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LIBERALISMO

El liberalismo propone, en lo político, lo social y lo


económico, que la razón de ser del Estado radica en
garantizar la igualdad ante la ley y el justo ejercicio de
las libertades individuales. Al mismo tiempo, según esta
corriente, el Estado debe contar con límites claros a su
poder para que no constituya un impedimento al
ejercicio de la vida libre y autónoma.

El liberalismo abarca un conjunto de formas de pensar


que comparten la defensa de los derechos individuales
(como la libertad de expresión), la libertad económica, el
secularismo, la propiedad privada, la democracia, la
autonomía individual, la igualdad de oportunidades y el
Estado de derecho.
Características del liberalismo
En términos generales, algunas características del liberalismo son:

● Considera la libertad en todos sus aspectos como un elemento


inviolable de la vida ciudadana: la libertad de culto, libertad
de prensa, libertad de asociación y libertad de pensamiento
deben estar garantizadas. No obstante, el ejercicio de estas
libertades no debe contradecir las libertades de los demás. La
libertad individual debe ser sagrada y el Estado no puede
violentarla.
● Defiende el principio de igualdad ante la ley para todos los
ciudadanos, garantizado por el Estado de derecho, tanto en
los ámbitos políticos como sociales. Solo así el individuo es
libremente responsable de sus actos.
● Defiende el principio de la propiedad privada como un
derecho inalienable del individuo, protegido por la ley frente
a iniciativas colectivistas.
● Defiende la existencia de una educación laica y un Estado
laico, compuesto por poderes autónomos e independientes de
acuerdo al modelo republicano (ejecutivo, legislativo,
judicial), pues la solución de los dilemas siempre puede
hallarse mediante el ejercicio del diálogo político.
● Propone la mínima intromisión del gobierno en la vida
ciudadana y la mínima intromisión del Estado en la
conducción de la economía.
Principales corrientes liberales
Existen varias corrientes históricas liberales o derivadas del
liberalismo. Sin embargo, no todas han tenido el mismo
impacto y aceptación política, económica y social. Las más
destacadas son:

● Liberalismo clásico. Nacido de la burguesía europea de los siglos


XVII y XVIII y su lucha contra el absolutismo monárquico y los
privilegios aristocráticos, defiende la no intromisión del poder del
rey en los asuntos civiles, la libertad de culto, el ejercicio político
y el económico. Fue un movimiento propio del capitalismo
temprano, fundamental en la caída del Antiguo Régimen y en el
surgimiento de la Ilustración, corriente que se opuso a la
intromisión del Estado en los asuntos económicos, defendiendo
las libertades individuales a toda costa.
● Socioliberalismo. También conocido como liberalprogresismo,
capitalismo social o economía social de mercado persigue un
balance entre la defensa de las libertades individuales y del
ejercicio económico, y la protección del Estado contra formas
injustas y excesivas del mercado —como los monopolios y otras
formas de competencia desleal—. El socioliberalismo pretende la
intervención de un estado que garantice las condiciones propias
de producción y por eso también se lo llama estado de bienestar.
● Minarquismo. Partidario del Estado mínimo, sostiene que el
Estado solo debe garantizar la defensa territorial de la nación y el
sostén de la justicia y del orden público. Este modelo propone que
el resto de los asuntos económicos y sociales debe quedar en
manos privadas. Este término fue acuñado en 1971 por el
estadounidense Sam Konkin (1947-2003).
● Anarcocapitalismo. Conocido también como anarquismo de libre
mercado o anarcoliberalismo, propone una sociedad organizada y
carente de Estado, en la que absolutamente todos los bienes y
servicios provienen de la libre competencia del mercado.
Liberalismo social y económico
Aunque el aspecto social y el aspecto económico conviven en el seno
de la filosofía liberal, el liberalismo social y el económico pueden
comprenderse por separado de la siguiente manera:

● Liberalismo social. Tiene que ver con la no intromisión del


Estado en la vida privada de los ciudadanos o en sus
relaciones sociales. Esto permite la libertad de culto, de
pensamiento, de asociación y de prensa, siempre y cuando no
se infrinjan las leyes ni se violenten las libertades de terceros.
El liberalismo es partidario del Estado de derecho —o sea, de
la igualdad ante la ley— y considera, por el contrario, que lo
que ocurre en el fuero íntimo de la vida ciudadana le incumbe
única y exclusivamente a los involucrados, mientras no se
esté cometiendo ningún delito.
● Liberalismo económico. Sostiene la necesaria independencia
de las relaciones mercantiles y comerciales de los ciudadanos
de la intromisión del Estado, siempre y cuando este ejercicio
no constituya ninguna violencia contra las libertades de los
demás. Los impuestos, las regulaciones y las restricciones
gubernamentales deben ser eliminadas o, al menos,
restringidas a su mínima expresión, para permitir que la libre
competencia guíe el mercado y la labor productiva por sus
propios caminos.

