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Guia 9. Las Migraciones G9
Guia 9. Las Migraciones G9
Objetivo:
• Migraciones económicas y laborales. Son las más numerosas, ya que muchos jóvenes de países en los que no hay oportunidades deciden
emigrar para encontrar trabajo o mejorar su situación laboral la mayoría de estos casos son emigrantes considerados mano de obra poco calificada
que se desplazan de un país menos desarrollado a uno más desarrollado para mejorar su situación laboral. En muchos de estos casos se producen
de forma ilegal; este tipo de migraciones se da, generalmente en los países latinoamericanos y los Estados Unidos.
• Migraciones por motivos políticos. Las guerras producen importantes éxodos de la población, que busca espacios más seguros durante el
conflicto bélico. También existen refugiados políticos que tienen que huir de sus países para evitar ser encarcelados por motivos ideológicos.
• Migraciones por motivos ambientales. El proceso de desertificación en algunos países, las catástrofes naturales, los desastres ecológicos
y los cambios continuos en el clima provocan migraciones, sobre todo en el continente africano.
• Los inmigrantes constituyen un importante factor de desarrollo para los países receptores. La población inmigrante es, en general, joven y dispuesta
a trabajar duro para mejorar sus condiciones de vida, por lo que contribuye a aumentar la riqueza de esos países. Pero la llegada masiva de
inmigrantes produce desajustes en el mercado de trabajo y aumenta las tasas de desempleo nacional, por lo que se establece normas para regular
su situación.
• La llegada de inmigrantes también supone un freno al proceso de envejecimiento de los países desarrollados, ya que la tasa de natalidad entre los
inmigrantes es, como consecuencia de su juventud, más alta que la población local.
• Además, la población de los países receptores se enriquece culturalmente, ya que los inmigrantes traen costumbres y formas de vida diferentes.
No obstante, en ocasiones se producen conflictos en aquellos lugares en los que la población inmigrante no es bien acogida.
• Pierden población, que sería importante factor de desarrollo si mejoran las condiciones económicas de sus países. En algunos casos pierden incluso
a sus pocos trabajadores altamente calificado, fenómeno que se conoce como fuga de cerebros.
• Con los ahorros que consiguen en los países desarrollados, los emigrantes envían dinero a sus países de origen. Estas transferencias de capital,
denominadas remesas, constituyen una de las principales fuentes de ingresos de los países pobres
¿Qué puede ser peor que atravesar a pie una selva de más de 600.000 hectáreas, con
temperaturas promedio de 30°C, infestada de insectos y enfermedades tropicales,
ladrones, depravados y narcos? Tal parece que regresar al país de origen, a juzgar por
la manera en que miles de migrantes se aventuran por la insondable selva del Darién.
Esta peligrosa travesía volvió a ser material de primera plana debido a la nueva crisis de
migrantes que afecta a Necoclí (Antioquia) y Acandí (Chocó). Según las cuentas de la
Defensoría del Pueblo, 15.000 forasteros provenientes de Haití, Cuba, África y Asia,
confluyeron en el Golfo de Urabá a mediados de julio.
Cruzar el Darién es como cruzar el infierno. Atrás quedan los últimos vestigios de civilización
en el caserío La Teca, de Acandí (Chocó), y después, por esa selva espesa solo se ven
deambular los caminantes con niños, carpas, botas, ollas, galones de agua y morrales al
hombro. Caminan en fila india, organizada, como si se tratara de un ejército alineado, pero
cuando el terreno lo permite y los caminos se ensanchan, los migrantes se desperdigan y
siguen sus propios pasos, emulando a las mismísimas ánimas al salir del purgatorio.
Esa selva huele a de todo. Un olor metálico emanado del lodo gris y café que intenta tragarse
las piernas de los migrantes para luego regurgitar sus zapatos, impregna la ropa empapada
por la lluvia en los seis días que dura la travesía. Es un olor apestoso, como el de cualquier
otra selva taponada de árboles y helechos, pero en las profundidades del Tapón del Darién ese
olor profano poco importa; para un migrante lo realmente importante es atravesar esa muralla
de 575.000 hectáreas de vegetación densa que separan a Colombia de Panamá, y así
continuar su ruta a EE. UU., todo por un sueño.
***
Para atravesarse el Tapón del Darién los migrantes se levantan a las 4:30 de la madrugada en
medio de un frío que hiela los huesos y entiesa los dedos. Su última noche antes de internarse
en la manigua la pasan en La Teca, un vasto y verde terreno desde el que se divisa una montaña cubierta de nubes que los guías señalan como la
frontera de Colombia con Panamá y que desde esa dimensión se ve inofensiva.
A esa hora las pequeñas fogatas son luces titilantes en las que haitianos, cubanos, venezolanos y africanos calientan agua para las bebidas del
camino, o calientan la leche para el tetero de los niños que llevarán terciados en el pecho o en la espalda durante la caminata, como si fueran koalas.
