Desde una visión general, las áreas naturales protegidas son espacios esenciales para preservar los ecosistemas y la biodiversidad biológica. Constituyen el pilar fundamental de las estrategias nacionales e internacionales de conservación del ambiente in situ. Las áreas naturales protegidas también suministran una multitud de beneficios y servicios económicos, sociales, culturales y ambientales al hombre y la sociedad en general, en forma directa e indirecta, que lamentablemente todavía no son apreciados y valorados debidamente. Se encuentra fuera de toda duda que contribuyen al bienestar humano y al desarrollo sustentable, proveen beneficios culturales y espirituales y una serie de beneficios futuros, por ejemplo, a través de la diversidad genética. Desde el punto de vista ambiental, el PNTM es importante en la medida que guarda y protege remanentes de bosques primarios propios de la selva alta, con una extraordinaria diversidad biológica, entre la que destaca una poco conocida fauna de grutas y cavernas; tiene una impresionante belleza paisajística; y presta valiosos servicios y beneficios ambientales a la población adyacente, especialmente a los que se encuentran en la zona de amortiguamiento. Frente al avance de la deforestación y la pérdida de la biodiversidad, el PNTM se ha convertido en refugio de muchas especies vegetales que hoy están en vías de extinción. La importancia del PNTM radica en la riqueza y diversidad natural de las especies de flora como las orquídeas, las plantas de uso medicinal, etc., la fauna como los gallitos de roca, los guácharos, etc., y sus ecosistemas como la cadena montañosa de la Bella Durmiente, la Cueva de las Lechuzas, entre otras formaciones naturales. Y aunque económicamente todavía no es cuantificado ni valorado debidamente por falta de una identificación, registro y comunicación, el PNTM presta invalorables servicios y beneficios ambientales a la población adyacente a la zona de amortiguamiento y a la ciudad de Tingo María, al contribuir a regular el ciclo hídrico de las seis microcuencas que atraviesan o nacen en su territorio. La calidad de agua de los ríos Tres de Mayo, Oro, Quinceañera y Santa conservan las condiciones necesarias para el consumo de la población y el desarrollo de actividades agrícolas y turísticas. Es sabido que, en el ecosistema andino, las partes altas de los - 249 - Andes, los nevados y las formaciones lagunares, características de la puna, garantizan el caudal que los ríos llevarán en verano, sin embargo, en la Selva Alta la única manera de evitar que los ríos se sequen es conservando la cobertura vegetal en las crestas y laderas pronunciadas, por cuanto esta cobertura favorece la infiltración de la lluvia y un alto nivel de la napa freática. Bajo ese contexto, los bosques del PNTM funcionan como verdaderos captadores de niebla y, a su vez, evitan la turbidez del agua al contener la tierra bajo sus raíces. El PNTM tiene un extraordina importancia educativa y cultural en la medida que sus principales atractivos como la Bella Durmiente y la Cueva de las Lechuzas representan valores y símbolos identitarios en el ámbito regional, nacional e internacional. EL PNTM es un muy buen espacio para el desarrollo de la educación ambiental en los distintos niveles educativos. También es un buen espacio para el desarrollo de las investigaciones científicas. El PNTM también es importante en la
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medida que promueve la salud física y mental y sirve como recurso recreativo para la población. El PNTM también tiene una trascendental importante científica por ser un laboratorio natural abierto para el desarrollo de diversas investigaciones naturales y sociales. No olvidemos que el artículo 29º de la Ley de Áreas Naturales Protegidas dispone que el Estado reconoce la importancia de las áreas naturales protegidas para el desarrollo de actividades de investigación científica básica y aplicada, pudiendo ser estas autorizadas si su desarrollo no afecta los objetivos primarios de conservación del área natural protegida en cuestión y se respete su zonificación y condiciones establecidas en su plan maestro. La investigación científica constituye, pues, una herramienta básica para la generación de información pertinente para mejorar el conocimiento sobre la diversidad biológica, estado de conservación, representatividad y gestión de las áreas naturales protegidas, así como para el manejo de los recursos naturales y la gestión de riesgos y amenazas. El PNTM también es importante por cuanto guarda enormes posibilidades y potencialidades para el desarrollo de la actividad económica del turismo que hasta ahora no es aprovechado a cabalidad. Debidamente gestionado en el marco de la sostenibilidad, el PNTM se configura como un gran capital y motor económico que puede posibilitar mejorar la - 250 - calidad de vida y el desarrollo socioeconómico de la población. No olvidemos que la actividad turística se consolida como una oportunidad de desarrollo sostenible. Se sabe que los caseríos de Río Oro, Juan Santos Atahualpa y Tres de Mayo se encuentran incorporados a la Estrategia Nacional de Turismo Rural Comunitario. Según los ámbitos de su zonificación, el PNTM tiene diversos sectores para el uso turístico y recreativo, como es el caso de La Cueva de Las Lechuzas o el Sector Tres de Mayo - Río Perdido.
