Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Falso Matrimonio - Tracy Campbell
Falso Matrimonio - Tracy Campbell
©Tracy Campbell
FALSO MATRIMONIO
Primera Edición Enero 2023
Sello: Independently published
Todos los derechos reservados.
Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización escrita
del copyright, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier método o procedimiento, así
como su alquiler o préstamo público.
Gracias por comprar este ebook
Índice
Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Epílogo
Prólogo
Pero se equivocaba conmigo. La razón por la que seguía siendo virgen a los
veintitrés años no tenía nada que ver con la espera del hombre perfecto.
Aunque si lo hiciera, ese sería John Sullivan. No era una mojigata ni creía
en los cuentos de hadas de reservarme para el matrimonio, aunque admitiría
La forma en la que sus ojos se desviaron hacia mis labios hizo que se
me hiciera la boca agua por las ganas que tenía que probarlo. Estuve a un
Me encogí de hombros.
Se estaba burlando de mí, lo que me hizo sentir aún más como una
incómodo.
para decir algo que me llevaría a perder mi virginidad de una vez por todas,
Soy demasiado viejo para ti. —Su voz bajó, no en volumen sino en tono. Al
—Entonces, eres una mujer joven con toda la vida por delante. —Puse
Fruncí el ceño.
aceptar que no era la mujer para John, aunque quisiera serlo, pero no podía
creer que algún día no hubiera una mujer que los hiciera felices a él y a
amor de nuevo.
no había visto antes. Estaba claro que algo le había pasado de pequeño—.
No haré pasar a Ellie por eso. Y, si te soy sincero, no quiero que me vuelvan
a pisotear el corazón.
Odiaba a las personas de su vida que le habían hecho daño y que lo habían
hecho temer al amor.
—¿Cómo es que los hombres son capaces de tener sexo porque es
agradable, pero para una mujer tiene que ser una especie de cuento de
hadas? —pregunté.
—No es así. Pero una mujer que ha esperado tanto tiempo como tú
suele hacerlo por una razón.
año, puedo ver que no eres una mujer impulsiva. Todo lo que haces es con
—¿Crees que las mujeres no tienen impulsos? —Yo los tenía. Todo mi
haces tú.
que nos separaba y plantar mis labios en los suyos. Lo que me impedía
seguir ese impulso era que su declaración sugería que, como hombre, no
mi clara oferta. Eso significaba que no sentía ese impulso conmigo. Me veía
—He herido tus sentimientos —dijo, con una voz suave y preocupada.
Su empatía era otra cosa que me gustaba de él. ¿Por qué no podía ser un
entrecerraron.
—¿No me crees?
—No.
excitación. Deslicé mis dedos alrededor de ella para medir su grosor. Los
suspiro.
—¿Ves? La excitación.
Mi mirada se dirigió a sus ojos, que ahora estaban ardiendo. Hizo que
—No estoy jugando, John. —Siendo impulsiva como él, tomé su mano
y la puse sobre mi pecho. Jadeé cuando su palma cubrió mi sensible pezón a
oscuro y sexy.
Sus manos se deslizaron por debajo de mi camisa, tirando de ella hacia
arriba. Me la quité de un tirón y la lancé a un lado mientras él desabrochaba
Era lo más bonito que podía haber dicho. Pero no tuve tiempo de
responder porque su boca comenzó a chuparme el pezón, y las sensaciones
que jamás había visto. Pasé la lengua por un pezón, y me encantó la forma
en la que siseó en respuesta.
—Emma...
de su polla.
palpitaba por querer tenerlo dentro. Mis pezones estaban duros y doloridos.
Me había excitado antes, pero nunca así. Nunca como si fuera a morir si no
me corría.
Grité, si eso se sentía tan bien, solo podía imaginar cómo sería cuando
él estuviera dentro de mí.
—Por favor, John. —Cerré los ojos mientras mi cuerpo era asolado por
la necesidad. Al sentir que no pasaba nada, abrí los ojos. Me miraba desde
arriba, y estaba segura de que iba a parar.
—Emma.
—Sí... tan bueno... más. —Mi coño gritaba por tenerlo todo.
delante, esta vez deslizándose un poco más hasta dar con una barrera. Mi
cuerpo lo deseaba y al mismo tiempo se resistía a él.
—Estás tan jodidamente apretada. —Sus ojos se cerraron de golpe.
Respiró hondo un par de veces. Era el momento. Por fin iba a darme
de mí.
su lugar, estaba siendo criada por su padre, que era la personificación del
clase.
Peterson.
—No sé quién será vuestro profesor, pero sé que todos seréis unos
aprender.
recoger sus cosas y a hacer cola para los autobuses. La señora Mayer los
acompañó a la zona de recogida yo me quedaba limpiando la clase y
era la que la llevaba a casa y la cuidaba hasta que su padre llegaba del
trabajo.
pero era un poco estricto con los dulces. No había en la casa, y Ellie solo
había hecho galletas con Ellie antes, pero John siempre las mandaba a casa.
estaba encantada de haber trabajado con ella este año. Me decepcionó que
cómo pagar la escuela. Tenía unos padres estupendos, pero mi padre era
estaba bien pagado, no quería pedir más. Como resultado, a menos que
consiguiera una nueva beca o me tocara la lotería, no podría pagar mi
último año de estudios. Tenía este verano para averiguar cómo pagarlo.
seguro era bajo, así que no me quejé. Un hombre como John, joven,
inversiones inmobiliarias.
—Por eso me dejó mi mujer —me dijo una vez—. Ella piensa que soy
un avaro. ¿Por qué tener todo ese dinero si no podemos divertirnos con él?
—Son para su fiesta de mañana, así que creo que estará bien.
horno.
padre y su madre. Tenía el pelo oscuro como los dos, los llamativos ojos
como él.
para ser modelo. Ella y John parecían llevarse bien. Dos veces en el último
año, ella había estado en Nueva York con suficiente tiempo libre para visitar
juego horizontal, pero a los pocos días ella se marchó a Roma o a París o a
donde quiera que fueran las modelos, dejando atrás a un hombre y una niña
ello. Para los niños de la guardería era perfecto, ya que no requería lectura
ni matemáticas. Pero había jugado a ese juego muchas veces; no solo con
Ellie, sino también con otros niños a los que cuidaba en mi casa de
que le prepararía para cenar. John solía llegar a casa sobre las siete, lo que
era demasiado tarde para que Ellie comiera, así que le preparaba la cena. La
mayoría de las veces también preparaba lo suficiente para John. Pensé que
así tendría más tiempo para pasar con Ellie por las tardes si no tenía que
preocuparse de alimentarse.
plastilina.
Estaba sacando las verduras asadas del horno cuando resonó el sonido
de la puerta abriéndose y cerrándose.
acostumbrada a verlo. Pero cada vez que miraba su camiseta ceñida sobre
su amplio pecho, el fino culo que llenaba sus vaqueros, por no mencionar el
debería de tener algo más de tiempo libre para este pequeño monstruito... —
Levantó a Ellie en el aire y le hizo una pedorreta en la barriga.
—Papá. —Se rió, y su sonido junto con la escena fue demasiado dulce.
Me sentí un poco como una intrusa.
—La cena estará lista en diez minutos. Ellie, ¿por qué no le preparas
satisfacción.
patético lo mucho que me gustaba cada vez que me invitaba a cenar con
ellos en noches como esta. Me sentía como una colegiala tonta deseando
cabeza.
dirigida a Ellie.
—¿Y tú, Emma? ¿A qué grado vas el próximo año? —preguntó, dando
un mordisco a las verduras. Me encogí de hombros mientras empujaba la
comida en mi plato.
—¿Si?
—Sí. —Ellie persiguió una col de Bruselas por todo el plato con el
tenedor.
llegaba bien; un gesto que no era necesario y que, sin embargo, me parecía
totalmente entrañable.
compañera de piso. Estaba sentada en el sofá pintándose las uñas de los pies
de un rosa intenso.
Winona.
el esmalte.
Sacudí la cabeza.
he visto en una cita. Creo que está demasiado concentrado en criar a Ellie.
Fruncí el ceño.
—¿Tú crees?
—Tiene que hacerlo alguna vez, ¿no? ¿No se les arrugan las pelotas a
los hombres si no se corren de vez en cuando?
Sabía que Bethany estaba bromeando, pero aun así le dije:
Capítulo 2
John
pero pensé que tenía, al menos, un año más de su ayuda. La idea de tener
que encontrar a otra persona adecuada para ayudarme era solo una parte. La
verdad era que me gustaba estar cerca de Emma. En noches como la de hoy,
cuando se quedaba a cenar con nosotros, sentía que le estaba dando a Ellie
vida, Emma era lo más parecido a una figura materna, y lo hacía bien. El
único problema con Emma era todo lo que apreciaba de ella. Como era tan
veces era molesto tener que lidiar con lo que despertaba en mí. Emma tenía
ese aspecto sexy de chica de al lado, con su pelo rojo dorado, sus ojos
como un viejo verde. De acuerdo, no era mucho mayor que ella en años,
pero en experiencias vitales, sí. Una mujer como ella se convertiría en una
darle.
Pensé que la tenía con su madre, Verónica, pero resultó que Ellie y yo no
éramos suficientes para ella. No hacía falta un psiquiatra para decirme que
casarse con Phoebe y tener un hijo a los veintidós años era un intento de
mejor que pudo, pero resultó que lo mejor que hizo había sido insuficiente.
—Dos burbujas —dije, caminando con ella hacia su baño. Ella se rió.
—¡Papá!
algunos libros.
acostaba en su cama.
—Espero que Emma también pueda ser mi profesora el año que viene.
Dejé de lado mi enfado con Phoebe por no ser la madre que Ellie se
Sobre el papel, tenía una buena situación económica, aunque mucha gente
no lo sabría por cómo vivía. Podía permitirme una casa más grande en la
parte lujosa de la ciudad y un coche lujoso, pero no los necesitaba, así que
necesitábamos para llegar allí. Tenía todo lo que necesitaba, al igual que
Ellie.
éxito se levantaban temprano. Hoy agradecí el tiempo extra que tenía para
mí antes de que Ellie se despertara para encaminar mi día por una senda
Tenía unos cuantos aparatos para hacer ejercicio, así que después de
en la casa. Sabía que Emma pensaba que era demasiado estricta con esa
regla. Apreciaba que la respetara la mayoría de las veces, pensé al ver los
este verano.
Al pasar por mi ventana, abrí la cortina para disfrutar del sol mientras
que fuera, nunca perdía la oportunidad de echar un vistazo para ver si ella
estaba allí.
masturbaba en la ducha. Parecía que esta mañana iba por el mismo camino.
quería una de las casas más grandes junto al río, pero esta era una inversión
con todos los accesorios de alta gama que ella quería. Tres años después,
ella se había ido. Sin embargo, no podía negar que la ducha de azulejos con
sexo ocasional de amigos con derecho hasta hace casi un año. Desde
entonces, mi única liberación sexual provenía de pensar en Emma. No es
me hundía en ella.
Estaba desnudo, excepto por el tatuaje del nombre de Ellie, que estaba
decorado con margaritas. Emma se volvió, me miró con sorpresa y luego
Tomé aire y luego sumergí la cabeza bajo el chorro mientras las dulces
despertar a Ellie. Por suerte, era una niña muy alegre, y siempre se
levantaba con una sonrisa.
—Nunca.
Emma
el cuidado de la piel. Pero estaba segura de que John ganaría más si decidía
camisa. Pero llevaba la ropa de una manera que mostraba su físico perfecto.
desde su tenso culo hasta su esculpido pecho y sus fuertes brazos, mientras
se abría paso por la zona de estar abierta hasta la cocina. Lo que más
deseaba era ver cómo era sin nada de ropa encima. Aunque solo pudiese
comido todos.
—Papá, ¿te los has comido? —Ellie lo miró mientras ponía las manos
venir.
—Allí estaré. —Se pasó la mano por su pelo corto y oscuro—. No
puedo creer que Ellie esté terminando su primer año de escuela. —Sacudió
la cabeza—. Parece que fue ayer cuando la trajimos a casa desde el hospital.
Sonreí, sin ocultar lo mucho que me gustaba lo abierto que era con su
amor por Ellie. Nunca había visto ni oído hablar de los abuelos, lo que me
llevó a creer que John no había tenido una vida familiar como la que estaba
—Esa frase se la escucho decir mucho a los padres. ¿Crees que algún
saludables.
—¿De verdad? ¿Te rindes solo porque tu primer bateo no fue muy
refería solo en que no necesitaba a una mujer para poder criar a Ellie.
quitarle importancia a todo lo que has hecho por nosotros. Pero en términos
—Estoy lista.
—Aquí tiene su almuerzo, señorita Ellie —dijo entregándole la
fiambrera.
—Me gustaría que fueras mi profesora. —Le sonreí a través del espejo
retrovisor.
—A mí también me gustaría serlo. Todavía tengo que terminar mi
escuela.
ayudé a salir del coche y caminé con ella hasta el aula. Dejé los brownies
junto a las golosinas que habían traído los otros niños mientras Ellie ponía
su fiambrera en su cubículo.
año con los niños y lo mucho que habían aprendido. Dirigí un proyecto de
arte que consistía en recopilar parte del trabajo que habían hecho durante el
—¿Llego pronto?
—¿Puedo ayudar?
