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MRZ - AS - 365 - 2022-RI - Division y Participacion de Bienes Gananciales
MRZ - AS - 365 - 2022-RI - Division y Participacion de Bienes Gananciales
SALACIVIL
Auto Supremo: 365/2022-RI.
Fecha: 26 de mayo de 2022
Expediente: LP-51-22-A.
Partes: Roxana Quispe Nina c/ Rolando Rene Yujra Huaygua.
Distrito: La Paz.
VISTOS: El recurso de casación cursante de fs. 749 y vta., interpuesto por Rolando Rene
Yujra Huaygua contra el Auto de Vista N° 90/2022 de 16 de marzo, cursante de fs. 745 a
746 vta., pronunciado por la Sala Civil Quinta del Tribunal Departamental de Justicia de
La Paz, dentro el proceso de división y partición de bienes gananciales en ejecución de
sentencia de divorcio, seguido por Roxana Quispe Nina contra el recurrente, la
contestación cursante de fs. 754 a 755, el Auto de concesión de 28 de abril de 2022 a fs.
756, todo lo inherente al proceso; y:
CONSIDERANDO I:
1. Conforme a los datos del proceso se advierte que el Juez Público Nº 3 de Familia de
la ciudad de La Paz, pronunció la Sentencia N° 509/2019 de 13 de mayo cursante de fs.
196 a 197 vta., por la que declaró DISUELTO el vínculo matrimonial que unía a Rolando
Rene Yujra Huaygua y Roxana Quispe Nina. Sentencia que fue ejecutoriada conforme
Auto de 07 de noviembre de 2019.
La demandante Roxana Quispe Nina, mediante memorial de fs. 306 a 309, subsanado a
fs. 350, 354 y de fs. 366 a 367 vta., en ejecución de sentencia, bajo el rotulo de demanda
incidentó división y partición de bienes gananciales; pretensión que una vez tramitada,
ameritó que el Juez Público de Familia Nº 3 de la ciudad de La Paz, emita la Resolución
N° 339/2021 de 28 de junio, obrante de fs. 659 a 665 vta., que declaró PROBADA la
solicitud deducida en la vía incidental de división y partición de bienes gananciales.
2. Auto interlocutorio de primera instancia que fue recurrido en apelación por Rolando
Rene Yujra Huaygua, según memorial cursante de fs. 695 a 701, a cuyo efecto la Sala
Civil Quinta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, emitió el Auto de Vista N°
90/2022 de 16 de marzo, obrante de fs. 745 a 746 vta., por el cual declaró INADMISIBLE
el recurso de apelación, con costas y costos bajo el siguiente fundamento:
Conforme refiere el art. 443.I del Código de las Familias y del Proceso Familiar, la
resolución dentro un proceso extraordinario puede ser impugnado en el plazo de cinco
días, computables desde el día siguiente hábil de la notificación practicada. En el caso,
la Resolución N° 339/2021, de 28 de junio, fue notificada al recurrente el día viernes 13
de agosto de 2021 a hrs. 15:00, tal cual se advierte de la diligencia de notificación a fs.
687. Consecuentemente, el término para presentar el recurso de apelación feneció el día
martes 20 de agosto de 2021. Sin embargo, el apelante interpuso el recurso de apelación
el 27 de agosto de 2021, después de diez días, siendo extemporáneo el mismo.
3. Fallo de segunda instancia recurrido en casación por Rolando Rene Yujra Huaygua,
según memorial cursante de fs. 749, recurso que es objeto de análisis en cuanto a su
admisibilidad.
CONSIDERANDO II:
DEL CONTENIDO DEL RECURSO DE CASACIÓN
De la revisión del recurso de casación, se observa que Rolando Rene Yujra Huaygua en
lo trascendental de dicho medio de impugnación, acusó:
1. En ninguno de los incisos del art. 443 (debió citar el art. 434) del Código de las
Familias y del Proceso Familiar, se cita el proceso de división y partición de bienes
gananciales como proceso extraordinario.
2. El proceso de división y partición de bienes gananciales es tramitado en la vía
ordinaria y, en ese entendido, se interpuso recurso de apelación dentro la petición
del proceso ordinario.
3. Que su petición se funda dentro la base jurídica del proceso ordinario, violentando
el Auto de Vista el art. 115.I de la Constitución Política del Estado.
De esta manera, solicitó la emisión de un Auto Supremo que case el Auto de Vista y se
disponga la admisión del recurso de apelación.
CONSIDERANDO III:
CONSIDERANDO IV:
FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN
En ese entendido, el art. 364 del Código de las Familias y del Proceso Familiar (Ley Nº
603), establece que las resoluciones judiciales son impugnables de acuerdo a las
disposiciones previstas en dicha normativa; extremo que implica independientemente de
que el recurso de casación haya sido presentado dentro de plazo o quien recurre se
sienta agraviado con la resolución que impugna (legitimación procesal), si la ley dispone
que contra dicha resolución no procede recurso de casación el Tribunal de apelación que
recepcione ese medio de impugnación, tiene la obligación de negar su concesión,
conforme lo estipula expresamente el art. 399.II inc. b) de la norma citada.
Por lo tanto, el Ad quem debió percatarse que el recurso de casación fue interpuesto
contra una resolución que no admite casación, motivo por el cual debió negar la
concesión del mismo, conforme faculta el art. 399.II inc. b) del Código de las Familias y
del Proceso Familiar; empero como dicho extremo no fue advertido oportunamente por
el Tribunal de alzada, quienes por Auto de 28 de abril de 2022 cursante a fs. 756,
decidieron conceder el recurso de casación, corresponde a este Tribunal Supremo de
Justicia, en atención al procedimiento establecido en el art. 400 de la norma citada
anteriormente, y por los fundamentos expuestos supra, declarar la improcedencia de
dicho medio de impugnación, ya que no es viable la consideración y tratamiento de un
Auto de Vista dictado en ejecución de sentencia.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la Ley del Órgano Judicial de
24 de junio de 2010, y en aplicación de los arts. 401.I inc. a) de la Ley Nº 603 Código de
las Familias y del Proceso Familiar, declara IMPROCEDENTE el recurso de casación
cursante de fs. 749, interpuesto por Rolando Rene Yujra Huaygua contra el Auto de Vista
N° 90/2022 de 16 de marzo, cursante de fs. 745 a 746 vta., pronunciado por la Sala Civil
Quinta del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz. Con costas.
Distrito: Oruro.
VISTOS: El recurso de casación cursante de fs. 741 a 747 interpuesto por Elizabeth
Mamani Quispe, contra el Auto de Vista N° 332/2021 de 12 de octubre, corriente en fs.
724 a 737, pronunciado por la Sala Civil Primera, Comercial, de Familia, de Niñez y
Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, en el proceso de
comprobación de bienes gananciales, división y partición seguido por Tonny Garnica
Gómez contra la recurrente, la contestación se dio por no presentada conforme decreto
de 12 de noviembre de 2021, cursante a fs. 754; el Auto de concesión de 15 de noviembre
de 2021, visible a fs. 756; el Auto Supremo de Admisión Nº 1032/2021-RA de 23 de
noviembre, de fs. 761 a 762 vta., la Resolución N° 0100/2022-SCII de 05 de agosto,
saliente de fs. 829 a 832, todo lo inherente al proceso; y:
CONSIDERANDO I:
1. Tonny Garnica Gómez, por memorial cursante de fs. 119 a 120 vta., inició demanda
ordinaria de comprobación de bienes gananciales, división y partición, acción dirigida
contra Elizabeth Mamani Quispe; quien una vez citada, mediante memorial que sale de
fs. 136 a 138, contestó negativamente a la demanda y de fs. 418 a 419-A
vta. planteó demanda reconvencional de comprobación de bienes gananciales, misma
que previa admisión y citación, fue contestada negativamente; desarrollándose de esta
manera la causa hasta pronunciarse la Sentencia N° 60/2021 de 12 de febrero, cursante
de fs. 668 a 673 vta., donde el Juez Público de Familia 3º de la ciudad de Oruro, declaró
IMPROBADA la demanda principal, IMPROBADA la demanda reconvencional y
PROBADA en parte la pretensión de bien propio invocada por Tonny Garnica Gómez, en
consecuencia declaró como bien propio del demandante, el bien inmueble situado en la
calle Daniel Corneta Mamani Nº 400 entre Jorge Petot y Juan Lechín,
con matrícula Nº 40110100013257, registrado a nombre del excónyuge.
2. Resolución de primera instancia que, al haber sido recurrida en apelación por Tonny
Garnica Gómez mediante memorial cursante de fs. 682 a 686, y por Elizabeth Mamani
Quispe de fs. 688 a 692, originó que la Sala Civil Primera, Comercial, de Familia,
de Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, emita el Auto
de Vista N° 332/2021 de 12 de octubre, corriente en fs. 724 a 737, REVOCANDO en
parte la Sentencia N° 60/2021 de 12 de febrero, declarando PROBADA en parte la
demanda principal en cuanto a la ganancialidad de los dos tractores, IMPROBADA en
cuanto a la ganancialidad del bien inmueble en la localidad de Challapata e IMPROBADA
la demanda reconvencional determinando que el bien inmueble situado en la calle Daniel
Corneta Mamani Nº 400 entre Jorge Petot y Juan Lechín,
con matrícula Nº 40110100013257, constituye un bien propio de Tonny Garnica Gómez,
con base en los siguientes fundamentos:
3. Fallo de segunda instancia recurrido en casación por Elizabeth Mamani Quispe, según
escrito cursante de fs. 741 a 747; mismo que previa sustanciación fue resuelto mediante
Auto Supremo N° 1088/2021 de 03 de diciembre, que dispuso Casar en parte el Auto de
Vista impugnado, “…únicamente con relación a declararse la copropiedad del bien
inmueble situado en la calle Corneta Mamani N° 400 con Matrícula N° 40110100013257
de la ciudad de Oruro, a favor de Tonny Garnica Gómez y Elizabeth Mamani
Quispe, manteniendo las demás decisiones incólumes” (sic); contra esta determinación
Tonny Garnica Gómez interpuso acción de amparo constitucional, que generó que la Sala
Constitucional Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de Chuquisaca pronuncie
la Resolución N° 0100/2022-SCII de 05 de agosto, de fs. 829 a 832,
que concedió parcialmente la tutela demandada, dejando sin efecto al referido Auto
Supremo N° 1088/2021 de 03 de diciembre, ordenando se emita una nueva resolución
siguiendo los estándares del debido proceso y en observancia a los fundamentos
expuestos en el contenido de la referida resolución.
CONSIDERANDO II:
1. Violación y errónea aplicación de los arts. 393 inc. a) y 394.I de la Ley N° 603, de los
antecedentes y fundamentos explanados en el Auto de Vista, la aplicación del art. 180 de
la Ley N° 603 y su interpretación errónea porque la aplicación correcta debería ser
conforme al art. 176.I de la antedicha ley, que señala que los bienes gananciales se
adquieren de forma conjunta, porque lo lógico es la adquisición conjunta de los bienes y
no el razonamiento subjetivo y cerrado del Auto de Vista en sentido que la comunidad
subsista solo por el hecho de seguir casados y separados, pero no divorciados, dado que
la prueba aportada establece que ya estaban separados desde el 2012, lo que
es corroborado por la declaración de Benjamín Garnica Mamani, Yolanda Cabrera
Barrionuevo, Lizel Avalia Ordoñez Ledezma y Herminia Mamani Quispe, sin embargo, los
Vocales hacen entender que la prueba testifical no sirve como prueba material, siendo la
reina de las pruebas.
Razonamiento que vulneró normativa constitucional como los arts. 178.I y 180.I referidos
a la seguridad jurídica e imparcialidad con relación a la verdad material, ambos de la
Constitución Política del Estado.
De la Resolución Constitucional.
CONSIDERANDO III:
El Código de las Familias y del Proceso Familiar Ley Nº 603, en el art. 176.I manda: “I.
Los cónyuges desde el momento de su unión constituyen una comunidad de gananciales.
Esta comunidad se constituye aunque uno de ellos no tenga bienes o los tenga más que
la o el otro.”, la comunidad ganancial, es una comunidad patrimonial que contempla los
bienes muebles, inmuebles, acciones, derechos, dinero, etc. con los que cuentan los
cónyuges al momento de contraer matrimonio y los que posteriormente son adquiridos;
el matrimonio por constituirse bajo los más altos principios morales y afectivos origina,
que la comunidad de gananciales no hace diferencia personal ni patrimonial de los
cónyuges, es decir, si alguno de ellos no cuenta con bienes o cuenta con menos bienes
que el otro, para la ley, prima el principio de igualdad. Georges Ripert y Jean Boulanger
manifiestan: “Bajo el régimen legal la comunidad comprende los muebles y los inmuebles
gananciales. Si se desea, puede hacerse entrar a todos los bienes en la masa común:
hay entonces una comunidad universal”.
Sobre el mismo tópico el Auto Supremo Nº 236/2020 de 20 de marzo, estableció que: “El
régimen de la comunidad de gananciales está compuesto por los bienes propios con los
que ingresan los cónyuges al matrimonio bajo las reglas contenidas en los arts. 178 a
186 y los bienes comunes cuya regulación está contemplada entre el art. 187 a 192 de la
Ley Nº 603. La determinación de los bienes propios y comunes se encuentra claramente
descrita y reglamentada en el Código de las Familias y del Proceso Familiar Ley Nº 603,
sin perjuicio de ello por ser común dentro del ámbito jurídico, debemos aclarar, que los
bienes adquiridos después del matrimonio, así sean, el producto de los bienes propios,
se constituyen en bienes comunes.