Principales autores del liberalismo


John Locke (Reino Unido, 1632-1704). Padre y fundador de los principios del liberalismo.
Defendía la monarquía constitucional. Comprendió el Estado como fruto de la libre
convención entre los hombres en tanto se reconozca el derecho a la propiedad y la igualdad
entre ellos ante la ley. Proponía la separación del poder legislativo y judicial y la separación
de la Iglesia en los asuntos del Estado.
Montesquieu (Francia, 1689-1755): asentó los fundamentos del concepto de Nación (clima,
geografía, cultura y economía). “Ser nacional”. Entendía que el monarca solo debía
concebirse como expresión del poder ejecutivo, no legislativo. Proponía la independencia del
poder judicial.

Voltaire (Francia, 1694-1778): buscaba difundir las ideas de Newton y de Locke, y fue un
radical defensor de la libertad de pensamiento. En tal sentido, fue un promotor de la
tolerancia y, por ende, combatió el fanatismo religioso.

Rousseau (Francia, 1712-1778): se dedicó a estudiar la de la sociedad civil: “el hombre es


bueno, la sociedad lo corrompe”. En 1762 publicó el Contrato Social: de la libertad
(individuo) a la opresión (sociedad).

Adam Ferguson (Escocia, 1723-1816): filósofo e historiador. Reflexionó sobre la naturaleza


de las instituciones, desmitificando la idea de legitimidad divina y de la necesidad de una
autoridad individual, sabia e incuestionable. Para él, el conjunto e interrelación de las
acciones de los individuos van formando las instituciones, deliberadamente o no.

Adam Smith (Escocia, 1723-1790): economista y filósofo de origen escocés. Consideraba


que el bienestar social estaba en estrecha relación con el crecimiento económico de los
individuos. Se le considera el precursor de la economía clásica gracias a su obra La riqueza
de las naciones.

Alexis de Tocqueville (Francia, 1805-1859): político, filósofo, jurista e historiador.


Defendía el sistema representativo al estilo estadounidense, caracterizado por ser una
democracia indirecta.

John Stuart Mill (Reino Unido, 1806-1873): político, filósofo y economista, representante
de la escuela económica clásica. Defendía la libertad individual por encima del control del
estado y la opresión social. Promotor de la corriente del utilitarismo, fue crítico del
liberalismo económico y se hizo próximo del socioliberalismo, también conocido como
socialismo liberal. Para Mill, habrá mayor bienestar social cuanto mayor sea el número de
individuos con bienestar.
Tipos de liberalismo
Liberalismo político
El liberalismo político es un sistema basado en la libertad del individuo y la protección de sus
libertades civiles. Entre ellas, la libertad de pensamiento, de expresión, de asociación y de
prensa.

Estas libertades están amparadas en un Estado de derecho, en el cual los individuos pueden
ejercer la soberanía mediante representantes políticos elegidos democráticamente.

Por ende, el liberalismo se expresa en sistemas generalmente republicanos, con un régimen


de separación de poderes y una clara distinción entre la Iglesia y el Estado. Además, propone
una limitación de la intervención estatal en los asuntos ciudadanos, sean económicos, sociales
o culturales.

Liberalismo económico

Como liberalismo económico se denomina la doctrina que propone limitar la intervención del
Estado en materia económica. Fue formulada originalmente por Adam Smith en su libro La
riqueza de las naciones (1776). El liberalismo económico considera que las relaciones
comerciales deben efectuarse en un marco de libertad e igualdad de condiciones, bajo los
principios de la iniciativa individual y privada.

Supone también que las fuerzas del mercado y el emprendimiento individual impulse la
productividad de una nación, lo que, en teoría, conduciría a la riqueza y al bien común. Se
concreta en aspectos como:

● defensa del libre comercio,


● promoción de las privatizaciones,
● reducción del gasto público,
● disminución de los impuestos a los productores (los sectores más ricos) para
promover la oferta,
● reconocimiento de un Banco central que regule la moneda.

