esto no es lo que pensaban Atenea y Eros, dos jóvenes que desde pequeños se habían prometido estar juntos y amarse por siempre, sellando esta promesa como un amor sempiterno con un comienzo pero sin un final. Pero…¿será cierto lo que dicen de que todo tiene un final? Sigue leyendo esta historia y conozcamos si el amor entre Eros y Atenea es tan fuerte como para nunca terminar. Atenea y Eros se conocen desde los 10 años, siempre estaban predestinados a estar juntos porque así lo querían sus padres, estos se esmeraron tanto en mantenerlos juntos que ellos crearon un lazo tan grande entre ambos que no podían separarse, quedándose estancados en una burbuja solo ellos y su amor olvidándose de todo el mundo porque según ellos eso era lo más importante. O eso creían. Hasta que por obra del destino sin darse cuenta un nuevo integrante entró a su burbuja rompiéndola y haciéndolos dudar de ese amor que creían tenerse. Atenea una chica de 23 años, alta, ojos color avellana, pelo largo y piel ligeramente bronceada era rodeada de lujos y todo lo que cualquier otra chica desearía tener, casas, mansiones, coches lujosos y sobre todo según ella; el chico perfecto, porque eso era lo que aparentaba Eros con ojos azules como el cielo, alto, musculoso y guapo con todos los lujos y más que tenía Atenea. Juntos creando la pareja perfecta. Atenea y Eros creen amarse como locos, para ellos no existe nadie más, es un amor tan ciego que podría parecer una obsesión. Atenea estaba a punto de graduarse de la universidad en Arquitectura y para esto necesitaba llevar a cabo un examen que requería de ayudar a realizar una obra arquitectónica a uno de los arquitectos más exitosos del país. Pero lo que Atenea no esperaba era que ese arquitecto sería todo un Dios griego de ojos verdes, pelo castaño cayendo en su frente, alto, musculoso, piel densa y clara y extremadamente guapo llevando como nombre Alexander Muller. Atenea se sentía tan atraída a él que no podía contenerse cada vez que estaban cerca y al parecer a él también le pasaba lo mismo ya que siempre trataba de invitarla a salir pero está de negaba ya que decía que su amor hacia Eros era mucho más grande que una simple atracción. Pero un día Atenea no pudo controlar sus sentimientos y aceptó salir con Alexander y ese fue el detonante que dio vida a esa atracción entre ambos que luego se convirtió en amor. Después de dos meses Alexander y Atenea continuaron con su relación hasta que se dieron cuenta de que estaban enamorados. Y Eros cada día más sospechaba de que algo le pasaba a Atenea ya está se había alejado bastante de él. Así que un día este decidió ir de sorpresa al trabajo de Atenea y cuando llegó se llevó una gran sorpresa, pues Atenea se estaba besando con quien se suponía era su jefe, Eros se enojó tanto que se abalanzó hacia Alexander golpeándolo como loco, Atenea estaba tan avergonzada y sorprendida que solo se limitó a llorar mientras las demás personas separaron a Alexander y Eros, este último diciéndole un montón de groserías a Atenea, al final Eros se marchó del lugar y Atenea y Alexander se fueron juntos. Al día siguiente Eros y Atenea se reunieron para hablar ya que ambos necesitaban darse explicaciones. Ellos hablaron y aclararon las cosas y atenea se enteró de que a Eros le gustaba otra chica. Al final llegaron a la conclusión de que el amor entre ambos se había terminado hace mucho tiempo y solo seguían juntos por compromiso. Así que ambos siguieron su camino, Atenea se casó con Alexander y formaron una hermosa familia con dos hijos. Y Eros formó su familia y vivieron felices por siempre. Fin