Finalmente, según el art. 198 de la Ley Nº 603 la comunidad ganancial, termina por: por
desvinculación conyugal, declaración de nulidad del matrimonio y separación judicial de
bienes en los casos en que procede, correspondiendo posteriormente, la división y
partición de bienes conforme dispone el art. 176.II del Código de las Familias y del
Proceso Familiar: ´II. Disuelto el vínculo conyugal, deben dividirse en partes iguales las
ganancias, beneficios u obligaciones contraídos durante su vigencia, salvo separación de
bienes´(…).
(…) La unión libre o, de hecho, sin perjuicio de tener el mismo trato que el matrimonio,
para surtir efectos legales, debe ser registrado ante la oficina correspondiente, en nuestro
país el Servicio de Registro Cívico, pude registrarse de forma voluntaria, de acuerdo a lo
dispuesto por el art. 165, o por orden judicial previa comprobación de la unión libre según
indica del art. 166, ambos del Código de las Familias y del Proceso Familiar Ley N° 603.
El art. 211 del Código de las Familias y del Proceso Familiar, establece: “El acuerdo
regulador de divorcio o desvinculación podrá contener:
De ahí podemos señalar que el convenio regulador es un acuerdo realizado por los
cónyuges para regular los efectos personales, económicos y patrimoniales que
derivan de la ruptura del vínculo matrimonial, cobrando especial relevancia que
dicho documento se suscribe a efectos de promover una acción de divorcio de
mutuo acuerdo, por ello es que el inciso a) de la referida disposición se refiere a la
expresa manifestación de la voluntad de ambos cónyuges sobre el divorcio.
La Enciclopedia de Derecho de Familia, sobre el tema refirió: “El término ‘convenio’
(del latín c onventio) se refiere a la convención, ajuste o concierte entre dos o mas
personas, debiendo remitirnos al verbo ‘convenir’, ser de un mismo parecer y
dictamen, coincidir dos o más voluntades causando obligación.
De igual forma y como todo acuerdo de voluntades, no está exento que el tenor
literal de lo suscrito, no represente la verdadera voluntad de las partes, o que el
mismo no contenga estipulaciones claras que hagan inequívoco su significado, de
ahí que las reglas de interpretación previstas en el art. 510 y siguientes del Código
Civil, también son aplicables al “acuerdo regulador de divorcio”.
(…)
Asimismo, el art. 40.I del Código Procesal Constitucional establece que: “Las
resoluciones determinadas por una Jueza, Juez o Tribunal en Acciones de Defensa,
serán ejecutadas inmediatamente, sin perjuicio de su remisión, para revisión ante el
Tribunal Constitucional Plurinacional, en el plazo establecido en el presente Código”.
CONSIDERANDO IV:
FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN
Con base a lo expresado se tiene por las pruebas arrimadas al proceso, cursantes de fs.
3 a 4 vta., que el matrimonio de Tonny Garnica Gómez y Elizabeth Mamani Quispe estuvo
vigente desde el 24 de febrero de 2008 (fecha de celebración del matrimonio civil) hasta
el 14 de marzo de 2017 (fecha de disolución emitida por la Sentencia de divorcio), de
manera que en virtud de lo señalado en el art. 176 de la norma familiar vigente, la
comunidad de gananciales se constituye desde el momento de la unión hasta la
finalización de la misma, sea que uno de los cónyuges tenga bienes y el otro no, haciendo
posible a la finalización su división en partes iguales, ahora bien, en aplicación al caso
concreto, de fs. 627 a 637 se observa que Elizabeth Mamani Quispe el 17 de abril
de 2015, estando vigente su unión matrimonial, compró dos tractores agrícolas, los
cuales al haber sido comprados dentro el período vigente de la unión matrimonial, tal
como indica la norma señalada, son gananciales y susceptibles de ser divididos en partes
iguales, por lo que la prueba testifical no tiene la capacidad de desvirtuarla, porque la
comunidad de gananciales está instaurada por ley y no por convenios entre particulares.
A tal efecto no existe ninguna vulneración alegada.
En similar sentido, el autor Augusto Cesar Belluscio, señaló: “El acto jurídico
Familiar no constituye una categoría distinta del acto jurídico en general sino una
especie de este género, caracterizada por la parte del derecho civil a la cual
corresponden las relaciones jurídicas o los derechos subjetivos sobre los cuales
versa.
No hay, pues, diferencia sustancial o estructural entre acto jurídico y acto jurídico
familiar. En otras palabras puede decirse –con Diaz de Guijarro- que existe unidad
sustancial entre uno y otro; la teoría general de los actos jurídicos comprende el
acto jurídico familiar y le es aplicable a éste a falta de reglas legales especiales. La
distinción no radica en la sustancia sino en el objeto, en la especificidad de su fin
inmediato, que es un fin relacionado con el derecho de familia”.