Media hora después un grito rasga el silencio de la madrugada como una hoja filuda en una tela oscura. Es una señal para los migrantes que duermen. “Anal eeeee,
analeeeee...”, vocifera uno de los guías en lo que parece ser una palabra haitiana. La grita un joven vestido con pantalón negro, camisa negra y botas negras que
recorre los laberintos de las carpas, apurando a todos para iniciar la
trocha.
El río Muerto parece una serpiente de agua que con el paso de los
kilómetros se engulle a los migrantes. Son las 10:00 de la mañana y
la caravana de africanos, haitianos, venezolanos y cubanos que salió
presurosa y compacta a las 6:00 a.m. ha empezado a alargarse.
A medida que la romería se ensancha, el grito de “anale” es más frecuente, como se hacen frecuentes los
descansos de los caminantes que buscan refugio entre grandes árboles, urgidos por el sol de las 11:00 a.m.
que les hace arder la piel. Las botas de caucho se recalientan y sacan las ampollas que son envueltas en telas
estériles para poder continuar la travesía, y el agua del río metida entre los zapatos agrietan los dedos de los
pies y causan pequeñas heridas que duelen como cuchilladas.
Los migrantes, doblegados por el cansancio, empiezan a despojarse de todo aquello que sienten prescindible.
El camino del Darién se convierte en una estela de camisas, pantalones, chaquetas, zapatos, pañales y ropa
interior que se quedan engarzados en cada árbol de la travesía o en cada piedra del río Muerto.
“En esta selva hasta una aguja pesa”, dice un cubano mientras se quita una chaqueta de cuero y la acomoda en un arbusto. El viaje que inició con grandes maletas
termina para los migrantes, en algunas ocasiones, solo con la ropa que llevan puesta.
Los guías que llevan a cada uno de los migrantes hasta la frontera con Panamá por 400 dólares (1.520.000 pesos colombianos) ofrecen otros servicios cuando las
fuerzas de los caminantes menguan. “Le llevo el maletín por 40 dólares hasta la frontera”, dice uno; “le cargo el niño hasta la frontera por 50 dólares”, comenta otro.
A lo largo de la trocha se ven a estos jóvenes, identificados con un carné de colores y un número, cargar a los niños haitianos y las maletas que los migrantes
decidieron no tirar. Caminan de prisa. Esquivan cada rama, rodean cada árbol, eluden cada lodazal y trepan cada montaña con l a agilidad de quien conoce la selva y
lleva años atravesándola.
“Nosotros no somos coyotes, prestamos un servicio. Usted ve que ellos le dan la mano a la gente,
cargan sus hijos y nos los dejan perderse o los dejan por ahí abandonados”, dice Fredy Pestana
Herrera, presidente de Cocomanorte, el Consejo Comunitario del norte de Acandí encargado de
la organización de los guías que llevan a los migrantes hasta la frontera con Panamá.
Cuenta Fredy, un hombre de baja estatura, tez morena y ojos verdes, que los jóvenes que tiene a
su cargo y que son los “guías”, son los mismos que limpian el río Muerto de las basuras dejadas
al paso de los migrantes, recogen las prendas de vestir tiradas en cada recodo de la selva para
donarlas a personas sin recursos, y cuidan esa fuente de agua por ser el recurso hídrico más
importante de la región. Ilustración 4. En el camino se van despojando de sus pertenencias.
Además, Fredy, quien nunca dejó de estar acompañado por dos de los chicos vestidos de A veces solo llegan con la ropa que tienen puesta. Foto: Manuel
negro que parecían cuidar cada movimiento, dispone de varios de sus hombres más fuertes Saldarriaga
para cargar a una haitiana que en este recorrido expresó no poder caminar más y se sentó en una piedra del río a recibir aire de sus compañeros de viaje que
improvisaron un ventilador con camisas.
Sin embargo, un investigador judicial aseveró a EL COLOMBIANO que el Clan del Golfo cobra un porcentaje por cada persona llevada hasta la frontera, y la tarifa
oscila entre 40 y 50 dólares, es decir, entre 155.000 pesos y 193.700 pesos colombianos, lo que les generaría mensualmente in gresos por $1.900 millones por el paso
de migrantes hasta la frontera colombo-panameña.
Los peligros del Tapón
Encima de un árbol y en posición fetal, un cuerpo sin vida parece aferrase a este mundo, aunque ya no pertenece a él. “Mire caballero lo que padecemos, un muerto
ahí, mire, ya podrido”, dice un cubano. A este migrante N.N. lo sorprendió una crecida del río que lo encumbró en los arbustos. Murió aferrado a varias ramas y ya los
carroñeros se han devorado la mitad de su cuerpo, de la cintura hacia arriba. Tan solo en 2021, la Oficina de Medicina Legal de Panamá ha rescatado los cadáveres
de 50 migrantes que desafiaron el Darién, “y esa cifra es una cantidad mínima de la que hay de restos humanos en todo el tray ecto”, asevera José Vicente Pachar,
director del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Panamá.
