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ASPECTOS CRITICABLES DE LA INDEPENDENCIA

Durante años los historiadores liberales nos hablaron de que el Libertador José de San Martín
decidió venir a América guiado por un sentimiento de amor a su patria natal. Esos “históricos”
planteos románticos e incomprobables nos privan de reflexionar sobre los contextos culturales
en los cuales se desarrollan los hechos históricos de los procesos independentistas americanos
que fueron fundamentalmente, liderados por las clases criollas dominantes de cada región.
En el Alto Perú, los comerciantes y mineros se identificaban con las ideas liberales y
coincidieron con los intereses británicos en el rechazo al monopolio español. San Martín, en
Europa se había relacionado con liberales británicos y es probable que estos vínculos hayan
influido en su retornó a América casi 30 años después de haberla dejado siendo un niño.

Por esa entonces el régimen monopólico colonial español se encontraba cada vez más
resquebrajado, sin embargo, las clases dominantes criollas de América de Sur tenían, a la hora
de ir a la guerra para conseguir la Independencia tenían dos grandes limitaciones:

La primera estaba relacionada con el contexto político internacional por cuanto Gran Bretaña
quería el fin del monopolio para poder colocar los productos de su floreciente industria: sin
embargo, apoyar directamente los planteos independentistas americanos, implicaba generar
un conflicto con España que era su aliada en la guerra contra Napoleón.

La segunda, tenía índole social y política: Las elites criollas debían movilizar a la guerra a las
masas que ellos explotaban. Esto suscitó la emergencia de corrientes que representaban a
esas masas, pero con posiciones más radicalizadas.

No obstante, en el Perú se dieron razones históricas, geográficas y políticas que motivaron la


participación de las dos grandes corrientes libertadoras: la corriente Libertadora del Sur
comandada por el rioplatense José de San Martín y la corriente Libertadora del Norte
comandada por el venezolano Simón Bolívar con la finalidad de obtención de su
independencia. Si bien es cierto que entre 1809 y 1814 habían movimientos de marcado
carácter regionalista en el Perú, que mantenían una “atmósfera subversiva”, como
notoriamente se dio en el sur andino (Perú y Alto Perú), el poderío político y militar que
planteaba Lima como centro del poder español en Sudamérica debió requerir una fuerza
mayor que la que disponían los patriotas locales.

Por un lado, Argentina buscaba recuperar el Alto Perú y, con él, Potosí; por otro Chile quería
restablecer el comercio con la costa peruana. Todos deseaban asegurarse la libertad de
comercio, especialmente con Inglaterra cada uno con sus propios intereses, pero percibieron
que no sería posible la convivencia de territorios independientes con otros que siguieran
sujetos a la corona española, por el temor de una contraofensiva de España para recuperar sus
colonias que ya habían proclamado su independencia.

En medio de este contexto, se organiza la expedición de San Martín al Perú, integrada por
tropas rioplatenses y chilenas. La campaña del Perú se realizó por dos frentes, por vía
marítima (gracias al apoyo inglés) y haciendo avanzar a las defensas del Norte. Después de
tomar Lima, todavía existían focos de resistencia realista. Esta campaña fue inicialmente
financiada por los gobiernos de Argentina y Chile. Sin embargo, al poco tiempo de que el
Ejército de los Andes llegara al Perú, San Martín requirió ayuda al gobierno de Argentina, el
cual se la negó; Rivadavia era en esa entonces el presidente de Argentina, que prefería gastar
los fondos de la aduana en embellecer las plazas de Buenos Aires antes que enviar refuerzos y
apoyar al Libertador al Perú, al mismo tiempo Chile le cortó la financiación debido a que
surgió un diferendo entre el presidente de Chile, Bernardo O’Higgins, y su congreso, esto dejó
a la expedición en el desamparo económico y a su libre albedrío, a pesar de que la liberación
del Perú del poder español daría a Chile Y Argentina seguridad política, estos hechos
dificultaron el logro de los objetivos propuestos por el Libertador muy a pesar que estos se
beneficiarían indirectamente.

San Martín después de su desembarco en la bahía de Paracas el 8 de setiembre de 1820, se


entrevista con los entonces virreyes Joaquín de la Pezuela y tiempo después La Serna, con el
propósito de convencerlos con su propuesta de armisticio, es decir tenía sentimientos
conciliadores con la corona española, por lo que San Marín proponía una monarquía
constitucional en el Perú con un príncipe español; propuesta que no fue aceptada porque
implicaba reconocer la independencia del Perú y el control sobre las demás colonias que
España tenía en américa.