La cláusula quinta del referido Acuerdo Regulador, prescribe: “El domicilio familiar sito en
calle Corneta Mamani N° 400 entre Juan Lechín Oquendo, así como el ajuar doméstico
que se encuentra en el mismo, quedará para el uso del hijo menor. La madre que ostenta
la guarda y custodia del menor, en dicho domicilio, podrá realizar mejoras o
construcciones en la PARTE NO CONSTRUIDA, que equivale al 50% de la superficie
total del bien inmueble, con la única aclaración de que dichas mejoras o construcciones
serán para uso exclusivamente familiar; es decir, BENJAMÍN (hijo menor) padre, madre,
familiares ascendientes del padre (tío de Tonny) e hijos que puedan tener los padres de
Benjamín en sus nuevas parejas, mismos que tendrán acceso al domicilio familiar, pero
de ninguna manera sus nuevas parejas y QUEDA ABSOLUTAMENTE PROHIBIDO
ENAJENAR por cualquiera de las partes. En el otro 50% el padre ya se encuentra
realizando construcciones de mejora con financiamiento bancario” (sic).
Conforme al art. 511 del Código Civil “Cuando una cláusula es susceptible de diversos
sentidos, se le debe dar el que pueda producir algún efecto, nunca el que ninguno”, bajo
esta lógica, la referida cláusula quinta, inicia bajo el denominativo de “domicilio familiar”,
estableciendo que el ajuar doméstico común quedará para el uso del hijo menor, y que
Elizabeth Mamani Quispe puede realizar construcciones o mejoras en el 50% del
inmueble (parte no construida) para uso familiar, ya que en el otro 50% Tonny Garnica
Goméz ya se encuentra realizando construcciones; de inicio, se descarta que el
significado sería el de asignar al inmueble la calidad de “PATRIMONIO FAMILIAR”
porque la sola estipulación de la existencia física de una división en proporción de 50% a
cada cónyuge, enerva dicho supuesto pues el patrimonio familiar es indivisible; el otro
sentido que podría asignarse es el establecimiento de un derecho de construir que Tonny
Garnica Gómez estuviera otorgando en favor de Elizabeth Mamani Quispe, sin embargo,
para que este sentido sea el verdadero resultaba imperativo que Tonny Garnica Goméz
se erija como único propietario y que Elizabeth Mamani Quispe reconociendo dicha
calidad, acepte la otorgación del derecho a construir basado en el art. 201 del Código
Civil, extremo que no ocurrió y que descarta este supuesto; consecuentemente el único
efecto jurídico que puede producir esta cláusula, es el reconocimiento de que dicho
inmueble es ganancial, tanto a partir de la naturaleza misma del acuerdo que es la
disolución de los efectos patrimoniales de la sociedad conyugal, como del destino que se
le otorgó a dicho inmueble, estableciendo que cada uno puede realizar construcciones
en su mitad (50%) ya delimitada físicamente por la materialidad de las construcciones
emprendidas por Tonny Garnica Gómez, así como por las restricciones impuestas a
estas construcciones (las emprendidas y por emprenderse) consistentes en que ninguna
de las nuevas parejas de los exesposos pueda acceder a dicho inmueble, resguardando
la cualidad de dicho inmueble como bien de familia.
Finalmente, se refuerza el entendimiento antes expuesto con la aplicación del art. 514 del
Código Civil, en virtud del cual las cláusulas deben interpretarse unas por medio de las
otras, al igual que una cláusula sea interpretada conforme a los componentes de su
contenido, de ahí que podemos concluir que luego que las partes hubieran reconocido la
calidad ganancial del inmueble, determinaron que cada cual construya en la parte ya
definida que le corresponde, que dichas construcciones deben ser de uso del núcleo
familiar inmediato (entorno del hijo menor) y que ninguna de las partes pueda facilitar el
acceso al domicilio familiar de sus nuevas o eventuales parejas; y para definir que el
inmueble sea preservado como bien de familia, se impusieron la prohibición de
enajenar en los siguientes términos y en mayúscula “QUEDA ABSOLUTAMENTE
PROHIBIDO ENAJENAR por cualquiera de las partes” (sic), lógicamente solo puede
enajenar quien es titular de la cosa, y si ambas partes se prohibieron mutuamente
enajenar sus partes, es lógico que reconocieron mutuamente que el inmueble es
ganancial, que está dividido materialmente y que ninguno de ellos puede enajenar su
50%; en ese respecto, cabe aclarar que la referida prohibición se encuentra regulada por
el art. 109 del Código Civil “Las prohibiciones legales de enajenar, se rigen por las leyes
que las establecen. Las prohibiciones voluntarias sólo se admiten cuando son temporales
y están justificadas por un interés legítimo serio”, es decir, la estipulación de dicha
prohibición recíproca, está sometida a la ley; y conforme a ello las partes en ejercicio de
su derecho dispositivo, podrán solicitar su limitación o su cumplimiento.