La muerte siempre ronda el Tapón del Darién y de eso son conscientes los migrantes, quienes por redimir su sueño de una vida mejor, no les importa exponerse a
los peligros de esa selva hostil. “Nos dicen que allá hay animales que nos pueden devorar, o nos roban y nos atracan y nos violan, pero preferimos arriesgarnos a
continuar como vivimos”, cuenta María Eunice, una venezolana que decidió cruzar con sus dos hijos y su esposo. “Es eso o nada”, reafirma, mientras bebe un poco
de agua que su hijo mayor ha cargado en galones desde la salida de La Teca.
Pero la creciente de los ríos cuando llueve en el Tapón es tan solo uno de los peligros a los que se enfrentan
los migrantes. Arañas de hasta 20 centímetros de tamaño, serpientes, alacranes, y la conga, una hormiga
gigante frente a sus parientes que habita en los troncos de los árboles y cuyo veneno inflama las
extremidades, produce fiebre y diarrea, son algunos de los peligros de ese cruce inhóspito. Aún así, el temor
más grande para un extranjero que cruza el Darién es la Loma de la Muerte o Despeñadero, un volado en
medio de la selva con una profundidad que no se dimensiona y por el que se han ido migrantes de los que
no vuelve a saberse.
Para evitar estas tragedias, los guías improvisaron una baranda con madera y amarraron una cuerda que
hace más fácil el cruce que se vuelve angosto al pasar por el Despeñadero. “Pero hace tiempo por acá no
se cae nadie”, dice un guía ante la pregunta de un migrante que temía pasar.
La Pata de la Loma es un pedazo de tierra empedrado que los colonos le han arrebatado al río para instalar grandes construcciones cubiertas con plásticos negros.
Allí los migrantes pueden comprar un plato de sopa y arroz por 15 dólares, y una gaseosa por 10.
La bullaranga es tanta que al sonido del cauce se lo tragan los gritos de ese mar de acentos distintos. Es la euforia de un pequeño triunfo: a un día de camino está la
frontera con Panamá y llegar a esa cumbre es lo más ansiado.
Este es el último abastecimiento antes de iniciar La Loma. Atrás quedaron los kilómetros del paso llano de la selva y del río Muerto, y también quedaron la Casa de
Zinc y Caracolí, dos campamentos improvisados para que descansen los migrantes. Frente a los cambuches improvisados, los ojos expectantes de los extranjeros
se abren aún más al ver esa pared de montaña que obliga hasta el caminante más avezado a subirla de rodillas.
Y como el cielo no perdona en el Tapón del Darién, donde cada año caen 5.400 mm de lluvia según Clima-Date, el torrencial se desprendió a la 1:30 de la tarde y
convirtió esa subida en una pista de lodo resbaladizo. Aunque las gotas gruesas cierran los párpados y
no dejan ver más allá de dos metros, los migrantes se preparan para escalar ante el grito insistente:
“Analeeeee...”.
Son cuatro horas de camino por donde no hay vía y cada rama saliente de un árbol es una agarradera
en una ruta donde el paso se mide para no terminar desparramado metros abajo. A medida que se
avanza por esa pared de lodo, el corazón bombea tan fuerte que los latidos se sienten en las sienes. El
sudor arde en los ojos y las piernas se engarrotan, se encogen, duelen. A las 5:00 p.m. está oscuro. Los
altos árboles no dejan filtrar la luz del sol. Parece de noche. Los migrantes han llegado al descansadero
4, un claro en la selva abierto a punta de machete que en cuestión de minutos se llena de carpas con
caminantes listos a descansar.
La última noche
La noche en las profundidades del Darién es todo menos silenciosa. En las ramas se escuchan los cantos del
pájaro bruja –dicen los guías que se ríe como una bruja– y los sonidos guturales de un mono. Los ruidos
nocturnales se mezclan con ronquidos de los migrantes, cansados de la travesía.
En las noches no hay paz en la selva. Por eso se hace eterna pese a que dura poco porque a las 5:00 a.m.,
aún oscuro, “anale” hace su aparición. Los foráneos se levantan ojerosos, agotados. No hay agua para lavarse
ni los dientes ni la cara.
En medio de ese bosque, un niño de 10, 12 años tal vez, se acurruca para defecar. Su excremento verdoso y
maloliente hace que su madre busque afanosa una pastilla que le hace tragar apretándole la nariz. Está pálido,
muy blanco, parece deshidratado. La mayoría de los migrantes sacan panes o galletas de sus bolsos y los
comen de afán. No hay líquido para tomar. En cuestión de minutos, el descansadero 4 vuelve a ser lo que fue horas antes: un claro en la selva atiborrado de basura
que dejan los migrantes. A lo sumo faltan cuatro horas para llegar a la frontera, pero son cuatro horas de un lodazal que arr anca los zapatos. Faltan Las Mellizas y el
Despeñadero, las subidas más duras antes de “coronar”.
A paso lento, cada migrante va llegando a la frontera. Es un pedazo de tierra que identifica el lado colombiano del panameño por una tabla pintada con las banderas
de ambas naciones. Hasta aquí los acompañan los guías. Algunos lloran, otros se abrazan. El camino no ha terminado porque sigue el descenso hasta llegar a Bajo
Chiquito, el primer pueblo de Panamá, pero los migrantes sienten que coronaron lo más duro del Tapón del Darién. Muchos se sientan a descansar. Les faltan dos
días para llegar a Metetí, donde está el primer campamento humanitario y donde recibirán atención a los males agarrados en la selva, pero para ellos es como una
redención, el pago por un sueño esquivo que se han empeñado en alcanzar
300
Migrantes hacen parte de las caravanas que a diario pasan la frontera colombo-panameña.
50
Cadáveres de migrantes han sido rescatados en el Darién por Medicina Legal de Panamá.
Fuente: basado en los artículos del periódico el colombiano la situación de los inmigrantes en Colombia, https://www.elcolombiano.com/colombia/paz-y-derechos-humanos/asi-
pasan-los-migrantes-paso-por-el-tapon-del-darien-JL15963280 https://www.elcolombiano.com/antioquia/el-riesgo-para-los-migrantes-que-cruzan-a-pie-la-selva-del-darien-
PA15377855
a. ¿Qué tienen en común las migraciones que se realizaron desde África hacia Europa y
desde América Latina hacia Norte América en la década del 90?
Tiene en común que América latina como África se van a los países y continentes mas desarrollados por mejores oportunidades
b. ¿Qué tienen en común las migraciones que se realizaron desde Asia hacia Europa y desde
Asia hacia Norte América en la década del 90?
Pasara lo mismo que en los anteriores, si no que esta es por migraciones ambientales.
PAISES EMISORES
PAISES RECEPTORES
CONCLUSIÓN
5. Responda a la afirmación si es correcto o equivocada, de acuerdo con las rutas de los migrantes
y su paso por el tapón del Darién con lo aprendido y argumente su respuesta:
Ítem AFIRMACIÓN V F
Las rutas utilizadas por los migrantes provienen de los cuatro países fronterizos de Colombia. X
El Urabá antioqueño el sector donde no se concentra la población inmigrante previo a su X
paso a Centroamérica.
La llegada masiva de migrantes crea una crisis sanitaria y humanitaria que afecta a las X
poblaciones de Necoclí (Antioquia) y Acandí (Chocó).
La Teca es un campamento de abastecimiento para los migrantes han entrado a la selva X
chocoana.
La mayoría de los migrantes que utilizan este paso fronterizo hacia Centroamérica son de X
nacionalidad venezolana.
Más de 70,000 migrantes que han ingresado a territorio panameño por la frontera Panamá- X
Colombia de manera irregular durante 2021
La travesía desde Acandí (Chocó) hasta Metetí (Panamá) tiene una duración de 3 días. X
Los migrantes haitianos son los que más utilizan este paso fronterizo del tapón del Darién X
6.
a. ¿Por qué crees que los migrantes prefieren arriesgar su vida cruzando el Darién que devolverse para sus países de
origen?
Porqué es la desesperación es tanta que prefieren arriesgar la vida por una posible vida feliz o con comodidades
b. ¿Cuánto dura la travesía y cuáles son los principales peligros a los que se enfrentan los migrantes al intentar pasar
el Darién?
Las altas temperaturas en en el día y el frio extremo de la selva pueden llevar a días
c. ¿Por qué razón algunos inmigrantes terminan el viaje tan solo con la ropa que llevan puesta?
Porque se necesita el dinero, o por el abrigo Para las lluvias o tormentas, para refugio
O para facilitar una fogata.
d. Escribe un párrafo donde expreses tu opinión acerca de la travesía que deben realizar los migrantes para intentar
cumplir su sueño.
La calidad de vida, o simplemente desesperación y para tener una mejor calidad de vida, las travesías son tan desafiantes que solo los mas fuertes pueden completar, y solo una pequeña parte de ellos se mantienen en
buen estado mi opinión es de indignación Porque em el siglo 21 y todavía no hay las condiciones y garantías para poder vivir en paz.
7. Observa la infografía “las principales rutas migratorias en diferentes regiones del mundo” y responde:
Es la ruta al pasar el mediterráneo ya q la mayoría de las rutas son con destino a Europa