Es importante enfatizar a pesar del esfuerzo que hiciera San Martín no pudo dar a ninguno de
los nuevos países la estabilidad política que era indispensable para permitir algo que se
pudiera considerar el “despegue” político y económico de sus respectivas naciones.

Identifiquemos a dos batallones originarios de Chile y Argentina respectivamente. Y no hay que


olvidar que ambos Estados financian la expedición libertadora, además que, para conseguir la
emancipación del Perú, cuanto que para asegurar su reciente independencia. El primero de
ellos y de procedencia chilena se hizo tristemente célebre por los actos de pillaje y desmanes;
conductas propias de criminales y delincuentes disfrazados con el ropaje de soldados. Y el otro
batallón de origen argentino y conformado por exesclavos, motivarán la siguiente queja de la
población civil, todos los días recibe quejas el supremo gobierno y el general en jefe de los
estragos y exhortaciones que se están consumando en las chacras inmediatas los soldados del
ejército, especialmente los de Río de la Plata y el Batallón N.° 4 asolando las cementeras e
hiriendo gravemente a varios individuos. Por lo que se ordenó que ningún soldado podía salir
de los cuarteles si portaba algún tipo de arma.

No obstante, el carácter del gobierno protectoral, por el contenido ideológico que encarnaba y
por ser un período de tránsito que las principales fuerzas políticas habían convenido en
transar, estaba inevitablemente condenada al fracaso y a su disolución. Pero en el breve
tiempo de su existencia, en el idealismo político de sus medidas, leyes y decretos, en la
ambigüedad de sus intenciones, en su afán de conciliar los antagonismos de clase entonces
existentes, y en su inútil intento de diseñar un sistema de gobierno fiel a la doctrina y retórica
del movimiento de emancipación americano, Éste gobierno terminó por poner al descubierto
los irreductibles antagonismos de clase que cobijaba las corrientes subterráneas del sistema de
dominación colonial debido a que gran parte de los españoles acomodaros nacidos en américa
gozaban de privilegios y por ende apoyaban a la corona española más no a las corrientes
libertadoras. Por otro lado San Martín desconoce la enorme resistencia que indígenas,
mestizos y analfabetos libraron entre los años 1810 y 1825 en una incesable guerra de
guerrillas contra los realistas.
Este régimen inició sus funciones al interior de un contexto de guerra interna, y teniendo
intactas en la ciudad de Lima a la oposición civil realista. Y, éste es un aspecto que merece ser
explorado con algún detenimiento. Porque sólo del cabal entendimiento que se tenga de la
correlación de fuerzas durante los primeros meses del protectorado, es que se podrá entender
también, el giro que este régimen tomó hasta convertirse en una dictadura revolucionaria que
amenazaba con incorporar a las masas populares y con su empuje revolucionario, remover
desde sus bases los pilares sobre los que se sustentaba el orden colonial.

Durante buen tiempo que duraron las luchas independentista se produjo la escasez de
alimentos, la apatía de la junta de gobierno, la desmoralización del ejército y la marina, por la
inercia y negligencia de los jefes y el atraso en el pago de los haberes y la desconfianza
creciente en el gobierno y el congreso trajeron por consecuencia el recrudecimiento del
bandolerismo; ya desde el desembarco de San Martín en Paracas, por la libertad que dio a los
negros esclavos que se incorporaran al ejército patriota y también por el fomento de las
montoneras. Los caminos y aún las mismas calles de Lima se veían infestadas por partidas de
malhechores a los cuales no alcanzaba a contener la fuerza pública.

Por otro lado, la campaña de Thomas Cochrane tuvo una serie de acciones bélicas navales con
el objetivo de acabar con el poder naval español, principalmente el apostadero del Puerto del
Callao y lograr el control del mar del Pacífico. Después de exitosas intervenciones realizadas,
pero debido al no pago de la escuadra y por los intentos de San Martín de unificar la escuadra
libertadora con la nueva escuadra del Perú, motivo por el que llevó a fuertes discusiones entre
Cochrane y San Martín; provocó la acción de Cochrane de tomar parte de las reservas de plata
depositados por San Martín a bordo de la goleta Sacramento anclada en el Puerto de Ancón.
Cochrane solo se limitó a tomar el sueldo para los marinos con el objeto de apaciguar y evitar
un motín de sus hombres y dejó intacto el resto del dinero, pero, San Martín, por lo sucedido
ordenó que la escuadra de Cochrane se retirara de las costas del Perú sin permitirles
suministros.