—Voy a ir corriendo a la sala de profesores a por las bebidas. ¿Puedo
—Probablemente no.
los zumos de la nevera y los llevé de vuelta al aula. Cuando volví, los niños
habían llegado del recreo y John había sido reclutado para leerles un cuento
—Aquí están las bebidas —dije mientras les entregaba una a cada
niño.
zumo con Ellie mientras ella le enseñaba el libro que había hecho esa
mañana. Era una pena que no compartiera con los demás el amor que
claramente llenaba su corazón. Tenía mucho que dar, y era triste que
Verónica lo hubiera arruinado en cuanto al amor y a tener una familia más
grande.
Cuando la fiesta terminó, John se fue junto con los otros padres, y
terminamos el día con los niños. Fue triste despedirse de ellos y de la señora
Mayer cuando el día terminó. Esperaba poder quedarme en la ciudad para
—¡Sí! —En el parque, Ellie pasó la mayor parte del tiempo en los
columpios. Estaba claro que le encantaba sentir el viento en la cara. O tal
—Solo está cansada por el día tan intenso que ha vivido. Tengo
—Tengo hambre.
abrazándola.
mayoría de los casos, me quedaba a comer con ellos unas cuantas noches al
mes, pero en el transcurso de la semana siguiente, Ellie me preguntó si
podía quedarme todas las noches. Ella y yo nos pasábamos el día jugando,
era una mala señal lo apegada que estaba a las dos, y tendría que lidiar con
eso sobre todo si me iba a ir al final del verano.
Aun así, por la noche, sola en mi cama, a veces dejaba que mi mente
vagara con la fantasía de ser algo más que la niñera de Ellie. Sabía que
nunca sustituiría a su madre, pero podría ser algo más que una simple
niñera para las dos si me dejaran. Pero John había sido claro cuando dijo
descartaba esa idea. Sabía que John me apreciaba y respetaba. Tal vez
incluso se preocupaba por mí, pero no era más que la niñera. Había
John
Los viernes en el gimnasio no estaban tan concurridos como otros días aquí
en las afueras. Supongo que la gente empezaba el fin de semana temprano.
hasta los topes. Es una de las muchas tendencias que he seguido en mis
cinco gimnasios. A pesar de que los viernes haya menos asistencia, todos
mis gimnasios funcionan bien. Aunque hacía viajes mensuales a cada uno
de ellos, pasaba la mayor parte del tiempo en el que está cerca de casa, en
parte porque era el primero, pero también para estar cerca de Ellie, por si
pasaba algo y me necesitaba. No es que no confiara en Emma, porque lo
hacía. Tanto si se iba este otoño como el año que viene, iba a echarla de
menos. Estaba seguro de que no encontraría a nadie tan cariñoso con Ellie.
Cuando las veía juntas, no eran solo una niñera y una niña. Los dos estaban
unidas. Sabía que sería duro para mí verla partir, pero lo sería aún más para
Ellie.
Pero como dice el refrán, «todo lo bueno tiene que llegar a su fin». Mi
modelo. No estaba hecha para la vida doméstica, algo que no había sido
evidente hasta que nació Ellie. No podía estar completamente resentido con
ella, porque sin ella no tendría a Ellie. Pero no podía entender cómo podía
entrar y salir tan fácilmente de la vida de Ellie. La verdad era que Emma era
más madre para Ellie de lo que Verónica nunca lo fue. Algún día, Emma
puta. Ya lo envidiaba.
Sacudí la cabeza ante esa idea. Emma era una gran mujer, pero no para
mí.
—Verónica. —Me puse de pie y fui hacia ella, dándole un abrazo, tal y
como siempre hacía. Todavía olía a perfume francés caro. Llevaba el pelo
sin avisar. Normalmente, entraba como si fuera la dueña del mundo. Hoy,
que la mujer con la que una vez creí que pasaría toda la vida estuviera
casada con otro hombre. No, me molestó la idea de que Ellie tuviera un
padrastro.
tenía dinero.
—El caso es que pienso estar más por aquí, lo que significa que podré
Supuse que era mejor tarde que nunca. Mi cerebro me decía que era
bueno para Ellie poder ver a su madre más a menudo, pero no me gustaba la
—¿Qué? ¿Cómo es posible que sea ya tan mayor? —Lo dijo como la
almorzar juntos y que luego pudiéramos llevar a Ellie a Nueva York el fin
de semana.
Inspiré hondo. Parecía que iba a necesitar algo más que un almuerzo
«Yo era bueno contigo», pensé, pero no lo dije. Por supuesto, «bueno»
era relativo. La traté bien, pero no gasté todo mi dinero en ella. Lo más
probable es que este tipo fuera rico y bueno con ella económicamente
hablando.
Resultó que ambos teníamos razón. Leo Dalton era, por lo menos,
conectando de forma tan abierta con Leo sugería que su matrimonio era
legales y de visita.
—Ellie es toda la vida de John —dijo Verónica. Era cierto, pero por su
—Bueno, ahora puedes tener algo de tiempo para ti. Salir y vivir un
encantó, pero ahora quiero bajar el ritmo. Y quiero ver a Ellie ahora que se
con Leo. Tenía más dinero del que necesitaba, pero perdería si me
enfrentaba a Leo financieramente.
la casa de al lado.
—Sí. La madre de Ellie está en la ciudad y quiere que Ellie pase el fin
de semana con ella. ¿Puedes prepararle una maleta y tenerla lista en una
hora más o menos?
entendía que Ellie necesitaría ir bien vestida y arreglada para encajar con
Verónica y su rico marido—. Te veré en una hora.
debía a tener que compartir a Ellie. Eso, y la idea de que Verónica quería
sentar la cabeza. Eso significaría más visitas con Ellie... más compartir.
Sabía que eso era bueno para Ellie, pero no podía detener los sentimientos
de resentimiento y rabia. Ellie era mía, maldita sea.
restaurante. Verónica y Leo estaban sentados, con las cabezas juntas en una
discusión. Los ojos de Leo brillaban con afecto, al igual que los de
Ellie antes de enviarla con su madre. Primero hice una rápida parada en la
tienda de teléfonos y cogí un pequeño y sencillo teléfono móvil. Era
demasiado joven para ello, pero no pude evitar sentir que quería que tuviera
acceso a mí si me necesitaba. Nunca me había sentido tan desubicado por
excepto las pocas veces que se colaba en mi cama. Pero ahora tenía un
nuevo marido y se llevaba a Ellie a su nueva casa en Nueva York. No me
Emma
en Ellie. Bueno, por supuesto que no lo hacía. Si lo hiciera, sería más activa
John, no había visto ni oído hablar de una visita de Verónica. ¿Qué clase de
madre podía pasar tanto tiempo sin ver a su hija? Claro, si estuviera en la
cárcel tendría sentido, pero se había ido porque así lo había elegido. Tomó
la decisión de estar lejos de su hija. Eso no tenía ningún sentido para mí.
—Hola, cariño.
quería que se fuera. ¿Tenía algún motivo para estar preocupado por este
viaje, o simplemente iba a echarla de menos?
a que los niños entendieran lo que los adultos les decían. ¿Había tenido
ceño.
—Te he comprado un teléfono, solo para este viaje. Quiero que lo uses
solo cuando sea necesario, como cuando extrañes tu casa o te sientas sola o
Un teléfono parecía mucho para una niña de cinco años, pero estaba
claro que John se sentía tan incómodo con este viaje como parecía estarlo
Ellie.
—¿El nuevo marido de mamá es mi nuevo papá? —Su voz era tan
—Sé que esto es diferente a lo de antes, pero ya eres una niña grande y
esquina.
—Tal vez podrías preparar un bocadillo para Ellie. Son casi dos horas
considerado.
—Me pondré a ello. —Sonreí queriendo tranquilizarlo, pero todavía
John abrió la puerta, y Verónica —una mujer a la que solo había visto
Verónica.
—Ya tengo cinco años —dijo Ellie con una mano aún envuelta en la
abrazo?
Ellie giró la cabeza para mirar a John, que asintió con la cabeza, pero
Perra.
—Ellie.
Ellie.
mamá y ella cuidará bien de ti. —Volvió a mirar a Verónica como diciendo:
«más te vale que la cuides bien».
demasiado tarde.
yo estaba allí.
Ella asintió.
—De acuerdo.
regresó.
—Ni siquiera tenían una sillita para el coche. —Sus ojos eran oscuros
Nunca lo había visto beber nada más que agua o café, así que fue un
—No, gracias.
—No puedo entender lo que siento —dijo, bebiéndose la mitad del
vaso.
—¿Ellie nunca ha pasado tiempo con ella a solas? —Sabía que, para
una niña de cinco años como Ellie, las transiciones podían ser duras,
especialmente una que involucrara a una madre que no había visto durante
casi un año. Pero John actuaba como si Verónica nunca hubiera visitado a
Ellie.
—¿Aquí? —Suponía que para Ellie esa era una buena situación, pero
me parecía extraño que su ex se quedara con ellos en su casa.
—Eso tiene sentido. Supongo que era como en los viejos tiempos. —
Me miró.
—No voy a negar que Verónica y yo a veces compartíamos la cama…
algún mensaje, pero no había nada. Abrí mi correo electrónico, pero solo
había spam.
—. ¿Estás bien?
—La verdad es que no. Quiero decir, sé que estará bien, pero odio
—Sí que lo crees. Crees que soy un padre sobreprotector. —Lo dijo
con tono divertido.
—Lo que creo es que le dijiste a Ellie que entendías que podía
—Lo pensé, pero más escuela significa más dinero. —Se enderezó.
—Ya tengo algunos. Planeo ser profesora, lo cual no pagan bien, y por
eso no quiero llegar a una situación en la que no pueda vivir porque toda mi
paga se destine al pago de los préstamos.
sonrisa desapareció.
—¿Sobre qué?
quiero que forme parte de la vida de Ellie, pero Ellie es mía. —Me miró—.
¿Suena egoísta?
—¿Niñera y masajista?
—Te compensará el extra que me has pagado. Se me da bien.
Pregúntales a mis compañeras de piso. Les doy masajes en los hombros
todo el tiempo.
—Ahora tienes tiempo para ti. ¿Qué vas a hacer este fin de semana? —
Se rió.
—No lo sé.
—¿Tienes algún hobby? ¿Tal vez una posible cita? —Esperaba que no
tuviera esto último.
Se burló.
—Ninguna cita.
Resoplé.
—No creo que los monjes estén tan musculosos como tú. —Sonrió.
—¿Te has dado cuenta de mis músculos? —Puse los ojos en blanco.
—No.
—Es viernes por la noche. Seguro que tienes planes con las chicas para
salir, vivir la vida.
—¿Por qué?
—Tiene que haber muchos hombres por ahí que quieran darte esa
oportunidad.
Al principio no respondí y en su lugar seguí masajeando sus hombros.
no estaba interesada.
—¿De cuáles?
—Nada de ligar con ningún hombre. —No estaba segura de por qué
había dicho eso. No necesitaba saber que todavía era virgen. Frunció el
ceño mientras me miraba por encima del hombro.
—¿Nunca?
—No.
por su hija. Pero se equivocaba conmigo. La razón por la que seguía siendo
virgen a los veintitrés años no tenía nada que ver con la espera del hombre
perfecto. Aunque si lo fuera, este sería John Sullivan.
John
todas las erecciones ante la idea de que fuera virgen, era perturbador. Pero
Me moví y me giré para mirarla, sin darme cuenta, hasta que fue
demasiado tarde, de lo cerca que estábamos. Ella se mordió el labio inferior
gilipollas.
—Me cuesta creer que no hayas tenido ya las dos cosas —logré decir
una de las mujeres más bellas del mundo. Hoy en día, se necesitaba algo
gimnasio la tocara.
—¿Cómo yo? —Su cabeza asintió una vez—. Soy demasiado mayor
para ti. —Mi voz sonó ronca a mis oídos. Tenía que alejarme, pero joder, le
por ella.
—¿Y?
había deseado a nadie, pero estaba mal por muchas razones. Reuní mi
mereces tener a un hombre que pueda ofrecerte algo, sobre todo la primera
vez.
Tuvimos esta discusión el otro día. Pensé que había sido claro en mis
corazón.
agradable, pero para una mujer tiene que ser una especie de cuento de
hadas?
—No es así. Pero una mujer que ha esperado tanto tiempo como tú,
suele hacerlo por una razón. —No había manera de que se hubiera guardado
conveniente. Estaba claro que no había estado cerca de otros hombres muy
haces tú.
dulce aroma. Pero luego se apartó y sus ojos miraron hacia abajo.
herirla.
—¿No me crees?
—No.
todo porque ella me excitaba. Aunque sabía que no debía hacer nada, cogí
—Emma...
alejarme de esto.
Tenía que parar, pero sus dedos estaban desabrochando mis vaqueros y
bajando la cremallera. Pasó el pulgar por la punta de mi polla, haciéndome
ver estrellas.
sexy y suave hacia atrás en el sofá, y luego volví a chupar esas hermosas
tetas. Ella metió la mano entre nosotros, rodeando mi polla.
—Te deseo —jadeó mientras movía sus caderas para encontrarse con
mi polla.
la mía.
Bueno, ya éramos dos. Pero, por Dios, no debería estar haciendo esto.
Ella era la niñera de Ellie. Yo era su jefe. Esta era su primera vez. Abrió los
ojos y me miró.
—Emma.
—Fóllame, John.
esto.
poco más hasta que encontré una barrera. Ella ya se había ajustado, pero
sabía que cuando la atravesara, sería tan jodidamente dulce y apretada.
haciéndome saber que estaba lista. Jesús, era tan hermosa y dulce. Se
merecía un hombre que le diera el mundo. Ese hombre no era yo.
Emma
¿Qué? No. Me acerqué a él, que seguía arrodillado entre mis piernas.