Asimismo, se aclara que el hecho que el inmueble no haya sido identificado con su
número de matrícula en el registro de Derechos Reales, no constituye ningún óbice en
cuanto a su individualización, pues conforme a los antecedentes del proceso,
particularmente en cuanto al certificado de Información rápida de fs. 414, se tiene que el
inmueble se encuentra en calle Corneta Mamani entre Petot y Juan Lechín, con número
de matrícula 4011010013257.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num.1) de la Ley del Órgano Judicial de
24 de junio de 2010, y en aplicación del art. 400. I d) del Código de las Familias y del
Proceso Familiar, en función al recurso de casación cursante de fs. 741 a 747 interpuesto
por Elizabeth Mamani Quispe CASA EN PARTE el Auto de Vista Nº 332/2021 de 12 de
octubre, corriente en fs. 724 a 737, pronunciado por la Sala Civil Primera, Comercial, de
Familia, de la Niñez y Adolescencia del Tribunal Departamental de Justicia de Oruro, con
relación a declararse la ganancialidad del bien inmueble situado en la calle Corneta
Mamani Nº 400 con Matrícula Nº 40110100013257 de la ciudad de Oruro, a favor
de Tonny Garnica Gómez y Elizabeth Mamani Quispe y aclarando que la
obligación emergente de la Hipoteca en favor del Banco Nacional de Bolivia es
responsabilidad de Tonny Garnica Gómez, manteniendo las demás decisiones
incólumes.
Sin responsabilidad por considerar error excusable y sin costas al ser proceso doble.
Distrito: La Paz.
VISTOS: El recurso de casación de fs. 1347 a 1351 vta., interpuesto por Lesly Acosta
Aguilar, contra el Auto de Vista Nº 261/2022 de 07 de junio, que sale de fs. 1340 a 1344
vta., pronunciado por la Sala Civil Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, en el proceso ordinario de división y partición de bienes gananciales, seguido por
Félix Reynaldo Segurondo Flores, contra la recurrente; escrito de respuesta al recurso
de casación de fs. 1354 a 1357 vta.; Auto de concesión de 29 de agosto de 2022 corriente
a fs. 1359; Auto Supremo de Admisión Nº 702/2022-RA de 26 de septiembre, visible de
fs. 1365 a 1366; todo lo inherente al proceso; y:
CONSIDERANDO I:
1. Félix Reynaldo Segurondo Flores, por memorial de demanda cursante de fs. 73 a 77,
subsanada a fs. 80, inició proceso ordinario de división y partición de bienes gananciales,
dirigiendo la demanda contra su ex cónyuge Lesly Acosta Aguilar, quien una vez citada,
por memorial de fs. 117 a 121 vta., interpuso excepción de existencia de proceso
pendiente, como también contestó la demanda de manera negativa indicando que el actor
ocultó bienes gananciales, pidiendo que se proceda a la división y partición de todos los
bienes gananciales, incluyendo aquellos que han sido sustraídos y permanecen ocultos
merced al actuar de su ex cónyuge.
2. Con esos antecedentes y tramitada que fue la causa, el Juez Público de Familia Quinto
de la ciudad de La Paz, pronunció la Sentencia Nº 109/2021 de 05 de marzo, cursante
de fs. 1283 a 1295 vta. declaró PROBADA EN PARTE la demanda, estableciendo quince
puntos sobre el detalle de los bienes gananciales y deudas, así como los bienes propios
de los ex cónyuges, disponiendo la división y partición de los bienes gananciales (activos)
al 50% si admiten cómoda división, de lo contrario se proceda a su remate en subasta
pública para que su producto sea repartido entre los contendientes, salvando en algunos
casos la averiguación de los bienes gananciales, para en ejecución de sentencia; de igual
manera, en cuanto a los bienes pasivos, dispuso sean divididos al 50% entre las partes,
sin perjuicio de que estas puedan arribar a un acuerdo transaccional satisfactorio con las
compensaciones que fueren necesarias de acuerdo al mejor interés para su
homologación.
Indicó que en procesos ordinarios en materia familiar, el art. 270.I de la Ley Nº 603
contempla la figura de la reconvención y, si la recurrente consideraba que las 22 cuentas
bancarias constituían bienes gananciales, le correspondía introducir al proceso esa
pretensión en los actos de postulación que propuso, empero, conforme a la respuesta de
fs. 117 a 123 vta., no reconvino o contrademandó, lo que impide que las referidas cuentas
bancarias puedan ser incluidos en Sentencia.
3. Fallo de segunda instancia que, al haber sido notificados a los sujetos procesales, la
demandada Lesly Acosta Aguilar, interpuso recurso de casación, por memorial de fs.
