Está en la página 1de 7

Análisis Jurisprudencial Sentencia Consejo de Estado

1. Acción presentada: Acción de Reparación Directa.


2. Radicación No. 66001-23-31-000-1995-2807-01(13227)
3. Consejero Ponente: Alier Eduardo Hernández Enríquez.
4. Autores: Margarita Álvarez Lozano
5. Demandado: Nación, Departamento de Risaralda, Instituto Municipal de
Beneficencia y Salud de Pereira, hospital universitario san Jorge de Pereira.
6. Fecha: Once (11) de Abril del año Dos Mil Dos (2002).
7. Descritos del caso: La señora Margarita Álvarez Lozano obrando en nombre propio
y en ejercicio de la acción de reparación directa y mediante escrito presentado el 15
de mayo de 1995, solicitó que se declarara responsable a la Nación, Departamento
de Risaralda, Instituto Municipal de Beneficencia y Salud de Pereira y al Hospital
San Jorge de Pereira de la muerte de José Martín Peña Mejía, ocurrida el 25 de
enero de 1994.

El día 14 de Enero del año 1994, ingresó al Hospital Universitario San Jorge de
Pereira el señor JOSÉ MARTÍN PEÑA MEJÍA tras haber caído de un tejado de dos
metros de altura, donde sufrió quemaduras puesto que fue alcanzado por un cable de
fluido eléctrico. Al momento del ingreso al centro médico el señor JOSÉ MARTÍN
PEÑA MEJÍA estaba consciente pero irritable por las quemaduras sufridas a la
altura de su cuello y cuero cabelludo.

En los días posteriores a su ingreso el señor JOSÉ MARTÍN PEÑA MEJÍA el


paciente muestra signos de estar consiente, se puede comunicar y comprender lo
que se le esta diciendo y acepta la realización de los procedimientos necesarios y
sus signos de dolor han disminuido, para el día 20 de enero de 1994 se le realizo una
escanografía donde se identificó que padecía de una hipodensidades frontales
bilaterales y gran edema cerebral, situación que explica el cuadro neurológico, y
según se constata en su historia medica se encontraba consiente durante el día y
parte de la noche del día 21 de Enero de 1994.

Siendo aproximadamente las 11 Pm del día 21 de Enero de 1994, se debió sedar al


señor JOSÉ MARTÍN PEÑA MEJÍA y sedado fuertemente, y a pesar de las severas
advertencias sobre la inmovilización a que debía estar sometido el paciente, el
personal encargado de su custodia, en forma negligente, omitió la orden, lo cual
produjo un desafortunado suceso el cual fue la caída inesperada de la camilla donde
se produjeron lesiones cerebrales severas que desencadenaron en su muerte.

Esta caída se produjo en las horas de la noche del día 23 de enero de 1994, y en las
horas de la mañana del día siguiente se dictaminó lesión axonal en el paciente,
además de presentar lesiones externas en el cráneo y en el rostro, y el día 25 de
enero de 1994 el señor JOSÉ MARTÍN PEÑA MEJÍA presenta paro
cardiorrespiratorio, de lo cual se le informa al doctor Zuluaga su médico tratante,
quien no realiza maniobras de resucitación por presentar muerte cerebral. El
paciente fallece siendo las 10 y 55 minutos de la noche.

Las lesiones que presentaba el paciente José Martín Peña Mejía al momento de su
ingreso al Hospital San Jorge, eran recuperables y no de tanta entidad como para
producir su muerte, la real causa de la muerte del aludido paciente se concreta en la
lesión recibida con motivo de la caída de la camilla, durante la permanencia en el
centro médico se presentaron múltiples irregularidades en la atención hospitalaria
brindada al señor Peña Mejía, como el hecho de no contar el Hospital San Jorge con
los elementos técnicos necesarios para practicar un TAC o una escanografía en su
misma planta física, teniendo que ser trasladado el paciente a otros centros
especializados; el hecho de no contar el hospital con las ambulancias y los
conductores necesarios para este tipo de traslados, tal como consta en diferentes
apartes de la historia clínica.