—Nada, cariño. Joder. —Se pasó las manos por la cara y luego me
—Eres una mujer hermosa y sexy que ha esperado a alguien para hacer
llores, me dije—. Supongo que tenías razón, porque ahora solo me siento
humillada.
—Pero sí quiero esto. Lo quiero tanto que apenas puedo ver con
claridad. Pero debería ser algo más que un polvo en el sofá con el padre
soltero de al lado.
mejilla.
digno.
—Te agradezco que te preocupes por mí, pero no soy una niña. Sé lo
que hago y lo que pido. Tal vez no debería haberlo pedido. Ahora veo que
—¿Qué?
—¿En serio?
—De verdad.
tenemos... nuestra amistad, o tu relación con Ellie... y espero por favor que
que no puedes dar. Ni siquiera estoy pidiendo más que lo de ahora mismo.
mi virginidad. —Suponía que, hasta cierto punto, eso no era del todo cierto.
Aunque aceptaba que John nunca querría tener una relación más allá de la
amistad conmigo, eso no significaba que no sintiera nada por él, o que
deseara que me permitiera cuidarlo. No quería solo una noche, pero si eso
que no era digno, pero no creí que lo escuchara escucharlo—. Por lo menos,
ahora que lo he visto todo, seré capaz de pensar en cosas reales cuando esté
pensando en ti.
Tragué saliva.
follándolas.
Ladeó la cabeza.
—No quiero imaginarlo, Emma. —Su voz era suave mientras movía
lo quería todo.
—Quiero esto.
Paró. Lo agarré, sintiéndolo dentro de mí. Era tan grande que sentía
—Sí —dije. Sí, esto era lo que quería. Su polla masajeó las paredes de
—¿Te gusta eso, Emma? —Se retiró un poco más y volvió a meterla
—. ¿Te gusta que te folle?
—Sí. —Lo agarré con fuerza, en parte para evitar que cambiara de
esperar.
—Oh, Dios. —Ya me había dado orgasmos antes, pero nunca me había
—Joder... Me estoy corriendo. —Me agarró las caderas con las dos
manos y empezó a meter y sacar la mano. La fricción era muy buena, mejor
de lo que había imaginado. Se metió dentro, golpeando mi clítoris, y en un
El placer me sacudió, ola tras ola. Justo cuando creía que había
—¿Estás bien?
Asentí con la cabeza porque las palabras se me escapaban. Estaba más
que bien. Era increíble. Me pregunté cuánto tiempo tendríamos que esperar
para volver a hacerlo. Lo miré, queriendo preguntarle, pero las palabras se
Solo pude asentir de nuevo. ¿De verdad iba a estropearme esto otra
tenía un bagaje si no podía ver que lo que acababa de pasar entre nosotros
era perfecto. Bueno, perfecto para mí.
sensación. Probablemente tenía que hacer algo más que quedarme allí
tumbada.
Apoyé las palmas de las manos en los ojos mientras la humillación me
tomaría con calma. ¿Le agradecía que me hubiese follado o hacía como si
no hubiese pasado nada? Tal vez debería irme ahora y no enfrentarme a él.
Dios, tal vez tenía razón. No sabía las ramificaciones. No sabía lo que
estaba pidiendo.
Salió del baño con una toalla envuelta en la cintura y una bata en la
John
Sabía que esto pasaría. Mi puta polla lo había hecho mal. No debería haber
tocado a Emma, y mucho menos quitarle la virginidad. Pero mi polla pudo
Emma se merecía algo más que una aventura casual de una noche.
Escuché lo que dijo sobre que no quería nada más, pero también sabía que
no sabía realmente lo que el sexo podía hacer. Sí, podía dejarse en manos de
sentía, pero no era nada bueno. No era esa expresión de felicidad que había
parte, tal vez debería darle las gracias, porque había sido el polvo más dulce
cena.
—¿Sí?
aliviar su humillación.
—Lo siento...
como lo habían hecho la primera vez que traté de evitar que ocurriera este
choque de trenes.
la polla.
Quería que supiera que lo había disfrutado, pero no quería darle la idea de
arriba —dije señalando mi cabeza—, sabía que era una mala idea. No
porque haya algo malo en ti, sino porque el sexo complica las cosas. Porque
eres una mujer inteligente que sale al mundo, y yo soy un padre soltero que
Ella asintió.
—Lo entiendo.
No creí que lo hiciera, pero estaba claro que no había nada que pudiera
realmente lo bueno que podía ser entre un hombre y una mujer. «Solo lo
hemos hecho una vez», razonó mi polla. ¿Por qué no darnos todo el fin de
estaba. Estaba solo por primera vez en mucho tiempo. «¿Ves? Podría
¡Cállate!
dado a Ellie.
—Entonces, ¿por qué darle un teléfono móvil, John? Tiene cinco años.
No necesita un teléfono.
Pensaba que era una madre egoísta. Era atenta cuando estaba, pero no
estaba mucho.
—Vamos, Verónica. Has vivido tus sueños durante los últimos años.
Nunca te he detenido. Si querías salir, saliste. Pero si crees que voy a decir
que está bien que hayas elegido el dinero y la fama y a ti misma por encima
no puedes molestarte en verla más que unas pocas veces al año. Te perdiste
cabreando de nuevo.
—Le envié...
envío con su madre, con la que nunca ha pasado tiempo a solas sin que yo
esté cerca.
—¿Por qué estás siendo tan idiota?
—Yo habría dejado que te llamara, cosa que por cierto no ha pedido
había sobre la nevera. Si había una noche para emborracharse, era esta. Me
serví un trago y me lo bebí.
—Quiero que Ellie sea feliz. Ella quiere una madre, Verónica. Cada
—No soy una mala persona, John. —Su voz sonaba más tranquila. La
Ellie... y la mía, supongo. Esto también es difícil para mí. Nunca he estado
lejos de ella así. Nunca. —Esperaba que ella tuviera algo de empatía por
mí.
encontrara ser madre tan desagradable como hace tres años y se marchara
de nuevo.
—¿Ese es mi papá? —Escuché a Ellie decir de fondo. El corazón se
me subió a la garganta y la necesidad de abrazar a mi hija casi me hace caer
de rodillas.
—Sí.
—Hola, papá. —Me dejé caer en una silla mientras su dulce voz
llenaba mis oídos.
—Sí. Aquí no tienen jardín, pero el parque está al otro lado de la calle.
Allí hay un zoológico. Papá Leo dice que podemos ir mañana.
niña?
—Eh... escucha, ¿puedes volver a poner a tu madre? Te quiero, cariño.
Diviértete.
—Es alérgica a los perros. A los gatos también. —Se hizo el silencio.
Como no quería que pensara que la estaba llamando mala madre, dije—. Le
—Lo juro por Dios, Verónica. Tenía una amiga en el colegio que tenía
—De acuerdo.
Colgó antes de que pudiera decir algo más. Me senté, sin saber qué
pensar de la conversación que acaba de tener, aunque en el fondo no me
gustaba.
así que ahora iba a pasar de todo. Me arriesgaría a tener las pelotas azules
porque la culpa era una mierda.
un vestido verde que hacía brillar sus ojos, y su piel parecía suave y sedosa.
También dejaba poco a la imaginación, acentuando sus tetas perfectas, la
curva de sus caderas y sus sensuales piernas. Una vez superada la sorpresa,
me cabreé. ¿Ahora que había perdido su virginidad iba a salir a buscar otro
Para distraerme al entrar en mi casa, decidí mover los muebles. Tal vez
teléfono de su madre y me contó todo sobre los animales que visto con su
mamá y con papá Leo. Intenté ser optimista, pero por dentro se me
colada.
Capítulo 9
Emma
madura, pero en realidad había sido una niñata. Acepté que no dejaría que
que había esperado que cambiara de opinión. Que se diera cuenta de que
joven que no conocía—. Por fin has llegado a casa. Matt y yo te hemos
estado esperando para resolver una apuesta.
—Sí. Le he dicho que la mujer que salió del elegante sedán oscuro esta
—¿Por qué iba a estar Phoebe Dawson aquí... al lado? —Matt negó
con la cabeza.
—Sí.
has quedado tanto tiempo para calmar el alma de John? —Winona movió
las cejas de forma sugerente. Supongo que sí, pero no iba a admitir que me
—¿Ellie?
—No, Verónica.
habitación.
—Sí. Solo estoy cansada. Y tengo que hablar con mis padres. No he
hablado con ellos esta semana.
mortificación por lo que había hecho con John me golpeó, y entonces lloré.
relaciones. Intentó evitar que me lanzase sobre él. La única persona con la
que podía estar enfadada era conmigo misma. ¿Cómo iba a enfrentarme con
él de nuevo?
Al final me dormí, pero en mis sueños, John estaba ahí, con un aspecto
tan sexy pero fuera de mi alcance. Fui una tonta al pensar que estaría
interesado en mí.
me inundó de nuevo.
enfrentarme a John.
—Tú también.
—Matt tiene que irse, así que... —Me dedicó una sonrisa tímida
—Puede ser. Hasta ahora todo va bien. —Se sentó a la mesa conmigo
—Se fue a casa. Su abuela está enferma o algo así. ¿Quieres hacer algo
hoy?
con John.
Después del café, me duché y me vestí. Winona y yo decidimos ir al
queríamos comprarnos ropa nueva. Era un dinero que no debía gastar y, sin
usaba normalmente, pero sintiendo que era hora de seguir adelante con
mostrárselo—. Estás muy guapa, Emma. Los chicos van a estar encima de
ti.
Me tragué los nervios ante esa idea. Después de todo, eso era lo que
reflejo.
esforcé por no mirarlo mientras salía, pero, por supuesto, no pude evitarlo.
veía.
Me tragué el dolor que sentí y me recordé que esta noche sería como
Miré al hombre que se acercaba. Vale, no tenía tan mala pinta. De hecho,
era realmente atractivo ,de una manera juvenil y dulce.
—¿Estás decepcionado?
—Claro.
pecho esculpido y su culo bien duro. Su polla era dura, gruesa y larga, y me
arrodillé deseando probarla.
dolor. Solo el placer más dulce, que crecía y crecía hasta que me corría. En
cambio, me desperté. Golpeé el colchón con frustración. Mi corazón era
muy idiota.
Capítulo 10
John
puerta.
para sacar la bolsa de Ellie. Junto con la bolsa que había enviado con ella
enseñártelos.
estado ahí desde el día en que nació y dársela al que no pudo molestarse en
Su mandíbula se tensó.
habitación.
Me levanté de golpe.
—No quiero quitártela, John. Solo queremos cambiar los papeles. Ella
—Tú tienes una niñera, John. No te metas conmigo por necesitar una.
—Pero acabas de decir que tendrá dos padres contigo. Eso significa
que no tienes que trabajar y que puedes criarla. —Sabía que eso sonaba
Fruncí el ceño.
—Yo lo haré. —Sabía que esto se iba a poner cada vez peor, así que
oportunidad de ganar.
—¿Le has dicho que solo la has visto un puñado de veces desde que te
vida. Por eso nunca, ni una sola vez, he rechazado las visitas. ¿Y tú,
pidiendo?
—Ella se adaptará.
—Papá...
Joder. Ella no necesitaba escuchar esto. Me giré con una gran sonrisa
en el rostro.
—Oh, ese es muy bonito —dije mientras ella se ponía lo que parecía
un uniforme escolar.
Quería estrangularla.
no lo ves?
Su mandíbula se tensó.
—Ellie… —la llamó—. Ellie, tengo que irme. —Ellie salió corriendo
en ropa interior y camiseta.
—Adiós, mamá.
—Ven a darme un abrazo. —Ellie cumplió, y luego corrió a su
habitación gritando:
—Volveré, papá.
entonces no puedes dejarla con niñeras y tutores todo el tiempo para que tú
puedas ir de vino, cena y fiesta.
—¿Por qué haces esto? ¿He hecho algo por lo que ahora quieras
hacerme daño?
—Como has dicho, John, esto no tiene nada que ver contigo. Se trata
—Necesita una madre. Necesita una que esté ahí, que no la trate como
que revisar los deberes. Cuando está enferma, tienes que cancelarlo todo
para cuidarla. ¿Puedes anteponer sus necesidades a las tuyas? Eso es lo que
ella necesita.
Sí, lo hacía.
—Vaya. ¿Te has divertido? —La llevé a la cocina, pensando que por
una vez podríamos darnos el gusto de comer algo poco saludable. Sacaría el
helado que había escondido en el fondo de la nevera.
—¿Qué tal un helado para celebrar que estás en casa? —dije sin querer
responder a su pregunta. Sus ojos se iluminaron.
qué haría. No podía dejar que eso sucediera. Me resultaba difícil creer que
ganara dado su historial, pero si su marido tenía amigos en las altas esferas,
—De acuerdo.
—¿Qué?
Se estremeció.
—Sí.
—Gracias.
Joder.
—¿El hecho de que yo sea el único padre que ha sido una constante en
jueces tienen debilidad por las madres y quieren darles una segunda
oportunidad. Que esté casada y asentada jugará a su favor.
Emma
actuar con normalidad, como si no hubiera pasado nada, pero por dentro era
como una idiota. Mi ego no era importante comparado con que John
pudiera quedarse con Ellie. Solo podía imaginar la preocupación que sentía.
Por supuesto, parecía poco probable que Verónica pudiera ganar teniendo
en cuenta lo poco que había estado en la vida de Ellie, pero yo había estado
lo suficientemente cerca como para saber que podía pasar de todo Verónica
era famosa y eso podía usarse a su favor. Su marido parecía rico, lo que
significaba que tal vez tenía conexiones que podrían usarse también a su
favor.
vestido era bonito, pero sentí que traicionaba a John al ponérselo. Por
supuesto, no era culpa de Ellie. Me sentía mal por la niña que estaba a
—¿Podemos ir a nadar?
Saqué mi teléfono para ver qué ponían. Por suerte, había una película
para niños que tenía buena pinta. Pedí las entradas en mi teléfono.
—¿Te has divertido con tu madre este fin de semana? —me pregunté si
debía hacerlo o no. Parecía normal preguntar por su fin de semana y, sin
obtener información.
—¿Papá Leo? —¿De verdad era así como Verónica le había dicho a
Ellie que lo llamara? Eso me pareció como una traición aún mayor que el
Ella sonrió.
—¿De verdad?
qué no puede.
—No quiere entorpecer tu tiempo con ella. Te gusta estar con ella,
Si Verónica iba a ser madre, tendría que aprender a lidiar con los
—Al igual que tú no estás acostumbrado a estar allí, lo mismo les pasa
a tu madre y a Leo. —De ninguna manera llamándolo iba a llamar «papá
—Oh.
—Pude oírlos desde mi habitación cuando me estaba poniendo los
decir.
—No me gustó.
—Él también estaba triste. Creo que no le gustaron los vestidos que me
compró mamá.
—Oh, cariño, estoy segura de que no fue eso. A veces las mamás y los
¿Eh?
—Una niñera es alguien que ayuda a criar a los niños. Algo así como
yo, que me quedo contigo mientras tu papá trabaja, aunque las niñeras
Se me apretó el corazón.
—Vivo en la casa de al lado. —Queriendo pasar a un nuevo tema, dije
brillaban de esperanza.
Por desgracia, John tenía una cita con un abogado, así que no pudo ir a
almorzar. Pero Ellie parecía divertirse y esa noche ella y yo hicimos lasaña,
preocupaba que sus días de volver a casa con ella estuvieran contados.
—Lo sé. —Ella apretó las manos contra su cara—. ¿Estás contento,
papá?
historial.
—¿Hay algo que pueda hacer para ayudar? —Negó con la cabeza.
—Solo estar ahí para ella.
Yo también quería estar ahí para él, pero como el viernes había sido un
desastre, simplemente sonreí. No me pidió que me quedara a cenar, lo que
me dolió, pero no me sorprendió.
menos raras.
John
Los dos primeros días después de que Ellie volviera de casa de su madre,
sentí que me la iban a arrancar en cualquier momento. De hecho, el martes
le sugerí a Emma que llevara a Ellie al gimnasio, donde teníamos una zona
infantil para cuidar a los niños de los socios que hacían ejercicio. También
conseguí que nuestro instructor de escalada le diera a Ellie una clase en la
pared de roca.
Como siempre, Emma estuvo increíble. Hizo que la vida de Ellie fuera
normal, llena de aventuras y diversión. Fue muy dulce conmigo, aunque no
corría eran los únicos momentos en los que no vivía con miedo.
A mediados de semana, empecé a relajarme por dos razones; una era
que Verónica no había llamado ni una sola vez a Ellie para hablar con ella.
Quería que Ellie se fuera a vivir con ella, ¿pero no la llamaba para hablar?
era que no me habían entregado los papeles. Me pregunté si tal vez había
cambiado de opinión.
Fue una de las cosas que me atrajo de ella cuando nos conocimos en la
universidad.
que eres el mejor padre para criar a Ellie. Habrá una visita a domicilio y una
he dicho, los jueces siguen inclinándose por pensar que lo mejor son dos
Pero yo sabía que Verónica no era una madre normal. Era una
había nada que no hiciera para proteger a Ellie. Si esto llegaba a los
tribunales, lo más probable era que saliera a la luz, y ella tenía que saberlo.
reputación?
investigación que había hecho sobre él. Yo también tenía mucho dinero,
era rico de la vieja Nueva York, lo que significaba que tenía contacto. Era
muy probable que conociera a alguien en Nueva York que conociera al juez
Verónica.
—Nunca, jamás, te la oculté y ahora haces esto. Me apuñalas por la
—Oh, vamos, John —dijo ella de esa manera que me hizo sentir como
melodramático, ¿no crees? Ellie lo pasó muy bien con nosotros. Dudo que
se sienta destrozada.
vida, pero no tiene que ser todo o nada. Tú eres su madre y yo soy su padre.
—Quiero verla más, y Leo y sus abogados dijeron que no había nada
con hacerlo.
—Lo sé, y se lo dije, pero dijeron que era mejor contar con la
protección legal.
—Entonces, pide la custodia compartida. Este documento pide la
completa.
Joder.
—No vas a ganar. —Pensé en qué podía utilizar para hacerla cambiar
No hablaré con ellos, pero se sabrá que fuiste tú quien la abandonó. Que no
la visitabas.
—Eres un capullo.
—Puede ser. Pero no hay nada que no haga para proteger a Ellie.
detenerme.
casa y actuar con normalidad por Ellie. ¿Qué diablos podía hacer para
fuera su única figura paterna durante casi tres años, desde que Verónica
decidió que prefería ser supermodelo que madre? ¿Por qué su reclamación
Me había quedado soltero por varias razones. Una de ellas era que no
mi propio corazón en riesgo otra vez. Todas las razones por las que no me
—Oh, joder —dije mientras giraba por mi calle. Qué respuesta más
tonta. No tenía perspectivas de matrimonio. Aunque mi abogado decía que
salón para hacer un fuerte? Cuando nos casamos, había creado una de esas
salas de estar que solo servían para aparentar, pero en la que no podías
desorden.
Oí movimiento.
—¡Bu, papá!
sonriendo tan feliz que hizo que mi corazón se detuviera. A su lado, Emma
tenía un pequeño juego de té y el gato de peluche, el señor Bigotes, estaba
junto a ella.
ser la perfecta esposa y madrastra de Ellie que la mujer que había sido la
perfecta amiga de ambos durante el último año?
Capítulo 13
Emma
John parecía cansado y triste cuando me asomé por primera vez a través de
la manta que colgaba sobre los muebles para verlo entrar en la casa. Cuando
que yo podía ser una mujer que se preocupaba por él, pero eso era estúpido.
Nuestro fuerte era espacioso para mí y la pequeña Ellie, pero John era
enorme. O tal vez era solo el estrecho espacio que me tenía lo
hacía anhelar lo que no podía tener. Porque eso me dolía, quería alejarme.
—Te diré algo. Tú tienes una fiesta de té con la señorita Ellie y el
John me miró.
que pudiera ponerme en pie. Miré hacia el fuerte, sorprendida por su oferta.
Sonreí, aunque por dentro me dolió un poco, porque sabía que estaba
tomara frutas y verduras con sus comidas. Lo puse todo en una bandeja y lo
y llegó la hora de limpiar, le dije a John que limpiaría los platos mientras él
bañaba a Ellie.
después de acostar a Ellie, si tienes tiempo. ¿Tienes una cita o algo así? —
describirlo. Menos mal, ya que tampoco tenía ganas de quedar con él.
vez solo quería saber que tenía un nuevo chico para ayudar a aliviar su
quizás despedirme, ya que era muy raro trabajar para él desde que le había
dado mi virginidad.
—Genial. Gracias.
Lavé los platos y terminé de limpiar el salón. Canté en voz baja junto a
escabullí por el pasillo para escuchar como Ellie charlaba sobre su día y
Sacudí la cabeza.
—No. Adelante.
Mi corazón se desplomó.
—Oh, John, lo siento. Estaba pensando que tal vez había cambiado de
opinión.
tocarlo para calmar su angustia, pero como la última vez me fue tan mal,
algo en mente.
—¿Qué?
Cerró los ojos como si se arrepintiera de sus palabras, pero cuando los
abrió vi determinación.
—Me han dicho que el caso de Verónica se hace más fuerte por el
una locura, pero no puedo dejar que obtenga la custodia completa de Ellie.
Si dos padres convencen al juez, entonces le daré dos padres. Pero, como
por Ellie, y con quien pueda convencer de forma creíble de que me casaría.
respetuosamente.
Incluso casarse con una mujer a la que no amaba ni con la que quería tener
sexo.
ahorrarás el alquiler.
—¿Viviría contigo?
—¿Qué?
cosa por él, incluso casarme con él para ayudarlo a ganar un caso de
custodia.
Capítulo 14
John
caso de custodia, pero era engañoso, y odiaba pedirle que mintiera no solo
al tribunal, sino también a sus amigos y familiares.
Cuando dijo que sí, le di detalles que deberían haberla hecho cambiar
que teníamos que actuar como una pareja de verdad y pasar tiempo juntos.
enamorado.
Pero aun cuando le expliqué más, siguió aceptando mi loco plan. Por
alguna razón, eso me hizo sentir peor. Realmente no debería haberle pedido
esto.
decírselo a Ellie y organizando para pasar el día juntos, como lo haría una
mañana siguiente.
ojos.
—No tenemos que hacer esto —le dije en voz baja mientras le servía
—¿Estás segura?
a su silla.
hija? ¿Qué pasaba si Ellie se encariñaba aún más de lo que ya estaba con
Emma? Este matrimonio era para ayudar a mantener a Ellie conmigo, pero
capaces de ir por caminos separados? ¿Sería duro para Ellie cuando eso
sucediera?
cejas fruncidas.
mami.
Emma ayudó a echar jarabe en las tortitas de Ellie. Luego me miró—. Debe
de ser un día especial para tener tortitas con sirope. Eso es mucho azúcar.
Asentí con la cabeza, apreciando de nuevo que entendiera lo
—¿Podemos ir al parque?
montón en mi plato.
miró nuestros dedos enlazados como si fuera raro, pero no se apartó. Era
espalda.
molestaba. Esta era una relación falsa. No habría hijos para Emma y para
ella con la mano en la cadera. Su aroma era dulce y seductor, por lo que era
también disfrutara de estar cerca de mí. No quería que esto fuera repulsivo
para ella.
pero si queremos que esto funcione, la gente tiene que creer que es real.
Ella asintió.
Me incliné hacia delante y rocé suavemente mis labios sobre los suyos.
Al igual que la primera vez, su dulce sabor llenó mis sentidos y un torrente
de endorfinas de felicidad inundó mi torrente sanguíneo.
«Si fuera real», pensé.
apoyaría mi plan de hacer creer al mundo que este matrimonio era real.
Pero por otro, pasar tiempo con ella no era difícil. Era maravillosa con
Ellie, que era lo más importante para mí. Cuando estábamos solos, y no
—Nunca se sabe —dije, sin querer que supiera que estaba actuando
estaban allí. Para ser una boda falsa, estaba bastante concurrida y todos
parecían realmente felices, aunque sorprendidos por nuestra relación.
con suaves mechones rojos al aire. Parecía tan real en comparación con
Verónica, y odié que tuviera que ser falsa. Se merecía mucho más.
Emma sonrió, pero pude ver en sus ojos que también se preguntaba
haciendo unos votos que no pensaba cumplir. No sabía por qué Dios no me
había matado.
Era tan joven y dulce. Era un idiota por hacerla pasar por esto. No podía
prometerle que la amaría para siempre, pero hice un voto en ese momento
lugares de interés de Nueva York con ella no iba a ser raro. Pero los
preparativos nocturnos sí podían serlo. Nos conseguí una habitación que
tenía una cama oculta por si ella estaba incómoda, aunque tendría que
acostumbrarse a compartir habitación conmigo una vez que llegáramos a
—Vaya, John... esto es... —Sus ojos lo recorrieron todo, desde los
grandes ventanales con vistas a la ciudad de Nueva York hasta las flores que
—¿Alguna vez has estado en un lugar como este? ¿Has sido mimada?
¿Has comido de un chef de renombre mundial? ¿Beber champán caro? —
—No.
mucho el engaño. Esto es algo que puedo hacer para que sea divertido.
Puede que no tengamos una verdadera luna de miel, pero somos amigos,
¿no?
—Entonces, seamos dos amigos que viven en Nueva York por una
—¿Incluso para mi carrera? Porque estaba pensando que tal vez sería
Se encogió de hombros.
déjame hacerlo por ti. Ellie estará en la escuela cuando tú lo estés, así que
no será diferente a este año.
que yo.
—Por Ellie.
Capítulo 15
Emma
Yo no era una mujer que necesitara una vida de champán, como parecía ser
el caso de Verónica. Pero no podía negar que esta luna de miel, por falsa
que fuera, era agradable. La comida que John había traído a través del
Brooklyn, había pasado mucho tiempo en Manhattan, pero nunca con tanto
lujo.
Sabía que John tenía dinero, pero no había pensado que lo tuviera así.
O que lo gastaría. No diría que era un avaro, pero sí que era frugal.
ayudarme.
—¿Estás bien? —me preguntó John. Habíamos acercado el sofá a la
ciudad.
preocupado... —Vale, tal vez había bebido suficiente champán como para
que hacía que esto fuera raro, más valía que habláramos y nos lo quitáramos
de encima
Me miró boquiabierto.
—¿De qué estás hablando? ¿Que no fue bueno? Me corrí, Emma. Me
les costaba mucho ponerse duros y tener un orgasmo. Al menos, eso era lo
me quedé ahí tumbada. Hubiera hecho más, pero... bueno, no estaba segura
de qué hacer.
—No hice nada. —Miré mi copa vacía. Quería más, pero me pregunté
si no sería demasiado.
algo.
Lo miré y me pareció ver en sus ojos el mismo calor del deseo que vi
mantener los límites entre nosotros. Tenía razón en hacerlo. Para ser
sincera, a veces era difícil no hundirse en su beso o creer que las caricias
Este matrimonio tenía que parecer real desde fuera, sin duda. El
tribunal necesitaba creerlo, al igual que todos en nuestras vidas. Esa parte
porque no les había dicho que había estado viendo a John a nivel personal.
—Las esposas son más baratas que las niñeras —dijo Winona.
—No tienes que esforzarte tanto —dije, deseando ahora tener más
—¿En qué?
—Estamos casados y voy a seguir adelante con esto. No tienes que ser
Frunció el ceño.
—Estoy siendo amable porque soy amable. —Puse los ojos en blanco.
—Sí, lo eres. Pero a veces la gente dice cosas bonitas que no quiere
—Que lo hice bien la noche que nos enrollamos. Que te corriste con
fuerza.
vergüenza.
—¿Cómo iba a saberlo? Es más difícil para los hombres saber que una
mujer se ha corrido que para una mujer saber que un hombre lo ha hecho.
cortara la respiración.
—¿Por qué?
mí, pero también tengo tantas ganas de follar contigo que podría sacarme la
champán. Tal vez fue el potente hombre que estaba a mi lado. Sea lo que
—¿Puedo mirar?
Sacudí la cabeza.
—No pensé...
humillado de nuevo.
—Te mereces algo mejor que yo. Te mereces más de lo que puedo
darte, Emma. Es importante para mí que no arruine esto...
—Lo hiciste, Emma. Como lo has hecho casi todas las putas mañanas
de mi vida desde que te conozco. —Sus palabras eran escuetas, y el
cuando se masturbaba. No tenía ni idea de cómo hacer eso, pero oh, Dios,
quería aprender.
protegiendo. Es insultante.
para detenerme.
—Ella quiere esto, tú no. Y mira, John, está bien. Lo entiendo. Estás
centrado en Ellie, así que probablemente no has tenido mucho tiempo para
las relaciones y las que has tenido han sido con Verónica. —Sus ojos se
oscurecieron—. Sé que no soy ella…
—¿Qué demonios significa eso? —Se agachó y se subió los
pantalones.
protagoniza mis fantasías de madrugada. Creo que eres más hermosa que
Verónica por dentro y por fuera. Estoy tratando de ser respetuoso contigo.
—Y, sin embargo, lo único que haces es hacerme sentir inepta y tonta.
mar no era sexy, porque había dejado claro que no iba a incluir las
relaciones maritales en este matrimonio. Debería haberlo recordado antes
matrimonio falso. Solo somos amigos. Dejémoslo así. —Me subí a la cama,
deseando poder disfrutar de la increíble suavidad de las sábanas. Cogí el
—No quiero dejarlo pasar. Siento que debería decirte que no, pero que
Dios me ayude Emma, te deseo. —Miró sus manos mientras acariciaban
mis muslos.
Quería seguir enfadada con él, pero su tacto estaba enviando una
—No lo hice bien la primera vez —dijo en voz baja, mientras me subía
el camisón para dejar al descubierto mis bragas. Al menos eran sexys, o,
por lo menos, bonitas. No eran las simples bragas blancas de algodón que
solía llevar. Su mirada se dirigió a mi rostro—. Quiero darte placer. Quiero
—No. Se trata de que te haga sentir bien. —Su dedo dibujó una línea
en el centro de mis bragas—. Estás mojada, Emma. Quiero probarte.
¿Puedo?
Para ser sincera, no podía imaginar que un tipo quisiera poner su boca
en esa parte del cuerpo de una mujer, aunque sabía que era algo que hacían
hacia arriba para exponer mis pechos—. Quiero ver tus deliciosas tetas. —
Su voz era áspera, como el papel de lija.
—No hagas nada más que sentir, ¿vale? —Susurró mientras sus labios
recorrían mi mandíbula—. Solo siente.
Sus manos y su boca se dirigieron a mis pechos, y jadeé ante el placer
que se dirigía directamente a mi coño mientras él chupaba y pellizcaba.
muslos mientras sus ojos bebían mi coño. Levantó la vista con una sonrisa
perversa.
mis manos se agarraron a las sábanas, mientras las suyas se deslizaban bajo
mi trasero y sus labios chupaban suavemente la piel de mi muslo interior.
—Por favor.
—Fóllame.
sitio.
tenía ni idea de lo que pasaría cuando saliéramos de este subidón sexual, así
que ahora mismo me aferraba a la perfección de este hombre dentro de mí,
nuestros cuerpos moviéndose en sincronía como uno solo.
Capítulo 16
John
pensaba que había algo malo en ella. Cuando fui al dormitorio a hablar con
ella, no tenía intención de follarla, al menos no con mi polla. No se trataba
hermosa y sexy que me parecía. Quería darle placer para detener su dolor.
que era un milagro que no me corriera solo por eso. Cuando el sabor de su
coño inundó mi boca, me volví loco de necesidad. Tenía que entrar en ese
dulce, caliente y húmedo coño o moriría.
Disparé mi carga dentro de ella como un adolescente en su primer
polvo. Me volví loco. Pero más que el instinto primario de aparearse estaba
asustado. No parecía tan feliz como la primera vez, pero tampoco había
dolor o miedo en su rostro. Era anticipación. Como si estuviera esperando a
ver cómo iba a responder. No podía culparla, ya que la última vez me había
fantástico. —Su sonrisa era tan brillante y hermosa que me dejó sin aliento.
Era como si le hubiera hecho un regalo—. Y ahora, déjame preguntarte de
falso. Que todas las razones por las que me había resistido a tocarla seguían
ahí.
enseñes...
—Me gusta tocarte, Emma, pero no hay nada que tenga que enseñarte.
que puedes hacer, pero solo son tan buenas cuando tu pareja las disfruta.
—¿Desde cuándo?
Sentí alivio y, sin embargo, también había algo más. No era decepción,
hijos. Pero no podía negar que pensaba en lo bonita que estaría Emma,
madre.
sentía libre de complacerlo—. Lo que quería decir antes es que sí, a veces
en lo que te excita.
mujeres no les gusta chupar pollas y no quiero que sientas que debes
hacerlo.
esperar...
—Lo siento...
Ella sonrió.
—Cierto, lo siento.
estaba listo para otra ronda. Comenzó a ponerse más dura cada vez.
sensible.
para ella hacía que la situación fuera aún más erótica. ¿Quién sabía lo que
descubriría?
—Joder... sí... —Cerré los ojos mientras otra oleada de las más dulces
placer.
Una vez decidido esto, volvió a rodear mi polla con sus labios, y esta
vez parecía tener una idea más clara de lo que debía hacer. Pasó el tiempo
—Eso está bien, nena —dije, usando mi otra mano para enredar mis
dedos en su pelo. Una de sus manos me acarició las pelotas mientras volvía
muy bien. Empujé su pelo hacia atrás, queriendo ver sus labios mientras
agarraban mi polla, viendo cómo esta desaparecía en su boca. La presión
—Oh, Jesús ... Cristo ... —Mi respiración era agitada mientras
recuperaba el ritmo.
Siguió chupando hasta que me relajé. Luego, besó la punta y se movió
—¿Seguro que nunca has hecho eso antes? —pregunté, sintiendo aún
—Nunca.
femenina.
la cabeza?
—Sí.
—¿No te asfixiaré?
Nunca había estado con una virgen. ¿Era su dulce inocencia y su curiosidad
por el sexo lo que me afectaba tanto? ¿O era algo más?
Capítulo 17
Emma
Me decepcionó que nuestra luna de miel solo durara una noche, ya que
estaba segura de que, una vez que dejáramos la habitación de lujo y
tiempo, era injusto querer que nuestro tiempo juntos cambiara su actitud,
cuenta de que ambos tenían cosas que querían decirse, pero no lo hicieron
delante de Ellie. Tenía que darles crédito a ambos por eso. Exhaustos, todos
nos fuimos a la cama. Al principio, me sentí un poco rara al meterme en la
cama de John con Ellie en la otra habitación, pero el sueño llegó rápido.
matutina.
—¿Por qué la harías si estoy aquí para hacerla por ti? —Entré en la
atravesaba.
Aguanta.
—Sí... Mucho.
A diferencia de la mayoría de las veces que había tenido sexo conmigo
durante nuestra corta luna de miel, esta vez se movió duro, rápido, furioso.
que había pensado que era un mito, hasta que me envió a un intenso y duro
fácil querer a Ellie y a John. Nuestros días no eran tan diferentes a los de
antes, excepto que me despertaba en su cama y que ahora podía tocarlo. Era
amaba, también sabía que él no me amaba a mí. Se preocupaba por mí, pero
supiera lo que yo sentía por él. Así que fui por la vida actuando como su
esposa, mientras vivíamos como amigos con beneficios. Por ahora, sería
Ellie tenía visitas regulares de fin de semana con Verónica. Cada vez
que eso pasaba, John se ponía nervioso. Quería suspender todas las visitas
Y Ellie parece estar disfrutando de pasar tiempo con ella. No puedo quitarle
eso.
—No es fácil. Tú eres más madre que Verónica... ¿Está mal que lo
diga?
él—. Estoy segura de que Verónica también la quiere. Solo que es un tipo
de madre diferente.
Suspiró.
no haber estado con ella, ya que no tendría a Ellie, pero ahora veo que no
hermosa, pero tal como es ahora, eso requiere trabajo. No todo es real. Tú,
en cambio... —Me cogió la cara con la mano y me miró a los ojos—. Toda
En cambio, sonreí.
—Si quieres tener suerte, solo tienes que pedirlo. —Se rió.
algunos artículos para el hogar, así como juguetes con los que poder jugar
en el jardín. Entramos en un supermercado, pasando por una zona que hacía
—Supongo.
como ese, era fácil olvidar que mi vida era falsa y que se estaba librando
una gran batalla por la custodia.
a Verónica.
La tensión entre John y Verónica era tan densa que parecía que había
absorbido todo el aire de la habitación.
—¿Por qué única? No veo nada aquí que sugiera que el señor Sullivan
esté haciendo un mal trabajo. Lo que sí veo es que la señora Dawson ha
Me alegraba que la jueza entrara en razón. Eso tenía que ser un buen
augurio para John.
ya que solo lo ha visto a él y a la niña unas pocas veces en los últimos tres
años.
ley salir con alguien —dijo el abogado de John—. Ellie conoce y quiere a la
señora Emma Sullivan. La verdad es que el señor Sullivan solo siguió su
corazón cuando estaba claro que la señora Sullivan quería a Ellie y que
Ellie la quería a ella. El hecho de que Ellie nunca hable del señor Baskin
—Señora Dawson…
susurrarle algo. Sospechaba que era para decirle que dejara de hablar fuera
de lugar.
pasado, voy a ordenar que intenten una mediación. No quiero ver a dos
padres destrozarse mutuamente si han sido amistosos en el pasado.
Sabíamos que no se tomaría ninguna decisión en esa audiencia, pero
fue una decepción no sentirse más cerca de la resolución. Aunque en teoría
estaba de acuerdo en que sería mejor para Ellie que John y Phoebe
resolvieran la custodia por su cuenta, no veía a ninguno de los dos
cediendo.
obligado a negociar con Phoebe, imaginé que estaba pensando que casarse
conmigo había sido una mala idea. Se suponía que yo ayudaría a su caso,
pero su abogado había sugerido que la relación entre John y yo era sórdida.
—El juez tiene razón; las disputas tienen una forma de sacar lo peor de
la gente.
No sé por qué sus palabras me dolieron tanto. Sabía qué iba a decir y,
sin embargo, escuchar que podría arrepentirse de haberse casado conmigo
me golpeó en lo más profundo y algo en mi interior se rompió.
Capítulo 18
John
que mi madre había traído a casa cuando yo crecía. Cuando nació Ellie, de
ayudado a crear a este ser perfecto, así que no podía ser del todo malo,
¿verdad
desquitarme con ella, había dicho algo para herir a Emma, una mujer que
a flor de piel como para lidiar con ella, así que la dejé al cuidado de Ellie
mientras yo me iba a trabajar.
Una de las ventajas de tener un gimnasio era la posibilidad de hacer
ejercicio cuando quisiera. Para mí, hacer ejercicio era una forma de lidiar
con la ira que recorría mi cuerpo; con las ganas de golpear algo. Después de
una dura carrera de tres millas en la cinta de correr, levanté pesas y escalé el
respecto.
Cuando llegué a casa, me encontré con una Ellie alegre y una Emma
agradable, como siempre. De hecho, cualquiera que nos viera desde fuera
habría pensado que éramos una familia normal. Pero podía sentir el dolor en
fuera a la cama, pero cuando fui a buscarla, no estaba en el salón. ¿Se había
ido?
molestara, porque seamos sinceros, este matrimonio se suponía que era una
farsa.
se tensó y la miré a los ojos para ver si la estaba haciendo llorar—. —Soy
real.
—De acuerdo. Lo que necesites que haga. —Hablaba de forma
—Lo sé. Todo esto es duro para ti. No te preocupes por mí. Esto es
Verónica no podía ser más como Emma? ¿Por qué no podía poner a Ellie en
Las siguientes semanas, nuestras vidas fueron como las primeras, pero
sin sexo. Eso estaba bien porque, aunque la deseaba tanto que me hacía
cruzar los ojos, sabía que continuar con una relación sexual solo
complicaría las cosas entre nosotros. Emma era joven, y aunque decía que
Emma a mi lado para lidiar con todas las emociones locas que sentía.
de visitas antes, lo mejor sería que fuéramos solo nosotros dos. Pero el
pensara eso.
extranjero.
la has visto solo un puñado de veces en esos años? —La tensión en la cara
incliné hacia delante—. ¿Quieres pelear sucio? Que así sea. Empezaré por
reputación. No hay nada más feo que una mujer que abandona a su hija.