En el Perú, San Martín se encontró con una realidad que no era la misma del Río de la Plata: el
60% de la población era indígena de tradición comunera, o sea cultivaban en tierras
comunitarias. El reclamo de la tierra no fue tomado por él y, contrariamente a los intereses
populares, al disolver la comuna para darle lugar a la venta de las tierras, dio paso, al
latifundio, que debe distinguirse por un lado la actitud e intereses y despotismo de la élite
limeña, de orientación peninsular; y por el otro la actitud de las élites de las provincias, sobre
todo de Arequipa y del Cusco, cuya motivación parece haber sido emanciparse antes de Lima
que de Madrid. De allí parte el rechazo por parte de los arequipeños a colaborar
económicamente con la causa independentista encabezada por San Martín debido a que ya
tenían un arraigado resentimiento, por estar a expensas de la hegemonía de la sociedad
elitista y centralista limeña y la expulsión de las tropas patriotas de la ciudad.

Por otro lado, “La requisición de mulas y caballos” y la «dispersión de operarios y vecinos» son
una de las consecuencias más comunes de la guerra en las regiones, sin embargo, sería injusto
atribuir toda la responsabilidad de esta crisis exclusivamente a las actividades del ejército
patriota. En múltiples ocasiones, fueron las propias fuerzas realistas quienes participaron en la
destrucción de propiedades, reclutamiento de operarios y confiscación de animales de carga;
unas veces para proveerse de bienes y otras para privar al enemigo de recursos. Cuando Torre
Tagle asume el poder, impuso a Pedro Mariano Goyeneche descendiente de españoles, criollo
arequipeño le impuso una contribución de 320 000 reales en efectivo para sostener la guerra,
aduciendo que era nacido en América y ante el silencio mantenido por este, el 13 de abril se le
emplazó a pagar, dándosele un plazo de tres días para pagar lo ordenado; Bernardo de
Monteagudo firmaba la nota; esto también fue debido a que su familia apoyaron
incondicionalmente en varias ocasiones a la corona española dando cuantiosas donaciones
pecuniarias y esclavos para las tropas realistas en contra de la causa patriótica esto resulta en
otras palabras una especie de extorsión que se ya que al no ser donación era como pago de
rescate para liberarlo y dejarlo salir del país.

Es en este contexto que, la economía peruana fue afectada fuertemente por la interrupción de
las comunicaciones, requisas de ganados como ya había mencionado antes, cosechas, levas de
hombres e incertidumbre política. Se perturbó el comercio y redujo la producción. En muchos
lugares se perdió la producción agrícola por falta de compradores o transporte. Las minas
dejaron de producir. Además, la sangría de la migración de la población más vinculada al
comercio tuvo un fuerte impacto en esa actividad. Las guerras de independencia trajeron una
gran merma en la circulación de monedas, lo que llevo al protectorado a reorganizar la Casa de
la Moneda y a imprimir papel moneda para pagar las deudas contraídas por la guerra todo
esto acarreaba desde ya una inflacón.

El 12 de agosto de 1821 se decretó la llamada Ley de Vientres, es decir, la libertad de los hijos
de esclavos nacidos a partir del 28 de julio, medida que afectó la actividad agrícola,
particularmente en la zona de la costa norte y Lima; pero tiempo después, hubo
modificaciones en dicho decreto por lo que los negros libertos hijos de esclavos pasarían
nuevamente a servir a los amos de su madres hasta cumplir los 24 años los varones y 20 las
mujeres, pudiendo ser explotados o vendidos como si fuesen esclavos. Este solo se dio con el
fin de poder reclutar a los negros en las tropas libertadoras que muchas veces eran utilizados
como carne de cañón, ya que no se les daba el entrenamiento necesario, otros negros se
sumaron a las filas de los cimarrones que asaltaban en las carretas, produciendo de esta
manera la inseguridad en las carreteras.

Por otro lado, en lo social, la independencia cuestionó los roles tradicionales. La élite
propietaria se dividió, la aristocracia mercantil perdió la presencia de una flota que dominaba
el Pacífico sudamericano, y los terratenientes y mineros perdieron a muchos de sus
integrantes españoles. Los indígenas se vieron afectados por la nueva hegemonía de las ideas
republicanas que desaparecían las jerarquías étnicas y los criollos perderían sus privilegios de
nobleza. Es que durante el Protectorado se desarrolló un conflicto de clases contra los
españoles siendo estos fueron vigilados, incautados sus bienes y deportados como medida de
”asegurar la estabilidad y controlar” su oposición siendo una forma de intimidación que
ejercían los representantes del Estado.

