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Venid y Descansad
Venid y Descansad
Mateo 11:25-30 es lo mismo que ocurrió en Lucas 10:21 cuando regresaron sus discípulos,
pero aquí dice algo importante cuando dice venid a mi yo os hare descansar.
Luego de ver lo que Dios hizo con los apóstoles y escuchar la invitación que hace Jesús a
los trabajados y cargados y que los hará descansar: podremos ver mejor a lo que se refería
al decir así Jesús sabia que la carga que sostenían el pueblo de Israel con la ley de Moisés y
los fariseos como interpretes de la misma era muy pesada lucas11:42,46 el obedecer la
ley sin la gracia el amor y la misericordia de Dios, es una carga muy pesada.
El salmista David descubrió que el Espíritu de Dios está para nosotros, por amor
salmo63:1-3; 27:4; 84:1,10 Lo que el Rey David descubrió, lo descubrió en adoración y
comunión con Dios, por medio de su Espíritu Santo. Es allí donde las fuerzas vienen, es allí
donde se fortalece el alma, el espíritu se vivifica para seguir luchando diariamente con
toda clase de adversidad juan6:23 busca adoradores en espíritu y en verdad
La religión es pesada, dura y cruel, Jesús no trajo ninguna religión, Jesús vino a restaurar
una relación con el Padre, y a enseñar que vivamos para el Padre porque somos de él y
para él. Cuando Jesús mismo hace esta invitación que tengan que venir todos los
cansados; esta aclarando que con las fuerzas no se lograra mucho, más que cansancio
físico. El señor Jesús ofreció descanso para sus discípulos después de una exhaustiva
evangelización y a todos; de esas formas rígidas y alejadas de Dios, que hacían dentro de
su religiosidad: solamente con la obediencia en el Espíritu Santo, y lo sigue haciendo hasta
el día de hoy. En el libro de Hebreos4:1-7 hablando del reposo de Dios hace una
comparación con el pueblo de Israel que no entro en la tierra prometida a causa de su
desobediencia e incredulidad Hebreos3:17,18. Este reposo de Dios es mucho más que
solamente las obras por medio del Espíritu si no que es también la salvación eterna por
gracia de Dios Hebreos12:15. Porque si no aprendemos a confiar en Dios, y trabajar con él
y no solo para él, si no aprendemos a depender de las fuerzas del Espíritu, estaremos
expuestos siempre a la naturaleza pecaminosa, porque ella estará en control de nuestras
obras religiosas intentando agradar a Dios, y nos cansaremos.