Estos son unos de los métodos que se emplean para la investigación en la elaboración del marco

teórico y en algunos aspectos hasta se menciona los puntos específicos de interés

1. Investigación y desarrollo tecnológico: Se realiza investigación y desarrollo para mejorar y

perfeccionar las tecnologías utilizadas en la captura y conversión de energía oceánica. Esto
implica el diseño y la mejora de dispositivos de captura de energía, sistemas de generación
y conversión, y la optimización de su eficiencia y rendimiento.

2. Análisis de la dinámica de fluidos: La dinámica de fluidos se utiliza para comprender y

predecir el comportamiento de las olas, las corrientes oceánicas y las corrientes de marea.
Se utilizan ecuaciones matemáticas y modelos numéricos para analizar la dinámica de
fluidos y su impacto en los dispositivos de recolección de energía.

3. Estudios de viabilidad técnica y económica: Se llevan a cabo estudios para evaluar la

viabilidad técnica y económica de los proyectos de energía oceánica. Esto implica analizar
la eficiencia de los dispositivos de captura de energía, evaluar los costos de
implementación, operación y mantenimiento, estimar los ingresos y los resultados
financieros, y considerar los aspectos legales y regulatorios.

4. Análisis del impacto ambiental: Se realizan estudios para evaluar el impacto ambiental de
los proyectos de energía oceánica. Esto implica analizar los posibles efectos en los
ecosistemas marinos, la biodiversidad, la calidad del agua y otras actividades humanas. Se
utilizan modelos teóricos y datos científicos para comprender los riesgos potenciales y
desarrollar medidas de mitigación.

5. Investigación en campos específicos: Se lleva a cabo investigación en áreas específicas de

la energía oceánica, como la energía de las olas, las corrientes oceánicas, la energía
térmica y osmótica del océano. Esto implica investigar y desarrollar tecnologías y métodos
específicos para aprovechar estas fuentes de energía.

6. Planificación espacial marina: Se realiza investigación y planificación espacial marina para

determinar la ubicación óptima de los proyectos de energía oceánica. Esto implica tener
en cuenta aspectos como la topografía del lecho marino, la presencia de arrecifes de coral
o hábitats protegidos, y optimizar la ubicación de los proyectos para minimizar los
impactos negativos y maximizar los beneficios.