Es preciso resaltar que la independencia del Perú reunió las características de una revolución
controlada y también de una revolución social urbana. Pero el meollo del problema radica en
la identificación de los actores políticos que llevaron adelante este paradójico proceso y el
señalamiento de las coyunturas precisas en las que se efectivizaron. Este argumento consiste
en que la revolución social no se produjo durante la caída de Monteagudo que apenas duró
unos días, sino por el contrario, durante el tiempo que éste ejerció el poder real como ministro
de Estado. Se hace necesario reconocer que la anarquía social, la fragmentación ideológica y la
multiplicidad de posturas políticas, no fue patrimonio exclusivo de la independencia del Perú.
Este mismo fenómeno ocurrió en Argentina, Chile y la “gran” Colombia respectivamente. La
particularidad del caso peruano es que aquí confluyeron con mayor densidad, no sólo fuerzas
militares foráneas, sino que éstas intervinieron en los iniciales proyectos de gobernabilidad. He
ahí la naturaleza altamente conflictiva y por eso mismo, extremadamente precaria de cada uno
de los grupos sociales que estaban descontentos, debido a la inseguridad en la que vivían.

Todas las economías, salvo la argentina, ingresaron a una profunda recesión económica que
duró hasta 1850. Se recuperaron con el guano en 1850. Durante esos años, la metáfora
utilizada para referirse al estado de la economía peruana era la Venus de Milo. Decían que el
Perú era como la Venus de Milo: le faltan dos brazos. Esos brazos son capitales, por una parte,
y mano de obra, por otra. En medio de este contexto, surge una nueva dependencia, no tan
política como comercial y financiera. Se abre el comercio con las casas comerciales inglesas y
se recibe un préstamo de Inglaterra de 1.2 millones de libras esterlinas, del cual el Estado
peruano recibió 800 mil; a partir de aquí comienza nuestra deuda externa. El Perú republicano
nacía con un pasivo que le costaría sobrellevar, para una economía con pocos o nulos recursos
y de menos de un millón y medio de habitantes, el costo de mantener un ejército de unos 25
mil hombres durante 15 años fue enorme.

Finalmente, a raíz del fracaso militar y la fuerte oposición civil al régimen del Protectorado de
San Martín, sumado al ingreso a Lima de las tropas realista al mando de Canterac, motivo por
el cual San Martín se ve forzado a tener reunión con Bolívar, por no contar con el apoyo de
Buenos Aires, le sugirió que prosiga su obra. Después de algunas diferencias con su par, elige
retirarse, dejándole a Bolívar parte de su ejército y sus oficiales es así que interviene Simón
Bolivar ingresa con sus tropas al Perú.

Dentro de los hechos más criticables estuvo el pedir dinero e incautar los bienes a los
españoles residentes en el Perú, la forma de extorción a los españoles residentes en el país,
como es el caso de uno de los integrantes de la familia Goyeneche que radicaba en la ciudad
de Arequipa con arresto domiciliario hasta que pague por su liberación, esto resulta ser una
forma de extorsión por parte de los que ostentaban el poder , y la forma de como la economía
peruana fue afectada fuertemente por la interrupción de las comunicaciones el miedo de la de
la población a salir de sus casas, los asalto por criminales y delincuentes disfrazados de
soldados del batallón de origen argentino conformado por exesclavos, sumado a esto es la
requisa de ganado, cosechas, los criollos adinerados que apoyaban a la causa independentista
se convirtieron en terratenientes, al dejar de lado a las comunidades; otro fue levas de
hombres e incertidumbre debido a la coyuntura política que se dio en esa entonces en donde
el estado no podía mantener el orden interno, envolviendo al país dentro de un anarquismo.
La pérdida de la producción agrícola por falta de compradores o transporte.

Por otro lado, y no menos importante está el empréstito que el estado peruano hiciera ante
Inglaterra lo que dio origen a nuestra deuda externa, deuda que hasta la actualidad seguimos
pagando a través de los impuestos que el Estado nos impone, uno para pagar los intereses de
la deuda externa y otra para pagar los sueldos de los “bien amados padres de la patria” que ya
desde esos años los representantes de Estado resultan siendo los padrastros de nuestro ya
acongojado Perú.

BIBIOGRAFÍA

Bernardo de Monteagudo. Biografías y vida. La enciclopedia Biográfica en línea


https://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/monteagudo.htm

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https://core.ac.uk/download/pdf/323345122.pdf

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MONTOYA, Gustavo. La independencia del Perú y el fantasma de la revolución. Nueva edición


[en línea]. Lima: Institut français d’études andines, 2002 (generado el 01 junio 2023).
Disponible en Internet: <http://books.openedition.org/ifea/4176>. ISBN: 9782821844681. DOI:
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Nazar, Carolina “Pensar A San Martín Críticamente” 3-PEDAGOGICA. 17 agosto, 2022. Ademys
Asociación Docente CTA. Secretaría de Asuntos Pedagógicos.

https://www.ademys.org.ar/v2/pensar-a-san-martin-criticamente/

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