8. Sentencia de Primera Instancia: Mediante sentencia de 28 de noviembre de 1996,


el Tribunal Administrativo de Risaralda, accedió parcialmente a las pretensiones de
la demanda, Considera en primer lugar que a la Nación, al Departamento de
Risaralda y al Instituto Municipal de Salud y Beneficencia de Pereira no les
corresponde responsabilidad alguna en el caso, pues no se les atribuye ninguna
acción u omisión capaz de producir el daño que se demanda. El artículo 49 de la
Constitución Política dispuso que el servicio de salud se organizara de forma
descentralizada, por niveles de atención y con distribución de competencias entre la
Nación, las entidades territoriales y los particulares. La ley 10 de 1990 y la ley 60 de
1990 distribuyen las competencias de los entes territoriales en salud. Conforme a
ellas el Hospital Universitario San Jorge de Pereira es un establecimiento público de
orden municipal, por lo tanto constituye el único centro de imputación jurídica
llamado a responder en el presente caso.

El 23 de enero se registra que el paciente estaba consciente a las nueve y a las 18


horas. A las 19:40 el médico de planta anotó que el paciente se encontraba en
regular estado general y a las 20 horas el neurólogo anotó que el paciente presentaba
un deterioro de conciencia, que se presentó al parecer por la caída de la camilla. Se
ordenó un TAC urgente y suspender sedación. En las anotaciones del 24 de enero se
dice que presenta trauma en cara, en el curso del día se anota que se encuentra en
muy malas condiciones, no responde a diálogo, no acepta vía oral. La situación
empeora cada vez más hasta que muere el 25 de enero de 1996 a las 22:55 horas.
También se encuentra anotado que por haber un solo conductor se perdió el turno en
el centro escanográfico.

Según lo que ha quedado registrado de la historia clínica al paciente en ningún


momento se le diagnosticó nada diferente de un trauma craneoencefálico moderado
y el edema cerebral; sin embargo, cuando se le practicó la necropsia se le encontró
una fractura lineal en la porción anterior de la base del cráneo. Esta circunstancia no
ha sido explicada adecuadamente por la parte demandada. Las pruebas relacionadas
permiten concluir que el origen de tal lesión fue la caída de la camilla ocurrida el 23
de enero de 1994. Este hecho es constitutivo de falla del servicio en el servicio
hospitalario. Por lo cual se condena al Hospital San Jorge de Pereira a pagar la suma
de 800 gramos de oro por perjuicios morales y el lucro cesante que resulte de las
fórmulas precisadas en la parte motiva de la providencia.

9. Recursos de Apelación y Actuación en Segunda Instancia: La sentencia de


primera instancia fue apelada por la parte demandante y por la llamada en garantía,
El apoderado de la actora radica su inconformidad en la tasación de los perjuicios
morales, dado que debieron ser reconocidos los mil gramos de oro a favor de la
señora Margarita Álvarez por encontrarse acreditado el dolor moral padecido por
ella; de no hacerse tal reconocimiento se estaría violando el derecho a la igualdad,
pues en casos similares a la cónyuge se ha reconocido el máximo de la
indemnización por daño moral por muerte del esposo, tratándose de la compañera
permanente se debería aplicar la misma regla, ya que no se encuentra en una
posición inferior, solicita además, que se incluya en la liquidación del lucro cesante
las prestaciones que normalmente percibía el occiso.

Por su parte, el llamado en garantía solicita que se lo exonere de pagar


indemnización alguna por el fallecimiento del señor José Martín Peña Mejía, por
estructurarse causal de exclusión de la cobertura, de conformidad con lo dispuesto
en las condiciones generales de la póliza. Manifiesta que la caída del paciente de la
camilla configuró la falla en el servicio, que constituye una violación a la obligación
de seguridad que es de la naturaleza del contrato de hospitalización.

La transacción celebrada entre la parte actora y la entidad demandada fue


improbada, mediante auto de 22 de abril de 1999 de esta Sección Tercera del
Consejo de Estado.

10. Problema Jurídico: A la Sala de lo contencioso administrativo Sección Tercera del


Consejo de Estado, le corresponde determinar y resolver el grado de consulta y los
recursos de apelación interpuestos por la demandante y la llamada en garantía,
contra la sentencia de 28 de noviembre 1996, por el Tribunal Administrativo de
Risaralda.