—Vale, ya está bien —dijo la mediadora. Estaba seguro de que estaba
—Tú eres la que has dicho que quieres llevar esto a los medios de
perdiste su cumpleaños.
Al final, estaba claro que volveríamos a los tribunales. Ahora más que
nunca, no quería que Ellie fuera a casa de Verónica. Si bien Ellie no había
dicho nada que indicara que Verónica estaba tratando de envenenarla contra
Pero mi abogado me dijo que siguiera con las visitas como siempre
para no quedar como un gilipollas. Empezaba a echar de menos a mi
gilipollas interior.
Supongo que fueron los contactos de Leo los que hicieron que nuestra
próxima cita en el juzgado se fijara con bastante rapidez después de nuestra
abogado de Verónica.
—No, su señoría, pero le gustaría algo más oficial. Como sabe, los
casos de custodia pueden ser conflictivos, y ella no quiere perder las visitas.
—No veo ninguna razón por la que la señor Baskin no deba establecer
un régimen de visitas.
Joder.
—A ella le gustaría llevarse a Ellie por más tiempo que los fines de
—Luego miró su agenda para fijar la próxima audiencia. ¿Por qué estaba
tardando tanto?
—¿Por qué Verónica tiene una segunda oportunidad? ¿Por qué a nadie
le importa una mierda que haya sido yo quien se haya quedado mientras
miré y pude ver que estaba pensando en algo que no me gustaría escuchar
—. ¿Qué?
Se encogió de hombros.
—Nada.
—¡No! Dios, no. Lo que creo, sin embargo, es que Ellie sabe que
Verónica es su madre. La quiere. Podría ser bueno para Ellie pasar más
ayudar...
—Lo que tenemos es un acuerdo. Estoy pagando para que me ayudes a
debía sentirme mal por ello, pero no lo hice. Se suponía que ella estaba de
mi lado, maldita sea.
Si antes había pensado que las cosas estaban un poco distantes entre
Emma
Así que, por mucho que me hiriera, por mucho que quisiera enfadarme con
él, tuve que dejar todo eso de lado la semana siguiente, cuando una
trabajadora designada por el tribunal se presentó para entrevistarnos.
La mujer era solo unos años mayor que yo. Parecía amable y
televisión, siempre fríos y desconfiados con las personas con las que tienen
que hablar.
con otras personas de sus vidas, como la maestra de Ellie, los médicos, la
guardería....
sospechoso.
padres sobre eso. Nadie podría verificar nuestra historia porque, por
decir.
fuera cierto.
De hecho, toda esta situación de las últimas dos semanas me ponía enferma.
Los quería a él y a Ellie, y quería ayudarlos, pero el estrés de la situación y
la tensión que crecía entre John y yo eran difíciles de manejar. Como tenía
salud física.
—Podría trabajar.
—Me gusta encargarme de las labores del hogar. Sé que es muy poco
moderno para una mujer hoy en día, pero por ahora, lo disfruto.
—Veo que puede permitirse vivir con un solo ingreso. De hecho, vive
recordarme a mí misma.
—¿En su mayoría?
—No. Fue difícil, para ser sincero, y por eso me he esforzado tanto en
preguntar.
negocio y criando a mi hija. Verónica quería más. Así que se fue para
conseguirlo.
—En el momento en que ocurrió, lo veía venir. Ella era infeliz. La vida
—No fue así. Habría luchado con ella entonces si hubiera intentado
en serio.
que tenía que ser un buen augurio para John. No quería que fuera infeliz
hubiera gustado comentar el día con él, pero como no parecía querer hablar,
leí un poco y luego me fui a la cama.
—¿Emma?
sabía si eso era cierto. No estaba segura de si los jueces echaban en cara el
trabajo a las madres hoy en día.
Me observó por un momento.
mayor parte así fue. Cuidaba a Ellie mientras John trabajaba y salía con
ellos después de cenar. Pero la batalla por la custodia tenía un nivel de
tensión sobre la casa que empezaba a cansarme, mental y físicamente.
qué pedir la custodia exclusiva después de haber estado fuera durante años?
¿Por qué no pedirla compartida?
—Entonces lo usaré.
pregunté si eso era cierto. No es que pensara que John tuviera un esqueleto
en el armario, pero era increíblemente fácil tomar algo aparentemente
Se encogió de hombros.
Vi que no se podía hablar con él. No había razón para intentarlo. Había
sido claro sobre mi papel. Sobre mi lugar. Me giré para ir a dormir.
distancia.
—Este soy yo. —Fue una afirmación extraña. Giré la cabeza hacia
atrás.
usar mis puños ahora, pero lucharé como sea necesario. Eso es lo que soy.
—¿Lo ves?
—Lo veo.
—Siempre has sido una buena persona, John. Ellie puede haberte
ayudado a descubrirlo, pero siempre ha estado ahí.
—Eres increíble, ¿lo sabes? —Su mirada recorrió mi rostro hasta que
finalmente volvió a mis ojos—. No te merezco...
Gemí.
sentimientos de desearte.
—¿Qué?
Quería decir que él me merecía a mí, pero lo negaba tanto que me decanté
por el sexo.
contra mi vientre.
—Me haces sentir bien, Emma. —Si solo pudiera hacerle sentir amor.
un chisporroteo erótico.
—John.
Tenía una idea de lo que debía hacer, pero como nunca lo había hecho,
me sentía cohibida. Pero John esperó. No agarró mis caderas para ayudarme
—Así es, nena... qué bien... te sientes tan bien. —Sus dedos se
flexionaron y luego agarraron mis muslos con más fuerza—. Vas a hacer
que me corra...
un rato hasta que me moví para tumbarme a su lado. Era tan agradable estar
tranquila en sus brazos. Me sentía como en casa. Inspiré hondo mientras me
recordaba, una vez más, que aquello no era un hogar.
—Lo entiendo.
Eso no quiere decir que no puedas aportar nada, pero no tienes nada que
decir.
Era increíble lo rápido que podía hacerme sentir como una reina, y
luego en una sola declaración, herirme tan profundamente.
decir.
—No estoy en esto por tu cuidado, Emma. Estás aquí para que el juez
se alegre de que Ellie tenga un hogar estable. He criado a Ellie solo durante
casi tres años. Creo que puedo seguir manejándola sin tus percepciones e
interferencias.
—Eres un buen padre, John. —Sin saber qué más decir, me di la vuelta
para ir a dormir, aunque sabía que no lo haría.
Capítulo 20
John
Me senté en el sofá mirando el televisor, pero sin ver lo que ponían en él.
No podía ordenar mis sentimientos. Sí, había vuelto a herir a Emma por ser
un imbécil. Fue una estupidez, porque ella había dado un giro completo a su
único que tomaba las decisiones y que mis elecciones eran las correctas.
¿Por qué iba a tomar la delantera en este caso de custodia cuando no tenía
ninguna duda de que Verónica, con la ayuda del dinero de Leo, también
lucharía suciamente? Yo era una buena persona, pero eso no significaba que
era adolescente, y me metí en algunos líos? Son cosas que le había contado
a Verónica cuando ella y yo habíamos estado juntos. Ahora ella podía
derechos.
quería a Ellie, y había veces que creía que me quería a mí. Una parte de mí
quería saberlo con seguridad, y si era así, aferrarse a ello, porque, joder,
Pero la otra parte sabía que el hecho de que Emma sintiera algo por mí
era una mala idea. Estaba claro que teníamos problemas, y esto ni siquiera
haciéndole daño? Había dicho que estaba dispuesta a irse, pero que eso
perjudicaría el caso. Al menos estaba comprometida con esto hasta el final.
Mi abogado decía que los casos de custodia tardaban meses, a veces incluso
Cuando hice el trato con Emma, pensé que iría a la escuela y que
nuestras vidas no serían muy diferentes, excepto que viviría con nosotros.
Pero ahora estaba planeando no ir. Aunque nos habíamos tomado un
descanso del sexo, ella acababa de darme un paseo increíble, y oh, cómo lo
necesitaba. El sexo con Emma era, de alguna manera, algo más que el
espectacular, aunque fuera inquietante, porque sabía que eso significaba que
mis emociones estaban involucradas.
estaba claro que era una clara posibilidad de que pudiera hacerlo.
tan cálida y abierta, al menos no conmigo. Con Ellie, era como el sol y el
arco iris mezclados, que era lo que yo quería. Me recordé a mí mismo que
Emma debía centrarse en Ellie y no meterse en mis asuntos. Claro que sería
bueno tener otra persona en la que confiar para recibir apoyo y comentarios,
pero hacía mucho tiempo que había aprendido que la única persona en la
carril, sin dar su opinión sobre el caso o sobre lo que debía hacer. Eso era lo
que me decía a mí mismo cuando pasaban los días y Emma se comportaba
mientras me la follaba.
Tuve que decirme a mí mismo que era mejor que Emma no se tomara
conversaciones.
Cuando mi abogado dijo que era posible acelerar el caso y que tal vez
culpa, pero en el fondo me preocupaba que fuera algo más que eso. Echaba
en la que éramos amigos con derecho a roce, pero si no era eso, entonces
me gustaba cómo estaban las cosas entre nosotros. Que la echaba de menos.
creído, pero ahora sabía que tenía razón. Lo que tenía que hacer era cortar
con ella tan pronto como pudiera para que pudiera encontrar la felicidad y
perseguir sus propias metas. Tal vez incluso encontraría un buen hombre
en la semana que Ellie iba a pasar con Verónica. ¿Cómo íbamos a poder
vivir Emma y yo bajo el mismo techo con toda esta distancia entre
nosotros? Por suerte, esa visita no estaba programada hasta dentro de unas
que, en la superficie, parecía feliz y normal, pero que en el fondo era casi
una farsa.
como de costumbre.
¿Qué le dijiste?
—Le dije que tenía que hablar contigo sobre eso. —Miró por encima
del hombro—. Eso no es algo de lo que yo tenga que hablar con ella.
—¿Ella... quiere ir? —No quería oír la respuesta, pero tenía que
saberlo.
desde nuestra pelea que su expresión mostraba algo más que recelo.
—John, tenías claro que el tema de la custodia era algo en lo que debía
enfadarme por su actitud, pero supongo que como ella estaba allí, era la que
iba a recibir mi malhumor. Se detuvo y se giró lentamente.
—Sí que lo soy. —Puso el pollo en los platos, y luego sacó otra sartén
del horno con patatas asadas—. Quieres lo que tenías antes, excepto que
quieres que la gente piense que ahora somos una familia. Eso es lo que
—Sí. Emma ha dicho que podemos volver y que puedo hacer otra para
para mí. Me pareció bien. A pesar de lo que sentía por mí, al menos creía
que yo era el mejor padre para Ellie.
Ella asintió.
—Sí. Me lo has dicho muchas veces. —Y ahí estaba de nuevo; dolor
vista hacia mí y, por primera vez, noté lo cansada y pálida que parecía.
Fruncí el ceño—. ¿Estás bien? Pareces...
—Emma.
—Buenas noches.
Emma
familia feliz, pero en realidad yo seguía siendo solo la niñera. Una niñera.
Pero cuando le dije eso, pareció molesto. Como si quisiera algo más de mí.
Era cierto que ya no teníamos largas conversaciones, pero pasar tiempo con
sola. Había hecho planes con Bethany y Winona para salir esa noche, y
una ceja.
¿Qué?
—No lo he hecho.
respectaba a John.
opciones.
envió al baño.
—Voy a tenerla. —No había duda de eso. Mis lágrimas no eran por lo
que iba a hacer. Eran por todo el potencial que yo y este bebé podríamos
a mí ni a un bebé.
—En realidad, no lo sé, pero él... bueno... —No sabía cómo explicar la
siete semanas. Programaremos una ecografía para tener una mejor idea.
Estaba aturdida cuando salí de la consulta del médico. Sabía que tenía
que decírselo a John, pero no sabía cómo. Una parte de mí estaba enfadada
exclusiva de este bebé? Sabía que era un buen padre y que nunca le quitaría
el bebé. Pero al verlo lidiar con Verónica, supe lo que estaba dispuesto a
hija. Empezaba a ver por qué John tenía tanta fobia al amor; dolía.
Seguí adelante ese fin de semana, viendo a mis amigos, tomando agua
de seltz que les hice creer a mis amigos que estaba adicionada con vodka
de custodia.
—Es maravilloso el apoyo que le das a tu marido, pero he dado clases
durante mucho tiempo y he visto a muchos niños pasar por eso. A veces se
envió un mensaje para decirme que tenía que ir a uno de sus gimnasios
fuera de la ciudad para ocuparse de algo y que no llegaría a casa hasta tarde.
dicho a John. Con ella en casa, no sentía que pudiera decir nada, porque no
quería que fuera testigo de una mala escena si John no se lo tomaba bien.
ayudaba a Ellie a hacer las maletas para la visita de una semana a casa de su
semana siguiente, con las cosas tan tensas entre John y yo y el estrés de
mantener mi secreto hasta que tuviera la ecografía. Decidí que una visita a
Llamé a John para informarle y sugerirle que podía llevar a Ellie a casa
Emma.
John tocaba su guitarra y los dos cantaban de todo, desde viejas melodías
folclóricas hasta éxitos actuales, mientras Ellie se bañaba. Echaría de menos
eso cuando mi matrimonio con John terminara. Incluso con mi propio hijo
en camino, amaba a Ellie, y sentiría su pérdida tanto como la de mi propio
hijo.
Llegamos al edificio de Verónica y Leo en Manhattan, pero Verónica
no estaba allí.