1347 a 1351 vta., cuyos argumentos se resumen a continuación.
CONSIDERANDO II:
Con esos argumentos concluyó solicitando que se case el Auto de Vista y se declare
como bienes gananciales las cuentas bancarias generadas dentro del matrimonio.
El demandante en el memorial de fs. 1354 a 1357 vta., indicó que el recurso no cumple
con el art. 274 del Código Procesal Civil concordante con el art. 396 de la Ley Nº 603; la
recurrente no ofreció los medios probatorios idóneos y lícitos para que el Juez A quo haga
la valoración; no especificó qué pruebas no fueron valoradas y en que fojas se
encuentran, no señaló si se incurrió en error de hecho o de derecho, no precisó cuáles
serían las falencias que contendría la resolución de primera instancia, constituyendo
alegaciones de carácter general que impide tener certeza cuál es el vicio procesal, no
demostró ningún agravio, incurriendo en actitud dilatoria.
CONSIDERANDO III:
CONSIDERANDO IV:
FUNDAMENTOS DE LA RESOLUCIÓN
Con el planteamiento que realiza la recurrente, está claro que denuncia omisión o falta
de resolución por parte del Tribunal respecto a uno de sus agravios reclamados en el
recurso de apelación; al respecto, como se tiene descrito en la doctrina aplicable, cuando
se denuncia omisión de resolución de agravios, el análisis solo debe limitarse a verificar
si es evidente o no que el Tribunal de apelación incurrió en esa situación.
Ante los antecedentes descrito, el tema de las cuentas bancarias (al margen de la
existencia de respuesta brindada por el Tribunal de apelación), al no haber sido objeto
de probanza con la rigurosidad que requiere el caso, tampoco sometido al principio de
bilateralidad y contradicción que caracteriza a un proceso ordinario familiar como lo
establece la Ley Nº 603; existe duda razonable respecto a la determinación si dichas
cuentas bancarias constituyen efectivamente bienes gananciales o no de los ex cónyuges
Segurondo – Acosta, lo que imposibilita a este Tribunal de casación determinar dichos
extremos, requiriéndose en todo caso de la acreditación de otros elementos adicionales,
como ser, si hubo o no separación de hecho anterior a la interposición de la demanda de
divorcio, toda vez que de acuerdo a la jurisprudencia que se tiene consolidada en esta
Sala desde el 2013 con la emisión del Auto Supremo Nº 470/2013 de 13 de septiembre,
ratificado por la jurisprudencia constitucional contenida en la Sentencia Constitucional
Plurinacional Nº 1000/2015-S1 de 26 de octubre, la comunidad de gananciales no solo
termina con la resolución judicial de separación de cuerpos de los cónyuges o con la
Sentencia de divorcio, sino también cuando existe separación real de hecho de los
cónyuges debidamente comprobada.
Por lo expuesto, si las partes litigantes persisten sobre las cuentas bancarias, dicho
aspecto corresponderá ser dilucidado mediante incidente en ejecución de sentencia y el
Juez de la causa con los deberes y facultades que le otorgan los arts. 232 y 235 en lo
que sea pertinente al caso y en aplicación de los principios constitucionales que rigen la
administración de la justicia ordinaria y los específicos del proceso familiar y en particular
de los arts. 413 y 414 de la Ley Nº 603, está facultado para someter a probanza en
ejecución de sentencia y establecer si los dineros de las cuentas bancarias reclamadas
por la recurrente, constituyen bienes gananciales o no, ya que nada impide para que se
proceda de esa forma; siendo además que dicha autoridad al momento de dictar la
sentencia en el presente caso, salvó la averiguación de la calidad de gananciales o no
de algunos bienes a ser realizado en ejecución de fallos, siendo la misma autoridad
judicial quien conoció el anterior proceso de divorcio conforme se evidencia de las
documentales de fs. 2 a 11.
Por todas las consideraciones realizadas, corresponde emitir resolución para el recurso
de casación analizado, en la forma prevista por el art. 401.I inc. b) de la Ley Nº 603 Código
de las Familias y del Proceso Familiar.
Con relación al memorial de fs. 1354 a1357 vta. de respuesta al recurso de casación, el
demandante deberá estarse a los fundamentos de la presente resolución.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42 núm. 1) de la Ley del Órgano Judicial de
24 de junio de 2010 y en aplicación del art. art. 401.I inc. b) de la Ley Nº 603 Código de
las Familias y del Proceso Familiar, declara INFUNDADO el recurso de casación de fs.
1347 a 1351 vta., interpuesto por Lesly Acosta Aguilar, contra el Auto de Vista Nº
261/2022 de 07 de junio, que sale de fs. 1340 a 1344 vta., pronunciado por la Sala Civil
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, debiendo tenerse presente
lo establecido en la presente resolución respecto a las cuentas bancarias; con costas
conforme dispone el art. 407.III de la Ley Nº 603, con cargo a la parte recurrente.