8. RETOS Y DESAFÍOS DE LA GESTIÓN DEL PARQUE NACIONAL TINGO
MARÍA Si hay algo que amenaza una gestión adecuada de las áreas naturales protegidas es la ausencia de recursos económicos y financieros. Dentro de las políticas públicas se reconoce la importancia de las áreas naturales protegidas, sin embargo, este reconocimiento no va acompañado de una asignación de fondos y recursos económicos para enfrentar los retos y desafíos actuales que plantean la gestión de las ANP. Es inconcebible que el Estado siga destinando exiguos recursos para la gestión de las áreas naturales protegidas. Es reclamable, por ejemplo, que PROFONANPE - 291 - como institución privada de interés público oriente mayores recursos para la protección, conservación y manejo de las ANP. Hay que entender que la biodiversidad es un bien público y forma parte del capital natural de una nación, por lo que el Estado tiene una importante responsabilidad de asignarle los recursos pertinentes para su administración y conservación. El gran reto del Estado es destinar y aumentar los suficientes recursos económicos para la gestión de las áreas naturales protegidas.
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En la Selva Alta del Perú, más allá de la belleza paisajística y la curiosidad que despiertan los guácharos en vías de extinción, la Cueva de las Lechuzas y la Bella Durmiente constituyen los principales recursos y atractivos turísticos del Parque Nacional Tingo María que cumple un rol fundamental en la conservación de la diversidad biológica con enormes posibilidades y potencialidades de desarrollo sostenible. Y es que, a decir verdad, una adecuada gestión del área natural protegida representa de por sí una real alternativa para mejorar la calidad de vida de los pobladores de la región en el marco de la política y legislación ambiental del país. Una grave amenaza que se cierne sobre la cadena montañosa de la Bella Durmiente es, por ejemplo, la depredación de los recursos madereros que están malogrando el entorno del paisaje y que pueden hacer perder la silueta de la Bella Durmiente que es el principal atractivo turístico del Parque Nacional Tingo María. Nos preguntamos: a más de significar el encanto de una bella conformación geográfica, ¿qué representa la Bella Durmiente para Tingo María?, ¿alguien podría descifrar lo que sueña en su milenario descanso?, ¿sueña, acaso, en el desarrollo integral de su pueblo al que no puede mirar de frente? o ¿es cierto que simboliza el letargo en que hoy se consume el poblador tingalés? La respuesta la tienen, en sereno juicio, los gobernantes y gobernados de esa urbe tropical. La fragilidad, vulnerabilidad y los problemas derivados de la huella humana en torno a la Bella Durmiente requiere de políticas y gestiones concertadas para impulsar una gestión adecuada que comprometa al Estado, a las empresas y a la sociedad civil para fortalecer acciones de investigación, conservación, protección y puesta en valor, al amparo de la normativa ambiental y turística vigente. Uno de los grandes retos en la gestión del Parque Nacional Tingo María es involucrar a la población que vive dentro o cerca del parque para que asuman las res- - 292 - posibilidades y beneficios de la gestión del área natural protegida. En ese sentido, las actividades económicas que se desarrollan dentro del Parque Nacional Tingo María no deben ser incompatibles con los fines y objetivos ambientales que tienen las áreas naturales protegidas. Es encomiable el trabajo que viene ejecutando el SERNANP en alianza estratégica con los gobiernos locales y empresas de la región para desarrollar planes, programas y estrategias de sensibilización de la importancia y el monitoreo de los objetivos ambientales, sociales y culturales del espacio natural protegido. Sin embargo, es necesario aumentar la conciencia de la sociedad, de los gobiernos locales y el sector privado sobre la importancia y los servicios ambientales que aportan las áreas naturales protegidas en favor del desarrollo local, regional y nacional. Finalmente, Tingo María tiene en la «Bella Durmiente» y en «La Cueva de las Lechuzas» dos extraordinarios recursos de su patrimonio ambiental natural que, como pocos, lo hacen un pueblo muy singular en el concierto de las poblaciones de la selva alta del Perú. Es necesario una mayor promoción del turismo social y ambientalmente responsable hacia el Parque Nacional de Tingo María. Conjuntamente con los otros atractivos turísticos y la extraordinaria gastronomía existente en la región, bien puede servir para generar y fortalecer el desarrollo de la actividad turística a nivel nacional e internacional, con los beneficios que ello genera. La importancia y majestuosidad de la Bella Durmiente es tal
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que, dado su excepcional belleza paisajística y en acto de justicia, alguna vez deberá ser postulado ante la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad. Así sea.
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Programas de Protección Regional de Áreas Prioritarias de grandes ballenas en el golfo de California y costa occidental de Baja California Sur: Propuestas de conservación