—Lo siento mucho, Emma —dijo cuando la llamé para avisarle de que
habíamos llegado—. Estoy atrapada en la peluquería y no llegaré hasta
dentro de unos veinte minutos. Llamaré al portero para que te deje entrar.
Leo también debería llegar pronto a casa. ¿Te importa?
igual que el hotel al que John me había llevado en nuestra luna de miel, el
apartamento era exuberante y grande. Estaba decorado en su mayor parte de
blanco, lo que no parecía propicio para criar a una niña. Al mirar alrededor,
no había señales de que hubiera una niña allí.
desorden en la casa.
hecho realidad. Tenía una cama con dosel, una tienda que parecía un castillo
y un montón de princesas y hadas que a Ellie le gustaban.
casa.
—¿Qué es esto?
—Es la foto que mi mami me llevó a hacer —dijo Ellie con la boca
llena de galletas.
dejen sola. Dice que deberían mudarse a París para no tener que echarle de
menos. ¿Dónde está París?
pasaporte era una prueba de que quería llevarse a Ellie a París? John nunca
lo permitiría, así que no tenía sentido que tuviera esto. Tenía que saber que
él rechazaría la idea. A menos que tuviera la custodia exclusiva, entonces
—Es otro país al otro lado del océano. —Saqué mi teléfono y tomé
una foto del pasaporte y luego busqué una foto de Francia para mostrársela
a Ellie—. Allí hablan francés.
—Ella me cuida a veces cuando mamá y papá Leo salen. Como tú. —
El corazón me retumbó en el pecho al recordar quién y qué era yo. Oí que
hacia la puerta principal. Leo, junto con una mujer joven, entraron en el
apartamento.
Oh, diablos. No podía dejar que Ellie viera esto. Volví a la cocina, abrí
y luego cerré de golpe un armario para que me oyeran.
No tenía una buena razón que pudiera decirle. No podía decir que era
para asegurarme de que Leo supiera que estábamos aquí para que sacara la
mano de las bragas de la mujer.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Me pregunté si recordaba quién era yo.
—He traído a Ellie. Verónica llegaba tarde, así que estaba esperando.
Espero que esté bien que le haya dado un par de galletas y leche.
—Hola, Ellie.
—Escucha, ¿te importaría quedarte con Ellie hasta que llegue? Tengo
que ocuparme de un trabajo con Margaret. —No pude evitar quedarme con
la boca abierta. ¿Iba a follar con su niñera mientras Ellie y yo estábamos
aquí?—,
¿Debería decírselo también a John? Seguro que eso sería uno de los
trapos sucios que él utilizaría. Mi conciencia me decía que era malo utilizar
este tipo de información contra Verónica. Ya le dolería bastante descubrir
que su marido la engañaba, pero que se utilizara en su contra en su demanda
John
Entré en una casa tranquila el viernes, sabiendo que Ellie y Emma se habían
ido. No era la primera vez que llegaba a casa sin nadie que me recibiera,
pero, por alguna razón, el vacío me robaba el aliento. Era como entrar en un
Odiaba lo que había ocurrido entre Emma y yo. ¿No era esa la razón
por la que había intentado resistirme a ella en primer lugar? ¿Porque no
lejos la sentía de mí, más quería hacer algo para cambiarlo. Me cagaba de
sentía, , parecía obvio que ella ya estaba allí. Joder, probablemente siempre
había estado.
ella lo había tirado como si fuese un viejo abrigo andrajoso. Sí, éramos
cumplió un año, estaba claro que no era feliz, así que cuando dijo que
quería pasar tiempo con sus amigos en Nueva York, no me opuse. Quería
Sus viajes se hicieron más regulares, y sospeché que no era fiel, pero
modelo, pensé que eso al menos pondría fin a las fiestas y aventuras de los
fines de semana, pero cuando resultó que se le daba bien, pasó cada vez
más tiempo fuera, y se resentía cada vez más conmigo y con Ellie cuando
volvía a casa. Así que cuando llamó una noche en la que debía estar en casa
para decir que no iba a volver, nunca, no le rogué que lo hiciera. Cuando me
pidió que me hiciera cargo por completo del cuidado de Ellie, acepté con
alegría y alivio.
podía confiar en el amor. Mi madre había elegido a sus hombres antes que a
mí. Verónica eligió su sueño por encima de mí. Ahora, todo mi amor era
también haría cualquier cosa por ella. Le había confiado el cuidado de Ellie
tenía derechos, se quedó conmigo en este loco plan. Era una mujer que se
¿Qué pasaría si le dijera todo esto? ¿Si le dijera que estaba dispuesto a
eso, no debía decir nada. Era demasiado tarde para cambiar las cosas con
ella.
que yo cenara.
planes para las estanterías que Emma pensaba que debía tener en la zona de
por delante del teléfono que estaba sobre una mesita auxiliar y me fijé en el
para pedir ayuda en caso de necesidad, pero que necesitaría saber dónde
abrigo. Recordé que había dicho que si tenía el teléfono podía llamar, pero
ella argumentó que la emergencia podía estar conmigo. Así que me hice con
un teléfono fijo y, hasta ese momento, no había notado nunca los mensajes.
siguiente en lugar de esta. —Dio una fecha y una hora. —Me quedé quieto.
preocupara, que una semana después estaría bien. Sigue tomando las
llamarnos.
cojones?
pasar una hora en mi cabeza diciéndome que podía amarla. Que podía
confiar en ella. Que podía construir algo con ella. Resultó que estaba
Verónica?
—¿Qué pasa?
—¿De verdad? ¿Hay una buena explicación para que me ocultes esto?
¿O ibas a quitarme a mi hijo?
—No, yo nunca...
—Querías que te follara. Lo hice. —Había pensado que era tan dulce e
inocente. ¿Había pasado por alto las señales de que era manipuladora como
Verónica?
—Usaste un condón la noche que te dije que te deseaba.
—Tú empezaste con eso. —Joder, tenía razón, pero quizás me había
dejado llevar por mi polla hacia donde ella quería—. Iba a decírtelo, pero
quería estar segura con la ecografía.
Todo este tiempo, había pensado que su actitud hacia mí tenía que ver
con cómo la había tratado. Pero a lo mejor había conseguido lo que quería y
—Tal vez estabas actuando de forma tan fría y distante para que no me
diera cuenta. O ibas a abandonarme y a tener el niño por tu cuenta, sin
—John, no.
Podía oír por su voz que estaba llorando, pero luché para no dejarme
influir. Ya me había dejado llevar por las lágrimas antes.
—No. He terminado. Te quedas con tus padres. Pero no creas que esto
Emma
así que supuse que solo tenía una pregunta. Tal vez había un mensaje y
quería saber cómo oírlo. En el año que llevaba sugiriendo el teléfono, nunca
reserva.
secreto. Parecía muy enfadado. Por supuesto que lo estaría. Debería estarlo.
Le había ocultado algo y, teniendo en cuenta todo lo que estaba pasando con
su hijo.
algo que nos permitiera a ambos pasar tiempo con el bebé. Yo no era como
saber que no era el tipo de persona que utiliza a un niño o que quiere
hacerle daño. Por otra parte, teniendo en cuenta lo tensas que eran las cosas
entre nosotros, y sabiendo ahora lo que le había ocultado, era difícil no
—Sí, mamá.
—Ya bajo. —Me puse de pie y fui a mirarme al espejo. Mis ojos
estaban rojos e hinchados. En cuanto oyera a mi madre bajar, iría al baño y
vería cómo salvar mi cara. No estaba preparada para contarles lo mío con
que decírselo a John, así que empecé a marcar su número. A los dos dígitos,
—Ella necesitaría la custodia exclusiva para sacar a Ellie del país sin
el consentimiento de John, así que ahora no tiene sentido —dijo, sin parecer
tan preocupado.
la quieran, porque viajan mucho. No digo que ella vaya a ganar; solo digo
—¿Y si ella planea mudarse allí? Tienen una niñera francesa. Una
aunque me pareció que el pasaporte era más importante que el hecho de que
—Sé que puede no ser nada, pero parece algo que John querría que
contado?
madre.
Me lavé la cara, aunque estaba segura de que mi madre aún podría
notar que estaba molesta. Tendría que inventar alguna excusa como que
di cuenta de que John no tenía ninguna razón para verme como una persona
lo necesitaba.
padre parecía el típico policía con cara de bulldog y pecho de barril, pero
Sí.
afirmación de mi madre.
llegar a él, podría ser yo la que estuviera en los tribunales contra él. Tal y
abrirse a él.
dijo mi madre.
—Debe de tener casi cien años —dije, recordando que cada sábado por
la mañana iba a por un panecillo con mis padres.
ponía triste. Triste por no tener lo que ellos tenían. Estaba a favor de los
derechos de la mujer, de la igualdad salarial y del feminismo, pero me
No sabía qué iba a pasar con nuestro falso matrimonio. Tal vez mañana
tuviera el valor de llamar a John para preguntarle si el «he terminado»
significaba que no debía regresa. Pero por ahora, iba a dejar pasar todo eso
y sentir el calor y el amor con el que me rodeaban mis padres.
Capítulo 24
John
—Hola, papá —dijo su vocecita a través del teléfono. Era una niña
maravillosa. Me pregunté cómo se sentiría con un hermanito o una
hermanita.
desorden de mi vida. ¿Qué diablos iba a hacer con Emma? ¿Cómo era
embarazada. Jesús, iba a traer al mundo otro niño que no tendría una vida
familiar estable. ¿Cómo era posible que estuviera creando perpetuamente lo
que intentaba evitar: una familia disfuncional? Tal vez era el momento de
uno de los gimnasios y encontré trabajo que hacer allí para evitar el hogar y
mi vida desordenada. En casa, me sentía miserable sin Ellie y sí, incluso sin
Emma, pero luego me recordaba su decepción. Me preguntaba si ella
pensaba quedarse más tiempo con sus padres. Fue un alivio y, a la vez,
sofá con la cabeza hacia atrás, como si el peso de todo lo hiciera demasiado
esté tirando a la niñera, , pero pensará que es difícil para Ellie estar en
medio de un divorcio.
—¿Sabes, John? Para ser un tipo que parece tenerlo todo controlado,
como un completo idiota, pero ella había sido la que había tratado de
ocultarme el embarazo.
El domingo siguiente, sentí que por fin podía volver a respirar cuando
estaba matando. ¿Cómo era que la extrañaba tanto como a Ellie? Me había
hecho daño y, sin embargo, todo lo que recordaba era su dulce sonrisa, su
—Tú también me hiciste daño, y sin embargo sigo aquí. Hasta que la
muerte nos separe. —Ella me miró desde donde estaba arrodillada delante
de mí.
—Sí, lo fue. Por unos momentos fue real. Todavía puede serlo.
Negué con la cabeza, pero entonces sus labios estaban sobre mí, y mi
palpitando de necesidad.
no estuviera allí. Estar con sus padres era una buena razón, ¿no? Pero
cuando me acerqué a mi abogado en la mesa, vi a Emma. Tenía peor
—Tienes que quedarte —dijo el abogado, acercando una silla para ella.
—En ese caso, nos gustaría impulsar una visita de un mes de duración
antes de que empiece el colegio en otoño 3dijo el abogado de Verónica.
mesa.
—Eso es absurdo —se mofó Leo. Verónica miró a Leo con tal
asombro, que sentí pena por ella.
los derechos legales. Aunque usted decida que ella es mejor madre, sería
cruel que el estado de Nueva York permitiera que una niña fuera arrancada
del único padre que ha estado con él durante sus cinco años de vida para
vivir en otro país donde no puede verlo.
De todas las cosas que consideré, llevarse a Ellie fuera del país y lejos de
mí no era una de ellas. Realmente no tenía ni idea de lo que eran capaces las
mujeres.
otros lugares del mundo. No planean mudarse allí —dijo el otro abogado.
—Señora Baskin, ¿qué puede decirme de todo esto? Recuerde que está
bajo juramento —dijo el juez. Me alegré de que se tomara el asunto en
serio.
matrimonio falso. Solo se casaron para engañarle y hacerle creer que era
estable.
—No estoy hablando de ellos ahora —dijo la jueza, pero me lanzó una
Ella suspiró.
hermanita.
Emma
Una de las cosas más difíciles que había hecho era entrar en la sala del
tribunal. No estaba segura de si John me quería allí o no, a pesar de que su
pero no dijo nada. Me preguntó cómo estaba, lo cual era una buena señal,
supongo, pero no me hacía ilusiones de que las cosas fueran a funcionar
para nosotros.
bebé?
John me miró y sonrió. No era una sonrisa genuina, sino una para
que la información que encontró era importante. Asentí con la cabeza. Justo
—No. Tienen que ver con el bebé y los derechos del señor Sullivan.
contra. —Solo iba a decir que no quería llevarme al niño, pero decidí que
tal vez tenía razón en que yo también necesitaba proteger mis derechos—.
aunque haya empezado como una farsa, ahora no lo es. Intenta solucionar
las cosas.
querer saber nada de mí. Cometí un error al no contarle lo del bebé antes.
Sabía lo que sentía por Ellie y la mujer que intentaba quitársela. Mi única
opción ahora era tratar de encontrar una manera de tener una relación
amistosa con él por el bien de nuestro hijo. Tenía que esperar que no
—Haz que tu abogado los revise. Mi tarjeta también está ahí, así que
puedes dársela a quien contrates. —Ver los papeles legales me dejó sin
a dónde ir. ¿Debía ir a casa de John? ¿Debía continuar con esta treta? Si iba
a su casa, ¿me echaría? Me sentía tan sola y rota, y no podía seguir
haciéndolo.
matrimonio, pero sí todo lo demás. No podía hacer esto sola, y ellos eran las
únicas personas en el mundo que sabía que me perdonarían y ayudarían.
