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A partir del período que transcurre entre las dos guerras mundiales se ha logrado una
positiva conexión recíproca entre el esfuerzo estadístico para definir, mejorar y avanzar
en materia de cuentas nacionales, y la teoría para construir y profundizar el análisis
macroeconómico. Al tiempo que éste último elaboraba nuevos conceptos o definiciones,
aquélla trataba por todos los medios de proveerle de un contenido empírico, brindando
en conjunto un mejor conocimiento y explicación de la realidad social. No importa
mucho la clarificación del punto puramente intelectual de si la existencia de estadísticas
o si las definiciones macroeconómicas estuvieron antes o después.
Un ejemplo. Existen tres métodos para medir el producto bruto, concepto principal de la
macroeconomía, a saber: a) el del gasto, que toma en cuenta los bienes y servicios que
constituyen el consumo de las familias y del gobierno, la inversión de capital que
realizan las empresas para su producción, y las ventas netas al extranjero; b) el del valor
agregado, logrado mediante la suma de los valores agregados por los distintos sectores
de la economía, y c) el del ingreso, igual a la suma de las remuneraciones netas de los
factores productivos, trabajo y capital.
Desde mucho tiempo atrás los economistas, y otras personas que trataron de describir la
economía concreta, tenían la idea de que el nivel de actividad económica estaba
influenciado por fenómenos de distinta duración temporal. ¿Cómo aislarlos si la cifra
que se observaba era una sola? Supusieron que había fluctuaciones de carácter
estacional (dentro del año), fluctuaciones de corto plazo (3 a 6 años) y fluctuaciones de
largo plazo (7 o más años), y que la adición de estos tres componentes formaba la cifra
observada.
Una primera hipótesis es que las causas de uno y otra son, además, independientes. El
crecimiento económico es completamente regular (a una tasa constante), por lo cual un
procedimiento econométrico adecuado permitiría aislarlo. Ante el hecho que el
procedimiento resulta insatisfactorio en muchas circunstancias, se idearon varias
modificaciones de la tesis central de independencia, agregando otras variables
adicionales. Un crecimiento de esta característica ha sido llamado determinístico pues
no depende de fenómenos fácilmente controlables.
Yendo a las fluctuaciones de corto plazo, tanto las de la oferta agregada como las de la
demanda agregada, son producidas por perturbaciones (entendido el término en el
sentido amplio indicado más arriba, comprensivo de fenómenos naturales, y de acciones
individuales, sociales o gubernamentales) de carácter permanente o meramente
transitorias. Las primeras a largo plazo influyen sobre el nivel del producto, mientras las
segundas por alguna razón lo modifican pero generan luego movimientos
compensatorios que eliminan el efecto inicial.
1.2.1. Lectura de las secciones 1.1, 1.2, 2.1, 2.2, 2.3 y 2.4 de Sachs y Larrain (1994).
9.5
9.4
9.3
9.2
9.1
9.0
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
Algo ha mejorado la aproximación a los valores efectivos, notándose también una tasa
de crecimiento un poco más alta (mayor inclinación de la recta respectiva). Esta última
alternativa es comparable con una de tipo estocástico o probabilísico. Estas, o una
tercera alternativa, quedan a elección del lector.
-2
-4
-6
-8
1953.1
1954.3
1956.1
1957.3
1959.1
1960.3
1962.1
1963.3
1965.1
1966.3
1968.1
1969.3
1971.1
1972.3
1974.1
1975.3
1977.1
1978.3
1980.1
1981.3
1983.1
1984.3
1986.1
1987.3
Gráfico 2.2. Argentina. 1953.1-1988.1. Perturbaciones permanentes sobre la oferta
agregada (influencia sobre el producto bruto interno, %)
10
-2
-6
-10
-14
-18
1953.1
1954.3
1956.1
1957.3
1959.1
1960.3
1962.1
1963.3
1965.1
1966.3
1968.1
1969.3
1971.1
1972.3
1974.1
1975.3
1977.1
1978.3
1980.1
1981.3
1983.1
1984.3
1986.1
1987.3
Las perturbaciones se miden como porcentajes sobre un valor teórico del PBN,
calculado como si no ocurrieran. Nótense las diferentes escalas en las ordenadas, donde
las de oferta son más del doble de las de demanda
Beveridge, S. and Charles Nelson. "A new approach to decomposition of economic time
series into permanent and transitory components with particular attention to
measurement of the business cycle", en: Journal of Monetary Economics, 1981,
Marzo.
Blanchard, Oliver and Danny Quah. "The dynamic effects of aggregate demand and
supply perturbances", en: American Economic Review, 1989, setiembre.