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EL VIENTO SOLAR
Introducción
Algunas predicciones
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capítulo 3
El campo magnético
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capítulo 3
y (3.10)
. (3.11)
La hoja de corriente
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capítulo 3
grande que la presión cinética; por lo tanto, el campo no permite que el plasma
escape y se tiene una configuración magnética cerrada.
Con la altura, la magnitud del campo decrece y llega un momento en el cual
>1 y como se vio en la introducción de este capítulo, el material sale disparado
hacia el medio interplanetario para formar el viento solar. Una situación similar
se presenta cerca de los polos, en donde la magnitud del campo magnético es
pequeña, así que >1 a bajas alturas (menores a un radio solar), formando estruc-
turas de campo abiertas (los hoyos coronales) en las que el viento es impulsado
desde regiones muy bajas de la atmósfera solar.
El resultado es muy parecido para ambas configuraciones, esto es, tanto en
los hoyos (a bajas alturas) como en regiones de campo cerrado (a grandes alturas)
el viento se lleva consigo las líneas de campo magnético, pero hay una diferencia
que es necesario tomar en cuenta. En los polos la polaridad del campo magnético
es única para todo el hoyo, ya sea positiva en el polo norte geográfico y negativa
en el polo sur o viceversa, recordemos que esta distribución cambia cada 22 años
(véase la sección relativa a la atmósfera en el capítulo anterior).
A grandes alturas, la polaridad del campo, representada por los colores azul
y rojo en la figura 3.2, se conserva desde el polo hasta llegar al ecuador en cada
hemisferio. En el ecuador la polaridad debe cambiar súbitamente y originar una
discontinuidad. A esta región de discontinuidad en la que la dirección del campo
magnético cambia de líneas que salen del Sol en un hemisferio a líneas que entran
al Sol en el hemisferio opuesto, se le conoce como hoja neutra u hoja de corriente.
Si el eje del dipolo magnético realmente fuera paralelo al eje de rotación solar,
la hoja de corriente se extendería uniformemente por el ecuador solar formando
una especie de plano ecuatorial. Sin embargo, el eje magnético no es paralelo al
eje de rotación y no solamente eso, sino que cambia su dirección con el tiempo.
En los tiempos de mínima actividad el eje dipolar forma un ángulo relativamente
pequeño con el eje de rotación. En ese periodo, la combinación de los efectos
de rotación y de la diferencia entre los ejes de rotación y magnético crea una
estructura muy peculiar en la forma de la hoja de corriente, es una estructura
que recuerda a la falda de las bailarinas (figura 3.1).
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capítulo 3
Figura 3.1. Representación de la hoja neutra del campo magnético interplanetario y la espiral
Arquímedes (http://sohowww.nascom.nasa.gov/gallery).
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capítulo 3
La parte baja de la corona solar, el lugar en donde se origina el viento, dista mu-
cho de ser uniforme; por el contrario, en ella conviven estructuras con grandes
variaciones de densidad, temperatura y campo magnético. Desde el punto de vista
magnético, la clasificación más simple es la de regiones cerradas y abiertas. Está
bien establecido que en las regiones de campo abierto, como los hoyos coronales,
se acelera el viento a grandes velocidades (mayores que 400 km/s). Parece ser que
el viento asociado con regiones de campo cerrado es más lento (menor o igual
que 400 km/s). Como resultado de lo anterior, un observador puede ver haces
de viento lento cuando está frente a una región cerrada y haces de viento rápido
cuando observa sobre un hoyo coronal. Como hemos visto, el viento solar forma
una espiral en el medio interplanetario, por lo cual los haces de viento rápido
y lento formarán una espiral también, así que si estamos observando a una dis-
tancia de una unidad astronómica, veremos un haz de viento rápido un tiempo
después de que un hoyo coronal pase frente a nosotros. Si la diferencia entre las
velocidades es lo suficientemente grande, mayor que la velocidad del sonido y que
la velocidad de Alfvén (véase la sección sobre actividad), se formará una onda de
choque en la parte delantera del haz de viento rápido. En promedio la velocidad
del viento solar es de 400 km/s, pero sus variaciones pueden ser considerables,
desde valores menores que cien hasta más de 1 000 km/s.
