idea de que los estudios

experimentales deben preocuparse por alcanzar un grado aceptable de validez ecológica.

Además, con su concepto de que para explicar un fenómeno psicológico —el comporta-

miento mnémico, en este caso— es necesario postular estructuras mentales fue, asimismo,

un precursor de lo que varios años después se daría en llamar la 'revolución cognitiva' en


Psicología, caracterizada, precisamente, por apelar a modelos explicativos de carácter men-

talista. Por último, su tesis de la naturaleza reconstructiva de la memoria es central en el

campo relativamente nuevo y floreciente conocido como 'Memoria de Testigos'.

Según Bartlett (1932) el recuerdo de la información a veces es impreciso porque se olvidan


detalles o se añade información durante el recuerdo para crear una experiencia lógica y real.
Este proceso que fue estudiado por primera vez por Bartlett, se denomina reconstrucción de la
memoria e implica la modificación del recuerdo para que se ajuste a las expectativas del
sujeto. Si bien para Bartlett esta reconstrucción se daría durante el almacenamiento de la
información, lo cual coincide con estudios realizados por Kintsch (1974), otros estudios
apuntan a que la alteración se produciría en el momento de la recuperación (Hasher & Griffin,
1978). Este proceso incide en los testimonios de los testigos que según Loftus (1980)
recuerdan lo que ellos creen que vieron u oyeron, y que, en función de lograr una descripción
lógica añadirán información congruente a lo que recuerdan. Loftus también postula que el
recuerdo puede modificarse con la información provista por otras personas. Las
investigaciones sobre memoria de testigos evidencian que si una persona presencia un
accidente y luego recibe información engañosa acerca del mismo, no logrará discriminar entre
lo realmente acontecido y lo que le fue sugerido.

Uno de los experimentos que apoya la idea de que la memoria sigue un proceso
reconstructivo, es el descrito por Bartlett (1932). Pidió a los sujetos de su experimento que
leyeran una breve historia titulada The War of the Ghosts (La guerra de los fantasmas), que
estaba basada en una leyenda de los nativos de América del Norte. Hay que destacar que esa
historia estaba fuertemente relacionada con la cultura indígena, y sin embargo, los individuos
de este experimento eran británicos, y tenían muy poco conocimiento sobre esa cultura. Una
vez que los sujetos terminaron de leer la historia, Bartlett evaluó su recuerdo en diferentes
momentos, y comprobó que no sólo el recuerdo del texto era escaso, incluso en los intervalos
más cortos; sino también que sólo recordaban el tema principal de la historia, a partir del cual
reconstruían una historia razonable que daba sentido a la información que recordaban.
También observó que a menudo las historias reconstruidas contenían errores y distorsiones
que hacían que la historia encajara en el conocimiento cultural general que poseen los
británicos

Bartlett (1932) postuló la hipótesis de que la memoria es reconstructiva, es decir, que es un


proceso activo de manipulación del material con el que se puede obtener información no
adquirida directamente de los estímulos

Una característica distintiva de la memoria en tanto que estructura, sistema o proceso de

la mente es, ciertamente, su gran versatilidad funcional: interviene en prácticamente todas

las actividades de un organismo. Vayan, por caso, los siguientes ejemplos:

(i) Percepción. Esta compleja actividad mental no solo implica el ingreso de inputs sen-

soriales en bruto sino también su categorización o interpretación posterior cuando no

simultánea. Al respecto, cabe traer a colación, la clasificación que de los procesos percep-

tuales hacen Linsdsay y Norman (1983), Estos autores hacen una distinción entre aquellos

procesos que son 'guiados por los datos' y aquellos que son 'guiados por los conceptos'.
Por cierto que en este último caso, los conceptos, expectativas o hipótesis que subyacen a

la interpretación de la evidencia sensorial se encuentran en la memoria.

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