Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Centralismo burocrático
A partir de la reforma constitucional introducida en el año de 1936, pasó a ser obligatoria la
militancia en el Partido Comunista para poder participar en cualquiera de las instituciones
gubernamentales, lo que supuso un proceso de centralismo burocrático. Por característica,
estos militantes debían ceñirse a la disciplina impuesta por el líder, Stalin, de manera sumisa.
Así, el liderazgo orgánico fue socavado y los militantes activos pasaron a ser apenas
funcionarios.
Capitalismo de Estado
De acuerdo con los planes de Stalin, era necesario tener el control de todo el sistema
económico en manos del Estado a fin de cumplir su objetivo.
Por ende, Stailn tomó el control de las industrias pesadas y del sector agrario, prohibiendo
cualquier forma de explotación privada y controlando todos los recursos naturales y humanos
de la Unión Soviética.
Así, algunos autores hablan de esto como un "capitalismo de Estado" en el que el gobierno es el
único propietario de los bienes.
Estatización de la banca
Para tener el control total del sector económico, el estalinismo también estatizó la banca bajo
argumentos nacionalistas. De ese modo, todo el orden económico pasaba por el control estatal.
Culto a la personalidad
Un modelo como este solo podía erigirse a partir del culto a la personalidad. Stalin se aseguró
que su personalidad fuera obedecida y reverenciada como si de un dios se tratase. En efecto,
toda la política del estalinismo sofocaba cualquier nuevo liderazgo y convertía a la figura de
Stalin en objeto de culto.
La ola de asesinatos de Estado, tanto individuales como masivos, fueron acometidos para
sembrar el terror y mantener a los ciudadanos disciplinados.
Stalin se dedicó sistemáticamente a sofocar, no solo todo intento de oposición, sino cualquier
corriente interna del partido comunista ruso que no fuera favorable a sus planes. Así, desarrolló
una política de persecución extrema y logró, de hecho, reprimir cualquier divergencia.
Por si fuera poco, el modelo estalinista también interfirió en las corrientes artísticas, censurando
todas las tendencias de vanguardia que habían nacido en las primeras dos décadas del siglo XX,
tales como la abstracción lírica, el suprematismo y el constructivismo. Este último había tenido
un papel muy importante en el nacimiento del socialismo ruso, con el que se identificaba, pero
para Stalin resultaba incómodo y peligroso.
Frente a esto, el gobierno estalinista obligó a todos los artistas a ceñirse al modelo estético del
realismo socialista, en el cual solo se podía representar escenas de contenido ideológico
socialista, pero a través de las formas estéticas propias del realismo del siglo XIX.