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SECCION TERCERA
I. A N T E C E D E N T E S :
1.- La demanda.
…(…)…”.
Horas más tarde la víctima pretendió salir del hospital, pero una vez descendió de
la camilla perdió el conocimiento, cuestión que dio lugar a solicitar una nueva
atención, pero dos médicos que en ese momento salían del centro asistencial le
manifestaron a la madre de la víctima que éste se encontraba borracho y, por lo
tanto, que lo trasladare a su casa y en ocho días retornara para retirarle los puntos
con los cuales le habían sido suturadas las heridas.
Por consiguiente, la víctima fue conducida por su madre hasta su residencia pero
la situación del herido se agravó y aproximadamente a las 4:00 a.m., de 21 de
mayo de 1995, el joven Enevied Cortés falleció; el resultado de la necropsia arrojó
que la causa del deceso fue la destrucción de la arteria femoral, razón por la cual
presentó hemorragia y anemia.
4.1. El Municipio de Santiago de Cali reiteró que actuó en forma diligente y prestó
el servicio médico de primer nivel de manera adecuada y oportuna; luego se refirió
a los presupuestos de la responsabilidad extracontractual del Estado para
sostener que éstos no se cumplen en el sub lite.
Aludió al historial clínico de la víctima para señalar que existieron unos factores
externos que llevaron a la muerte del paciente como lo fueron el estado de
alicoramiento y drogadicción con los cuales contaba.
Señaló, de otro lado, que según la historia clínica el paciente ingresó al hospital
con 2 heridas en su pierna izquierda y según la necropsia practicada a la víctima,
ésta presentaba 4 heridas con arma corto punzante, lo cual permite inferir que
murió como consecuencia de otras lesiones y no por la deficiencia en la prestación
del servicio médico asistencial.
Por consiguiente sostuvo que no existe nexo de causalidad entre las imputaciones
hechas a la entidad demandada y el daño producido a la parte demandante.
6.- La apelación.
También aludió al historial clínico de la víctima para sostener que existieron unos
factores externos que llevaron a la muerte del paciente como lo fueron el estado
de alicoramiento y drogadicción con los cuales contaba.
Señaló, de otro lado, que según la historia clínica el paciente ingresó al hospital
con 2 heridas en su pierna y en virtud de la necropsia practicada a la víctima ésta
presentaba 4 heridas con arma corto punzante, lo cual permite inferir que murió
como consecuencia de otras lesiones y no por la deficiencia en la prestación del
servicio médico asistencial.
II. C O N S I D E R A C I O N E S :
Hecha la anterior precisión y para efectos de proceder con el estudio de fondo del
caso, la Sala considera pertinente precisar que en el sub iudice es la falla probada
del servicio el régimen bajo el cual se debe estructurar la responsabilidad del
Estado en estos casos, tal y como lo ha venido reiterando la Sala 1:
1
Ver, entre otras, las sentencias del 31 de agosto de 2006, exp. 15.238; del 30 de
noviembre del mismo año, expedientes 15.201 y 25.063; del 1° de octubre de 2008,
expedientes 16.843 y 16.933 y de febrero 11 de 2009, exp. 15.975.
2
Sentencia del 11 de mayo de 2006, expediente 14.400.
Así las cosas, será a partir del acervo probatorio debidamente allegado al proceso
que la Sala determinará si se encuentra configurada, o no, la responsabilidad
patrimonial deprecada, aspecto que constituye el objeto central de la impugnación
presentada por la entidad pública demandada.
- Copia auténtica del registro civil de defunción del señor Enevied Cortés cuyo
deceso se produjo el 21 de mayo de 1995, a causa de “HIPOVOLEMIA” (fl. 4 c 1).
“DIAGNOSTICO:
1. Hipovolemia.
2. Trauma vascular en muslo izquierdo.
3. Herida por arma blanca.
OPINION Y CONCLUSIONES:
“……………………………………..
“………………………………
- Declaración de la señora Genis Elena Arias Cortés (fls. 8 a 1 c 2), quien sostuvo:
“(…) Enevied fue herido en una pierna y tenía una pequeña heridita aquí
en la cara … luego fue trasladado al Hospital Primitivo Iglesias donde lo
atendió el médico y luego lo mandó para la casa. En el momento en el
que él salía del Hospital, se nos desmayó y nos dijeron que lo
lleváramos a la casa y entonces mi mamá … le estaba diciendo al
portero que lo dejaran entrar para hablar con el médico. Entonces no la
dejaron entrar, y en ese momento salían dos médicos de turno y mi tía
les dijo a ellos, y entonces ellos le respondieron que lo lleváramos que él
estaba bien, que de pronto era que él estaba borracho, que dentro de
ocho días lo trajera para quitarle los puntos que le habían cogido en la
pierna, entonces nosotros lo llevamos le habían dado una fórmula que
no la alcanzaron a comprar y lo acostaron y al rato después de que
estaba acostado la pierna se le empezó como a hinchar un poquito,
luego yo me fui a dormir y cuando me levanté él ya estaba muerto”.