Antes de volver a casa, decidí recoger mis cosas y tal vez ver a Ellie,
esperando.
Winona la siguió.
niña.
—Solo algunas cosas que están pasando en casa. —Eso no era una
mentira, aunque ella pensara que me refería a la casa de mis padres en lugar
de aquí.
—¿Cuándo volverás?
—Yo... No lo sé.
—Vamos, Ellie, vamos a hacer ese dibujo que dijiste que querías
lágrimas.
—Oh, cariño, sí quiero. Quiero estar con siempre con vosotros. Solo
—De acuerdo.
Era un poco triste ver cómo todas mis cosas cabían en un par de bolsas de
plástico. Las cargué en la parte trasera de mi coche. Saqué el asiento
pintando.
Cuando se giró por primera vez para verme, sonreía, pero en cuanto
Sacudí la cabeza.
—No entiendo por qué no le dijiste lo del bebé. —Me abrazó mientras
—Creo que tuvo una infancia difícil y luego todo con su ex... No creo
que confíe en los demás... Ni siquiera en sí mismo. Son él y Ellie contra el
mundo. —Solté una suave carcajada—. Fue una de las cosas que me hizo
amarlo.
como de jadeo.
—Los padres que aman a sus hijos son atractivos, pero también lo son
los hombres que aman a sus esposas. El matrimonio no es fácil, Emma. Por
muy grande y duro que parezca John, parece que es débil a la hora de estar
al lado de su mujer.
—¿Y él nunca te hizo daño a ti? —Me miró con ojos afilados.
daño John. Lo había dejado pasar, porque, aunque sus palabras habían
dolido, no eran inesperadas. Él había sido sincero con sus sentimientos e
Sacudí la cabeza.
—En los veinticinco años que llevo casada, la única vez que tu padre y
herir a la otra persona. Tal vez teníamos miedo de que el otro se enfadara,
pero al final, las cosas eran peores.
—¿Qué tal que lo amas a él y a su hija? ¿Qué tal lo que sientes al tener
a su hijo creciendo dentro de ti? ¿Qué hay de por qué no dijiste nada de
inmediato y cómo te arrepientes de ello? Solo cuenta la verdad y cómo te
sientes. —Entendía lo que decía, pero no podía imaginar cómo iba a
cambiar nada—.
—Lo seré. También podría serlo para Ellie. Quizá puedas decírselo
también a John.
Capítulo 26
John
—No se sentía bien después de que le diera los papeles. —Me lanzó
una mirada con la misma expresión sentenciosa que me había dado cuando
—Sí, tienes que hacerlo. Pero ese bebé aún no ha nacido y estás en
medio de un caso de custodia. Es un mal momento. —Giré la cabeza y rodé
los hombros. No iba a sentirme mal por esto—. Es una mujer joven
salvar a su otra hija. Está en las primeras etapas de un embarazo, que puede
ser duro si tiene náuseas matutinas. Su marido está planeando divorciarse
de ella y le entregó los papeles mientras ella está aquí ayudándole a luchar
por su otra hija. —Me tragué la culpa—. En serio, John. No tengo ni idea de
—Estará.
o era narcisista.
bebé, pero, de alguna manera, ¿yo era el malo? Joder, lo era. Todo lo que
privado.
—Al parecer, llevó a Ellie a su visita y fue entonces cuando vio a Leo
Ellie. —Sacó su teléfono y abrió una foto—. Incluso tuvo el sentido común
Me miró incrédulo.
semana. Ese fue el día en el que supe que Emma estaba embarazada. Le
grité y luego colgué. Podría haberme llamado, pero sabía que no habría
juez.
Yo también me puse de pie hasta que el juez nos dijo que nos
con él? Quería sentirme mal por ella, pero entonces recordé que había
por parte del señor Baskin, aunque estas fotos sugieren que sí. —Leo
para saber que las posibilidades de que conceda la custodia exclusiva a los
durante los últimos tres años, desde que la señora Baskin abandonó a su
familia. Hasta los últimos meses, sus visitas a la niña eran escasas.
señor Sullivan.
momento, la niña, Ellie Sullivan, seguirá bajo la custodia legal y física del
señor Sullivan...
¡Sí!
meses, las visitas serán supervisadas para asegurar que no haya ningún
intento de salir del país con ella. —Verónica empezó a llorar—. Dentro de
en la espalda.
Había ganado. Entonces, ¿por qué sentí que también había perdido?
abogado.
Emma
Quería alegrarme por ello, pero era difícil con el peso de todo lo demás
recordé la cita para la ecografía, pero no le dije nada sobre el papeleo que
mi vida. Mis padres dijeron que podía quedarme con ellos todo el tiempo
Su expresión era impasible, lo que decidí que era mejor que estar
enfadado.
—No me lo perdería.
—No, claro que no. —Quería preguntarle cómo estaba. Cómo estaba
varita para frotarlo. Miré a John, que tenía los ojos puestos en la pantalla.
—Voy a tomar algunas medidas para que podamos ver si tenemos una
como yo. No pude leer su expresión. Decidí que ya había pasado por esto
antes, así que probablemente no era lo mismo. De hecho, podría ser una
—Oh, Dios mío. —Las lágrimas corrían por mis mejillas. El técnico
sonrió.
—Es tu bebé.
invitado a mi madre a venir, porque incluso con John allí, me sentía muy
sola.
—Es precioso —logré decir.
—Claro.
John me acompañó fuera, pero ninguno de los dos dijo nada hasta que
llegamos a mi coche.
—¿Dónde vives?
Bethany a otra propiedad que tengo, y tú puedes mudarte al lado. Sería más
Quería sentirme feliz por esto y, sin embargo, como estaba tan lejos de
—No soy una inepta, John. —Se me saltaron las lágrimas al ver que
—Lo consideraré.
también lo haré.
—Quiero decirte algo, John. No tienes que responder, solo quiero que
querer escuchar lo que tenía que decir—. Siento no haberte contado lo del
bebé antes. Fue un error. Tenía miedo de cómo podrías reaccionar porque
como si fuera a objetar—. Sí, lo hago. Sé que el matrimonio debía ser falso,
Solo quería que lo supiera. Quiero que este bebé sepa que cuando fue
—Por último, quiero que sepas que tomé la píldora. No fue una
mí que lo sepas.
No dijo nada.
—Me alegro de que todo haya salido bien con Ellie. De verdad, John.
John
hecho caso. Las mujeres suelen decir cosas para salir del paso. ¿Cuántas
recurría a decir lo que yo quería oír cuando las cosas empezaban a ir mal
entre nosotros.
mis sentimientos. Era cruda y real, y su único objetivo era decir lo que
sincero, el hecho de tener un bebé no fue real hasta que a Verónica empezó
a notársele. Me había arrepentido de no haber participado más en las visitas
Entonces, pese a todo, ¿por qué me sentía como una mierda? Por
supuesto, sabía por qué. La cuestión era qué hacer al respecto. Si creía a
Emma, había ocultado sus sentimientos por mí porque le había dicho que
nunca a nadie. Pero eso era un error, porque la verdad era que la amaba.
Probablemente la quería mucho antes de que inventara nuestro falso plan de
adelante. Resultó que Emma era más valiente que yo, porque se había
expuesto en canal.
principal objetivo.
—¡Papá!
Su emoción al verme nunca disminuyó. Daba igual con quién
—¿Sobre qué?
una hermanita?
—Sí.
—Todavía está con sus padres. Pero ¿quieres ver una foto del bebé?
—Sí. —Su cabeza se movió hacia arriba y hacia abajo. Saqué la foto
en mi hombro.
más hijos.
Había renunciado a tener una familia más allá de Ellie, pero Emma me
había ofrecido una segunda oportunidad que usé, abusé y luego deseché. Y
sería un maldito idiota si no intentara, al menos, tener una tercera
oportunidad.
mirarme.
—¿En serio?
—Sí, de verdad.
—¡Sí!
—¿Sí, cariño?
—¿Vamos a salir?
Me tragué todo el miedo que amenazaba con hacerme dar la vuelta.
Solo había una mujer en mi vida que no me había roto el corazón, y estaba
—¿Qué es eso?
disculpa. Pensé en All Apologies, de Nirvana. Había leído una vez que
La canción del amor. Esa era una mejor opción. Ellie estaba resultando
cuerdas.
—Ella no está aquí —dijo Ellie poniendo su mano sobre las cuerdas.
a seguirme el juego.
Volví a rasgar las cuerdas y le hice un gesto a Ellie para que empezara
las primeras líneas, que hablaban de volver a sentirse en casa. Llevábamos
—Ven a casa con nosotros, Emma. ¿Por favor? —Ellie juntó las manos
brazos.
hacia mí.
—¿Me perdonas?
—Sí. No me gusta que me ocultases lo del bebé, pero lo entiendo.
Reconozco mi parte de culpa, y voy a hacer todo lo posible por ser abierto y
honesto contigo para que no tengas que sentir que necesitas ocultarme
cosas.
eso. Ahora quiero ser una familia de verdad; tú, yo, Ellie y el bebé.
Emma la miró.
nosotros?
—Sí.
Epílogo
Hace un año, me paré bajo la carpa trasera y miré a John, de pie bajo una
hermosa glorieta, y me casé con él rodeada de mis amigos y mi familia.
Hoy, estoy parada en ese mismo lugar, observándolo con emoción bajo
camino hacia él de nuevo. Los amigos y la familia nos miran, pero yo no los
veo a ellos. Solo veo a John, sosteniendo a nuestro hijo de tres meses, Max,
familia.
dándome una serenata con esa sexy voz de barítono que tiene me
preocupaba estar soñando. Pero entonces me dijo que me perdonaba. Me
dijo que me amaba y que quería formar una familia; un sueño hecho
realidad.
último año este otoño. Durante el último año, todo mi tiempo se centró en
amar a John y a los niños.
momentos de celos cuando Max llegó a casa, estaba resultando ser una
El día de San Valentín, pocos días antes de que naciera Max, John
volvió a darme una serenata con la canción Marry Me, del grupo Train.
—Ya estamos casados —dije, suspirando ante su preciosa voz y la
letra.
de nuevo, excepto que esta vez era de verdad. Porque lo era, John insistió
te había estado esperando. Todas las veces que esperé encontrar a alguien
el hombre que podía ser, aunque yo no pudiera verlo, ese alguien eras tú,
había en mi corazón.
—En el momento en el que te conocí, mi corazón y mi alma fueron
tuyos, y todo lo que quería era amarte. Gracias por permitirme hacerlo, y
amado. Lo mucho que quiero a nuestra familia y lo mucho que nos quieres
tú a nosotros.
Esta vez, cuando nos besamos, no fue para mostrar; el novio besando a
la novia. Era un hombre y una mujer uniendo sus vidas en una sola.
—Te amo, Emma. —Cada vez que lo decía, desde aquel primer día en
Tuvimos una pequeña recepción, pero luego dejamos a Max con mis
cosa buena que surgió de nuestra pequeña unidad familiar era que mis
Al igual que la primera vez, nuestra luna de miel sería corta, pero eso
—Quiero rehacer ese día, solo que esta vez quiero hacerlo bien.
—¿Estuvo mal la primera vez? Porque recuerdo haber tenido una luna
—No estuvo mal, pero esta vez quiero poder decirte que te quiero
sugería que John había llamado antes para hacer los preparativos.
—Quiero que seas feliz. No quiero que nunca cuestiones mi amor por
ti.
—Soy feliz.
miel era solo un espectáculo. No había hecho planes para acostarme con él,
aunque había sucedido. Esta vez, había venido preparada. Me eché hacia
atrás para bajarme la cremallera del vestido, viendo cómo los ojos de John
vestido al suelo.
de sus pantalones.
a juego. Pero sabía que eso no era lo que le gustaba. Eran los ligueros y las
medias.
Tenía razón el año pasado cuando dije que los hombres eran esclavos
podían hacer que un hombre se pusiera erecto, no todo el sexo era igual.
Unir dos cuerpos en un acto de amor iba más allá de la naturaleza, hacia
cinturón.
yo o estar casada con el hombre más sexy de la tierra, pero había aprendido,
había gustado antes, pero había algo en estar totalmente abierta a él.
Entregarle mi placer, y él a mí el suyo, hacía que mi impulso sexual se
acelerara. O tal vez era las hormonas del embarazo. Descarté eso porque el
bebé ya estaba aquí, y seguía deseando a John de cualquier manera que
pudiera tenerlo.
—¿Qué tal así? Los dos podemos ver la vista por la ventana. —Me
—Así está bien. Bien por rápido y furioso, porque eso es lo que será
esto. —Pensé que me tomaría en ese momento, pero en lugar de eso, se
—Se apartan —dije por encima del hombro—. Si no, se atascan en las
ligas.
controlarse. Tiró de las bragas y los laterales cedieron. Sentí el aire frío en
mi coño, doliéndome.
orgasmo me arrollaba.
amaba.
no con tanta furia, pero sí con duros golpes que me hacían jadear cada vez
que se sumergía en mí.
en parte de mí.
increíble.
Me reí.
La emoción me invadió.
—Y tú me diste a ti.
—Y juntos, hicimos una familia. Quise decir lo que dije en mis votos.
Me diste una familia. Has hecho realidad mi sueño.
Lo abracé, sintiéndome tan agradecida por tener a este maravilloso
hombre. El amor que había visto por su hija fue una de las primeras cosas
que me habían hecho enamorarme de él. Ahora, lo que más me gustaba era
el amor y el compromiso total que tenía por su familia.