Liberalismo social

El liberalismo social se conoce también como socioliberalismo, socialiberalismo, liberalismo


democrático o liberalismo progresista, entre otros.Surge en el siglo XIX como respuesta a las
condiciones de vida injustas propiciadas por el liberalismo económico y la Revolución
industrial en la clase obreraAbre paso a la social democracia actual. De este modo, el
liberalismo social propone la mediación del Estado para ofrecer condiciones sociales más
justas e igualitarias para los desfavorecidos. Por ejemplo, acceso a la educación y a los
servicios de salud.
Origen del liberalismo

El liberalismo nace en Inglaterra hacia el siglo XVII en


oposición a la monarquía absolutista europea, que se
caracterizaba por concentrar todos los poderes del Estado en
manos de un solo autócrata.
Toma fuerza durante el período del Iluminismo, llamado
también Ilustración, y se alza a finales del siglo XVIII y
principios del XIX, penetrando especialmente en los sectores
burgueses de la sociedad europea.
De este modo, inspiró diversas revoluciones, las cuales
extendieron la influencia del liberalismo por toda Europa y
Latinoamérica. En esta última, el liberalismo alentó las
revoluciones independentistas que comenzaron en 1810, y que
devinieron en la creación de naciones independientes.
Etapas del liberalismo

Protoliberalismo (1688-1799). En la etapa del protoliberalismo se


producen diversos hitos históricos que van influyendo en las ideas de
filósofos y políticos. A saber:

● Revolución gloriosa en Inglaterra (1688-1689): el parlamento


inglés derroca al rey Jacobo III Estuardo, de tendencia absolutista.
Afirmó la monarquía parlamentaria, bajo la regencia de María II y
Guillermo III de Orange.
● Revolución estadounidense (1776): reconoció la libertad individual
y la consagró en la Constitución, creada en 1787 y vigente desde
1789. Esta tuvo el mérito de ser la primera constitución del mundo.
● Revolución francesa (1789): significó la caída del absolutismo en
Europa y la primera declaración de los Derechos del Hombre, al
grito de «libertad, igualdad y fraternidad».

Liberalismo clásico (1780-1860). Es el período en que se forman las


bases del pensamiento liberal. Los pensadores elaboran las teorías que
redefinen la relación entre el Estado y el pueblo, particularmente el
contractualismo y constitucionalismo. Fueron particularmente influyentes
John Locke (Inglaterra) y Jean-Jacques Rousseau (Francia), así como
Adam Ferguson y Adam Smith (ambos de Escocia).

Asimismo, aparecen pensadores liberales que reflexionan sobre el


individualismo y el colectivismo, y la posible armonización de ambos
aspectos para la cohesión y desarrollo social, es decir, para armonizar el
orden de los privado con lo público. Se reflexiona sobre la ética del
capitalismo y se promueve la idea de la democracia ampliada.

En esta etapa, que conduce a una mayor preocupación por lo social, ejerce
mucha influencia el pensamiento de John Stuart Mill, cuya doctrina se
conoce como utilitarismo.

Este período abarca el conjunto de revoluciones europeas que se


sucedieron a partir de 1848. Estas se centraban en la reflexión y ejercicio
del asociativismo para la defensa de diversos sectores o valores, en medio
de los dramáticos cambios provocados por la industrialización.
Nuevos liberalismos (1870 a la actualidad). En la actualidad, el
liberalismo ha mantenido su vigencia, aunque ha sido objeto de nuevas
interpretaciones a la luz de los cambios históricos. Desde finales del siglo
XIX hasta la actualidad, se han dado diversas tendencias dentro del
liberalismo.

Podemos identificar varias tendencias que, aunque surgieron en momentos


distintos, conviven entre sí en la actualidad. Estas son:

● Liberalismos sociales (desde 1870 aproximadamente). Se basa en


el concepto del Estado de bienestar, que procura un equilibrio entre
el sector público y el privado. Ha jugado un papel importante en la
prevención de los modelos totalitarios, sean de izquierda o de
derecha.
● Liberalismos conservadores (desde 1870 aproximadamente).
Representado por aquellos sectores del liberalismo que desconfían
de la democracia representativa y de la acción del Estado en relación
con la libertad de empresa. Por ende, pretenden reducir las
competencias del Estado al mínimo posible.
● Liberalismo comunitario (desde 1918 aproximadamente). Reúne
todos aquellos grupos liberales que defienden el respeto a la
diferencia política y cultural y los derechos de las minorías, en el
marco de los derechos universales del ser humano.
● Liberalismos neutralistas. (desde 1945, fin de la Segunda Guerra
Mundial). Son aquellos que se anclan en la aplicación de principios
universales para la regulación de los conflictos sociales.

Desde 1980, se habla de neoliberalismo para referir a la adaptación del


liberalismo económico al contexto actual. Sin embargo, actualmente
algunos autores consideran que las prácticas neoliberales han acentuado la
desigualdad económica al nivel mundial, y por ello diferencian al
neoliberalismo del liberalismo clásico en materia económica.

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