También está acreditado que las referidas heridas con arma corto punzante le
fueron propinadas a la víctima por terceras personas en horas de la noche del día
20 de mayo de 1995, razón por la cual fue trasladado al Hospital Primitivo Iglesias
de la ciudad de Santiago de Cali con el fin de que fuese atendido en dicho centro
asistencial.
Según reporta la historia clínica del paciente, al menos en aquello que aparece
legible e interesa al proceso, Enevied Cortés ingresó a las 11:00 p.m., del día 20
de mayo de 1995 con 2 heridas en su muslo izquierdo, sin daño vascular aparente
cuya atención consistió en la respectiva limpieza de las heridas y suturas de las
mismas, para posteriormente ser dado de alta mediante algunas recomendaciones,
las cuales no quedaron consignadas en el historial clínico.
En efecto, ello no ocurrió, pues según la historia clínica del paciente, éste fue dado
de alta una vez se limpiaron y suturaron las heridas, lo cual se corrobora con el
testimonio rendido por una de las enfermeras que asistió al paciente, quien señaló
que el doctor “… miró, le exploró y después de mirarle bien la herida que no
tuviera ningún problema, lo suturó … no se le hizo rayos x, porque rayos x no hay
de noche en el hospital…”.
Así las cosas, el paciente fue remitido a su casa en virtud de que se consideró que
las heridas no ameritaban la práctica de una evaluación más precisa, pues la
valoración efectuada arrojó la inexistencia, aparente, de daño vascular; sin
embargo, el paciente murió en su casa horas más tarde como consecuencia,
precisamente, de un trauma vascular en su muslo izquierdo, producto de las
heridas causadas con arma blanca, lo cual dio lugar a que la víctima presentare un
shock hipovolémico3.
En relación con este punto debe precisarse que según la respectiva acta de
necropsia, las heridas encontradas en el cadáver de la víctima –y que dieron lugar
a su muerte–, coinciden con aquellas que aparecen determinadas en la historia
clínica, consistentes en 2 heridas en el muslo izquierdo a causa de arma blanca, a
saber: 1). Herida suturada en región anterior de muslo izquierdo (profundidad de 6
cms); 2). Herida suturada en región anterior de muslo izquierdo (profundidad de 28
cms.); si bien se alude a una tercera herida (aquella descrita en el numeral 3.5. del
acta de necropsia), lo cierto es que ésta, como allí se dice, se involucra con la
primera, lo cual permite inferir que no se trata de una nueva herida o lesión.
3
La hipovolemia es una disminución del volumen circulante de sangre debido a múltiples
factores como hemorragias, deshidratación, quemaduras, entre otros.
De esa manera, no es acertado el argumento planteado por la parte impugnante
según el cual el deceso de la víctima se habría producido por lesiones diferentes,
pues, sostuvo que dentro del acta de necropsia se habría determinado la
existencia de unas heridas distintas de aquellas por las cuales se le brindó
atención al paciente en el Hospital Primitivo Iglesias, toda vez que, según se
indicó, las heridas encontradas en el cadáver de la víctima –por las cuales se
produjo su muerte–, coinciden con aquellas que aparecen determinadas en la
historia clínica y frente a las cuales no se le brindó una atención debida en el
centro hospitalario, adscrito al ente demandado.
También debe destacarse que según los testimonios de las señoras Martha
Arboleda (fls. 1 a 5 c 2) y Genis Elena Arias Cortés (fls. 8 a 1 c 2), una vez dado
de alta el paciente, éste fue conducido a su residencia por ellas mismas donde
posteriormente falleció.
Otro aspecto que constituye una razón adicional para predicar la falla en el
servicio en cabeza de la entidad demandada, por razón de la ya advertida
asistencia médica deficiente, dice relación con la negativa de los integrantes del
centro asistencial en brindar una segunda atención al paciente, luego de que éste
presentare nuevas deficiencias en su salud, como lo fue el haberse desmayado
antes de abandonar el hospital sin que se le hubieren suministrado los servicios
médicos que en ese segundo momento fueron requeridos por quienes asistían y
acompañaban al entonces paciente.
En efecto, según las declaraciones de las señoras Martha Arboleda Genis y Elena
Arias Cortés, una vez se disponían a retirarse del centro asistencial, el paciente se
desmayó, razón por la cual solicitaron una nueva atención médica, la cual les fue
denegada tanto por el vigilante del lugar quien les impidió su ingreso como por los
propios médicos, cuestión que impone concluir que la entidad demandada no
prestó el servicio en forma adecuada en la medida en que si se le hubieren
practicado al paciente unos exámenes más especiales y, por ende, una valoración
médica mucho más precisa cuando pidió ser atendido por primera vez, única en la
cual le fueron brindados los servicios requeridos, así como si se le hubiese
atendido en una segunda oportunidad y no se le hubiere denegado la prestación
del servicio cuando acudió a él en una segunda oportunidad, muy próxima en el
tiempo a la finalización de la primera, cuestión que impide aceptar la
argumentación de la defensa encaminada a sugerir que después de abandonar el
centro de salud el paciente posiblemente habría realizado otras actividades y que
como consecuencia de ellas habría recibido nuevas heridas, como resulta apenas
natural y obvio el desenlace fatal podría haberse evitado mediante un tratamiento
adecuado.
FALLA: