0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
7 vistas1 página
El padre de un estudiante le escribe al delegado episcopal de educación para expresar su preocupación por varios incidentes en el colegio de su hijo que ponen en duda la integridad y valores cristianos que promete la institución. El hijo del padre fue removido injustificadamente de la tuna escolar por el hijo de la directora. Además, ha habido múltiples casos de injusticia, desorganización, falta de profesionalismo de la directora y hasta un caso de estupro. El padre pide la atención del
El padre de un estudiante le escribe al delegado episcopal de educación para expresar su preocupación por varios incidentes en el colegio de su hijo que ponen en duda la integridad y valores cristianos que promete la institución. El hijo del padre fue removido injustificadamente de la tuna escolar por el hijo de la directora. Además, ha habido múltiples casos de injusticia, desorganización, falta de profesionalismo de la directora y hasta un caso de estupro. El padre pide la atención del
El padre de un estudiante le escribe al delegado episcopal de educación para expresar su preocupación por varios incidentes en el colegio de su hijo que ponen en duda la integridad y valores cristianos que promete la institución. El hijo del padre fue removido injustificadamente de la tuna escolar por el hijo de la directora. Además, ha habido múltiples casos de injusticia, desorganización, falta de profesionalismo de la directora y hasta un caso de estupro. El padre pide la atención del
Delegado episcopal de educación de las CIL y delegado general de las CEAS Presente Querido delegado, le envío mi más atento saludo. Mediante la presente carta apelo a su carácter de honestidad. Acudo a su autoridad para hacerle conocer la situación del colegio de mi hijo. Inicialmente, la educación de mi hijo ha sido puesta en manos de una institución que promete formar a sus alumnos bajo el amor y enseñanza de nuestro Señor y, por ende, en valores cristianos. He confiado que mi hijo estaba en una institución que difiere de la banalidad de lo cotidiano y donde podía sentirse seguro y cómodo. Pero, se han suscitado hechos que han calado profundamente en mi corazón, porque se ve inmiscuido la integridad de mi hijo. Un día, mi hijo que forma parte de la tuna del colegio, llega llorando porque indica que ha sido retirado por el profesor sin explicación previa y delante de sus demás compañeros. Mi hijo se encontraba demasiado triste porque es de mi constancia su esmero y dedicación por ser parte de la tuna, ensayando todas las noches y asistiendo a sus reuniones. Además, recalcar que el profesor de la tuna, en esos entonces, era el hijo de la directora, lo que me lleva a cuestionar la ética de la institución donde se supone que mi hijo va para formarse en un ambiente diferente a los demás por su índole cristiana. Entonces mi hijo tuvo que renunciar a su sueño de seguir tocando instrumentos, con un ir y venir. También con mucho pesar debo señalar las varias injusticias que se han cometido dentro de la institución, que muy a mi pesar debo señalar. Iniciando por la falta de profesionalismo de la señora directora para tratar con adolescentes, también, la desorganización de su plantel, y un hecho aún más lamentable, que como fieles cristianos no podemos acaparar. Con gran indignación, un hecho de estupro, ¿con que confianza puedo mandar a mi hijo todos los días a estudiar si sé que es una institución donde se cometen tantos hechos de injusticia y desacato? Sin el afán de perjudicar o causar malestar, le señalo los hechos y me despido con un atento saludo, confiando siempre en su posición de justicia y a la espera de su buena voluntad.