No es posible hablar de un viento solar promedio o quieto pues las variacio-
nes en todos los parámetros observados del viento solar son grandes y hay una
gran cantidad de perturbaciones que viajan a través de este medio. Sólo como
referencia, en la tabla 3.1 mencionaremos algunos valores “promedio” aceptados
para el viento solar a la altura de la Tierra:
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capítulo 3
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capítulo 3
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capítulo 3
el flujo. Para ajustarse a la presencia del obstáculo (es decir, alterar su presión,
velocidad, densidad), el flujo tiene primero que disminuir su velocidad a un valor
inferior a la característica; esta transición en velocidad se lleva a cabo mediante
una onda de choque. La onda de choque se puede ver como una discontinuidad
en los parámetros del fluido al frente del objeto; de un lado (que llamamos río
arriba) se encuentra el fluido ambiente que no sabe que viene el flujo de alta
velocidad, mientras que del otro lado de la discontinuidad (que llamamos río
abajo) se encuentra el fluido altamente perturbado en el que sus parámetros tales
como la velocidad y la presión tienen valores más altos que en la región río arriba.
El flujo que aquí nos ocupa es el del viento solar, el cual, debido a su alta
conductividad, arrastra consigo al campo magnético del Sol y, además, es super-
magnetosónico. En su expansión por el medio interplanetario, el viento solar
encuentra varios tipos de obstáculos y su interacción con ellos depende de las
características del objeto. Características relevantes son, por ejemplo, la distancia
heliocéntrica a la que se da la interacción, el tamaño del obstáculo, si tiene o no
una atmósfera o ionosfera y si posee un campo magnético intrínseco.
Podemos dividir la interacción del viento solar con los cuerpos planetarios
en los siguientes tipos:
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capítulo 3
La Tierra
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capítulo 3
“El número de Mach y el parámetro b ”), por lo cual la presión magnética es do-
minante (en particular, como el plasma se mueve lentamente, la presión dinámica
es incluso insignificante). El plasma del viento solar tiene una b > 1, dominando
la presión dinámica. A continuación haremos los cálculos correspondientes:
Sea:
(3.12)
; ; (3.13)
, (3.14)
PM 4 x 10-10 dinas/cm2
PD 2 x 10-8 dinas/cm2
PG 1 x 10-10 dinas/cm2.
(3.15)
(3.16)
, (3.17)
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capítulo 3
. (3.18)
. (3.19)
. (3.20)
. (3.21)
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capítulo 3
pasar a través de ella, ya que las partículas del viento solar no pueden traspasar el
objeto y son absorbidas formando atrás de la Luna una región de baja presión,
una cavidad. El campo magnético se difunde a través de la Luna con un tiempo
difusivo de d = R2 / ~ 10 s (véase la sección “La ecuación de inducción” del
primer capítulo), donde R es el radio lunar y es la difusividad magnética de
la roca lunar, considerada en primera aproximación como granito. El tiempo
convectivo para el campo magnético congelado que pasa por los flancos de la
Luna es c = R/u ~ 10 s (véase la sección “La ecuación de inducción”), donde
R es el radio lunar y u la velocidad del viento solar. Por tanto, en el caso lunar
el número magnético de Reynolds es Rm ~ 1 (véase la sección “La ecuación de
inducción”). El viento solar de los flancos se expande hacia la cavidad arrastran-
do el campo magnético congelado, lo que causa una pequeña perturbación del
campo magnético en la cavidad (véase la figura 3.9). También hay una pequeña
perturbación debida a la diferencia entre d y c.
El concepto de heliosfera
El viento solar con el campo magnético solar congelado se expanden hasta llenar
un volumen que va mucho más allá de la órbita de Plutón. A este volumen se le
llama heliosfera o dominio del Sol. El viento solar supermagnetosónico se encuen
tra con el medio interestelar, por lo cual se forma una onda de choque.
Las regiones de la heliosfera están descritas en la figura 3.10. Existe una
onda de choque llamada choque terminal, después está la heliofunda, donde
el viento solar pasa del régimen supermagnetosónico al submagnetosónico y,
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capítulo 3
Figura 3.10. Representación de la heliosfera. Se muestran las naves Viajero 1 y Viajero 2 que se
mueven hacia la heliopausa (tomada de http://voyager.jpl.nasa.gov/gallery/index.html).
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