Expediente: T-15-22-S.
Distrito: Tarija.
VISTOS:
El recurso de casación corriente de fs. 167 a 168 vta., interpuesto por Justo Fernando
Calle Dávila, impugnando el Auto de Vista Nº 51/2022 de 02 de agosto, cursante de fs.
122 a 125, pronunciado por la Sala Civil, Comercial, de Familia, Niñez y Adolescencia,
Pública Primera de Tribunal Departamental de Justicia de Tarija, en el proceso de división
y partición de bienes gananciales seguido por el recurrente contra Rosario Flores
Anzoleaga; la contestación que sale de fs.172 a 174 vta., el Auto de concesión Nº
34/2022 de 11 de octubre, visto a fs. 177, todo lo inherente al proceso; y:
CONSIDERANDO I:
1. Justo Fernando Calle Dávila, mediante escrito de fs. 18 a 19, subsanado de fs. 26 a
27 y fs. 33 y vta., demandó la división y partición de bienes gananciales en contra de
Rosario Flores Anzoleaga; quien previa citación se apersonó y respondió negativamente
la demanda conforme a memorial que sale de fs. 67 a 72; en cuyo mérito se convocó a
audiencia preliminar y complementaria a cuya conclusión el Juez Público de Familia N° 2
de la ciudad de Tarija, pronunció la Sentencia N° 128/2022 de 29 de abril, cursante de fs.
85 a 86 vta., declarando como bien ganancial la construcción realizada sobre el terreno
con matrícula computarizada 6011010004853, disponiendo que en ejecución de
sentencia se designe perito para el avalúo respectivo de la construcción y su posterior
división en un porcentaje de 50% para cada ex cónyuge, salvando acuerdo de partes.
2. Resolución de primera instancia que fue apelada por Rosario Flores Anzoleaga
mediante memorial de fs. 89 a 97 vta.; remitiendo el expediente ante el Tribunal de alzada
de la Sala Civil, Comercial, de Familia, Niñez y Adolescencia, Pública Primera de Tribunal
Departamental de Justicia de Tarija, la cual emitió el Auto de Vista Nº 51/2022 de 02 de
agosto, cursante de fs. 122 a 125, que REVOCÓ la Sentencia apelada, declarando
IMPROBADA la demanda de división y partición de bienes gananciales.
3. Notificado con el Auto de Vista, Justo Fernando Calle Dávila presentó recurso de
casación, cursante de fs. 167 a 168 vta., que es objeto de examen para su admisión.
CONSIDERANDO II:
En el marco de lo preceptuado por el art. 180.II de la Constitución Política del Estado que
garantiza el principio de impugnación en los procesos judiciales, principio por el cual las
partes pueden solicitar a otro juzgador superior que revise la resolución del inferior con
la finalidad de que se fiscalice no solo la decisión asumida sino también su legalidad;
empero, no se debe dejar de lado el hecho de que este principio, en determinados casos
se encuentra limitado por diferentes factores, tal es el caso del recurso de casación que,
al ser asimilado a una nueva demanda de puro derecho, deben ser analizados ciertos
requisitos establecidos por nuestro ordenamiento jurídico haciendo una interpretación
integral de los arts. 392, 393, 394, 395 y 396 del Código de las Familias y del Proceso
Familiar, concluyéndose que los requisitos a ser analizados son que la resolución admita
recurso de casación, el plazo de interposición del recurso, la legitimación procesal para
impugnar y el contenido o expresión de reclamos en el recurso de casación, conforme el
procedimiento establecido en el art. 400 de la Ley N° 603.
Así planteados los agravios por el recurrente, se concluye que, en la forma, cumplió con
la fundamentación exigida por el art. 396 del Código de las Familias y del Proceso
Familiar, por lo cual, es admisible.
POR TANTO: La Sala Civil del Tribunal Supremo de Justicia del Estado Plurinacional de
Bolivia, con la facultad conferida por el art. 42.I num. 1) de la Ley del Órgano Judicial de
24 de junio de 2010, y en aplicación del art. 400.II del Código de las Familias y del Proceso
Familiar, dispone la ADMISIÓN del recurso de casación cursante de fs. 167 a 168 vta.,
interpuesto por Justo Fernando Calle Dávila representado por Luís Fernando Tejerina
Llave, impugnando el Auto de Vista Nº 51/2022 de 02 de agosto, corriente de fs. 122 a
125, pronunciado por la Sala Civil, Comercial, de Familia, Niñez y Adolescencia, Pública
Primera de Tribunal Departamental de Justicia de Tarija.