11. Ratio Decidendi: El día 14 de enero de 1994, el señor Jorge Martín Peña Mejía
ingresó al servicio de urgencias del Hospital Universitario San Jorge de Pereira con
un trauma encéfalocraneano de carácter moderado; con un Glasgow promedio entre
11/15 y 13/15 los primeros días, y entre 14/14 y 15/15, desde el 17 hasta el 23 de
enero; estuvo consciente, aunque en ocasiones agresivo y con alteración sicomotora
por la lesión que sufría; se le mantuvo sedado, hasta el 23 de enero. En la noche de
ese día el paciente sufrió una caída, probablemente de la camilla, tal como fue
consignado en la historia clínica por el doctor Botero, neurólogo de hospital, y
como lo reconoce en su declaración, porque una auxiliar de enfermería se lo
reportó.

A partir de entonces, el paciente presenta un deterioro alarmante, entra en estado de


inconsciencia permanente y un Glasgow promedio de 3/15, hasta su muerte el 25 de
enero de 1994. El 19 de enero se le había practicado un TAC, en el que se
diagnosticó un edema cerebral y una posible lesión axonal; sin embargo, en la
necropsia, realizada por el Instituto de Medicina Legal, se observa como posible
causa de la muerte una fractura en la base anterior del cráneo. Dicha fractura, de
existir, habría sido reportada en el TAC el 19 de enero de 1994, siendo como es el
medio técnico idóneo para diagnosticarla. La explicación razonable de semejante
lesión es que se produjo con la caída del 23 de enero.

En efecto, tal como lo declararon los neurólogos tratantes, los pacientes con lesiones
craneoencefálicas presentan alteraciones sicomotoras lo que genera un alto riesgo de
una caída, por lo que es necesario sedarlos e inmovilizarlos mecánicamente; la
primera labor corresponde a los médicos y la segunda corresponde al personal de
enfermería. La sedación se cumplió a cabalidad por el personal médico tal como se
encuentra registrado en la ordenes médicas de la historia clínica.

En la historia clínica no figuran los reportes de enfermería, por lo que nada se


conoce sobre el cumplimiento de la orden médica de inmovilización; por el
contrario, se encuentra constancia de la caída del 23 de enero, que correspondía
prevenirla al personal paramédico, pues su ocurrencia era previsible por la
naturaleza de la lesión diagnosticada al paciente.

Por otra parte, ante el agravamiento del estado de salud del señor Peña Mejía
generado por la caída, el neurólogo ordenó un TAC urgente desde la noche del 23
de enero, para hacer un nuevo diagnóstico y determinar el tratamiento a seguir; el
paciente murió el 25 de enero sin que se practicara el examen, es decir sin definir la
nueva orientación de su tratamiento médico. El examen no fue practicado porque se
tardó en poner una ambulancia a disposición del paciente.

La Sala considera que el Hospital Universitario San Jorge de Pereira falló en la


prestación del servicio hospitalario a Jorge Martín Peña Mejía. En primer lugar, a
pesar de riesgo cierto de una caída del paciente, por la naturaleza de la lesión que
padecía, no se cumplió de manera adecuada con la orden médica de inmovilización,
por parte del personal de enfermería; la caída efectivamente ocurrió el 23 de enero
de 1994, y generó un agravamiento tal en su estado de salud que lo llevó a su
muerte el 25 de enero. En segundo lugar, después de la caída se ordenó un TAC,
para hacer un nuevo diagnóstico y tratamiento, el cual no fue realizado por
deficiencias en los servicios administrativos del hospital.
Estas deficiencias, sin duda están enlazadas causalmente con el desenlace fatal de
que da cuenta el proceso. En efecto, después de la caída, el paciente pasó a estado
de inconsciencia permanente y el examen neurológico presentó un Glasgow de 3/15,
el más bajo en la escala, a partir de ese momento, sin que se determinará un nuevo
tratamiento médico. Además, en la necropsia practicada con posterioridad al deceso,
se encontró una fractura en la base anterior del cráneo, la que no fue diagnosticada
en el TAC practicado con anterioridad a la caída.

La falla en el servicio hospitalario es únicamente imputable al Hospital


Universitario San Jorge de Pereira, por lo que se confirmara la absolución de las
demás entidades demandadas como el Ministerio de Salud, el Departamento de
Risaralda, el Instituto Municipal de Beneficencia y Salud de Pereira, a los cuales no
cabe atribuir acción u omisión alguna en la prestación directa del servicio de salud
al señor Jorge Martín Peña Mejía.

