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Los teléfonos móviles funcionan enviando y recibiendo señales de radio de baja potencia. Las
señales se intercambian a través de antenas conectadas a transmisores y receptores de radio,
comúnmente conocidos como estaciones base de telefonía móvil. Las estaciones base están
conectadas al resto de las redes de telefonía fija y móvil y pasan la señal / llamada a esas redes.
Una red móvil generalmente se diseña en base a una “cuadrícula celular” que cubre un área
geográfica determinada. La cantidad de estaciones base requeridas para un área dada dependerá
del terreno y la cantidad de usuarios de teléfonos móviles.
Las estaciones base de telefonía móvil, también llamadas antenas de celular, emiten Radiación de
Radio Frecuencia (RRF) que son ondas electromagnéticas de energía generadas por sus
trasmisores, emiten partículas de energía que son capaces de viajar a través del espacio, tienen
una baja frecuencia de onda (3Hz a 30 GHz) y son radiaciones no ionizantes, esto significa que no
desplazan electrones de átomos o moléculas. Las antenas en cuestión generan campos
electromagnéticos que van decreciendo en su poder a medida que nos alejamos de ellas.
Los servicios de telefonía móvil operan en los rangos de frecuencias de 872 – 960 MHz y de 1710 –
1875MHz. La información a transmitir, en telefonía celular, puede ser voz, datos, imagen y
actualmente es transmitida en forma digital.
La comunicación por telefonía móvil consta de 3 partes: 1)Estaciones base: son las encargadas de
transmitir y recibir la señal. 2)Centrales de conmutación: son las que permiten la conexión entre
dos terminales concretos. Hoy en día la conmutación es digital, electrónica y totalmente
automatizada 3) Teléfonos móviles: son los encargados de recoger o enviar la señal a la estación
base.