Por último, debe notarse que el Hospital Universitario San Jorge de Pereira es una
empresa Social del Estado con personería jurídica propia, tal como lo determinan
sus estatutos, de la siguiente forma:

“Artículo 1° De la naturaleza Jurídica. Transfórmese el Hospital


Universitario San Jorge de Pereira” en EMPRESA SOCIAL DEL ESTADO,
entidad pública Indirecta del Orden Departamental con categoría especial,
adscrita al Departamento de Risaralda, con personería jurídica, autonomía
administrativa y patrimonio propio.
“Artículo 3° Del objeto. La empresa social del estado “HOSPITAL
UNIVERSITARIO SAN JORGE DE PEREIRA” tendrá como objeto la
prestación de los servicios de salud del segundo y tercer niveles de atención
en el Departamento de Risaralda, como servicio público a cargo del Estado y
como parte del sistema Integral de Seguridad de Seguridad Social en Salud,
observando los principios básicos consagrados en el artículo 3 de la ley 10
de 1990, y demás normas que lo desarrollan y complementan, quedando
facultada para celebrar todos los contratos y convenios que tiendan al
cumplimiento de aquellos principios básicos señalados en el artículo 3° del
Decreto 1876 de agosto 3 de 1994, como son la eficiencia y la calidad.”

En cuanto a la exclusión solicitada por la llamada en garantía:

De acuerdo con el mandato constitucional la atención en salud es un servicio


público a cargo del Estado. Dicho mandato implica que el Estado organiza, dirige y
reglamenta dicho servicio, el cual puede ser prestado por entidades particulares,
respecto de las cuales debe establecer mecanismos de vigilancia y control, o puede
ser atendido de manera directa a través de las empresas sociales del Estado,
entidades públicas descentralizadas, con un régimen especial, conforme a la función
que cumplen.

Sin duda, en este caso, el anormal funcionamiento de la atención hospitalaria genera


responsabilidad de carácter extracontractual, pues surge, de manera exclusiva, de la
relación entre el paciente Peña Mejía y el Hospital Universitario San Jorge de
Pereira, que es de naturaleza legal y constitucional. El daño es imputable a esta
Empresa Social del Estado, quien presta de manera directa el servicio público de
salud, en desarrollo del mandato del artículo 49 de la Constitución Política.

Visto lo anterior, mal puede asegurarse, como lo hace el impugnante, que la relación
entre el paciente y el centro hospitalario era contractual, y que de ella se derivaba
una responsabilidad del mismo tipo.

12. Decisión En mérito de lo expuesto, el Consejo de Estado, en Sala de lo Contencioso


Administrativo, Sección Tercera, administrando justicia en nombre de la República
de Colombia y por autoridad de la ley,

FALLA

MODIFÍCASE la sentencia de 28 de noviembre 1996 del Tribunal Administrativo


de Risaralda, la cual quedará así:

1. Declarar administrativamente responsable al hospital universitario San Jorge de


Pereira de la muerte del señor Jorge Martín Peña Mejía, ocurrida el 25 de enero
de 1994.

2. Como consecuencia de lo anterior, condenar a la entidad mencionada a pagar a


la señora Margarita Álvarez Lozano, por concepto de perjuicios morales, la
suma de veintiún millones seiscientos cincuenta mil trescientos sesenta pesos ($
21.650.360.oo).

3. Condénese al Hospital Universitario San Jorge de Pereira, a pagar al señora


Margarita Álvarez Lozano, por concepto de lucro cesante, la suma de cincuenta
y seis millones quinientos ochenta y nueve mil ciento ochenta y siete pesos
($56.589.187.oo.).

4. La entidad estatal demandada le dará cumplimiento al presente fallo en el


término referido en el artículo 176 del C.C. Administrativo. De no atenderse lo
anterior, se observará lo dispuesto en el Artículo 177 de la misma obra. Para lo
anterior se enviará copia al señor agente del Ministerio Público. Expídanse las
copias con destino a los interesados, precisando cuál presta mérito ejecutivo.
5. Condénese a la llamada en garantía, Compañía de Seguros Colpatria S.A., a
pagar al Hospital Universitario San Jorge de Pereira la suma de setenta y ocho
millones doscientos treinta y nieve mil quinientos cuarenta y siete pesos ($
78.239. 547.oo) de acuerdo a la póliza suscrita por ambas partes.

6. Absuélvase a las otras entidades estatales demandadas.

También podría gustarte